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Marzo / Tenerife 2007 1 IV Curso para Educadores en Asma IV Curso para Educadores en Asma Editores Dr. J Figuerola Mulet Dr. J. Korta Murua Dr. M. Martínez Gómez Dra. A Neira Rodriguez Dr. M. Praena Crespo Dra. C. Rodríguez Fernández-Oliva Dra. J. Román Piñana Dr. S. Rueda Esteban Dr. J. Valverde Molina Comité organizador C. Rodríguez Fernández-Oliva R. Suárez López de Vergara C. Oliva Hernández C. Galván Fernández Imprime: Litomaype S.L. C/ Doctor Zamenhof, 34. La Laguna - Tenerife Depósito Legal: 312/2007 I.S.B.N.: 978-84-611-6446-8 2 Marzo / Tenerife 2007 Índice 1. Interés de la educación terapéutica en el asma ............................................... Dr. José Valverde Molina 5 2. Adherencia al tratamiento de mantenimiento en el asma................................ Dr. Carlos Vázquez Cordero 13 3. Diagnóstico clínico.......................................................................................... Dra. Concepción Galván Fernández 19 4 Función Pulmonar y FEM ............................................................................... Dra. Concepción Oliva Hernández , Dra. Carmen Luz Marrero Pérez 25 5. Tratamiento de mantenimiento del asma en pediatría ..................................... Dr. Javier Korta Murua 39 6. Tratamiento de la crisis asmática .................................................................... Dra. Valle Velasco 53 7- Educación del paciente asmático en el ámbito escolar ................................... Dra. Carmen Rosa Rodríguez Fernández-Oliva 59 8. Ámbito de la educación en el asma infantil: adolencencia ............................. Dra. Angeles Neira 65 9. Ámbitos de la educación en el asma infantil. Servicio de Urgencias y planta de Hospitalización ......................................... Dr. Joan Figuerola 71 10. El Plan de acción peronalizado. ¿un instrumento suficientemente utilizado? Dra. Juana Román 75 11. Aplicación de un programa educativo en Atención Primaria.......................... Dr. Manuel Praena Crespo 79 12. Educación para la prevención del tabaquismo: cuándo y cómo actúa el pediatra ..................................................................... Dra. Rosa Gloria Suárez, Dra. Alicia Callejón, M. Dorta Suárez 13. Autonomía u corcondancia en el uso de medicamentos: el caso del asma ..... Dr. Emilio J. Sanz 89 99 14. Educar en la diversidad. Técnicas de aproximación al niño ........................... 107 Dra. Olga Alegre de la Rosa, Dr.Juan José Sosa 15. Dispositivos para el suministro de la terapia inhalada .................................. 135 Dr. Javier Korta, Dr. Santiago Rueda, 16. Taller de Espirometría ..................................................................................... 143 Dr. Máximo Martínez, Dra. Concepción Oliva 3 IV Curso para Educadores en Asma 4 Marzo / Tenerife 2007 INTERES DE LA EDUCACION TERAPEUTICA EN EL ASMA José Valverde Molina Neumología Pediátrica. Hospital los Arcos. Santiago de la Ribera (Murcia) La prevalencia del asma y su morbi-mortalidad están aumentando en las últimas décadas, a pesar de los avances surgidos en los conocimientos fisiopatológicos y la disponibilidad de mejores y más efectivos fármacos. Como enfermedad crónica y compleja, requiere conocimientos y destrezas para su automanejo. Debemos tener en cuenta que la variabilidad de la enfermedad va a producir gran ansiedad en el paciente y su familia, ocasionando dependencia importante del sistema sanitario, lo que ocasiona un mayor coste y peor calidad de vida. Dado que no existe en la actualidad un tratamiento curativo de la enfermedad, el objetivo es el control de la misma para mejorar la calidad de vida del paciente. En los últimos años han surgido guías clínicas para su manejo, pero a pesar de su amplia divulgación, la enfermedad dista mucho de estar controlada. Estas guías clínicas promulgan la necesidad de la educación como un escalón mas en la terapéutica del paciente asmático, habiéndose desarrollado en los últimos años programas educativos como consecuencia del reconocimiento de la necesidad de optimizar prácticas de atención sanitaria, reducir la morbilidad y disminuir los costes de la atención. Esta educación tiene como objetivo ayudar a los pacientes y sus familias a desarrollar los conocimientos necesarios, actitudes, creencias y habilidades para el manejo efectivo de su enfermedad, siendo uno de los principales trabajos de los equipos clínicos, cuyo objetivo final es potenciar la mejora e intentar alcanzar la calidad de vida «diana» del niño. Pero nos debemos de preguntar: ¿Es eficaz la educación?, ¿Es costo-efectiva?, y además ¿Quiénes, cómo y dónde ser educados?. El interés de los programas educativos en asma se hace cada vez mas evidente, dado los resultados de los estudios realizados, que incluso demuestran que más del 50% de los fracasos se deben al incumplimiento terapéutico, bien por abandono o uso incorrecto, lo que supone un coste sobreañadido. El grupo de Wolf y Guevara realizaron una revisión sistemática y un metaanálisis para la Cochrane (2002) y para British Medical Journal (2003), para intentar determinar la eficacia de la educación para el automanejo del asma sobre los resultados de salud en niños. Identifican 45 ensayos clínicos aleatorizados y controlados de programas educativos de automanejo del asma en niños y adolescentes de 2 a 18 años. De ellos resultan idóneos 32 que comprenden a 3706 pacientes. Los programas educativos se asociaron a mejoras en las mediciones del flujo espiratorio (diferencia de promedios estandarizados –DPE- 0.50, 95%IC 0.25 a 0.75), 5 IV Curso para Educadores en Asma escalas de autoeficacia (DPE 0.36, 95%IC 0.15 a 0.57), reducciones moderadas de los días de absentismo escolar (DPE -0.14, 95%IC -0.23 a -0.04), días de actividad restringida (DPE -0.29, 95%IC -0.49 a -0.08), y visitas a urgencias (DPE -0.21, 95%IC -0.33 a -0.09). También se redujeron las noches con molestias secundarias al asma. Estos efectos tuvieron un mayor impacto en casos de asma moderado-severo y en los estudios que utilizaron estrategias de FEM comparado con síntomas. Los efectos fueron evidentes dentro de los primeros seis meses, pero en las mediciones de morbilidad y utilización de atención sanitaria fueron más evidentes después de 12 meses. También Ronchetti y cols encuentran que usando una intervención educacional reducen significativamente el número de tratamientos de emergencia en niños, sobre todo con asma más severo. Gebert y cols, realizan un estudio prospectivo para intentar determinar la eficacia de un programa de automanejo en niños con asma. Ellos se preguntan si realmente estos programas tiene efectos a largo plazo con respecto a un adecuado manejo clínico, y además si estos efectos aumentan cuando existen visitas de seguimiento. Encuentran que el entrenamiento de niños con asma produce una mejoría en su percepción de la función pulmonar, sus conocimientos de medidas profilácticas y su implementación de forma precoz, y también un aumento de medicación controladora. También los padres notifican cambios positivos en la percepción de los síntomas, en la prevención del asma, en la medicación de mantenimiento y además se sienten más capaces de manejar las exacerbaciones de sus hijos. Para mantener estos resultados son necesarios entrenamientos periódicos y visitas de seguimiento, siendo mas extensos cuanto mas compleja sea el manejo de la enfermedad. Intervenciones educativas que incluyen intervenciones conductuales o psicológicas para mejorar las relaciones problemáticas en la fa- 6 milia de niños con asma grave podrían ser un complemento útil a los fármacos para los niños con asma. La educación para el automanejo en definitiva produce una reducción de uso de recursos, costes de salud y mejoría de la calidad de vida del paciente. El análisis de la costo-efectividad tiene distintas limitaciones dependiendo del sitio donde se realiza la educación, los medios y la organización sanitaria. La implementación de programas educativos, podrían requerir importantes aportes económicos iniciales, lo que generaría dudas sobre su coste-efectividad, y además donde los beneficios podrían ser mayores a largo plazo, y una parte importante de ellos, derivados del ahorro en costes indirectos. En los pacientes pediátricos el problema radica en cuantificar estos costes indirectos (pérdidas de