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1.B. Producción - Acción - Extensión B.1.- Diseño como constructor de identidad regional en la producción Iconografía de la Fruticultura del Alto Valle del Río Negro. Rescate de la historia regional. Julio Bariani juliobariani@yahoo.com.ar Carrera: Licenciatura en Diseño Visual, Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), Proyecto de Investigación (I+D+i) Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño, Sede Alto valle y Valle Medio 8332 General Roca. Estados Unidos 750, Tel 0298-4427399 juliobariani@yahoo.com.ar DISEÑO + FRUTAS + HISTORIA Punto de partida Esta ponencia comienza como proyecto de investigación en el ámbito de Secretaría de Investigación, Creación Artística, Desarrollo y Transferencia de Tecnología de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Se desarrolla en torno al diseño gráfico en el campo de los afiches y etiquetas en la fruticultura del Alto Valle de Río Negro y Neuquén: se trata de hacer un trabajo descriptivo, analítico y comparativo de la evolución y analizar el desarrollo diacrónico de los elementos identificatorios (marcas, símbolos y logotipos e ilustraciones) en la fruticultura regional –haciendo eje en la comercialización de pera y manzana, en un lapso que abarca aproximadamente desde el segundo cuarto del siglo XX –primeras marcas locales– hasta nuestros días. A tal efecto, se partirá de las piezas gráficas producidas para satisfacer las necesidades de comercialización de la fruta en la región, uno de cuyos aspectos se vincula con la demanda de packaging con identidad propia. Estas piezas serán analizadas en función de describir la evolución que ha tenido la gráfica en la identidad visual de los productos. En este sentido, seguiremos de cerca los estudios realizados por Mabel Amanda López (2000), quien en su trabajo “Color e identidad institucional. Elecciones cromáticas y lumínicas en entidades educativas universitarias de Buenos Aires”, da pistas certeras de lo que significa la identidad: “La identidad de una institución es resultado de un complejo proceso de planificación que involucra a profesionales de distintas disciplinas. Esa identidad se hace visible y comunicable por medio de distintos objetos de diseño (arquitectónico, gráfico, industrial, textil, multimedial) que integran un sistema de signos. El color es uno de los elementos clave en la conformación de la identidad corporativa: su impacto visual, pregnancia, memorabilidad, posibilidad de reproducción en diferentes aplicaciones son factores tenidos en cuenta en el diseño. Pero, además de los aspectos perceptuales y de producción y reproducción material, la eficaz elección del color institucional se funda en los valores que les atribuyen los destinatarios. Las asociaciones positivas o negativas se trasladan (metonímicamente) de los signos a los objetos, ya sean productos o servicios.” A López le sumaremos los aportes que llegan desde la Universidad de Bio-Bio de Chile, específicamente del Departamento de Comunicación Visual de la mano de Ninón Jegó-Araya (2000), que estudió el diseño de la gráfica de envases de bienes de consumo y sostiene que: “(…) Los elementos que componen el sistema iconográfico utilizado por la comunicación visual en el diseño de la gráfica de envases de productos alimentarios, constituyen un código establecido, y que cada cultura utiliza este código de una manera particular, pero consistente para los usuarios de la misma cultura”. Nosotros proponemos recuperar la historia del diseño en la fruticultura regional a través de la investigación de su desarrollo a lo largo de cerca de una centuria. Desde los orígenes de la comercialización de la fruta en la región, hubo una evidente inquietud vinculada con la necesidad de generar una identidad visual; el proyecto intenta rescatar ese proceso que corre el riesgo de perderse junto con la enorme riqueza gráfica que ha acompañado desde sus orígenes la producción y comercialización de peras y manzanas. La paulatina concentración económica de la fruticultura no escapa a la tendencia general de la economía mundial, y en particular en el país a partir de los años ´90. Los pequeños productores-empresarios no pudieron sostener su independencia comercial y debieron someterse a otras grandes empresas con la consiguiente