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REVISTA VENEZOLANA DE UROLOGÍA Información para los autores ........................................................................................................................... 2 Junta Directiva ................................................................................................................................................... 3 Editorial .............................................................................................................................................................. 7 Artículos de Revisión VARICOCELE EN POBLACION JUVENIL Parte II Revisión de un tema controversial. Julio César Potenziani Bigelli, Silvia Daniela Potenziani Pradella. ......................................................................................... 9 LA MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA COMO MODELO DE DECISIÓN CLÍNICA Mario J. Patiño Torres .............................................................................................................................................. 20 Trabajos Originales TRATAMIENTO MÉDICO DE LA LITIASIS URETERAL DISTAL Grillo E, Rojas L LG, Carvelli F. Chang F, Maita R, Meleán E, Parra G, Páez A, García D, González E, Moreira O, Pardo JM. ............... 30 Gerardo Acero Velázco. ............................................................................................................................................ 34 Kenneth J. Palmer-Román, Domingo A. Adriani-Grillo, Rafael Ramírez-Lares, Francisco Fariñas, Rafael E. Sánchez-Salas, José F. Vivas-Arizaleta. ............................................................................................................................................. 40 INJERTO DÉRMICO CON INCISIÓN DE LA PLACA VS. PLICATURA COMO ALTERNATIVAS QUIRÚRGICAS EN LA ENFERMEDAD DE PEYRONIE DOSIS ÚNICA DE CEFAZOLINA SÓDICA COMO PROFILAXIS EN LA CURA OPERATORIA DE VARICOCELE Reportes de Casos Clínicos REPARACIÓN LAPAROSCÓPICA DE FÍSTULA RECTO-VESICAL René Sotelo, Alejandro García, Henry Yaime, Eduardo Rodríguez, Rinci Dubois, Robert de Andrade, Oswaldo Carmona, Alberto C. Stein....................................................................................................................................................... HEMANGIOMA CAVERNOSO DEL EPIDÍDIMO Y DEL CORDÓN ESPERMÁTICO SIMULANDO UN TUMOR TESTICULAR Teodoro di Capua, Ana I. Aguilar, Nelson Díaz L, Erick Moreira, José León. 44 ............................................................................ 48 TUMOR FIBROMIXOIDE SARCOMATOSO DE PRÓSTATA Germán Cruz, Francisco Farinas, Ernesto Hernández, Antonio León, Luís López, Kenneth Palmer, Rafael Sánchez............................ 51 Pedro A. González G. Luis Visbal, Ledy Hernández, José Briceño, Marcos Vásquez, José Álvarez, Lenin Araujo. .............................. 53 Rafael Ernesto Sánchez S, Hernández E, Palmer Román KJ, Cruz G, López L, Sanchez F, León A, Daboín I, Correnti M....................................................................................................................................... 55 QUISTE PROSTÁTICO SINTOMÁTICO TUMOR NEUROECTODÉRMICO PRIMITIVO DE LA PRÓSTATA. SARCOMA DE EWING / PNET REV VEN UROL • 5 Vol.51 Enero - Junio 2005 • INFORMACIÓN PARA LOS AUTORES INFORMACIÓN PARA LOS AUTORES• A. La REVISTA VENEZOLANA DE UROLOGÍA es el órgano oficial de divulgación de la SOCIEDAD VENEZOLANA DE UROLOGÍA, su publicación es semestral en idioma castellano. H. El artículo debe ser redactado en secuencia de: introducción, pacientes, materiales y métodos, Resultados y discusión, extensión máxima de 20 páginas tamaño carta doble espacio. B. Los trabajos deberán ser enviados al director de la REVISTA Dr. José Manuel Pardo F., a la sede de la Sociedad Venezolana de Urología urbanización Los Palos Grandes, Av. Francisco de Miranda, edificio Mene Grande, piso 6 oficina 6-4. Chacao. Estado Miranda, Venezuela. Teléfonos: 2858077/ 2853676 / Fax: 2856240. Deben ser en original y copia, además de un disquete con el artículo en formato de Word. I. Las referencias según las normas de Vancouver. En caso de revistas: apellidos e iniciales de los autores, iniciales del nombre sin colocar puntos; título del artículo, nombre de la revista abreviado; año de publicación seguido de coma, volumen seguido de dos puntos, página inicial, guión, página final. En acaso de citas de libros se pondrá el apellido e iniciales de los autores, título de la obra en idioma original, ciudad, casa editora, año, primera y última página. C. Los trabajos no deben haber sido publicados con anterioridad ni presentados simultáneamente en otras publicaciones y una vez aceptados pasarán a ser propiedad de esta REVISTA y no podrán ser impresos sin autorización. D. La REVISTA y su Comité Editorial se reservan el derecho de aceptar o rechazar los originales que considere para su publicación; así como proponer modificaciones de forma y presentación de los trabajos. E. La responsabilidad científica y legal que pueda derivarse del contenido de los artículos será totalmente exclusiva de los autores. F. Los artículos deben constar de las siguientes partes: título, nombre del autor o autores con sus respectivos cargos y dirección para envío de correspondencia; resumen y palabras clave; cuerpo del artículo, referencias y tablas. G. El título debe ser corto y relacionarse estrictamente al objetivo del trabajo. El manuscrito debe contener un resumen en español, título y abstract en inglés que no exceda las 150 palabras; el resumen debe incluir el objetivo del estudio, materiales, métodos, procedimientos, resultados; debe contener una conclusión breve de lo hallado en el estudio. 2 • REV VEN UROL J. Las imágenes incluidas en cada trabajo deberán presentarse preferiblemente en original o digitalizadas en una resolución superior a los 300 dpi. Cada una debe estar identificada con el nombre del trabajo, del autor y el número de gráfico o figura. A éstas debe hacerse clara referencia en el texto. Modalidades de contribuciones • Editorial: se relacionará a las actividades de la Sociedad, eventos, información de la publicación; esta página será entera responsabilidad del editor o persona asignada para la edición. • Trabajos originales: contribuciones de carácter inédito en su totalidad. • Casos clínicos deben presentarse en forma concreta, no excediéndose de 5 páginas con máximo de 5 ilustraciones. • Artículos de revisión: son revisiones exhaustivas de diferentes temas con un máximo de 25 páginas a doble espacio. Vol.51 Enero - Junio 2005 REVISTA VENEZOLANA DE UROLOGÍA Vol. 51 Enero - Junio 2005 Fundada en 1941 COMITÉ EDITORIAL. DR. José Manuel Pardo. Director-editor: Dr. Teodoro Sucre. Dr. Segundo Ortíz. Dr. Luis Guaiquirian. Dr. Leonardo Borregales. Dr. Alberto Páez. DIRECTIVA NACIONAL DE LA SOCIEDAD VENEZOLANA DE UROLOGÍA. PERÍODO 2002-2004 DR. ALESSANDRO COLANTUONO. Presidente: Vicepresidente: DR. LUIS GUAIQUIRIÁN. DR. JOSÉ MANUEL PARDO F. Secretario General: Secretario de Finanzas: DR. ALEXIS AMARIO. Secretario de Eventos Científicos: DR. FERNÁNDO GIORDANO. DR. ALBERTO PÁEZ. Secretario archivo y biblioteca: DR. RICARDO MONTIEL. Secretario de Relaciones Institucionales: DR. ANTONIO LEÓN. Vocales: DR. AUGUSTO CORRENTE. DR. JESÚS VIZCAÍNO. DR. FRANCISCO CANONICO. DR. EDUARDO PEÑA. COMISIÓN DISCIPLINARIA. Principales: Suplentes: DRA. CÁRMEN MARTÍNEZ NATERA. DR. PAÚL ESCOVAR. DR. NÉLSON MEDERO DR. ORANGEL TROCONIS. DR. DARIO PISANI. DR. JOHN NOVAO. COMISIÓN ELECTORAL. Presidente: Secretario: Vocales: DRA. ENRIQUE PARRA BERNAL. DR. RAMÓN GRANADOS. DR. JESÚS VIZCAÍNO. DR. DOUGLAS LEÓN NATERA. DR. PEDRO SOSA. DR. PEDRO BARBOZA Director de la Revista y Página WEB: DR. JOSÉ MANUEL PARDO F. Director del Boletín: DR. RENE SOTELO N. DIRECCIÓN DE LA REVISTA. Dr. José Manuel Pardo F. Sociedad Venezolana de Urología. Urbanización Los Palos Grandes, Avenida Francisco de Miranda, Edificio Mene Grande, Piso 6 Oficina 6-4. Chacao. Edo. Miranda, Venezuela. Teléfonos: 285.80.77/ 285.36.76. Fax: 285.62.40. Administración y Distribución: Informe Médico de Venezuela Dirección: Avenida Principal de los Ruices, Centro Empresarial Los Ruices, Piso 5, Oficina 514. Telf: (0212) 232.52.93 / 238.73.76 / 239.00.31 • Cel: (0416) 631.97.08 Fax: (0212) 239.71.29 • e-mail: informed@cantv.net. Diseño y diagramación: Marielena Delgado. Telf: (0212) 761.15.24 REV VEN UROL • 3 Vol.51 Enero - Julio 2005 Un cordial saludo a todos mis colegas, los cuales a través de sus trabajos de investigación hacen posible la publicación de este medio que es la Revista de la Sociedad Venezolana de Urología, la cual sirve de escenario a todos aquellos retos que como profesionales nos encontramos día a día en el área de la urología. Las XI Jornadas Inteseccionales Dr. José Ramón Pacheco Ricci fueron un éxito con el aporte de todos ustedes, de la industria farmacéutica y de equipos médicos, obteniendo una convocatoria de 300 urólogos, compartiendo gratos momentos académicos y sociales. Actualmente la Junta Directiva se encuentra trabajando arduamente en la organización del XXI Congreso Venezolano de Urología en Puerto Ordaz. Es grato notificarles que pronto a través la Fundación para el Avance de la Urología, estaremos realizando un concurso para otorgar becas en pro de desarrollar proyectos de investigación, esperamos contar con una buena cantidad de propuestas para así poder colaborar con la investigación en nuestra especialidad. Quisiera, por último, agradecer a todos ustedes por el apoyo que han brindado a esta nueva Junta Directiva durante estos primeros meses de gestión. Atentamente Dr. Alessandro Colantuono Presidente REV VEN UROL • 7 REVISTA VENEZOLANA DE UROLOGÍA Revista Venezolana de Urología Vol.51 Nº 1 (2005) Artículo de revisión VARICOCELE EN POBLACIÓN JUVENIL. PARTE II Revisión de un tema controversial Julio César Potenziani Bigelli*, Silvia Daniela Potenziani Pradella ** * Especialista urólogo. Hospital Privado Centro Médico de Caracas. Caracas - Venezuela. ** Estudiante de medicina Universidad Central de Venezuela. Escuela Luis Razetti. Resumen El presente artículo de revisión tiene como objetivo mencionar aspectos importantes del tema del varicocele juvenil, pasando por su definición, clasificación, historia, temas controversiales, fisiopatología, factores pronósticos, diagnóstico, biopsia testicular, indicaciones de cuando estudiar a estos pacientes juveniles, terapias actuales con una extensa bibliografía. Palabras clave: Varicocele juvenil, aspectos controversiales, infertilidad, biopsia testicular. Abstract This review article mentions important issues about youth varicocele concerning its definition, classification, history, controversial issues, pathophysiology, prognosis factors, diagnosis, testicular biopsies, when to study this patients, recent therapeutics and extense bibliography. Key words: Youth varicocele, controversial issues, infertility, testicular biopsie. Biopsia testicular El determinar la histología testicular a través de la biopsia tendrá una importancia sustancial, sobre todo en casos de severa oligo-zoo-astenospermia, en aquellos casos en los que tenemos reducción importante del volumen testicular (hipotrofia) uni o bilateral, que nos dé la posibilidad de explicar de manera convincente, una posible causa de falla en la obtención de embarazo posterior a la cura de varicocele o una ausencia de mejoría de los parámetros seminales alterados previos a la cirugía. Si no tuviéramos hallazgos histopatológicos nunca podríamos dar una respuesta convincente a nuestros pacientes sobre todo, insistimos, en aquellos casos con oligo-zooastenospermia severa. Marmar (2004) revela que no se vieron efectos adversos en los pacientes con varicocele sometidos a biopsia testicular y esto sin duda forma parte del estudio de pacientes con varicocele con una o más alteraciones del espermograma. Se ha demostrado, desde hace más de 25 años, que los cambios histopatológicos en las biopsias de pacientes con varicocele unilateral, lo podrían presentar por igual los dos testículos, lo que también sería una causa para considerar la corrección bilateral del varicocele aun cuando del lado derecho lo tengamos solamente subclínico, no palpable y no visible. Sin embargo, hay que decir que en la mayoría de los casos los cambios histopatológicos son principalmente del testículo afectado por el varicocele y de intensidad leve en comparación con los adultos (Kass 2001). Los hallazgos histopatológicos testiculares que podríamos conseguir en pacientes con varicoceles, son REV VEN UROL • 9 Vol.51 Enero - Julio 2005 VARICOCELE EN POBLACIÓN JUVENIL muchos y variados, por lo que la idea de acompañar las correcciones quirúrgicas de varicocele; sean unilaterales o bilaterales, con biopsias testiculares no es para nada descabellada, ya que aquellos pacientes que usualmente no mejoran sustancialmente sus parámetros seminales, o incluso empeoran, o tienen grandes varicoceles izquierdos con varicoceles de menor grado del lado derecho en el posoperatorio, se debe principalmente a las características histopatológicas testiculares que en ese momento presentan, y esa será la explicación a la mala respuesta a la cirugía o a cualquier forma de terapia. Esto es un aspecto digno de reflexión. Si pensamos que aproximadamente 80% del volumen testicular es dado por los túbulos seminíferos, cuando tengamos una disminución del volumen testicular por la presencia de un varicocele afectará sustancialmente la masa de túbulos seminíferos y por ende, afectará la espermatogénesis con todas sus consecuencias. El varicocele ocasionará cambios vasculares como: prominencias endoteliales, fibrosis de la íntima y un aumento de la cantidad de colágeno en la media de venas, vénulas y capilares (Agarwal 1991). Los hallazgos histopatológicos más usuales son: detención de la maduración en la espermatogénesis, disminución de la espermatogénesis, engrosamiento del epitelio tubular, hiperplasia de las células de Leydig, atrofia de las células de Leydig. El hallazgo de hiperplasia de las células de Leydig es de tal importancia, que se ha comprobado que su presencia limita el porcentaje de obtención de embarazos de manera dramática. No así la atrofia de las células de Leydig. Habrá esclerosis de la lámina propia peritubular con pérdida de la laminina y colageno tipo IV (Santoro 2000). Se ha mencionado muchas veces que lo que hace a un procedimiento quirúrgico exitoso o no, es la intensidad de los cambios patológicos sobre las células de Leydig o sobre las células de Sertoli. Johnson-Agger (1978) aseveraron que los cambios histopatológicos testiculares mejoraban notablemente después de la cirugía de varicocele, no llegando jamás a la normalidad. Heinz (1980) hizo biopsias testiculares en jóvenes sometidos a cirugía de varicocele y encontró cambios epiteliales tubulares, cambios histológicos en el compartimiento intersticial y cambios en los vasos sanguíneos. 10 • REV VEN UROL Cuando la severidad de los cambios histopatológicos testiculares sobre el epitelio tubular y sobre el compartimiento intersticial producto del varicocele están muy avanzados, no serán ya reversibles, aunque se haga cirugía o cualquier otra forma de terapia. Diagnóstico 1. Ecografía escrotal simple con transductores de 7.5 MHz Es el estudio más indicado para diagnosticar el varicocele, incluso superior al propio examen físico palpatorio. Los modernos transductores utilizan frecuencias de 1 a 10 MHz. Sin embargo, los más empleados en el área escrotal son los denominados ultrasonidos de alta resolución con frecuencias de 7.5 a 10 MHz lo que significa la generación de 7.5 a 10 millones de compresiones de la onda ultrasónica por segundo (Lipshultz 2002). La ecosonografía escrotal nos ayudará en los diagnósticos de afectación infecciosa epididimaria, en la presencia de hidrocele, de hidrocele del cordón, de tumores testiculares, de granulomas espermáticos posterior a vasectomías donde se extravasa el líquido espermático, de quistes epididimarios, de espermatoceles unicados en la cabeza epididimaria y por supuesto, en confirmar la hipotrofia o atrofia de uno o ambos testículos. En referencia a los varicoceles subclínicos es importante aclarar que no importa el tamaño de los mismo, ya que puede haber varicoceles pequeños que no se puedan palpar (subclínicos) y que causa un deterioro significativo en los patrones del espermograma, por lo cual el diagnosticarlos con ecosonografia resulta de suma importancia, así como con venografía, eco doppler, termografía y estudios con radionucleidos. 2. Ecosonografía-Doppler El criterio diagnóstico es cuando se consiguen venas escrotales de más de 3 mm de diámetro, con o sin maniobra de Valsalva y con o sin reflujo. Los criterios que se utilizan para determinar que podría haber varicocele son: más de 3 venas dilatadas, venas de 2 a 3 mm de diámetro con reflujo y venas más grandes de 2 mm en reposo con un aumento de diámetro mayor de 0.5 mm con maniobra de Valsalva. Y el criterio de no haber varicocele es tener venas no mayores de 2 mm en reposo. La econografía Doppler es útil en casos dudosos con los métodos convencionales, lo cual sucede en raras ocasiones. Diagnosticará el reflujo venoso tanto desde el punto de vista auditivo como impreso en el polígrafo, en JULIO C. POTENZIANI B. Y COL. versión blanco-negro o en color. Podríamos utilizarlo en casos de varicocele subclínico que no sea muy claro en la ecosonografía escrotal simple con transductores de alta resolución (6.5-7.5-10 MHz), y en casos donde se sospeche un varicocele bilateral y en casos donde el joven tenga varicocele izquierdo grado III, pero que no se logre demostrar con la ecosonografia escrotal estándar (Cayan 2001). Hay autores que no creen en la absoluta especificidad y sensibilidad del eco Doppler para el diagnóstico de varicocele, ya que, por ejemplo, Hirsch (1992) demostró que cuando el paciente realiza un esfuerzo (Valsalva) se produce un reflujo doppler-positivo en el 83% en la vena espermática izquierda y en 59% en la vena espermática derecha en un estudio que comprendía 118 pacientes sin varicocele clínicamente diagnosticable. Aún más, cuando el estudio Doppler fue comparado con la venografía espermática izquierda, resultó poco útil en distinguir entre venas espermáticas competentes e incompetentes. 3. Termografía escrotal Es un estudio utilizado ocasionalmente, para confirmar la presencia de un varicocele subclínico, para hacer el seguimiento de un caso clínico, o para detectar recurrencias posquirúrgicas. No está disponible de manera masiva y sobre todo, tendrá utilidad solamente en casos de varicocele unilateral. Gat (2004) refiere que la termografía es más sensible y precisa que el ultrasonidoDoppler y recomienda que pudiera ser utilizado como prueba de tamizaje poblacional como modalidad única en hombres infértiles. 