días de colegio, menoscavo en la calidad de vida), aunque si que pueden repercutir en pérdidas de días de trabajo para sus padres o bien el incremento de gastos económicos familiares para contratar cuidadores. Estrategias para disminuir costes serian asociar sesiones educativas en grupo, lo que sería una alternativa para disminuir el número de las sesiones individualizadas, e intensificación de las sesiones, lo que mejoraría la coste-efectividad. Otro medio para ahorrar costes sería utilizar las nuevas técnicas como CD-ROM o Internet, que son baratas, fácilmente disponibles y que proveen y aumentan la educación de los pacientes con asma, mediante programas multimedia interactivos. Algunos estudios controlados sugieren que la educación interactiva multimedia podría mejorar los conocimientos, disminuir los síntomas y reducir las visitas a urgencias en estos pacientes. Las medidas de efectividad aceptadas últimamente en la literatura para la evaluación económica de los programas de educación en asma son los días libres de síntomas, sin efectos adversos y sin uso de medicación de rescate. Por ello podríamos pensar que los programas eduINTERES DE LA EDUCACION TERAPEUTICA EN EL ASMA Marzo / Tenerife 2007 cativos son aparte de eficaces, costo-eficaces. Gallois y cols realizan un estudio de coste-efectividad en adultos asmáticos. Encuentran que la educación es eficaz, con un NNT de 2.6, 2.2, 2.9 y 3.9 personas para que un paciente asmático tenga un mejor año en su condición pulmonar, días sin síntomas, noches sin síntomas y ausencia de impacto en su calidad de vida. Los costes totales son menores en el grupo de intervención educativa, sobre todo a expensas de los costes indirectos. Fireman y cols estudian las consecuencias de un programa de automanejo y encuentran un ratio coste-beneficio de 1:2 a favor del grupo de automanejo. Lewis y cols encuentran en 1 año un ahorro de 180$ en el grupo de niños que recibian educación con respecto al grupo que no la recibía. Un componente fundamental para el automanejo del asma es la provisión de planes de acción por escrito. Una reciente revisión sistemática analiza la relación coste-efectividad de los planes de acción por escrito basados en pico de flujo para la reducción de costes asociados a las visitas a urgencias y hospitalizaciones por exacerbaciones en enfermos de riesgo elevado (asma moderado-severo con antecedente de consulta reciente a servicios de urgencias u hospitalización). Los planes basados en FEM tenían un ratio coste-beneficio de 13.79 con respecto a los cuidados habituales y los planes basados en síntomas un ratio de 11.53. Además eran mas coste-efectivos que los basados en síntomas para la prevención de hospitalizaciones (311 $). Además, estudios de análisis de coste-efectividad detectan que la utilización de corticoides inhalados son mas costo efectivas que placebo, esto es importante cuando conseguimos mejorar la concordancia terapéutica. Es importante la educación de los responsables de planificación sanitaria, los profesionales sanitarios (médicos, enfermeras, farmacéuticos), José Valverde Molina personal no sanitario (profesores, entrenadores, familiares o cuidadores) e incluso ampliando a la población en general. Es importante realizar programas de formación dirigidos a profesionales de la salud, para aumentar su motivación y capacitación como educadores sanitarios, siendo fundamental tener la posibilidad de formarse en técnicas de Educación sanitaria. Además cuando la educación es realizada por diferentes profesionales sanitarios es muy importante que los mensajes sean consistentes y no exista información discordante. La educación de médicos tiene como resultado cambios en su conducta clínica así como en el estado de salud y relación con los pacientes. Clark y cols encuentran una reducción en tiempo empleado en las revisiones de los pacientes, impacto en la prescripción y en la comunicación con el paciente, mejor respuesta –mas satisfacción-de los pacientes a las acciones de sus médicos y reducción en la utilización de recursos sanitarios. En definitiva existe un efecto SINERGISTICO. La enfermería juega un papel fundamental en la educación del niño asmático y de otros profesionales de la salud. Ryan y cols sugieren que uno de los mayores avances en cuidados del asma en los equipos de atención primaria ha sido el desarrollo de las consultas de enfermería. Un papel importante es la adherencia terapéutica y el uso adecuado de los sistemas de inhalación, así como los planes de descarga tras ingresos hospitalarios. Madge et al encuentran de una manera significativa menos readmisiones en un grupo de niños hospitalizados que recibieron formación guiada por enfermera (8.3%) comparado con un grupo control (24.8%). Resultados similares han sido reportados por Wesseldine y cols. La relevancia del papel de los farmaceúticos en la educación del paciente con asma esta aumentando día a día, sobre todo debido a sus conocimientos terapéuticos. Gonzalez-Martín y cols 7 IV Curso para Educadores en Asma evaluan el impacto de un programa de cuidados desarrollado por farmaceuticos. Encuentran que la provisión de cuidados por parte de farmaceuticos a niños con asma y a sus padres produce una mejoría en la calidad de vida de los niños, una mejoria en sus conocimientos y tratamiento de su enfermedad. Además, programas educativos guiados por profesores realizados en colegios muestran beneficios permanentes sobre conocimientos, actitudes y calidad de vida en escolares asmáticos, mejoría de conocimientos y actitudes en los profesores y mejoras de las políticas sobre asma de dichos colegios. Así mismo sesiones educativas mostrando videos de pacientes con crisis de asma ayuda a reconocer la existencia de distrés respiratorio en niños asmáticos. Programas educativos canalizados a través de profesores demuestran una mejoría de los conocimientos sobre asma de los mismos, así como una mejora en la política sobre asma en los colegios. Al inicio de la educación del paciente es necesario valorar sus conocimientos y competencias para el cuidado de su enfermedad. Los programas para ser efectivos deben incluir educación para el automanejo, el uso de un plan de acción por escrito individualizado y asociarse a revisiones periódicas del paciente. No debemos olvidar que muchos de los componentes de los cuidados del asma podrían ser inefectivos sin la adecuada educación del paciente. De hecho, la provisión de planes por escrito sin educación para el automanejo y reforzamiento es improbable que mejore los resultados para el paciente. Con respecto a cuando debe ocurrir la educación, los momentos importantes serían al diagnóstico de la enfermedad, durante las revisiones periódicas, cuando ocurre un cambio terapéutico o un evento adverso. Osman y cols consideran una quinta posibilidad que denominan «revisión oportunista». Las guías clínicas reco- 8 miendan que la educación debería ser una parte importante del manejo del asma en todos los niveles asistenciales, tanto en atención primaria como especializada, siendo importante una adecuada comunicación entre los distintos niveles. Estudios realizados demuestran la eficacia de la educación cuando es impartida fuera de las visitas regulares, durante las visitas a urgencias, durante las hospitalizaciones, incluso en el ámbito escolar y en el domicilio del paciente. Para tener verdaderas oportunidades para iniciar un programa educativo es necesario disponer de una adecuada estructura sanitaria con adecuados sistemas de comunicación y coordinación entre los distintos niveles asistenciales, así como profesionales entrenados y sensibilizados que dispongan de guías clínicas consistentes y consensuadas. Para que los programas educativos tengan éxito deben basarse en una compresión teórica sólida del cambio de conductas y deben emplear estrategias de automanejo diseñadas para mejorar el conocimiento, las aptitudes y la actitud hacia el autocontrol. Las intervenciones educativas deberían incluir un plan de acción por escrito individualizado que incluyera recomendaciones de cómo usar la medicación cuando el niño esta bien y cuando este control esta empeorando. Cada vez resulta mas claro que la educación sobre asma limitada o consistente únicamente en transmisión de información es ineficaz. Un programa educativo debe abordar cuatro aspectos importantes del proceso: conocimientos sobre asma, manejo