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Edición Española Vol. 3, N.º 1. 2014 Official Journal of the Pulmonary Hypertension Association Formación médica continuada Consideraciones preoperatorias en pacientes con hipertensión pulmonar: su paciente necesita aprobación quirúrgica Manejo intraoperatorio de los pacientes con hipertensión pulmonar Cuidados postoperatorios del paciente con hipertensión pulmonar Mesa redonda Hipertensión pulmonar en la cirugía no cardiaca Vivir más allá de cuatro paredes Comience el tratamiento con Volibris® en sus pacientes adultos con hipertensión arterial pulmonar (HAP) en clases funcionales II y III1* Servicio de Información Médica número gratuito 00800 11 22 33 77 de lunes a viernes de 08:00 a 17:00 horas o llame al 91 769 58 96 si su operador de móvil no permite llamadas gratuitas www.gsk.es eccc.info@gsk.com 1. Ficha técnica Volibris®. Abril 2013. *Volibris® ha demostrado ecacia en HAP idiopática y en HAP asociada a enfermedad del tejido conectivo. Pueden noticarse las sospechas de reacciones adversas a la Unidad de Farmacovigilancia de GlaxoSmithKline, telf: 91 807 03 01, fax: 91 807 59 40, email: unidad.farmacovigilancia@gsk.com ESP/ABT/0026/12(3) (abril 2014) Official Journal of the Pulmonary Hypertension Association Edición Española Vol. 3, N.º 1. 2014 Directora de la Edición Española: Dra. Pilar Escribano Subias Coordinadora de la Unidad de HP del Hospital «12 de Octubre». Profesora asociada de Cardiología de la Universidad Complutense de Madrid Sumario Traducción: Dra. Bibiana Lienas ©2012 by the Pulmonary Hypertension Association 2 Editorial ©2013 de la edición española, Ediciones Mayo, S.A. Cirugía no cardiaca en pacientes con hipertensión pulmonar: un poco de luz sobre un terreno no explorado S ECC A C R E D ITIÓ N AD P. Escribano Subias 1,5 Formación médica continuada 3 Consideraciones preoperatorias en pacientes con hipertensión pulmonar: su paciente necesita aprobación quirúrgica CRÉDIT This issue was translated with permission of the Pulmonary Hypertension Association. The Pulmonary Hypertension Association assumes no liability regarding the accuracy of the translation. A Esta edición ha sido publicada con permiso de la Pulmonary Hypertension Association. La Pulmonary Hypertension Association no asume ninguna responsabilidad respecto a la correcta traducción. OS S.M. Studer 9 Manejo intraoperatorio de los pacientes con hipertensión pulmonar Edita: R. Ortega, C.W. Connor 15 Cuidados postoperatorios del paciente con hipertensión pulmonar Aribau 185-187 / 08021 Barcelona Condado de Treviño nº 9 / 28033 Madrid ©Fotografía portada: Thinkstock ISSN: 2014-7368 Depósito legal: B.17.606-2012 Impreso en España – Printed in Spain Advances in Pulmonary Hypertension está disponible online en: www.PHAOnlineUniv.org/journal www.edicionesmayo.es R. Dezube, T. Housten, S. Mathai Mesa redonda 23 Hipertensión pulmonar en la cirugía no cardiaca www.hipertensionpulmonar.es www.fchp.es Editorial Advisory Board Editor-in-Chief Myung Park, MD Associate Professor of Medicine Director, Pulmonary Vascular Diseases Program Division of Cardiology University of Maryland School of Medicine Baltimore, Maryland Immediate Past Editor-in-Chief Erika Berman Rosenzweig, MD Associate Professor of Clinical Pediatrics (in Medicine) Director, Pulmonary Hypertension Center Columbia University, College of Physicians and Surgeons Morgan Stanley Children’s Hospital of New York New York, New York Editor-in-Chief Elect Charles Burger, MD Professor of Medicine Medical Director of PH Clinic Mayo Clinic College of Medicine Florida Jacksonville, Florida International Editor Fernando Torres, MD Head of the Pulmonary Hypertension and Lung Transplant Programs University of Texas Southwestern Medical Center Dallas, Texas Associate Editors Harrison Farber, MD Professor of Medicine Director, Pulmonary Hypertension Center Boston University/Boston Medical Center Boston, Massachusetts Deborah Jo Levine, MD Associate Professor, Pulmonary Disease and Critical Care Medicine Lung Transplant Pulmonologist Director of Pulmonary Hypertension Clinic University of Texas Health Science Center, San Antonio San Antonio, Texas Omar A. Minai, MD Staff Physician Department of Pulmonary, Allergy, and Critical Care Medicine Cleveland Clinic Cleveland, Ohio Editorial Board Mary Bartlett, MS, RN, CS, FNP Coordinator, Pulmonary Hypertension Center Winthrop University Hospital Farmingdale, New York Lynette M. Brown, MD, PhD Assistant Professor of Medicine University of Utah School of Medicine Murray, Utah Kelly Chin, MD Assistant Professor of Medicine University of Texas Southwestern Medical Center Dallas, Texas Curt Daniels, MD Director, Adult Congenital Heart Disease and Pulmonary Hypertension Program Nationwide Children’s Hospital The Ohio State University Columbus, Ohio Jeffrey D. Edelman, MD Associate Professor of Medicine University of Washington Medical Center Seattle, Washington Paul Forfia, MD Assistant Professor of Medicine Medical Director, Pulmonary Hypertension Program Hospital of the University of Pennsylvania Philadelphia, Pennsylvania Sean Gaine, MD, PhD Director, National Pulmonary Hypertension Unit Mater Misericordiae University Hospital University College Dublin Dublin, Ireland Dunbar Ivy, MD Professor of Pediatrics Chief, Pediatric Cardiology Children’s Hospital Denver Golden, Colorado Richard Krasuski, MD Director of Adult Congenital Heart Disease Services Cleveland Clinic Cleveland, Ohio Ioana Preston, MD Co-Director, Pulmonary Hypertension Center Tufts Medical Center Boston, Massachusetts Sean Studer, MD, MSc, FCCP Director of Lung Transplantation Director of Pulmonary Hypertension Newark Beth Israel Medical Center Newark, New Jersey Advances in Pulmonary Hypertension 01 sumario.indd 1 1 11/06/14 12:34 Editorial Advances in Pulmonary Hypertension (edición española) 2014; 3(1): 2 Cirugía no cardiaca en pacientes con hipertensión pulmonar: un poco de luz sobre un terreno no explorado Para cualquier especialista en hipertensión pulmonar (HP) resulta difícil contestar a la siguiente pregunta: ¿da usted su visto bueno para que su paciente sea operado? Incluso en el caso de que respondiera afirmativamente y sin titubeos a esta primera pregunta, a buen seguro que la que cabría formular a continuación –¿hace usted alguna recomendación específica para su manejo perioperatorio?– iría seguida de una pausa más larga antes de obtener respuesta. Abordar este tema constituye un reto para los médicos, sobre todo por el número limitado de datos disponibles sobre los que hacer recomendaciones basadas en la evidencia. Por tanto, y ante estas incertidumbres, ¿cuál debe ser la conducta a seguir? De los tres artículos publicados en este número, el primero se centra en la valoración preoperatoria y propone un plan para preparar a nuestros pacientes, así como a todo el equipo de asistencia multidisciplinaria (enfermeras, farmacéuticos, cardiólogos, neumólogos, anestesistas y cirujanos), de cara al procedimiento programado. En el segundo artículo, los Dres. Rafael Ortega y Christopher Connor analizan la estrategia para optimizar la anestesia y el manejo intraoperatorio de pacientes con HP. En el tercero, los Dres. Rebecca Dezube, Stephen Mathai y Traci Housten, RN, MS, exponen su abordaje mediante la descripción de un caso clínico real, centrando su atención en el manejo postoperatorio. En la mesa redonda se revisó el manejo de la HP durante el perioperatorio en el ámbito español. Los principales 2 02 EDITORIAL.indd 2 ejes de la discusión fueron: 1) la derivación de los pacientes con hipertensión arterial pulmonar grave a un centro especializado en HP que disponga de médicos expertos en esta enfermedad y anestesistas familiarizados con el manejo de fármacos específicos no disponibles habitualmente en todos los hospitales (óxido nítrico inhalado, iloprost inhalado, epoprostenol intravenoso, sildenafilo intravenoso); 2) la comunicación y coordinación entre todos los miembros del equipo médico y enfermería, con una clara definición de responsabilidades y un entrenamiento adecuado en el manejo de los fármacos específicos de la hipertensión arterial pulmonar, y 3) la coordinación con los médicos expertos en HP, anestesistas e intensivistas para minimizar el riesgo optimizando el tratamiento previo a la intervención (el tratamiento oral deber ser sustituido por el intravenoso o el inhalado si se prevé un tiempo de ayuno prolongado), llevando a cabo un minuciosa evaluación del riesgo (realización de cateterismo derecho, ecocardiograma, determinación de NT-proBNP y test de la marcha de 6 minutos), seleccionando la técnica anestésica más apropiada y realizando una estricta monitorización durante la cirugía. El mensaje fundamental de la mesa redonda fue la necesidad de establecer un plan quirúrgico consensuado desde el perioperatorio hasta el alta del paciente. Dra. Pilar Escribano Subias Coordinadora de la Unidad de Hipertensión Pulmonar. Hospital «12 de Octubre». Madrid. Profesora asociada de Cardiología de la Universidad Complutense de Madrid Advances in Pulmonary Hypertension 11/06/14 12:37 Formación médica continuada Advances in Pulmonary Hypertension (edición española) 2014; 3(1): 3-8 FMC Consideraciones preoperatorias en pacientes con hipertensión pulmonar: su paciente necesita aprobación quirúrgica Sean M. Studer Chief of Medicine Woodhull Medical Center New York University, Nueva York (Estados Unidos) Cuando se enfrentan a la necesidad de operarse, los pacientes con hipertensión arterial pulmonar (HAP) corren mayores riesgos de morbilidad y mortalidad. Las complicaciones más habituales incluyen las que se presentan a partir de la insuficiencia del ventrículo derecho (VD) y de la insuficiencia respiratoria, lo que no resulta sorprendente si se considera la compleja fisiopatología cardiopulmonar de esta enfermedad. Aunque se dispone de un número limitado de datos sobre el abordaje preoperatorio óptimo de estos pacientes, es indispensable que se preste atención a los siguientes componentes clave: establecer o confirmar el diagnóstico del paciente de acuerdo con la clasificación propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS); determinar el grupo o subgrupo correspondiente de hipertensión pulmonar; valorar la función del VD y su estabilidad; optimizar la pauta terapéutica, y comunicar el plan de tratamiento para el manejo intraoperatorio y perioperatorio a todos los miembros del equipo clínico interdisciplinario. En el presente artículo, el autor se centra en cada uno de estos pasos del algoritmo preoperatorio, haciendo hincapié en la necesidad de emprender estudios adicionales en este campo. La hipertensión arterial pulmonar (HAP) es un proceso asociado a un aumento de la resistencia vascular pulmonar, que da lugar a una disfunción progresiva del VD1,2. La enfermedad moderada o grave se asocia a una disminución de la capacidad funcional y a un mayor riesgo de mortalidad. En pacientes con HAP el riesgo quirúrgico aumenta marcadamente, y por esta razón es preciso evitar la cirugía programada en este grupo de pacientes o, como mínimo, y siempre que sea posible, intentar que el paciente desista de su intención de someterse, por ejemplo, a una cirugía ortopédica3,4. Es importante reconocer que el tipo de cirugía será determinante en el riesgo del paciente con HAP. Entrañan mayor riesgo los procedimientos asociados a una pérdida hemática rápida, embolismo aéreo venoso, respuesta inflamatoria sistémica, insuflación de CO2 (p. ej., creación de neumoperitoneo en cirugía laparoscópica), émbolos de grasa por polimerización del metacrilato (cemento óseo) (p. ej., cirugía ortopédica) y pérdida de vasculatura pulmonar (p. ej., resección pulmonar)4. En los datos de un registro prospectivo, internacional, que incluía 114 pacientes, se hizo evidente que el riesgo era particularmente alto en procesos quirúrgicos urgentes, con una tasa de mortalidad observada del 15%, que contrasta con el 2% de los procedimientos no urgentes5. Palabras clave: consulta preoperatoria, hipertensión arterial pulmonar, insuficiencia ventricular derecha. Correspondencia: seanmstuder@gmail.com Conflicto de intereses: el Dr. Studer recibe ayudas para la investigación y ha recibido honorarios de Actelion, Gilead y United Therapeutics. También ha recibido honorarios como consultor de Bayer, Actelion y United Therapeutics. Publicado en Advances in Pulmonary Hypertension. 2013;12(1):13-17. No obstante, incluso la cirugía no urgente puede ser inevitable en muchos pacientes con HAP, por lo que requieren una evaluación preoperatoria especializada del riesgo y una preparación cuidadosa para el procedimiento. La evaluación preoperatoria de los pacientes con HAP implica necesariamente confirmar o establecer el diagnóstico del paciente de acuerdo con el sistema de clasificación de la OMS6, y debe continuar con una valoración exhaustiva de la estabilidad actual, en la que se preste especial atención a los parámetros de la función cardiaca derecha. Ha de optimizarse la pauta terapéutica preoperatoria para mejorar o mantener tanto la función ventricular derecha como la capacidad funcional global. La programación logística de la cirugía incluye una revisión de la viabilidad de la administración intraoperatoria y postoperatoria de la medicación actual (en especial, en los pacientes que no podrán continuarla por vía oral o que pueden requerir la administración de óxido nítrico inhalado [iNO]), la planificación con el cirujano y el anestesista de la sueroterapia y la monitorización intraoperatoria necesarias, junto con una definición clara de las responsabilidades de los cuidados postoperatorios. La planificación global también incluye la determinación del responsable de asistencia sanitaria para la toma de posibles decisiones postoperatorias, y la formulación de los objetivos de asistencia en caso de complicaciones que requieran una discusión para abordar la situación del «código» (es decir, conocer previamente si el paciente ha firmado un documento de voluntades anticipadas). Es imprescindible llevar a cabo una consulta preoperatoria médica y de anestesia para abordar las posibles comorbilidades del paciente (sobre todo las coronariopatías, la diabetes mellitus o la insuficiencia renal crónica) y opti- Advances in Pulmonary Hypertension 03-08 CONSIDERACIONES.indd 3 3 11/06/14 12:38 FMC mizarlas en lo posible, al igual que deben realizarse los exámenes preoperatorios apropiados; en muchas otras revisiones publicadas se describen más detalladamente estas cuestiones7,8. En la presente revisión, destinada a especialistas en HAP, se abordará ante todo la valoración preoperatoria de los riesgos quirúrgicos, prestando especial atención a los pacientes con HP que se enfrentan a una cirugía «semiprogramada» extracardiaca y extraobstétrica. Influencia de la HAP en la respuesta quirúrgica En múltiples estudios publicados se ha documentado la influencia de la HAP en la morbilidad y mortalidad durante la cirugía pediátrica, obstétrica, cardiaca y extracardiaca3,9-13. Aun así, no se ha conseguido establecer un umbral estricto de valor de presión de la arteria pulmonar asociado a este aumento del riesgo de morbimortalidad; no obstante, en un estudio efectuado en pacientes sometidos a cirugía mediante bypass de la arteria coronaria, se constató que una presión arterial pulmonar media (PAPm) >30 mmHg era una variable pronóstica de una mayor mortalidad postoperatoria12. En una investigación retrospectiva efectuada en 143 pacientes, que pretendía evaluar la influencia de la HP en los desenlaces de la cirugía extracardiaca, Ramakrishna et al. utilizaron un valor de presión sistólica ventricular derecha (PSVD) ≥35, estimado con ecocardiografía Doppler3. Del análisis de morbilidad y mortalidad en los 30 primeros días postoperatorios, se excluyó a los pacientes con HP relacionada con cardiopatía izquierda y a aquellos sin un diagnóstico de HP antes de la cirugía. La tasa observada de mortalidad fue del 7% (un paciente falleció durante el periodo intraoperatorio en el contexto de una insuficiencia del VD). En la tabla 1 se describen los episodios más frecuentes relacionados con la morbilidad observados en dicho estudio: ocupan los primeros lugares de la lista la insuficiencia respiratoria, las arritmias y la insuficiencia cardiaca congestiva. Una clase funcional ≥II de la clasificación de la New York Heart Association (CF-NYHA) y la presencia de hipertensión arterial sistémica se asociaron a un aumento de la morbilidad en el análisis univariante, mientras que en el modelo multivariante los antecedentes de embolismo pulmonar y una CF-NYHA ≥II se consideraron variables pronósticas de la morbilidad a corto plazo. Estos resultados coincidieron con los hallazgos de Kaw et al., que examinaron a 173 pacientes que se sometieron a un cateterismo cardiaco derecho (CCD) y a cirugía extracardiaca13. La definición de HP utilizada en este estudio fue una PAPm >25 mmHg. De los 96 pacientes con HP, la variable analizada relacionada con morbilidad/mortalidad se identificó en el 26%, observándose ante todo insuficiencia cardiaca congestiva, inestabilidad hemodinámica e insuficiencia respiratoria. Como factores de riesgo independientes, los autores documentaron la PAPm, la clasificación del estado físico según lo recomendado por la American Association of Anesthesiology y la insuficiencia 4 TABLA 1. Incidencia y tipo de morbilidad precoz (≤30 días) en pacientes con hipertensión pulmonar (n= 145) tras cirugía extracardiaca (reimpresa con autorización)3 Morbilidad Pacientes* (n) Frecuencia (%) Insuficiencia respiratoria 41 28 Arritmias cardiacas 17 12 Insuficiencia cardiaca congestiva 16 11 Insuficiencia renal 10 7 Sepsis/inestabilidad hemodinámica 10 7 Disfunción hepática 6 4 Isquemia/infarto de miocardio 5 4 Ictus 1 1 *Los pacientes pueden haber padecido uno o más episodios mórbidos. TABLA 2. Factores de riesgo de morbilidad y mortalidad en cirugía extracardiaca3 Factores relacionados con el paciente • Antecedentes de embolia pulmonar, coronariopatía o nefropatía crónica • Clase funcional ≥II de la NYHA/OMS • Desviación del eje a la derecha en ECG • Parámetros ecocardiográficos: HVD, IRMVD ≥0,75 • Hemodinámica: aumento de PAP, cociente PSVD/PAS >0,66 Factores quirúrgicos • Cirugía urgente • Intervenciones quirúrgicas de riesgo intermedio o alto • Clase alta de la clasificación de la ASA • Duración más prolongada de la anestesia • Administración intraoperatoria de vasopresores NYHA: New York Heart Association; OMS: Organización Mundial de la Salud; HVD: hipertrofia ventricular derecha; IRMVD: índice de rendimiento miocárdico del ventrículo derecho; PAP: presión de la arteria pulmonar; PSVD: presión sistólica del ventrículo derecho; PAS: presión arterial sistólica; ASA: American Surgical Association. renal crónica. La tabla 2 contiene un resumen de los factores de riesgo quirúrgicos del paciente en función de los datos publicados (derivados en buena parte de los estudios retrospectivos), que destaca la necesidad de emprender investigaciones prospectivas en esta área. En estos estudios se demuestra sin ninguna duda la influencia negativa sustancial de la HP en los desenlaces perioperatorios, y se subraya la importancia de una caracterización y evaluación preoperatoria de la HAP, que valore adecuadamente el riesgo en esta población de pacientes. Importancia de la confirmación y caracterización de la HAP En publicaciones de registros recientes, se ha puesto de relieve que el intervalo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta que se establece el diagnóstico de HAP puede superar los 2 años16. Esto sugiere que en algunos pacientes el diagnóstico de HAP no se establece hasta el momen- Advances in Pulmonary Hypertension 03-08 CONSIDERACIONES.indd 4 11/06/14 12:38 Evaluación de la estabilidad de la hipertensión pulmonar y optimización del tratamiento La evaluación de la estabilidad de los pacientes con HP empieza con la obtención de la historia clínica y la exploración física, en las que el hallazgo de un deterioro reciente del estado funcional, el aumento de la presión venosa yugular, una mayor retención de líquidos o la incidencia de síncope proporcionan indicaciones iniciales de la disfunción cardiaca derecha. Con las pruebas de laboratorio, se reúne información adicional relativa a la anemia, la función renal y los valores del péptido natriurético cerebral (BNP) o del fragmento N terminal del propéptido natriurético (N-terminal pro-BNP [NT-proBNP]). Los valores del BNP son indicadores sensibles de la insuficiencia cardiaca y se correlacionan con el grado de estrés, reactividad cardiovascular y disfunción cardiacos. Aunque una función renal decreciente, una edad cada vez mayor, la obesidad y el sexo femenino se asocian a un aumento de los valores plasmáticos de BNP19, los cambios de los valores basales del paciente obtenidos previamente pueden tener una utilidad clínica importante. El aumento de los valores plasmáticos de este péptido entraña mayor riesgo de mortalidad, y la disminución de los valores circulantes se ha asociado a una prolongación de la supervivencia, lo que sugiere su papel como marcador o instrumento de monitorización para guiar la adecuación del tratamiento vasodilatador20. Para los pacientes con riesgo de hipoxemia e hipoventilación, pueden ser beneficiosas algunas maniobras preoperatorias relativamente simples, como la monitorización de la oximetría del pulso, incluidos los exámenes nocturnos durante el sueño y/o un estudio polisomnográfico. La mejoría de la hipoxemia con la administración de oxígeno suplementario y, en los pacientes en los que esté indicado, la adición de un dispositivo de presión positiva continua de las vías respiratorias (PCAP), pueden contribuir a mejorar la capacidad de ejercicio, la volemia y el estado de alerta durante el día, al mismo tiempo que se establece una pauta terapéutica que reduzca a un mínimo las complicaciones en el periodo postoperatorio. En pacientes con HAP establecida no se efectúan por sistema ni una tomografía computarizada (TC) ni pruebas de función pulmonar (PFP); sin embargo, en algunos pacientes estas pruebas pueden ser útiles para valorar los cambios funcionales recientes. En particular, los pacientes con hipoxemia que empeora y/o síntomas atípicos de HAP (como tos, producción de esputo o dolor torácico pleurítico) requieren la consideración de una TC torácica. Los pacientes con antecedentes de tabaquismo o de enfermedad pulmonar intersticial pueden beneficiarse de las PFP, ya que una agravación sustancial del cociente FEV 1/FVC sugiere una enfermedad pulmonar obstructiva, y una disminución de la capacidad pulmonar total (CPT) puede indicar la agravación de una enfermedad pulmonar restrictiva. Los defectos ventilatorios obstructivos o restrictivos moderados o graves, descubiertos durante las PFP, requieren una valoración más detallada, que, en general, incluye una consulta con un neumólogo para determinar si debe cancelarse o posponerse la cirugía para llevar a cabo un tratamiento previo de la enfermedad pulmonar. En la valoración preoperatoria suele incluirse la prueba de la marcha de 6 minutos (distancia deambulada a los 6 minutos [DDM6]). En los pacientes incluidos en los datos del registro mencionado previamente2, comparada con una mayor DDM6 una distancia deambulada menor se ha correlacionado con un peor pronóstico; no obstante, en los estudios publicados sobre riesgo operatorio los datos disponibles no han respaldado una distancia deambulada específica que sea predictiva de morbilidad3. Las pruebas de esfuerzo cardiopulmonar (PECP) pueden definir mejor la capacidad funcional y el riesgo que corren los pacientes con HAP, ya que ofrecen una valoración dinámica de la reserva cardiaca. Sin embargo, no hay parámetros establecidos del nivel de ejercicio físico que sea claramente predictivo del desenlace postoperatorio. Históricamente, las PECP se han utilizado en pacientes con insuficiencia cardiaca crónica para determinar la cronología del trasplante, y, sin duda, parámetros como el consumo pico de oxígeno forman parte de la estratificación del riesgo general de pacientes con HAP. En los sometidos a cirugía vascular, se ha utilizado la capacidad preoperatoria de ejercicio, estimada en equivalentes metabólicos (MET), para estratificar el riesgo; durante las PECP, en los pacientes incapaces de un rendimiento >1 MET se requieren exámenes adicionales y/o tratamiento farmacológico; en cambio, se considera que Advances in Pulmonary Hypertension 03-08 CONSIDERACIONES.indd 5 FMC to de la evaluación preoperatoria. En otros es posible que se haya establecido un diagnóstico de presunción de HAP en función de los hallazgos ecocardiográficos, pero que no se hayan sometido a una evaluación exhaustiva para determinar el correspondiente grupo de la clasificación de la OMS17. Aunque la mayor parte de estrategias de manejo perioperatorio comparten una base elemental similar para las diferentes etiologías de HP (con la estrategia diagnóstica recomendada), establecer y/o confirmar preoperatoriamente el grupo diagnóstico de la clasificación de la OMS al que pertenece el paciente2 proporciona una guía sobre la administración de tratamiento vasodilatador de la HAP en el periodo perioperatorio. Aunque se ha demostrado la eficacia de los vasodilatadores pulmonares en el manejo de pacientes con HAP, los resultados son mucho menos predecibles cuando se administran a pacientes con HP sin HAP, lo que puede dar lugar a un deterioro o a mortalidad2,18. Especial preocupación suscita el riesgo de edema pulmonar cuando se administra tratamiento vasodilatador en pacientes con insuficiencia cardiaca y fracción de eyección preservada (ICFE-P; grupo 2 de la clasificación de la OMS) o una agravación del desajuste ventilación-perfusión, que provoca como consecuencia hipoxemia en pacientes con enfermedad pulmonar parenquimatosa y HP (grupo 3 de la clasificación de la OMS) sustancial. Una vez se confirma el diagnóstico de HAP y se establece una clasificación de subgrupo, la evaluación preoperatoria continúa con una valoración de la estabilidad actual, focalizada en la función cardiaca derecha. 