4. Venografía Es el método más objetivo de diagnóstico de varicocele, pero es también el más invasivo y más costoso, por lo cual no ha tenido arraigo en la mayoría de los urólogos, aparte de necesitar de radiólogos intervencionistas muy experimentados. Se utiliza cuando al paciente se le va a realizar una embolización como opción terapéutica. Útil en casos de recurrencia posquirúrgica del varicocele y donde resulte imprescindible saber si hay una vena alterna que no se ligó. 5. Gammagrafía escrotal con radionucleidos Tendrá aplicación solamente en casos de varicocele unilateral y tiene un alto porcentaje de falsos negativos. Minayoshi(2001) correlacionó la hemodinámica de los varicoceles del lado izquierdo con espermatogénesis posvaricocelectomía. Llegando a conclusiones no sustanciales y que no han sido reproducidas de manera masiva por otros investigadores. Vol.51 Enero - Julio 2005 6. Espermograma De difícil obtención en adolescentes. En etapas puberales precoces los espermatozoides no se consiguen en el estudio seminal, pero a los 2-3 años del comienzo de la pubertad ya los parámetros seminales serán iguales a los que muestran los hombres adultos. Chevall-Purcell (1992) recomiendan no confiarse en parámetros normales de un varicocele de un adolescente, ya que el mismo podría deteriorarse y mostrar parámetros seminales bastante alterados con el correr del tiempo, por lo cual, es importante hacer espermogramas periódicamente en pacientes bajo estudio por varicocele y/o por infertilidad. Indicaciones de estudio y tratamiento en jóvenes con varicocele El único gran objetivo que persigue el tratamiento de los jóvenes con varicocele es preservar y/o mejorar su fertilidad, preservando lo mejor posible la función testicular, eliminado el varicocele y tratando de tener el menor porcentaje de complicaciones posibles (Cayan 2002). Tomando en cuenta muchos aspectos de los hallazgos clínicos, hallazgos histopatológicos sobre el testículo, antecedentes familiares directos, antecedentes de enfermedades del área genital, de antecedentes quirúrgicos, antecedentes clínicos de laboratorio, pruebas funcionales hormonales, se han colocado las indicaciones abajo indicadas. 1. Disminución del volumen testicular identificado con ecosonografía escrotal y comparado con patrones o tablas de crecimiento testicular para la edad del paciente. Incluso, según Kass, el varicocele en los adolescentes induce disminución del volumen tanto del testículo derecho como del testículo izquierdo. Aún más, Akbay (2000) demostró en un estudio realizado en Turquía, la relación del varicocele con la atrofia testicular y refirio que por debajo de los 11 años ninguno de los niños por ellos tratados tuvo atrofia testicular aun teniendo varicocele. Entre 11 y 14 años comenzó a presentarse la atrofia en 7,3% y aumentó a 9,3% en adolescentes entre 15 y 19 años, por lo cual, podríamos inferir, que deberíamos operarlos antes de la edad de 15 años para no conseguirnos con atrofia testicular, que pudiera en última instancia no ser reversible. REV VEN UROL • 11 Vol.51 Enero - Julio 2005 VARICOCELE EN POBLACIÓN JUVENIL 2. Cambios en la consistencia del testículo (reblandecimiento). Un excelente trabajo publicado en el Journal de Urologia Cayan (2002, 2004) refiere que todos sus niños estudiados antes y después de la cura de varicocele adquirieron una firmeza o consistencia normal de sus testículos después de la cura de varicocele. 3. Parámetros seminales alterados en variadas formas (según Pryor 1996), al menos 2 espermogramas con anormalidades persistentes en contaje, motilidad y morfología). Como en el contaje por ml (concentración), contaje total (concentración x ml del eyaculado), movilidad del espermatozoide, velocidad del espermatozoide, traslación del espermatozoide, cantidad de espermatozoides vivos o muertos, morfología espermática, y la presencia de sedimento espermático infeccioso. Lipshultz (1977, 2002) confirma que en 50-80% de los casos habrá una mejoría de los parámetros seminales posterior al tratamiento quirúrgico y 30 a 40% de los pacientes tendrán embarazos en sus parejas posterior a la cura quirúrgica de varicocele. Recientemente Cheval (1992) publicó un trabajo de gran importancia, ya que afirma que 77% de hombres que tenían parámetros seminales normales y tenían varicocele no tratado, desarrollaron alteraciones seminales sobre todo en su contaje, y 88% desarrollaron alteraciones de la movilidad espermática, lo cual hace deducir, que aquellos pacientes con varicocele y espermogramas normales no siempre mantendrán estos patrones, lo cual es útil en casos de hombres con infertilidad secundaria, es decir que ya habian tenido hijos y tienen varicocele en su examen físico. Lo que puede haber originado en el tiempo alteraciones sustanciales en los parámetros seminales de contaje total, densidad espermática, movilidad, traslación y morfología. 4. Antecedentes de biopsia testicular con afectación de la espermatogénesis (indicacion no usual). 5.Varicocele grado III unilateral o bilateral. 6.Varicocele bilateral. 7.Varicocele(s) sintomático (molestia escrotal). Causa muy debatida en el mundo entero. 8.Varicocele subclínico con parámetros seminales afectados en cualquier grado. 9. Antecedentes familiares de infertilidad con o sin antecedentes de varicocele en la familia. 12 • REV VEN UROL 10. Antecedentes del padre o del hermano con varicocele (Coleman 2001). 11. Haber tenido enfermedades del área seminal como, infecciones bacterianas, ITS, enfermedades virales (orquitis urliana-parotiditis), traumas escrotales-testiculares, antecedentes de criptorquidia operada en la infancia, antecedentes de testículos retráctiles por reflejos cremastéricos intensos, práctica de deportes de alto impacto. Tener hábitos tabáquicos y o hábitos de drogas. 12. Test de estimulación GnRH supranormal. 13. Razones exclusivamente cosméticas: al paciente le molesta verse el abultamiento en la parte superior de su escroto. Las alteraciones histológicas de las células de Sertoli del epitelio germinal y del intersticio con énfasis en las células de Leydig, así como en la barrera hemato-testicular, son aspectos fundamentales que deben estar en la mente del urólogo, ya que sin duda, la frase de Kass entra plenamente en vigencia y refuerza lo dicho anteriormente (1994). Tratamiento El manejo del varicocele consiste básicamente en interrumpir el reflujo sanguíneo a través de la vena espermática. Esto se consigue con cirugía en diferentes niveles y abordajes, con técnicas microquirúrgicas o las clásicas, con procedimientos laparoscópicos o con técnicas de angioembolización. El tratamiento del varicocele detendrá sus efectos nocivos sobre la función testicular, y en un alto porcentaje de casos mejorará la espermatogénesis, así como la función de las células de Leydig. Promoverá una esteroidogénesis normal en el testículo y ayudará a mantener un nivel de testosterona sérica normal. Mientras mayor sea el varicocele reparado mayor será también la mejoría de los parámetros seminales (Brandell 1999). Tenemos básicamente 5 técnicas para el tratamiento del varicocele sea unilateral o bilateral. En primer lugar, el abordaje subinguinal (Amelar-Dubin 1975,1977), Lipshultz, Goldstein con microscopia (1992). En segundo lugar, el abordaje retroperitoneal (Palomo (1949). En tercer lugar, el abordaje inguinal (Ivanissevich 1960). En cuarto lugar, la colocación de clips hemostáticos por vía laparoscópica (Donovan 1992) y, en quinto lugar, las embolizaciones JULIO C. POTENZIANI B. Y COL. endovenosas (Kuroiwa 1991), (Kunnen 1992), usualmente realizadas por radiólogos invasivistas. Al respecto, (Nabi 2004) publica su experiencia con 102 pacientes en la que demuestra que es técnicamente posible, mínimamente invasiva, es un procedimiento ambulatorio que mejorará significativamente la calidad seminal básicamente en su densidad espermática, pero sin mejoría en el porcentaje de embarazos conseguidos posteriormente al procedimiento. Cirugía Tenemos cuatro alternativas quirúrgicas: la vía retroperitoneal, la vía inguinal-subinguinal, la vía inguinal con ayuda de microscopio (Goldstein 1992) y la vía laparoscópica. Las complicaciones, en general, con las técnicas quirúrgicas son: la aparición de hidrocele en el periodo postoperatorio (3-40%), recurrencia-persistencia del varicocele (10-45%) y daño a la arteria testicular ocasionando hipotrofia o atrofia testicular consecutiva. En relación al hidrocele, (Radmayr 2004) recomienda el uso de azul de isosulphan para ayudar al cirujano a identificar y preservar el drenaje linfático, lo cual prevendrá la formación de hidrocele consecutivo al acto quirúrgico. A las técnicas que no utilizan aditamentos para preservar la arteria espermática, es decir no utilizan microscopio, se les denomina ANSP (Artery Nonsparing Surgical Procedure). Espósito (2004) hace un análisis, uniendo los resultados de 8 centros europeos de cirugía pediátrica sobre 278 niños y jóvenes operados con dicha técnica, consiguiendo una incidencia en pacientes entre 7 y 17 años de 3 a 40% de aparición de hidrocele de novo. La vía inguinal clásica fue descrita por Ivanissevich (1960), utilizando el mismo abordaje de la herniorrafia inguinal. Esta técnica clásica realiza una incisión sobre el anillo inguinal interno hacia el anillo inguinal externo, con abertura de la fascia del oblicuo externo, con exposición del cordón espermático y del plexo pampiniforme, con ulterior disección y sección del plexo pampiniforme venoso dilatado. Se describe 7% de hidrocele consecutivo. Posteriormente, Amelar y Dubin (1977) hacen una modificación a la técnica clásica. Proponen la vía subinguinal la cual es más inferior a la anterior, no incinde la fascia del oblicuo externo y realiza el mismo procedimiento con el plexo pampiniforme dilatado. Provee un excelente acceso a las colaterales cremastéricas y el porcentaje de recurrencia es de menos del 10%. El tiempo de recuperación y de reintegro a las actividades del Vol.51 Enero - Julio 2005 paciente es menor a 7 días. El porcentaje de atrofia testicular posquirúrgico y la formación de hidrocele es menor que con cualquier otra técnica. El tiempo operatorio es muy rápido (10 a 15 minutos por cada lado). Sugeriríamos para obtener un mejor resultado final, los siguientes datos: si hay varicocele bilateral, así sea subclínico el del lado derecho, operarlos en la misma sesión quirúrgica, esto favorecerá los parámetros seminales más rápidamente que si hacemos la cirugía en dos tiempos; realizar una incisión de piel del ancho de un Farabeuf, no incindir la fascia del oblicuo externo; hacer una “mínima movilización del cordón espermático” (no exteriorizar el cordón y mucho menos exteriorizar el testículo); colocar solamente un separador de Farabeuf pequeño debajo del cordón (a manera de soporte) para facilitar la cirugía y no requerir ampliaciones de la misma; abrir el músculo cremaster y cerrarlo de nuevo, posligadura y sección de las venas dilatadas del plexo pampiniforme para evitar adherencias dolorosas del cordón; evitar seccionar la mayor cantidad de linfáticos al disecar lo mejor posible las venas dilatadas, para ocasionar la menor cantidad de hidroceles posvaricocelectomía, evitando la ligadura en bloque de los cordones venosos dilatados y ligando individualmente dichas venas dilatadas. Cuando tengamos pacientes con oligospermia severa o con altos indicios clínicos de tener alteraciones histopatológicas del testículo y por ende de espermatogénesis, realizar biopsia testicular bilateral “mínima” en la misma sesión quirúrgica, esto no alargará el tiempo quirúrgico más allá de 5 minutos. La técnica inguinal con microscopia de Goldstein (1992) varicocelectomía microquirúrgica, se hace con el único objetivo de preservar la arteria espermática, cremastérica y deferencial, y la mayor cantidad de conductos linfáticos posibles. Se hace una incisión transversa a nivel del anillo inguinal externo, ligando con la ayuda del microscopio todas las venas excepto las venas diferenciales. Reducirá la persistencia-recurrencia del varicocele a 0-2%, y los porcentajes de complicaciones estarán en el orden del 1 al 5% (Chan 2001). Tardará 25 a 60 minutos por cada lado operado, lo cual, en este aspecto, la hace excesivamente larga. La vía retroperitoneal descrita originalmente por Palomo (1949), realiza una incisión transversal paralela al ligamento de Poupart, 3 cm por arriba del anillo inguinal interno, se llega hasta la fascia del oblicuo externo y se incinde en la dirección de sus fibras, posteriormente se separan el oblicuo interno y el músculo transverso y se separa el peritoneo medialmente quedando los vasos gonadales que son ligados. El porcentaje de recurrencia es del 0 al 15%, es un procedimiento bastante rápido. Se produce hidrocele en 3% a 33% de los casos (Galejs 1997). REV VEN UROL • 13 Vol.51 Enero - Julio 2005 VARICOCELE EN POBLACIÓN JUVENIL Embolización-escleroterapia percutánea de las venas espermáticas internas Es un procedimiento reciente (1978), en el que se utilizan procedimientos embolizantes endovenosos con balones, alambres y soluciones esclerosantes que no comprometan las estructuras arteriales o linfáticas, ya que de ese modo tendríamos complicaciones. Se realiza o por vía retrógrada (vena femoral derecha-vena cava inferior-vena renal izquierda-vena espermática interna). Tendremos complicación del procedimiento en aproximadamente 10% de los casos y tendremos éxito terapéutico en 50%-100% de los casos. Tiene riesgo de migración a la circulación arterial pulmonar del material utilizado para ocluir las venas, se utilizan balones, alambres, contraste caliente, y soluciones de dextrosa concentrada al 70%. Se le describen dolor en flanco, infección, hidrocele, dificultades en el acceso venoso, trombosis venosa profunda, perforación venosa, reacciones colaterales al material de contraste utilizado, hematomas en el sitio de la punción, arterial y que en la práctica sea imposible de practicar ( 8% a 30%), sobre todo del lado derecho. Laparoscopia Procedimiento con amplia aplicación en el campo urológico en los momentos actuales. Es un método exitoso para la corrección de varicocele en población adolescente-juvenil. Es una técnica rápida (aproximadamente entre 15 y 30 minutos), segura, ambulatoria y que permite un rápido retorno a las actividades habituales (entre 24 y 48 horas) y no necesita altas dosis de analgésicos. El primer procedimiento de cura de varicocele por técnica laparoscópica lo realizó Sánchez de Badajoz en 1988. Las complicaciones usuales de los métodos quirúrgicos abiertos, como el hidrocele y la atrofia testicular por daño arterial, son raros por vía laparoscópica (Koyle 2002, 2004), (Pintus 2001), (Donovan 1992), (Wuerschimmel 1995). Como menciona Siddiq (2002) los espermatozoides producidos en el testículo son sometidos a modificaciones posgonadales en la cabeza y cola epididimaria antes de volverse móviles y adquirir su capacidad fecundativa. La L-carnitina se concentra en el lumen de la cola epididimaria entrando al espermatozoide, por ejemplo, cerca de hornos de fundición, ya que puede ser dañino para la espermatogénesis. Se le recomienda al paciente que no ingiera bebidas alcohólicas o café, que no fume y tampoco ingiera medicamentos que puedan tener repercusiones en la espermatogénesis como, la cocaína, marihuana, opiáceos, agentes antihipertensivos (alfa-bloqueantes adrenérgicos, betabloqueantes adrenérgicos, bloqueadores de los canales de calcio, espironolactonas, diuréticos tiazídicos), agentes psicoterapéuticos como, antipsicóticos, litio, inhibidores de la MAO, fenotiazinas, antidepresivos tricíclicos, agentes quimioterapéuticos como, antimetabolitos, agentes alquilantes, alcaloides de la Vinca, hormonas como esteroides anabolizantes, antiandrógenos, estrógenos, reemplazo de testosterona, antibióticos como las tetraciclinas, la nitrofurantoína, la neomicina, la gentamicina, la eritromicina y medicaciones como la sulfasalazina, digoxina, ciclosporina, colchicina, cimetidina, alopurinol, acetazolamida. Evitar agentes físicos como la radiación ionizante, campos electromagnéticos y microondas, ruido y vibraciones corporales intensas. Se recomendará evitar agentes químicos como los pesticidas, los metales pesados, los gases anestésicos, los solventes orgánicos y los estrógenos medioambientales. Si tienen alguna ocupación que represente un riesgo para su espermatogénesis es bueno que la deje, como los choferes de máquinas industriales o de agricultura, pintores, trabajos de campo, trabajadores de imprenta, plomeros de desagües industriales o bomberos. Recurrencia de la varicocele Tratamiento médico anexo al tratamiento quirúrgico Sin duda alguna, la mayoría de los andrólogos-urólogos en la actualidad están utilizando medicamentos como la L-carnitina 500 mg dos veces al día, la cual ayuda a mejorar la calidad seminal, unida a la vitamina E 400 mg una o dos veces por día, unidos a multivitamínicos de amplio espectro. 14 • REV VEN UROL La recurrencia del varicocele posterior a su tratamiento, se estima entre 0 a 17% dependiendo, por supuesto, del tipo de abordaje quirúrgico que se haya utilizado. Se produce usualmente por 5 causas bastante bien precisadas, a saber: 1. Por no haber ligado las venae comitantes (plexo JULIO C. POTENZIANI B. Y COL. periarterial de venas muy finas) que acompañan a la arteria espermática. 2. Presencia de colaterales paralelas inguinales o retroperitoneales que emergen del testículo (del gubernaculum testis) y se anastomosan a venas retroperitoneales ligadas, pero que se anastomosan a su vez, con la sección proximal de la vena espermática interna ligada más inferiormente. 3. Presencia de venas cremastéricas dilatadas. 4. En varicoceles grandes grado III, a menudo se presenta una vena colateral posterior que atraviesa el piso del canal inguinal y entra a la vena iliaca inferiormente. 5. Presencia de venas colaterales extraespermática. Por supuesto, al no poder identificarlas, serán las responsables de la persistencia-recurrencia del varicocele y con ello, del posible factor de perturbación de la espermatogénesis o mejor aún, de la no normalización de los parámetros seminales y por ende, del funcionalismo testicular y con ello la no recuperación de su capacidad fecundativa. centes. Creemos que tanto las técnicas de Ivanissevich (1960) como la técnica de Amelar-Dubin (1977) son tan buenas como la de Palomo, consideramos la meticulosidad y delicadeza con la que se deben hacer dichos procedimientos, sobre todo en jóvenes. La recurrencia estadísticamente reportada es del 0 al 10% (Thomas Jr 1995, 2002) y la ocurrencia de hidrocele va del 0 al 30% y dependerá exclusivamente del tipo de cirugía efectuada. Las técnicas de abordaje directo del cordón espermático desarrollarán más hidrocele posoperatorio que las técnicas retroperitoneales altas, se producirá hidrocele de una manera general en 3 a 33% de los casos (Galejs 1997). Podría haber disminución notable del volumen testicular poscirugía (0-1%) por afectación de la arteria testicular. La recurrencia-persistencia del varicocele podría verse en un porcentaje variable del 2 al 15% de los casos, lo cual no estará ligado de manera paradójica a la obtención o no de mejores resultados en los parámetros seminales. Referencias 1. Resultados del tratamiento quirúrgico 2. Los riesgos del tratamiento quirúrgico en general son leves, por lo cual es una decisión usualmente fácil para el varón de la pareja infértil realizarse cirugía. En más del 80% de los casos con hipotrofia testicular, el testículo podría aumentar de volumen. Si no hay complicaciones en la técnica quirúrgica aplicada (ligadura de arteria(s) del cordón espermático), se supone que no tendremos agravamiento en la disminución del volumen testicular sino con toda probabilidad tendremos todo lo contrario, es decir, un aumento del volumen testicular (siempre y cuando la cirugía sea hecha en etapas precoces de la pubertad-adolescencia). 