de las exacerbaciones, prevención de ataques y adquisición de habilidades, por lo que debería abordar los siguientes aspectos: información acerca de los contenidos de las guías de práctica clínica, información acerca de la enfermedad y su diagnóstico, conocimientos sobre los distintos fármacos, entrenamiento o uso correcto de los sistemas de INTERES DE LA EDUCACION TERAPEUTICA EN EL ASMA Marzo / Tenerife 2007 inhalación y el medidor de pico de flujo espiratorio, información acerca de la prevención de exacerbaciones y deterioro clínico, capacidad para reconocer empeoramiento de la enfermedad, un entrenamiento guiado para el automanejo y negociación de un plan de acción por escrito individualizado. Los planes de acción por escrito facilitan la temprana detección y manejo de una exacerbación clínica. Deben ser individualizados basado en el mejor flujo espiratorio máximo (o síntomas sin no se puede realizar la determinación de flujo espiratorio máximo), usando 2-4 puntos de acción y recomendando el uso de corticoides inhalados y orales para el tratamiento de las exacerbaciones. Dos grupos de edad en pediatría tienen una serie de peculiaridades, como son sobre todo los preescolares y los adolescentes. Los programas educativos en preescolares tienen que ir dirigidos a sus padres y cuidadores. Habitualmente los padres no se siente bien informados, no disponen de adecuados conocimientos sobre la enfermedad y sus manejo, y además reconocen sufrir sentimientos de inseguridad y culpabilidad, lo que afecta incluso su calidad de vida. Los resultados de los programas educativos dirigidos a padres y cuidadores son prometedores: incrementan sus conocimientos con respecto a la enfermedad, su autoeficacia y habilidades para el auto-manejo. Además, estos programas demuestran reducción en los síntomas de sus hijos y en las visitas a urgencias y hospitalizaciones. Con respecto a los adolescentes, Shah y cols encuentran que un programa educativo para asma guiado por pares resulta en una mejoría de la calidad de vida de adolescentes y reduce la morbilidad de adolescentes con asma. Como conclusión, los programas educativos son eficaces en pacientes con asma, probablemente costo-efectivos, aunque son necesarios más estudios que valoren ampliamente los resultados en salud en estos pacientes a medio y largo pla- José Valverde Molina zo. Los profesionales sanitarios deberían recibir formación para ser educadores y tener la motivación necesaria para participar activamente en el desarrollo de programas educativos. Todos los pacientes con asma, y sus familiares y cuidadores deberían ser educados. Y por último deberíamos aprovechar cualquier oportunidad para incluir a un paciente en un programa educativo. 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INTERES DE LA EDUCACION TERAPEUTICA EN EL ASMA Marzo / Tenerife 2007 ADHERENCIA AL TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO EN EL ASMA Carlos Vázquez Cordero Sección de Neumología Pediátrica, Hospital de Cruces, Baracaldo (Vizcaya) De acuerdo con las Guías de tratamiento vigentes (1-7), los niños asmáticos precisan frecuentemente tratamiento diario continuo con uno o mas medicamentos «controladores», primariamente corticoides inhalados, durante períodos prolongados de tiempo. Tan solo se exceptúan aquellos que tienen un «asma leve-intermitente», según la definición de la mayoría de las clasificaciones hasta ahora utilizadas, o simplemente que cumplen criterios de control de su asma, utilizando tan solo beta-agonistas inhalados de acción corta a demanda, según la acertada , en mi opinión, nueva clasificación propuesta en el último documento de la Global Initiative for Asthma o «GINA» (8). «Adherencia», mejor que «cumplimiento», se refiere al grado en que el paciente sigue este tratamiento diario correctamente, conforme a un «acuerdo» entre el Médico y el Paciente y/o su familia. La educación del paciente con asma y su familia, para conseguir una «asociación» o «alianza» entre el Médico y el paciente y su familia , es, como es bien sabido, el punto primero del Programa de Manejo y Prevención del Asma, propuesto por el GINA, y uno de sus objetivos primordiales es conseguir una adherencia adecuada al tratamiento, para lo cual es importante promover la comprensión por el paciente de la enfermedad y su tratamiento, su confianza, sus habilidades, y su satisfacción. Es fundamental que acepten que el asma es un proceso crónico, compartir la información, discutir con el paciente sus expectativas, y dejarle expresar y responder a sus posibles miedos y preocupaciones. El GINA declara que la adherencia puede ser mejorada si : 1- El paciente acepta el diagnóstico, 2- Cree que : el asma puede ser peligroso o ser un problema, 3- Que corre riesgos si no cumple correctamente el tratamiento, 4- Que el tratamiento es seguro, 5- Que tiene control sobre su tratamiento y 6- Tiene una buena comunicación con el Médico (8). Sin embargo, paradójicamente, pese a que se dispone de un tratamiento muy eficaz, que permitiría controlar con facilidad a la gran mayoría de los pacientes con asma, la realidad sin embargo , como han mostrado recientes estudios, es que la morbilidad de los niños y adultos con asma en Europa es todavía muy elevada, y solo una minoría de pacientes reciben tratamiento diario con corticoides inhalados, pese a su frecuente necesidad de beta-agonistas inhalados (9). Otros estudios, han mostrado que la mala adherencia reconocida por el paciente , se asocia a mayor morbilidad (10), y mal control del asma (11) y una revisión sistemática de la literatura (12) y otros estudios (13,14) ha revelado que la adherencia al tratamiento diario con corticoides inhalados es generalmente mala oscilando entre el 20% y el 73%, y que solo 13 IV Curso para Educadores en Asma entre 46% y 59% de los pacientes utilizan correctamente los inhaladores prescritos. Puede llamar la atención , dada la magnitud de este problema, que el GINA (8) dedique solamente 1.5 páginas de un documento de 192, al abordaje específico de la adherencia al tratamiento, que recibe una atención similar en su último documento. Algunas Guías, como la, en muchos aspectos excelente, Guía de Práctica Clínica del asma de Osakidetza-Servicio Vasco de Salud (7), ni siquiera le dedican un apartado específico. No se puede exagerar la importancia clínica, que tiene el conocer cual es la adherencia del paciente. Ante un paciente con mal control de su asma, y un buen cumplimiento, puede estar indicado aumentar un nivel la medicación controladora empleada dentro del esquema de Tratamiento Escalonado del asma propuesto por las diversas Guías , por el contrario si la adherencia es mala, obviamente no habrá que aumentar la cantidad de medicación, sino mejorar la adherencia.Si el asma del paciente está controlada, y éste tiene una buena adherencia, se puede mantener el mismo nivel de tratamiento o intentar reducir éste. Por el contrario, si el paciente está bien controlado, pese a tener una mala adherencia, es probable que no necesite ningún tratamiento diario controlador en absoluto, en este momento. La medición de la adherencia es difícil. Se han propuesto diversos métodos: 1- Recuento de las recetas consumidas (posible, aunque sujeto a manipulación). 2- Recuento de las pastillas o inhaladores consumidos, y las dosis utilizadas si el dispositivo está provisto de un contador (También puede ser objeto de manipulación, aunque es un método mejor, muy especialmente si el contador solamente corre cada vez que el paciente inhala como ocurre con el dispositivo «Novolizer»). 3- Mediante dispositivos electrómicos como el «Doser», que registran la utilización del inhalador. Han sido usados en el contexto de Ensayos Clínicos y otros estudios de investigación (14), y son un método preciso, pero no están disponibles en la práctica clínica. 14 4- Medición directa de los niveles del fármaco en el paciente (generalmente solo posible en el caso de la teofilina). 