5 11/06/14 12:38 FMC aquellos cuyo rendimiento es >1-4 MET presentan una capacidad funcional suficiente para someterse a cirugía, sin necesidad de exámenes adicionales21,22. Antes de la cirugía, la recomendación más prudente que se hará a los pacientes puede ser que se favorezca la deambulación para mantener la forma física (acondicionamiento físico) sin establecer un objetivo funcional específico, o aconsejarles que se retrase el procedimiento quirúrgico hasta completar un programa de rehabilitación pulmonar, ya que los estudios publicados no respaldan esta última estrategia. La ecocardiografía transtorácica sirve de examen esencial para la evaluación preoperatoria de los pacientes con HAP, pues proporciona una valoración no cruenta de la función cardiaca derecha. Los pacientes con un tamaño normal de la aurícula derecha y del VD y función preservada del VD son candidatos quirúrgicos más óptimos y corren menor riesgo en la cirugía. En la ecocardiografía de pacientes con HAP los marcadores de mal pronóstico incluyen una disminución del desplazamiento sistólico del plano del anillo tricuspídeo (TAPSE), una dilatación auricular derecha grave, un índice anormal de rendimiento cardiaco del VD (IRMVD o índice de Tei), la presencia de derrame pericárdico y un aumento del índice de excentricidad ventricular derecho23,24. Sin embargo, a pesar de que la ecocardiografía es una prueba útil, no deben olvidarse sus limitaciones. Este examen sólo proporciona una estimación del IRMVD extrapolándolo a partir de la velocidad máxima de la regurgitación tricuspídea, que puede subestimar o sobreestimar la presión real de la arteria pulmonar cuando se valora con un cateterismo cardiaco derecho25. Además, aunque la mejoría de estos parámetros ecocardiográficos se considera un signo positivo en pacientes que reciben tratamiento, no se han determinado aún el momento y grado de cambio que pueden correlacionarse con una mejoría del desenlace postoperatorio. En el estudio de Ramakrishna et al., ya mencionado, se destacó insistentemente este aspecto, ya que no observaron ninguna asociación entre parámetros seleccionados de la ecocardiografía y la morbilidad postoperatoria; no obstante, la hipertrofia del VD, un IRMVD ≥0,75 y un cociente de presión sistólica ventricular derecha (PSVD) con respecto a la presión arterial sistólica ≥0,66 se asociaron significativamente a una mayor mortalidad prematura3. El cateterismo cardiaco derecho es el único medio para obtener una valoración directa con respecto a la hemodinámica y el gasto cardiaco, y por esta razón es preciso considerarlo en pacientes con HP como parte de su valoración preoperatoria si otros exámenes no cruentos no proporcionan información fiable de la función cardiaca derecha. Este procedimiento puede confirmar, además, el diagnóstico del grupo de la clasificación de la OMS, y sobre todo diferenciar a los pacientes con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI) preservada (ICFE-P) de aquellos con HAP. En este contexto, es necesario hacer hincapié en la importancia de obtener un valor preciso de la presión de enclavamiento capilar pulmonar (PECP). En ocasiones es inevitable uti- 6 lizar métodos que incluyan un análisis cuidadoso del trazado de presión, la medición de la saturación de oxígeno de enclavamiento y/o un ligero deshinchado del catéter y su avance adicional para confirmar una PECP real y precisa. Sin un valor real, la presión diastólica ventricular izquierda puede sobrestimarse, de modo que el paciente se clasificará por error como ICFE-P cuando, de hecho, el diagnóstico correcto es de HAP. Si está indicado un cateterismo cardiaco izquierdo para valorar la permeabilidad coronaria o sigue por resolver la incertidumbre con respecto a la PECP, la confirmación de la presión telediastólica ventricular izquierda con una determinación directa ayudará a establecer el diagnóstico correcto. La práctica de un cateterismo cardiaco derecho preoperatorio también contribuirá a guiar tanto la administración de diuréticos en el preoperatorio para pacientes con valores altos de presión auricular derecha, como el tratamiento postoperatorio con inotrópicos para pacientes con un bajo índice cardiaco. En pacientes seleccionados, puede efectuarse un CCD con prueba vasodilatadora aguda administrando iNO para valorar su utilidad potencial en el postoperatorio, con el objetivo de una reducción aguda de la poscarga del VD. El CCD también proporcionará información que ayudará al médico a decidir qué procedimiento quirúrgico potencial entraña demasiados riesgos y es necesario evitar4. En pacientes que corren un alto riesgo clínico debido a una clase funcional IV de la NYHA y que tienen antecedentes de síncope, la demostración de unos parámetros hemodinámicos de alto riesgo y una presión auricular derecha alta2 deja pocas opciones al especialista en HAP: ante todo debe cancelarse la cirugía o retrasarla hasta que pueda obtenerse la estabilidad clínica y/o hemodinámica. Si es posible retrasar la cirugía (como en algunos procedimientos ortopédicos) y se intentan conseguir ajustes terapéuticos, puede considerarse el inicio de un tratamiento con un inhibidor de la fosfodiesterasa de tipo 5 (PDE-5i) o su adición al tratamiento ya existente, y del mismo modo pueden prescribirse incrementos de la dosis del tratamiento con prostaciclina parenteral, aunque estas recomendaciones no se basan en la evidencia científica. Comparado con el tratamiento con un antagonista del receptor de la endotelina, la potencial ventaja frente al tratamiento con un PDE-5i (como sildenafilo en dosis de 20 mg tres veces al día o tadalafilo en dosis de 40 mg una vez al día) es el pretendido efecto vasodilatador agudo e inotrópico positivo sobre el VD de los PDE-5i. El tratamiento con prostaciclina puede producir efectos vasodilatadores agudos similares, al igual que efectos inotrópicos positivos sobre el VD, por tanto el aumento de la dosis de la prostaciclina parenteral o inhalada también puede ser una elección viable. Cualquier cambio terapéutico, sin embargo, puede asociarse a efectos adversos, incluida una disminución de la presión arterial sistémica y síntomas gastrointestinales, como náuseas y diarrea, que por supuesto deben conside- Advances in Pulmonary Hypertension 03-08 CONSIDERACIONES.indd 6 11/06/14 12:38 Logística. Importancia de establecer un responsable de la asistencia sanitaria que recibirá el paciente, de la planificación de la medicación y de la estrategia del equipo interdisciplinario Para contribuir a cumplir las expectativas, se abordarán las posibles alternativas al procedimiento propuesto, se determinará el centro hospitalario ideal para llevarlo a cabo, y se establecerán los objetivos terapéuticos del paciente. Dados los mayores riesgos de morbimortalidad en estos pacientes, es apropiado dedicar tiempo a establecer un responsable de la asistencia sanitaria para tomar decisiones en nombre del paciente. Además, también es recomendable abordar de manera específica los posibles escenarios perioperatorios (como un accidente vascular cerebral o una sepsis aguda), en cuyos casos el paciente puede expresar su deseo de no ser reanimado y/o de limitar ciertos tipos de tratamiento agresivo. Es esencial, por tanto, conseguir una comunicación apropiada entre el especialista en HP y el paciente, pero también es clave optimizar la pauta terapéutica y la comunicación entre los miembros del equipo multidisciplinario para conseguir los resultados quirúrgicos esperados. En general, los miembros del equipo de asistencia perioperatoria (médico, profesional de enfermería, médico residente y fisioterapeuta), cirujano, anestesista, especialista, intensivista, enfermeros y otros profesionales sanitarios asociados (como fisioterapeutas y farmacéuticos) son responsables de la asistencia postoperatoria. En general, se recomienda la participación de un anestesista experto en cardiología para pacientes con HAP considerados de alto riesgo y en los procedimientos quirúrgicos de alto riesgo. Los problemas prácticos que deben abordarse entre especialistas incluyen la programación de una consulta de anestesia preoperatoria, la preparación para el manejo de las comorbilidades (p. ej., debe estar disponible un aparato de administración domiciliaria de presión positiva continua de las vías respiratorias para pacientes con apnea del sueño), la formulación de un plan para la provisión de la medicación postoperatoria y la determinación de qué médicos serán responsables de cada uno de los aspectos de la asistencia postoperatoria. Estos dos últimos aspectos merecen una descripción detallada. En primer lugar, el plan de la medicación perioperatoria debe garantizar que las necesidades actuales y futuras de medicación del paciente están cubiertas adecuadamente por lo que respecta a la disponibilidad hospitalaria. El formula- rio de los hospitales no siempre incluye la variedad de fármacos administrados para la HAP y no todos los hospitales disponen de ellos, por lo que éste puede ser un factor que determine si un hospital es apropiado para practicar el procedimiento quirúrgico necesario. La planificación de la medicación también ha de considerar la viabilidad de la administración oral de fármacos (como los PDE-5i y los antagonistas del receptor de la endotelina) en pacientes incapaces de tolerar la ingesta de alimentos sólidos, y/o la administración inhalada de prostaciclina en pacientes que pueden estar conectados a un respirador y por tanto no pueden usar el inhalador habitual de prostaciclina en el postoperatorio. Las alternativas a la medicación oral e inhalada pueden incluir la administración temporal de iNO (que no está disponible de manera generalizada), y la inhalación de prostaciclina a través del respirador mecánico (con la que algunos centros carecen de experiencia). Un procedimiento que entrañe un riesgo más sustancial también puede justificar el inicio de tratamiento parenteral con prostaciclina como parte de la optimización terapéutica preoperatoria y para el mantenimiento perioperatorio. Sea cual sea el plan de tratamiento formulado, es importante que se establezcan unos límites de responsabilidad para los aspectos importantes de los cuidados postoperatorios. En algunos centros con experiencia en programas de HAP, el equipo de hipertensión arterial pulmonar alcanza un acuerdo con el equipo quirúrgico para el manejo postoperatorio, prestando especial atención a los aspectos quirúrgicos4. Esto permite que los médicos con mayores conocimientos sobre el paciente individual y expertos en HAP efectúen los ajustes posológicos necesarios probables, seleccionen el tratamiento de soporte inotrópico y/o vasopresor apropiado, y controlen la ventilación mecánica cuando sea necesario. No todos los centros seguirán necesariamente esta estrategia, y algunos hospitales de mayor volumen, en sus unidades de cuidados críticos, disponen de intensivistas con experiencia apropiada que se encuentran en una posición ideal para abordar los retos que plantean los pacientes con HAP en el postoperatorio. En los procedimientos quirúrgicos que superen el riesgo mínimo, la presencia o no de especialistas en HAP en un centro hospitalario (no todos disponen de ellos) es una razón importante para considerar la programación de la cirugía o para trasladar al paciente a un centro de asistencia terciaria. Aunque no podemos hacer recomendaciones basadas en la evidencia sobre la estrategia ideal de los cuidados postoperatorios, antes de la cirugía una comunicación eficaz relativa a estas cuestiones servirá para reducir a un mínimo los conflictos y la confusión entre miembros del equipo interdisciplinario. Conclusión Los riesgos de morbilidad y mortalidad postoperatoria son claramente más altos en pacientes con HAP. Aunque los estudios retrospectivos han identificado algunos factores (como una clase funcional de la NYHA ≥II, la hipertrofia del ventrículo derecho y un índice de rendimiento miocárdico del VD ≥0,075) como factores de riesgo preoperato- Advances in Pulmonary Hypertension 03-08 CONSIDERACIONES.indd 7 FMC rarse cuando se inicia la medicación o se efectúan cambios de la dosis cerca de la fecha de la cirugía programada. Una vez más, estas sugerencias de tratamiento son recomendaciones generales (y, en buena parte, meras hipótesis). Se espera que futuras investigaciones adicionales aborden este ámbito y proporcionen más algoritmos de práctica clínica basados en la evidencia. 7 11/06/14 12:38 FMC TABLA 3. Preguntas que requieren una respuesta preoperatoria para el paciente con hipertensión pulmonar 1. La cirugía planeada ¿es un procedimiento quirúrgico programado y podrían evitarse los riesgos de morbimortalidad seleccionando una estrategia terapéutica no quirúrgica? 2. ¿Está bien caracterizado el tipo de HP o se requieren exámenes adicionales para confirmar el diagnóstico de grupo o subgrupo de la clasificación de la OMS? 3. ¿Se ha evaluado recientemente al paciente con la obtención de una historia clínica, exploración física, análisis de laboratorio (BNP/otros), ecocardiografía o resonancia magnética (RM) y posiblemente cateterismo cardiaco derecho para examinar la función ventricular derecha? 4. Si no se optimiza la función ventricular derecha (p. ej., sobrecarga de volumen/edema/ascitis, TAPSE <2 cm, aumento de los valores de BNP, e índice cardiaco <2), ¿es posible retrasar la cirugía mientras se inician opciones terapéuticas adicionales? ¿Hay tiempo para iniciar un programa de rehabilitación pulmonar? 5. ¿Se ajusta el centro hospitalario donde se practicará la cirugía propuesta con respecto a la disponibilidad de los fármacos esenciales para la HP, anestesia y experiencia quirúrgica para abordar los problemas potenciales intra y perioperatorios de pacientes con HP? 6. ¿Se ha trazado un plan intraoperatorio, perioperatorio y postoperatorio y se han comunicado los límites de responsabilidad que incumben a todos los miembros del equipo multidisciplinario experto en HP? 7. ¿Hay un responsable de asistencia sanitaria identificado claramente y se ha mantenido una conversación sobre los objetivos de asistencia y las complicaciones que podrían dar lugar a cambios en las maniobras de reanimación del paciente? (es decir, ¿ha firmado el paciente un documento de voluntades anticipadas o Testamento Vital?) rios asociados a estos mayores riesgos, es necesario emprender una investigación prospectiva adicional para guiar el manejo de estos individuos. Para optimizar los resultados, es indispensable establecer una estrategia metódica para abordar este problema; estrategia que debe incluir una valoración exhaustiva del paciente y una planificación preoperatoria detallada. En último término, la mejor respuesta a la pregunta «¿Es apropiado que mi paciente con HAP se someta a un tratamiento quirúrgico?» puede ser: «las preguntas preoperatorias clave se han abordado lo suficiente» (tabla 3). El proceso requiere la consideración de alternativas no quirúrgicas, establecer el grupo de HAP de la clasificación propuesta por la OMS, valorar la función cardiaca derecha, optimizar la pauta terapéutica y comunicar las preocupaciones intraoperatorias potenciales y el plan de medicación a todos los miembros del equipo de asistencia multidisciplinaria. A pesar de los mayores riesgos a los que se enfrentan los pacientes HAP sometidos a una intervención quirúrgica, una planificación cuidadosa y la colaboración estrecha entre especialistas pueden ofrecer los mejores resultados posibles. Bibliografía 1. Voelkel NF, Quaife RA, Leinwand LA, et al. Right ventricular function and failure: report of a National Heart, Lung, and Blood Institute working group on 8 cellular and molecular mechanisms of right heart failure. Circulation. 2006;114(17):1883-1891. 2. McLaughlin VV, Archer SL, Badesch DB, et al. 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Boston University School of Medicine. Boston (Estados Unidos). 1 Profesor de Anestesiología. 2 Profesor Asistente de Anestesiología e Ingeniería Biomédica Para el anestesista, uno de los abordajes más problemáticos es el de los pacientes con hipertensión pulmonar. En pacientes que se someten a un procedimiento quirúrgico, la hipertensión pulmonar se asocia a una morbilidad y mortalidad elevadas debido a la insuficiencia ventricular derecha, a las arritmias y a la isquemia, que inducen inestabilidad hemodinámica e hipoxia (tanto intraoperatoria como postoperatoria). Al considerar los problemas que plantean estos pacientes en el periodo perioperatorio, es fundamental que los anestesistas, cirujanos y otros médicos que los atienden conozcan bien el manejo de la hipertensión pulmonar. El objetivo del presente artículo es revisar las consideraciones anestésicas que conciernen a los pacientes con hipertensión pulmonar durante el periodo perioperatorio, haciendo especial hincapié en la elección de la anestesia, en los riesgos relativos de una sedación moderada y de la anestesia general, y en las recomendaciones más recientes sobre monitorización intraoperatoria. Hasta hace relativamente poco tiempo, no era previsible que la mayoría de pacientes con hipertensión arterial pulmonar idiopática sobrevivieran más allá de unos pocos años después del diagnóstico inicial. La hipertensión pulmonar era una enfermedad difícil de tratar, y una contraindicación relativa de la anestesia. No obstante, con la aparición de nuevos tratamientos, el estado funcional y la esperanza de vida de los pacientes con esta enfermedad han aumentado de manera sustancial. Por lo tanto, actualmente las probabilidades de que los anestesistas tengan que tratar a pacientes con hipertensión pulmonar que se presentan para someterse a procedimientos quirúrgicos programados son más altas. El manejo anestésico de estos pacientes requiere una estrategia coordinada, que estará condicionada por la etiología de la enfermedad y la naturaleza del procedimiento quirúrgico. La comprensión de la causa, el tipo y la gravedad de la hipertensión pulmonar permitirá al médico formular una estrategia de tratamiento que sopese los riesgos y beneficios de los diversos anestésicos y las alternativas quirúrgicas. Definición y clasificación de la hipertensión pulmonar Una hipertensión pulmonar definida con propiedad requiere la medición cruenta de las presiones de la arteria pulmonar a través de un cateterismo cardiaco derecho. De acuerdo con lo establecido en el IV Simposio Mundial de Hipertensión Pulmonar, este trastorno se define como una «presión arterial pulmonar media (PAPm) mayor de 25 mmHg en reposo, según las conclusiones de una revisión que constata que la PAPm normal es de 14,0 ± 3,3 mmHg»1. La hipertensión pulmonar puede deberse a distintas causas. Los aumentos de la presión de la arteria pulmonar pueden ser consecuencia de una mayor resistencia de la arteria pulPalabras clave: anestesia, hipercapnia, manejo intraoperatorio, resistencia vascular pulmonar, hipotensión sistémica. Correspondencia: rortega@bu.edu Publicado en Advances in Pulmonary Hypertension. 2013;12(1):18-23. monar, un incremento de las presiones venosas pulmonares, un aumento del flujo sanguíneo, o una combinación de estos factores2. La evolución de la hipertensión pulmonar puede ser insidiosa. Numerosos pacientes presentan síntomas inespecíficos, como fatiga y disnea. A menos que el médico tenga un elevado índice de sospecha, la selección de la evaluación diagnóstica apropiada para identificar la enfermedad puede representar todo un reto diagnóstico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la hipertensión pulmonar en cinco grupos, en función de los mecanismos que la causan: 1. Hipertensión arterial pulmonar (HAP). 2. Hipertensión pulmonar debida a cardiopatía izquierda. 3. Hipertensión pulmonar debida a enfermedades pulmonares y/o hipoxia. 4. Hipertensión pulmonar tromboembólica crónica. 5. Hipertensión pulmonar relacionada con enfermedades que afectan a la vasculatura pulmonar sin mecanismos multifactoriales claros. A su vez, estos cinco grupos o categorías abarcan múltiples etiologías, como los factores hereditarios, las conectivopatías (colagenosis), valvulopatías, hipoxia y otros mecanismos que todavía no se han dilucidado. Esta clasificación revela las situaciones clínicas extraordinariamente variadas que pueden dar lugar a esta enfermedad3. En cualquier caso, el manejo anestésico de la hipertensión pulmonar es de una naturaleza tan dinámica que –aunque es importante para la asistencia global del paciente– esta clasificación de la OMS no impone necesariamente una técnica o monitorización anestésica determinada: la elección del tratamiento anestésico está condicionado por el estado general del paciente y la gravedad de la enfermedad, y por el tipo de procedimiento quirúrgico que tenga que llevarse a cabo. Evaluación preoperatoria de pacientes con hipertensión pulmonar Los signos de hipertensión pulmonar (tabla 1) incluyen disnea, cansancio (fatiga), angina y síncope. El síncope es Advances in Pulmonary Hypertension 09-14 MANEJO.indd 9 9 11/06/14 12:39 FMC un signo alarmante, asociado a mal pronóstico2. Entre las distintas técnicas que se utilizan para caracterizar este trastorno, la ecocardiografía es la más útil para estimar las presiones arteriales pulmonares, el tamaño y función ventricular derecho e izquierdo, las anomalías valvulares y los cortocircuitos intracardiacos; el cateterismo cardiaco derecho, en cambio, se utiliza para confirmar el diagnóstico de HAP, y el izquierdo puede requerirse para medir la presión telediastólica ventricular izquierda debido a las dificultades para obtener un valor fiable y preciso de la presión de enclavamiento de la arteria pulmonar. Para la planificación del tratamiento, es fundamental diferenciar las causas cardiacas izquierdas de hipertensión pulmonar. Por tanto, antes de iniciar el procedimiento de anestesia y la cirugía, es preciso identificar todas las causas subyacentes de hipertensión pulmonar y optimizarlas, incluida la apnea del sueño, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el tromboembolismo recurrente, la sobrecarga de líquidos, la cardiomiopatía y la valvulopatía. Valoración de las estrategias anestésicas La administración de anestesia implica la manipulación farmacológica de la fisiología del paciente, de modo que éste no perciba la estimulación nociva del procedimiento quirúrgico. Se dispone de dos estrategias generales, que pueden aplicarse combinadas: 1. Supresión de la transmisión neuronal del dolor dentro del sistema nervioso periférico o la médula espinal (lo que permite una anestesia con el mantenimiento íntegro del grado de consciencia y la respiración espontánea). 2. Supresión del procesamiento del sistema nervioso central o de la percepción consciente del dolor (en general, se acompaña de una disminución o abolición de la consciencia, y una disminución o abolición de la respiración espontánea). La primera estrategia incluye la anestesia local, la regional y la neuroaxial. Para los procedimientos quirúrgicos más sencillos –siempre que la ansiedad no sea un factor importante–, la aplicación de un anestésico local exclusivo en un bloqueo con infiltración alrededor del campo quirúrgico puede ser el método con menos riesgos. Para la cirugía de las extremidades dentro de límites anatómicos bien definidos, es posible infiltrar un anestésico local alrededor de los troncos nerviosos más proximales con guía ecográfica, suministrando anestesia regional a lo largo del territorio anatómico. Un ejemplo de esta estrategia es el bloqueo del plexo braquial, capaz de proporcionar niveles anestésicos quirúrgicos en varias regiones de las extremidades superiores. La anestesia neuroaxial incluye las técnicas anestésicas intradurales y epidurales, en las que el anestésico local se introduce en el espacio intratecal o en el espacio epidural, y es capaz de proporcionar anestesia quirúrgica para las extremidades inferiores y el abdomen. La anestesia epidural se caracteriza por un inicio lento de acción, de alrededor de 15-20 minutos, pero suele permitir que se mantenga la estabilidad hemodinámica de forma homeostática. Al contrario, el inicio de acción de la anestesia 10 TABLA 1. Signos clínicos de hipertensión pulmonar avanzada • Disnea en reposo • Bajo gasto cardiaco con acidosis metabólica • Hipoxemia • Tercer y cuarto ruidos de origen ventricular derecho • Onda «a» ancha del pulso yugular • Ondas «v» prominentes del pulso yugular con soplo holosistólico, indicativo de insuficiencia (regurgitación) tricuspídea • Soplo diastólico de insuficiencia pulmonar • Insuficiencia cardiaca derecha (hepatomegalia, edema periférico y ascitis) • Síncope Adaptada de: Blaise G, et al. 20035 y Subramaniam K, et al. 200723. intradural es rápido (en general, al cabo de 1-2 minutos), y por tanto la súbita dilatación vascular periférica asociada puede inducir una hipotensión sistémica importante que requiera una intervención inmediata. En la segunda estrategia (supresión del procesamiento del sistema nervioso central o de la percepción consciente del dolor) hay un espectro continuo entre la sedación ligera y la anestesia general, cuyos límites, con frecuencia, son imperceptibles. La sedación consciente puede consistir en la administración intermitente de una benzodiacepina de acción corta (p. ej., midazolam) como ansiolítico, y un opioide de acción corta (p. ej., fentanilo) para obtener una mayor tolerancia a los estímulos lesivos; el paciente se mantiene en respiración espontánea y conserva la consciencia, aunque apenas recuerda el procedimiento. Por ejemplo, con la administración de una infusión de propofol pueden obtenerse niveles más profundos de sedación al mismo tiempo que se mantiene la respiración espontánea. No obstante, es probable que ocasione cierto grado de hipercapnia debido a cierto grado de depresión respiratoria. Dosis crecientes de estos fármacos u otros similares inducirán un estado de anestesia general, en el que el paciente sólo responderá a los estímulos más lesivos y será incapaz de mantener una respiración apropiada sin instrumentación de las vías respiratorias. En general, los dispositivos supraglóticos para el manejo de las vías respiratorias (como la máscara laríngea) son apropiados para el manejo de las vías respiratorias durante los procedimientos quirúrgicos menores de las extremidades, de menos de 3 horas de duración. El paciente suele tolerar la inserción de estos dispositivos poco después del inicio de la inconsciencia y la apnea, y en general puede mantener una respiración adecuada a través de la máscara laríngea con soporte ventilatorio una vez se reanuda la actividad respiratoria espontánea residual. Para los procedimientos quirúrgicos mayores, la anestesia general suele requerir una intubación endotraqueal, y por tanto deben obtenerse niveles de sedación más profundos, acompañados de la inducción de parálisis con bloqueadores neuromusculares. Incluso en un paciente en estado de inconsciencia y paralizado, la intubación endotraqueal puede ser un procedimiento asociado a una elevada estimulación que desencadene una reacción simpática eferente sustancial, taquicardia e hipertensión arterial. Los pacientes sometidos a parálisis requieren el control de la respiración. En último término, para la cirugía mayor Advances in Pulmonary Hypertension 09-14 MANEJO.indd 10 11/06/14 12:39 Dentro de esta segunda estrategia, en ocasiones se usa el soporte anestésico monitorizado (monitored anesthesia care, MAC) para designar la instauración de una sedación moderada con propofol. Mientras realiza el MAC, es posible que un anestesista no proporcione ninguna sedación, o al contrario, que tome la decisión de progresar hasta una anestesia general. La utilización del MAC requiere que el anestesista esté adecuadamente capacitado y tenga la suficiente experiencia para que, según lo exija la situación, el paciente progrese entre todos los grados apropiados de sedación e inconsciencia.El método anestésico puede incluir cualquiera de los procedimientos anestésicos descritos según lo requiera el tipo de cirugía y las limitaciones de las comorbilidades que presente el paciente. Por ejemplo, en general una cesárea programada se practica tan sólo con anestesia neuroaxial. En la anestesia para una artroplastia de rodilla pueden seleccionarse diferentes métodos, como la combinación de un bloqueo nervioso femoral (anestesia regional) con anestesia general (con un dispositivo supraglótico o un tubo endotraqueal), o combinando la anestesia epidural (neuroaxial) con sedación ligera o moderada (MAC). El método anestésico seleccionado no debe sobrepasar los requisitos del procedimiento quirúrgico programado, aunque debe ser suficiente para satisfacer las necesidades de cualquier eventualidad o complicación previsible originada durante dicho procedimiento. Este aspecto suscita especial preocupación en pacientes con hipertensión pulmonar, cuya estabilidad durante la anestesia puede ser frágil. Un método anestésico menos cruento puede ser mejor tolerado y permitir el retorno final de la consciencia y una respiración espontánea suficiente. No obstante, si durante el procedimiento quirúrgico se superan los límites anestésicos de este plan menos cruento, el paciente puede entrar rápidamente en un círculo vicioso de descompensación. En consecuencia, el anestesista puede seleccionar un método anestésico más cruento con el objetivo de superar las dificultades de la inducción, intubación y extubación a cambio de un mayor control fisiológico durante la cirugía. Manejo anestésico operatorio de la hipertensión pulmonar Es bien conocido que la hipertensión pulmonar se asocia a un aumento de la morbilidad y mortalidad en el periodo perioperatorio, sobre todo si se trata de un procedimiento quirúrgico mayor y se realiza en circunstancias urgentes. La administración de anestesia y la instauración de los métodos relacionados implican la inducción de diversas alteraciones fisiológicas transitorias, pero sustanciales para obtener unas condiciones clínicas necesarias para que el cirujano acometa el procedimiento y para que el paciente sea capaz de tolerar el dolor y el estrés físico y emocional que acarrea la cirugía. Una prueba de los progresos obtenidos en este campo es el hecho de que seamos capaces de administrar anes- tesia con el grado actual de tolerabilidad y eficacia; en manos expertas, en general estas alteraciones fisiológicas son bien toleradas, y en último término son reversibles sin consecuencias adversas prolongadas. No obstante, cuando se administra anestesia, incluida la inducción, mantenimiento y emergencia, los pacientes pueden estar expuestos a ciertas «agresiones» fisiológicas, como periodos de apnea e hipoventilación, periodos de hipoxemia, fluctuaciones de la temperatura corporal, episodios de hipotensión sistémica, descargas de estimulación simpática intensa originadas a partir de la experiencia no consciente del dolor somático, cambios rápidos de los fluidos corporales y cambios de la precarga cardiaca, y en algunos casos pueden llegar a requerir ventilación mecánica4,5. La naturaleza de la fisiopatología de la hipertensión pulmonar es de tal magnitud que cualquiera de los procesos mencionado previamente puede ser mal tolerado, induciendo un deterioro clínico rápido y potencialmente irreversible. La agudeza con la que acontece este deterioro hace que el manejo intraoperatorio de pacientes con hipertensión pulmonar sea difícil y requiera que se le preste una atención particularmente cuidadosa6. Por consiguiente, los objetivos del manejo anestésico de la hipertensión pulmonar incluyen el mantenimiento de un equilibrio adecuado entre la precarga y la contractilidad ventricular, y el mantenimiento del gasto cardiaco ejerciendo un control sobre la resistencia vascular pulmonar (RVP) y la poscarga ventricular derecha. Es preciso evitar la hipoxia, la hipercapnia, la hipotermia y un control insuficiente del dolor. Como se ha dicho, en estos pacientes pueden presentarse cambios hemodinámicos rápidamente, y por esta razón casi siempre está indicada la monitorización cruenta de la presión arterial como parte del plan anestésico. En pacientes con una hipertensión pulmonar importante, el cateterismo de la arteria pulmonar o la ecocardiografía transesofágica pueden ser muy útiles para guiar el manejo anestésico, en particular en los procedimientos quirúrgicos de alto riesgo. No obstante, en pacientes con hipertensión pulmonar es más que probable que acontezca una rotura de la arteria pulmonar, provocada por un catéter insertado en este vaso7,8 (una complicación muy grave), y por ello deben sopesarse cuidadosamente los riesgos y beneficios de este instrumento de monitorización. La inserción de un catéter en la arteria pulmonar también puede traducirse en arritmias auriculares y ventriculares pasajeras, que pueden comprometer el llenado ventricular derecho. Aunque la utilización de la ecocardiografía transesofágica se asocia a un ligero riesgo de lesión esofágica, esta técnica proporciona información directa y de gran valor sobre el llenado ventricular, y contribuye a supervisar las anomalías del movimiento de la pared, al igual que permite detectar con una sensibilidad elevada el inicio de una isquemia ventricular. Como se ha comentado, la valoración del riesgo perioperatorio depende del tipo de cirugía, de la gravedad de la hipertensión pulmonar y del estado funcional del paciente. Los resultados de procedimientos quirúrgicos extracardiacos mayores pusieron de relieve tasas de mortalidad y morbilidad a corto plazo del 7 y el 42%, respectivamente9. Sin embargo, Advances in Pulmonary Hypertension 09-14 MANEJO.indd 11 FMC cardiaca, pulmonar o en los grandes vasos proximales, como la aorta, puede estar indicado un bypass cardiopulmonar e incluso una parada circulatoria hipotérmica. 