pérdida de autonomía, suprimiendo sus propias marcas con las cuales comercializaban los grupos transnacionales. Cabe aclarar que tienden más a una imagen despojada con lo cual se pierde la identidad del lugar de origen. El panorama actual se debate entre los procesos que afectan a esta posmodernidad periférica regionalización-globalización lugar – no lugar. Los diseñadores estamos ante una disyuntiva conceptual: tratar de recuperar, en los casos que lo permitan la iconografía propia de la cultura de la zona, lo que quiere decir, mantener una identidad. La importancia de la investigación en la zona de anclaje Con la recientemente creada Universidad Nacional de Río Negro y su carrera de Licenciatura en Diseño Visual, resulta perentorio dar respuesta a una necesidad que no por no ser advertida es menos urgente: la de preservar la historia viva de la región, uno de cuyos capítulos se vincula con el área productiva, específicamente con la fruticultura, y a la amplia gama de actividades que esta concentra. Dentro de estas, la historia visual vinculada con la producción de peras y manzanas en la región, está corriendo el riesgo de quedar olvidada con la paulatina desaparición de los pequeños productores, así como de las imprentas donde se realizaban dichas piezas, como por ejemplo la desaparición en General Roca de la imprenta Vallegraf Offset, donde se daba satisfacción a una importante porción de la demanda local. Por estas razones, y antes que desaparezcan los elementos testimoniales de esta actividad, urge hacer un relevamiento de las piezas gráficas que han acompañado esta actividad vinculada, por una parte, con un capítulo sustancial de la inmigración en la Argentina que se puede constatar –y esto es de por sí una hipótesis de trabajo—en las piezas gráficas que acompañaron y sustentan actualmente la producción local. Resulta central, para la historia del diseño en la región y en el país, la recuperación de la historiografía visual de la fruticultura valletana. Debido a que no se registran antecedentes en la bibliografía disponible sobre la temática propuesta en esta investigación, este material no sólo implica una tarea de recuperación, sino que estaría destinado a transformarse en un apoyo didáctico sustancial a la hora de trabajar estas temáticas en las aulas universitarias de la región. Algo de historia Para una clara definición del proceso experimentado, es necesario repasar la historia de una región que vio variar su geografía en función de la mano del hombre. La canalización de los ríos permitió la explotación de la tierra; para ello fueron necesarios diversos elementos: primero, la presencia del ferrocarril, que permitió la comunicación en esta vasta región de nuestro territorio; y los inmigrantes españoles e italianos que trajeron consigo sus manos, sus costumbres y también su cultura visual. El paisaje se pobló de pequeñas parcelas explotadas por grupos familiares, las denominadas chacras primero privilegiaron las manzanas, las peras y actualmente hay una tendencia a cubrir la oferta frutícola. La explotación de peras y manzanas demandó el mítico cajón de madera con una inscripción en los laterales: Manzanas de Río Negro o, simplemente, Río Negro, en cuyo cabezal se aplicaba la etiqueta o afiche --impreso a cuatro colores-- con una iconografía muy particular. Este simple artificio constituyó el primer concepto de marca o imagen de producto y le fue otorgando a la imagen de las marcas una identidad propia de la fruticultura del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Nombres como El Tanito, Rialto, El Veneto obedecen a una cultura inmigratoria. El resultado de su imagen: paisajes ilustrados o personajes (Gladiador, Guerrero) con un mismo criterio de resolución y, hasta hace unos años, un código de color para los fondos de las etiquetas: rojo para mercado interno, verde para el externo. Fig. 1. Etiqueta El Tanito Fig. 2. Etiqueta El Veneto Fig. 3. Etiqueta Rialto Fig. 4. Etiqueta Guerrero Para los años 50 estos trabajos eran captados por muy pocas imprentas, algunas lejos del lugar de producción. Es por eso que, haciendo una comparación entre algunos de ellos se advierte que era diseñados por la misma “mano”: entonces es posible señalar no solo una identidad particular, sino una homogeneidad de criterios visuales. Para 1970 