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¿Qué pasará el Super Martes? Aníbal Romero (Los Angeles, California. 02.02.08) La verdad es que nadie lo sabe. Sería un atrevimiento pronosticar con alguna certidumbre lo que pudiese ocurrir el martes 05 de febrero en las elecciones primarias en los Estados Unidos. Se trata de un proceso complejo que está ocurriendo en medio de una atmósfera nacional caracterizada por la desazón con respecto al actual rumbo de las cosas. A ello se suman factores novedosos como la presencia de un hombre de color y de una mujer del lado demócrata, así como la reciente y poderosa resurrección de John McCain del lado republicano. No obstante todo lo anterior, vale la pena precisar algunos puntos y adelantar ciertas opiniones más bien cautelosas acerca del significado que podría alcanzar el Super Martes. En primer término hay que enfatizar, aunque parezca innecesario, que se trata de elecciones primarias para escoger a los candidatos de los partidos, y no de las elecciones presidenciales. Estas últimas, es decir, las elecciones presidenciales como tales, tendrán lugar en noviembre próximo; por lo tanto falta un largo camino por recorrer y son incontables las variables que pudiesen intervenir para moldear el resultado final en el otoño. En segundo lugar es bastante claro que en Estados Unidos se vive actualmente un clima de insatisfacción, desasosiego y deseo de cambio. Ahora bien, nada garantiza que la venidera elección de noviembre dará origen efectivamente al tan ansiado cambio. No pocas veces la historia toma senderos imprevistos y siempre conviene recordar que los dioses de la tragedia griega castigaban a la gente complaciéndoles en exceso. Algunos hablan de que la elección de noviembre será “histórica” por la magnitud de los cambios que generará. Mi percepción es que eso está por verse. Presencié los debates republicano y demócrata en California esta pasada semana. De los mismos saco varias conclusiones: Por una parte, es palpable que al menos por los momentos, el mayor entusiasmo, compromiso y determinación están del lado demócrata; por otra parte hay que resaltar la calidad de los intercambios en ambas ocasiones, aunque el debate entre Clinton y Obama fue mas lucido y sustancioso que el republicano, entre otras razones porque fue un debate entre dos contendores y no entre cuatro, lo cual contribuyó a focalizar mas intensamente los puntos de vista de cada personaje. Causa cierta sana envidia contemplar personalmente este proceso de elecciones primarias norteamericanas, pues el mismo pone de manifiesto el gran vigor de esta democracia fundada hace mas de dos siglos, así como la categoría de varios de los principales políticos que ahora buscan la Presidencia del país. Es innegable que el período de gobierno de George W. Bush es hoy visto por muchos con ojos muy críticos; pero mas allá del hecho que el significado de su legado será definido mas adelante por los historiadores, en el presente lo que hizo, ha hecho y ha dejado de hacer Bush dibuja los contornos de la actual competencia electoral. En ese orden de ideas, la sociedad norteamericana pareciera estar ansiando y esperando una especie de segundo “nuevo trato” (New Deal), que diseñe otra vez el pacto social estadounidense a favor de las mayorías. Además la polémica sobre la guerra de Irak también está produciendo una exigencia, todavía abstracta e indefinida pero real, de reconsideración de la política exterior y de defensa de los Estados Unidos. Dado el natural desgaste luego de casi ocho años de gobierno republicano, sumado al carácter controversial de la figura política de Bush, así como tambien la guerra de Irak y la creciente crisis económica, llama la atención que todavía la ventaja demócrata en las encuestas no sea tan avasallante y decisiva como podría pensarse. Esto podría cambiar y en lo personal no me sorprendería una contundente victoria demócrata en noviembre; sin embargo, ello no se ve aún del modo prístino que algunos imaginan. Por ahora, tanto Clinton como Obama estan trasmitiendo un mensaje con fuerte contenido social, énfasis sobre las dificultades de la economía, y repetidas promesas, mas bien imprecisas, en torno a la retirada de las tropas norteamericanas de Irak. En cuanto a los republicanos el mensaje es todavía fluído, y será una vez que el candidato resulte escogido cuando dicho mensaje obtenga mayor presición. El Super Martes podría aclarar muchas cosas en la medida que ambos partidos logren definir su candidato. En el caso de los demócratas cualquiera que sea el seleccionado representará una importante innovación en la política de los Estados Unidos. La posibilidad de que una mujer o un hombre de color se conviertan por vez primera en abanderados de uno de los grandes partidos del sistema constituye un gran cambio y un desafío, demostrando ciertamente la salud esencial de una sociedad que admite con sinceridad el pluralismo. Ahora bien, estas innovaciones tambien producen resistencias, y en los meses que restan los republicanos no van a quedarse con los brazos cruzados. Acerca del tema de Irak Hillary Clinton ha sido bastante cautelosa. Se ha negado con valentía a pedir disculpas por su voto inicial que autorizó al presidente Bush a usar la fuerza, así como en relación a sus votos posteriores para financiar las tropas. Ha afirmado que en su momento, y con base a la información disponible entonces, ella hizo un juicio razonado y tomó una decisión ponderada. Lo que la senadora Clinton parece perder de vista es que lo mismo podría decir el presidente Bush. Clinton ha aseverado que a los dos meses de alcanzar la presidencia ella empezará a retirar las tropas de Irak, mas a la vez afirma que la estrategia de salida debe ser llevada a cabo de manera equilibrada y exitosa. De su lado el senador Obama afirmó en el debate que el haría un retiro rápido de las tropas, pero al mismo tiempo buscaría una “salida honorable”, manteniendo una fuerza militar norteamericana en la zona (“strike force”) para impedir el restablecimiento de bases terroristas en Irak y Afganistan. Me temo que ambos candidatos demócratas estan haciendo promesas sobre Irak que no podrán cumplir si llegan a la presidencia. En lo que toca al senador McCain, repite con razón que el cuestionó la estrategia inicial en Irak, fue un promotor de la nueva estrategia llamada “la oleada” (“surge”), que está arrojando resultados positivos, y finalmente que Estados Unidos debe permanecer en Irak hasta lograr una clara victoria. De tal forma que al menos McCain estará dispuesto a decir verdades con respecto a las perspectivas de los Estados Unidos en el Medio Oriente. El senador Obama insiste en presentar las venideras eleciones como una lucha entre el futuro y el pasado; no obstante, el peso del pasado siempre se hace sentir en el presente y el futuro. Estados Unidos se encuentra viviendo una etapa política de extraordinario interés y grandes implicaciones para el mundo entero. La propia sustancia del pacto social americano está siendo debatida, en función de una mayor justicia. La proyección de Estados Unidos en el mundo también esta siendo sujeta a discusión, aunque no siempre de manera esclarecedora. El Super Martes será un paso mas en la creación del contexto de este debate. Mi impresión, hasta el momento, es que el viento histórico favorece a los demócratas, pero “una semana es un largo tiempo en política”, y varios meses son una eternidad.