11 11/06/14 12:39 FMC para pacientes con hipertensión pulmonar sometidos a un trasplante de hígado y con una PAPm >50 mmHg, se constató que la mortalidad era del 100%10. La cirugía torácica también puede asociarse a cambios considerables de las presiones intratorácicas y de la oxigenación, lo que a su vez agrava la hipertensión pulmonar y precipita una disfunción ventricular derecha. Las intervenciones quirúrgicas laparoscópicas requieren la creación de un neumoperitoneo con dióxido de carbono, lo que con frecuencia induce hipercapnia y un aumento de las presiones intraabdominales que se transmiten a través del diafragma hasta el tórax. Dichos incrementos de las presiones intratorácicas disminuyen la precarga y aumentan la poscarga, lo que puede desencadenar inestabilidad hemodinámica. Por lo tanto, aunque en general los procedimientos laparoscópicos se consideran mejor tolerados que abordajes abiertos comparables, pueden ser menos bien tolerados por pacientes con hipertensión pulmonar. Cuando se planifica el manejo operatorio, es fundamental que se haya aclarado la etiología de la enfermedad y se hayan abordado las causas subyacentes. Para pacientes con HAP tratados con warfarina, el tratamiento debe interrumpirse antes del procedimiento quirúrgico. En el perioperatorio, en la valoración de la necesidad de instaurar un tratamiento con heparina que sustituya la anticoagulación oral, también es preciso considerar el tipo de cirugía y la duración del procedimiento, al igual que las comorbilidades subyacentes y el riesgo de hemorragia del paciente. Para pacientes tratados por hipertensión pulmonar, es importante reducir a un mínimo las interrupciones del tratamiento y continuarlo antes, durante y después de la intervención. Esto es especialmente importante para pacientes tratados con perfusión sistémica continuas de prostanoides (epoprostenol o treprostinilo), para los que cualquier cambio rápido de la dosis puede inducir una agravación hemodinámica y una descompensación de la disfunción ventricular derecha. La hipotensión sistémica se manejará preferentemente con vasopresores, y no con una reducción o interrupción de la infusión de fármacos con efectos vasodilatadores sobre la vasculatura pulmonar. Los pacientes que reciben tratamiento crónico inhalado (iloprost o treprostinilo)11 deben continuarlos con las mínimas interrupciones posibles. Si el paciente es incapaz de utilizar correctamente el dispositivo que administra el fármaco, debe considerarse un tratamiento sustitutivo a corto plazo con óxido nítrico inhalado o una infusión de epoprostenol en dosis bajas12. En el caso de que el paciente no siga una pauta terapéutica preestablecida y deba someterse a un procedimiento quirúrgico no programado que no puede retrasarse hasta establecer la pauta, el tratamiento de elección es el óxido nítrico inhalado y/o un inhibidor de la fosfodiesterasa (con un control cuidadoso de la presión arterial)13. Para inducir ansiólisis y para reducir a un mínimo el malestar de los procedimientos (como la inserción de una vía arterial), puede proporcionarse al paciente sedación preoperatoria ligera con incrementos cautelosos de la dosis. Por prudencia, el anestesista debe asegurarse de que estos pacientes también reciban oxígeno suplementario para evitar desaturaciones de oxígeno accidentales. En función del tipo 12 de cirugía, es posible efectuar un bloqueo nervioso periférico o un bloqueo neuroaxial para reducir o incluso eliminar el dolor asociado al procedimiento. Cuando sea posible, el uso de estas técnicas anestésicas regionales puede contribuir a resolver el dilema de administrar un exceso de analgesia con fármacos opioides por vía parenteral (y por esta razón inducir depresión respiratoria e hipercapnia) o proveer una analgesia insuficiente que se traduzca en una estimulación simpática excesiva. Se considera que el uso de la anestesia intradural está relativamente contraindicado debido a las fluctuaciones rápidas de la presión arterial que conlleva, y por consiguiente los cambios de la poscarga y la precarga que, en general, induce este tipo de anestesia. No obstante, puede obtenerse un efecto anestésico similar mediante anestesia epidural o la implantación de un catéter subaracnoideo permanente, lo que permite un incremento adicional del nivel de anestesia neuroaxial, al mismo tiempo que reduce el riesgo de inestabilidad cardiovascular. Se tendrá la precaución de mantener cualquier pauta anticoagulante de manera apropiada antes de la anestesia neuroaxial, con la finalidad de reducir el riesgo de hematoma epidural14. Incluso cuando se planifique anestesia regional o neuroaxial exclusiva, es preciso considerar la implantación de monitorización hemodinámica cruenta. A pesar de que en pacientes con hipertensión pulmonar está contraindicado el embarazo por su conocida asociación con una elevada morbilidad y mortalidad, la modalidad de elección para la analgesia del trabajo de parto y el parto vaginal o por cesárea es la anestesia epidural15. Aunque en los últimos años parece haber disminuido la morbimortalidad de pacientes embarazadas con hipertensión pulmonar, incluidas las que se someten a un parto por cesárea, las tasas siguen siendo relativamente altas, variando del 30 al 70% en función del estudio2,16. La anestesia general puede inducirse de la forma habitual, con propofol o etomidato. El propofol puede reducir la resistencia vascular sistémica (RVS), el retorno venoso y la contractilidad miocárdica. La inducción con etomidato mantiene la hemodinámica sin afectar a la resistencia vascular pulmonar, pero no parece ser tan eficaz en la disminución de la respuesta hipertensiva a la laringoscopia y la intubación. También pueden administrarse opioides (p. ej., fentanilo) para atenuar la respuesta simpática a la laringoscopia y la intubación, que, por otra parte, aumentan potencialmente los valores de PAPm sobre los valores sistémicos6 y desencadenan una descompensación hemodinámica. La administración apropiada de estos fármacos dependerá de las circunstancias clínicas y de la respuesta observada en el paciente. Puede obtenerse una relajación muscular con fármacos bloqueadores neuromusculares despolarizantes (p. ej., succinilcolina) o no despolarizantes (como vecuronio o rocuronio). Sin embargo, la administración de algunos fármacos no despolarizantes debe evitarse, porque pueden desencadenar la liberación de histamina (p. ej., atracurio y cisatracurio). No debe olvidarse que la inducción de anestesia general y la ventilación de presión positiva pueden asociarse a cambios hemodinámicos importantes que los pacientes con hipertensión pulmonar apenas toleran. También es necesaria una observación cuidadosa de la posición Advances in Pulmonary Hypertension 09-14 MANEJO.indd 12 11/06/14 12:39 Después de la intubación, puede iniciarse la ventilación mecánica. Es preciso prestar una especial atención a los ajustes del respirador para garantizar una oxigenación y una ventilación minuto adecuadas que eviten la hipercapnia. La hipoxia y la hipercapnia aumentan la RVP, que puede agravar la hipertensión pulmonar y asociarse a una descompensación. La capnografía17 es útil para titular los ajustes del respirador, y es obligatoria durante la anestesia general. La hipercapnia agrava la hipertensión pulmonar, mientras que una hipocapnia profunda induce vasoconstricción cerebral y afecta a la contractilidad miocárdica. Es preciso mantener la concentración de dióxido de carbono espirado próxima a los valores basales. La anestesia general se mantendrá con anestésicos volátiles. Éstos pueden producir vasodilatación de la vasculatura pulmonar, reduciendo la PAPm. Inicialmente, este efecto se estableció con isoflurano18, que es el anestésico volátil más utilizado en cirugía cardiaca. El efecto de sevoflurano, un anestésico volátil más moderno, parece ser mayor o, como mínimo, similar19. No obstante, los anestésicos volátiles también tienen tendencia a reducir el índice cardiaco y la presión venosa central. En cambio, el anestésico volátil desflurano parece antagonizar los efectos vasodilatadores de la vasculatura pulmonar de los otros fármacos, y por consiguiente es mejor evitarlo20. El circuito respiratorio de la anestesia también proporciona un medio para continuar la administración de vasodilatadores, como el óxido nítrico inhalado o la prostaciclina inhalada. Estos fármacos son compatibles con los anestésicos inhalados. Durante el proceso quirúrgico, el manejo anestésico debe incluir una sueroterapia prudente y la administración de hemoderivados para reponer las pérdidas hemáticas quirúrgicas, estimadas e imperceptibles, y para mantener la euvolemia y la precarga ventricular13. En la tabla 2 se muestran los fármacos que pueden administrarse para reducir la RVP. Dichos fármacos también tienen tendencia a inducir una hipotensión sistémica suficiente para requerir su corrección. Según lo descrito en la tabla 2, puede administrarse milrinona en bolo que contribuirá a la separación del bypass cardiopulmonar cuando los pacientes con hipertensión pulmonar se someten a cirugía cardiaca. El bypass cardiopulmonar confiere cierto grado de protección frente a la hipotensión que puede presentarse con el bolo inicial de milrinona21. En circunstancias como cirugía mediante bypass de la arteria coronaria sin circulación extracorpórea, puede ser apropiado omitir el bolo para reducir el efecto hipotensivo22. En caso de hipotensión sistémica, se administrarán fármacos inotrópicos. La dobutamina es el más utilizado: un agonista beta que produce efectos cronotrópicos e inotrópicos, junto con una vasodilatación de la vasculatura sistémica y pulmonar. Si la TABLA 2. Propuesta de tratamiento de la hipertensión pulmonar durante la cirugía Óxido nítrico inhalado 10-40 ppm* Milrinona (inhibidor de la fosfodiesterasa 3) Infusión de 0,25-0,75 μg/kg/ min (bolo inicial opcional de 50 μg/kg, véase texto) Epoprostenol inhalado (continuo) 10-50 ng/kg/min Prostaciclina intravenosa 4-10 ng/kg/min Durante el periodo postoperatorio, es preciso retirar progresivamente el tratamiento *ppm, partes por millón. Modificada de: Blaise G, et al. 20035. hipotensión persiste, se añadirá un vasoconstrictor para restablecer la perfusión arterial coronaria. La norepinefrina es útil tanto por sus efectos vasoconstrictores como de soporte inotrópico; a través de la estimulación adrenérgica α y β, y con la administración de dosis más bajas (<0,5 μg/kg/min) disminuye el cociente RVP/RVS. Sin embargo, en pacientes con hipertensión pulmonar, el endotelio pulmonar inhibe su metabolismo, lo que da lugar a un aumento de la concentración sérica sobre el nivel deseado, acompañado de un incremento del cociente RVP/RVS. Utilizada en dosis más bajas, puede mejorar el acoplamiento ventrículo derecho/arteria pulmonar, y se considera el mejor fármaco de primera línea en pacientes con hipertensión pulmonar e insuficiencia cardiaca derecha e hipotensión. La vasopresina es un agonista del receptor V1 que produce vasoconstricción sistémica. En dosis altas (>0,4 UI/min), se ha descrito vasoconstricción coronaria relacionada con la dosis, aunque se han utilizado dosis más altas que pueden ser bien toleradas. La vasopresina puede ser menos arritmogénica que la norepinefrina, y es eficaz para el tratamiento de la hipotensión sistémica refractaria a la norepinefrina o como tratamiento de primera línea. Estos problemas perioperatorios persisten durante el periodo postoperatorio. Cualquier tratamiento instaurado en el periodo intraoperatorio debe retirarse progresivamente durante la monitorización directa. En los días posteriores al procedimiento quirúrgico, los pacientes con hipertensión pulmonar siguen corriendo un mayor riesgo de complicaciones, incluida la muerte súbita, y por tanto requieren una supervisión adecuada en la Unidad de Cuidados Intensivos. Conclusión En la actualidad, el anestesista puede manejar la hipertensión pulmonar con mayor eficacia gracias a los mayores conocimientos disponibles sobre la enfermedad, a una variedad más amplia de alternativas terapéuticas y a la mejora de las posibilidades de monitorización. La disponibilidad cada vez mayor de ecocardiografía transesofágica intraoperatoria proporciona información instantánea sobre las dimensiones y contractilidad ventriculares izquierda y derecha, lo que puede facilitar considerablemente la administración de anestesia. Aunque el manejo anestésico de pacientes con hipertensión pulmonar sigue siendo difícil, una valoración exhaus- Advances in Pulmonary Hypertension 09-14 MANEJO.indd 13 FMC del paciente en el quirófano, ya que algunos son incapaces de tolerar el decúbito supino. Del mismo modo, debe tenerse en cuenta que, cuando un paciente con intubación traqueal vaya a ser extubado después de la cirugía, presentará ciertos riesgos: la extubación traqueal se asocia con frecuencia a alteraciones hemodinámicas debidas a hipoxia e hipercapnia transitorias, accesos de tos y dolor. 13 11/06/14 12:39 FMC tiva del paciente, una planificación cuidadosa y una atención meticulosa a los detalles reducen a un mínimo la posibilidad de que se presenten complicaciones, y permiten los mejores resultados posibles. Bibliografía 1. Pritts CD, Pearl RG. Anesthesia for patients with pulmonary hypertension. Curr Opin Anaesthesiol. 2010;23(3):411-416. 2. McGlothlin D, Ivascu N, Heerdt PM. 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Los lectores pueden obtener créditos para su carrera profesional, respondiendo correctamente al 80% del test de evaluación disponible online en: Aula Mayo acredita tu formación www.aulamayo.com Para ello debe acceder y registrarse en la web de Formación Médica Continuada www.aulamayo.com. Una vez registrado, debe matricularse en el curso que encontrará en el Canal Medicina de Aula Mayo y donde están disponibles los contenidos de la sección, la respectiva evaluación y los diplomas de acreditación. Más información: Secretaría técnica de Ediciones Mayo secretaria@aulamayo.com / www.aulamayo.com / Tel. 93 209 02 55 (horario de atención: 9:00-11:00; 15:30-17:30; viernes sólo mañanas) 14 Advances in Pulmonary Hypertension 09-14 MANEJO.indd 14 11/06/14 12:39 Formación médica continuada Advances in Pulmonary Hypertension (edición española) 2014; 3(1): 15-22 FMC Cuidados postoperatorios del paciente con hipertensión pulmonar Rebecca Dezube, Traci Housten, Stephen Mathai Division of Pulmonary and Critical Care Medicine Johns Hopkins University School of Medicine. Baltimore (Estados Unidos) Caso clínico: S.H. es una mujer de 46 años de edad con hipertensión arterial pulmonar (HAP) idiopática (grupo 1 de la clasificación de la Organización Mundial de la Salud [OMS] y con una clase funcional I de la clasificación de la New York Heart Association [NYHA]), tratada con bosentán, sildenafilo y con anticoagulantes. En esta paciente, el diagnóstico de HAP se estableció 10 años atrás y, en su cateterismo cardiaco derecho (CCD) más reciente, se constató una presión auricular derecha de 7 mmHg, una presión arterial pulmonar media (PAPm) de 48 mmHg, un gasto cardiaco de 5,3 L/min, y una resistencia vascular pulmonar (RVP) de 7,1 unidades Wood. Fue trasladada a Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de nuestro centro con una hemorragia vaginal de magnitud suficiente como para inducir una hipotensión sistémica (asociada a la elevación de troponina cardiaca), y requirió la transfusión de múltiples unidades de hemoderivados. Mediante radiología intervencionista practicada en nuestro centro, se hizo una tentativa de embolización de la arteria uterina, pero la paciente continuó presentando una hemorragia sustancial después del procedimiento. En último término, fue trasladada al quirófano, donde se sometió a una dilatación y legrado mientras recibía anestesia general. La paciente toleró bien el procedimiento; fue extubada y trasladada a la UCI con oxigenoterapia al 100% administrada mediante máscara facial. El equipo quirúrgico solicita una consulta referente al manejo postoperatorio. Como especialista, ¿qué medidas recomendaría tomar? Resumen La hipertensión pulmonar (HP) es un factor conocido que contribuye a la mayor morbilidad y mortalidad en cirugía tanto cardiaca como extracardiaca1. Para prevenir una agravación de la disfunción ventricular derecha y una insuficiencia del ventrículo derecho (VD), se requiere un manejo postoperatorio meticuloso. Es preciso prestar atención a la volemia (tanto la hipervolemia como la hipovolemia producen efectos adversos), a los niveles de oxígeno y al equilibrio acidobásico. En el periodo postoperatorio, es indispensable la administración continuada de fármacos específicos para la hipertensión arterial pulmonar (HAP); en función de la situación clínica (p. ej., capacidad de deglución, destreza y coordinación para las maniobras requeridas para el tratamiento inhalado, función renal y hepática, etc.), puede ser necesaria una vía de administración alternativa de los fármacos prescritos en un ámbito ambulatorio, un ajuste posológico o incluso un cambio de la clase de fármaco. También es importante el control adecuado del dolor, ya que la activación del sistema nervioso simpático puede inducir una agravación de la HP; no obstante, es preciso que esto se sopese frente a la posibilidad de los efectos analgésicos sistémicos negativos sobre la funPalabras clave: anestesia, hipotensión, manejo postoperatorio, prostaciclina, vasopresores. Correspondencia: smathai4@jhml.org Conflicto de intereses: El Dr. Mathai ha mantenido una relación económica personal con Bayer HealthCare y Novartis en los 12 meses previos. La Dra. Dezube no ha declarado conflicto de intereses. La Srta. Housten mantiene relaciones económicas con Bayer HealthCare, Gilead, Actelion y United Therapeutics. Publicado en Advances in Pulmonary Hypertension. 2013;12(1):24-30. ción cardiopulmonar. Aunque es probable que éstos y otros factores influyan en el curso clínico de los pacientes con HP que se someten a cirugía, apenas se dispone de datos de estudios publicados que guíen el tratamiento. En conjunto, estos aspectos evidencian los problemas que plantean los cuidados postoperatorios de pacientes con HP. En el presente artículo, describimos nuestra estrategia de manejo postoperatorio de pacientes con hipertensión pulmonar. En la figura 1 se presenta una algoritmo de revisión general de esta estrategia. Planificación Los cuidados postoperatorios que deben plantearse en un paciente con HP empiezan en el periodo preoperatorio. Como se ha descrito con detalle en otro artículo de este número de Advances in Pulmonary Hypertension, la valoración preoperatoria tiene una importancia fundamental en pacientes con HP. Es muy probable que las complicaciones postoperatorias se relacionen con factores preoperatorios atribuibles al estado previo del paciente, y también con la cirugía y con la anestesia programadas (véase más adelante). El aspecto práctico de la valoración preoperatoria concierne, por tanto, a la planificación postoperatoria. En nuestro centro, hemos constatado que, antes de que el paciente con HP sea programado para una intervención quirúrgica, es útil determinar en qué unidad es probable que vaya a ser ingresado en el postoperatorio, y si el personal de dicha unidad está entrenado en la administración de prostaciclina inhalada, subcutánea e intravenosa. Es indispensable garantizar que el paciente será atendido en una unidad en la que el personal de enfermería Advances in Pulmonary Hypertension 15-22 CUIDADOS.indd 15 15 11/06/14 12:40 FMC Paciente con hipertensión pulmonar postoperatoria Estabilidad hemodinámica Desconectado del respirador Unidad de cuidados postoperatorios/restablecimiento Principios del manejo • Evitar bolos de líquidos i.v. • Evitar vasopresores i.v. con actividad vasoconstrictora de predominio periférico* • Continuar la medicación HAP por vía oral/i.v./s.c. • Administrar diuréticos • Control del dolor Inestabilidad hemodinámica Requiere ventilación mecánica Somnolencia Unidad de cuidados intensivos Principios de tratamiento • ≈8 mL/kg de volumen corriente, PEEP ≤10 • Evitar hipoxia/hipercapnia • Evitar bolos de líquidos/transfusiones** • Continuar medicación HAP por vía oral/s.c./i.v. • iNO • Administrar diuréticos • Control del dolor • Profilaxis de la TVP • Movilización precoz Cama telemétrica monitorizada Principios del tratamiento • Evitar infusión i.v. continua de líquidos • Continuar medicación HAP por vía oral • Administrar diuréticos • Dieta baja en sal/restricción de líquidos • Fisioterapia torácica/espirómetro incentivo/Flutter VRP1® con válvula de presión espiratoria positiva • Movilización precoz del paciente • Profilaxis de la TVP *Véase texto para los detalles **Es preciso evitar las transfusiones de plasma congelado fresco o de plaquetas; las transfusiones de concentrado de hematíes irán seguidas de la administración intravenosa de diuréticos. Véase texto para los detalles tiene experiencia tanto en la asistencia de pacientes con HP como en la pauta terapéutica prescrita. Si carece de experiencia en el manejo de estos fármacos, el personal de la unidad requiere formación/adiestramiento previos a la cirugía programada en el paciente. En nuestro centro, en general acordamos derivarlos a la unidad de reanimación postoperatoria para los procedimientos hospitalarios antes del regreso del paciente a la UCI. Además, en general los pacientes son ingresados durante al menos 24 horas para su supervisión incluso en el caso de los procedimientos que, en general, se efectúan de manera ambulatoria. Pedimos a los profesores titulares y al personal especialista en HP que nos comunique lo antes posible que el paciente ha abandonado el quirófano; acto seguido, un miembro de nuestro equipo visita y valora al paciente de inmediato, al cabo de un máximo de 30 minutos. Además de revisar el informe operatorio y el diagrama de flujo de anestesia, el miembro del equipo de HP valora al paciente, confirma que la prescripción de los fármacos para la HP y su administración en el postoperatorio inmediato han 16 Figura 1. Visión de conjunto del abordaje postoperatorio de pacientes con hipertensión pulmonar. i.v.: intravenoso/a; HAP: hipertensión pulmonar arterial; s.c.: subcutáneo/a; TVP: trombosis venosa profunda; PEEP: presión positiva al final de la espiración; iNO: óxido nítrico inhalado sido correctas, y comprueba que la vía de administración ha sido la apropiada. Además, revisa los principios terapéuticos (figura 1) con el personal de enfermería y el personal interno para prevenir los errores terapéuticos habituales. Durante el ingreso, un miembro de nuestro equipo de HP visita a diario al paciente. Solicitamos a nuestros colegas cirujanos que difieran la valoración del estado físico del paciente para el alta hospitalaria y, en general, asumimos la atención primaria del paciente cuando se han resuelto los problemas quirúrgicos agudos. Consideraciones quirúrgicas y relacionadas con la anestesia El tipo de cirugía y anestesia utilizadas influyen de forma determinante en el riesgo perioperatorio y en el manejo postoperatorio. En cada uno de estos ámbitos, múltiples factores influyen en dicho riesgo, como se muestra en la tabla 1. Por ejemplo, como es de prever, la cirugía urgente se asocia a una mayor mortalidad que los procedimientos quirúrgicos programados. Para atenuar este riesgo, en el caso clínico presentado al principio de este artículo recomendamos, para el control urgente de la hemorragia, Advances in Pulmonary Hypertension 15-22 CUIDADOS.indd 16 11/06/14 12:40 Consideraciones relacionadas con el paciente Múltiples factores relacionados con el paciente pueden influir también en las complicaciones postoperatorias. Sin embargo, hay pocos estudios que hayan examinado las variables pronósticas de las complicaciones perioperatorias y postoperatorias de la HP. En un estudio prospectivo reciente, efectuado entre 114 pacientes con HAP sometidos a cirugía extracardiaca y extraobstétrica, Meyer et al. documentaron una tasa de mortalidad perioperatoria del 3,5%, bastante más baja que el 7-18% mencionado en los estudios retrospectivos efectuados a menor escala4. Después de la cirugía, los factores de riesgo de complicaciones mayores (hemorragia de más de un litro, respuesta inflamatoria sistémica o sepsis con necesidad de tratamiento con vasopresores, insuficiencia cardiaca derecha [ICD], que requiera tratamiento de soporte inotrópico, o la muerte) fueron una distancia deambulada preoperatoria en una prueba de la marcha de 6 minutos inferior a 399 metros y una presión auricular derecha >7 mmHg. Los resultados del cateterismo cardiaco derecho más reciente de la paciente del caso clínico, efectuado 2 años antes, demostraron una presión auricular derecha de 7 mmHg; y la distancia deambulada en la prueba de la marcha de 6 minutos fue de 516 metros. Ramikrishna et al. no encontraron que la distancia deambulada en la prueba de la marcha de 6 minutos afectara a la morbilidad aguda tras cirugía extracardiaca, pero constataron que los siguientes signos se asociaron a mayor morbilidad: una clase funcional ≥II de la NYHA, antecedentes de embolia pulmonar, TABLA 1. Factores de riesgo quirúrgico y anestésico de complicaciones postoperatorias Factor de riesgo Aumento del factor de riesgo Quirúrgico Tipo de cirugía Vascular, cardiotorácica y abdominal Urgente frente a programada Urgente Duración de la intervención quirúrgica Más de 3 horas Anestesia Tipo de inducción Propofol comparado con etomidato Tipo de anestesia Óxido nitroso o halotano Ventilación mecánica Volumen corriente Volumen corriente más alto comparado con más bajo Oxigenación Hipoxia Respiración Hipercapnia hipertrofia del VD, cociente presión sistólica VD:presión arterial sistólica >0,6 y un índice de rendimiento miocárdico del VD (índice Tei, calculado dividiendo la suma de los tiempos de relajación y contracción isovolumétrica del VD por el intervalo de tiempo de eyección) >0,75. Cuando valoramos el riesgo perioperatorio, también consideramos los factores del paciente no específicos de HP. Múltiples grupos de investigadores han examinado los factores del paciente, que influyen en los resultados de los ingresados por insuficiencia cardiaca derecha. Una frecuencia respiratoria alta, disfunción renal, hiponatremia, la gravedad de la insuficiencia tricuspídea, los valores de presión arterial sistólica <100 mmHg, y la presencia de conectivopatía (colagenosis) se han asociado a mortalidad. Aunque algunos de estos factores son inalterables (y, sin duda, los ingresos por insuficiencia cardiaca derecha son diferentes de los asociados a cirugía), cuando en el preoperatorio consideramos el riesgo quirúrgico junto con el manejo postoperatorio y la evaluación del riesgo, utilizamos estos factores como guía. En función de estos estudios y de nuestra experiencia clínica, nuestro abordaje es valorar la clase funcional de la NYHA, la distancia deambulada en la prueba de la marcha de 6 minutos, la concentración plasmática de péptido natriurético cerebral N-terminal (NT-proBNP), la función renal y la ecocardiografía en todos los pacientes con HP antes de acometer cualquier procedimiento que requiera anestesia general. Si en un paciente se demuestran diferencias sustanciales en comparación con las evaluaciones previas (en general, obtenemos estos datos con carácter anual con una finalidad clínica), intensificamos el tratamiento a través de un incremento de la diuresis (si está indicado desde un punto de vista clínico) o añadimos tratamiento de la HAP. Si un paciente requiere cirugía de mayor riesgo (tabla 1), preferimos repetir el cateterismo cardiaco derecho para valorar directamente la gravedad de Advances in Pulmonary Hypertension 15-22 CUIDADOS.indd 17 FMC un procedimiento de estabilización más breve (dilatación/ legrado). La histerectomía, el procedimiento quirúrgico definitivo pero más prolongado, se difirió hasta que la estabilidad clínica de la paciente fuera mayor (pasados unos meses tras la primera intervención). También es importante la selección de la estrategia anestésica, como se describe con detalle en otro artículo de este número de la revista. En pacientes con HP revisten especial importancia los conocimientos sobre los efectos potenciales de la estrategia anestésica, el tipo de anestesia y el anestésico utilizado. De forma parecida, la ventilación mecánica (VM) confiere diversos grados de riesgo postoperatorio, dadas las complejas interacciones cardiopulmonares en el paciente con HP que recibe ventilación de presión positiva2. En nuestra experiencia, consideramos que los pacientes en estado crítico que requieren VM tienen un pronóstico muy malo3. Teniendo en cuenta estas consideraciones desde un punto de vista clínico, en el caso de todos los pacientes con HP que requieren anestesia general para cualquier procedimiento solicitamos la participación de especialistas en anestesia cardiaca. Abordamos el procedimiento operatorio con el cirujano para estar seguros de que conocen los posibles riesgos perioperatorios y postoperatorios, al igual que las complicaciones intraoperatorias potenciales que influirían posteriormente en el manejo postoperatorio. Además, debatimos con el cirujano la viabilidad de evitar la ventilación mecánica, si es posible. 