3. La histología testicular (espermatogénesis) deteriorada por el efecto del varicocele se estabilizará, mejorará, pero nunca se normalizará. Los patrones seminales mejorarán en la mayoría de los hombres, pero nunca serán completamente normales, pero sí lo suficiente para asegurar una viabilidad de cualquier proceso de inseminación artificial, o fertilización in vitro o incluso fecundación natural. 9. 4. 5. 6. 7. 8. 10. 11. 12. Según la técnica quirúrgica efectuada, tendremos el correspondiente porcentaje de recurrencia. Pintus (2001) recomienda la técnica de Palomo (1949) (retroperitoneal alta pararrectal) como la mejor para varicocele en adoles- Vol.51 Enero - Julio 2005 13. 14. Agarwal S. Vascular morphology in testes of infertile males with varicocele. Indian J Med Res 1991 94:228-231. Agger P, Johnson SG. Quantitative evaluation of testicular in varicocele. Fertil Steril 1978 29:52-57. Andrew Eskew L, Jarow JP. Can ultrasonography advance the diagnosis of varicocele? Contemporary Urology 1994 6 (8);23-27. Akbay E, Cayan S, Doruk E, Duce MN, Bozlu M. 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Resumen La medicina basada en evidencia busca fortalecer a los médicos de modo que puedan desarrollar opiniones independientes con respecto a las demandas y controversias de su práctica clínica. Aunque muchos han contribuido a establecer las bases de la medicina basada en evidencia, se debe resaltar la insistencia de Archie Cochrane para que las disciplinas clínicas resumieran la evidencia referente a sus prácticas, el rol de Alvan Feinstein en definir los principios del razonamiento clínico cuantitativo, y la innovación de David Sackett en la enseñanza de la apreciación crítica de la información biomédica. La denominación de Medicina Basada en Evidencia y la primera descripción comprensiva de sus fundadores, apareció hace poco más de una década. En su formulación original, esta disciplina redujo el énfasis en la experiencia clínica no sistematizada y en el razonamiento fisiopatológico, promoviendo la valoración de la evidencia derivada de la investigación clínica. La medicina basada en evidencia requiere de nuevas habilidades incluyendo la búsqueda eficiente de la literatura y el uso de reglas formales de la evidencia en la evaluación de la literatura médica. Palabras clave: medicina basada en evidencia, lectura crítica, decisión clínica. Abstract Evidence based medicine like model of clinical desicion Evidence based medicine seeks to empower clinicians so that they can develop independent views regarding medical claims and controversies. Although many helped to lay the foundations of evidence based medicine, Archie Cochrane's insistence that clinical disciplines summarize evidence concerning their practices, Alvan Feinstein's role in defining the principles of quantitative clinical reasoning, and David Sackett's innovation in teaching critical appraisal all proved seminal. The term evidence based medicine, and the first comprehensive description of its tenets, appeared little more than a decade ago. In its original formulation, this discipline reduced the emphasis on unsystematic clinical experience and pathophysiological rationale, and promoted the examination of evidence from clinical research. Evidence based medicine therefore required new skills including efficient literature searching and the application of formal rules of evidence in evaluating the clinical literature. Key words: medicine based in evidence, critical lecture, clinical desicion. Hay dentro de la medicina, en alguna parte bajo el pesimismo y desaliento que es el resultado del desorden del sistema de cuidado de salud y su alto costo, un fondo de optimismo sobre lo que puede quedar adelante para el tratamiento de la enfermedad humana, si sólo nosotros pidiéramos seguir aprendiendo. Lewis Thomas (1) 20 • REV VEN UROL Introducción Durante las últimas décadas, los conceptos de la Medicina Basada en Evidencia (MBE) han estimulado gran interés entre los profesionales de la salud. Algunos piensan que la MBE representa un nuevo paradigma; mientras que otros argumentan que no es más que un viejo concepto expresado con nuevos términos. Al margen de MARIO J. PATIÑO TORRES esas posiciones divergentes, hay poca duda de que las ideas implícitas en la MBE están comenzando a impactar a muchas disciplinas médicas incluida la urología. 2 Durante el encuentro diario con los pacientes, el médico se enfrenta con multitud de interrogantes, a los cuales debe encontrar respuesta. Habitualmente la solución es hacer uso de la experiencia y del conocimiento médico acumulado, bien de forma personal o consultando a un colega más experto. En el caso que no sea suficiente, se remite a libros de texto o a una revisión de reciente publicación. Sin embargo, esta aproximación clásica, aunque todavía muy practicada, no se adecua a los tiempos. Generalizar a partir de la experiencia no sistematizada, propia o ajena, y obtenida con un número limitado de casos, puede resultar peligroso e inducir a errores, los libros de texto están a menudo desactualizados, y al igual que las revisiones narrativas publicadas en revistas médicas, son con frecuencia insuficientes para solucionar los problemas clínicos concretos. La comprobación de la existencia de variaciones inaceptables en la práctica médica y que sólo una minoría de las intervenciones de uso diario estaban basadas en estudios científicos confiables, llevó a un grupo de médicos de la Universidad de McMaster a iniciar un nuevo movimiento dentro de la enseñanza y práctica de la medicina que denominaron Evidence Based Medicine (medicina basada en evidencia). En español la palabra evidencia no tiene el significado de prueba o indicio, que tiene la evidence inglesa, por lo que deberíamos referirla como Medicina Basada en Pruebas. Para no introducir confusión se mantendrá la expresión original de medicina basada en evidencia (MBE). 3 En la práctica médica habitual se siguen medidas introducidas de modo empírico y que se aceptan sin crítica aparente. Lo que pretende la MBE, es que esta práctica se adecue a la investigación clínica disponible de modo que, una vez localizada y evaluada por el médico, sea aplicada para mejorar el cuidado de los pacientes y la propia práctica. Así, la MBE se construye y se soporta sobre los valores tradicionales de la práctica médica más que retarlos directamente. El creciente interés en la MBE ha influenciado la educación médica y la práctica clínica, ya los libros y las revistas están tomando una aproximación basada en la evidencia, así como algunos programas de educación médica continua. Un número creciente de guías de la Vol.51 Enero - Junio 2005 práctica clínica han sido desarrolladas a través de un riguroso análisis y métodos de apreciación. 4 El propósito de la lectura es explorar la relevancia clínica de la MBE en la práctica diaria del médico urólogo, introduciendo al lector en la variedad de problemas del prevalente sistema de toma de decisiones, lo cual ha promovido a la MBE como un nuevo paradigma, estimular al urólogo y al médico en general a leer la literatura más críticamente y desarrollar nuevas habilidades de autoaprendizaje, introducir algunos principios básicos de la MBE, incluyendo consideraciones sobre la calidad de la evidencia, resumir el estado actual de la práctica clínica basada en la evidencia, y proveer al lector con aproximaciones concretas y prácticas para integrar progresivamente el proceso de la MBE en su trabajo clínico diario. Origen, fundamentos y justificación de la medicina basada en evidencia Tradicionalmente, los médicos han favorecido la experiencia, la práctica prevalente, el entrenamiento profesional y la opinión del experto como guía para la decisión diaria acerca del cuidado de los pacientes. Esas fuentes han llegado a ser menos confiables debido al volumen y complejidad de la información médica, la cual ha crecido exponencialmente. Por otra parte, existe una brecha entre la evidencia derivada de la investigación científica y su aplicación en la práctica que tiene razones complejas: la falta de rigor para sintetizar los resultados de la investigación de una manera sistemática, la incapacidad de la evidencia disponible para proveer de la información relevante que el profesional de la salud requiere en la toma de decisión, y a un nivel más amplio esto refleja la falta de una apropiada infraestructura, sistemas y estrategias para influenciar efectivamente la conducta profesional. 5 En 1970, los clínicos e investigadores de la Universidad de McMaster comenzaron a afrontar la sobrecarga de información con el desarrollo de herramientas para ayudar al médico a reconocer la información clínicamente válida, importante y aplicable, enfatizando la perspectiva del médico ocupado quien necesita de una forma rápida y simple darle sentido a la abundante literatura. La apreciación crítica de la literatura médica fue introducida para ayudar al médico a identificar los estudios con rigor metodológico y clínicamente relevantes, de los tantos que aparecen en la literatura. 6 REV VEN UROL • 21 Vol.51 Enero - Junio 2005 LA MEDICINA BASADA EN EVIDENCIA... Los cuidados de Salud Basados en Evidencia es un movimiento iniciado por una amplia coalición de médicos, investigadores, educadores, planificadores de salud y muchos otros para acelerar y mejorar la aplicación de la información derivada de la investigación clínica a la práctica clínica. La medicina basada en evidencia es un aspecto de los Cuidados de Salud Basados en Evidencia. 7 El Movimiento de Medicina Basada en Evidencia (MBE) ha crecido en paralelo con la introducción de nuevos modelos en la educación médica, como el Aprendizaje Basado en Problemas en los currícula de ciencias de la salud y se ha extendido a varias instituciones en diversos países incluidos el nuestro, donde se están haciendo intentos formales para su implementación. Este movimiento defiende el argumento de que los potenciales avances en los cuidados de salud deben ser evaluados y probados antes de ser incorporados a la práctica clínica. Sus orígenes filosóficos se remontan a los escépticos posrevolucionarios de París de mediados del siglo XIX (Bichat, Louis, Magendie). 8 De modo que aun cuando el concepto o idea no es nuevo, este acontecimiento surge ligado a la introducción de la estadística y del método epidemiológico en la práctica médica, con el desarrollo de herramientas para la revisión sistemática de la bibliografía y la evaluación crítica de la literatura científica, como forma de graduar su utilidad y validez. Con el incremento de la investigación clínica en los últimos 40 años, junto al nuevo énfasis en la evaluación de costos y resultados y el incrementado uso de ensayos clínicos controlados y metanálisis, la MBE está surgiendo como un nuevo paradigma de la práctica y de la educación médica. Enraizada en la epidemiología clínica, la MBE tiene el potencial de documentar y guiar la toma de decisiones clínicas no solo para el cuidado del paciente individual, sino también para análisis de costo-efectividad y políticas de salud a nivel poblacional. La aplicación de la MBE puede ayudar a elaborar guías de la práctica clínica como compendios de evidencias apreciadas rigurosamente. Muchas fuerzas han estimulado la aplicación de la MBE, la racionalización de los altos costos de los sistemas de salud, los avances en la tecnología de la información y comunicación (TIC) aplicada en medicina, la cual ha facilitado el incremento en el acceso a las bases de datos electrónicas, así como la capacidad de monitorear 22 • REV VEN UROL la práctica y desenlaces, y la continua presión de los pacientes y la industria de aplicar las últimas terapias. La MBE sigue siendo una disciplina relativamente joven, permaneciendo como un tópico caliente para clínicos, sanitaristas, planificadores en salud, aseguradoras y público general. Sus impactos positivos están empezando a ser validados, y como disciplina continuará evolucionando. Esta evolución se reforzará en la medida en que los programas de educación médica, cursos de grado, posgrados y desarrollo profesional continuo la adopten e incorporen dentro de su estructura curricular. Estos programas y su evaluación proporcionarán información extensa para el entendimiento de lo que es y no es la MBE. 9,10 En definitiva, los cambios han ocurrido como resultado directo de colocar un mayor énfasis y valor en la capacidad del médico de acceder y usar apropiadamente el conocimiento más que la posición histórica de poder e influencia. Componentes conceptuales de la medicina basada en la evidencia La MBE es un modelo de decisión clínica, una manera de abordar los problemas clínicos utilizando los resultados originados en la investigación científica para solucionarlos. En palabras de sus precursores "es la utilización concienzuda, juiciosa y explícita de las mejores evidencias disponibles, en la toma de decisión sobre el cuidado de los pacientes".7 Concienzuda significa que la evidencia es aplicada con atención y cuidado en cada paciente para quien ésta es relevante. El uso juicioso implica la incorporación de la experiencia del clínico para balancear los riesgos y beneficios de una prueba diagnóstica o una alternativa de tratamiento para cada paciente, tomando en cuenta su única circunstancia clínica, incluyendo sus riesgos basales, estado de comorbilidad y preferencias. Los que consideran la MBE como un manual de recetas, ignoran esta parte de la definición. Finalmente, la mejor evidencia disponible derivada de la investigación, significa que el médico debe ser capaz de discernir la mejor prueba del espectro total de estudios clínicos (apreciación crítica). La práctica de la MBE requiere la integración de la experiencia clínica individual con la mejor evidencia clínica externa disponible derivada de la investigación científica. Los buenos médicos utilizan a la vez la maes- MARIO J. PATIÑO TORRES tría clínica y la mejor evidencia externa disponible, y ninguna sola es suficiente. Sin la experiencia clínica, los riesgos de la práctica son tiranizados por las evidencias externas, porque hasta las evidencias externas calificadas como excelentes pueden ser inaplicables o inapropiadas para un paciente concreto. Sin la mejor evidencia externa, la práctica corre el riesgo de quedar desactualizada rápidamente, en perjuicio del paciente. Figura 1. Modelo de decisión clínica basado en evidencia. La figura 1, muestra un modelo simple de decisión clínica con los tres componentes fundamentales en el manejo de los problemas de un paciente: La experiencia clínica. Por maestría o experiencia clínica individual se entiende el dominio creciente del conocimiento y el juicio que cada clínico adquiere a través de la experiencia y de la práctica clínica. Se refleja especialmente en un diagnóstico más efectivo y eficiente, y en una identificación y utilización más completa y sensible de los problemas, derechos y preferencias de cada paciente a la hora de tomar decisiones clínicas sobre su asistencia. Ésta es necesaria para evaluar los problemas, el daño presente, la severidad del mismo, las condiciones comórbidas. Aunque algunas decisiones clínicas son simples, muchos elementos de la evaluación y del desempeño clínico, requieren del conocimiento avanzado que la educación médica provee y de la experiencia. 11 La evidencia derivada de la investigación puede ayudar a perfeccionar la experticia que viene con la experiencia y que no puede ser reproducida ni por el más sofisticado programa de computadora. La experiencia clínica es el elemento crucial que separa a la MBE del libro de recetas y la pura aplicación de reglas y guías. Vol.51 Enero - Junio 2005 La evidencia derivada de la investigación clínica. La mejor evidencia clínica disponible, está representada por la investigación clínicamente relevante, a menudo procedente de las ciencias básicas de la medicina, pero especialmente de la investigación clínica centrada en los pacientes y que se realiza sobre la exactitud y precisión de las pruebas diagnósticas (incluida la exploración física), el poder de los marcadores pronósticos y la eficacia y seguridad de los regímenes terapéuticos, de rehabilitación o preventivos. La evidencia clínica externa tiene un corto período de duplicación, y puede invalidar pruebas diagnósticas y tratamientos previamente aceptados e incluso reemplazarlos por otros nuevos más poderosos, exactos, eficaces y seguros. El aspecto crítico de la MBE no es si la evidencia de la investigación puede jugar un rol en la decisión clínica, como de hecho lo hace, la cuestión es como establecer este rol eficiente y efectivamente. El reto de integrar la experiencia clínica individual con la mejor evidencia externa es complejo y va más allá de superar las dificultades en la obtención de la información. Las preferencias del paciente. Los pacientes siempre han ejercido sus preferencias en el cuidado de la salud, buscando una segunda opinión, eligiendo terapias alternativas, preparando directrices adelantadas y adhiriéndose o no a los tratamientos prescritos. Actualmente los pacientes tienen un mayor acceso a la información clínica y pueden llegar a tener mayor información sobre su condición que su propio médico. La importancia de las preferencias del paciente es reconocida en la emergente disciplina de Elección del Paciente Basada en la Evidencia, una aproximación a la toma de decisión que genera su propia discusión. Esta definición también nos ayuda a identificar y a entender lo que no es la Medicina Basada en la Evidencia 7 y a aclarar algunas confusiones y malas interpretaciones generadas en muchos médicos La MBE: No es lo que siempre se ha hecho, ni lo está haciendo ya todo el mundo, ni es imposible de practicar. Ya que gran parte de la práctica médica está basada en la educación médica tradicional y en el juicio subjetivo global, sin un amplio acceso a bases de datos electrónicas y reglas de apreciación crítica, es obvio que es planteamiento: “Es lo que siempre hemos hecho o lo que todos estamos haciendo”, no está bien fundamentado. Adicionalmente, la existencia de sorprendentes variaciones en la integración de los valores de los REV VEN UROL • 23 Vol.51 Enero - Junio 2005 LA MEDICINA BASADA EN EVIDENCIA... pacientes en nuestra práctica clínica, de amplias variaciones en las tasas de intervenciones de beneficio o inutilidad establecidas a las que los clínicos someten a los pacientes, de la incapacidad de los clínicos para mantenerse al día sobre importantes avances en la medicina publicados en las principales revistas bio-médicas, son elementos adicionales. 