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DISCURSO PALABRAS DE MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ, CONSEJERO DEL INSTITUTO DE LOS MEXICANOS EN EL EXTERIOR EN SANTA ANA CALIFORNIA, XI REUNIÓN ORIDINARIA DEL CCIME, SALÓN GRAND BALLROOM, RENAISSANCE DALLAS HOTEL, TEXAS, 22 DE ABRIL DE 2008. Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; Señora Canciller, Señores gobernadores de los Estados de Guanajuato, Michoacán, Nuevo León y Colima. Distinguidos miembros del Gabinete presidencial, Distinguidos miembros del presídium; Consejeros y consejeras, Amigos todos. Iniciamos hoy la XI Jornada del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, no solamente con el ánimo y optimismo de tener aquí figuras tan importantes, sino también con la responsabilidad que los tiempos actuales merecen. Nos encontramos ante un parteaguas de la historia, tanto en lo que se refiere a la situación de millones de nuestros paisanos en materia de reforma migratoria, como al papel histórico que la comunidad latina está viviendo de cara al proceso electoral de este año, en donde elegiremos al que será el nuevo Presidente o Presidenta de los Estados Unidos. En lo particular, señor Presidente, es un honor darle la bienvenida a este país, aquí en la Ciudad de Dallas, en donde con orgullo vimos cómo el 1 de DISCURSO mayo del 2006, más de medio millón de migrantes, en su mayoría mexicanos, marcharon para pedir una reforma migratoria, justa e incluyente para sus familias. Si bien es cierto que el sueño de esta reforma aún no se cumple, creemos que este es un sueño alcanzable; creemos, señor Presidente, que sí se puede. Los migrantes hemos demostrado con sudor, lágrimas y sangre que estamos determinados a alcanzar nuestras metas. Señor Presidente: Le informo también que en este país nos encontramos ciudadanos mexicanos- americanos, que hemos vivido en México nuestra infancia y que por diversas causas hemos emigrado al norte. Sin embargo, aquí estamos y no nos vamos: somos muchos y seremos más. Mi caso es el de la mayoría de los mexicanos: venimos a este país sin traer más fortuna que nuestra esperanza, trabajamos sin obtener más sueldo que la perseverancia, y gracias a ello hoy cosechamos los frutos de nuestro sacrificio, los cuales, señor Presidente, compartimos constantemente con nuestros paisanos. Desde hace ya más de dos años asumimos la posición de consejeros; en este tiempo he aprendido a valorar el potencial y liderazgo que existe entre mis compañeros. Este 1 de mayo celebramos un aniversario más de las marchas que movilizaron a más de tres millones de personas en todo el país; estas marchas fueron organizadas en gran medida por compañeros aquí presentes. Como muestra de la creatividad de mis compañeros consejeros, cito dos ejemplos: DISCURSO El de la iniciativa del Brazo Migrante de LULAC, que aprovecho para darle las gracias a la señora Rosa Rosales por el valor que tuvo al crear este nuevo brazo. Gracias. Así como también, la creación del nuevo grupo Anti- Discriminación MéxicoEstados Unidos, a cargo de nuestro compañero Javier Salas, también les pido un fuerte aplauso para nuestro amigo, compañero, Jesús Salas. Hace dos años prometimos: hoy marchamos, mañana votamos. Con orgullo señor Presidente, le informo que estamos cumpliendo con esa promesa. Entre nuestros consejeros y consejeras nos encontramos candidatos a cargos de elección popular, hay también operadores políticos que sirven en posiciones claves en las campañas presidenciales, así como funcionarios electos y nombrados por gobiernos estatales y locales. Con esto demostramos a los Estados Unidos, nuestro país, al que amamos tanto como a Mexico, que somos capaces de integrarnos y de contribuir a su bienestar. Cuando salimos a marchar, cuando salimos a votar, y cuando vamos y participamos políticamente en las elecciones estadounidenses, lo hacemos porque queremos lo mejor para este gran país, el cual nos