5- El GINA declara que «en la práctica clínica habitualmente se realiza interrogando directamente al paciente y a la familia». Se han propuesto diversos cuestionarios o tests, para valorar la adherencia, como el de Morinsky-Green, y el de Haynes-Sackett, diseñados originalmente para estimar la adherencia al tratamiento de la hipertensión arterial . El test de Morinsky-Green consta de 4 preguntas : ¿Se olvida usted algunas veces de tomar la medicación?, ¿La toma a las horas indicadas?, ¿La deja de tomar cuando se siente bien?, y ¿La deja de tomar si alguna vez le sienta mal?. Se considera un probable buen cumplidor al que contesta «correctamente» a las 4 preguntas. En el test de cumplimiento autocomunicado de HaynesSackett, el Profesional, comenta en primer lugar «la mayoría de los pacientes tienen dificultades para seguir la medicación que tienen que tomar diariamente». A continuación se le pregunta ¿Tiene usted dificultades en el cumplimiento de la toma de su medicación diaria?. Y finalmente se le pregunta : a lo largo del último mes ¿En que porcentaje calcula que ha tomado la medicación diaria prescrita?. Se considera probable buen cumplidor al que contesta e» 80% a la última pregunta. Desgraciadamente la adherencia basada en cuestionarios, tiende a supervalorar la adherencia ,hasta un 50% en comparación con la medida mediante el uso de dispositivos electrónicos que registran cada uso del inhalador (14), o mediante el cálculo de las dosis consumidas mediante el recuento de envases gastados, y de las dosis restantes en el último inhalador. (15). Existen muy numerosos factores que pueden influir en la adherencia a la medicación controladora diaria en el asma. El GINA los divide en Factores relacionados con la Medicación y No relacionados con la Medicación (Tabla I). Aunque se acepta que la mala adherencia es de origen multifactorial, de entre todos los facto- ADHERENCIA AL TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO EN EL ASMA Marzo / Tenerife 2007 res asociados a ella, algunos estudios han resaltado la importancia de las rutinas familiares organizadas de forma compartida por todos los miembros, y en las que queda incorporada como una de ellas la toma de la medicación (16,17). La vida familiar caótica, con ausencia de rutinas organizadas,y cambios frecuentes de domicilio y actividades, se asocia a una frecuencia aumentada de mala adherencia. Por el contrario, algunos estudios (18) no han encontrado una relación consistente entre el grado de conocimientos sobre el asma, evaluados mediante cuestionario estandarizado, y la adherencia. Una buena comunicación con el paciente es la base de un cumplimiento terapéutico (grado B de recomendación). Para ello es necesario (8) : 1-Una actitud amistosa, atenta, y comprometida con el paciente, 2- Animarlo y alabar sus logros, 3- Tranquilizarlo acerca de los posibles efectos secundarios, 4- Darle una información personalizada, referida a su propia historia clínica en cada visita, 5- Darle la sensación de que se comparten con él los objetivos y el plan de tratamiento y 6- Monitorizar la evolución. Recientemente he completado un estudio piloto en mi Consulta de Asma Hospitalaria, que podría eventualmente formar un punto de partida para un multicéntrico estudio mas amplio. La hipótesis de trabajo es que es posible medir la adherencia al tratamiento de forma sencilla, en la mayoría de los niños asmáticos que precisan tratamiento diario continuo con uno de los dos dispositivos inhaladores analizados en el estudio. En segundo lugar pretendí analizar la influencia sobre la adherencia de una serie de factores que según el GINA se asocian a ella. En tercer lugar y en un futuro cabría estudiar de que manera se podría intervenir sobre las variables asociadas a una mala adherencia, para mejorar ésta Los pacientes tenían un diagnóstico de Asma según la definición del Consenso Internacional Pediátrico (1). Todos tenían historia de episodios recurrentes de respiración sibilante, apreciados por el paciente y su familia, no precipiCarlos Vázquez Cordero tados exclusivamente por las infecciones respiratorias, y con una respuesta clínica consistente inmediata ,al tratamiento con beta-agonistas inhalados de acción corta a demanda.. Los criterios de inclusión fueron : 1- Edad 5 años, 2- Prescripción de tratamiento diario continuo con Budesonida 1-2 veces al día mediante un Novolizer, o Fluticasona o SalmeterolFluticasona 2 veces al día mediante un Accuhaler, 3- Demostración de una técnica correcta con el dispositivo utilizado, 4- Comprensión y aceptación de los motivos del estudio y 5- No cambio del tipo de inhalador durante el tiempo del estudio (unos 6 meses). El motivo de utilizar estos dispositivos, fue que el contador preciso del Accuhaler, permite una estimación exacta de las dosis que han sido preparadas para su inhalación, si bien no de las dosis realmente inhaladas, ya que cada vez que se prepara una dosis para inhalar al exponer la boquilla, el contador corre un número, y lo vuelve a hacer si se repite la maniobra sin inhalar (efecto desperdicio o «dumping»). Por el contrario el contador del Novolizer, aunque no es tan preciso (permite la estimación de las dosis inhaladas con una exactitud 3), solamente corre cuando la dosis ha sido realmente inhalada, y por tanto no está sometido al efecto dumping. La idea de utilizar ambos, podría pues dar una idea aproximada – aunque los pacientes no fueran los mismos - mediante la comparación entre las adherencias calculadas con ambos dispositivos, acerca de si el efecto dumping en la población estudiada era o no importante. En la primera visita se anotó el número de dosis restantes que indicaban los contadores de los dispositivos inhaladores que estaban utilizando los pacientes. Se les indicó que a partir de entonces guardaran los envases gastados, y los trajeran junto con el que estuvieran utilizando en la visita de seguimiento, unos 6 meses mas tarde. El cálculo de la adherencia con el Accuhaler se realizó mediante la fórmula : (Dosis «utilizadas»/días transcurridosx2) x 100. Dosis utiliza- 15 IV Curso para Educadores en Asma das = Número que marcaba el contador en la visita anterior + número de envases gastados x 60 + (60 – número que indicaba el contador en la visita de seguimiento). Con el Novolizer se utilizó el mismo método, teniendo en cuenta que cada cartucho tiene 200 dosis, y si los pacientes lo utilizaban una o dos veces al día. Se instruyó a los pacientes, mantuvieran invariable el número de inhalaciones diarias de su medicación controladora. durante las exacerbaciones de asma. Se consideró una adherencia 90% como excelente, 80% buena 70% regular y < 70% mala.. El día de la visita de seguimiento, se entregaron dos cuestionarios al paciente y al responsable familiar, para ser rellenados por ambos, en estancias separadas. La primera pregunta era para que se hiciera una estimación sobre como había sido la adherencia , con la pregunta ¿Desde la visita anterior , con que frecuencia diría que ha dejado de tomar la medicación que debía tomar diariamente para el asma?. Las respuestas se valoraron según una escala semicuantitativa, desde 7 (nunca) a 1 (casi siempre). Las otras preguntas del cuestionario hacían relación a los factores asociados a la adherencia citados en el GINA, y finalmente se anotaron datos acerca de la severidad del asma del paciente (extraidos de su historia), y del grado de control del asma durante el período del estudio, dividiéndose los pacientes a este respecto en : asintomáticos, con asma controlada pero con algún síntoma de asma durante el período del estudio, y con asma no controlada (8), lo que implicaba un reajuste de su medicación controladora diaria salvo en casos de adherencia regular o mala. Los datos se introdujeron en 2 bases de datos (una para los pacientes, y otra para los responsables familiares) creadas al efecto, con la ayuda de la Dra L Arranz por el Servicio de Informática del Hospital de Zumárraga. Los datos se analizaron con el paquete estadístico Stata versión 8 (Dr JI Pijoán, Departamento de Epidemiología Clínica, Hospital de Cruces). 