12 El segundo argumento, que la MBE sólo puede practicarse desde torres de marfil y poltronas, se refuta con las auditorias llevadas a cabo en frentes de la asistencia clínica, donde cada vez más equipos hospitalarios y ambulatorios de medicina general, de psiquiatría y cirugía están prestando asistencia basada en la evidencia a una gran proporción de sus pacientes. 13 La MBE no es un “libro de recetas” de medicina. La MBE requiere un enfoque de abajo a arriba que integre las mejores evidencias externas con la maestría clínica individual y las preferencias del paciente. Las evidencias clínicas externas pueden conformar, pero nunca sustituir a la maestría clínica, y es esta maestría la que debe decidir si las evidencias externas son aplicables al paciente individual y, si así ocurriera, cómo deben integrarse en una decisión clínica. De la misma forma, toda directriz externa debe ser integrada con la maestría clínica individual para decidir si se ajusta y de qué manera con la situación clínica, las dificultades y las preferencias del paciente y así decidir si se debe aplicar. El proceso de la medicina basada en la evidencia requiere del médico la evaluación de la calidad y relevancia de la evidencia encontrada. En una situación clínica particular, el médico siempre debe aplicar la evidencia cuando esta es apropiada a las necesidades y preferencias del paciente. Los clínicos que temen los “libros de recetas” encontrarán que aquellos que practican la MBE les superan en todos los frentes. La MBE no es medicina para “reducir costos”. Algunos temen que la MBE sea secuestrada por los planificadores y gerentes para disminuir los costos de la asistencia sanitaria. Esto no sólo sería una mala utilización de la MBE, sino que pondría de manifiesto la existencia de un error fundamental en la comprensión de sus posibles consecuencias económicas. El aplicar las intervenciones más eficaces para maximizar la sobrevida y la calidad de vida de los pacientes, puede aumentar más que disminuir los costos de su asistencia. La MBE no se restringe a los ensayos clínicos controlados. Practicar MBE consiste en localizar las mejores evidencias externas con las que responder a nuestras preguntas clínicas. Sobre pruebas diagnósticas, 24 • REV VEN UROL son los estudios transversales y no los ensayos clínicos controlados los más adecuados. Sobre pronóstico, son los estudios de Cohorte o de seguimiento establecido en un punto precoz y uniforme del curso clínico de la enfermedad, los deseados. En otras ocasiones las evidencias que necesitamos procederán de las ciencias básicas como la genética o la inmunología. Y es al preguntarnos sobre el tratamiento cuando debemos intentar evitar enfoques no experimentales, ya que de forma habitual estos llevan a conclusiones falsamente positivas sobre la eficacia de una intervención, los ensayos clínicos controlados (ECC) y las revisiones sistemáticas son el “patrón oro” para la toma de decisión en terapéutica. Sin embargo, ciertas preguntas sobre tratamientos no requieren ensayos clínicos controlados (intervenciones que son beneficiosas para afecciones que serían mortales en cualquier otro caso), o bien condiciones que no pueden esperar a que se lleven a cabo los ensayos. La MBE puede remplazar al juicio clínico. Aun cuando una buena evidencia externa esté disponible, ésta puede ser irrelevante para el cuidado de un paciente particular. La experiencia y el juicio clínico permanecen como elementos esenciales en la toma de decisión clínica. Yo no tengo tiempo para eso. La falta de tiempo permanece como una gran barrera en la práctica de la MBE, pero los continuos avances en la TIC médica han minimizando el problema. Adicionalmente, los médicos pueden ahora revisar las publicaciones de información sobre problemas médicos comunes previamente interpretada basados en evidencias, con un patrón de lectura más eficiente. A pesar de su indudable éxito en los últimos años, la MBE no ha estado exenta de críticas, muchas derivadas de aquellos que se resisten a abandonar una aproximación tradicional de la medicina. Algunos médicos e instituciones sienten que es una innovación peligrosa que limita su autonomía, la ven como una amenaza a su ejercicio profesional y piensan que, en el fondo, no es más que una iniciativa al servicio de los que pretenden reducir el gasto sanitario o rebajar la autoridad de los que siempre han detentado la jerarquía científica. Estas críticas han sido respondidas en su mayor parte, pero no ocultan que este recurso sigue presentando varias limitaciones, el profesional debe sustituir, en aras de una mayor pertinencia y validez, unas fuentes de información fáciles de obtener, por otras que impliquen búsquedas bibliográficas y valoración crítica, para las que no se le ha instruido. MARIO J. PATIÑO TORRES Requieren un esfuerzo y tiempo del que no se dispone habitualmente, además de una inversión en formación e infraestructuras de tecnología de la información, que no son frecuentes en nuestros medios de trabajo. Pero el principal obstáculo es que no siempre, la literatura médica tiene las respuestas para las decisiones que se deben tomar en la práctica diaria. El desarrollo de más y mejor investigación clínica y realizada en nuestro medio, será sin duda la solución a este problema, sin olvidar que cuando un paciente acude a nuestra consulta, busca algo más que una respuesta científica a un problema clínico. 3 Aplicación de la medicina basada en la evidencia en la práctica clínica ¿Cómo puede un médico ocupado aplicar la MBE como parte de su práctica?, como respuesta el grupo de trabajo de MBE de la Universidad de McMaster ha identificado una aproximación de 5 pasos que el profesional de la salud necesita seguir: 14 1) Formular de manera precisa una pregunta a partir del problema clínico del paciente. Consiste en convertir las necesidades de información que surgen durante el encuentro clínico en una pregunta, simple y claramente definida, que nos permita encontrar los documentos que satisfagan nuestro interrogante. En cada consulta se necesita tomar una decisión, muchas son hechas casi subconscientemente, con poca o ninguna evaluación formal. Las interrogantes surgen frecuentemente, tales como los pro y contra de usar una terapia particular, o el valor de una prueba diagnóstica o de despistaje, el riesgo o pronóstico de una enfermedad, o los costos (costoefectividad) de una intervención, más que depender de nuestra memoria para responder las interrogantes, una aproximación basada en la evidencia empieza por reconocer que hay problemas clínicos en los cuales no estamos seguros de tener la información adecuada para la toma de decisión. 2) Obtener la información de las fuentes adecuadas. La cantidad de literatura médica es amplia, actualmente hay aproximadamente 25.000 revistas biomédicas impresas, el conocimiento médico se duplica cada 10 años. 15 MEDLINE la base de datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, tiene más de 11.000.000 de referencias de casi 5.000 revistas, incorporando más de 400.000 nuevos artículos cada año. El acceso rápido y efectivo a las bases de datos disponibles requiere nuevas habilidades y experticias, el Vol.51 Enero - Junio 2005 reto es identificar la información que está disponible y accesible a través de una variedad de medios, incluyendo la búsqueda en bases de datos electrónicas, consulta de revistas con resúmenes estructurados y comentados (evidencia previamente revisada). El mayor problema es obtener la información relevante en el momento de la consulta, algunas veces la información está disponible, pero no es fácilmente accesible, una rápida búsqueda por computadora puede ser útil, pero a muchos médicos les falta el tiempo y la experticia para cumplir con la tarea, el porcentaje de médicos activos que usan la computadora para obtener información clínica, aunque en crecimiento es comparativamente limitado.16 Sin el conveniente acceso a las bases de datos apropiadas, la obtención de información útil y relevante en poco tiempo llega a ser casi imposible. La búsqueda de la literatura relevante a la pregunta formulada se realiza en bases de datos bibliográficas, hay 2 tipos importantes de bases de datos electrónicas, una es bibliográfica como MEDLINE la cual agrupa a los artículos originales relevantes, hoy en día es fácil acceder a ésta en formato CD-ROM o a través de Internet. La destreza necesaria para su uso se puede adquirir con un breve entrenamiento o recurriendo a los servicios de un bibliotecario especializado, y con la ayuda de estrategias de búsqueda diseñadas y validadas por especialistas, la recuperación de artículos relevantes sobre tratamiento, pronóstico, etiología y diagnóstico en esta base de datos, es relativamente rápida y sencilla. La otra fuente de información, llamada publicaciones secundarias, provee acceso a información con importantes evidencias clínicas, ejemplos de este segundo tipo incluyen el ACP Journal Club (suplemento de Annuals of Internal Medicine), Evidence Based Medicine y Evidence-Based Practice, que seleccionan, interpretan y resumen, con los criterios de la medicina basada en evidencia, lo mejor de lo publicado relacionado con la medicina clínica. La Colaboración Cochrane publica una base de datos de revisiones sistemáticas, sobre muchos aspectos de la práctica médica, todas disponibles en Internet (http://cochrane.bireme.br/ index.php).17 Asimismo, se están desarrollando en varios países guías de la práctica clínica, rigurosas y basadas en evidencias, y a algunas de ellas se puede acceder a través de Internet, como el texto completo de las guías creadas por la Agency for Health Care Policy and Research (AHCPR) disponibles a través del Health Services/Technology Assessment Text (HSTAT) http://www.nlm.nih.gov/. Sin embargo, es claro que el mayor problema para la práctica de la MBE es encontrar la evidencia impor- REV VEN UROL • 25 Vol.51 Enero - Junio 2005 LA MEDICINA BASADA EN EVIDENCIA... tante en el menor tiempo para que ésta pueda ser integrada en la toma de decisiones en la práctica diaria, como solución. Cada día las bases de datos electrónicas son más completas y amigables con el usuario, lo cual debe contribuir a aliviar el problema. Aunque se tiende a clasificar la investigación según su calidad, situando en primer lugar los ensayos clínicos controlados y los metanálisis, éstos no están siempre disponibles. Por otro lado, y dependiendo de nuestra demanda, el diseño del estudio requerido puede ser diferente. Para el médico urólogo son especialmente útiles las revisiones sistemáticas, metanálisis y las guías de práctica clínica de calidad, ya que les evitan la tarea de recolectar toda la literatura relevante. 3) Evaluar críticamente la evidencia en términos de validez (aproximación a la verdad) y utilidad (aplicabilidad clínica). A pesar de la gran proliferación de literatura médica, que asumimos contiene evidencia que puede ser usada para mejorar el cuidado de los pacientes, son pocos los artículos relevantes o que presentan una metodología rigurosa, y que describen sólidos avances en diagnóstico, prevención, tratamiento, causa o pronóstico de enfermedades.18 Habiendo decidido cuales artículos leer, es importante hacerlo en forma cuidadosa, ya que no toda la información es de igual valor. La apreciación crítica involucra la lectura con un cuidadoso análisis metodológico del contenido y conclusiones. Estimar críticamente la validez y utilidad de los resultados descritos, es una tarea que debe realizarse cuando se quieren aplicar éstos a la práctica. Aunque los conocimientos necesarios para esta valoración no son parte habitual de la formación del médico, éstos se pueden adquirir a través de cursos y seminarios, sin necesidad de un gran respaldo en epidemiología o estadística. La habilidad para apreciar críticamente la literatura necesita ser aprendida y practicada igual que cualquier otra habilidad clínica. Excelentes guías para los usuarios sobre la lectura crítica de la literatura, son publicadas en la revista JAMA 19 desde 1993 (Tabla 1). La lectura recomendada (Tabla 2), junto a una práctica continuada de esta aproximación crítica, permite desarrollar en poco tiempo la competencia necesaria para evaluar las diferentes clases de artículos. 4) Aplicar los resultados de la evaluación crítica a la práctica clínica. Es trasladar el conocimiento adqui- 26 • REV VEN UROL rido al seguimiento de un paciente individual o a la modificación de conductas en subsiguientes consultas. Se trata de decidir como aplicar la información obtenida en las circunstancias particulares del paciente, este es el paso crucial del proceso, así como el más complejo. Este proceso requiere la responsabilidad compartida médico-paciente, la decisión debe ser mutua y conciente. Este ejercicio debe ir acompañado de la experiencia clínica necesaria para poder contrapesar los riesgos y los beneficios, así como contemplar las expectativas y preferencias del paciente. 5) Evaluar el desempeño. Es el paso más importante para cerrar el proceso, se trata de evaluar el efecto de la evidencia aplicada a un paciente específico, vigilar si los beneficios esperados son consistentes con los beneficios observados. Este proceso de 5 pasos no tiene ninguna dificulta conceptual, este debe ser introducido en pregrado y reforzado en los cursos de posgrado de urología; el problema práctico en el mundo real lo afrontan los médicos con ejercicios ocupados, sin el tiempo suficiente para aplicar los pasos rutinariamente en su práctica diaria. Sin embargo, se plantea para este grupo como soluciones para la entropía clínica: Aprender cómo practicar MBE ustedes mismos y buscar y aplicar resúmenes de MBE elaborados por otros que resulten fuentes confiables. ¿Cómo iniciarse en la medicina basada en la evidencia? Hay una serie de pasos concretos que el médico internista puede dar para iniciarse en la práctica de la MBE: 1) Suscribirse a las revistas de resúmenes estructurados con comentarios basados en evidencias. 2) Incrementar la lectura de información previamente analizada de importancia para su práctica. 3) Dedicar parte del tiempo de lectura al material sugerido sobre MBE (Tabla 2). 4) Fundar los clubes de revista de medicina basada en la evidencia en cada localidad. 5) Procurar la realización del curso para aprender el manejo de las fuentes de información y la búsqueda en bases de datos electrónicas, como MEDLINE. 6) Procurar el acceso a Internet desde el consultorio o la casa a sitios Web de interés para la MBE. (Tabla 3). MARIO J. PATIÑO TORRES Vol.51 Enero - Junio 2005 Algunas razones por las que el médico urólogo debe aplicar la medicina basada en Evidencia: 1) El incremento en la disponibilidad de las nuevas evidencias puede y debe llevar a cambios significativos en el cuidado de los pacientes. 2) El médico frecuentemente falla en obtener la evidencia relevante disponible. 3) El conocimiento y desempeño médico se deterioran con el tiempo. 4) La educación médica continua tradicional es insuficiente y generalmente no mejora el desempeño clínico. 5) La MBE puede tener al médico actualizado. 1 REV VEN UROL • 27 Vol.51 Enero - Junio 2005 28 • REV VEN UROL LA MEDICINA BASADA EN EVIDENCIA... MARIO J. PATIÑO TORRES Vol.51 Enero - Junio 2005 Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Lewis Thomas. The medusa and the Snail. More Notes of a Biology Watcher. New York: Viking Press; 1979. Silagy C, Haines A. Evidence Based Practice in Primary Care. London: BMJ Books; 1998. Bravo R, Concepción C. 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Pacientes y métodos: 40 pacientes seleccionados al azar simple tratados en el Hospital Vargas de Caracas, entre eneromayo de 2005 con diagnóstico de litiasis ureteral distal documentada con UROTAC o urografía de eliminación. El grupo de estudio recibió tamsulosina 0,4 mg vía oral diaria hasta 1 mes; el grupo control sin tratamiento con tamsulosina. Ambos grupos recibieron ciprofloxacina 500 mg vía oral dos veces al día durante 7 días, diclofenac sódico 75mg intramuscular según dolor y 2 litros de agua al día. Se utilizó el test de Chi2 con corrección de Yates y un nivel de significancia p < 0,05 para el análisis estadístico inductivo. Resultados: La tasa de expulsión de la litiasis fue del 100% para el grupo de estudio y 55% para el grupo control, con un tiempo promedio de expulsión de 84 ± 32,6 horas y 92 ± 49 horas respectivamente, siendo la diferencia estadísticamente significativa (p= 0,001). Conclusión: Los bloqueadores alfa1-adrenérgico aumentan el paso espontáneo de las litiasis ureteral distal. Los bloqueadores alfa1-adrenérgicos potencian la acción antiespasmódica-analgésica de las drogas usadas en el tratamiento de la litiasis ureteral. Palabras clave: litiasis ureteral, tamsulosina. Abstract Medical treatment of uretal stones: use of tamsulosine Objective: To evaluate the effectiveness of the tamsulosine, alpha 1 adrenergic blockers, as a medical treatment for patients with distal ureteral stones. Patients and methods: 40 patients, randomly chosen, evaluated at the Vargas Hospital Caracas, between January and May of the 2005. All patients had distal ureteral stones documented with Urotac or Excretory of Urography. They were divided in two groups: Case group who received 0.4 mg tamsulosine oral daily up to a month. Control group who did not received tamsulosine. Both groups received ciprofloxacine 500mg oral twice a day during 7 days, 75 mg diclofenac intramuscularly injected according on patient´s demand for pain, 2 liters of water daily. The Chi2 test with Yates correction and a significance level of p < 0.05 was used to perform the inductive statistical analysis. Results: The stone rate of expulsion was 100% for the case group and 55% for the control group, with an average time of expulsion of 84 ± 32,6 hours and 92 ± 49 hours respectively, being statistically significant (p=0.001). Conclusion: The alpha1-adrenergic blockers, increases the spontaneous expulsion of the distal ureteral stones. The alpha 1 adrenergic blockers potentiate the spasmoanalgetic action of drugs used in standard methods of treatment. Key words: ureteral, stone, tamsulosine. 30 • REV VEN UROL GRILLO E. Y COL. Introducción La litiasis ureteral es una enfermedad que afecta entre el 8% al 15% de la población en Europa y Norteamérica. Se ha documentado bien que la patología litiásica afecta al 12% de la población mundial. 1 La frecuencia de la enfermedad tiende a aumentar en los países occidentales. Entre todas, la litiasis ureteral representa el 70% encontrándose en el tercio distal del uréter. 1,2 En particular, la litiasis ureteral sintomática representa la condición más común observada por los urólogos en una emergencia. 1 Existen varios factores que se piensan pueden influenciar la expulsión espontánea de la litiasis ureteral, tales como tamaño, configuración y localización de la litiasis, el espasmo del músculo liso, el edema submucoso, y la anatomía. 3,4 En años recientes, para facilitar la expulsión espontánea de las litiasis ureteral distal, algunos medicamentos se han comenzado a utilizar, tales como los bloqueadores alfa1-adrenérgico, los bloqueadores de los canales del calcio, los inhibidores de la síntesis de la prostaglandina, y el tratamiento con esteroides para mejorar el edema. 