se incorpora la caja de cartón corrugado tanto para peras como para manzanas. Este cambio se debió a una cuestión operativa dentro del proceso de embalaje: costos, factor higiénico y de presentación --si bien algunos países todavía demandan el envase de madera, dado que ellos reciclan la madera para otros fines. Esto modificaría claramente la imagen de producto de las distintas marcas. Ya comienza a percibirse una transición entre aquella iconografía que responde a términos propios de una cultura de inmigrantes y una tendencia que intenta ponerse a tono con una política exportadora en crecimiento. Todo este proceso no era ajeno a la transformación de estas pequeñas empresas (que en algunos casos continúan siendo familiares), que se desplegaba una estrategia más aggiornada donde se comenzaban a aplicar otras herramientas de comunicación. En algunos casos, como se ha trasladado aquel afiche al volumen que implica diseñar la caja de cartón (en nuestro país la tecnología disponible permite la impresión de tres pasadas de tinta o colores) ha permitido mantener cierto criterio de comunicación que la hizo característica, -aún hasta dentro de nuestro país respecto de otros productores frutícolas, los de cítricos, por ejemplo. Alrededor de 1980, se ha ido produciendo una renovación en la gráfica de las empresas consecuencia de los cambios experimentados en los modos de organización empresaria de la región. Es así que se pueden determinar tres grupos claramente diferenciados: 1. productores-empresarios locales con generaciones que se suceden en el manejo del establecimiento; 2. empresarios con raíces regionales pero con centro comercial operativo en Capital Federal; 3. empresarios externos con base de operaciones en países centrales. Todos estos grupos trabajan sus productos hacia el mercado interno y externo: la elección del tipo de material de los envases depende de la demanda de cada uno de los mercados: tradicional cajón de madera (peras), cajas de cartón corrugado blanco o marrón. Cada uno tiene rasgos que les son propios: los primeros trasuntan una necesidad de trasladar el afiche a todo el volumen de la caja, dando por resultado una imagen saturada de información y color: las marcas Sensación o San Formerio son un ejemplo de ello. Fig. 5. Etiqueta Sensación Fig. 6. Primer rediseño Fig. 7. Pallet de marca Sensación Mientras que los productores-chacareros optan por mantener una continuidad visual que les otorga un sentido tradicional a las marcas que manejan. Con la aparición de estudios de diseño en la zona, se ha transferido aquella iconografía a las necesidades que las cajas de cartón corrugado demandaron. Algunas de las empresas con base en Buenos Aires han logrado una imagen de producto más afinada y con un equilibrio de todos sus componentes formales: Moño Azul es un caso testigo para poder ejemplificar este segundo grupo. A su muy buena resolución de imagen de producto, le ha agregado una estrategia de comunicación y publicidad innovadora. Así es que la empresa logró aparecer en La noche del domingo, programa conducido por Gerardo Sofovich que emitía Canal 13 de Buenos Aires, donde los participantes jugaban a cortar una manzana en dos mitades, pesarlas y que ambas tuvieran el mismo gramaje. La marca actual de Moño Azul refleja claramente la evolución que ha tenido su identidad a lo largo de más de cincuenta años. Partió de una ilustración típica en las primeras etiquetas para luego reformularse el signo 'moño', y, en un proceso de síntesis, se lo convierte en pictograma, para después constituirse en el símbolo de la marca. Con la incorporación de la caja de cartón corrugado, se replantea el diseño y no sólo la marca, símbolo y logotipo, sino también su aplicación, en un despliegue de color y contraste. En la actualidad, aquel programa fue rediseñado lográndose una propuesta en la que el signo gráfico 'moño' y el signo lingüístico, Moño Azul, conforman una unidad. Este concepto se recrea a partir del armado en el pallet, sistema de estiba de cajas utilizado para transportar la fruta. Fig. 8. Etiqueta Moño Azul (1960) Fig. 9. Etiqueta Moño Azul (1990) Fig. 10. Caja de cartón corrugado Moño Azul (2000) Fig. 11. Caja de cartón corrugado Moño Azul (Actual) La creciente globalización de la economía mundial ha determinado la conformación de grupos