16 Se analizaron datos de 90 niños de 9.66 ± 3 años (5-17), 61 (68%) niños y 29 niñas.El 94% (85 pacientes) eran atópicos. Habían utillizado el Novolizer 35 pacientes (39%) , y 65 el Accuhaler (61%).. Los resultados se presentarán con detalle en el Curso. La adherencia media global fue 90.4 ± 10.7 (50-107). La adherencia fue excelente en 59% de los casos, buena en 29%, regular en 8% y mala en 4%. Por tanto en 88% fue buena o excelente. No hubo diferencias significativas entre la adherencia media con el Accuhaler (90.9%) y el Novolizer (89.7%). En 5 (9%) casos con el Accuhaler, la adherencia rebasó el 100% (101-107%), reflejando un posible efecto dumping, y en 2 casos (5%) lo hizo con el Novolizer (102% y 103%). No se observó mediante análisis de la varianza una correlación entre la adherencia y el grado de control del asma. La adherencia media fue de 90.8% en los asintomáticos, 90.7% en los controlados «sintomáticos», y de 86.7% en los no controlados. Tan solo 2 de los 6 casos con asma no controlada, tenían un cumplimiento regular o malo. La adherencia de los niños cuyos responsables, respondieron «nunca» o «casi nunca» a la primera pregunta, fue significativamente superior a la que eligieron otras respuestas (93.8% vs 81.7%, p < 0.001). Por tanto consideramos como sugestivas de un «buen» cumplimiento (quizás, mas bien, de un cumplimiento excelente) las respuestas «nunca» o «casi nunca» y de un no tan excelente cumplimiento el de las otras respuestas. El 72% de los responsables comunicaron una adherencia excelente vs el 57% de los niños. Los niños por tanto tendieron a ser mas «pesimistas» que sus padre y el índice kappa de acuerdo entre las respuestas de ambos no fue alto (0.27) aunque superior al esperado por azar. El test de Spearman encontró una correlación significativa entre la adherencia medida y las respuestas de los Responsables según la escala semicuantitativa 1-7 (r = 0.47, p < 0.001), pero no hubo esta correlación en las respuestas de ADHERENCIA AL TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO EN EL ASMA Marzo / Tenerife 2007 los niños. Ello se debió a que en muchos niños que no respondieron «nunca» o «casi nunca» sino que dieron otras respuestas , la adherencia real fue buena o excelente (probablemente por problemas de comprensión de lenguaje), lo que ocurrió en menor medida con los responsables. No se encontraron correlaciones entre ninguna de las variables analizadas y la adherencia, excepto con la variable «lugar en que tienen habitualmente la medicación». La adherencia media fue máxima cuando el lugar era la cocina (96%), y la mas baja cuando era el dormitorio (87%), siendo intemedia entre estas cifras cuado el lugar era el baño u otro. Las diferencias, valoradas mediante el test de KruskalWallis, fueron significativas (p < 0.03). El hallazgo de cifras tan altas de adherencia , fue en cierto modo inesperado. Es posible que el hecho de que los pacientes y sus familias supieran que el grado de cumplimiento del tratamiento iba a ser medido, haya mejorado la adherencia media, pero ello no ha ocurrido en el mismo grado de forma consistente en otros estudios.Mis hallazgos son compatibles con estudios anteriores que sugieren que los «olvidos» simples asociados a una falta de organización de las rutinas familiares, y la colocación dentro de ellas de la toma de la medicación, puede ser una importante variable asociada a una adherencia subóptima. Mi impresión es que incluso en niños con una adherencia excelente, ésta a veces desciende cuando el período analizado abarca los meses de verano, en que la vida familiar está menos sujeta a rutinas. El consejo de que se guarde la medicación en un lugar visible, dentro de la rutina diaria, y la implicación de todos los miembros de la familia en la organización de de la toma rutinizada de la medicación, puede ser primordial en la mejora de la adherencia en la mayoría de los pacientes. De todas formas el alcance de nuestro estudio es limitado, al haberse realizado en una única Consulta Hospitalaria, y el escaso número encontrado de pacientes con mala adherencia , obliga a ser cauto respecto a los factores asociados a la mala adherencia en nuestro medio. TABLA I FACTORES RELACIONADOS CON LA MALA ADHERENCIA Relacionados con la Medicación No Relacionados con la Medicación Dificultades con los artilugios inhaladores Regímenes engorrosos (ej 4 veces/día)o múltiples medicaciones Efectos secundarios Coste Aversión o antipatía a la medicación Farmacias distantes Falta de comprensión o de instrucción,temor a los efectos secundarios, insatisfación con los profesionales Mala supervisión,enseñanza o seguimiento Cólera por la enfermedad o su tratamiento Subestimación de su severidad Cuestiones culturales Estigmatización Olvidos Falsa sensación de seguridad Actitudes hacia la mala salud y cuestiones religiosas Carlos Vázquez Cordero 17 IV Curso para Educadores en Asma Referencias 1- Warner JO, Naspitz CK, Cropp GJA. Third International Pediatric Consensus Statement on the Management of Childhood Asthma. Pediatr Pulmonol 1998; 25 : 1-17 2- British guideline on the management of asthma. Thorax 2003; 58 (Suppl I) : 1-94. 3- National Asthma Council of Australia Ltd. Asthma Management Handbook 2002 ACN 058 044 634 . http//www.NationalAsthma.org.au. 4- Grupo Español para el Manejo del Asma (GEMA). Guía Española para el manejo del asma .2003 Ediciones Mayo S.A.ISBN:8489980-95-0. edmayo@edicionesmayo.es 5- Canadian Pediatric Asthma Consensus Guidelines 2003 (updated to December 2004). CMAJ 2005; 173 (Suppl 6) : 1-56. 6- Busquets R, Escribano A,Fernandez M, GarcíaMarcos L., Garde HJ, Ibero J , Pardos L, Sanches J, Sanchez E, Sanz J, Villa JR.Consenso sobre tratamiento del asma en Pediatría.An Esp Pediatr 2006; 64:375-8. 78- Guía de Práctica Clínica sobre Asma.Osakidetza,Servicio Vasco de Salud 2006 Global Initiative for Asthma .Global Strategy for Asthma Managenement and Prevention. NHLBI/WHO Workshop Report 2002 (Updated Nov 2006). http //www.ginasthma.com 9- Rabke KF, Vermeire PA, Soriano JB, Maier WC.Clinical managemen of asthma in 1999. The asthma insight, and reality in europe (AIRE) study.Eur Respir 2000; 16:802-7. 10- Bauman LJ, Wright E Leickly FE, Crain E, Kruszon-Moran D, Wade SL, Visness CM. Relationship of adherence to pediatric asthma morbidity among inner city children. Pediatrics 2002; 110:321-8. 18 11- Milgron H, Bender B, Ackerson L, Bowry P, smith B, Rand C. Non-compliance and treatment failure in children with asthma. J Allergy Clin Immunol 1996; 98(6pt I): 1051-7. 12- Cochrane MG, Bala MV, Downa KE, Mauskopf J, Ben-Joseph R. Inhaled corticosteroids for asthma therapy.Patient compliance,devices, and inhalation technique.Chest 2000; 117: 542-50. 13- Cotts GA, Gibson NA, Paton JY. Measuring compliance with inhaled medication in asthma. Arch Dis Ch 1992; 67: 332-3. 14- Bender B, Wamboldt FS, O’Connell SL, Rand C, Szefler S, Milgron H et al. Measurement of childrenásthma medication adherence by self report, mother report , canister weight, and doser CT. 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Neumología Pediátrica, Centro de Salud La Laguna-San Benito INTRODUCCIÓN FENOTIPOS EN EL ASMA El asma es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, con una prevalencia en nuestro medio entre un 5 y un 10% de la población infantil1,2 . La evolución a largo plazo de las sibilancias recurrentes en el niño, ha sido estudiada ampliamente, existiendo diferentes fenotipos clínicos8-13. Los trabajos realizados por el grupo de de Martínez y cols10,13 son de referencia obligada. Estos autores siguieron a un total de 1.246 recién nacidos hasta los 16 años, en Tucson, Arizona, estudiando la evolución en el tiempo de los niños que tenían episodios de sibilancias recurrentes, comprobando que existían 3 fenotipos bien característicos: El concepto de asma ha variado en los últimos años, considerándose en el niño pequeño, donde la fisiopatología es en gran parte desconocida, más adecuada la definición de los consensos pediátricos3,4: sibilancias recurrentes y/o tos persistente, en un contexto en el que el diagnóstico de asma es el más probable y se han descartado otras enfermedades menos frecuentes». A partir de los 6-7 años, se pueden aplicar las definiciones más estrictas de los consensos generales (GINA5, SIGN6, GEMA7). Así, la Global Initiative for Asthma (GINA)5, define el asma como «inflamación crónica de las vías aéreas en la que desempeñan un papel destacado determinadas células y mediadores celulares. La inflamación crónica produce una hiperrreactividad de la vía aérea que conduce a episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos, particularmente durante la noche o la madrugada. Estos episodios se asocian habitualmente con un mayor o menor grado de obstrucción al flujo aéreo, generalmente reversible de forma espontánea o con tratamiento». Sibilantes transitorios: Los que tenían sibilancias antes de los 3 años, pero no a los 6 años. Se relacionaban con prematuridad, tabaquismo materno prenatal, infecciones respiratorias y asistencia a guardería. No existían antecedentes familiares ni personales de atopia. Suponían entre el 40-50% de todos los sibilantes. Sibilantes persistentes: Los que tenían sibilancias antes de los 3 años y continuaban teniéndolas a los 6 años. Representaban entre el 28-30%. Existían dos subfenotipos: Atópico: Solía persistir a los 13 años. Tenían antecedentes familiares y/o personales de atopia con pruebas alérgicas positivas. No atópico: Solía desaparecer a los 13 años. No había antecedentes familiares ni personales de atopia y las pruebas alérgicas eran negativas. 