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Pez león (Pterois volitans) Se ha reportado la presencia del pez león (Pterois volitans) en el Golfo de México y frente a Cancún (Hare y Whitfield, 2003). Esta especie venenosa, originaria del Pacífico Oeste y Oceanía es muy popular entre los acuaristas y es una de las 10 especies importadas más valiosas en los Estados Unidos (Balboa, 2003). Su presencia frente a las costas de Estados Unidos y de México es probablemente el resultado de escapes, accidentales o intencionales (Ruiz-Carus et al., 2006). Debido a que las características de la región son parecidas a las que se encuentran en su área de distribución nativa, es posible que esta especie ya esté establecida y reproduciéndose en la zona (Cohen, 2004). Descripción y características Pez león. (Foto: Mark Rosenstein / Active Window Productions, Inc.) Son peces grandes, que pueden llegar a alcanzar los 38 cm y pesar 1200 gr. Se distinguen por presentar líneas verticales rojas, café y blancas a lo largo de todo su cuerpo, aunque los tonos varían en función del hábitat. Presentan 13 espinas dorsales y 3 anales elongadas y separadas, entre 10 y 11 radios dorsales y 6-7 radios anales. Las aletas pectorales tienen forma de abanico. Tienen pequeños tentáculos carnosos arriba de los ojos y debajo de la boca. La especie es crepuscular y nocturna y se encuentra en las costas tropicales en bancos de algas, arrecifes coralinos o lagunas costeras de poca profundidad. Tienen un complicado ritual de cortejo y apareamiento, las hembras producen dos sacos de huevecillos envueltos en una mucosa que se disuelve en la columna de agua, liberándolos (Ruiz-Carus et al., 2006). Impactos Su coloración le permite pasar fácilmente desapercibido, representando un riesgo para los buzos o nadadores. Es un pez territorial que en ocasiones nada rápidamente hacia el agresor para herirlo con sus espinas (Myers, 1991). Todas las espinas del pez león son venenosas y su picadura, aunque es relativamente indolora al principio, es extremadamente dolorosa después de un rato, dependiendo del veneno recibido. Los síntomas pueden incluir inflamación, enrojecimiento, sangrado, nauseas, entumecimiento, dolor de articulaciones, ansiedad, cefalea, confusión, mareo, parálisis o convulsiones (Halstead y Courville, 1970). Las heridas más comunes en humanos son en la mano, y se ha reportado daños severos al manejar a ejemplares recién muertos (Pulce et al., 1991). Los ejemplares juveniles de Pterois volitans tienen una gran capacidad de desplazamiento, lo que les ha permitido llegar hasta las aguas del Golfo. Son carnívoros que se alimentan de pequeños peces, crustáceos y moluscos y son notablemente rápidos en adaptarse a consumir nuevas presas (ISSG, 2007), por lo que representan una amenaza para la biodiversidad marina del Golfo de México, las actividades económicas enfocadas a turismo y pesquerías. Fuente: Conabio Febrero de 2010