17 11/06/14 12:40 FMC la HP y guiar las intervenciones previas al procedimiento (como aumentar la diuresis o añadir tratamiento específico de la HAP). En ocasiones, repetiremos el cateterismo cardiaco derecho para determinar la respuesta a estas intervenciones antes del procedimiento programado, más aún si el paciente padece una HP grave. Tratamos de detectar cualquier mejoría de las presiones de la arteria pulmonar o del gasto cardiaco, o una disminución de la presión auricular derecha y de la RVP. No investigamos de manera sistemática la respuesta al óxido nítrico a menos que el paciente haya demostrado una respuesta previa a este fármaco y de que queramos asegurarnos de que esta respuesta se ha mantenido. Debido a la naturaleza urgente de la intervención requerida, en el procedimiento de la paciente del caso clínico no efectuamos previamente un cateterismo cardiaco derecho. Sin embargo, obtuvimos una concentración de NT-proBNP y un ecocardiograma antes de la cirugía; se detectó un aumento sustancial del valor de NT-proBNP de 10.500 pg/mL (límites normales 0-135 pg/mL), y en el ecocardiograma se constató una sobrecarga de presión y de volumen del VD con una disminución sustancial de la función sistólica, comparado con el ecocardiograma efectuado un año atrás. Por lo tanto, en función de estos datos recomendamos un procedimiento de estabilización más breve debido a la preocupación que suscitan las complicaciones perioperatorias y postoperatorias. Fármacos para la hipertensión pulmonar La paciente del caso clínico era tratada con sildenafilo y bosentán antes de la cirugía, ambos administrados por vía oral. Otros pacientes con HP pueden recibir análogos de la prostaciclina por vía intravenosa continua, subcutánea o inhalados. La retirada súbita del tratamiento con fármacos con efectos vasodilatadores de la vasculatura pulmonar puede provocar una HP de rebote. Además, las alteraciones de la función cardiopulmonar, que se derivan de los efectos de la anestesia, de la ventilación mecánica y de la sueroterapia, pueden influir de forma adversa en la función del VD. Por lo tanto, el mantenimiento de los fármacos para la HAP prescritos en el preoperatorio es de importancia primordial. Revisamos y, en algunos casos, cambiamos la pauta posológica de la medicación para la HP de nuestros pacientes para asegurarnos de que toman la medicación para la HP, pautada cada día, la mañana de la cirugía más que la noche previa, y se ajustan las veces de uso del tratamiento inhalado para permitir que el paciente inhale una dosis antes de ser trasladado al quirófano. Si un paciente recibe tratamiento con prostaciclina subcutánea o intravenosa, es necesario plantear y llevar a cabo una supervisión y colaboración directa con el equipo de anestesia. Además, si el paciente experimenta hipotensión sistémica es preciso prestar una atención cuidadosa a la dosis de los fármacos prescritos 18 para la HP. Puesto que (1) la hipotensión sistémica puede guardar relación con múltiples etiologías posibles, incluida la sepsis, la hemorragia y la insuficiencia cardiaca derecha (entre otras), y (2) la disminución de la dosis o la interrupción del tratamiento con fármacos con efectos vasodilatadores de la vasculatura pulmonar puede exacerbar aún más la hipotensión sistémica, solicitamos que los profesores titulares y el personal especialista en HP apruebe cualquier cambio de fármaco específico para la HAP, tras una valoración cuidadosa del paciente. Por otra parte, es preciso considerar los problemas de un aumento potencial de la toxicidad o una disminución de la biodisponibilidad relacionada con una lesión hepática, renal o gastrointestinal; en general, consultamos con los farmacéuticos especialistas en cuidados críticos para que nos ayuden a establecer la pauta posológica en estas situaciones. Antes de la cirugía, debe establecerse una estrategia suplementaria si el paciente no se encuentra estable o tiene dificultades de deglución o disfagia; en general, en lugar de fármacos por vía oral, como medida temporal administramos óxido nítrico inhalado (iNO) destinado a la vasodilatación pulmonar. La disponibilidad de este fármaco varía según el hospital, y por lo tanto es necesario confirmarla antes del procedimiento quirúrgico de un paciente concreto. Está disponible comercialmente una presentación de sildenafilo para uso intravenoso, pero es posible que no esté incluida en el arsenal terapéutico de un hospital concreto. La posología para la vía intravenosa es 10 mg tres veces al día, lo que equivale a 20 mg por vía oral, tres veces al día. Así mismo, debido a las variaciones de los formularios hospitalarios y a la disponibilidad de la medicación en general, pedimos a todos los pacientes que lleven consigo toda la medicación de la HP al hospital, aunque dicha medicación esté incluida en el formulario. También pedimos a la familia que guarde la medicación del paciente hasta que sea ingresado en la unidad postoperatoria para reducir a un mínimo el riesgo de «pérdidas». En la paciente del caso clínico, en el perioperatorio se mantuvo el tratamiento oral y no requirió la administración de iNO. Hemorragia y trombosis En numerosos pacientes con HP se prescriben análogos de la prostaciclina, que entrañan un riesgo teórico de hemorragia. Algunos estudios observacionales han constatado una mayor prevalencia de trombocitopenia en pacientes tratados con prostaciclina intravenosa5. Además, los pacientes con HAP manifiestan anomalías de la función plaquetaria, lo que influye en el riesgo de hemorragia6. No obstante, los resultados de diversos estudios no han puesto de relieve ningún aumento del riesgo de hemorragia postoperatoria en pacientes HAP en general o en los tratados con análogos de la prostaciclina. Si un paciente padece una hemorragia postoperatoria, es necesario valorar su gravedad y si está justificada una intervención quirúrgica. Se utilizará una transfusión de Advances in Pulmonary Hypertension 15-22 CUIDADOS.indd 18 11/06/14 12:40 En el postoperatorio, la mayoría de pacientes corren mayor riesgo de embolia pulmonar. Aquellos con disfunción cardiaca derecha pueden descompensarse con una embolia pulmonar incluso de escasa magnitud. Por lo tanto, recomendamos profilaxis mecánica no cruenta e inmediata de la trombosis venosa profunda (TVP), y profilaxis farmacológica cuando ésta no se acompañe de riesgos. Si un paciente recibe tratamiento anticoagulante para la HP, éste se reiniciará cuando no se asocie a riesgos desde una perspectiva quirúrgica; en dichos pacientes, no es necesario instaurar tratamiento sustitutivo de la anticoagulación oral con heparina en el perioperatorio. (La excepción son los pacientes con HP tromboembólica crónica, enfermedad del grupo 4 de la clasificación de la OMS, que deben recibir tratamiento sustitutivo de la anticoagulación por vía intravenosa o subcutánea.) También se emplean estrategias de movilización precoz de los pacientes. Arritmias Las arritmias postoperatorias son complicaciones habituales tras la cirugía, que afectan hasta a un 60% de pacientes tras cirugía cardiaca y hasta al 30% de aquellos que han sido sometidos a cirugía extracardiaca7. En un estudio efectuado en pacientes HP que han recibido cirugía extracardiaca, el 12% experimentó arritmia cardiaca, definida como fibrilación auricular de nuevo inicio, taquicardia supraventricular, bradicardia con bloqueo de la conducción o taquicardia/fibrilación ventricular8. Incluso cuando se controló la frecuencia, las arritmias auriculares son mal toleradas en pacientes con HP. La imposibilidad de restablecer el ritmo sinusal en esta población se asocia a una elevada mortalidad al año9; no obstante, se desconoce la influencia aguda de las arritmias auriculares de nuevo inicio. El manejo de pacientes HP con arritmias auriculares postoperatorias es difícil. En aquellos con HP grave el tratamiento médico de referencia, de primera línea para el control de la frecuencia (antagonistas del calcio y bloqueadores beta), es mal tolerado debido a la posibilidad de presentación de efectos inotrópicos negativos sobre el VD, por lo que debe evitarse en un contexto urgente. Si un paciente sufre una arritmia auricular (u otra) de nuevo inicio, los principios terapéuticos no varían de la práctica clínica tradicional, más allá de evitar el tratamiento con bloqueadores beta y antagonistas del calcio. En pacientes con inestabilidad hemodinámica y una arritmia de nuevo inicio, deben emplearse los protocolos de soporte vital cardiaco avanzado10. En caso de estabilidad hemodinámica, procuraremos identificar las causas potencialmente reversibles de estas arritmias. En general, los desequilibrios electrolíticos, la sobrecarga de volumen o la hipoxia pueden ser los factores precipitantes de estas arritmias; su tratamiento puede resolver el problema. Si se descartan otras etiologías o si el cuadro clínico respalda este diagnóstico, es preciso considerar, evaluar y tratar otras causas potenciales, como la embolia pulmonar. En cualquier caso, los pacientes con arritmias auriculares deben someterse a una monitorización cardiaca. Nuestro grupo suele implicar al equipo de electrofisiología en el proceso desde el principio, ya que puede estar indicada una cardioversión programada debido a la capacidad limitada del tratamiento médico para reanudar sin riesgos el ritmo sinusal del paciente. Si el tratamiento exclusivo con digoxina no es eficaz, tratamos a nuestros pacientes con digoxina y amiodarona (el protocolo de carga de referencia, seguido de una dosis de mantenimiento que, en general, no es superior a 200 mg/día). Cuidados postoperatorios generales Como con cualquier paciente, los cuidados postoperatorios adecuados en pacientes con HP deben centrarse en la prevención de las complicaciones. Por lo tanto, se mantendrá la profilaxis de la TVP (como se ha mencionado previamente). También es importante la movilización precoz con la ayuda de un fisioterapeuta si es necesario. Pedimos a nuestros pacientes que no están encamados que se pesen y recojan muestras de orina a diario, para valorar las tendencias y alteraciones de los aportes calóricos, hídricos y de la diuresis (balance hídrico). En general, los pacientes con HP experimentarán un aumento de peso en las primeras 24-48 horas postoperatorias, que es probable que refleje la movilización de líquidos del tercer espacio. Con frecuencia, es necesario un aumento de la dosis del diurético, lo que vendrá determinado por los síntomas, los hallazgos del examen de sobrecarga de volumen y las tendencias del peso y la diuresis. Advances in Pulmonary Hypertension 15-22 CUIDADOS.indd 19 FMC concentrados de hematíes con un grado apropiado de precaución, sopesando los riesgos de hemorragia frente a los de sobrecarga de volumen y posterior disfunción del VD. En general, al paciente que experimenta hipotensión en el contexto de una hemorragia se le estabiliza con vasopresores intravenosos, al mismo tiempo que determinamos si puede identificarse el origen de la hemorragia y podemos corregirla. La transfusión está indicada en pacientes con una hemorragia que pone en riesgo su vida, pero, después de cada unidad de concentrado de hematíes, solemos administrar un diurético intravenoso para atenuar los efectos volémicos sobre la vasculatura pulmonar y el VD. Para pacientes que están anticoagulados o experimentan otra diátesis hemorrágica (como una trombocitopenia) y padecen una hemorragia, utilizamos una estrategia similar. Sin embargo, mantenemos un umbral muy alto para la corrección de estas coagulopatías con plasma congelado fresco (PCF) o transfusiones de plaquetas, debido a la preocupación que suscita una agravación aguda de la HP. Tanto el PCF como las plaquetas contienen tromboxano A2, un potente vasoconstrictor pulmonar que, en teoría, puede provocar un aumento agudo de la poscarga del VD6. Aunque sólo es una anécdota, hemos visitado a varios pacientes que han experimentado un empeoramiento en el periodo inmediato después de la transfusión de PCF o plaquetas, y por lo tanto si es posible la evitamos. Por fortuna, la paciente del caso clínico presentado no padecía una coagulopatía y no requirió estos hemoderivados. 19 11/06/14 12:40 FMC Tan pronto como sea apropiado desde un punto de vista médico, se retirarán las vías arteriales y los catéteres arteriales pulmonares. Es esencial el aclaramiento pulmonar de las mucosidades. El uso de un espirómetro incentivo y, en ocasiones, un dispositivo de presión espiratoria positiva oscilatoria (como el Flutter VRP1® o el Acapella®, que contiene una válvula de presión espiratoria positiva) favorece el aclaramiento de las vías respiratorias e invierte o previene las atelectasias. Como se ha descrito previamente, se administrará oxigenoterapia para mantener saturaciones de oxígeno altas, ya que la hipoxia puede agravar la HP. En un contexto ambulatorio, durante la deambulación recomendamos un control de la saturación de oxígeno cuando el paciente esté cerca de recibir el alta hospitalaria, para determinar si puede requerir mayores tasas de flujo que en el periodo basal o para valorar una necesidad diferente de oxígeno. Con frecuencia, en nuestros pacientes HP, en el periodo postoperatorio se detecta una nueva necesidad de oxígeno o de mayor flujo, pero suele resolverse al cabo de pocas semanas del alta con una convalecencia apropiada. Nuestra paciente experimentó una nueva necesidad de oxígeno mientras estaba ingresada en el hospital, y fue dada de alta con oxigenoterapia suplementaria; pudo interrumpir el tratamiento al cabo de 3 semanas de la cirugía. El paciente con hipertensión pulmonar que en el postoperatorio se encuentra en estado crítico Ventilación mecánica Apenas hay pruebas sobre las estrategias de ventilación mecánica en pacientes con HP. Aunque aumentar la presión intratorácica mediante ventilación de presión positiva puede mejorar la función ventricular izquierda a través de una reducción de la tensión de la pared del ventrículo izquierdo (VI)2, los aumentos asociados de la presión alveolar dan lugar a incrementos agudos de la PAPm y de la resistencia vascular pulmonar (RVP). En el contexto de una intubación para ventilación mecácnica posterior de secuencia rápida, estos efectos sobre la PAPm y RVP son exacerbados por los efectos sistémicos de los anestésicos, analgésicos y sedantes. Los aumentos posteriores de la poscarga del VD inducen una disminución del flujo sanguíneo pulmonar y de la precarga del VI que, en último término, provocarán una hipotensión sistémica. A medida que ésta progresa, disminuye la presión de perfusión miocárdica del VD, al mismo tiempo que disminuye la presión de conducción y aumenta la presión ventricular media; esto puede inducir isquemia del VD, lo que compromete todavía más la función de este ventrículo11 y exacerba la hipotensión sistémica. Por lo tanto, en el manejo de las complicaciones postoperatorias, en pacientes con HP es una consideración importante reducir a un mínimo los efectos lesivos de la ventilación mecánica. Los estudios fisiológicos sugieren que la RVP es más baja con una capacidad residual funcional (CRF). Por lo tanto, 20 recomendamos establecer una estrategia de baja ventilación de volumen corriente (en torno a 8 cm3/kg de peso corporal ideal) para evitar una hiperinsuflación y una disminución de la CRF, lo que aumenta la RVP12. Aunque tradicionalmente estos volúmenes corrientes más bajos se han utilizado en el síndrome de dificultad (distrés) respiratoria aguda (SDRA), en pacientes con disfunción cardiaca derecha no deben emplearse otros aspectos del manejo del respirador usado en el SDRA. Debemos evitar un alto nivel de presión positiva al final de la espiración (positive end expiratory pressure, PEEP), ya que esto puede comprimir los capilares alveolares e inducir un aumento de la RVP. La hipercapnia permisiva no es bien tolerada en pacientes con HP porque el dióxido de carbono puede incrementar directamente la RVP. Viitanen et al. estudiaron a 18 pacientes con hipercapnia después de cirugía mediante bypass de la arteria coronaria, y documentaron que la hipercapnia aumentó la RVP en un 54% y la PAPm en un 30%13. Otros estudios han demostrado importantes cambios del gradiente de presión tricuspídea máxima «determinado con ecocardiografía» como respuesta a la hipercapnia, incluso en individuos voluntarios, sanos14. De forma parecida, la hipoxia puede inducir un aumento de la RVP y de la poscarga del VD tras vasoconstricción hipóxica pulmonar15. Por lo tanto, aunque las saturaciones de oxígeno del 90% son bien toleradas por la mayoría de la población, en nuestro hospital en estos pacientes establecemos como objetivo saturaciones de oxígeno del 95%. Por esta razón, con frecuencia durante el periodo postoperatorio mantenemos a los pacientes HP en tratamiento con oxígeno suplementario para reducir a un mínimo el riesgo de vasoconstricción hipóxica. Cuando están conectados a un respirador, establecemos como objetivo saturaciones altas, al mismo tiempo que sopesamos la posibilidad de toxicidad del oxígeno. En general, en pacientes conectados a un respirador reducimos a un mínimo la sedación para acelerar la retirada de la ventilación mecánica. Además, numerosos sedantes causan hipotensión sistémica, que es mal tolerada en esta población. No obstante, el control insuficiente del dolor puede provocar una activación del sistema nervioso simpático que aumente la RVP16. El uso óptimo de sedación y analgesia requiere un manejo atento y cuidadoso. Si un paciente con HP al que se acaba de retirar la ventilación mecánica experimenta disfunción respiratoria, en primer lugar tratamos de recurrir a la ventilación no invasiva para prevenir la necesidad de instaurar ventilación mecánica. De forma parecida, debido a los efectos negativos de la ventilación invasiva de presión positiva sobre la función del VD, liberaremos a los pacientes del ventilador, que, por lo demás, pueden ser «precandidatos» a la extubación, y de inmediato instauraremos ventilación de soporte, no invasiva, binivel. En nuestra experiencia, el tratamiento de soporte no invasivo es mejor tolerado desde una perspectiva hemodinámica, lo que permite una mejoría clínica del paciente. Advances in Pulmonary Hypertension 15-22 CUIDADOS.indd 20 11/06/14 12:40 La hipotensión sistémica es una complicación postoperatoria frecuente. No obstante, los pacientes con HP pueden presentarla ya en el periodo basal; por lo tanto, es importante revisar la historia clínica para determinar los valores basales de presión arterial. Si la hipotensión es de nuevo inicio y no hay signos francos de hemorragia como causa, debe considerarse una sobrecarga de volumen y/o presión del VD como etiología de la hipotensión sistémica. Es preciso corregir la hipoxia, la hipercapnia, las arritmias y proporcionar una analgesia adecuada, al igual que valorar las causas potenciales de hipotensión en la UCI (como neumotórax a tensión, taponamiento cardiaco o sepsis) para corregirlas. Por desgracia, en general la hipotensión es refractaria a las intervenciones terapéuticas de estos problemas adicionales. En pacientes con disfunción del VD, es preciso evitar una reanimación con líquidos agresiva, ya que puede inducir dilatación e insuficiencia ventricular derecha, de modo que, en general, para estos pacientes es preferible administrar vasopresores. En nuestro hospital, recomendamos la administración de dopamina para la hipotensión17. La elevada incidencia de arritmias asociadas a su administración puede limitar el uso de dopamina; no obstante, con dosis «renales» bajas (infusión de menos de 5 mg/kg/min) hemos observado que es útil para facilitar la diuresis en el contexto de una insuficiencia del VD y para mantener los valores de presión arterial sistémica18. Sin embargo, sólo se dispone de datos limitados procedentes de ensayos aleatorizados y controlados que respalden la administración del fármaco con este objetivo. En general, cuando los pacientes necesitan tratamiento de soporte vasopresor adicional, se administra norepinefrina con esta función o como tratamiento inicial si está presente una hipotensión sistémica profunda. La norepinefrina estimula los receptores adrenérgicos α1 y β1. Aunque este fármaco aumenta tanto la PAPm como la RVP, lo hace en menor grado que otros vasopresores, al mismo tiempo que produce efectos similares inotrópicos y de soporte de la perfusión miocárdica. Estudios recientes efectuados en animales sugieren que la dobutamina puede ofrecer mejor tratamiento inotrópico de soporte del VD que la dopamina, y algunos expertos recomiendan este fármaco como tratamiento de primera línea para la insuficiencia cardiaca de la HP19. Hemos observado que la hipotensión sistémica progresiva limita la utilidad de la dobutamina en muchos de nuestros pacientes; por lo tanto, tenemos tendencia a administrarla combinada con norepinefrina, en especial si la razón principal de la hipotensión es una insuficiencia cardiaca derecha (y no una depleción de volumen). En la mayoría de pacientes se observa un efecto de la dobutamina con las dosis más bajas (5 μg/kg/min o menos). Preferimos la dobutamina a la milrinona, un inhibidor de la fosfodiesterasa-3, porque esta última induce mayor hipotensión sistémica y se asocia a una semivida más prolongada. No obstante, si la dobutamina no es bien tolerada (p. ej., porque produce arritmia), puede considerarse un tratamiento con milrinona en dosis más bajas (es decir, <0,375 μg/kg/min) si en el paciente se observa una presión arterial relativamente estable y una función renal preservada (por la excreción renal de este fármaco). En pacientes con HP significativa se evitará la fenilefrina, un adrenérgico α1 puro. Este fármaco aumenta la PAPm y la RVP, pero disminuye el gasto cardiaco, lo que agrava la función cardiaca derecha20. También puede inducir una bradicardia refleja, que puede disminuir todavía más el gasto cardiaco. No se dispone de datos sobre la administración de epinefrina en pacientes con HP; en nuestro hospital recomendamos que se evite su administración. Históricamente, se ha evitado la vasopresina porque en modelos animales que recibieron dosis altas se observó un aumento de la PAPm y RVP con una disminución del gasto cardiaco; no obstante, las dosis más bajas pueden ser bien toleradas, y otros expertos en hipertensión pulmonar han recomendado su administración porque consideran que es bien tolerado y eficaz en un contexto de HP grave, insuficiencia cardiaca derecha e hipotensión19. Óxido nítrico inhalado En pacientes con HP el estrés físico de la cirugía y la anestesia puede contribuir a la insuficiencia del VD. La clave del tratamiento de esta insuficiencia es optimizar los líquidos corporales y reducir la poscarga del VD. Para esto último utilizamos dosis altas de iNO. El óxido nítrico aumenta la producción de guanosina monofosfato cíclica (cGMP), que reduce el calcio intracelular y, por lo tanto, relaja los músculos lisos. El iNO actúa sobre la musculatura pulmonar y, en teoría, mejora el desajuste V/Q21, en contraste con los vasodilatadores sistémicos, como el nitroprusiato, que pueden agravar el desajuste V/Q e inducir hipotensión sistémica. Varios estudios22 han demostrado que, en pacientes con HP, el óxido nítrico disminuye la RVP, aumenta el gasto cardiaco y aumenta el cociente PaO2:FiO2. La dosis administrada de iNO varía de 5 a 80 partes por millón (ppm). Si un paciente lleva insertado un catéter en la arteria pulmonar, titulamos la dosis de iNO de acuerdo con el gasto cardiaco y la RVP a partir del catéter, pero no exigimos que esté implantado un catéter para su administración. En pacientes tratados con iNO establecemos un seguimiento diario de los niveles de methemoglobina porque el fármaco puede oxidar el hierro hem a un estado férrico. Sin embargo, esta complicación sólo suele afectar a pacientes que se han expuesto a dosis altas de forma prolongada. También recomendamos retirar el iNO una vez el paciente se haya estabilizado. Aunque en general la reducción de una dosis desde 80 hasta 40 ppm es bien tolerada, hemos observado que, una vez que la dosis se reduce a <20 ppm, la retirada es una estrategia prudente. Recomendamos reducir la dosis en no más del 50% cada 3-4 horas, una vez la dosis es inferior a 20 ppm. Conclusión En general, el manejo postoperatorio de pacientes con HP depende de: 1) una evaluación preoperatoria cuidadosa (según lo requerido por la urgencia del tratamiento quirúr- Advances in Pulmonary Hypertension 15-22 CUIDADOS.indd 21 FMC Hipotensión y vasopresores 21 11/06/14 12:40 FMC gico) para estratificar apropiadamente el riesgo de los pacientes; 2) una comunicación apropiada entre el cirujano, el anestesista y el especialista en HP antes, durante y después de la cirugía; 3) una planificación previa de los cuidados postoperatorios (tipo, vía de administración y pauta terapéutica), que incluya el nivel de asistencia (UCI frente a cama monitorizada), el tipo de procedimiento (médico o quirúrgico) y la provisión de fármacos para la HP (clase, vía de administración y pauta), y 4) instauración de los cuidados postoperatorios habituales de la mejor práctica clínica para pacientes sin HP (profilaxis de la TVP, movilización precoz, etc.). Las complicaciones (como la aparición de arritmias e hipotensión postoperatorias) requieren un manejo cuidadoso, ya que las intervenciones habituales, como el tratamiento intravenoso con antagonistas del calcio para la arritmia auricular o la infusión de fenilefrina intravenosa para la hipotensión pueden ser especialmente perjudiciales en pacientes HP. Las recomendaciones propuestas en el presente artículo se basan en la experiencia obtenida en nuestro hospital y no están limitadas por los datos (es decir, no hay guías o datos de ensayos aleatorizados y controlados a los que hacer referencia). Además, estas recomendaciones se refieren a pacientes con HAP; por ejemplo, los pacientes con otras formas de HP que requieren cuidados en la UCI pueden requerir consideraciones específicas que alteren el tratamiento. Para referencias adicionales sobre el manejo en la UCI de pacientes HP en general, el lector puede consultar diversas revisiones excelentes sobre el tema19,23-25. Resolución del caso clínico: curación de la paciente Como se ha observado a lo largo de este artículo, tras la intervención nuestra paciente con HAP grave experimentó una clara mejoría a pesar de haber sufrido una agresión hemodinámica significativa por la hemorragia vaginal masiva. En el postoperatorio, no requirió la reinstauración de ventilación mecánica invasiva ni la instauración de ventilación no invasiva. Recibió los fármacos específicos de la HAP por vía oral, y no requirió tratamiento con iNO. Por lo demás, su curso postoperatorio no presentó complicaciones, y fue dada de alta 3 días después del procedimiento. Sin embargo, requirió oxigenoterapia suplementaria domiciliaria para las desaturaciones detectadas con la deambulación. La paciente regresó 3 meses más tarde para someterse a una histerectomía total por vía vaginal con anestesia general. Una vez más, toleró el procedimiento, fue extubada antes de su traslado a la unidad de cuidados intensivos y recibió el alta hospitalaria en el segundo día del postoperatorio. Bibliografía 1. Gille J, Seyfarth HJ, Gerlach S, Malcharek M, Czeslick E, Sablotzki A. Perioperative anesthesiological management of patients with pulmonary hypertension. Anesthesiol Res Pract. 2012;2012:356982. 22 2. Pinsky MR, Summer WR, Wise RA, Permutt S, Bromberger-Barnea B. Augmentation of cardiac function by elevation of intrathoracic pressure. J Appl Physiol. 1983;54(4):950-955. 3. Campo A, Mathai SC, Le Pavec J, et al. Outcomes of hospitalisation for right heart failure in pulmonary arterial hypertension. Eur Respir J. 2011;38(2):359-367. 4. Meyer S, McLaughlin VV, Seyfarth HJ, et al. Outcome of noncardiac, nonobstetric surgery in patients with PAH: an international prospective survey. Eur Respir J. 2013;41(6):1302-1307. 5. Chin KM, Channick RN, de Lemos JA, Kim NH, Torres F, Rubin LJ. 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Advances in Pulmonary Hypertension 15-22 CUIDADOS.indd 22 11/06/14 12:40 Mesa redonda Advances in Pulmonary Hypertension (edición española) 2014; 3(1): 23-28 Hipertensión pulmonar en la cirugía no cardiaca P. Escribano J.M. Rabanal M.ª I. Real M.ª I. Rochera El manejo del paciente con hipertensión pulmonar (HP) se complica enormemente cuando éste debe ser sometido, de forma urgente o programada, a una intervención quirúrgica. Son muchos los aspectos que deben cuidarse y tenerse en cuenta para prevenir complicaciones, evitar riesgos y optimizar el pronóstico. Además, sólo hay en la bibliografía menos de una decena de estudios que hayan evaluado el riesgo quirúrgico en pacientes con HP sometidos a cirugía no cardiaca, aunque sí que existen distintas revisiones. En una mesa redonda organizada por la Dra. Pilar Escribano, con el apoyo de GSK, se discutieron muchos de estos problemas y se compartieron experiencias y distintas soluciones aportadas por expertos que, desde diferentes ámbitos, abordan habitualmente la hipertensión pulmonar en cirugía no cardiaca. Junto a la Dra. Pilar Escribano, profesora asociada de Cardiología de la Universidad Complutense de Madrid y coordinadora de la Unidad Multidisciplinar de Hipertensión Pulmonar del Hospital Universitario 12 de Octubre, se contó en este encuentro con las intervenciones de los doctores José Manuel Rabanal, M.ª Isabel Rochera Villach y M.