5 Actualmente los bloqueadores alfa 1-adrenérgico representan una opción de tratamiento para los síntomas de la zona urinaria baja, según lo demostrado en muchos ensayos controlados seleccionados al azar, y también como en varios estudios. (5-7, 9, 12,13) Los receptores alfa 1-adrenérgico fueron demostrados en uréteres del ser humano, del cerdo, del perro y del caballo y se encuentran más densos los receptores de alfa 1-adrenérgico en el músculo liso del uréter que los otros receptores adrenérgico. Estos receptores, inhiben el tono basal, la frecuencia de la onda peristáltica y la contracción ureteral intramural, además los receptores del alfa-1-adrenergico se encuentran en mayor número en la salida de la uretra, de la próstata y de la vejiga. Los receptores alfa-1 se encuentran en mayor número en los músculos lisos vasculares, y los receptores alfa1-î se encuentran predominantemente en el detrusor, y son eficaces en la relajación de éste y el espasmo del tercio distal ureteral específicamente intramural. 14 La eficacia de terapias mínimamente invasivas, tales como la onda expansiva litotricia extracorpórea (ESWL, sistemas médicos de Dornier, Marrieta, Georgia) y ureteroscopia, han sido probadas por varios estudios, 5, 6 sin embargo estas técnicas no son libres de riesgo, son complejas y absolutamente costosas. 7 Por otra parte, la observación se puede utilizar en una gran cantidad de casos, según lo demostrado por varios estudios que revelaron índices de expulsión espontánea Vol.51 Enero- Junio 2005 de hasta 98% para las litiasis ureteral distal pequeñas, 8-10 por otra parte, incluso la observación simple puede dar lugar a complicaciones, tales como infección de la zona urinaria, hidronefrosis y efectos en la función renal, 9 por tanto, es difícil elegir entre terapias mínimamente invasivas y observación, especialmente cuando los pacientes presentan pocos síntomas y/o las piedras son pequeñas. Recientemente, el uso de la observación ha sido ampliado utilizando la terapia farmacológica, que puede reducir síntomas y facilitar la expulsión de la litiasis. 11-14 Algunos grupos de estudios, han empleado la observación basada solamente en el control farmacológico del dolor, mientras que otros grupos aplican fármacos y tratan las posibles causas de la retención, tales como edema, espasmo ureteral y la infección, intentando favorecer su expulsión. 4-6 Por esta razón, realizamos un estudio de selección al azar para determinar el posible desempeño de los bloqueadores alfa 1-adrenérgico (tamsulosina) como terapia en la expulsión espontánea de litiasis ureteral distal, incluso mayores de 5 milímetros, según el papel potencial que el receptor alfa 1-adrenérgico pudo tener en la patofisiología del cólico ureteral. Pacientes y métodos Se incluyeron 40 pacientes al azar simple, que acudieron a la consulta de urología del Hospital Vargas de Caracas, desde enero hasta mayo del 2005 con litiasis ureteral distal documentada con UROTAC o urografía de eliminación, especificándose el tamaño de la litiasis. Criterios de inclusión: aquellos pacientes con litiasis ureteral distal menores de 10 mm que no presentaran infección urinaria alta o baja, hidronefrosis, litiasis múltiple, insuficiencia renal aguda o crónica. Criterios de exclusión: aquellos pacientes con cirugía ureteral previa, litiasis mayores de 10 mm, tratamiento con bloqueadores de canales de calcio. El grupo de estudio fue conformado por 20 pacientes que recibieron tamsulosina 0,4 mg vía oral diaria hasta 1 mes. El grupo control, 20 pacientes que no recibieron tamsulosina. A todos los pacientes se le administró ciprofloxacina 500 mg vía oral dos veces al día durante 7 días, diclofenac sódico 75 mg intramuscular según la demanda de dolor y 2 litros de agua al día. REV VEN UROL • 31 Vol.51 Enero- Junio 2005 TRATAMIENTO MÉDICO DE LA LITIASIS Los pacientes fueron evaluados semanalmente con radiografía simple de abdomen y ultrasonido vesical. Además se evaluó el número de días de la expulsión de la litiasis, episodios de dolor, dosis de analgésico utilizado, y fracaso después del mes de tratamiento. El análisis estadístico inductivo fue realizado con el test de Chi2 con corrección de Yates, y nivel de significancia p < 0,05. Resultados El grupo de estudio consistió en 10 hombres y 10 mujeres con una media de edad de 41,8 ± 9 años (26-56 años), mientras que el control incluyó a 12 hombres y a 8 mujeres con una media de edad de 38,75 ± 8,69 año (27-55 años) (p < 0,29). El tamaño de la litiasis fue del 4,8 ± 1,05 milímetros (R= 4-7 mm) para el grupo de estudio y de 5,5 ± 0,886 milímetros (R = 3-7 mm) para el grupo control. (Tabla 1) El promedio del tiempo de expulsión de litiasis fue de 84 ± 32,6 horas para el grupo de estudio y 92 ± 49 horas para el grupo control (p < 0,01). La tasa de expulsión espontánea fue del 100% (efectividad absoluta = 1) para el grupo de estudio y 55% (efectividad absoluta = 0,55) para el grupo control, con una efectividad relativa de 1,8 (X2 = 9,18; p < 0.003). (Tabla 2) Discusión La probabilidad de la expulsión espontánea de las litiasis ureteral distal menores a 5 milímetros de diámetro es del 85%, y la observación, se recomienda para esas litiasis. 12,15 En la obstrucción completa, las lesiones del riñón aparecen entre las 3 y 4 semanas, por esta razón para la expulsión espontánea de las litiasis se puede esperar hasta un tiempo de 4 semanas. 2 Los síntomas de los pacientes y el tamaño de la litiasis no pueden determinar el futuro de la pérdida de la función renal. La intervención Tabla1. Datos demográficos de los grupos 32 • REV VEN UROL se debe recomendar para cada paciente que tenga obstrucción, 15 la posibilidad de desarrollo de pólipos ureterales y estenosis en los pacientes con litiasis ureteral a largo plazo es elevado y la cirugía podría ser más complicada. Sin embargo, para proporcionar la expulsión espontánea de la litiasis pueden ser usados los bloqueadores alfa-1-adrenérgico, los bloqueantes de los canales del calcio, los inhibidores de la síntesis de la prostaglandina, y el tratamiento con esteroide para mejorar el edema. 5-11,16 En 1970, Malin et al. Demostraron la presencia de receptores alfa-1 y los receptores beta adrenérgico en uréter humano, y en el animal, 14 el efecto del estímulo de la contracción ureteral son dependientes de la dosis. La probabilidad de la expulsión espontánea de la litiasis ureteral esencialmente depende del tamaño de la litiasis y la estructura anatómica interna del uréter y una historia de la expulsión espontánea,9-11 las causas posibles de la retención de la litiasis son, el espasmo, el edema y la infección ureteral, que son factores modificables, 6 las metas de la terapia médica conservadora deben prevenir los factores modificables y controlar síntomas dolorosos hasta la expulsión de la litiasis, 5-6 por tanto, si no hay ninguna pauta específica actual, la administración concomitante de las drogas espasmolíticas, antiedémicos y los antibióticos son recomendados por varios grupos,4-6 en nuestro estudio, todos los pacientes experimentaron el tratamiento antibiótico con la ciprofloxacina debido a sus bajos efectos secundarios y la acción excelente en la zona urinaria. El bloqueo del receptor alfa 1-adrenérgico por resultados de un antagonista específico disminuye la presión intraureteral y por tanto, aumenta la capacidad del transporte. 16-17 El tratamiento conservador de la litiasis ureteral hasta 10 milímetros se puede proponer hasta 4 semanas, a condición de que no ocurran alteraciones de la función renal, infección y dolor insuperable,3,20 según esto, las observación puede revelar tasa de expulsión que se puede Tabla 2. Resultados del análisis estadístico GRILLO E. Y COL. observar hasta 98% para las litiasis menores de 5 milímetros y hasta 53% para las litiasis entre 5 y 10 milímetros sin importar el lugar ureteral de la litiasis. Otros han observado recientemente, que un tratamiento médico conservador de la litiasis ureteral está asociado a un costo más bajo, comparado con otros procedimientos invasivos, tales como la ureteroscopia, litotricia extracorpórea y cirugía. Por tanto, la falta de terapia conservadora da lugar a costos más altos, ya que se tiene la ureteroscopia como terapia de primera línea, trayendo como consecuencia la pérdida de más días laborables, así como la necesidad de un número más grande de visitas urológicas de emergencia, 2 por tanto, la terapia con tamsulosina proporciona una ventaja, incluso en los términos de costo, previniendo la hospitalización. Conclusiones Se evidencia un papel potencialmente importante de la tamsulosina como terapia en la expulsión de la litiasis ureteral distal, incluso mejor que los procedimientos endoscópicos. Los bloqueadores alfa1-adrenérgico aumentan la expulsión espontánea de la litiasis ureteral distal, porque disminuyen la frecuencia de cólicos, la dosificación analgésica y la ausencia de efectos secundarios, los cuales son considerados como ventajas adicionales. La litiasis ureteral distal se pueden tratar con una terapia médica cuando la observación es posible y la tamsulosina demostró ser segura y eficaz por la incidencia baja de efectos secundarios y tasa creciente de expulsión espontánea de litiasis, reduciendo el tiempo de expulsión del cálculo. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. Vol.51 Enero- Junio 2005 Saita A, Bonaccorsi A, Marchese F, Condorelli S V and Motta M. Our experience with nifedipine and prednisolone as expulsive therapy for ureteral stones. Urol Int 2004; 72:43. Cervenakov I. Fillo J, Mardiak J, Kopecny M, Smirala J and Lepies P. Speedy elimination of ureterolithiasis in lower part of ureters with the alpha 1 blockers-tamsulosin. Int J Urol Nephrol 2002; 34:25. Ahmad M, Chaughtai MN; and Khan F A. Role of prostaglandin synthesis inhibitors in the passage of ureteric calculus. J Pak Med Assoc 1991; 41:268. Hussain Z, Inman RD, Elves AW, Shipstone DP, Ghiblawi S and Coppinger SW. 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Población y método:Se aplicó injerto dérmico con incisión de la placa a 9 pacientes que presentaron placa fibrosa mayor de 3 cm con una curvatura del pene superior a 60 grados. Durante esta técnica se rebajó el espesor de la placa y se realizaron incisiones en H, luego se colocó el injerto dérmico y se fijó con punto de sutura (Vicryl 3). La técnica plicatura se realizó en 11 pacientes con angulación peniana entre 40-60 grados y placa inferior o igual a 3 cm, en estos casos se realizó retracción de la piel del pene con incisión del surco balanoprepucial, se identificó la placa y en la cara contralateral de ésta se colocó de 1 a 3 puntos de sutura no reabsorbible. En pacientes con placas gruesas se rebajó de espesor con un dremel. Resultados: En todos los pacientes operados con las distintas técnicas quirúrgicas, hubo corrección de la deformidad con mínimas complicaciones lo que le permitió al paciente incorporarse rápidamente a la actividad sexual. Se concluye que ambas técnicas quirúrgicas constituyen una excelente opción para el tratamiento quirúrgico de la enfermedad de Peyronie, tomando en cuenta el grado de curvatura y el tamaño de la placa. Palabras clave: enfermedad de Peyronie, injerto dérmico, placa, técnica de plicatura. Abstract Dermal implant with incision vs. plicature in peyronie disease Objetive: To evaluate the results of the dermal implant techniques prospectively with incision of the plaque or plicature in 20 patients with Peyronie disease at the Service of Urology of the University Hospital of Maracaibo from July 2002 and November 2004. Patients and methods: Dermal implant was applied with incision of the plaque in 9 patients that presented fibrous plaque bigger than 3 cm with a penis deformation superior to 60 degrees. During this technique was decreased the thickness of the plaque and incision were carried out in H shape, then the dermal implant was placed and sutured (Vicryl 3). The technical plicature was carried out in 11 patients with peneal angulation between 40-60 grades and inferior badge o equal a 3 cm, in these cases were carried out retraction of the skin of the penis with incision of the balanoprepucial furrow, the board was identified and in the contralateral part were placed 1 to 3 suture stitches (no reabsorbible). Patients with a thick plaque it was reduced with a metallic file. Results: In all patients operated with different surgical techniques there was a deformity correction with minimum complications which allowed the patient to quickly recover sexual activity. I conclude that both surgical techniques constitute an excellent option for the surgical treatment of the Peyronie disease, taking into account the bend degree and the size of the fibrous plaque. Key words: Peyronie disease, dermal implant, technique of plicature. 34 • REV VEN UROL GERARDO ACERO VELASCO Introducción La enfermedad de Peyronie, es una afección benigna localizada en el pene, de naturaleza adquirida, caracterizada por la formación de placas fibróticas en la túnica albugínea de un cuerpo cavernoso y excepcionalmente puede ocurrir en ambos cuerpos cavernosos. Esta enfermedad produce curvatura y acortamiento del pene, causando deformidad del mismo y disfunción eréctil. 4, 5 Afecta principalmente a varones de edad comprendida entre 45 y 60 años (aproximadamente 75% de los casos). Se estima una prevalencia de 1% en la raza blanca. Existen pocos casos en la raza negra y ninguno en orientales.20 En un estudio reciente, se aplicó un cuestionario validado en una población de 8.000 hombres y se encontró una prevalencia de 3,2% de la referida enfermedad; la edad promedio fue de 57,4 años y sólo 1,5% fue menor de 40 años.21 En otro estudio retrospectivo se encontró que 7% de los pacientes con enfermedad de Peyronie tenían menos de 40 años.12, 15 El diagnóstico de la enfermedad, es fundamentalmente clínico y el síntoma predominante es el dolor en el pene durante la erección, el cual va desapareciendo paulatinamente hasta instalarse la deformidad y ésta se manifiesta por una zona indurada en uno o ambos cuerpos cavernosos. Como prueba diagnóstica se utiliza el ultrasonido y el doppler de la arteria cavernosa.3 Diversos han sido los tratamientos ensayados para esta enfermedad. El tratamiento médico es amplio, entre estos se incluye desde la inyección intraplaca de esteroides, hasta el uso de antiinflamatorios locales, combinados con terapia regional con láser y ultrasonido. Pero ninguno de estos tratamientos han tenido un resultado eficaz en la enfermedad. La cirugía se ha empleado con mucha frecuencia. Diversas técnicas han sido ensayadas hasta la presente fecha. En 1844, Pancoast ideó el acortamiento de la albugínea elíptica, para solucionar la deformidad del pene en pacientes con curvatura congénita del mismo.9 Posteriormente, esta técnica ha sido modificada con frecuencia y empleada en la corrección de la angulación peneana, pero se presenta el inconveniente de que si el enfermo tiene erecciones postoperatorias tempranas puede romper las suturas, siendo necesaria la reintervención, o puede formarse granuloma alrededor de la sutura y producir dolor. Vol.51 Enero- Junio 2005 Otras técnicas incluyen la resección completa de la placa fibrosa y sustitución del tejido con diferentes materiales sintéticos, tejidos autológos como la piel, duramadre liofilizada, o túnica vaginal del testículo. Este tipo de cirugía presenta complicaciones, como nueva curvatura por retracción del tejido sustituido y déficit total o parcial en la erección.17 Teniendo en cuenta que la enfermedad de Peyronie es causa de disfunción eréctil, que las complicaciones que surgen de las técnicas quirúrgicas utilizadas hasta el momento para la corrección de la referida enfermedad no garantizan su éxito, es necesario buscar nuevas alternativas quirúrgicas que proporcionen mejores resultados y menos complicaciones, para beneficio del paciente y de la pareja. Pacientes y métodos Se realiza estudio prospectivo, tipo explicativo con un diseño no experimental, con el objetivo de evaluar las técnicas quirúrgicas injerto dérmico con incisión de la placa o plicatura en 20 pacientes con enfermedad de Peyronie quienes fueron operados en el Servicio de Urología del Hospital Universitario de Maracaibo entre julio de 2002 a noviembre de 2004. Dentro de los criterios de inclusión se consideraron: • Pacientes con enfermedad de Peyronie con edades entre 30 y 65 años. • Pacientes que refirieron haber recibido tratamiento médico por un período no menor de seis meses. • Hombres quienes por deformidad del pene manifestaron dificultad e imposibilidad para la penetración durante la actividad sexual. • Pacientes que presentaron disfunción eréctil asociada a la enfermedad. Criterios de exclusión: • Pacientes con enfermedad de Peyronie cuya deformidad del pene no dificultara la penetración durante el acto sexual. • Pacientes en estadios iniciales de la enfermedad, que presentaran dolor durante la erección con progresión de la deformidad. Una vez seleccionado el paciente con enfermedad de Peyronie, por estudio clínico y por ultrasonido, se escogieron aquellos que cumplieron con los criterios de inclusión y a ellos se les explicó el estudio y se les solicitó su autorización para realizarles intervención quirúrgica. Para la medición del grado de incurvación se indujo erección medicamentosa con alprostadil de 10 mcg. REV VEN UROL • 35 Vol.51 Enero- Junio 2005 ...ALTERNATIVAS QUIRÚRGICAS EN LA ENFERMEDAD DE PEYRONIE Posteriormente, se tomó fotografía peniana en proyección lateral y anteroposterior y luego, a través de un goniómetro, se verificó el grado de incurvación. Técnica de plicatura: Bajo anestesia peridural, se indujo la erección medicamentosa. Luego se realizó retracción de la piel del pene con incisión a 0,5 cm del surco balanoprepucial e identificación de la placa fibrosa y colocación en la cara contralateral de ésta, de 1 a 3 puntos de sutura no reabsorbible (seda); en los pacientes con curvatura entre 40 a 60 grados, placas únicas de hasta 3 cm de longitud, en la cual se rebajó el espesor de las placas más gruesas con ayuda de un dremel. Técnica de injerto dérmico con incisión de la placa A los pacientes con curvatura mayor de 60 grados o placas únicas mayores de 3 cm, o placas múltiples, se les rebajaron el espesor con el dremel y se realizaron incisiones en H, colocándose injerto dérmico inguinal y sobre éste se fijó con punto de sutura (Vicryl 3). diagnóstico de enfermedad de Peyronie, con los criterios establecidos. De ellos, el mayor número: 8 (40 %), se distribuyó en la edad de 40-49 años, seguido por 30 % el grupo de 50-59 años y con 25 % los de 30-39 años, sólo se reportó un caso con más de 59 años. Entre las enfermedades asociadas, 20% refirió diabetes mellitus y 15 % hipertensión arterial. El tiempo de evolución de la enfermedad fue de 6 a 12 meses en 7 (35 %) casos, de 13-18 meses en 8 (40,0%), de 19-24 meses en 4 (20 %) y, en un caso la evolución fue mayor de 24 meses. Como tratamiento médico, 100% de los pacientes recibió antiinflamatorio no esteroideo; además, fueron tratados con antiinflamatorio esteroideo 60 % y un caso con verapramilo. 