19 IV Curso para Educadores en Asma Se relacionaba con infecciones respiratorias, fundamentalmente con el virus respiratorio sincitial (VRS). Sibilantes de comienzo tardío: Los que no tenían sibilancias a los 3 años, pero si a los 6 y continuaban teniéndolas a los 13 años. Suponía entre el 2030% de todos los sibilantes. Existían antecedentes personales y/o familiares de atopia. Martínez y cols13 concluyen que la mayoría de los lactantes con sibilancias tienen una entidad transitoria, que se asocia a una función pulmonar disminuida y no a la atopia. Asi, la prevalencia de atopia a los 16 años en los sibilantes transitorios fue similar a la de los controles que nunca presentaron sibilancias y la de los sibilantes persistentes atópicos fue similar a la de los sibilantes de comienzo tardío. Es decir, los patrones de los distintos fenotipos de niños sibilantes están ya establecidos a los 6 años, y no cambian hasta los 16 años. PREDICCIÓN DEL FENOTIPO ASMÁTICO Aunque en un lactante en concreto con sibilancias recurrentes, es imposible predecir con certeza a que fenotipo pertenece, desde el punto de vista clínico sería muy útil disponer de un «índice de predicción de asma», que nos permita identificar aquellos niños con probabilidad de desarrollar asma atópica y, por tanto, persistente en el tiempo. Actualmente disponemos de dos índices14,15. El índice del grupo de Tucson14, combina antecedentes atópicos con hallazgos clínicos y analíticos. Recientemente ha sido modificado16, añadiéndosele la sensibilización alérgica (Tabla 1). Se considera que el índice de predicción de asma es positivo en un niño menor de 3 años si ha presentado 4 o más episodios de sibilancias en el año anterior (episodios de > 24 horas de duración, al menos 1 confirmado por un médico) más 1 criterio mayor o 2 menores. Un índice positivo en los primeros 3 años indica que tiene un 76% de probabilidades de tener asma entre los 6 años y los 13 años, si es negativo la probabilidad no llega al 5%. La reciente Guía de práctica clínica sobre asma del Pais Vasco17 , recomienda la elaboración de índices de predicción validados en nuestra población. Hasta que se desarrollen estos índices, recomienda la utilización del índice de Castro-Rodríguez modificado (Tabla 1), para intentar identificar qué pacientes tienen mayor riesgo de desarrollar asma. DIAGNÓSTICO CLÍNICO Aunque los síntomas de tos, sibilancias, disnea, opresión torácica, son típicos de asma, el asma puede tener otras formas de presentación, especialmente en la infancia, llamadas formas atípicas de asma,18,19: Catarros de larga duración sin sibilancias con mala respuesta a los tratamientos, tos seca crónica o recidivante (tos equivalente asmático), tos con el ejercicio (asma de esfuerzo). Por ello resulta útil la existencia de un cuestionario sencillo para facilitar el diagnóstico de asma en niños y adolescentes. El cuestionario Eeasy Breathing Survey (EBS)20 , recomendado por la Guía del Pais vasco17, está validado en niños entre 6 meses y 18 años y consta de 4 preguntas (Tabla 2). Tabla 1. Índice de predicción de Castro-Rodríguez (modificado)16 20 DIAGNÓSTICO CLÍNICO Marzo / Tenerife 2007 Tabla 2. Cuestionario Easy Breathing Survey20 Una respuesta positiva a una de las 4 preguntas tiene una sensibilidad del 100% con una especificidad del 55% en el diagnóstico de asma. Por tanto, una respuesta negativa permite la exclusión de asma, pero su positividad requiere la confirmación diagnóstica mediante una historia clínica detallada y exploraciones complementarias5,21,22 que a continuación se exponen: - Factores desencadenantes: Infecciones respiratorias, exposición a alergenos (polvo, polen, animales, alimentos), irritante inespecíficos, cambios climáticos, ejercicio físico, AINES (poco frecuentes en la infancia). Historia clínica - Impacto de la enfermedad: Visitas a urgencias, ingresos, pérdida de escolaridad. Antecedentes familiares de asma y/o alergia. Existe una clara asociación entre antecedentes de asma y atopia familiar y desarrollo de asma en el niño, sobre todo cuando son ambos padres los afectados23,24 (Criterio mayor del Ïndice de Predicción de Asma: IPA, tabla 1). Antecedentes personales de rinitis, conjuntivitis, dermatitis atópica ( Criterio mayor del IPA). Situación medioambiental: Tabaquismo activo o pasivo. Vivienda: humedad, animales, características del dormitorio etc. Asistencia a guardería. Historia de la enfermedad, que debe comprender: - Características de los síntomas: Tos, sibilancias, disnea, opresión torácica (fundamentalmente en adolescentes), son síntomas sugestivos de asma, pero por sí solos no son diagnósticos. Dichos síntomas pueden presentarse aislados o combinados. - Patrón de los síntomas: Estacionalidad, frecuencia, duración. Presencia o no de fiebre. Predominio nocturno o diurno. Concepción Galván Fernández - Evolución de la enfermedad : Inicio, carácter progresivo o no, tratamientos previos y resultados de los mismos. - Intervalo intercrisis: Investigar si presenta tos nocturna, tras ejercicio, risa, llanto, sibilancias (Criterio menor del IPA). Nos ayuda a establecer la gravedad de la enfermedad. - Conocimiento: Valorar el conocimiento que tiene el paciente y la familia de la enfermedad y su tratamiento. Exploración física Comprobar el estado de nutrición ( Peso, Talla y Percentiles). La exploración física debe centrarse en el aparato respiratorio, el área ORL y la piel. En la piel buscar estigmas atópicos: surco nasal transverso, pliegue de Dennie-Morgan, lengua geográfica, lesiones de eczema etc. A nivel ORL valorar características de la mucosa nasal, exploración faringo-amigdalar, existencia de otitis serosa. A nivel pulmonar buscar signos de dificultad respiratoria, sibilancias. En la fase intercrisis la exploración física puede ser normal. 21 IV Curso para Educadores en Asma PRUEBAS COMPLEMENTARIAS Dependerán de la historia clínica y son necesarias en el diagnóstico diferencial. Pueden esquematizarse en los siguientes niveles18,19: 1º nivel : Rx de tórax. Hemograma (eosinófilos > 4% es un criterio menor del IPA). Metabolismo del hierro. Estudio alérgico: Pruebas cutáneas (técnica del prick), más sensibles y económicas o Ig E específicas en su defecto. Positivas a aeroalergenos (Criterio mayor del IPA), a alimentos (Criterio menor del IPA) 2º nivel: Rx de cavum y senos. Mantoux. Electrolitos en sudor (obligatorio en menores de 2 años). Estudio inmunológico. Alfa 1 antitripsina. Estudio de reflujo gastroesofágico. Otros: TAC de tórax, estudio de discinesia ciliar etc. DIAGNÓSTICO EN EL NIÑO MAYOR DE 6 AÑOS Se basa en la historia clínica y en el estudio de la función pulmonar, si es posible, demostrando la obstrucción reversible al flujo aéreo.Así, una prueba broncodilatadora positiva, confirma el diagnóstico de asma, pero su negatividad no lo excluye. El diag- nóstico funcional del asma será tratado en el capítulo siguiente. DIAGNÓSTICO EN EL NIÑO MENOR DE 6 AÑOS El diagnóstico de asma encierra especial dificultad en estas edades, donde el estudio de la función pulmonar es complejo y solo accesible en laboratorios especializados. Por otro lado, existe una gran variedad de patologías que cursan con tos y sibilancias en estas edades. De aquí la importancia del diagnóstico diferencial25, descartando otras patologías menos frecuentes con clínica similar (Tabla 3), para lo cual se realizaran las pruebas complementarias oportunas. Cuanto más pequeño es el niño es más probable que un diagnóstico alternativo pueda explicar las sibilancias recurrentes. Entre el 30-50% de los niños menores de 3 años, han presentado algún episodio de tos y sibilancias, habitualmente en relación con infecciones virales (especialmente por el VRS), sin embargo el 70% de ellos no van a ser asmáticos26,27. La existencia de un índice de predicción de asma positivo ( Tabla 1), aumenta el riesgo de desarrollar asma. Así mismo nos ayuda a confirmar el diagnóstico de asma en estas edades, un ensayo terapéutico con broncodilatadores de acción corta y corticoides inhalados. La respuesta positiva al mismo y el empeoramiento clínico al suspenderlo, confirman el diagnóstico de asma5. Tabla 3. Diagnóstico diferencial de asma en el niño 22 DIAGNÓSTICO CLÍNICO Marzo / Tenerife 2007 Una vez realizado el diagnóstico de asma debemos intentar clasificar al paciente según la gravedad de su asma, en orden a instaurar el tratamiento oportuno. Este tema será tratado en el capítulo de «Tratamiento de mantenimiento». 