ª Isabel Real Navacerrada. El Dr. Rabanal es anestesiólogo, jefe de la Sección de Anestesiología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, y ejerce actualmente las funciones de Director Médico de este hospital cántabro; la Dra. Rochera es anestesióloga, jefa de Sección del Servicio de Anestesiología del Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona, que cuenta con cerca de 20 años de experiencia colaborando con la unidad de Trasplantes de Pulmón de este centro hospitalario; por su parte, la Dra. Real es anestesióloga del Hospital Universitario 12 de Octubre (Unidad Multidisciplinaria de Hipertensión Pulmonar) y profesora asociada de Ciencias de Salud en la Universidad Complutense de Madrid. En la introducción de esta mesa redonda, la moderadora aseguró que «éste es un tema de gran interés y actualidad». Tal como recalcó la Dra. Escribano, «ahora nos enfrentamos a una enfermedad crónica, que se asocia a una mayor expectativa de vida y, por tanto, debemos estar bien preparados para atender las demandas y necesidades particulares de estos pacientes cuando, por el motivo que sea, sean candidatos a cirugía no cardiaca». Se trata, según concluyó, «de un tema sobre el que aún subsisten muchos mitos, errores y desconocimiento». Pilar Escribano: Partiendo de la realidad actual del paciente con HP, es indispensable saber qué hacer cuando debe enfrentarse a una cirugía. M.ª Isabel Real: En el Servicio de Anestesiología del Hospital Universitario 12 de Octubre empezamos a trabajar en este ámbito hace ya algunos años, en 2010, cuando fuimos conscientes de que surgía con fuerza esta necesidad. Había un número creciente de pacientes con HP que nadie se atrevía a operar y anestesiar, por las posibles complicaciones y riesgos asociados. La clave del éxito que estamos alcanzando, sin duda, parte del abordaje multidisciplinario que llevamos a cabo y del aprendizaje que estamos adquiriendo diariamente. M.ª Isabel Rochera: En nuestro hospital, en el Vall d’Hebron, existe una unidad de HP de referencia en Cataluña, y cualquier paciente que vemos en las consultas de anestesia con HP grave o que genere algún tipo de duda, se comenta de manera interdisciplinar para establecer el plan anestésico-quirúrgico que se considere oportuno. José Manuel Rabanal: En el Hospital Marqués de Valdecilla he estado siempre vinculado al trasplante de órganos, así como a la cirugía torácica. Esto me ha permitido tener una cercanía particular con la problemática que plantea el abordaje quirúrgico de los pacientes con HP. Pilar Escribano: Sin duda, una de las pesadillas que se presentan en la consulta de valoración preoperatoria es tener que resolver cómo actuar ante un paciente con HP que podría ser candidato a cirugía. ¿Cómo abordáis esta situación? ¿Tenéis un protocolo establecido de estudio específico del paciente con HP que precisa cirugía? M.ª Isabel Real: Lo que está claro, y está publicado, es que la HP es un factor de riesgo independiente en cirugía cardiaca; sin embargo, contamos con una preocupante falta de evidencia sobre la cirugía no cardiaca en este tipo de pacientes. La HP es una entidad que, en muchas ocasiones, pasa desapercibida: no se le da la importancia que tiene o no se considera un factor de riesgo (porque no se ha evaluado como tal de forma exhaustiva). Nosotros estamos muy concienciados sobre este aspecto y hacemos un esfuerzo mayor en estos casos para detectar y evaluar la HP. Con todo, es cierto que el paciente con una HP leve puede ir a quirófano sin mayor necesidad de estudios complementarios o atenciones especiales, pero ésta no es la situación más normal que se nos presenta. Si ante un paciente con una HP Advances in Pulmonary Hypertension 23-28 MESA REDONDA.indd 23 23 12/06/14 11:00 moderada ya es recomendable hacer todo lo posible para conocer los factores causantes de esta enfermedad, en la HP grave es indispensable una evaluación previa a la cirugía, descartando, en primer lugar, una cardiopatía izquierda, que es la causa más frecuente en la población quirúrgica; en segundo lugar, una enfermedad pulmonar que justifique la HP y, por último, si se descartan las dos anteriores, el paciente debe ser derivado a una Unidad de HP para su estudio y tratamiento. M.ª Isabel Rochera: En nuestro caso, seguimos un protocolo de actuación preoperatoria muy similar, aunque es verdad que la existencia de una HP moderada-severa puede asustar un poco «a priori», por lo que es fundamental, para poder valorar el riesgo, saber exactamente de qué se va a operar el paciente para poder establecer la mejor opción quirúrgica, la evaluación preoperatoria y el manejo anestésico perioperatorio. Además, en estos casos es necesario conocer la causa de la HP para poder decidir correctamente todo lo anterior. José Manuel Rabanal: En este tipo de pacientes debemos plantearnos inicialmente dos premisas esenciales: a) el paciente debe obtener un beneficio real de la intervención quirúrgica, teniendo en cuenta los riesgos asociados, y b) debe ser intervenido en un centro de referencia en HP. Es fundamental que todos los profesionales sanitarios que atienden a este tipo de pacientes, antes, durante y después de su intervención, estén habituados al manejo de su enfermedad, contando también con el soporte técnico y material idóneo. Otro matiz importante a la hora de dilucidar cómo actuar ante estos pacientes es distinguir claramente entre los que presentan una HP conocida y los que tienen una HP sospechada. Pilar Escribano: ¿Hasta qué punto consideráis fundamental la valoración preoperatoria específica en estos pacientes con sospecha de HP severa? ¿Solicitáis un ecocardiograma, pruebas de función respiratoria, cateterismo...? M.ª Isabel Real: En un paciente con HP grave candidato a cirugía electiva, aunque sea oncológica, siempre hay que completar su estudio y optimizar su situación clínica; así, antes de proceder a la cirugía, aconsejo que estos pacientes sean evaluados por su especialista. Respecto a las pruebas que deberían llevarse a cabo, depende de cada caso y, sobre todo, del tipo de cirugía que se vaya a practicar. Es muy importante establecer el riesgo quirúrgico y valorar el estado funcional del paciente. M.ª Isabel Rochera: Cuando nos encontramos en la consulta con un paciente con una HP no conocida, en que se sospecha una HP grave, consultamos con el cardiólogo o el neumólogo, en función de la causa de la HP, para poder establecer el estudio preoperatorio adecuado. Pilar Escribano: ¿Cuáles son las líneas rojas que separarían la decisión de operar o no a estos enfermos? M.ª Isabel Rochera: Es fundamental valorar el riesgo/ beneficio, dependiendo de la clase funcional y de la inter24 vención que debe realizarse. Hay dos factores interrelacionados con lo anterior, que también deben tenerse en cuenta a la hora de tomar las decisiones, que son la edad del paciente y las comorbilidades. José Manuel Rabanal: En la HP conocida es evidente que la decisión de operar o no se debe tomar de forma consensuada entre el equipo médico y el quirúrgico, y será el paciente quien decida finalmente. Más compleja es la toma de decisiones en la HP sospechada, no conocida, puesto que en muchas ocasiones la propia evolución de la HP limita las posibilidades quirúrgicas; sin embargo, por norma, la existencia de una HP grave no supone una contraindicación absoluta para la intervención quirúrgica. Eso sí, en todos los pacientes con HP sospechada en los que se considere la posibilidad de realizar una intervención quirúrgica se deberían realizar antes de la operación, y de forma adicional a las medidas preoperatorias convencionales, las pertinentes pruebas de función respiratoria y, al menos, un ecocardiograma. En función de los resultados obtenidos, habrá que decidir si merece la pena hacer un cateterismo y, finalmente, efectuar una recomendación sobre si el paciente es realmente candidato o no a cirugía. Pilar Escribano: No cabe duda de que en los pacientes con este perfil de riesgo debemos ser especialmente cuidadosos; de hecho, si un paciente con estos rasgos clínicos entra en quirófano, debemos empezar a asumir ya que puede tener una HP y, seguramente, tendría que someterse a un cuidado pre, peri y posquirúrgico distinto y más exhaustivo, puesto que las posibilidades de aparición de complicaciones se multiplican. Por todo ello, creo que la presencia de HP en este ámbito merece la pena ser estudiada y analizada, empleando para ello las pruebas de función respiratoria y una ecocardiografía; en muchos casos, no será preciso siquiera realizar un cateterismo derecho. M.ª Isabel Real: A mi juicio, resulta también muy importante descartar los marcadores de mal pronóstico; por ejemplo, el paciente con una clase funcional IV no es subsidiario de cirugía electiva. Junto con la clase funcional, tal vez la función del ventrículo derecho también puede orientar sobre qué hacer en estos casos. A diferencia de lo que sucede con los valores de presión pulmonar, que no permiten indicar o no una cirugía (no hay una cifra de presión pulmonar que oriente sobre si el paciente tendrá un mejor o peor resultado), la función del ventrículo derecho puede predecir mejor el pronóstico: cuanto peor es esta función, menos posibilidades de éxito tiene la cirugía. Por tanto, una ecocardiografía bien realizada y dirigida al ventrículo derecho puede proporcionar pistas importantes y ayudar a decidir si se deben realizar otras pruebas adicionales, como el cateterismo. M.ª Isabel Rochera: Estoy totalmente de acuerdo con estas apreciaciones, pero también me gustaría apuntar una cuestión que me parece importante: en la visita preanestésica podemos detectar a pacientes con HP desconocida, que bien identificados y con pruebas sencillas, como unas pruebas de función pulmonar y una ecografía, podrían beneficiarse de un abordaje más adecuado. Advances in Pulmonary Hypertension 23-28 MESA REDONDA.indd 24 11/06/14 12:46 Pilar Escribano: ¿Qué más se necesitaría para lograr un manejo mejor de estos pacientes? José Manuel Rabanal: Sobre todo, se necesitan buenos y competentes cirujanos. En todos los casos el éxito de la cirugía depende, en gran medida, del buen hacer del equipo quirúrgico; pero, sin duda, en estos casos tan complejos y delicados es fundamental contar con un equipo perfectamente preparado, que disponga de los recursos indispensables y los conocimientos necesarios. Se requieren cirujanos hábiles, que eviten en todo lo posible las reintervenciones motivadas por la aparición de complicaciones, y que sean rápidos y eficaces. La rapidez es un aspecto muy importante, puesto que existe una confirmada relación directa entre la duración de la intervención quirúrgica y la mortalidad asociada. Pilar Escribano: En otro orden de cosas, me gustaría conocer vuestra opinión ante un caso tipo: el de una paciente con HAP severa, con clase funcional II-III, que ha tenido hemorragias ginecológicas repetidas, una colecistitis de repetición o un cáncer de mama... ¿Qué planteamiento adoptaríais en este caso? M.ª Isabel Real: Lo primero sería optimizar la situación de la paciente y ajustar su tratamiento vasodilatador pulmonar para prevenir posibles exacerbaciones de la HP. En este sentido, puede ser útil, por ejemplo, el sildenafilo como premedicación. En segundo lugar, es fundamental asegurar el mantenimiento de los tratamientos específicos de la HAP durante todo el perioperatorio. No se debe suspender la medicación oral a pesar del ayuno preoperatorio, se debe disponer de medicación intravenosa si el ayuno se va a prolongar después, y las perfusiones intravenosas y subcutáneas de prostanoides deben ser convertidas al sistema de bombas de infusión habitual del hospital, para facilitar su manejo. Asimismo debemos disponer de nebulizadores adecuados para ventilación mecánica si el paciente está recibiendo tratamiento con iloprost inhalado, para no interrumpirlo. José Manuel Rabanal: Igualmente, considero esencial la optimización preoperatoria de la paciente, así como el hecho de contar con los fármacos y los recursos materiales necesarios para mantenerla estable durante la intervención; en este sentido, es preciso subrayar que ante una HP severa, el respirador requerido en el quirófano debe tener unas prestaciones particulares, y también aconsejaría en este caso disponer antes de la cirugía de un suministrador de óxido nítrico, y contar con un nebulizador ultrasónico para poder administrar prostaglandinas inhaladas si es necesario. También se requiere la existencia de bombas de perfusión (por si se precisara su uso según la gravedad de la HP), así como soporte inotrópico. Además, es deseable realizar una monitorización como plan anestésico proporcional al grado de severidad de la HP y al tipo de cirugía que se practique. En cuanto a la inducción anestésica, todos coincidiremos en el tipo de abordaje que debe realizarse en estos casos. El momento de la inducción de la anestesia es crítico en estos casos, sobre todo por el riesgo aumentado de que se desencadenen crisis hipertensivas, para lo cual es fundamental establecer unos 5-10 minutos de una preoxigenación adecuada; nosotros incluso hemos llegado en ocasiones a incorporar ventilación no invasiva para bajar el nivel de carbónico en pacientes con una fibrosis pulmomar grave, con un estado muy deteriorado y que precisaban una intervención urgente. Respecto a los fármacos inductores de la anestesia de elección en estos casos, optamos principalmente por los que presenten un menor efecto hemodinámico e induzcan un menor riesgo de vasoplejía. Nosotros optamos, sobre todo, por el uso de etomidato en una dosis estándar (0,2-0,3 mg/kg), y nos apoyamos también en dosis bajas de benzodiacepinas (3-5 mg en pacientes adultos) y opiáceos (100-200 mg). M.ª Isabel Rochera: Además de todo lo anterior, creo que también es importante que podamos distinguir entre una cirugía de urgencia y una programada. Según si la intervención tenga que ser inmediata o pueda ser diferida, los pasos a seguir para lograr la optimización del estado del paciente antes de la operación son distintos. Si se trata de un paciente con una HP conocida, lo más normal es que ya esté siguiendo un tratamiento adecuado prescrito y seguido por una unidad de referencia en HP. Si el paciente no se encuentra en una situación óptima y la cirugía es diferible, debemos optar por aplazarla hasta que el tratamiento sea el adecuado y la situación funcional, la mejor posible. También es importante tener presente, si es posible en función de la cirugía, la opción de una anestesia regional, para evitar los cambios respiratorios y hemodinámicos asociados a la anestesia general y la ventilación mecánica, que pueden ser mal tolerados en los pacientes con HP. Pilar Escribano: ¿Sois partidarios de que se opte, siempre que sea posible, por una anestesia de tipo local/regional en estos pacientes? M.ª Isabel Real: No se ha demostrado en ningún ensayo clínico la superioridad una técnica anestésica respecto a otra en los pacientes con HP. En cuanto a las técnicas regionales, los bloqueos de nervios periféricos son de elección porque no tienen apenas repercusión hemodinámica. Pero generalmente, cuando hablamos de anestesia regional, nos referimos a las técnicas de bloqueo neuroaxial que pueden ser epidural o intradural. La intradural se usa mucho en anestesia y se caracteriza porque depositamos directamente el anestésico en el líquido cefalorraquídeo, con lo que se consigue un bloqueo más rápido y de más calidad. Sin embargo, en estos pacientes, puede estar desaconsejada porque es mucho más frecuente la hipotensión por vasodilatación brusca de la parte inferior del cuerpo. La epidural es preferible porque permite una instauración lenta del bloqueo y mejor control de los efectos hemodinámicos. También se puede utilizar una técnica de anestesia intradural continua, administrando dosis muy bajas de anestésico mediante un catéter intradural. Por su parte, la anestesia general en estos casos no está contraindicada, ni se ha logrado demostrar que se asocie a un mayor riesgo de morbimortalidad; de hecho, en algunos pacientes es la mejor opción anestésica, puesto que se Advances in Pulmonary Hypertension 23-28 MESA REDONDA.indd 25 25 11/06/14 12:46 consigue tenerlos más controlados durante la intervención quirúrgica. José Manuel Rabanal: Siempre que sea posible hacer una anestesia regional, ésta será la mejor opción para el perfil de pacientes con HP grave, y es desaconsejable el bloqueo regional del eje neuroaxial con anestesia intradural. Debemos tener en cuenta que los pacientes con una HP severa, con bajo gasto cardiaco, suelen tener un volumen sistólico fijo y mantienen su presión arterial sistémica a expensas de unas elevadas resistencias periféricas; si bloqueamos el nervio simpático e inducimos una vasoplejía, podría resultar fatal en este tipo de pacientes. La hipotensión es muy mal tolerada en estas situaciones. M.ª Isabel Real: Otro aspecto que hay que tener en cuenta es el que se plantea en los pacientes sometidos a terapias intravenosas de prostaglandinas. Las prostaglandinas tienen un potente efecto antiagregante, un aspecto que se debe tener muy en cuenta, sobre todo porque en muchas ocasiones se emplean dosis muy elevadas de estos fármacos. La anestesia regional puede estar contraindicada por el riesgo de hematoma espinal, puesto que no se consigue garantizar la seguridad de la punción. Pilar Escribano: ¿Podría estar indicada la cirugía laparoscópica en algunos pacientes con HP? M.ª Isabel Real: Algunos tipos de cirugías son especialmente mal toleradas por el paciente con HP, como la torácica, la ortopédica y la laparoscópica. Esta última es muy mal tolerada por el efecto del neumoperitoneo; en concreto, el neumoperitoneo que se practica durante la intervención disminuye el retorno venoso y aumenta la poscarga. Los beneficios de la cirugía laparoscópica tienen que ser valorados frente al riego de inestabilidad hemodinámica y de fallo respiratorio en estos pacientes. Aunque hay casos descritos en la bibliografía, en principio la cirugía laparoscópica estaría desaconsejada en los pacientes con HP. M.ª Isabel Rochera: Aun estando de acuerdo con todo lo manifestado al respecto, me gustaría recalcar la importancia de individualizar el abordaje para cada paciente y, de hecho, nuestra experiencia con cirugía laparoscópica en este tipo de pacientes, aunque escasa, nos ha reportado buenos resultados, teniendo en cuenta que cada caso se ha planteado particularmente. El grado de HP, la función del ventrículo derecho y el tipo de cirugía son factores esenciales para determinar el abordaje quirúrgico más adecuado. José Manuel Rabanal: La individualización es fundamental. Por ejemplo, en un paciente con una enfermedad pulmonar intersticial, no retenedor de carbónico, podría plantearse el empleo de la cirugía laparoscópica si ésta va a aportarle muchos más beneficios en el postoperatorio. En estos casos, debemos tener en cuenta que no sólo vamos a aumentar las presiones interabdominales, sino también las presiones intratorácicas; además, hay que manejar el respirador, utilizar altas frecuencias, eliminar bien el carbónico, etc. 26 De todas formas, hay algunos aspectos básicos que no se deben olvidar en el manejo quirúrgico de estos pacientes: un paciente con HP no puede estar hipoxémico, ni hipercápnico, se debe evitar la acidosis (tanto metabólica como respiratoria) y la hipotermia (un trastorno que eleva sustancialmente las resistencias vasculares pulmonares), y es importante mantener el ritmo sinusal en forma fisiológica (para evitar que el paciente desarrolle una fibrilación auricular). También es fundamental mantener las resistencias sistémicas, evitando cualquier circunstancia que pueda inducir vasoplejía. Respecto al volumen, algunos pacientes podrán beneficiarse del aporte de volúmenes, mientras que otros requerirán diuréticos porque presentan un exceso de volumen. Pilar Escribano: ¿Cómo lleváis a cabo la monitorización de los pacientes con HP sometidos a cirugía no cardiaca? M.ª Isabel Real: Aquí sí que la individualización es la norma, ya que la monitorización dependerá absolutamente del tipo de intervención que se realice y del tipo de enfermo. En una cirugía mayor, de más de 3 horas de duración, y en un paciente con una HP severa es obligado mantener un catéter de arteria pulmonar y la monitorización mediante ecocardiografía transesofágica intraoperatoria, y es indispensable mantener la presión arterial latido a latido. Sin embargo, todo esto depende de la disponibilidad de estos recursos y, en definitiva, del beneficio esperado que pueden aportar. En nuestro caso, reconozco que tenemos una cierta tendencia a abusar del catéter de arteria pulmonar, ya que estamos muy habituales a usarlo y no nos supone prácticamente complicaciones. La ecocardiografía transesofágica, sobre todo cuando existen ciertas reticencias o limitaciones a poner un catéter, también es muy útil. José Manuel Rabanal: En línea arterial, probablemente sea conveniente la utilización de los sistemas no invasivos de medición del gasto cardiaco (por análisis del contorno del pulso). Si utilizamos estos sistemas, en los pacientes con HP no tiene ningún valor la evaluación del volumen sistólico y de la presión de pulso como indicadores de precarga. El gasto cardiaco puede servir para identificar tendencias si se quiere evitar la colocación de un catéter de arteria pulmonar. ¿Y qué hacer respecto a la presión venosa central? Quizás, si se quiere evitar un catéter de arteria pulmonar, podría ser conveniente instaurar una vía venosa central para tratar de obtener una información directa de la función del ventrículo derecho, así como para administrar en el paciente con HP grave fármacos vasopresores y/o inotrópicos en una cirugía de riesgo medio-alto. La ecocardiografía transesofágica es un sistema mínimamente invasivo, capaz de medir la función del ventrículo derecho, pero su uso está bastante limitado por la falta de disponibilidad de la sonda en muchos centros hospitalarios. Con todo, personalmente me siento bastante cómodo con la utilización del catéter de arteria pulmonar; si se coloca durante 24, 48 o 72 horas, no tiene por qué aumentar la morbilidad de los pacientes. M.ª Isabel Rochera: A mí me gustaría añadir que en las intervenciones quirúrgicas que impliquen a pacientes con HP grave, cuando se realice una anestesia general lo ideal Advances in Pulmonary Hypertension 23-28 MESA REDONDA.indd 26 11/06/14 12:46 sería contar con la presencia de dos anestesiólogos experimentados, fundamentalmente en el momento de la indución anestésica y el inicio de todo el proceso, de forma que mientras uno de los anestesiólogos se dedica al cuidado del paciente en lo referente a la adaptación a los cambios hemodinámicos y respiratorios (efecto vasodilatador de los fármacos utilizados en la inducción anestésica, efecto del inicio de la ventilación mecánica a presión positiva, etc.), el otro puede, de forma simultánea, iniciar la colocación de catéteres para la monitorización invasiva. Respecto a la monitorización invasiva, la presión arterial directa será la más adecuada en la mayoría de los casos. El catéter de arteria pulmonar dependerá del tipo de cirugía y del estado funcional del paciente; en pacientes con HP severa al que se le va a practicar una cirugía mayor, o en el que se prevé que pueda producirse un sangrado abundante o importantes alteraciones hemodinámicas, habría que utilizar un catéter de arteria pulmonar, pero en cirugías menores, más cortas o periféricas, creo que no sería necesario; el catéter venoso central sí que considero que debería utilizarse con más frecuencia, tanto para la monitorización de la presión venosa central, como para la administración de fármacos vasoconstrictores o inotrópicos en el caso de que fuese necesario. Pilar Escribano: En un hipotético botiquín, ¿qué incluiríais como recursos básicos que no deben faltar si tenéis que operar a una persona con HP severa? M.ª Isabel Real: En conjunto, para hacer un correcto abordaje quirúrgico de estos pacientes hay que basarse en 4 grandes pilares: optimizar la precarga del ventrículo derecho, mejorar el inotropismo o la contractilidad del ventrículo derecho, disminuir la poscarga del ventrículo derecho (con los vasodilatadores pulmonares) y mantener la presión de perfusión (que no disminuya la perfusión coronaria del ventrículo derecho). Para un paciente de estas características se necesita un vasopresor y un inotropo; personalmente, me inclino más por la noradrenalina y la dobutamina. De los vasodilatadores pulmonares, elegiría para el quirófano el óxido nítrico y las prostaglandinas inhaladas, porque son vasodilatadores pulmonares selectivos que no producen hipotensión sistémica y pueden mejorar la oxigenación. M.ª Isabel Rochera: También suelo apostar por la noradrenalina como fármaco vasoconstrictor de elección, ya preparado antes de que el paciente entre en el quirófano. Como fármaco inotrópico, el más habitual en nuestro centro para estos casos es la dobutamina, aunque la milrinona también se emplea con cierta frecuencia. También es imprescindible contar con los vasodilatadores pulmonares, fundamentalmente los que se administran por vía inhalada. José Manuel Rabanal: Yo no empiezo con un inotrópico, sino con los fármacos vasopresores; si el efecto vasopresor conseguido no es suficiente, se añade un inotrópico. Tradicionalmente he utilizado la noradrenalina, empezando con infusiones continuas, como inotrópico tengo la sensación de que la milrinona induce menos taquicardia que la dobutamina y que los enfermos entran menos en fibrilación auricular. Aunque tanto la dobutamina asociada con óxido nítrico como un inhibidor de la fosfodiesterasa son fármacos que mejoran la contractilidad, disminuyen las resistencias pulmonares y tienen cierto efecto positivo sobre las resistencias sistémicas. Me resulta especialmente llamativo el frecuente empleo que se hace de la vasopresina como fármaco vasopresor en Estados Unidos en estos casos. En mi opinión, la única ventaja adicional que podría tener este fármaco es que se asocia a un menor riesgo de inducir taquicardias. M.ª Isabel Real: A mí me parece un fármaco muy adecuado, sobre todo en situaciones de vasoplejía. José Manuel Rabanal: Con la vasopresina tenemos experiencia fundamentalmente en la vasoplejía post-CEC, obteniendo también unos resultados positivos. Pilar Escribano: En cuanto a los inotrópicos, ¿cómo los utilizáis? M.ª Isabel Real: Los empleamos a menudo, pero en dosis muy bajas. Pilar Escribano: ¿Es importante en estos casos el tipo de fármaco anestésico que se utilice? M.ª Isabel Real: Por mi experiencia, da prácticamente igual con qué fármaco se anestesie a estos pacientes; lo importante es hacer un adecuado manejo respiratorio y hemodinámico, asegurando el mantenimiento de los objetivos fijados. En cuanto a la forma de administración de anestésicos, preferimos la vía inhalatoria, ya que la intravenosa produce mayor depresión miocárdica. Pilar Escribano: Respecto al manejo de volúmenes (transfusiones de sangre, plaquetas, plasma...), ¿se deben tener en cuenta algunas consideraciones especiales? M.ª Isabel Real: Los volúmenes deberán ser los que precise la intervención quirúrgica... M.ª Isabel Rochera: En estos pacientes el umbral transfusional suele estar por encima de la media; para conseguir un adecuado aporte de oxígeno, se suele transfundir concentrados de hematíes antes que en otros pacientes. En los pacientes que estén en tratamiento con prostaglandinas intravenosas, se debe tener en cuenta la alteración de la agregabilidad plaquetaria. También hay que prestar una especial atención a los pacientes con tratamiento anticoagulante que precisen una intervención quirúrgica de urgencia; en estos casos la reversión suele hacerse con complejo protrombínico. José Manuel Rabanal: Sin duda, la suplementación de volúmenes se realiza atendiendo a las necesidades y déficit que se planteen durante la intervención. M.ª Isabel Real: En cualquier caso, es preciso recordar que la hipervolemia es muy mal tolerada por este tipo de pacientes. Por ello, hay que vigilar mucho el aporte de volumen que se hace de forma intraoperatoria, porque la presencia de este trastorno hidroelectrolítico, que consiste Advances in Pulmonary Hypertension 23-28 MESA REDONDA.indd 27 27 11/06/14 12:46 en un aumento anormal del volumen de plasma en el organismo, va a tener repercusiones importantes en el postoperatorio inmediato. Pilar Escribano: ¿Y qué hacéis en el postoperatorio? M.ª Isabel Real: Nosotros mantenemos una vigilancia de 24-48 horas en reanimación. Pero, además, también extremamos el control de estos pacientes cuando pasan a planta; muchas veces son remitidos a áreas de hospitalización quirúrgica, y allí deben ser visitados y controlados también por los especialistas en HP. En estos pacientes no debemos descuidar el postoperatorio y mantener un control estricto, sobre todo porque tienen un riesgo elevado de padecer episodios de muerte súbita (incluso hasta 1 semana después de la intervención). José Manuel Rabanal: La gran mayoría de los pacientes con HP sometidos a cirugía fallecen en el postoperatorio, por lo que resulta fundamental establecer al menos un periodo mínimo de 24-48 horas de vigilancia postoperatoria en reanimación. Una ventaja añadida que se consigue estableciendo este periodo prolongado de vigilancia es que te permite ser más laxo y generoso con la analgesia postoperatoria. M.ª Isabel Rochera: Respecto a la analgesia postoperatoria, debe conseguirse, como en todos los pacientes, aunque en estos es imprescindible que sea eficaz en todo momento, y sobre todo, antes del traslado a la planta de hospitalización, donde el paciente estará menos vigilado. En los casos en los que el paciente requiera tratamiento anticoagulante y se haya utilizado analgesia epidural, debe elegirse el momento adecuado para retirar el catéter epidural y poder reanudar la anticoagulación; personalmente, prefiero que estos pacientes no lleven estos catéteres cuando son remitidos a planta. M.ª Isabel Real: El adecuado control de la analgesia postoperatoria en estos casos es fundamental. Pilar Escribano: ¿Y cuándo recurrir a la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) si todo se complica? José Manuel Rabanal: La ECMO es una técnica de soporte vital de alta complejidad que, en los casos en que ha fracasado todo lo demás, puede aportar un importante beneficio. 