ha dado tanto. Señor Presidente: Ayer marchamos y hoy votamos. Hoy seremos electos. Hoy la comunidad latina y, sobre todo la comunidad migrante mexicana, tiene un peso político que jamás se había visto en la historia de los Estados Unidos. Hoy, señor Presidente, estamos capitalizando los resultados de las marchas al transformar a las instituciones políticas de este país. Por ello, señor Presidente, creemos que sí se puede. Sin embargo, creemos que sí se puede también en México. DISCURSO Es hora de que el Estado mexicano considere en su Constitución la necesidad de elegir a diputados y senadores migrantes, ya que sólo quienes hemos vivido la migración en carne propia sabemos de las necesidades y carencias de nuestros paisanos al cruzar la frontera. Somos los migrantes quienes debemos de legislar en materia de asuntos migratorios. México debe poner el ejemplo al mundo de que es un país que abraza a sus migrantes y les permite ejercer su derecho a ser electos. México debe de ser el ejemplo positivo de lo que significa ser un Estado binacional. Ahora si me permite, señor Presidente, y copiándole un poquito al Papa, que estuvo aquí hace poco. (Interpretación del inglés al español) La semana pasada vimos al Papa Benedicto XVI, en su primera visita a este país, rindiéndole homenaje a la nación bicultural, que es Estados Unidos, así como oficiando la misa en inglés y español. Mi mensaje a la gente de esta gran Nación, a los candidatos presidenciales y sus partidos, así como a los medios de comunicación, es que dejen de usar a los migrantes como costal de box, para ganancias políticas. Migrantes y no migrantes, todos somos humanos. Todos compartimos nuestros sueños y deseos de éxito. Migrantes y no migrantes, todos somos hijos de Dios. En su discurso Tengo un Sueño, Martin Luther King habló de la fiera urgencia del ahora. Por tanto, no sólo queremos la reforma migratoria, sino también una reforma progresiva de instituciones y de la sociedad en general. Queremos una reforma progresiva de la forma americana de pensar. DISCURSO No podemos seguir permitiendo que las familias se separen debido a políticas migratorias injustas. No podemos permitir que a nuestros hijos e hijas se les arrebate el derecho de hablar español. No podemos permitir que quienes discriminan a nuestra gente se escondan tras un gafete de agente de procuración de la ley. No podemos permitir que nuestros espíritus se amarguen debido a la oscura mano del racismo. Recordémosles a los políticos y a sus partidos, a los grupos a favor y en contra de los migrantes, lo que dijo Robert Kennedy: Todos sabemos todo lo bueno que Estados Unidos ha hecho para sus migrantes. Sin embargo, no olvidemos todo lo bueno que los migrantes han hecho para Estados Unidos. (Termina interpretación) Y por último, y como jalisciense residente en Santa Ana, Santa Ana, California, me permito hacerle un llamado en materia de los últimos sucesos que afectan a las federaciones y clubes de oriundos en ese estado de California. Le pedimos, señor Presidente, que intervenga ante los partidos políticos en México y los gobiernos estatales; le pedimos que les haga saber que los migrantes no tenemos color, ya que no estamos divididos, nos une un lazo de fraternidad y esperanza, ya que tanto sufre la discriminación y racismo el migrante de Michoacán como el de Jalisco, o de Guanajuato. Por ello, nuestras organizaciones sin fines de lucro y nuestras federaciones deben estar exentas de la influencia de partidos políticos mexicanos; debemos de buscar aquello que nos une y no lo que nos divide. Agradezco, señor Presidente, su atención y su tiempo; a mis compañeros consejeros les auguro una Asamblea histórica. Dejemos huella aquí en Dallas, del nuevo capítulo de nuestra comunidad migrante. DISCURSO Enviemos el mensaje a nuestra comunidad de que juntos, Estados Unidos, México y la comunidad migrante, podemos resolver nuestras diferencias. Gracias, muchas gracias.