2. Uso del dremel en la placa Se indicó reposo sexual por cinco semanas, siempre y cuando la herida estuviera cicatrizada completamente, iniciando las primeras relaciones sexuales utilizando un preservativo de látex con abundante lubricación. Para la recolección de los datos se diseñó un instrumento tipo encuesta, y fueron analizados a través de las medidas de tendencia central, mediante el uso de cifras absolutas y porcentajes, presentados en tablas y gráficos. Resultados Desde julio del año 2002 al mes de noviembre de 2004, se operaron en el Servicio de Urología del Hospital Universitario de Maracaibo, un total de 20 pacientes con 1. Incisión sobre la placa 36 • REV VEN UROL 3. Preparación del injerto de dermis inguinal y colocación sobre el pene GERARDO ACERO VELASCO La localización más frecuente de la placa fue dorsal con 60 %. De acuerdo con las características de la curvatura y del tamaño de la placa de los 20 pacientes, a 11 (55 %) se les practicó la técnica quirúrgica plicatura y a 9 (45 %) la técnica injerto dérmico con incisión de la placa. Posterior a la intervención en 100% de los casos hubo corrección de la deformidad. El tiempo de incorporación a la actividad sexual en los 11 pacientes tratados con plicatura fue de 5 a 6 semanas, 5 (45,45%) de 7 a 8 semanas, 4 (36,36%) de 9 a 10 semanas, 2 (18,18%). En los 9 casos corregidos con injerto dérmico, con incisión de la placa el tiempo de reinicio de la actividad sexual fue de 7 a 8 4. retiro de exceso de injerto Vol.51 Enero- Junio 2005 semanas en 3 casos (33,33%) y de 9 a 10 semanas en 6 (66,67%). Por cada técnica aplicada sólo se observó un caso complicado. Discusión La enfermedad de Peyronie se produce como consecuencia de una alteración fibrótica del tejido conectivo localizado en la túnica albugínea del pene. Aunque su prevalencia se desconoce, se estima que entre 2 % y 3,8% de la población masculina pudiera estar afectada.5, 18, 19 Con respecto a la edad de aparición algunos autores coinciden en que esta enfermedad aparece después de los 40 años.12,15,21 Otros sostienen que puede iniciarse en pacientes jóvenes.8 En el estudio de Schwarzer21 de 256 pacientes con la referida enfermedad, la edad promedio fue de 57,4 años y sólo 1,5% fueron menores de 40 años; además, halló aumento progresivo a 6,5% en pacientes con más de 70 años. Por otro lado, Horton12 y Martin15 publicaron que de 400 casos con Peyronie, 7% de los pacientes tenían menos de 40 años. En la presente investigación la enfermedad predominó con 70% en el grupo etario de 40 a 59 años, lo cual coincide con el estudio de Schwarzer21 y Horton12. Hay que resaltar que hubo descenso de la enfermedad después de los 59 años y el porcentaje de pacientes menores de 40 años fue superior a lo reportado en los estudios referenciales.12,15,21 Se ha descrito que la incidencia de hipertensión arterial es de 30% en pacientes con Peyronie, y la diabetes con lesión en los pequeños vasos es de 2,7 a 12%. Esto se 5. Injerto in situ 6. Venda postoperatoria REV VEN UROL • 37 Vol.51 Enero- Junio 2005 ...ALTERNATIVAS QUIRÚRGICAS EN LA ENFERMEDAD DE PEYRONIE explicaría, porque ambas afecciones se vinculan con procesos aterotrombóticos ocasionando disfunción endotelial y, subsecuentemente, activación de los factores inflamatorios y trombóticos.11, 20 complicaciones, 1 caso por dehiscencia de sutura, por hematoma que correspondió al grupo plicatura y el otro caso presentó granuloma a cuerpo extraño, perteneciente al grupo con injerto dérmico. Se ha propuesto que la arterosclerosis es la responsable de la vasculitis que ocurre en la enfermedad de Peyronie y probablemente la vasculitis cause en el tejido vascular conectivo una mayor susceptibilidad para los traumas. Lo antes descrito puede explicar la asociación de la aterosclerosis, trauma e inflamación en la enfermedad de Peyronie.11,20 Tales resultados fueron más satisfactorios en comparación con los de otros investigadores.19 Al respecto, Akkus, 2 menciona que a una población de 58 pacientes con la referida enfermedad, se les aplicó la técnica plicatura: en 86% hubo corrección de la deformidad y en 83% se corrigió la disfunción eréctil. Así mismo, Montarse,16 de 50 pacientes intervenidos quirúrgicamente y aplicando la misma técnica, reportó que en 90% de ellos hubo corrección de la deformidad y en 88% se restableció la función eréctil. En el actual estudio 20% de los pacientes presentaron diabetes mellitus, 15% hipertensión arterial y un alto porcentaje 65 % negaron antecedentes. Existen innumerables fármacos que se han utilizado en la referida enfermedad, pero la mayoría de esos medicamentos tienen como base efectos antiinflamatorios y antiesclerosantes, los cuales son eficaces como tratamiento sintomático para aliviar el dolor, pero no se ha demostrado que estabilicen la progresión de la enfermedad.5, 7 Al respecto, se halló que todos los pacientes recibieron tratamiento con antiinflamatorios, pero la regulación del problema fue quirúrgico. El tiempo de evolución de la enfermedad es importante, porque orienta sobre la fase en que se encuentra. Todos los pacientes seleccionados tenían más de 6 meses con la enfermedad y además de la deformidad del pene, presentaron dificultad para el contacto sexual, este último trastorno es el criterio fundamental para decidir el tratamiento quirúrgico.7, 9, 10 De los 20 pacientes que participaron en la investigación, 11 revelaron placa fibrosa única inferior de 3 cm y la curvatura osciló entre 40 y 60 grados, siguiendo las pautas del estudio, a estos pacientes se les practicó plicatura. Los 9 pacientes restantes mostraron placa fibrosa mayor de 3 cm y el grado de curvatura fue mayor de 60º; en estos casos la técnica quirúrgica fue injerto dérmico con incisión de la placa. Los resultados postoperatorios arrojan que hubo corrección de la deformidad en 100% de los pacientes, tanto de los de la técnica plicatura como los de injerto dérmico con incisión de la placa. Con respecto al tiempo en la penetración sexual, en el grupo con plicatura, 9 pacientes lo lograron entre 5 y 8 semanas y 2 casos entre 9 y 10 semanas. En el grupo con injerto dérmico la mayor población (6 pacientes) lo obtuvieron entre 9 y 10 semanas y 3 casos entre 7 y 8 semanas. Se detectaron 2 38 • REV VEN UROL Por otro lado, Adeniyi 1 refiere que de 51 pacientes intervenidos con injerto dérmico con incisión de la placa, en 88% se corrigió la deformidad. Este tipo de intervención también fue evaluado por Lue,14 Kadioglu13 y Egydio,6 en los dos primeros estudios la corrección de la deformidad fue de 95% y 75% respectivamente. En el estudio de Egydio6 se evaluaron 8 pacientes y en 100% de los casos se corrigió la deformidad. Resultados que coinciden con los de esta investigación. Conclusiones • Sobre la base de los resultados obtenidos y de la discusión planteada, se evidencia que el injerto dérmico con incisión de la placa o plicatura son técnicas que constituyen una excelente opción para el tratamiento quirúrgico de la enfermedad de Peyronie, por su fácil aplicación y resultados satisfactorios y mínimas complicaciones. • Estos resultados permiten sugerir como intervención quirúrgica en la enfermedad de Peyronie, la plicatura en los pacientes con longitud de la placa igual o menor a 3 cm, con una angulación del pene entre 40 y 60 grados; y la técnica injerto dérmico con incisión de la placa, en los casos con una placa mayor de 3 cm, con angulación superior de 60 grados. Referencias 1. 2. 3. Adeniyi A, Goorney S. The Lue Procedure: an analysis of the outcome in Peyronie disease. BJU Int. 2002; 89(8):404-408. Akkus E, Ozkara H, Alici B. Incision and venous patch graft in the surgical treatment of penile curvatura in Peyronie. Eur. Urol 2001 40(4):531-536. 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Vivas-Arizaleta.** *Cátedra de Clínica Urológica, Hospital Universitario de Caracas, Universidad Central de Venezuela **Servicio de Cirugía II, Hospital General del Este “Dr. Domingo Luciani”, Caracas, Venezuela Resumen Introducción y objetivos: El varicocele afecta al 15% de la población masculina, aproximadamente 19-41% con infertilidad primaria y 45-81% con infertilidad secundaria. Su tratamiento es quirúrgico y una de las intervenciones consiste en la ligadura de las venas espermáticas del plexo pampiniforme. Las infecciones de la herida operatoria son poco frecuentes y así lo confirma la literatura mundial. Sin embargo, la realidad socioeconómica en la que vivimos ejerce un efecto negativo sobre la salud pública, lo cual hace que los cuidados postoperatorios pudiesen ser afectados, aumentando su incidencia. Por tal motivo, nos interesamos en comparar las ventajas de la antibioticoterapia profiláctica con cefazolina sódica en dosis única versus cefadroxilo como tratamiento terapéutico vía oral en pacientes sometidos a cura operatoria de varicocele que acudieron al Servicio de Urología del Hospital Universitario de Caracas, en el período comprendido entre el 15 de julio y el 15 de octubre de 2003. Pacientes y métodos: De los 1.391 pacientes que acudieron al triaje, 70 presentaron diagnóstico de varicocele, 41 cumplieron con criterios de inclusión/exclusión. El criterio de experimentación y comparación de este estudio longitudinal se basó en la correlación de dos grupos mutuamente excluyentes: profiláctico (22) y cefadroxilo (19), con edad promedio de 26 ± 8,2 años y valores bioquímicos normales. Se aplicó la tabla de distribución de Bernoulli para la selección de las unidades de observación. El primer grupo recibió cefazolina sódica 1 g EV 15-30 minutos previo a la incisión y, el segundo grupo, cefadroxilo 500 mg VO BID por 7 días postoperatorios. Resultados: Comparamos clínicamente el efecto antimicrobiano evaluando signos de flogosis (rubor, calor, tumor y dolor). En el grupo de cefadroxilo, el dolor y el rubor estuvieron presentes en 2/19; con 0/22 y 1/22, respectivamente, en el grupo profiláctico. El tumor estuvo presente en 2/19 en el grupo cefadroxilo, ninguno en el grupo profiláctico. El calor no se presentó en ningún grupo. Todos los valores obtenidos fueron estadísticamente no significativos. Conclusiones: Lo anterior señala que ambos antimicrobianos son altamente eficaces y seguros. Sin embargo, la administración de cefazolina sódica en dosis única como antibiótico profiláctico, fue de fácil administración intrahospitalaria, de menor costo y de mayor incidencia en la calidad de vida de los pacientes. Palabras clave: varicocele, profiláctico, cefazolina sódica. Abstract Single dose cefazolin as prevention in varicocele surgery Introduction and objectives: Varicocele affects 15% of men, approximately 19-41% of them with primary infertility and 45-81% with secondary infertility. Treatment is surgical and one of such interventions consists of spermatic veins licature of the pampiniform plexus.Infections of the surgical site are uncommon, in accordance with the literature. However, our socioeconomic status (insufficient government funding for hospitals) exerts a negative effect on public health, hence making treatment difficult and possibly affecting postoperative care.The advantages of prophylactic antibiotic therapy with cefazolin in single-dose versus oral-therapeutic cefadroxil were compared in patients submmitted to varicocele surgery in the Department of Urology, University Hospital, Caracas, Venezuela, between July 15 and October 15, 2003. Methods: Out from 1.391 triage patients, 70 were diagnosed with varicocele, 41 met the inclusion/exclusion criteria. The experimental design and comparison in this longitudinal study were based on the correlation of two mutually excluding groups: Prophylactic (22) and Cefadroxil (19), mean age 26 ± 8,2 and normal biochemical values. Bernoulli's distribution was applied for the selection of the observation units. The first group received cefazolin 1 g IV 15-30 minutes before incision and the second group cefadroxil 500 mg PO BID for 7 days postoperative. Results: The antimicrobial effect was clinically compared, evaluating signs of phlogosis (pain, redness, swelling and heat). In the cefadroxil group, pain and redness were present in 2/19; with 0/22 and 1/22, respectively, in the prophylactic group. Swelling was present in 2/19 in the cefadroxil group, none in the prophylactic group. No fever was present in either group. All obtained values were statistically non-significant. Conclusions: The above results indicate that both antibiotics are highly efficient and safe. However, a single dose of cefazolin as a prophylactic agent is easier, cheaper and provided better quality of life. Key words: varicocele, prophylactic, cefazolin. 40 • REV VEN UROL KENNETH J. PALMER-ROMÁN Y COL. Introducción El varicocele se define como la dilatación de las venas del plexo pampiniforme como resultado del flujo retrógrado de sangre secundario a la ausencia o incompetencia de las válvulas en las venas espermáticas. Se presenta en el 15% de la población masculina, aproximadamente 1941% de los hombres con infertilidad primaria y 45-81% de hombres con infertilidad secundaria lo sufren. Se ha demostrado el efecto deletéreo de esta patología sobre la espermatogénesis asociado a elevación de la temperatura testicular y reflujo venoso, de ahí la importancia de su detección y tratamiento oportuno. Se considera su tratamiento cuando se cumplen los siguientes criterios: varicocele palpable, infertilidad conocida de la pareja, la pareja femenina tiene fertilidad normal o una causa potencialmente tratable, función o parámetros anormales en el espermatograma, dolor persistente, adultos jóvenes con varicocele uni o bilateral asociado a disminución de tamaño del testículo. En este orden de ideas, la Asociación Americana de Urología (AUA) y la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva acordaron lineamientos prácticos para la infertilidad masculina y declararon: “la cura operatoria de varicocele puede ser considerada como el tratamiento de primera línea cuando un paciente con varicocele tiene semen subóptimo y pareja normal”. Existen dos alternativas para su reparación: cirugía y embolización percutánea. Esta última es menos dolorosa, pero requiere de personal entrenado por ser técnicamente más exigente. La cirugía abierta se lleva a cabo por diferentes técnicas: retroperitoneal, inguinal y subinguinal, ya sea mediante cirugía convencional o por laparoscopia. En la actualidad, se prefiere la técnica microquirúrgica subinguinal (Marmar) porque obvia la necesidad de incidir la fascia, menos dolor (comparable con laparoscopia), recuperación más rápida y preserva al máximo los vasos arteriales y linfáticos, al mismo tiempo que reduce la probabilidad de persistencia o recurrencia. Se realiza una incisión de 2-3 cm por debajo del anillo inguinal superficial y se continúa por los planos subcutáneos hasta identificar el cordón espermático emergiendo de dicho anillo. Se toma el cordón con pinzas de Babcock, se inciden las fibras del músculo cremáster y se visualizan las venas espermáticas (con la ayuda de lupas ópticas 3.5X o microscopio óptico) como parte del plexo pampiniforme; posteriormente se ligan con sutura de seda 2-0 o 3-0. Independientemente de la técnica a utilizar, el objetivo Vol.51 Enero- Junio 2005 principal es la preservación de una función testicular óptima, eliminación de la patología, disminución de la morbilidad y reducción de costos. La prevención de la infección de la herida quirúrgica sigue siendo el centro de atención, ya que aun con la aplicación de normas estrictas de asepsia y profilaxis, es una fuente de gran costo, morbilidad y mortalidad. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) denomina las infecciones de heridas postoperatorias como “infección del sitio quirúrgico” y las divide en superficial (piel y tejido celular subcutáneo), infecciones incisionales profundas (fascia y músculo) e infecciones de órganos / espacios. Es importante señalar que la profilaxis sistémica es sólo una parte de un programa amplio de control de infección que abarca una adecuada ventilación del quirófano, esterilización, uso de métodos de barrera y una técnica quirúrgica adecuada. Un agente profiláctico óptimo es aquél que es bactericida, no tóxico, no costoso y con actividad contra los patógenos más comúnes que puedan causar infección del sitio quirúrgico. En muchos estudios, se ha demostrado la disminución hasta de 50% del riesgo de infecciones postoperatorias en cirugías limpias. El bajo grado de infección después de estos procedimientos requiere estudios de más de 1.000 cirugías para detectar significativamente tales reducciones, lo cual constituye un serio obstáculo para llegar a pruebas concluyentes de eficacia y de identificación de regímenes óptimos. Sin embargo, para la mayoría de los procedimientos quirúrgicos, basados en el espectro antibacteriano y la baja incidencia de alergia y efectos colaterales, las cefalosporinas han tomado el liderazgo; entre ellas la Cefazolina Sódica se ha convertido en la droga de elección en vista de su razonable largo tiempo de vida media y bajo costo. Incluso se ha extendido su uso a procedimientos limpios contaminados. En estos tiempos de avanzada tecnología en terapia antimicrobiana, se ha visto un incremento en la frecuencia de infecciones peri y postoperatorias debido a muchos factores: no seguimiento del tratamiento, condiciones sanitarias subóptimas y la aparición de gérmenes resistentes. Si enfocáramos este problema desde el punto de vista de prevención, pudiésemos disminuir en gran proporción la tasa de dichas infecciones para de esta manera, mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. El presente estudio pretende demostrar el uso de la cefazolina sódica como antibiótico profiláctico en REV VEN UROL • 41 Vol.51 Enero- Junio 2005 DOSIS ÚNICA DE CEFAZOLINA SÓDICA pacientes con varicocele del Hospital Universitario de Caracas contra el uso del cefadroxilo como antibiótico terapéutico. Criterios de inclusión: paciente con diagnóstico de varicocele confirmado, paciente masculino mayor de 12 años y menor de 45 años Debido a la compleja interpretación que pudiese arrojar la aplicación de dosis única profiláctica, el criterio de experimentación y comparación de este estudio se basó en la correlación de dos grupos mutuamente excluyentes, lo cual incidió en la aplicación de un diseño aleatorizado para la selección de unidades de observación. Resultados Criterios de exclusión: paciente menor de 12 años y mayor de 45 años , diabéticos, recibiendo terapia esteroidea, pacientes HIV positivo, pacientes que reciben antibióticos previos por alguna patología, pacientes que hagan alergia confirmada al medicamento. Pacientes y métodos El siguiente trabajo se llevó a cabo en el período comprendido entre el 15 de julio y 15 de octubre de 2003 en el Servicio de Urología del Hospital Universitario de Caracas. CUADRO 1. Distribución de pacientes según incidencia de infección por grupo de estudio. Profilaxis en cura operatoria de varicocele. Hospital Universitario de Caracas. Servicio de Urología. Julio - octubre 2003. Cefadroxilo Calor Rubor Dolor Tumor Positivo 0 2 2 2 Negativo 19 17 17 17 Profiláctico Positivo 0 1 0 0 Negativo 22 21 22 22 El universo de estudio estuvo conformado por todos los pacientes que acudieron al triaje en el período establecido, de los cuales se escogieron aquellos con diagnóstico de varicocele. La incidencia de infección por grupo de estudio se determinó a través de la comparación de valores porcentuales absolutos de los signos de flogosis: dolor, calor, rubor y tumor. Llegado el día de la intervención se identificó la unidad de observación, es decir, si el paciente era seleccionado para profilaxis (Grupo A) se procedía a la preparación de 1gr de cefazolina sódica diluida en 20 cc de solución fisiológica para ser administrada vía endovenosa 15-30 minutos antes del procedimiento. Si por el contrario, era seleccionado para tratamiento terapéutico (Grupo B), se indicaba cefadroxilo 500 mg vía oral, cada 12 horas por una semana en el post-operatorio inmediato. Completados los pasos previos, se procedió a la preparación del área inguinocrural y genital del paciente, a la colocación de anestesia local con lidocaína al 2% (20 cc) y a la realización de la cura operatoria de varicocele por abordaje subinguinal con una duración de aproximadamente 40 minutos. El dolor se presentó en 2 de 19 pacientes para el grupo que recibió cefadroxilo. Sin embargo, en el grupo que recibió antibiótico profiláctico no se presentó, siendo esta diferencia estadísticamente no significativa. Con respecto a la variable calor, no se evidenció en ninguno de los pacientes de ambos grupos en estudio. El rubor se presentó en 2 de 19 pacientes en el grupo que recibió cefadroxilo y en 1 de 22 pacientes en el grupo que recibió antibiótico profiláctico, lo cual evidencia una diferencia estadísticamente no significativa para ambos grupos en estudio. El tumor se presentó en 2 de 19 pacientes para el grupo que recibió cefadroxilo y no se presentó en el grupo que recibió antibiótico profiláctico; siendo esta diferencia estadísticamente no significativa. El seguimiento postoperatorio se realizó al séptimo día; de presentarse signos de flogosis se indicaba tratamiento con cefadroxilo 500 mg vía oral, cada 12 horas por una semana y control posterior. En caso de persistir signos de flogosis a los quince días, se tomaba cultivo de la herida para determinación de gérmen causal y antibioticoterapia específica. 