28 M.ª Isabel Real: Los sistemas de soporte vital extracorpóreo, como la ECMO, tienen un papel cada vez mayor como terapia de rescate en estos pacientes cuando se ha producido un fracaso severo del ventrículo derecho, pero siempre como puente al trasplante. De momento, a la ECMO no se le puede conceder otra indicación que no sea la de servir como recurso pasajero hasta que se pueda llevar a cabo un tratamiento definitivo, como el trasplante pulmonar. Los sistemas de ECMO pueden dividirse en venoarteriales y venovenosos. En los primeros se realiza un cortocircuito, o by-pass, cardiopulmonar completo, tomándose la sangre desde el territorio venoso sistémico y devolviéndola una vez oxigenada al territorio arterial. Los sistemas venovenosos se diferencian de los venoarteriales en que devuelven la sangre una vez oxigenada, de nuevo a la circulación venosa. En nuestra experiencia, hemos realizado ECMO pretrasplante en 3 pacientes con HP de grupo I, todos solventados con éxito: en 2 de ellos fue venoarterial por el fracaso del ventrículo derecho, y en el otro se utilizó ECMO venovenosa. José Manuel Rabanal: En una situación de HP grave, la ECMO venoarterial es el estándar. M.ª Isabel Real: En la ECMO debemos evitar la intubación de estos pacientes y la ventilación mecánica, y debe ser canulada con el paciente despierto. Todo esto permite que el enfermo llegue en mejores condiciones al trasplante. M.ª Isabel Rochera: En nuestro hospital, en los últimos años hemos registrado una reducción significativa del número de pacientes con HP tipo I a los que se les ha realizado un trasplante de pulmón, debido seguramente al beneficio que supone disponer de una Unidad de HP, que permite optimizar el tratamiento médico en estos pacientes. Pilar Escribano: ¿Y qué podemos decir de la HP y el trasplante hepático? José Manuel Rabanal: Cuando se superan cifras medias de presión arterial pulmonar de 45 mmHg, el trasplante hepático debería estar contraindicado. M.ª Isabel Real: Se debe hacer un cribado de la HP en todos los pacientes que vayan a ser sometidos a un trasplante hepático. Si se detecta previamente al trasplante, la HP debe ser tratada y, si no mejora, el trasplante hepático debería estar contraindicado, puesto que se asocia a una alta mortalidad. Advances in Pulmonary Hypertension 23-28 MESA REDONDA.indd 28 11/06/14 12:46 NOMBRE DEL MEDICAMENTO: Volibris 5 mg comprimidos recubiertos con película. Volibris 10 mg comprimidos recubiertos con película. COMPOSICIÓN CUALITATIVA Y CUANTITATIVA: Volibris 5 mg comprimidos recubiertos con película: Cada comprimido contiene 5 mg de ambrisentan. Excipiente(s) con efecto conocido: cada comprimido contiene aproximadamente 95 mg de lactosa monohidrato, aproximadamente 0,25 mg de lecitina (soja) (E322) y aproximadamente 0,11 mg de rojo Allura AC Aluminio Lake (E129). Volibris 10 mg comprimidos recubiertos con película: Cada comprimido contiene 10 mg de ambrisentan. Excipiente(s) con efecto conocido: cada comprimido contiene aproximadamente 90 mg de lactosa monohidrato, aproximadamente 0,25 mg de lecitina (soja) (E322) y aproximadamente 0,45 mg de rojo Allura AC Aluminio Lake (E129). FORMA FARMACÉUTICA: Comprimido recubierto con película (comprimido). Volibris 5 mg comprimidos recubiertos con película: los comprimidos recubiertos con película son de color rosa pálido, cuadrados, convexos, con “GS” grabado en un lado y “K2C” en el otro. Volibris 10 mg comprimidos recubiertos con película: los comprimidos recubiertos con película son de color rosa oscuro, ovalados, convexos, con “GS” grabado en un lado y “KE3” en el otro. DATOS CLÍNICOS: Indicaciones terapéuticas - Volibris esta indicado para el tratamiento de pacientes adultos con hipertension arterial pulmonar (HAP) clasificados como clase funcional II y III de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para mejorar su capacidad para realizar ejercicio. Se ha demostrado la eficacia de este medicamento en HAP idiopática (HAPI) y en HAP asociada a enfermedad del tejido conectivo. Posología y forma de administración - El tratamiento debe ser iniciado por un médico experimentado en el tratamiento de HAP. Posología: La dosis recomendada de Volibris es de un comprimido de 5 mg por vía oral una vez al día. En pacientes con síntomas en clase III, se ha observado que 10 mg de ambrisentan aporta una eficacia adicional; sin embargo, también se ha observado un aumento en los casos de edema periférico. Los pacientes con HAP asociada a enfermedad del tejido conectivo pueden requerir 10 mg de ambrisentan para obtener una eficacia óptima. Se debe confirmar que la dosis de 5 mg es bien tolerada, antes de considerar un aumento de la dosis hasta los 10 mg de ambrisentan. Los escasos datos disponibles sugieren que la interrupción brusca del tratamiento con ambrisentan no está asociada con un empeoramiento rebote de la HAP. Cuando se co-administra con ciclosporina A, la dosis de ambrisentan debe ser limitada a 5 mg una vez al día y el paciente debe ser cuidadosamente monitorizado. Pacientes de edad avanzada: No es necesario realizar ajuste de la dosis en pacientes mayores de 65 años. Pacientes con insuficiencia renal: No es necesario realizar ajuste de la dosis en pacientes con insuficiencia renal. Existe experiencia limitada con ambrisentan en individuos con insuficiencia renal grave (aclaramiento de creatinina <30 ml/min); se debe iniciar el tratamiento con cautela en este subgrupo, y prestar especial cuidado si la dosis se incrementa hasta los 10 mg de ambrisentan. Pacientes con insuficiencia hepática: No se ha estudiado el efecto de ambrisentan en pacientes con insuficiencia hepática (con o sin cirrosis). Debido a que las principales rutas metabólicas de ambrisentan son la glucuronidación y oxidación con posterior eliminación por vía biliar, cabría esperar que la insuficiencia hepática produjera un aumento de la exposición (Cmax y AUC) a ambrisentan. Por lo tanto, no se debe iniciar el tratamiento con ambrisentan en pacientes con insuficiencia hepática grave, ni en aquellos con elevación de los valores de aminotransferasas hepáticas clínicamente significativa (más de 3 veces el límite superior de la normalidad (>3xULN). Población pediátrica: No se ha establecido la seguridad y eficacia de ambrisentan en niños y adolescentes menores de 18 años. No hay datos disponibles. Forma de administración: Los comprimidos pueden tomarse con o sin alimentos y se recomienda tragarlos enteros. Contraindicaciones - Hipersensibilidad al principio activo, a la soja o a alguno de los excipientes incluidos en la sección 6.1. Embarazo. Mujeres en edad fértil que no utilicen un método anticonceptivo fiable. Lactancia materna. Insuficiencia hepática grave (con o sin cirrosis). Valores basales de aminotransferasas hepáticas, es decir, aspartato aminotransferasa (AST) y/o alanina aminotransferasa (ALT) >3xULN). Fibrosis pulmonar idiopática (FPI), con o sin hipertensión pulmonar secundaria. Advertencias y precauciones especiales de empleo - Ambrisentan no se ha estudiado en un número suficiente de pacientes que permita establecer el balance beneficio/riesgo en pacientes con HAP clasificados como clase funcional I de la OMS. No se ha establecido la eficacia de ambrisentan en monoterapia en pacientes con HAP clasificados como clase funcional IV de la OMS. Si el estado clínico empeora, se debe considerar el cambio a un tratamiento recomendado en el estadío grave de la enfermedad (p. ej. epoprostenol). Función hepática: La HAP se ha asociado con anomalías de la función hepática. Se han observado casos de hepatitis autoinmune, incluyendo una posible exacerbación de una hepatitis autoinmune subyacente, lesión hepática y elevaciones de las enzimas hepáticas potencialmente relacionadas con el tratamiento con ambrisentan. Por lo tanto, se deben evaluar los niveles de aminotransferasas hepáticas (ALT y AST) antes de iniciar el tratamiento con ambrisentan, no debiéndose iniciar el tratamiento en pacientes con valores basales de ALT y/o AST >3xULN. Se recomienda controlar a los pacientes para detectar signos de daño hepático y hacerles un seguimiento mensual de los niveles de ALT y AST. Si los pacientes desarrollan un incremento inexplicable y sostenido de los niveles de ALT y/o AST clínicamente significativo, o si el incremento de ALT y/o AST va acompañado de signos o síntomas de daño hepático (p. ej. ictericia), se debe interrumpir el tratamiento con ambrisentan. En aquellos pacientes que no presenten síntomas clínicos de daño hepático o de ictericia, se puede considerar el reinicio del tratamiento con ambrisentan, una vez se hayan resuelto las anormalidades en los valores de enzimas hepáticas. Se recomienda el consejo de un hepatólogo. Concentración de hemoglobina: El uso de antagonistas de los receptores de endotelina (AREs), incluido ambrisentan, se ha asociado con una reducción en la concentración de hemoglobina y hematocrito. La mayor parte de estas disminuciones fueron detectadas durante las primeras 4 semanas de tratamiento, estabilizándose generalmente los niveles de hemoglobina pasado este periodo. Las disminuciones medias desde los valores basales (que van desde 0,9 hasta 1,2 g/dL) en las concentraciones de hemoglobina continuaron hasta los 4 años de tratamiento con ambrisentan, en la extensión a largo plazo de los ensayos clínicos abiertos en fase 3 pivotales. En el período posterior a su comercialización, se han notificado casos de anemia que requirieron transfusiones de glóbulos sanguíneos. No se recomienda iniciar el tratamiento con ambrisentan en pacientes con anemia clínicamente significativa. Se recomienda medir los niveles de hemoglobina y/o hematocrito durante el tratamiento con ambrisentan, por ejemplo en 1 mes, 3 meses y después periódicamente, de acuerdo con la práctica clínica. Si se observa una disminución en la hemoglobina o hematocrito clínicamente relevante, y se han descartado otras posibles causas, se debe considerar la reducción de dosis o la interrupción del tratamiento con Volibris. Retención de fluidos: Se ha observado aparición de edema periférico con el tratamiento con AREs, incluido ambrisentan. La mayoría de los casos de edema periférico observados durante los ensayos clínicos con ambrisentan fueron de gravedad entre leve y moderada, aunque parece que ocurre con mayor frecuencia e intensidad en pacientes ≥65 años. El edema periférico fue notificado más frecuentemente con ambrisentan 10 mg. Se han notificado algunos casos post-comercialización de retención de fluidos, que ocurrieron semanas después de comenzar el tratamiento con ambrisentan y que, en algunos casos, han requerido la utilización de un diurético o la hospitalización para controlar los fluidos o la insuficiencia cardíaca descompensada. Si los pacientes tienen sobrecarga de fluidos preexistente, se debe controlar clínicamente antes de comenzar el tratamiento con ambrisentan. Si la retención de fluidos es clínicamente relevante durante el tratamiento con ambrisentan, con o sin aumento de peso asociado, se debe llevar a cabo una evaluación adicional para determinar la causa, que podría ser o bien ambrisentan o bien una insuficiencia cardiaca subyacente, y valorar la necesidad de iniciar un tratamiento específico o de interrumpir el tratamiento con ambrisentan. Mujeres en edad fértil: El tratamiento con Volibris no debe ser iniciado en mujeres en edad fértil, a menos que el resultado de la prueba de embarazo pre-tratamiento sea negativo y se utilicen medidas anticonceptivas fiables. En caso de duda acerca del método anticonceptivo más aconsejable para cada paciente, se recomienda consultar a un ginecólogo. Se recomienda realizar pruebas de embarazo mensuales durante el tratamiento con ambrisentan. Enfermedad veno-oclusiva pulmonar: Se han notificado casos de edema pulmonar con medicamentos vasodilatadores, como AREs, cuando se usa en pacientes con enfermedad veno-oclusiva pulmonar. Consecuentemente, si los pacientes con HAP desarrollan edema pulmonar agudo cuando son tratados con ambrisentan, se debe considerar la posibilidad de enfermedad veno-oclusiva pulmonar. Uso concomitante con otros medicamentos: Los pacientes tratados con ambrisentan deben ser estrechamente vigilados al comenzar el tratamiento con rifampicina. Excipientes: Los comprimidos de Volibris contienen lactosa. Los pacientes con intolerancia hereditaria a galactosa, insuficiencia de lactasa de Lapp (insuficiencia observada en ciertas poblaciones de Laponia) o malabsorción de glucosa o galactosa no deben tomar este medicamento. Los comprimidos de Volibris contienen el colorante azoico ‘rojo Allura AC aluminio Lake’ (E129), que puede causar reacciones alérgicas. Los comprimidos de Volibris contienen lecitina derivada de soja. Si un paciente fuera hipersensible a la soja, no debe utilizarse ambrisentan. Interacción con otros medicamentos y otras formas de interacción - En estudios no clínicos in vitro e in vivo, ambrisentan, a concentraciones clínicamente relevantes, no inhibe ni induce la fase I ni II de las enzimas que metabolizan el fármaco, lo que sugiere que ambrisentan tiene un bajo potencial para alterar los niveles de medicamentos metabolizados por estas rutas. Se ha estudiado la posible capacidad de ambrisentan de inducir la actividad del CYP3A4 en voluntarios sanos, y los resultados obtenidos sugieren que ambrisentan no tiene un efecto inductor sobre la isoenzima CYP3A4. Ciclosporina A: La co-administración de ambrisentan y ciclosporina A en estado estacionario tuvo como resultado un aumento de 2 veces en la exposición a ambrisentan en voluntarios sanos. Esto puede ser debido a la inhibición por la ciclosporina A de los transportadores y las enzimas metabólicas implicadas en la farmacocinética de ambrisentan. Por lo tanto, se debe limitar la dosis de ambrisentan a 5 mg una vez al día cuando se co-administra con ciclosporina A. Dosis múltiples de ambrisentan no tuvieron efecto en la exposición a ciclosporina A, por lo que no está justificado el ajuste de dosis de ciclosporina A. Rifampicina: La administración conjunta de rifampicina (un inhibidor de la bomba transportadora de aniones orgánicos [OATP], un potente inductor de CYP3A y 2C19, y un inductor de P-gp y uridina difosfato glucuronosiltransferasas [UGTs]) se asoció con un aumento transitorio (aproximadamente 2 veces) en la exposición a ambrisentan tras las dosis iniciales en voluntarios sanos. Sin embargo, en el día 8, la administración en estado estacionario de rifampicina no tuvo efecto clínicamente relevante en la exposición de ambrisentan. Los pacientes tratados con ambrisentan deben ser estrechamente vigilados al comenzar el tratamiento con rifampicina. Otros medicamentos para el tratamiento de la HAP: La eficacia y seguridad de ambrisentan cuando se administra de forma conjunta con otros medicamentos para el tratamiento de la HAP (p. ej. prostanoides e inhibidores de la fosfodiesterasa tipo V) no ha sido específicamente estudiada en ensayos clínicos controlados en pacientes con HAP. Por consiguiente, se recomienda precaución en caso de co-administración. Inhibidores de la fosfodiesterasa: Vollibris Advert_SPN-2014-5478_D3.indd 2 29-32 FT.indd 29 210X297.indd 1 FT1 GSK VOLIBRIS La administración conjunta de ambrisentan con un inhibidor de la fosfodiesterasa, como sildenafilo o tadalafilo (ambos sustratos del CYP3A4) en voluntarios sanos, no afectó de manera significativa a la farmacocinética del inhibidor de la fosfodiesterasa ni de ambrisentan. Anticonceptivos orales: En un ensayo clínico realizado en voluntarios sanos, los niveles en estado estacionario alcanzados con ambrisentan 10 mg administrado una vez al día, no afectaron significativamente a la farmacocinética de una dosis única de etinilestradiol y noretindrona, componentes de un anticonceptivo oral combinado. Según los datos obtenidos en este estudio farmacocinético, no se espera que ambrisentan afecte de manera significativa la exposición a anticonceptivos que contengan estrógenos o progestágenos. Warfarina: En un ensayo en voluntarios sanos, ambrisentan no tuvo efectos sobre la farmacocinética en estado estacionario, ni sobre la actividad anti-coagulante de la warfarina. La warfarina tampoco tuvo efectos clínicamente significativos sobre la farmacocinética de ambrisentan. Además, la administración de ambrisentan no afectó de forma general a la dosis semanal de anticoagulantes tipo warfarina, al tiempo de protrombina (PT), ni al Índice Internacional Normalizado (IIN o INR). Ketoconazol: La administración de ketoconazol (un potente inhibidor del CYP3A4) en estado estacionario no produjo un aumento clínicamente relevante en la exposición a ambrisentan. Efecto de ambrisentan sobre los transportadores xenobióticos: En estudios in vitro se ha observado que ambrisentan no tiene efecto inhibitorio sobre el eflujo de digoxina mediado por la glicoproteína-P (Pgp), y es un sustrato de baja afinidad del eflujo mediado por la Pgp. Estudios adicionales in vitro en ratas y hepatocitos humanos mostraron que ambrisentan no inhibe el co-transportador de sodio-taurocolato (NTCP), OATP, la bomba exportadora de sales biliares (BSEP), ni la proteína isomorfa- 2 asociada a resistencia a multifármacos (MRP2). Estudios in vitro en hepatocitos de rata también mostraron que ambrisentan no induce la Pgp, BSEP o MRP2. La administración en estado estacionario de ambrisentan a voluntarios sanos no tuvo efectos clínicamente relevantes sobre la farmacocinética de digoxina, un sustrato de la Pgp, administrada en dosis única. Fertilidad, embarazo y lactancia - Mujeres en edad fértil: El tratamiento con ambrisentan no debe ser iniciado en mujeres en edad fértil, a menos que el resultado de la prueba de embarazo pre-tratamiento sea negativo y se utilicen medidas anticonceptivas fiables. Se recomienda hacer pruebas de embarazo mensuales durante el tratamiento con ambrisentan. Embarazo: Ambrisentan está contraindicado durante el embarazo. Estudios en animales han mostrado que ambrisentan es teratogénico. No hay experiencia en humanos. Las mujeres que reciben ambrisentan deben ser informadas del riesgo de daño fetal y del tratamiento alternativo que deben iniciar si se quedan embarazadas. Lactancia materna: Se desconoce si ambrisentan se excreta en la leche materna humana. No se ha estudiado en animales la excreción de ambrisentan en la leche. Por lo tanto, la lactancia materna está contraindicada en pacientes que toman ambrisentan. Fertilidad masculina: El desarrollo de atrofia tubular testicular en animales macho ha sido asociado a la administración crónica de ERAs, incluyendo ambrisentan. Aunque en el estudio ARIES-E no se encontró una evidencia clara de un efecto perjudicial de la exposición a largo plazo a ambrisentan sobre el recuento de espermatozoides, la administración crónica de ambrisentan se asoció con cambios en los marcadores de la espermatogénesis. Se observó una disminución en la concentración plasmática de inhibina-B y un aumento en la concentración plasmática de la hormona folículo estimulante (FSH). Se desconoce el efecto sobre la fertilidad masculina en humanos, pero no puede excluirse un deterioro de la espermatogénesis. En ensayos clínicos la administración crónica de ambrisentan, no fue asociada con un cambio en los niveles plasmáticos de testosterona. Efectos sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas - La influencia de ambrisentan sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas es pequeña a moderada. Al examinar a los pacientes su capacidad para realizar tareas que requieran atención, habilidad motora o cognitiva, se debe tener en cuenta el estado clínico del paciente y el perfil de reacciones adversas de ambrisentan (como hipotensión, mareos, astenia, fatiga). Los pacientes deben ser conscientes de cómo puede afectarles ambrisentan antes de conducir o utilizar máquinas. Reacciones adversas - Resumen del perfil de seguridad: La seguridad de ambrisentan se ha evaluado en ensayos clínicos con más de 483 pacientes con HAP. A continuación se incluye, por frecuencia y clasificacion por órganos y sistemas, las reacciones adversas recogidas de los datos de un ensayo clínico controlado con placebo de 12 semanas. Con una evaluación más larga en estudios no controlados (observación media de 79 semanas), el perfil de seguridad fue semejante al observado en estudios a corto plazo. También se presentan datos de post-comercialización. Las reacciones adversas más frecuentemente observadas con ambrisentan fueron edema periférico, retención de líquidos y dolor de cabeza (incluyendo el dolor de cabeza sinusal, migraña). La dosis más alta (10 mg) se asoció con una mayor incidencia de estas reacciones adversas, y el edema periférico tendió a ser más grave en pacientes ≥65 años. Lista tabulada de reacciones adversas: Las frecuencias se definen como: muy frecuentes (≥1/10); frecuentes (≥1/100 a <1/10); poco frecuentes (≥1/1.000 a <1/100); raras (≥1/10.000 a <1/1.000); muy raras (<1/10.000) y frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles). Para las reacciones adversas relacionadas con la dosis, la categoría de frecuencia refleja la dosis más alta de ambrisentan. Las categorías de frecuencia no tienen en cuenta otros factores, como la variación en la duración del estudio, las condiciones pre-existentes y las características iniciales del paciente. Las categorías de frecuencia de las reacciones adversas, asignadas conforme a la experiencia obtenida en los ensayos clínicos, pueden no reflejar la frecuencia con que aparecen estas reacciones adversas en la práctica clínica habitual. Las reacciones adversas se enumeran en orden decreciente de gravedad dentro de cada intervalo de frecuencia. Trastornos de la sangre y del sistema linfático Anemia (disminución de hemoglobina, disminución de hematocrito)1 Frecuentes Trastornos del sistema inmunológico Reacciones de hipersensibilidad (por ejemplo, angioedema, erupción, prurito) Poco frecuentes Trastornos del sistema nervioso Cefalea (incluyendo cefalea sinusal, migraña)2 Mareo Muy frecuentes Frecuentes3 Trastornos cardíacos Fallo cardíaco4 Palpitación Frecuentes Frecuentes Trastornos vasculares Hipotensión Rubefacción Síncope Frecuentes3 Frecuentes Poco frecuentes3 Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos Epistaxis Frecuentes3 Disnea5 Frecuentes3 Congestión del tracto respiratorio superior (p. ej. nasal6, senos), sinusitis, nasofaringitis, rinitis Frecuentes Trastornos gastrointestinales Dolor abdominal Estreñimiento Náuseas, vómitos, diarrea Frecuentes Frecuentes Frecuentes3 Trastornos hepatobiliares Incremento de las transaminasas hepáticas Daño hepático7 Hepatitis autoinmune7 Frecuentes3 Poco frecuentes3 Poco frecuentes3 Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administración Edema periférico, retención de fluidos8 Dolor/malestar torácico Astenia y fatiga Muy frecuentes Frecuentes Frecuentes3 1 Consulte la sección “Descripción de las reacciones adversas seleccionadas”. 2La frecuencia de aparición de cefalea fue superior con 10 mg de ambrisentan. 3Datos derivados de la farmacovigilancia post-comercialización y frecuencias basadas en la experiencia de ensayos clínicos controlados con placebo. 4La mayoría de los casos de fallo cardíaco notificados estaban asociados con la retención de fluidos. Datos derivados de la experiencia post-comercialización, frecuencias basadas en modelos estadísticos de datos de ensayos clínicos controlados con placebo. 5Se han notificado casos de empeoramiento de la disnea de etiología poco clara poco después de iniciar el tratamiento con ambrisentan. 6La incidencia de congestión nasal durante el tratamiento con ambrisentan estuvo relacionada con la dosis. 7Se han notificado casos de hepatitis autoinmune, incluyendo casos de exacerbación de hepatitis autoinmune, y daño hepático, 5/27/2014 10:39:45 PM 11/06/14 12:47 29/05/14 08:49 durante el tratamiento con ambrisentan. 8El edema periférico se notificó con mayor frecuencia con 10 mg de ambrisentan. En ensayos clínicos el edema periférico se notificó más frecuentemente y tendió a ser más grave en pacientes ≥65 años. Descripción de las reacciones adversas seleccionadas: Descenso de hemoglobina: En el período posterior a la comercialización, se han notificado casos de anemia que requieren transfusiones de glóbulos sanguíneos. La frecuencia del descenso en hemoglobina (anemia) fue mayor con 10 mg de ambrisentan. A lo largo de ensayos clínicos en Fase 3 de 12 semanas de duración controlados con placebo, las concentraciones medias de hemoglobina disminuyeron en los grupos de pacientes tratados con ambrisentany se detectaron en la 4ª semana (descenso de 0,83 g/dL); los cambios medios de la situación inicial parecieron estabilizarse a lo largo de las 8 semanas siguientes. Un total de 17 pacientes (6,5%) en los grupos de tratamiento con ambrisentantuvieron disminuciones en la hemoglobina ≥15% de la situaciación inicial y cayeron por debajo del límite de normalidad. Sobredosis - No hay experiencia en pacientes HAP tratados con ambrisentana dosis diarias superiores a 10 mg. En voluntarios sanos, dosis únicas de 50 y 100 mg (de 5 a 10 veces la dosis máxima recomendada) se asociaron con cefaleas, rubefacción, mareo, náuseas y congestión nasal. Debido al mecanismo de acción, una sobredosis de ambrisentanpodría potencialmente dar origen a un cuadro de hipotensión. En el caso de hipotensión pronunciada, se puede necesitar soporte cardiovascular activo. No se encuentra disponible ningún antídoto específico. PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS: Propiedades farmacodinámicas - Grupo farmacoterapéutico: Anti-hipertensivos, otros anti-hipertensivos, código ATC: C02KX02. Mecanismo de acción: Ambrisentan es un principio activo que se administra por vía oral, perteneciente a la clase del ácido propanóico, que actúa como antagonista selectivo del receptor de endotelina (ARE) de tipo A (ETA). La endotelina desempeña un papel fundamental en la fisiopatología de la HAP. xAmbrisentan es un potente antagonista ETA (Ki 0,016 nM) y altamente selectivo (aproximadamente 4.000 veces más selectivo para ETA que para ETB). xAmbrisentan bloquea el subtipo ETA, del receptor que se localiza mayoritariamente en las células musculares lisas vasculares y miocitos cardiacos. De este modo se previene la activación de sistemas de segundos mensajeros mediada por la endotelina y que origina vasoconstricción y la proliferación de las células musculares lisas. xSe espera que la selectividad de ambrisentan por el receptor ETA en lugar de por el receptor ETB conserve la producción mediada por el receptor ETB de los vasodilatadores óxido nítrico y prostaciclina. Eficacia clínica y seguridad: Se realizaron dos ensayos clínicos pivotales de Fase 3 multicéntricos, aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo (ARIES-1 y ARIES-2). ARIES-1 incluyó 201 pacientes y comparó ambrisentan 5 mg y 10 mg con placebo. ARIES-2 incluyó 192 pacientes y comparó ambrisentan 2,5 mg y 5 mg con placebo. En ambos ensayos, ambrisentan fue añadido a la medicación de soporte/previa del paciente, que podía incluir una combinación de digoxina, anticoagulantes, diuréticos, oxígeno y vasodilatadores (bloqueantes de los canales de calcio, IECAs). Los pacientes reclutados padecían HAPI o HAP asociada a enfermedad del tejido conectivo. La mayoría de los pacientes tenían síntomas propios de la clase funcional II de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (38,4%) o de la clase III (55,0%). Los pacientes con enfermedad hepática pre-existente (cirrosis o elevación clínicamente significativa de aminotransferasas) y los pacientes que estaban recibiendo otros tratamientos específicos para la HAP (p. ej. prostanoides) fueron excluidos. En estos ensayos no se evaluaron parámetros hemodinámicos. El criterio de valoración principal de eficacia definido para los estudios en Fase 3 fue la mejoría en la capacidad del ejercicio valorada por el cambio, a las 12 semanas, frente a la situación basal, en la distancia recorrida en el test de la marcha de los 6 minutos (TM6M). En ambos ensayos, el tratamiento con ambrisentan tuvo como resultado una mejoría significativa en el TM6M, para cada una de las dosis de ambrisentan. La mejoría, corregida por placebo, en la media del TM6M en la semana 12 comparada con la situación basal fue de 30,6 m (IC 95%: 2,9 a 58,3; p=0,008) y 59,4 m (IC 95%: 29,6 a 89,3; p<0,001) para el grupo de 5 mg, en ARIES-1 y 2 respectivamente. La mejoría, corregida por placebo, en la media del TM6M en la semana 12 en el grupo de pacientes de 10 mg en ARIES-1 fue 51,4 m (IC 95%: 26,6 a 76,2; p<0,001). Se realizó un análisis combinado pre-especificado de los ensayos de Fase 3 (ARIES-C). La mejoría media, corregida por placebo, en el TM6M fue de 44,6 m (IC 95%: 24,3 a 64,9; p<0,001) para la dosis de 5 mg, y de 52,5 m (IC 95%: 28,8 a 76,2; p<0,001) para la dosis de 10 mg. En el ensayo ARIES-2, la administración de ambrisentan (grupo de dosis combinada) retrasó significativamente el tiempo transcurrido hasta el empeoramiento clínico de la HAP en comparación con placebo (p<0,001); el valor de hazard ratio (índice de riesgo) mostró una reducción del 80% (IC 95%: 47% a 92%). La medida incluyó: muerte, transplante pulmonar, hospitalización por HAP, septostomía atrial, adición de otros agentes terapéuticos para el tratamiento de la HAP y criterios de abandono temprano. Se observó un incremento estadísticamente significativo (3,41 ± 6,96) para el grupo de dosis combinadas en la escala de función física de la encuesta de SF-36 Health Survey comparado con placebo (-0,20 ± 8,14; p=0,005). El tratamiento con ambrisentanprodujo una