de origen europeo, como es el caso de la empresa Expofrut, que ejemplificaría el tercer grupo. Desde el extranjero se determina la política de imagen con chacras, establecimientos propios, y con galpones satélites que trabajan para la empresa con marcas y envases de ésta. Fig. 12. Marca Expofrut El proceso de concentración económica de la fruticultura no escapa a la tendencia general de la economía mundial, y en particular en el país a partir de los años ´90. Los pequeños productores-empresarios no pudieron sostener su independencia comercial y debieron someterse a otras grandes empresas con la consiguiente pérdida de autonomía, suprimiendo sus propias marcas con las cuales comercializaban. Los grupos transnacionales, por su parte, tienden más a una imagen despojada con lo cual se pierde la identidad del lugar de origen. Los avances de la investigación y lo que resta por hacer Como la primera tarea de esta investigación es el trabajo de campo, su concreción no dista de ser producida, ya que aún no han desaparecido los elementos testimoniales del proceso de la fruticultura en la región. De esta manera, es posible recuperar estos elementos gráficos debido a que es factible contactar descendientes de los fundadores de los establecimientos iniciales, así como indagar en colecciones y bibliotecas privadas, y en archivos de imprentas, que no han dejado de funcionar y todavía conservan parte del material que trabajaron. Cabe mencionar que esto podría constituir la piedra fundamental de un archivo visual de la región que quedaría incorporado al patrimonio de la Licenciatura en Diseño Visual. Hasta el momento hemos logrado reunir una importante colección de más 600 etiquetas de distintas marcas que ha permitido situarnos y establecer un estado de situación respecto del corpus que hay disponible en El Valle para analizar. También se han realizado entrevistas con particulares que tienen colecciones privadas y con individuos de la región vinculados con la empresa frutícola (Asociaciones de Productores, INTA, Empresas Frutícolas). Todo en pos de conseguir más material. Una vez que hayamos concluido con esta etapa, nos quedará seguir con las siguientes: • • • • • • • Realizar una cronología local; Tipificar casos paradigmáticos; Coleccionar, registrar y archivar sistemáticamente (según pautas que el proyecto establece) piezas gráficas que ayuden a reconstruir el proceso diacrónico del diseño visual en la construcción de identidades en el ámbito frutícola; Continuar con la descripción de la evolución del diseño gráfico vinculado a la comercialización de la fruta en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén; Comparar las piezas gráficas producidas en la región con otras del mismo lapso en la Argentina; Analizar los rasgos identitarios fundantes de la gráfica regional a fin de colaborar en el rescate de la iconografía valletana en la generación de una identidad específica local. Desarrollar un análisis crítico de políticas y economías como condicionantes del desarrollo del diseño en el ámbito propuesto. Entendemos que dado que la temática y el corpus que estamos recopilando, y luego analizaremos y pondremos en contexto histórico no ha sido estudiado con anterioridad, resulta una propuesta original en ese sentido. De esta manera, esperamos hacer una contribución a la bibliografía referida a la temática planteada. Bibliografía ArgenColor 2000, Actas del Quinto Congreso Argentino del Color, editadas por J. Caivano y R. Amuchástegui. Buenos Aires: Grupo Argentino del Color. Blanco, R. (2005). El diseño en Argentina (1945-1965). En Historia General del Arte en Argentina. Tomo X. Buenos Aires: Academia Nacional de las Artes. Bonsiepe, G., De Ponti, J., Fernández, S. (2004). Diseño 2004. Investigación, Industria, País, Utopías, Historia. La Plata: NODAL. Dormer, P. (1993), El diseño desde 1945. Barcelona: Ediciones Destino. Hobsbawm, E. (1996). Historia del siglo XX (1914-1991). Barcelona: GrijalboMondadori Perazzo, N. (1983). El arte concreto en Argentina. Buenos Aires: Gaglianone. Fernández, S., Gui B. (Coord.). (2008). Historia del diseño en América Latina y el Caribe. Industrialización y comunicación visual para la autonomía. São Paulo: Editorial Blüche. Sattué, E. (1989). El Diseño Gráfico, desde los orígenes hasta nuestros días. Madrid: Alianza.