42 • REV VEN UROL A pesar de que desde el punto de vista estadísticoclínico la diferencia entre los grupos en estudio fue no significativa, para los lineamientos generales de nuestra investigación se ven afectados de manera positiva. En este sentido, lo anterior induce a que los dos tipos de tratamiento, tanto profiláctico como terapéutico, sean tomados como válidos, lo que genera un alto impacto en la calidad de vida de los pacientes. KENNETH J. PALMER-ROMÁN Y COL. Discusión y conclusiones Referencias El varicocele en nuestro grupo de estudio exhibió un comportamiento demográfico acorde a parámetros internacionales. 1. La administración de cefazolina sódica en dosis única, profiláctica disminuyó la aparición de signos de flogosis (calor, rubor, tumor y dolor). 2. 3. 4. 5. La cefazolina sódica como antibiótico profiláctico es tan eficaz como el cefadroxilo terapéutico, pero con un costo menor y aplicación intrahospitalaria más fácil. Basado en los resultados de nuestro trabajo especial de investigación, se sugiere el uso regular de cefazolina sódica dosis única, ya que se comprobó su efectividad en el tratamiento quirúrgico con abordaje subinguinal de pacientes con varicocele del Servicio de Urología del Hospital Universitario de Caracas. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. Vol.51 Enero- Junio 2005 Tanagho EA, McAninch JW. Urología general de Smith, Editorial El Manual Moderno, 11a Edición, 1999. Kibar Y, Seckin B, Erduran D. The Effects of subinguinal varicocelectomy on Kruger morphology and semen parameters. J Urol 2002; 168: 1071-1074. American Urological Association: Male Infertility Best Practice Policy Committee Report, 2001. Marmar J, Benoff S. Editorial: New Scientific information related to varicoceles. J Urol 2003; 170: 2371-2373. 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La fístula de rectovesical (FRV) es una entidad rara.1 Las denominadas fístulas rectourinarias adquiridas constituyen una complicación infrecuente de condiciones pélvicas que sigue siendo un problema terapéutico, por lo cual, ni una clasificación extensamente aceptada existe, ni datos a largo plazo de resultados están disponibles. Las fístulas rectourinarias adquiridas se han clasificado como: 1) benignas causadas por enfermedad de Crohn, trauma, sepsis perirectal, o lesión iatrogénica; y 2) secundario malignas-relacionado a neoplasmas, por radiación, por cirugía, o por tumor combinado y a los efectos del tratamiento.2 Las FRV pueden ocurrir después de los procedimientos extirpativos o ablativos de la próstata para los procesos benignos y malignos. Las características clínicas de FRV incluyen neumaturia, fecaluria, y drenaje urinario por recto. La ubicación de la fístula es detectada por el examen rectal y generalmente se puede identificar en uretrocistoscopia, cistouretrografía o con estudio contrastado de recto.1 La presencia de aire dentro de la vejiga es patognomónico en ausencia de instrumentación transuretral reciente. El manejo acertado de fístulas rectourinarias requiere típicamente, de terapia re-operativa agresiva con derivación permanente, requerida más a menudo para las fístulas relacionadas a malignidad. Los mejores resultados se pueden anticipar para las fístulas benignas. Para facilitar el cierre espontáneo el manejo incluye a menudo, derivación fecal (colostomía) y derivación urinaria (catéter uretral, cistostomía suprapúbica); no obstante, este abordaje no es completamente acertado y la duración de la derivación requerida es imprecisa.1 Reportamos nuestra técnica de la reparación laparoscópica de la FRV. 44 • REV VEN UROL Caso clínico Paciente masculino de 62 años con PSA 4ng/dl, con diagnóstico de cáncer de próstata T2a, Gleason combinado 7(4+3)/10, a quien se le practicó prostatectomía radical abierta. El paciente recibió preparación mecánica del intestino preoperatoriamente. Una lesión rectal ocurrió durante cirugía y fue reparada de forma primaria. A los seis días de postoperatorio presentó fecaluria y neumaturia. Los hallazgos clínicos y paraclínicos (examen físico y cistoscopia) apoyaron el diagnóstico de FRV y localizaron el defecto. El manejo inicial incluyó el catéter uretral dejado sin derivación fecal. La fístula no pudo cerrarse, y el paciente fue referido a nuestro centro para la cirugía correctiva. Durante el proceso del consentimiento informado se le explicaron al paciente otras alternativas quirúrgicas y que una conversión a laparotomía pudiera ser requerida. Técnica Los pasos quirúrgicos se describen a continuación. 1. Preparación del paciente: el paciente recibe una preparación mecánica completa del intestino el día antes de cirugía. Los antibióticos se dan perioperativamente. Se realizó con anestesia general. 2. Colocación del paciente: se coloca al paciente en posición de litotomía con las piernas colocadas en los estribos. Las medias de compresión fueron colocadas en las extremidades inferiores. 3. Cistoscopia: inicialmente, se realiza la cistoscopia y se cateterizan ambos uréteres. Esto facilita la identificación y la protección ureteral durante la exéresis y el RENÉ SOTELO Y COL. cierre de la fístula. Un catéter ureteral es de un color distinto al usado para los uréteres; se avanzó a través de la fístula en el recto y se recuperó afuera a través del ano para facilitar la identificación durante la cirugía Figura 1. 4. Colocación de los trócares: se realizó abordaje transperitoneal de 5-puertos similar al de la prostatectomía radical laparoscópica. 5. Cistotomía y sección del trayecto fistuloso: la pared posterior de la vejiga se incide verticalmente con el bisturí armónico en la proximidad de la fístula. El catéter que corre a lo largo del trayecto fistuloso se identifica y la incisión se lleva verticalmente hacia abajo. Se continúa en la dirección del catéter que define la fístula, hasta exponer el aspecto posterior del catéter. El tejido no viable o necrótico es resecado cuidadosamente con la tijera Figura 2. 6. Disección entre la vejiga y el recto: una vez que la comunicación entre la vejiga y el recto llegue a ser evidente se inicia una disección meticulosa para separar el recto de la vejiga usando una combinación del bisturí ultrasónico y de la tijera laparoscópica Figura 3. 7. Cierre del recto: la rafia del recto se realiza en un solo plano. Una sutura 2-0 Monocryl con aguja UR-6 es empleada, comenzando con el nudo inicial en la superficie externa del recto Figura 4. Un total de cinco suturas interrumpidas fueron colocadas. 8. Interposición de tejido sano: la sutura inicial del cierre del recto se utiliza para anclar un flap de epiplón que fue confeccionado para ser interpuesto entre ambos órganos Figura 5. 9. Cierre de la vejiga: la rafia de la vejiga fue realizada posteriormente en un plano usando una sutura de 2-0 Monocryl en una sutura continua Figura 6. Esta sutura se aplica en dirección superior, pero no se cierra completamente la vejiga hasta después de colocar el catéter suprapúbico. 10. Cistostomía: un catéter de cistostomía suprapúbico extraperitoneal se coloca bajo dirección laparoscópica y el cierre de la vejiga se termina. La vejiga es llenada con solución salina para determinar la hermeticidad de la rafia. Además, se colocan un catéter uretral y un dren de Blake. 11. Colostomía: una colostomía derivativa asistida por laparoscopia fue realizada. 12. Cuidados postoperatorios: un aspecto muy importante del postoperatorio es garantizar la permeabilidad del catéter uretral previniendo la obstrucción y la retención del coágulo. La sonda es irrigada solamen- Vol.51 Enero- Junio 2005 te si hay sospecha de obstrucción del catéter. Se propicia la deambulación precoz y se administran antibióticos profilácticos. El drenaje fue retirado en el tercer día postoperatorio. Resultados El tiempo operatorio fue de 240 minutos con una pérdida estimada de sangre de 200 ml. La estancia hospitalaria fue de 3 días. El catéter uretral fue retirado al 4to día de postoperatorio. Ninguna complicación ocurrió. A los 2 meses de postoperatorio, el tubo de cistostomía fue retirado y la restitución del tránsito fue realizada. En un seguimiento de 1 mes, el paciente permaneció libre de recurrencia de la fístula. Discusión Varios procedimientos se han descrito para el manejo de las FRV. Sin embargo, no ha habido consenso en el mejor método de reparación.3 La técnica modificada del York-Mason es simple y efectiva en el tratamiento de las FRV a través de un abordaje sagital-posterior transanal. Otros métodos descritos de reparación han sido ejecutados a través de una incisión perineal, un esfínter anal intacto dilatado, un abordaje posterior para-anal/rectal, y finalmente los abordajes transabdominales y transvesicales.4,5 Dafnis et al.6 reportaron una reparación transefinteriana y Garófalo et al.3 describieron su experiencia con una técnica de avance de flap. Zmora et al.7 reportaron la trasposición del músculo gracilis. Finalmente concluyeron que con los pacientes que experimentan FRV iatrogénica después de prostatectomía o de radiación, la derivación fecal y urinaria con trasposición del músculo seguida por el reestablecimiento de la continuidad urinaria e intestinal puede ser la modalidad del tratamiento de elección.7 Nuestra técnica ofrece las ventajas tradicionales de la laparoscopia en la visualización mejorada con la ampliación, el escaso sangrado, el dolor abdominal reducido, una estancia hospitalaria más corta, una recuperación más rápida y reincorporación más precoz a la actividad laboral. Notablemente, la técnica laparoscópica transperitoneal permite el acceso fácil al epiplón o a las apéndices epiplóicas que se utilizarán como tejido de interposición. Esta interposición de tejido es fundamental en la reparación eficaz de RVF. Además, la realización de una colostomía concomitante se facilita laparoscópicamente sin necesidad de cambiar la posición del paciente para los REV VEN UROL • 45 Vol.51 Enero- Junio 2005 REPARACIÓN LAPAROSCÓPICA DE FÍSTULA RECTOVESICAL Conclusiones otros abordajes quirúrgicos ya mencionados. Sin embargo, esta técnica requiere experiencia laparoscópica avanzada, particularmente con cirugía pélvica y sutura intracorpórea. La reparación laparoscópica de FRV es factible y representa una alternativa atractiva a los procedimientos convencionales. Figura 1. El trayecto fistuloso y los uréteres son canulados con catéteres ureterales. Figura 3. Disección de la vejiga y el recto y exposición del trayecto fistuloso. Figura 2. La pared posterior de la vejiga es incindida verticalmente, dividiendo el trígono con el bisturí armónico y la disección se continúa hasta la FRV. Figura 4. Cierre del recto. 46 • REV VEN UROL RENÉ SOTELO Y COL. Figura 5. Interposición del epiplón. Vol.51 Enero- Junio 2005 Figura 6. Cierre de vejiga. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Renschler TD, Middleton RG 30 years of experience with YorkMason repair of rectourinary fistulae. J Urol 2003;170: 1222-1225. Munoz M, Nelson H, Harrington J, Tsiotos G, Devine R, Engen D. Management of acquired rectourinary fistulae: outcome according to cause. Dis Colon Rectum 1998; 41(10):1230-8. Garófalo TE, Delaney CP, Jones SM, Remzi FH, Fazio VW. Rectal advancement flap repair of rectourethral fistula: a 20-year experience. Dis Colon Rectum 2003; 46(6):762-9. Kilpatrick FR, Mason AY. Post-operative recto-prostatic fistula. Br J Urol 1969; 41(6):649-54. Stephenson RA, Middleton RG. Repair of rectourinary fistulae using a posterior sagittal transanal transrectal (modified YorkMason) approach: an update. J Urol 1996; 155(6):1989-91. Dafnis G, Wang YH, Borck L. Transsphincteric repair of rectourethral fistulae following laparoscopic radical prostatectomy. Int J Urol 2004; 11(11):1047-9. 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Solo se han reportado muy pocos casos en la literatura.3 De igual manera, los tumores malignos del epidídimo son aún más raros, no así las lesiones benignas donde es posible hallar tumor adenomatoide o también quistes, sin embargo aún más raro es la presencia de hemangioma cavernoso del tejido paratesticular, epidídimo y cordón espermático, simulando una lesión neoplásica maligna testicular. Caso clínico Se presenta el caso de un paciente masculino de 33 años quien acudió a la consulta por presentar masa dolorosa en testículo derecho de 7 días de evolución sin antecedentes patológicos de importancia. Al examen físico el hallazgo significativo fue la presencia de masa dura, bien delimitada en el polo superior del testículo derecho hacia cuerpo y cabeza del epidídimo de 6 mm de diámetro. Los niveles de los marcadores tumorales se encontraban dentro del rango normal. Ver cuadro 1. Cuadro 1. Valores de marcadores tumorales preoperatorios. 48 • REV VEN UROL Se realizó eco Doppler testicular donde se reportarón la presencia de múltiples nódulos sólidos, hipoecoicos, entre 4 y 6 mm de diámetro con microcalcificaciones y escasos vasos. En el doppler color del lado derecho y en el izquierdo, 2 nódulos de iguales características (Fotos 1 y 2) dando como orientación diagnóstica imagenológica la probabilidad de seminoma múltiple versus infiltración linfomatosa del testículo, aunque esta última tendría nódulos hipervascularizados. El estudio fue realizado por 2 ecosonografistas diferentes en centros diferentes dando ambos la misma interpretación. Foto 1. Múltiples lesiones testiculares derechas, sólidas, hipoecoicas algunas con microcalcificaciones. DI CAPUA TEODORO Y COL. Foto 2. Dos lesiones sólidas, hipoecoicas testiculares izquierdas (preoperatorio). Vol.51 Enero- Junio 2005 Foto 4. Corte coronal del testículo derecho por RMN. Se aprecia zona de hipointensidad. Se realizó RMN donde se reportó alteración del comportamiento tisular que muestra áreas de hipointensidad de señal de comportamiento sólido en el testículo derecho (Fotos 3, 4). Foto 3. Corte transversal del testículo derecho por RMN. Se aprecian zonas de hipointensidad. Cuatro meses después de la orquidectomía radical se practicó un nuevo ecosonograma testicular izquierdo control en el que no se apreciaron las lesiones evidenciadas en el eco previo. Discusión Testículo izquierdo normal. Adenopatías inguinales bilaterales, algunas mayores a un cm. TAC tóraco-abdómino-pélvico normal. Bajo el diagnóstico de tumor testicular y con criterio oncológico se realizó orquidectomía radical derecha con resultado histopatológico de hemangioma cavernoso en tejido peritesticular, epidídimo y en el cordón espermático, con tejido testicular de aspecto usual. Los hemangiomas son las lesiones benignas más comunes de los tejidos blandos. El hemangioma cavernoso, un subtipo de hemangioma, puede ocurrir en el tejido mesenquimal de cualquier parte del cuerpo. El cordón espermático es un sitio extremadamente inusual para este tumor, del cual se piensa que se origina del plexo pampiniforme.4 De igual manera, el hemangioma cavernoso del epidídimo es una lesión aún más rara habiéndose publicado solo 4 casos en la literatura.(5-8) El hemangioma cavernoso del cordón espermático es una lesión de crecimiento lento la cual debe ser diferenciada de las otras masas paratesticulares y generalmente, los hallazgos ecosonográficos de estas lesiones no permiten el diagnóstico adecuado preoperatorio.9 REV VEN UROL • 49 Vol.51 Enero- Junio 2005 HEMANGIOMA CAVERNOSO DEL EPIDÍDIMO Desde el punto de vista imagenológico los hallazgos testiculares en este tipo de lesiones son muy parecidos a los tumores testiculares intraparenquimatosos, tipo seminoma,10 y es por ello, que este diagnóstico debe prevalecer ante la duda. A veces es muy difícil distinguir entre una lesión benigna y maligna del testículo; sin embargo, lo raro es que ni el ultrasonido ni la RMN fueron precisas en identificar la lesión por fuera del testículo y, aún más, en ambos estudios las lesiones fueron apreciadas intraparenquimatosas. No hemos encontrado explicación a este hecho. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. Los tumores peritesticulares son extremadamente raros y tanto el ultrasonido como la RMN no son estudios muy útiles en la evaluación de estos casos, por lo que siempre terminan confundiéndose con los tumores malignos testiculares, por esto, debe siempre prevalecer el criterio oncológico al momento de realizar el tratamiento quirúrgico de estas masas testiculares. 7. 8. 9. 10. 50 • REV VEN UROL Vesga-Molina F, Zabala-Egurrola A, Acha-Perez M, et al. Lipoma of spermatic cord: report of a case. Arch Esp Urol 1994;47:69-70. Madrigal B, Veig M, Vava A, et al. An aggressive inguinal angiomyxoma in a male patient. 