mejoría estadísticamente significativa en la Escala de Disnea de Borg (BDI) en la semana 12 (BDI corregido por placebo de -1,1 (IC 95%: -1,8 a -0,4; p=0,019; grupo de dosis combinadas)). Datos a largo plazo: Se desconoce el efecto de ambrisentansobre el resultado de la enfermedad. Los pacientes reclutados en los ensayos ARIES-1 y 2 fueron elegibles para entrar en una fase abierta de extensión a largo plazo, el ensayo ARIES-E (n=383). La exposición media combinada fue aproximadamente 145 ± 80 semanas, y la exposición máxima fue aproximadamente 295 semanas. Las principales variables primarias de este ensayo en curso fueron la incidencia y gravedad de los acontecimientos adversos asociados con la exposición prolongada a ambrisentan, incluyendo pruebas de función hepática (PFH) en suero. Los hallazgos de seguridad observados en este ensayo con exposición a largo plazo a ambrisentan fueron generalmente consistentes con los observados en los ensayos controlados con placebo de 12 semanas. La probabilidad de supervivencia observada para los sujetos que recibieron ambrisentan (grupo de dosis combinada de ambrisentan) a 1, 2 y 3 años fue 93%, 85% y 79% respectivamente. En un ensayo abierto (AMB222) se administró ambrisentana 36 pacientes para evaluar la incidencia de niveles séricos elevados de aminotransferasas en pacientes que habían interrumpido previamente otro tratamiento con un ARE debido a anormalidades en las aminotransferasas. Durante la duración media del tratamiento con ambrisentan, que fue de 53 semanas, ninguno de los pacientes reclutados presentó niveles séricos de ALT>3xULN que requirieran una interrupción permanente del tratamiento. El cincuenta por ciento de pacientes había aumentado de 5 mg a 10 mg de ambrisentandurante este tiempo. La incidencia acumulada de anormalidades en las aminotransferasas séricas >3xULN en todos los estudios Fase 2 y 3 (incluyendo sus correspondientes fases abiertas de extensión) fue de 17 en 483 sujetos para una duración media de exposición de 79,5 semanas. Esto equivale a una tasa de acontecimientos de 2,3 acontecimientos por 100 pacientes año de exposición a ambrisentan. En el ensayo abierto a largo plazo ARIES-E, el riesgo a los 2 años de desarrollar un aumento de los niveles séricos de aminotransferasas >3xULN en pacientes tratados con ambrisentan fue 3,9%. Otra información clínica: En un estudio en Fase 2 (AMB220), se observó una mejoría en los parámetros hemodinámicos en pacientes con HAP, después de 12 semanas (n=29). El tratamiento con ambrisentantuvo como resultado un incremento en el índice cardiaco medio, una disminución en la presión arterial pulmonar media, y una disminución en la resistencia vascular pulmonar media. Durante el tratamiento con ambrisentan se han notificado disminuciones en las presiones arteriales sistólica y diastólica. En ensayos clínicos controlados con placebo de 12 semanas de duración, la reducción media de las presiones arteriales sistólicas y diastólicas desde los valores basales hasta el final del tratamiento fueron 3 mm Hg y 4,2 mm Hg respectivamente. Las disminuciones medias de las presiones arteriales sistólica y diastólica continuaron hasta los 4 años de tratamiento con ambrisentan en el ensayo ARIES-E abierto a largo plazo. Durante un estudio de interacción fármaco-fármaco en voluntarios sanos, no se observaron efectos clínicamente relevantes en la farmacocinética de ambrisentan ni de sildenafilo, y la combinación fue bien tolerada. El número de pacientes que recibieron ambrisentany sildenafilo de forma concomitante durante los ensayos ARIES-E y AMB222 fue 22 pacientes (5.7%) y 17 pacientes (47%), respectivamente. En estos pacientes no se identificaron aspectos de seguridad adicionales. Fibrosis pulmonar idiopática: Un estudio que se estaba realizando en 492 pacientes (ambrisentan N=329, placebo N=163) con fibrosis pulmonar idiopática (FPI), de los cuales un 11% tenían hipertensión pulmonar secundaria (Grupo 3 de la OMS), tuvo que concluir anticipadamente cuando se determinó que la variable de eficacia primaria no podía ser cumplida (estudio ARTEMIS-IPF). En el grupo de ambrisentan se observaron noventa acontecimientos (27%) de progresión de FPI (incluyendo las hospitalizaciones respiratorias) o muerte, comparado con 28 acontecimientos (17%) en el grupo placebo. Por lo tanto, ambrisentan está contraindicado en pacientes con FPI con o sin hipertensión pulmonar secundaria. Propiedades farmacocinéticas - Absorción: Ambrisentan se absorbe rápidamente en humanos. Después de la administración oral, las concentraciones plasmáticas máximas (Cmax) de ambrisentan se alcanzan normalmente alrededor de 1,5 horas después de la dosis, tanto en condiciones de ayuno como con alimentos. La Cmax y el área bajo la curva de concentración-tiempo plasmática (AUC) aumentan proporcionalmente con la dosis en el intervalo de dosis terapéutico. El estado estacionario normalmente se consigue a los 4 días de administración repetida. En un estudio sobre el efecto de la comida, en el que se administró ambrisentan a voluntarios sanos en condiciones de ayuno y tras una comida con alto contenido en grasas, se observó una disminución del 12% en la Cmax mientras que el AUC permaneció inalterado. Esta disminución en el pico de concentración no es clínicamente significativa, y por tanto ambrisentan puede ser tomado con o sin alimentos. Distribución: Ambrisentan presenta una elevada unión a proteínas plasmáticas. La unión a proteínas plasmáticas in vitro de ambrisentan fue, de media, 98,8% e independiente de la concentración en el rango de 0,2 – 20 microgramos/ml. Ambrisentan se fija principalmente a la albúmina (96,5%) y en menor grado a la alfa1-glicoproteína ácida. La distribución de ambrisentan en los glóbulos rojos es baja, con una proporción media sangre:plasma de 0,57 y 0,61 en hombres y mujeres, respectivamente. Biotransformación: Ambrisentan es un ARE de tipo no sulfonamida (perteneciente a la clase del ácido propanóico). Ambrisentan es glucuronizado por varias isoenzimas UGT (UGT1A9S, UGT2B7S y UGT1A3S) para formar un glucurónido de ambrisentan (13%). Ambrisentan también sufre metabolismo oxidativo principalmente por el CYP3A4 y en menor grado por el CYP3A5 y el CYP2C19 para formar 4-hidroximetil ambrisentan (21%), que es posteriormente glucuronizado para dar el 4-hidroximetil ambrisentan glucurónido (5%). La afinidad del 4-hidroximetil ambrisentan por el receptor de endotelina humano es 65 veces menor que la de ambrisentan. Por lo tanto, para las concentraciones plasmáticas observadas (aproximadamente el 4% se corresponde con ambrisentan inalterado), no se espera que el 4-hidroximetil ambrisentan contribuya a la actividad farmacológica de ambrisentan. Datos in vitro han mostrado que, a concentraciones terapéuticas, ambrisentan no inhibe UGT1A1, UGT1A6, UGT1A9, UGT2B7 ni las isoenzimas 1A2, 2A6, 2B6, 2C8, 2C9, 2C19, 2D6, 2E1 y 3A4 del citocromo P450. Estudios in vitro adicionales mostraron que ambrisentan no inhibe el NTCP, la OATP ni la BSEP. Además, Vollibris Advert_SPN-2014-5478_D3.indd 3 29-32 FT.indd 30 210X297.indd 1 FT2 GSK VOLIBRIS ambrisentan no induce la MRP2, la Pgp ni la BSEP. Los efectos de ambrisentan en estado estacionario (10 mg una vez al día) sobre las propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas de una dosis única de warfarina (25 mg), medidos como TP e INR, se investigaron en 20 voluntarios sanos. Ambrisentan no tuvo ningún efecto clínicamente relevante en las propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas de warfarina. De igual modo, la administración conjunta con warfarina no afectó a las propiedades farmacocinéticas de ambrisentan. Los efectos de administrar sildenafilo durante 7 días (20 mg tres veces al día) sobre las propiedades farmacocinéticas de una dosis única de ambrisentan, y los efectos de administrar ambrisentan durante 7 días (10 mg una vez al día) en las propiedades farmacocinéticas de una dosis única de sildenafilo, fueron investigados en 19 voluntarios sanos. Con la excepción de un aumento del 13% en la Cmax de sildenafilo, tras la administración conjunta de ambrisentan, no hubo ningún otro cambio en los parámetros farmacocinéticos de sildenafilo, N-desmetil sildenafilo y ambrisentan. Este leve incremento en la Cmax de sildenafilo no se considera clínicamente relevante. Los efectos de los niveles de ambrisentan en estado estacionario (10 mg una vez al día) sobre la farmacocinética de una dosis única de tadalafilo, así como los efectos de los niveles de tadalafilo en estado estacionario (40 mg una vez al día) sobre la farmacocinética de una dosis única de ambrisentan fueron estudiados en 23 voluntarios sanos. Ambrisentan no tuvo ningún efecto clínicamente relevante sobre la farmacocinética de tadalafilo. Asimismo, la coadministración con tadalafilo no afectó a la farmacocinética de ambrisentan. Los efectos de la administración repetida de ketoconazol (400 mg una vez al día) en las propiedades farmacocinéticas de una dosis única de 10 mg de ambrisentan fueron investigados en 16 voluntarios sanos. Las exposiciones de ambrisentan medidas como AUC(0-inf) y Cmax se incrementaron en un 35% y un 20%, respectivamente. Es improbable que este cambio en la exposición tenga alguna relevancia clínica y por lo tanto ambrisentan puede ser administrado junto con ketoconazol. Los efectos de la administración repetida de ciclosporina A (100 – 150 mg dos veces al día) sobre la farmacocinética de ambrisentan en estado estacionario (5 mg una vez al día), y los efectos de la administración repetida de ambrisentan (5 mg una vez al día) sobre la farmacocinética de ciclosporina A en estado estacionario (100 – 150 mg dos veces al día), fueron estudiados en voluntarios sanos. La Cmax y el AUC(0–τ) de ambrisentan se incrementaron en un 48% y 121%, respectivamente en presencia de dosis múltiples de ciclosporina A. Basado en estos cambios, la dosis de ambrisentan debe ser limitada a 5 mg una vez al día cuando se co-administra con ciclosporina A. Sin embargo, dosis múltiples de ambrisentan no tuvieron efecto clínicamente significativo en la exposición a ciclosporina A, por lo que no está justificado el ajuste de dosis de ciclosporina A. Los efectos de administrar dosis únicas y repetidas de rifampicina (600 mg una vez al día) sobre las propiedades farmacocinéticas de ambrisentan en estado estacionario (10 mg una vez al día) fueron estudiados en voluntarios sanos. Tras las dosis iniciales de rifampicina, se observó un aumento transitorio de ambrisentan AUC(0–τ) (121% y 116% después de la primera y segunda dosis de rifampicina, respectivamente), presumiblemente debido a una inhibición de la OATP mediada por rifampicina. Sin embargo, en el día 8 no hubo un efecto clínicamente relevante en la exposición a ambrisentan, tras la administración de dosis múltiples de rifampicina. Los pacientes tratados con ambrisentan deben ser estrechamente vigilados al comenzar el tratamiento con rifampicina. Los efectos de la administración repetida de ambrisentan (10 mg) sobre las propiedades farmacocinéticas de una dosis única de digoxina fueron estudiados en 15 voluntarios sanos. La administración de dosis múltiples de ambrisentan produjo leves aumentos en el AUC0-last, en las concentraciones mínimas, y un aumento del 29% en la Cmax de digoxina. El aumento en la exposición a digoxina observada tras la administración de ambrisentan en dosis múltiples no se consideró clínicamente relevante, y por lo tanto no es necesario realizar un ajuste de dosis de digoxina. Los efectos de la administración de ambrisentan durante 12 días (10 mg una vez al día) sobre la farmacocinética de una dosis única de un anticonceptivo oral que contenía etinilestradiol (35 μg) y noretindrona (1 mg) fueron estudiados en un grupo de mujeres voluntarias sanas. La Cmax y el AUC(0–∞) disminuyeron ligeramente para el etinilestradiol (8% y 4% respectivamente) y aumentaron ligeramente para la noretindrona (13% y 14% respectivamente). Estos cambios en la exposición a etinilestradiol o noretindrona fueron pequeños y es poco probable que sean clínicamente relevantes. Eliminación: Ambrisentan y sus metabolitos son eliminados principalmente por vía biliar tras sufrir metabolismo hepático y/o extra-hepático. Tras la administración oral, aproximadamente un 22% de la dosis administrada es eliminada en la orina, siendo un 3,3% ambrisentan inalterado. La semi vida de eliminación plasmática en humanos esta entre 13,6 y 16,5 horas. Poblaciones especiales: De acuerdo con los resultados de un análisis farmacocinético poblacional realizado en voluntarios sanos y en pacientes con HAP, las propiedades farmacocinéticas de ambrisentan no se ven influenciadas significativamente ni en función del género ni de la edad. Insuficiencia renal: Ambrisentan no experimenta un metabolismo renal o aclaramiento renal (excreción) significativo. En un análisis farmacocinético poblacional, el aclaramiento de creatinina resultó ser una covariable estadísticamente significativa que afecta al aclaramiento oral de ambrisentan. Sin embargo, la magnitud de la disminución en el aclaramiento oral es moderada (20-40%) en pacientes con insuficiencia renal moderada y por lo tanto es improbable que sea clínicamente relevante. En cualquier caso, se debe tener precaución en pacientes con insuficiencia renal grave. Insuficiencia hepática: Las principales rutas de metabolización de ambrisentan son la glucuronidación y la oxidación con la subsiguiente eliminación en la bilis, por lo tanto cabe esperar que la insuficiencia hepática aumente la exposición (Cmax y AUC) a ambrisentan. En un análisis farmacocinético poblacional, el aclaramiento oral disminuyó como consecuencia de los crecientes niveles de bilirrubina. Sin embargo, la magnitud del efecto de la bilirrubina es moderada (comparado con un paciente típico, con una bilirrubina de 0,6 mg/dl, un paciente con una bilirrubina elevada de 4,5 mg/dl tendría aproximadamente un 30% menos de aclaramiento oral de ambrisentan). No se han estudiado las propiedades farmacocinéticas de ambrisentan en pacientes con insuficiencia hepática (con o sin cirrosis). Por lo tanto, el tratamiento con ambrisentan no debe ser iniciado en pacientes con insuficiencia hepática grave o que presenten una elevación de las aminotransferasas clínicamente relevante (>3xULN). Datos preclínicos sobre seguridad - Debido al efecto farmacológico principal de clase de medicamentos, una dosis única elevada de ambrisentan (es decir una sobredosis) podría provocar un descenso en la presión arterial y por tanto tener el potencial para causar un cuadro de hipotensión y síntomas relacionados con la vasodilatación. No se ha observado que ambrisentan inhiba el transportador de ácidos biliares, ni que provoque hepatotoxicidad sintomática. Después de la administración crónica en roedores se ha apreciado inflamación y cambios en el epitelio de la cavidad nasal a exposiciones por debajo de los niveles terapéuticos en humanos. En perros, se observaron respuestas inflamatorias leves tras la administración prolongada de altas dosis de ambrisentan a exposiciones 20 veces superiores a las observadas en pacientes. Se ha observado hiperplasia del hueso nasal de los cornetes etmoidales de la cavidad nasal en ratas tratadas con ambrisentan, a niveles de exposición 3 veces superiores al AUC terapéutico. No se ha observado hiperplasia del hueso nasal con ambrisentan en ratones ni perros. En ratas, la hiperplasia del cornete nasal es una respuesta conocida a la inflamación nasal, según la experiencia obtenida con otros compuestos. Ambrisentan fue clastogénico cuando fue probado a altas concentraciones en células de mamíferos in vitro. No se han observado efectos mutagénicos ni genotóxicos para ambrisentan en bacterias ni en dos estudios in vivo realizados en roedores. No hubo evidencia de potencial carcinogénico en estudios orales a 2 años en ratas y ratones. Hubo un pequeño aumento en fibroadenomas mamarios, un tumor benigno, en ratas macho, únicamente a la dosis más alta. La exposición sistémica a ambrisentan en ratas macho a esta dosis (basado en el AUC en estado estacionario) fue 6 veces mayor que la alcanzada con la dosis clínica de 10 mg/día. La atrofia tubular testicular, que fue asociada ocasionalmente con aspermia, fue observada en los estudios de toxicidad con dosis orales repetidas y en estudios de fertilidad en ratas macho y en ratones sin margen de seguridad. Los cambios testiculares no fueron completamente reversibles durante los períodos de descanso evaluados. Sin embargo, no se observó ningún cambio testicular en estudios con perros de hasta 39 semanas de duración a una exposición 35 veces el AUC visto en humanos. En ratas macho, ambrisentan no tuvo efecto sobre la motilidad de los espermatozoides en todas las dosis ensayadas (hasta 300 mg/kg/día). Se observó una leve disminución (<10%) en el porcentaje de espermatozoides morfológicamente normales a 300 mg/kg/día, pero no a 100 mg/kg/día (>9 veces la exposición clínica en 10 mg/ día). Se desconoce el efecto de ambrisentan sobre la fertilidad humana masculina. Ambrisentan ha mostrado ser teratogénico en ratas y conejos. Se han observado anormalidades en la mandíbula inferior, lengua y/o paladar para todas las dosis ensayadas. Además, en el estudio en ratas se han visto defectos en el septo interventricular, defectos en el tronco vascular, anormalidades en el tiroides y timo, osificación del basiesfenoides y una mayor incidencia de la oclusión de la arteria umbilical izquierda. Se sospecha que la teratogenicidad es un efecto de clase de los AREs. La administración de ambrisentan en ratas hembra desde la última fase del embarazo hasta la lactancia causó acontecimientos adversos sobre la conducta de la madre, supervivencia reducida de las crías y deterioro de la capacidad reproductora de la descendencia (con observación de pequeños testículos en la necroscopia), a una exposición de 3 veces el AUC para la dosis máxima recomendada en humanos. DATOS FARMACÉUTICOS: Periodo de validez - 2 años. Naturaleza y contenido del envase - Blíster PVC/PVDC/aluminio. Tamaños de envases con blísteres unidosis de 10x1 ó 30x1 comprimidos recubiertos con película. Puede que solamente estén comercializados algunos tamaños de envases. TITULAR DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN: Glaxo Group Ltd, 980 Great West Road, Brentford, Middlesex, TW8 9GS, Reino Unido. FECHA DE LA PRIMERA AUTORIZACIÓN/ RENOVACIÓN DE LA AUTORIZACIÓN: Fecha de la primera autorización: 21 abril 2008. FECHA DE LA REVISIÓN DEL TEXTO: Abril 2013. RÉGIMEN DE PRESCRIPCIÓN Y DISPENSACIÓN: Medicamento sujeto a prescripción médica. Reembolsable por el Sistema Nacional de Salud. Uso Hospitalario. PRESENTACIONES Y PRECIOS: Envase 5 mg x 30 comprimidos (EU/1/08/451/002) Código Nacional PVL 660917.0 2.067,00€ PVP 2.122,91€ PVP (IVA) 2.207,83€ Código Nacional PVL PVP PVP (IVA) Envase 10 mg x 30 comprimidos 662423.4 2.067,00€ 2.122,91€ 2.207,83€ (EU/1/08/451/004) La información detallada de este medicamento está disponible en la página web de la Agencia Europea de Medicamentos http:// www.ema.europa.eu/. 5/27/2014 10:39:45 PM 11/06/14 12:47 29/05/14 08:50 :39:45 PM 14 08:50 FT220513Mark 1. NOMBRE DEL MEDICAMENTO: ADCIRCA 20 mg comprimidos recubiertos con película. 2. COMPOSICIÓN CUALITATIVA Y CUANTITATIVA: Cada comprimido recubierto con película contiene 20 mg de tadalafilo. Excipiente con efecto conocido: Cada comprimido recubierto con película contiene 233 mg de lactosa (como monohidrato). Para consultar la lista completa de excipientes, ver sección 6.1. 3. FORMA FARMACÉUTICA: Comprimido recubierto con película (comprimido). Comprimidos recubiertos con película naranjas con forma de almendra y que llevan grabado “4467” en una cara. 4. DATOS CLÍNICOS: 4.1 Indicaciones terapéuticas - ADCIRCA está indicado para el tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar (HAP) clase funcional II y III (clasificación de la OMS) en adultos, para mejorar la capacidad de ejercicio (ver sección 5.1). Se ha demostrado eficacia en HAP idiopática y en HAP asociada con enfermedades del colágeno. 4.2 Posología y forma de administración - El tratamiento debe ser únicamente iniciado y controlado por un médico con experiencia en el tratamiento de la HAP. Posología - La dosis recomendada es de 40 mg (2 x 20 mg) tomados una vez al día con o sin alimentos. Pacientes de edad avanzada: No se requiere ajuste de la dosis en pacientes de edad avanzada. Insuficiencia renal: En pacientes con insuficiencia renal de leve a moderada se recomienda una dosis de inicio de 20 mg una vez al día. La dosis se puede incrementar hasta 40 mg una vez al día, en base a la eficacia y tolerabilidad individual. En pacientes con insuficiencia renal grave, el uso de tadalafilo no está recomendado (ver secciones 4.4 y 5.2). Insuficiencia hepática: Debido a la limitada experiencia clínica en pacientes con cirrosis hepática leve a moderada (clasificación Child-Pugh clases A y B), tras dosis únicas de 10 mg, se puede considerar el comienzo de una dosis de 20 mg. En caso de prescribirse tadalafilo, el médico debe realizar una evaluación cuidadosa de la relación beneficio/riesgo para el paciente. No se ha estudiado en pacientes con cirrosis hepática grave (clasificación Child-Pugh clase C), y por tanto no se recomienda la administración de tadalafilo (ver secciones 4.4 y 5.2). Población pediátrica: La seguridad y eficacia de ADCIRCA en individuos menores de 18 años no se ha establecido todavía. No existen datos disponibles. Forma de administración: ADCIRCA es para administración por vía oral. 4.3 Contraindicaciones - Hipersensibilidad al principio activo o a alguno de los excipientes incluidos en la sección 6.1. Infarto agudo de miocardio en los 90 días previos. Hipotensión grave (<90/50 mm Hg). – Durante los estudios clínicos, se observó que tadalafilo incrementaba el efecto hipotensor de los nitratos, lo que se piensa que es debido a la combinación de los efectos de tadalafilo y los nitratos sobre la vía óxido nítrico/ guanosín monofosfato cíclico (GMPc). Por ello, está contraindicada la administración de tadalafilo a pacientes que estén tomando cualquier forma de nitrato orgánico (ver sección 4.5). Pacientes que presentan pérdida de visión en un ojo a consecuencia de una neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica (NAION), independientemente de si el episodio tuvo lugar o no coincidiendo con una exposición previa a un inhibidor de la PDE5 (ver sección 4.4). 4.4 Advertencias y precauciones especiales de empleo - Cardiovascular: En los estudios clínicos de HAP no se incluyeron los siguientes grupos de pacientes con enfermedad cardiovascular: – Pacientes con valvulopatía aórtica y mitral clínicamente significativas. – Pacientes con constricción pericárdica. – Pacientes con miocardiopatía restrictiva o congestiva. – Pacientes con disfunción significativa del ventrículo izquierdo. – Pacientes con arritmias que pongan en riesgo la vida. – Pacientes con enfermedad arterial coronaria sintomática. – Pacientes con hipertensión no controlada. Puesto que no se dispone de datos clínicos sobre la seguridad de tadalafilo en estos pacientes, no se recomienda el uso de tadalafilo. Los vasodilatadores pulmonares pueden empeorar significativamente el estado cardiovascular de los pacientes con enfermedad pulmonar venosa oclusiva (EPVO). Dado que no se dispone de datos clínicos sobre la administración de tadalafilo a pacientes con enfermedad venosa oclusiva, no se recomienda la administración de tadalafilo a dichos pacientes. Si se produjeran síntomas de edema pulmonar cuando se administra tadalafilo, debe considerarse la posibilidad de una enfermedad pulmonar venosa oclusiva asociada. Tadalafilo posee propiedades vasodilatadoras sistémicas que pueden dar lugar a descensos transitorios en la presión arterial. Los médicos deben considerar cuidadosamente si los pacientes con ciertas patologías subyacentes, tales como obstrucción grave del flujo ventricular izquierdo, depleción de volumen, hipotensión autonómica, o pacientes con hipotensión en reposo pueden verse afectados negativamente por tales efectos vasodilatadores. En pacientes que están tomando alfa(1)-bloqueantes la administración concomitante de ADCIRCA puede producir hipotensión sintomática en algunos pacientes (ver sección 4.5). No se recomienda, por tanto, la combinación de tadalafilo y doxazosina. Vision: Se han notificado alteraciones visuales y casos de NAION en relación con la utilización de tadalafilo y otros inhibidores de la PDE5. Se debe informar al paciente de que en caso de presentar una alteración visual súbita consulte con un médico inmediatamente (ver sección 4.3). Los pacientes con conocidos trastornos hereditarios degenerativos de la retina, incluyendo retinitis pigmentosa, no fueron incluidos en los estudios clínicos y no se recomienda el uso en estos pacientes. Insuficiencia renal y hepática: Debido a la mayor exposición a tadalafilo (AUC), a la limitada experiencia clínica y a la incapacidad de influir en la eliminación mediante diálisis, tadalafilo no está recomendado en pacientes con insuficiencia renal grave. Dado que no se ha estudiado en pacientes con cirrosis hepática grave (clasificación Child-Pugh clase C), no se recomienda la administración de tadalafilo. Priapismo y deformación anatómica del pene: Se han notificado casos de priapismo en varones tratados con inhibidores de la PDE5. Se debe advertir a los pacientes que si experimentan erecciones de cuatro horas de duración o más, deben acudir inmediatamente al médico. Si el priapismo no se trata inmediatamente, puede provocar daño en el tejido del pene y una pérdida permanente de la potencia. Tadalafilo se debe utilizar con precaución en pacientes con deformaciones anatómicas del pene (tales como angulación, fibrosis cavernosa o enfermedad de Peyronie) o en pacientes con enfermedades que les puedan predisponer al priapismo (tales como anemia de células falciformes, mieloma múltiple o leucemia). Uso con inductores o inhibidores del CYP3A4: No se recomienda el uso de tadalafilo en pacientes que estén tomando de forma crónica inductores potentes del CYP3A4, tales como rifampicina (ver sección 4.5). No se recomienda el uso de tadalafilo en pacientes que estén tomando de manera concomitante inhibidores potentes del CYP3A4, como ketoconazol o ritonavir (ver sección 4.5). Tratamientos para la disfunción eréctil: No se ha estudiado la seguridad y la eficacia de la asociación de tadalafilo con otros inhibidores de la PDE5 u otros tratamientos para la disfunción eréctil. Los pacientes han de ser informados de que no deben tomar ADCIRCA con estos medicamentos. Prostaciclinas y sus análogos: No se ha estudiado en estudios clínicos controlados la eficacia y seguridad de tadalafilo cuando se administra conjuntamente con prostaciclinas o sus análogos. Por consiguiente se recomienda precaución en caso de administración conjunta. Bosentan: No se ha demostrado de forma concluyente la eficacia de tadalafilo en pacientes que ya se encuentren en tratamiento con bosentan (ver secciones 4.5 y 5.1). Lactosa: ADCIRCA contiene lactosa monohidrato. Los pacientes con problemas hereditarios raros de intolerancia a galactosa, insuficiencia de lactasa de Lapp o problemas de absorción de glucosa o galactosa no deben tomar este medicamento. 4.5 Interacción con otros medicamentos y otras formas de interacción - Efectos de otras sustancias sobre tadalafilo: Inhibidores del citocromo P450: Antifúngicos azolados (por ejemplo ketoconazol): Ketoconazol (200 mg al día) duplicó la exposición (AUC) a una dosis única de tadalafilo (10 mg) y aumentó la Cmax en un 15 %, en relación con los valores de AUC y Cmax para tadalafilo solo. Ketoconazol (400 mg al día) cuadruplicó la exposición (AUC) a una dosis única de tadalafilo (20 mg) y aumentó la Cmax en un 22 %. Inhibidores de la proteasa (por ejemplo ritonavir): Ritonavir (200 mg dos veces al día), que es un inhibidor del CYP3A4, CYP2C9, CYP2C19 y CYP2D6, duplicó la exposición (AUC) a una dosis única de tadalafilo (20 mg) sin que hubiera modificación de la Cmax. Ritonavir (500 mg o 600 mg dos veces al día) incrementó la exposición (AUC) a una dosis única de tadalafilo (20 mg) en un 32 % y disminuyó la Cmax en un 30 %. Inductores del citocromo P450: Antagonistas de los receptores de la endotelina-1 (por ejemplo bosentan): Bosentan (125 mg dos veces al día), un sustrato del CYP2C9 y CYP3A4, y un inductor moderado del CYP3A4, CYP2C9 y posiblemente del CYP2C19, redujo la exposición sistémica a tadalafilo (40 mg una vez al día) en un 42 %, así como la Cmax en un 27 %, tras la administración conjunta de múltiples dosis. No se ha demostrado de manera concluyente la eficacia de tadalafilo en pacientes sometidos a tratamiento con bosentan (ver secciones 4.4 y 5.1). Tadalafilo no tuvo efecto sobre la exposición (AUC y Cmax) a bosentan o sus metabolitos. No se ha estudiado la seguridad y eficacia de las combinaciones de tadalafilo con otros antagonistas de los receptores de la endotelina-1. Medicamentos antimicrobianos (por ejemplo rifampicina): Un inductor del CYP3A4, rifampicina (600 mg al día) redujo el AUC de tadalafilo en un 88 % y la Cmax en un 46 %, en relación con los valores de AUC y Cmax para tadalafilo solo (10 mg). Efecto de tadalafilo sobre otros medicamentos: Nitratos: En los estudios clínicos, tadalafilo (5, 10 y 20 mg) ha presentado un incremento en el efecto hipotensor de los nitratos. Esta interacción duró más de 24 horas y no se detectó después de 48 horas tras la administración de la última dosis de tadalafilo. Por ello, está contraindicada la administración de tadalafilo a pacientes que estén tomando cualquier forma de nitrato orgánico (ver sección 4.3). Antihipertensivos (incluyendo bloqueantes de los canales del calcio): La administración conjunta de doxazosina (4 y 8 mg diarios) y tadalafilo (dosis diaria de 5 mg, y dosis única de 20 mg) aumenta de forma significativa el efecto hipotensor de este alfa bloqueante. Dicho efecto dura al menos 12 horas y puede ser sintomático, incluyendo la aparición de síncopes. Por tanto, no se recomienda la administración de esta combinación (ver sección 4.4). En los estudios de interacción realizados Adcirca Advert_GSKEDC-SPN-2014-5455_D3.indd 2 29-32 FT.indd 31 FT1 LILLY ADCIRCA 210X297.indd 1 en un número limitado de voluntarios sanos, no se notificaron tales efectos ni con alfuzosina ni con tamsulosina. En estudios de farmacología clínica, se examinó el potencial de tadalafilo (10 y 20 mg) para aumentar el efecto hipotensor de medicamentos antihipertensivos. Se estudiaron la mayoría de las clases de medicamentos antihipertensivos, tanto en monoterapia como en combinación. En pacientes que tomaban varios medicamentos antihipertensivos y en los que su presión sanguínea no estaba bien controlada, se observaron reducciones mayores en dicha presión que en aquellos pacientes cuya presión estaba perfectamente controlada, en donde la reducción fue mínima y similar con la presentada por sujetos sanos. En pacientes que reciban medicación antihipertensiva concomitante, tadalafilo 20 mg puede inducir a una disminución en la presión sanguínea que es, en general, pequeña y no se espera que tenga relevancia clínica (excepto con la doxazosina, ver el párrafo anterior). Alcohol: La concentración de alcohol no se vio afectada por la administración concomitante de tadalafilo (10 mg o 20 mg). Además, no se produjeron variaciones en las concentraciones de tadalafilo tras la coadministración con alcohol. Tadalafilo (20 mg) no aumentó el descenso medio de la presión sanguínea producido por el alcohol (0,7 g/kg o aproximadamente 180 ml de alcohol 40 % [vodka] en un varón de 80 kg), pero en algunos sujetos se observaron mareos posturales e hipotensión ortostática. El efecto del alcohol sobre la función cognitiva no aumentó con tadalafilo (10 mg). Sustratos del CYP1A2 (por ejemplo teofilina): Cuando se administraron 10 mg de tadalafilo con teofilina (un inhibidor no selectivo de la fosfodiesterasa) no hubo interacción farmacocinética alguna. El único efecto farmacodinámico fue un pequeño aumento (3,5 lpm) en la frecuencia cardíaca. Sustratos del CYP2C9 (por ejemplo R-warfarina): Tadalafilo (10 mg y 20 mg) no tuvo un efecto clínicamente significativo sobre la exposición (AUC) a la S-warfarina o R-warfarina (sustrato del CYP2C9), ni sobre los cambios en el tiempo de protrombina inducido por warfarina. Acido acetilsalicílico: Tadalafilo (10 mg y 20 mg) no potenció el aumento del tiempo de hemorragia causado por ácido acetilsalicílico. Sustratos de la p-glicoproteína (por ejemplo digoxina): Tadalafilo (40 mg una vez al día) no tuvo un efecto clínicamente significativo sobre la farmacocinética de la digoxina. Anticonceptivos orales: En el estado de equilibrio, tadalafilo (40 mg una vez al día) incrementó la exposición (AUC) al etinilestradiol en un 26 % así como el valor de Cmax en un 70 %, en relación con los valores de anticonceptivos orales administrados con placebo. No se observó un efecto estadísticamente significativo de tadalafilo sobre levonorgestrel, lo cual sugiere que el efecto del etinilestradiol se debe a la inhibición de la sulfatación por el tadalafilo a nivel intestinal. Se desconoce la relevancia clínica de este hallazgo. Terbutalina: Con la administración de terbutalina por vía oral, cabe esperar un incremento similar en el AUC y Cmax al observado con etinilestradiol, debido probablemente a la inhibición de la sulfatación por parte de tadalafilo a nivel intestinal. Se desconoce la relevancia clínica de este hallazgo. 4.6 Fertilidad, embarazo y lactancia Embarazo: Existen datos limitados sobre el uso de tadalafilo en mujeres embarazadas. Los estudios en animales no muestran efectos dañinos directos o indirectos sobre el embarazo, desarrollo embrional/fetal, parto o desarrollo posnatal (ver sección 5.3). Como medida de precaución, es preferible evitar la toma de tadalafilo durante el embarazo. Lactancia: Los datos farmacodinámicos/toxicológicos disponibles en animales han mostrado excreción de tadalafilo en la leche. No puede excluirse un riesgo en el bebé lactante. ADCIRCA no se debe utilizar durante el periodo de lactancia. Fertilidad: Se observaron efectos en perros que podrían indicar un transtorno en la fertilidad. Dos estudios clínicos posteriores sugieren que este efecto es improbable en humanos, aunque se observó una disminución de la concentración del esperma en algunos hombres (ver secciones 5.1 y 5.3). 4.7 Efectos sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas - La influencia de ADCIRCA sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas es insignificante. Aunque en estudios clínicos la frecuencia de la notificación de mareo fue similar en los dos brazos de tratamiento, tadalafilo y placebo, los pacientes deben tener en cuenta cómo reaccionan a ADCIRCA, antes de conducir o utilizar máquinas. 4.8 Reacciones adversas - Resumen del perfil de seguridad: Las reacciones adversas notificadas con mayor frecuencia, apareciendo en ƨ 10 % de los pacientes del brazo tratado con tadalafilo 40 mg fueron: cefalea, náusea, dolor de espalda, dispepsia, rubor, mialgia, nasofaringitis y dolor en las extremidades. Las reacciones adversas notificadas fueron transitorias y generalmente leves o moderadas. Los datos de reacciones adversas en pacientes mayores de 75 años son limitados. En el estudio clínico pivotal de ADCIRCA controlado frente a placebo para el tratamiento de la HAP, se trataron un total de 323 pacientes con ADCIRCA a dosis que oscilaron entre 2,5 mg y 40 mg una vez al día, siendo tratados con placebo 82 pacientes. La duración del tratamiento fue de 16 semanas. La frecuencia global de abandono debido a acontecimientos adversos fue baja (ADCIRCA 11 %, placebo 16 %). Trescientos cincuenta y siete (357) pacientes que completaron el estudio pivotal entraron en un estudio de extensión a largo plazo. Las dosis estudiadas fueron de 20 mg y 40 mg una vez al día. Resumen tabulado de reacciones adversas: La tabla que se muestra a continuación recoge las reacciones adversas notificadas durante el estudio clínico controlado con placebo en pacientes con HAP tratados con ADCIRCA. Asimismo, se incluyen en la tabla algunas reacciones adversas que han sido notificadas durante los estudios clínicos y/o la experiencia poscomercialización con tadalafilo en el tratamiento de la disfunción eréctil en el hombre. A estos acontecimientos se les ha asignado o bien una “Frecuencia no conocida”, puesto que la frecuencia en pacientes con HAP no puede estimarse a partir de los datos disponibles, o bien una frecuencia basada en los datos obtenidos del estudio clínico pivotal controlado frente a placebo de ADCIRCA. Frecuencia estimada: Muy frecuentes (ƨ 1/10), frecuentes (ƨ 1/100 a < 1/10), poco frecuentes (ƨ1/1.000 a <1/100), raras (ƨ1/10.000 a <1/1.000), muy raras (<1/10.000) y frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles). Muy frecuentes Poco frecuentes Frecuentes Raras Frecuencia no conocida1 Trastornos del sistema inmunológico Angioedema Reacciones de hipersensibilidad5 Trastornos del sistema nervioso Cefalea6 Síncope, Migraña5 Convulsiones5, Amnesia transitoria5 Accidente cerebrovascular 2 (incluyendo acontecimietos hemorrágicos) Trastornos oculares Visión borrosa Neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica (NAION), Oclusión vascular retiniana, Defectos del campo de visión Trastornos del oído y del laberinto Acúfenos Pérdida súbita de audición Palpitaciones2,5 Muerte cardíaca súbita2,5, Taquicardia2,5 Angina de pecho inestable, Arritmia ventricular, Infarto de miocardio2 Hipotensión Hipertensión Trastornos cardiacos Trastornos vasculares Rubor Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos Nasofaringitis Epistaxis (incluyendo congestión nasal, congestión sinusal y rinitis) Trastornos gastrointestinales Náusea, Dispepsia (incluyendo dolor/malestar abdominal3) Vómitos, Reujo gastroesofágico 5/26/2014 5:11:33 PM 11/06/14 29/05/14 12:47 08:46 Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo Rash 5 Urticaria , Hiperhidrosis (sudoración)5 Síndrome de StevensJohnson, Dermatitis exfoliativa. Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo Mialgia, dolor de espalda, dolor en las extremidades (incluyendo malestar en extremidades) Trastornos renales y urinarios Hematuria Trastornos del aparato reproductor y de la mama Aumento del sangrado uterino4 Priapismo5, Hemorragia peneana, Hematospermia Erecciones prolongadas Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administración Edema facial, Dolor torácico2 Descripción de reacciones adversas seleccionadas: (1) Acontecimientos no notificados en los estudios de registro y no pueden ser estimados de los datos disponibles. Son reacciones adversas que han sido incluidas en la tabla como resultado de la información obtenida poscomercialización o en estudios clínicos sobre el uso de tadalafilo en el tratamiento de la disfunción eréctil. (2) La mayoría de los pacientes en los que se han notificado estos acontecimientos tenían factores de riesgo cardiovascular pre-existentes. (3) Los términos MedDRA incluidos son malestar abdominal, dolor abdominal, dolor abdominal inferior, dolor abdominal superior y malestar de estómago. (4) Término clínico no MedDRA para referirse a los informes de situaciones con sangrado menstrual anormal/excesivo, tales como menorragia, metrorragia, menometrorragia, o hemorragia vaginal. (5) Reacciones adversas que han sido incluidas en la tabla como resultado de la información obtenida poscomercialización o en estudios clínicos sobre el uso de tadalafilo en el tratamiento de la disfunción eréctil y cuya frecuencia estimada se ha calculado en base a solo 1 ó 2 pacientes que han experimentado dicha reacción en el estudio clínico pivotal controlado frente a placebo de ADCIRCA. (6) La reacción adversa notificada de forma más frecuente fue cefaléa. La cefalea puede aparecer al comienzo del tratamiento y disminye con el tiempo incluso cuando se continúa con el tratamiento. 4.9 Sobredosis - Se administraron dosis únicas de hasta 500 mg a voluntarios sanos, y dosis diarias múltiples de hasta 100 mg a pacientes con disfunción eréctil. Las reacciones adversas fueron similares a las observadas con dosis más bajas. En caso de sobredosis, se deben adoptar las medidas de soporte habituales. La hemodiálisis contribuye de manera insignificante a la eliminación de tadalafilo. 5. PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS: 5.1 Propiedades farmacodinámicas - Grupo farmacoterapéutico: Preparados urológicos, fármacos usados en disfunción eréctil, código ATC: G04BE08. Mecanismo de acción: Tadalafilo es un inhibidor potente y selectivo de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5), la enzima responsable de la degradación del guanosín monofosfato cíclico (GMPc). La hipertensión arterial pulmonar está asociada con una alteración en la liberación del óxido nítrico por el endotelio vascular y la consecuente reducción de las concentraciones de GMPc en la vasculatura muscular lisa pulmonar. La PDE5 es la fosfodiesterasa predominante en la vasculatura pulmonar. La inhibición de la PDE5 por el tadalafilo incrementa la concentración de GMPc dando lugar a una relajación en las células de la vasculatura muscular lisa pulmonar y vasodilatación del lecho vascular pulmonar. Efectos farmacodinámicos: Los estudios in vitro han mostrado que tadalafilo es un inhibidor selectivo de la PDE5. La PDE5 es una enzima que se encuentra en el músculo liso de los cuerpos cavernosos, en el músculo liso vascular y de las vísceras, en el músculo esquelético, plaquetas, riñón, pulmón y cerebelo. El efecto de tadalafilo sobre la PDE5 es más potente que sobre otras fosfodiesterasas. Tadalafilo es más de 10.000 veces más potente para la PDE5 que para la PDE1, la PDE2, y la PDE4, enzimas que se encuentran en el corazón, cerebro, vasos sanguíneos, hígado y otros órganos. Tadalafilo es más de 10.000 veces más potente para la PDE5 que para la PDE3, un enzima que se encuentra en el corazón y vasos sanguíneos. Esta selectividad para la PDE5 sobre la PDE3 es importante porque la PDE3 es una enzima implicada en la contractilidad cardiaca. Además, tadalafilo es aproximadamente 700 veces más potente para la PDE5 que para la PDE6, una enzima que se encuentra en la retina y es responsable de la fototransducción. También tadalafilo es más de 10.000 veces más potente para la PDE5 que para la PDE7, PDE8, PDE9 y PDE10. Eficacia clínica y seguridad: Eficacia en pacientes con hipertensión arterial pulmonar (HAP): Se realizó un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo en 405 pacientes con hipertensión arterial pulmonar. La terapia de base permitida incluía bosentan (dosis de mantenimiento estable de hasta 125 mg dos veces al día) y anticoagulantes crónicos, digoxina, diuréticos y oxígeno. Más de la mitad de los pacientes del estudio (53,3 %) estaban recibiendo tratamiento concomitante con bosentan. Los pacientes fueron asignados de forma aleatoria a recibir uno de los 5 grupos de tratamiento (tadalafilo 2,5 mg, 10 mg, 20 mg, 40 mg o placebo). Los pacientes tenían al menos 12 años de edad y habían sido diagnosticados con HAP que podía ser idiopática, asociada con enfermedades del colágeno, asociada con el uso de anorexígenos, asociada con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), asociada con un defecto atrio-septal, o asociada con una reparación quirúrgica realizada al menos 1 año antes de un shunt sistémico pulmonar congénito (por ejemplo un defecto del septo ventricular, ductus arterioso permeable). La edad media de todos los pacientes fue de 54 años (intervalo entre 14 y 90 años), siendo la mayoría de los pacientes de raza caucásica (80,5 %) y mujeres (78,3 %). Las etiologías de la hipertensión arterial pulmonar (HAP) fueron predominantemente HAP idiopática (61,0 %) y asociada con enfermedades del colágeno (23,5 %). La mayoría de los pacientes tenían grado funcional tipificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) III (65,2 %) o II (32,1 %). El valor basal medio de la distancia recorrida a pie en 6 minutos (DR6M) fue de 343,6 metros. La variable primaria de eficacia fue el cambio desde el valor basal, a las 16 semanas, en la distancia recorrida a pie en seis minutos (DR6M). Solo tadalafilo 40 mg alcanzó el nivel de significación definido por el protocolo, con un incremento de la mediana corregido con respecto a placebo, en la DR6M de 26 metros (p=0,0004; IC 95 %: 9,5, 44,0; método de Hodges-Lehman pre-especificado) (media 33 metros; IC 95 %: 15,2, 50,3). La mejora en la distancia recorrida fue evidente desde las 8 semanas de tratamiento. Se observó una mejora significativa (p<0,01), en la DR6M en la semana 12, cuando a los pacientes se les pidió que retrasaran la toma de los medicamentos en estudio con el fin de reflejar la concentración mínima de principio activo. Los resultados fueron generalmente consistentes en los subgrupos establecidos en función de edad, sexo, etiología de la HAP y valor basal del grado funcional de la OMS y DR6M. El incremento de la mediana en la DR6M corregido con respecto a placebo, fue de 17 metros (p=0,09; IC 95 %: -7,1, 43,0; método de Hodges-Lehman pre-especificado) (media 23 metros; IC 95 %: -2,4, 47,8) en aquellos pacientes que estaban recibiendo 40 mg de tadalafilo concomitantemente con bosentan (n=39) y de 39 metros (p<0,01, IC 95%: 13,0, 66,0; método de Hodges-Lehman pre-especificado) (media 44 metros; IC 95%: 19,7, 69,0) en aquellos pacientes tratados únicamente con tadalafilo 40 mg (n=37). La proporción de pacientes con mejoras en la clasificación funcional de la OMS en la semana 16 fue similar en el grupo tratado con tadalafilo 40 mg y en el grupo tratado con placebo (23 % frente a 21 %). La incidencia de empeoramiento clínico en la semana 16 en pacientes tratados con tadalafilo 40 mg (5 %; 4 de 79 pacientes) fue inferior que en el grupo tratado con placebo (16 %; 13 de 82 pacientes). Los cambios en la disnea según la escala de Borg fueron pequeños y no significativos, tanto en el grupo tratado con placebo como en el tratado con 40 mg de tadalafilo. Además, se observaron mejoras en el grupo tratado con tadalafilo 40 mg, en comparación con placebo, en los dominios funcionalidad física, situación física, dolor corporal, estado general de salud, vitalidad e interacción social de la escala SF-36. No se observaron mejoras en los dominios estado emocional y salud mental de la escala SF-36. Se observaron mejoras, comparadas con placebo, con tadalafilo 40 mg en las escalas EuroQol (EQ-5D) US y UK, en cuanto a movilidad, autonomía, actividades habituales, dolor/malestar, componentes de ansiedad/depresión, y en la escala visual analógica (EVA). Se determinaron parámetros hemodinámicos cardiopulmonares en 93 pacientes. Tadalafilo 40 mg incrementó el gasto cardíaco (0,6 L/min) y redujo la presión arterial pulmonar (-4,3 mm Hg), así como la resistencia vascular pulmonar Adcirca Advert_GSKEDC-SPN-2014-5455_D3.indd 3 29-32 FT.indd 32 FT2 LILLY ADCIRCA 210X297.indd 1 (-209 dyn.s/cm5) en comparación con los valores basales (p<0,05). Sin embargo, análisis post hoc demostraron que los cambios respecto a valores basales en los parámetros hemodinámicos cardiopulmonares del grupo tratado con tadalafilo 40 mg no fueron significativamente distintos comparados con el grupo tratado con placebo. Tratamiento a largo plazo: Se incorporaron a un estudio de extensión a largo plazo 357 pacientes del estudio controlado con placebo. De estos, 311 pacientes habían sido tratados con tadalafilo durante al menos 6 meses y 293 durante 1 año (mediana de la exposición 365 días; intervalo 2 a 415 días). Para aquellos pacientes para los que se dispone de datos, la tasa de supervivencia a 1 año es del 96,4 %. Además, la distancia recorrida a pie en 6 minutos y el status de clasificación funcional de la OMS parecieron estabilizados en aquellos pacientes tratados durante 1 año con tadalafilo. La administración de 20 mg de tadalafilo a sujetos sanos no produjo diferencias significativas en comparación con placebo en la presión sanguínea sistólica y diastólica, tanto en posición supina (disminución media máxima de 1,6/0,8 mm Hg, respectivamente), como en bipedestación (disminución media máxima de 0,2/4,6 mm Hg, respectivamente), ni cambios significativos en la frecuencia cardíaca. En un estudio para evaluar los efectos de tadalafilo sobre la visión, no se detectó deterioro de la discriminación de los colores (azul/verde) usando la prueba de Farnsworth-Munsell 100-hue. Este hecho es consistente con la baja afinidad de tadalafilo por la PDE6 en comparación con la PDE5. A lo largo de los estudios clínicos, las notificaciones de cambios en el color de la visión fueron raras (< 0,1 %). Se realizaron tres estudios en varones para investigar el efecto potencial sobre la espermatogénesis de tadalafilo 10 mg (un estudio de 6 meses) y 20 mg (un estudio de 6 meses y otro de 9 meses) administrados diariamente. En dos de estos estudios se observaron disminuciones en el recuento espermático y en la concentración de esperma asociadas al tratamiento con tadalafilo que no parecen tener relevancia clínica. Estos efectos no estuvieron asociados a alteraciones de otros parámetros tales como motilidad, morfología y FSH. Población pediátrica: La Agencia Europea de Medicamentos ha concedido al titular un aplazamiento para presentar los resultados de los ensayos realizados con ADCIRCA en uno o más grupos de la población pediátrica en el tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar (ver sección 4.2 para consultar la información sobre el uso en población pediátrica). 5.2 Propiedades farmacocinéticas - Absorción: Tadalafilo se absorbe por vía oral y la concentración plasmática máxima media (Cmax) se alcanza en una mediana de tiempo de 4 horas después de la dosificación. No se ha determinado la biodisponibilidad absoluta de tadalafilo después de la administración oral. Ni la velocidad ni la magnitud de absorción de tadalafilo se ven influidas por la ingesta de alimentos, por lo que ADCIRCA puede tomarse con o sin alimentos. La hora de dosificación (mañana o tarde tras la administración de una dosis única de 10 mg) no tuvo efectos clínicos relevantes en la velocidad y la magnitud de absorción. Distribución: El volumen medio de distribución es aproximadamente 77 l en el estado estacionario, indicando que tadalafilo se distribuye en los tejidos. A concentraciones terapéuticas, el 94 % de tadalafilo en plasma se encuentra unido a proteínas plasmáticas. La unión a proteínas no se ve afectada por la función renal alterada. En el semen de voluntarios sanos se detectó menos del 0,0005 % de la dosis administrada. Biotransformación: Tadalafilo se metaboliza principalmente por la isoforma 3A4 del citocromo CYP450. El metabolito principal circulante es el metilcatecol glucurónido. Este metabolito es al menos 13.000 veces menos potente que tadalafilo para la PDE5. Por consiguiente, no se espera que sea clínicamente activo a las concentraciones de metabolito observadas. Eliminación: El aclaramiento oral medio de tadalafilo es de 3,4 l/h en el estado estacionario y la semivida terminal plasmática es 16 horas en individuos sanos. Tadalafilo se excreta predominantemente en forma de metabolitos inactivos, principalmente en heces (aproximadamente el 61 % de la dosis administrada) y en menor medida en la orina (aproximadamente el 36 % de la dosis). Linealidad/ No linealidad: En el rango de dosis de 2,5 hasta 20 mg, la exposición a tadalafilo (AUC) aumenta proporcionalmente con la dosis administrada en individuos sanos. Entre 20 mg y 40 mg, se observó un incremento en la exposición inferior al proporcional. Durante la administración diaria de 20 mg y 40 mg una vez al día, las concentraciones plasmáticas en el estado estacionario se alcanzan en 5 días, y la exposición es aproximadamente 1,5 veces la obtenida después de una dosis única. Farmacocinética en la población: En pacientes con hipertensión pulmonar que no estaban en tratamiento concomitante con bosentan, la exposición media a tadalafilo en el estado estacionario tras 40 mg fue un 26 % mayor comparada con la que presentaron voluntarios sanos. No hubo diferencias clínicamente relevantes en la Cmax comparado con voluntarios sanos. Los resultados sugieren una menor eliminación de tadalafilo en pacientes con hipertensión pulmonar comparado con la que presentan voluntarios sanos. Farmacocinética en grupos especiales de pacientes: Pacientes de edad avanzada: Tadalafilo mostró un aclaramiento reducido en la administración oral en voluntarios sanos de edad avanzada (65 años o más), resultando en una exposición (AUC) un 25 % superior en comparación con voluntarios sanos de edades comprendidas entre 19 y 45 años, tras una dosis de 10 mg. Esta influencia de la edad no es clínicamente significativa y no requiere ajuste de la dosis. Insuficiencia renal: En estudios de farmacología clínica en los que se emplearon dosis únicas de tadalafilo (5 mg a 20 mg), la exposición a tadalafilo (AUC) fue aproximadamente el doble en individuos con insuficiencia renal leve (aclaramiento de creatinina de 51 a 80 ml/min) o moderada (aclaramiento de creatinina de 31 a 50 ml/min) y en individuos con insuficiencia renal terminal sometidos a diálisis. En pacientes sometidos a hemodiálisis, la Cmax fue un 41 % superior que la observada en voluntarios sanos. La hemodiálisis contribuye de forma insignificante a la eliminación de tadalafilo. Debido a la mayor exposición a tadalafilo (AUC), a la limitada experiencia clínica, y a la incapacidad de influir en la eliminación mediante diálisis, tadalafilo no está recomendado en pacientes con insuficiencia renal grave. Insuficiencia hepática: La exposición a tadalafilo (AUC) en sujetos con insuficiencia hepática de leve a moderada (Child-Pugh grado A y B) es comparable con la exposición observada en individuos sanos cuando se administró una dosis de 10 mg. En caso de prescribirse tadalafilo, el médico debe realizar una evaluación cuidadosa de la relación beneficio/riesgo para el paciente. No se dispone de datos sobre la administración de dosis mayores de 10 mg a pacientes con insuficiencia hepática. No se ha estudiado en pacientes con cirrosis hepática grave (clasificación Child-Pugh clase C), y por tanto no se recomienda la administración de tadalafilo. Pacientes con diabetes: La exposición a tadalafilo (AUC) en pacientes con diabetes fue aproximadamente un 19 % inferior con respecto al valor de AUC en individuos sanos tras una dosis de 10 mg. Esta diferencia en la exposición no requiere un ajuste de la dosis. Raza: Los estudios farmacocinéticos han incluido sujetos y pacientes de diferentes grupos étnicos, y no se han identificado diferencias en la exposición típica a tadalafilo. No se requiere un ajuste de la dosis. Sexo: En mujeres y hombres sanos tras dosis únicas y dosis múltiples de tadalafilo, no se observaron diferencias clínicamente relevantes en la exposición. No se requiere un ajuste de la dosis. 5.3 Datos preclínicos sobre seguridad - Los datos en los estudios no clínicos no muestran riesgos especiales para los seres humanos según los estudios convencionales sobre farmacología de seguridad, toxicidad a dosis repetidas, genotoxicidad, potencial carcinogénico y toxicidad para la reproducción. No hubo evidencia de teratogenicidad, embriotoxicidad o fetotoxicidad en ratas o ratones que recibieron hasta 1.000 mg/kg/día de tadalafilo. En un estudio de desarrollo prenatal y postnatal en ratas, la dosis a la que no se observó efecto fue de 30 mg/kg/día. El AUC para el principio activo libre en ratas preñadas a esta dosis fue aproximadamente 18 veces el AUC humana para una dosis de 20 mg. No se produjo alteración de la fertilidad en ratas machos ni hembras. En perros a los que se administró diariamente tadalafilo durante 6 a 12 meses, a dosis de 25 mg/kg/día (resultando en una exposición al menos 3 veces superior [intervalo de 3,7 – 18,6] a la observada en humanos con una dosis única de 20 mg) y superiores, se produjo regresión en el epitelio tubular seminífero que supuso una disminución de la espermatogénesis en algunos perros. Ver también sección 5.1. 6. DATOS FARMACÉUTICOS: 6.1 Lista de excipientes - Núcleo del comprimido recubierto con película: lactosa monohidrato, croscarmelosa sódica, hidroxipropilcelulosa, celulosa microcristalina, laurilsulfato de sodio, estearato de magnesio. Cubierta pelicular: lactosa monohidrato, hipromelosa, triacetina, dióxido de titanio (E171), óxido de hierro amarillo (E172), óxido de hierro rojo (E172), talco. 6.2 Incompatibilidades - No procede. 6.3 Periodo de validez - 3 años. 6.4 Precauciones especiales de conservación - Conservar en el embalaje original para protegerlo de la humedad. No conservar a temperatura superior a 30qC. 6.5. Naturaleza y contenido del envase - Blíster de aluminio/PVC/PE/PCTFE en envases con 28 y 56 comprimidos recubiertos con película. Puede que solamente estén comercializados algunos tamaños de envases. 6.6 Precauciones especiales de eliminación - Ninguna especial. La eliminación del medicamento no utilizado y de todos los materiales que hayan estado en contacto con él, se realizará de acuerdo con la normativa local. 7. TITULAR DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN: Eli Lilly Nederland B.V., Grootslag 1-5, Nl-3991 RA, Houten, Holanda. 8. NÚMERO(S) DE AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN: EU/1/08/476/005-006. 9. FECHA DE LA PRIMERA AUTORIZACIÓN/RENOVACIÓN DE LA AUTORIZACIÓN: Fecha de la primera autorización: 1 de octubre de 2008. Fecha de la última renovación: 1 de octubre de 2013. 10. FECHA DE REVISIÓN DEL TEXTO: Mayo de 2013. Presentaciones, precios y condiciones de prescripción y financiación: ADCIRCA 20 mg comprimidos recubiertos con película, envase de 56 comprimidos (C.N. 664452.2). PVP: 575,91 € PVP-IVA: 598,95 €. Con receta médica, uso hospitalario. La información detallada de este medicamento está disponible en la página web de la Agencia Europea de Medicamentos http://www.ema.europa.eu/. 5/26/2014 5:11:33 PM 11/06/14 29/05/14 12:47 08:47 WW WW W.P PHA PHAONLINEU HAONLINE NEUN UNIV U NIV NI N IV.O OR RG PHA Online University es el principal recurso de formacion médica on line sobre hipertensión pulmonar, que permite además el establecimiento de una red de contactos para los profesionales sanitarios. 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Servicio de Información Médica número gratuito 00800 11 22 33 77 de lunes a viernes de 08:00 a 17:00 horas o llame al 91 7695896 si su operador de móvil no permite llamadas gratuitas itas eccc.info@gsk.com Pueden notificarse las sospechas de reacciones adversas a la Unidad de Farmacovigilancia de GlaxoSmithKline, telf. 91 807 03 01, fax 91 807 59 40, email: unidad.farmacovigilancia@gsk.com Referencias 1. Oudiz RJ, Brundage BH, Galiè N, Ghofrani HA, Simonneau G, Botros FT et al; PHIRST Study Group. Tadalafil for the treatment of pulmonary arterial hypertension: a double-blind 52-week uncontrolled extension study. J Am Coll Cardiol. 2012; 60(8):768-74. 3. Adcirca Ficha técnica. Mayo 2013 www.gsk.es Adcirca es fabricado por Eli Lilly, Adcirca® (tadalafilo) es una marca registrada de Eli Lilly and Company. ESP/ADC/0013/13 (1) (06/2014) 2. Galiè N, Brundage BH, Ghofrani HA, Oudiz RJ, Simonneau G, Safdar Z et al; Pulmonary Arterial Hypertension and Response to Tadalafil (PHIRST) Study Group. Tadalafil therapy for pulmonary arterial hypertension. Circulation. 2009;119(22):2894-903.