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Antígeno prostático específico (APE) en valores normales (1,55 ng/dl). El eco transrectal revela aumento de volumen prostático a expensas de lóbulo izquierdo. La cistoscopia mostró una masa de superficie lisa, vascularidad aumentada, sangramiento activo que se originaba en lóbulo izquierdo prostático a nivel del verumontanum y crecía hacia la línea media y cuello vesical con obstrucción de la luz uretral en 80%. Se realizó resección transuretral prostática (RTUP), mejorando los SOUB y cediendo la hematuria. El tumor fibromixoide pseudosarcomatoso de próstata es una entidad muy rara, de características benignas, con escasos 5 casos publicados en la literatura mundial hasta la fecha de esta revisión. Fue descrito por primera vez en 1984 por Hafiz y col. De etiología desconocida, descrita en varios órganos como, pulmón, vejiga, riñón, uréter y testículo. Se conoce con numerosos términos: granuloma de células plasmáticas, tumor fibromixoide pseudosarcomatoso, tumor fibromixoide atípico, tumor miofibroblástico inflamatorio, tumor miofibroblástico atípico y proliferación miofibroblástica pseudosarcomatosa. En la actualidad se denomina más frecuentemente como pseudotumor inflamatorio o tumor miofibroblástico inflamatorio. La lesión es considerada de origen miofibroblástico por lo que las tinciones son positivas para actina de músculo liso y vimentina. Se caracteriza por un estroma mixoide desorganizado, edematoso con extensas células fusiformes donde solo algunas de ellas muestran signos de atipia. Muy pocas mitosis son vistas y estas pueden ser debidas al componente inflamatorio. El diagnóstico diferencial a tomar en cuenta son lesiones malignas de próstata, entre ellas los tumores sarcomatosos. A pesar de lo raro de estos casos, es muy importante para el urólogo y para el patólogo, saber reconocer este tipo de lesiones para poder orientar el tratamiento El análisis anatomopatológico evidencia: microscópicamente el tumor consiste en células fusiformes, desordenadas, con escasas mitosis y sin células atípicas. El análisis inmunohistoquímico evidenció positividad para vimentina y actina de músculo liso, siendo negativos las citoqueratinas AE1/AE3, proteína S100 y CD34. REV VEN UROL • 51 Vol.51 Enero- Junio 2005 TUMOR FIBROMIXOIDE adecuado y evitar conductas quirúrgicas radicales. El tratamiento recomendado en los escasos casos publicados es la resección transuretral endoscópica en la cantidad de veces que sea necesaria debido a la posibilidad de reproducción que tiene la lesión. 2. Ecosonograma transrectal Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. Hafiz MA, Toker C, Sutula M. An atypical fibromyxoid tumor of the prostate. Cancer 1984; 54: 2500-4. Sahin AA, Ro JY, el-Naggar AK, Ordonez NG, Babaian RJ, Ayala AG. Pseudosarcomatous fibromyxoid tumor of the prostate. A case report with immunohistochemical, electron microscopic, and DNA flow cytometric analysis. Am J Clin Pathol 1991; 96: 253-8. Ro JY, el-Naggar AK, Amin MB, Sahin AA, Ordonez NG, Ayala AG. Pseudosarcomatous fibromyxoid tumor of the urinary bladder and prostate: immunohistochemical, ultrastructural, and DNA flow cytometric analyses of nine cases. Hum Pathol 1993; 24: 1203-10. Cespedes RD, Lynch SC, Grider DJ. Pseudosarcomatous fibromyxoid tumor of the prostate. A case report with review of the literature. Urol Int 1996; 57: 249-51. Jorgen Bjerggaard Jensen et al. Pseudosarcomatous fibromyxoid tumor of the prostate. Scand J Urol Nephrol 2003; 37(1):85-7. Benchekroun A, et al. Pseudosarcomatous fibromyxoid tumor of the prostate: report of a case. Ann Urol (Paris) 2003; 37(1):40-2. 1. Aspecto cistostópico 52 • REV VEN UROL 3. Corte con citoqueratinas REVISTA VENEZOLANA DE UROLOGÍA Revista Venezolana de Urología Vol.51 Nº 1 (2005) Reporte de caso clínico QUISTE PROSTÁTICO SINTOMÁTICO Pedro A. González G*, Luis Visbal***, Ledy Hernández****, José Briceño**, Marcos Vásquez*****, José Álvarez*****, Lenin Araujo*****. Hospital Central “Dr. Pedro Emilio Carrillo”, Servicio de Urología. Residencia de posgrado. Valera. estado Trujillo,Venezuela. * Jefe del Servicio de Urología. Director del posgrado de Urología. ** Jefe del Servicio de Radiología. e Imágenes. *** Adjunto al Servicio de Urología. Coordinador del posgrado. **** Adjunto al Servicio de Urología. Monitor del posgrado. ***** Residente del posgrado de Urología. Resumen Las lesiones quísticas de próstata son hallazgos habituales y se dividen en laterales y de línea media. Las laterales son más frecuentes, se acompañan con patologías de hiperplasia y procesos inflamatorios de cualquier etiología de la glándula; los de la línea media son poco frecuentes, considerándoseles de origen congénito. Se informa un caso: paciente de 49 años que consulta por trastornos urinarios bajos y hallazgos al tacto rectal de próstata aumentada de tamaño, renitente con características benignas. Se efectúa ecografía prostática transvesical y transrectal observándose quiste prostático con crecimiento cervical, la cistoscopia evidencia obstrucción cervical. Se realizó cirugía endoscopica con incisión y resección de pared anterior del quiste. Haciéndose seguimiento del paciente, con mejoría evidente del cuadro obstructivo y control ecográfico sin recurrencia de la patología. Se analizó lo infrecuente del quiste como causa de obstrucción urinaria baja en adultos, utilidad de la ecografía en el diagnóstico y manejo endoscópico. Introducción Las lesiones quísticas localizadas en la línea media de la próstata son poco frecuentes y se consideran alteraciones congénitas,(1) las mismas pueden ser de dos tipos: los quistes mullerianos, derivados de los restos del conducto paramesonéfrico, y los quistes del uutrículo probablemente causados por dilatación del utrículo prostático,(2) pero estos casos son extraordinariamente raros, también son raros los quistes de origen parasitario (Esquistosomas y Equinococo); en algunos casos aparecen quistes hemorrágicos como resultado de la degeneración de un carcinoma prostático. Los quistes prostáticos más frecuentes son los quistes de retención, que aparecen a nivel de los acinos prostáticos y de los acinos situados por debajo del trígono. Pueden tener diferentes localizaciones y variedad de tamaño, suelen aparecer en el contexto de la hiperplasia benigna de la próstata y de procesos inflamatorios de cualquier etiología. Caso clínico Paciente masculino de 49 años, quien presenta dificultad para la micción de 3 meses de evolución con chorro urinario débil, nocturia y sensación de vaciado incompleto. Al examen físico: tacto rectal: próstata aumentada de tamaño, no dolorosa, renitente. Antígeno prostático: 2,1 ng / dl. Ecograma prostático: próstata con imagen anecoica redondeada, de bordes bien definidos que mide 4 x 3,4 x 4 cm. de localización superior medial. Cistoscopia: crecimiento prostático con obstrucción cervical. Diagnóstico de ingreso: quiste prostático. Tratamiento: incisión transuretral con resección de pared anterior del quiste. Posterior a la cirugía se evidenció mejoría evidente del cuadro obstructivo; control ecográfico sin recurrencia de la patología. REV VEN UROL • 53 Vol.51 Enero- Junio 2005 QUISTE PROSTÁTICO SINTOMÁTICO Discusión Las lesiones quísticas localizadas en la línea media de la próstata son hallazgos poco frecuentes, considerándoseles como de origen congénito, aunque su verdadera patogenia no ha sido totalmente definida. Actualmente se acepta la existencia de dos tipos, los derivados del conducto de los restos de Muller o paramesonéfricos, llamados quistes mullerianos y los derivados de la dilatación del utrículo prostático, los quistes del utrículo.2 Frecuentemente no dan manifestaciones clínicas y su hallazgo es incidental,1 pues generalmente, se consigue realizando pruebas de imágenes para estudios de otras patologías. Aunque, en algunas ocasiones pueden aparecer síntomas como, hematuria o de obstrucción urinaria baja, obstrucción de los conductos eyaculadores o infección del quiste. Se reporta un caso que debido a la localización y tamaño del quiste, condicionó dificultad en el vaciamiento vesical, obstruyendo el flujo urinario y produciendo las manifestaciones clínicas, lo que hizo poner en evidencia una causa inusual de este gran síndrome de la obstrucción urinaria baja. El diagnóstico por imagen se realiza a través de la ecografía, en la que se pudo evidenciar la formación anecoíca no encapsulada a nivel de la zona central de la próstata.3 La tomografía y resonancia magnética también son de utilidad en el diagnóstico. 4 En relación con el tratamiento, los quistes que se localizan hacia la luz de la uretra o al cuello vesical pueden ser fácilmente extirpados por resección transuretral, mientras que los quistes que tienen una proyección posterior pueden ser tratados por resección transuretral, o punción transrectal dirigida por ecografía. 1. Imagen ecográfica transabdominal 54 • REV VEN UROL Vol.51 Enero- Junio 2005 En el presente reporte, el tratamiento fue la incisión y resección transuretral de pared anterior del quiste, procedimiento mínimamente invasivo y muy efectivo. En los pacientes asintomáticos está indicada la observación y seguimiento a largo plazo, la indicación de tratamiento debe ser reservada sólo para los casos con manifestaciones clínicas evidentes.5 Conclusiones 1. Las causas de obstrucción urinaria baja son muy variadas, se comunica un caso de quiste prostático, una causa inusual. 2. Las manifestaciones clínicas dependen de la localización y del tamaño del quiste, lo que condiciona obstrucción al flujo urinario. 3. La ecografía prostática es un método práctico y asequible para el diagnóstico y seguimiento de la patología. 4. La incisión resección transuretral es el procedimiento ideal, mínimamente invasivo. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. Tornero Ruíz J, Ponce de León Roca J, Pieras Ayala E. Quistes prostáticos de la línea media: manejo y seguimiento. Arch Esp Urol 2001; 54: 205-209. Zhu JP, Meyhoff HH. Prostatic cyst. Scand J Urol Nephrol 29: 345349. Van Poppel H, Vereecken R, De Geeter P, et al. Hemospermia Swing to utricular cyst: Embryological summary and Surgical review. J Urol 1983; 129: 608-609. Schwartz JM, Bosniak MA, Hulnik DH, et al Computed Tomography of midline cysts of the prostate. J Comput Assist Tomogr 1988; 12 (2): 215-218. González García O, Soto Villalba J, Romero Tenorio M y otros. Quiste prostático de línea media en paciente Trasplantado renal. Servicio de Urología. Hospital Universitario Puerta del Mar. Cádiz: España. Actas Urol Esp (2004); 28 (6): 452-454. 2. Imagen ecográfica transrectal REVISTA VENEZOLANA DE UROLOGÍA Revista Venezolana de Urología Vol.51 Nº 1 (2005) Reporte de caso clínico TUMOR NEUROECTODÉRMICO PRIMITIVO DE LA PRÓSTATASARCOMA DE EWING/ PNET Rafael Ernesto Sánchez S, * Hernández E,* Palmer Román KJ,* Cruz G,* López L,* Sánchez F, León A,* Mota A,** Daboin I,** Correnti M.*** *Cátedra de Clínica Urológica, Hospital Universitario de Caracas, Universidad Central de Venezuela. **Instituto Anatomopatológico José O'Daly, Universidad Central de Venezuela. ***Instituto de Oncología y Hematología, Ministerio de Salud y Desarrollo Social, Caracas, Venezuela. Introducción Reporte de un caso Los tumores neuroectodérmicos periféricos primitivos son conocidos como neuroepiteliomas o neuroblastomas periféricos; son tumores malignos de células redondas pequeñas que muestran diferenciación neural fuera del cerebro, médula espinal o sistema nervioso simpático. Paciente masculino de 53 años de edad con historia previa de síndrome obstructivo urinario bajo, de un año de evolución. Acude a centro facultativo por presentar cuadro de retención aguda de orina, por lo que se decide realizar prostatectomía suprapúbica. El paciente es llevado a quirófano y al iniciarse la operación se verifica como hallazgo: próstata de aspecto microscópico tumoral adherida a los tejidos circundantes, por lo que se aborta el procedimiento, previa toma de biopsia, cuyo resultado reportó tumor maligno de histogénesis no determinada. Estos tumores ocurren principalmente en niños y muestran una predilección por huesos y tejidos blandos en la región paraespinal y extremidades inferiores. Los tumores neuroectodérmicos de este tipo, están estrechamente relacionados con el sarcoma de Ewing óseo y extraóseo con el que comparten la misma anormalidad cromosómica: t (11; 22) (q12; q24). La gran mayoría de los PNETs expresan un antígeno de superficie codificado por el gen Myc-2, que es portador de un marcador citogenético no randomizado que permite a los laboratorios la identificación histológica o inmunohistoquímica en los casos dudosos. Aunque la detección molecular por reacción de cadena de polimerasa por transcriptasa reversa y la secuencia son realizadas usualmente en material criopreservado, se han desarrollado protocolos que permiten hacer el diagnóstico citogenético en tejido que ha sido preservado en parafina, esto representa una útil herramienta para el análisis de los casos en los cuales no se dispone de material congelado. Los tumores primitivos neuroectodérmicos han sido descritos en diversas localizaciones viscerales, a nivel urogenital en útero, ovario, testículo, riñón y vejiga. En la literatura consultada se verificó la descripción de un solo caso de este tipo de tumores, localizado a nivel de la próstata. El paciente no tenía historia oncológica previa, ni reportaba antecedentes de alguna enfermedad sistémica de algún tipo. El síndrome obstructivo urinario del paciente, se caracterizaba por ritmo miccional cada dos horas y nocturia de tres episodios. Sin embargo, el paciente refería buen chorro miccional. Al tacto rectal se apreciaba esfínter tónico con próstata lisa, voluminosa, simétrica, no dolorosa, aproximadamente 80 cc. Los paraclínicos reportan un antígeno prostático específico de 4,3 ng/ml con resto del laboratorio normal. No se verificaron anormalidades en Rx de tórax y gammagrama óseo. En la tomografía de abdomen y pelvis se describe próstata posquirúrgica, sin descripción de adenomegalias en ningún nivel. Se realizó estudio endoscópico urinario bajo que reportó uretra prostática con superficie irregular, friable con fragmentos blanquecinos hacia la luz. REV VEN UROL • 55 Vol.51 Enero- Junio 2005 TUMOR NEUROECTODÉRMICO PRIMITIVO... Ante el hallazgo inicial de tumor maligno de histiogénesis desconocida, se procedió a realizar la revisión de láminas y bloques en el Instituto Anatomopatológico José A. O'Daly, de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, donde se diagnosticó tumor maligno de células redondas de histiogénesis no determinada y se procedió a realizar estudio inmunohistoquímico con siete inmunoreacciones. Mediante la técnica de polímero marcado con peroxidasa conjugado al anticuerpo secundario, se realizaron inmunoreacciones para investigar los siguientes antígenos: cromogranina, citoqueratina 7, 20, AE1/AE3, enolasa, CD99, antígeno prostático específico y vimentina, observando: positividad difusa para CD99 en células neoplásicas y marcaje de vimentina positivo en 40% de las células tumorales. Los restantes marcadores resultaron negativos. En todos los casos se emplearon controles positivos adecuados. Discusión Por la disposición papilar y la presencia de estructuras epiteliales reactivas con metaplasia escamosa que están inmersas en el tumor, se pensó en el diagnóstico de carcinoma indiferenciado de células pequeñas de la próstata. Sin embargo, el estudio inmunohistoquímico para tres anticuerpos que marcan citoqueratinas (citoquera-tina AE1/AE3, citoqueratina 7, citoqueratina 20) fue negativo. Entre los diagnósticos planteados estuvo el de carcinoma neuroendocrino de células pequeñas; no obstante, la cromogranina y la enolasa neuronal específica, fueron negativas, razón por la cual, no se pudo verificar dicho diagnóstico. El antígeno prostático específico tampoco mostró positividad. El único marcador expresado en las células tumorales hasta el momento fue el CD99, que es un anticuerpo que se expresa en los tumores neuroectodérmicos tipo sarcoma de Ewing y PNET. A pesar de este hallazgo, no podemos concluir con exactitud, que se trata de un tumor de esta naturaleza, porque el CD99 marca otras neoplasias además del sarcoma de Ewing. Debemos recordar también, que los tumores neuroectodérmicos primitivos primarios de la próstata son excepcionales y se observan predominantemente en niños. Se consideró necesario realizar estudio con otros marcadores para completar el diagnóstico diferencial de esta neoplasia. Así, se procedió a tomar muestra de tejido 56 • REV VEN UROL en parafina, para su evaluación por técnica de reacción de cadenas de polimerasa, siendo ésta una técnica factible de realización, como lo describe Hisaoka et al.4 y que pretende identificar la anormalidad cromosómica: t (11;22) (q12;q24), elemento inequívoco para el diagnóstico de tumores del tipo PNET/sarcoma de Ewing. Lamentablemente, en el proceso de realización de pruebas de inmunohistoquímica, el tejido fijado inicialmente fue utilizado, de tal manera, que la cantidad de tejido restante para el momento de realizar el PCR, no fue suficiente para poder obtener resultados concluyentes, y más aún, tomando en cuenta la evaluación de un tejido procesado previamente en parafina. Sólo conocemos un caso en la literatura de verificación del tipo tumoral PNET/sarcoma de Ewing a nivel prostático,10 y de ahí la importancia de la presentación de este caso, a pesar de no haberse logrado la verificación final de la estirpe celular tumoral. Referencias 1. Enzinger FM, Weiss SW. Primitive neuroectodermal tumors and related lesions. In: Soft tissues Tumors, 3rd Edition, St Louis: The CV Mosby Co. 1995; 929-964. 2. Dehner LP. Peripheral and central primitive neuroectodermal tumors: a nosologic concept seeking a consensus. Arch Pathol Lab Med 1986; 110:997-10051. 3. Fletcher CDM. Peripheral neuroectodermal tumors. In: Fletcher CDM ed. Diagnostic Histopathology of tumors, Vol 2. Edinburgh: Churchill Livingstone, 1995; 1221-1250. 4. Hisaoka M, Tsuji S, Morimitsu Y, et al. Molecular detection of EWSFLI1 chimeric transcripts in Ewing family tumors by nested reserve transcription-polymerase chain reaction: application to archival paraffin-embedded tumor tissues. APMIS 1999; 107: 577-584. 5. Daya D, Lukka H, Clement PB. Primitive neuroectodermal tumors of the uterus. Hum Pathol 1992; 23; 1120-1129. 6. Kleinman GM, Young RH, Scully RE. Primary neuroectodermal tumors of the ovary. Am J Surg Pathol 1993; 17: 764-778. 7. Nistal M, Paniagua R. Primary neuroectodermal tumour of the testis. Histopathology 1985; 9: 1351-1359. 8. Mor Y, Nass D, Raviv G, Neumann Y, Nativ O, Gold-Wassser B. Malignant peripheral primitive neuroectodermal tumor (PNET) of the kidney. Med Pediatr Oncol 1994; 23: 437-440. 9. Banerjee SS, Eyden BP, McVey RJ, Bryden AAG, Clarke NW. Primary peripheral primitive neuroectodermal tumour of urinary bladder. Histopathology 1997; 30: 486-490. 10. Colecchia M, Dagrada GP, Poliani PL, Messina A, Pilotti S. Primary primitive peripheral neuroectodermal tumor of the prostate. 11. Fletcher CDM. Peripheral neuroectodermal tumors. In: Fletcher CDM ed. Diagnostic Histopathology of tumors, Vol 2. Edinburgh: Churchill Livingstone, 1995; 1221-1250. RAFAEL E. SÁNCHEZ S. Y COL. Vol.51 Enero- Junio 2005 REV VEN UROL • 57