2005;41:659-66. 3. Davies DP. Asthma: a follow up statement from an international paediatric asthma consensus group. Arch Dis Child. 1992;67:240-8. 4. Warner JO, Naspitz CK. Third International Pediatric Consensus statement on the management of childhood asthma. Pediatr Pulmonol 1998;25:1-17. 5. Global Initiative for Asthma (GINA).Global Strategy for Asthma Management and Prevention. 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CONCLUSIONES El diagnóstico de asma es fundamentalmente clínico, precisando la realización de una historia clínica minuciosa y detallada. En el niño mayor de 6 años, el diagnóstico debe confirmarse con el estudio de la función pulmonar, siempre que sea posible. En el niño menor de 6 años, el diagnóstico es clínico y de exclusión. La existencia de un índice de predicción de asma positivo, apoya el diagnóstico de asma. Recordar finalmente que el aforismo médico «no todo lo que pita es asma», se complementa con el de «puede ser asma sin pitos». Se enfatiza así el reto que representa para los pediatras efectuar el diagnóstico correcto de asma en los niños. Bibliografía 1. 2. García-Marcos L, Quirós AB, Hernández GG, Guillén-Grima F, Díaz CG, Urena IC et al. Stabilization of asthma prevalence among adolescents and increase among schoolchildren (ISAAC phases I and III) in Spain. Allergy 2004;59:1301-7. 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Algo similar ocurre en el niño pequeño, siendo en este caso sus padres, los que en ocasiones, supra o infravaloran los síntomas. Debido a esa labilidad bronquial y a la deficiente percepción de los síntomas por parte del niño o de su familia, en las últimas décadas se ha intentado investigar más a fondo en la medición objetiva del flujo aéreo para el seguimiento y autocontrol del paciente asmático. Es aquí, donde la medición del Flujo Espiratorio Máximo (FEM) cobra un papel importante. En la actualidad, el estudio de la función pulmonar en el paciente asmático se realiza mediante la Espirometría y test de broncodilatación, no obstante, esta técnica aporta una valoración puntual, informándonos de cómo se encuentra el paciente en el momento concreto en que se realiza la exploración, pero no nos determina la distintas variacio- nes que puede sufrir el enfermo por diferentes motivos, a lo largo de las 24 horas del día. Por todo ello, surge la necesidad de un control más cercano del paciente, para lo que se han ido desarrollando diferentes aparatos1 capaces de medir el flujo aéreo de forma sencilla; estos instrumentos son de pequeño tamaño, transportables y prácticos, por lo que pueden ser utilizados en el domicilio. Partiendo de la base que la Espirometría es el patrón oro en el estudio de la función pulmonar en pacientes afectos de patología respiratoria, a continuación resumiremos conceptos e indicaciones básicas tanto de ésta como de la determinación del FEM, ambos útiles en el manejo del niño asmático. FLUJO ESPIRATORIO MÁXIMO Concepto El Flujo Espiratorio Máximo o FEM2,3, es el máximo flujo espiratorio obtenido desde una espiración forzada, partiendo de una inspiración profunda y sin apnea previa. Su valor, al medir un volumen por unidad de tiempo, viene expresado en litros/ minuto cuando la medición se efectúa en un medidor portátil del FEM, y en litros/segundo cuando ésta se realiza por curva flujo-volumen mediante la Espirometría (Figura 1). 25 IV Curso para Educadores en Asma El FEM también recibe distintas nomenclaturas como pico flujo espiratorio, peak expiratory flow (PEF), ápice de flujo y flujo espiratorio forzado (FEF), cuando se valora mediante la Espirometría y corresponde al ápice de la curva flujo-volumen en una maniobra espiratoria forzada. El FEM pone de manifiesto la obstrucción de la vía aérea de gran calibre. Aun existiendo controversia en algunos aspectos de su utilidad, se considera que el control del FEM en niños colaboradores, a partir de los 4 ó 5 años, puede emplearse para lo siguiente: • Diagnóstico de asma • Clasificación de la gravedad del asma • Valoración de la gravedad de la reagudización y • Valoración del tratamiento y autocontrol en domicilio En la Tabla 1 queda referida la técnica para medir correctamente el FEM o PEF. Se debe realizar al levantarse por la mañana y 12 horas después, siempre antes del uso del broncodilatador. En nuestro país, Cobos et al.4 realizaron un estudio para conocer las características técnicas de dos modelos distintos de medidores del FEM, y posteriormente elaboraron patrones de normalidad de la población escolar. Demostraron que ambos medidores presentaban sobre e infralecturas a distintos flujos, que eran diferentes para cada uno de ellos, y también obtuvieron variabilidad inter-aparatos. Recomendaron por tanto, que cada paciente deberá utilizar su propio medidor, que disponga de tablas de percentiles y a ser posible referidas a su propia población. En numerosas ocasiones, los niños pueden tener valores del FEM más bajos o más altos que los de referencia para su talla, edad y sexo, expresados en las tablas elaboradas al efecto. No obstante, se recomienda determinar en cada paciente su mejor valor personal (MVP), que nos servirá de referencia para calcular el porcentaje de variabilidad del 26 mismo, que se correlaciona más adecuadamente con la realidad del paciente. Las guías del asma definen el MVP como aquel valor más alto registrado durante 2-3 semanas, efectuado dos veces al día, cuando exista un buen control del asma5. Sabemos que los pacientes con frecuencia sólo registran estos valores de pico flujo cuando su asma está mal controlada, y no continúan registrándolo cuando alcanzan el buen control de sus síntomas, perdiendo así la oportunidad de conocer su MVP, conduciendo en definitiva a un manejo inapropiado de los datos del PEF. En la Tabla 2 quedan referidas las recomendaciones sobre los medidores del FEM. INTERPRETACIÓN DE LA VARIABILIDAD DEL FEM ó PEF Sin duda alguna, la medición del FEM con un medidor portátil tiene como principal indicación el estudio de las variaciones que sufre el flujo aéreo. Fisiológicamente el niño sano presenta variaciones del FEM con ritmo circadiano, manifestándose este hecho en el niño asmático de un modo exagerado, debido a que en estos pacientes existe una labilidad bronquial aumentada que es una de las características del asma6,7. Se utilizan diferentes índices para el cálculo de la variabilidad del FEM5,8-10, siendo los más utilizados los referidos en la Tabla 3. La variabilidad del FEM igual o mayor al 20%, con un cambio mínimo de 60 L/min, al menos tres días de la semana durante un tiempo de observación de 15 días, es sugestiva de asma11. Siguiendo las recomendaciones de los Consensos Nacionales e Internacionales de asma8-14 para evaluar el nivel de gravedad del niño asmático, se valora la sintomatología que nos aporta el paciente o su familia y la exploración clínica, junto con parámetros de función pulmonar como son: los valores y la variabilidad del FEM, y el FUNCIÓN PULMONAR Y FLUJO ESPIRATORIO MÁXIMO Marzo / Tenerife 2007 volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1). Sin embargo existe controversia en este sentido, y se está cuestionando la utilidad de la variabilidad del FEM para determinar el nivel de gravedad del asma, y si ésta se correlaciona adecuadamente con los síntomas del paciente, puesto que los niños con asma grave pueden presentar escasa variabilidad del FEM debido a una persistente obstrucción bronquial, en ocasiones solo reversible tras tandas prolongadas de corticoides sistémicos. INDICACIONES DE LA MONITORIZACIÓN DEL FEM DOMICILIARIO2,3,9,10 − Asma persistente moderada y grave − Asma inestable − Mala percepción de las exacerbaciones − Control del tratamiento en pacientes con asma inestable − Valoración de la gravedad de la crisis − Identificación de los desencadenantes de asma − Estudios epidemiológicos ESPIROMETRÍA Concepto y Técnica de realización La Espirometría es una prueba que mide cómo un individuo inhala o exhala volúmenes de aire en función del tiempo (Figura 2). Por si sola no diagnostica la etiología del proceso, pero sí que nos pone sobre la pista de la misma, sobre todo estudiando las distintas morfologías de las curvas flujo-volumen que nos proporciona (Figuras 3 y 4). Puede realizarse mediante una espiración máxima no forzada (simple o lenta)15 o mediante una espiración forzada. Es prioritario para realizar una Espirometría de forma correcta, disponer tanto de personal cualificado, adiestrado y habituado a trabajar con niños, como tener el aparataje adecuado para ello. El sitio Concepción Oliva Hernández, Carmen Luz Marrero Pérez donde se lleve a cabo la prueba debe ser tranquilo y adecuado a la edad, incluyendo juguetes o posters que creen un entorno agradable para el niño. El paciente pediátrico suele aprender más rápido y sin miedo si ve cómo otros niños realizan la maniobra con normalidad, por lo que es aconsejable que el paciente que va a realizar la espirometría por primera vez, espere y vea cómo otros más antiguos y con experiencia la realizan. El equipo ha de calibrarse a diario con una jeringa de 3 litros con un límite de + 3%, introduciendo de forma diaria la presión, temperatura y humedad ambiental para corregir de unidadesATPS a BTPS. También se deben tomar medidas para controlar la infección y limpieza del equipo. Una vez calibrado se introducen los datos del paciente (nombre, edad, altura, peso, fecha) y posteriormente se interroga por el consumo de tabaco o medicamentos así como la existencia de enfermedades previas. Se instruye y demuestra al niño de forma sencilla en que consiste la prueba, animándole incluso cuando la realice de forma incorrecta, para conseguir ganar su confianza en pruebas posteriores. Tras colocar la boquilla en la boca, debe cogerla con los dientes y sellarla bien con los labios para evitar fugas, y tras colocar las pinzas nasales, puede respirar por la boca durante 1-2 minutos con el fin de que el niño se familiarice con el aparato. La maniobra parte de una inspiración máxima16-19 (Capacidad Pulmonar Total) para posteriormente exhalar de forma forzada y lo más rápidamente posible todo el aire, hasta llegar al volumen residual (VR). Se ha de mantener la espiración al menos de 2 a 3 segundos, aunque la mayoría de los autores considera idóneo llegar hasta 6 segundos, no obstante, este tiempo puede ser menor en niños pequeños. Los niños mayores de 5 años pueden realizar una espirometría de forma correcta, e incluso niños de 3 a 5 años si son entrenados adecuadamente. Diversos autores han demostrado que un número elevado de niños en ese rango de edad, son capaces de realizar pruebas 27 IV Curso para Educadores en Asma espirométricas reproducibles y fiables20-27, aunque para ello es imprescindible modificar algunos aspectos en la estandarización28-31 habitualmente utilizada para adultos y así poder adaptarla a niños pre-escolares20. La maniobra debe repetirse varias veces hasta lograr una curva flujo-volumen reproducible y sin artefactos tales como inicio tardío, final prematuro, tos, etc, hecho que queda evidenciado si los trazados de la curva son continuos. Deben realizarse un mínimo de tres y un máximo de ocho maniobras correctas, con una diferencia entre la Capacidad Vital Forzada (FVC) y el Volumen Espiratorio Forzado en el primer segundo (FEV1) inferior al 5% ó 100 mL; dichas variables se seleccionarán entre los mejores valores obtenidos de la FVC y del FEV1. Es importante que el técnico que haya realizado la prueba compruebe que la colaboración del niño ha sido adecuada. En la Tabla 4 quedan referidas las consideraciones técnicas para considerar una Espirometría correcta. La repetitividad de dicha curva depende de que se alcance la limitación del flujo aéreo que es el punto donde el flujo ya no es dependiente del esfuerzo espiratorio (Figura 2). El sujeto debe generar el máximo flujo posible para cada volumen pulmonar31. En la Tabla 5 se recoge la nomenclatura de distintos parámetros de función pulmonar32. INTERPRETACIÓN DE LA ESPIROMETRÍA En la Tabla 6 se describen los siguientes patrones básicos de la Espirometría: − Patrón Obstructivo: Se caracteriza por una obstrucción de las vías aéreas desde la Tráquea hasta los Bronquiolos, como sucede en el asma. Se produce una limitación de la espiración, disminuyendo fundamentalmente el FEV1 y por consiguiente la relación FEV1 / FVC es menor de 0.75; GINA 2006, marca el dintel en el niño en valores inferiores a 0,9010. La excepción sería en los casos seve- 28 ros donde este cociente puede ser normal debido a la disminución del FEV1 y la FVC. Los Mesoflujos (FEF50%, FEF 25-75%) también pueden estar disminuidos, originando una morfología de la curva característicamente cóncava, pudiendo ser éste el único parámetro que se altere en los casos leves. − Patrón Restrictivo: Se produce por una disminución del tamaño del pulmón, de la caja torácica o por enfermedades neuromusculares. Cursa con una disminución del volumen pulmonar y se manifiesta con disminución marcada de la TLC, FVC y del VR, pero la relación FEV1/TLC es normal. La forma de la curva es normal pero más pequeña que la teórica. − Patrón Mixto: Hay procesos que pueden cursar con ambos tipos de alteraciones ventilatorias, precisando técnicas más sofisticadas para completar el estudio funcional, medida de los volúmenes pulmonares estáticos, entre otros, para delimitar el grado de alteración de cada componente. La forma de la curva permite distinguir no solo el patrón obstructivo o restrictivo, sino también obstrucciones intra y extratorácicas, así como errores en la realización de la técnica (Figuras 3 y 4). Resaltar una vez explicados los distintos patrones, un dato fundamental, que es la interpretación correcta de sus resultados. CORRELACIÓN DELFEM CON ELVOLUMEN ESPIRATORIO FORZADO EN EL PRIMER SEGUNDO (FEV1) El FEM se correlaciona con índices de obstrucción bronquial obtenidos mediante la Espirometría, especialmente con el FEV1, sin embargo ninguno de los dos parámetros es sustituido por el otro. La medición del FEM es más esfuerzo dependiente que la del FEV1, y sus resultados pueden subestimar por tanto el grado de obstrucción de la vía aérea, especialmente en niños. Un trabajo reciente llevado a cabo por Eid N et al.33, trata de FUNCIÓN PULMONAR Y FLUJO ESPIRATORIO MÁXIMO Marzo / Tenerife 2007 correlacionar los valores del PEF con otros parámetros espirométricos: Volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1), Flujo espiratorio forzado entre el 25-75% de la capacidad vital forzada (FEF25-75%) y el índice Volumen Residual/Capacidad pulmonar total (VR/TLC), y concluyen que es posible encontrar niños cuyo PEF es normal, y que sin embargo los otros parámetros espirométricos demuestran la existencia de obstrucción bronquial; por tanto podemos encontrar resultados falsos negativos del PEF, ya que el paciente puede producir un pico flujo de exhalación de aire suficiente como para dar un valor normal del PEF. dicho control, en relación a la función pulmonar de la siguiente forma: PEF o FEV1 referidos al MVP o predicho, como Asma Controlado ³ 80%, parcialmente controlado <80%, siendo el Asma NO controlado el que presenta síntomas diarios, limitación en actividad diaria, síntomas nocturnos y al despertar, necesidad de fármacos de rescate y función pulmonar patológica ( tres o más características en una semana) o exacerbaciones, una en cualquier semana. La validación del FEM en el diagnóstico de obstrucción de la vía aérea y la respuesta broncodilatadora ha sido investigada en adultos34,35 y demostrada su eficacia. La fiabilidad del FEM para identificar la presencia de obstrucción de la vía aérea y la respuesta broncodilatadora en relación al FEV1 ha sido recientemente investigada en el niño, considerando la medida del FEM como un buen test de screening de obstrucción bronquial36. Quedan referidos en la Tabla 8. CLASIFICACION DE LA GRAVEDAD DEL ASMA SEGÚN CRITERIOS DE FUNCIÓN PULMONAR Dado que los criterios clínicos han sido detallados en otro capítulo de esta monografía, en la Tabla 7 quedan referidos los parámetros de función pulmonar a considerar a la hora del estadiaje de la gravedad del Asma. Hay que tener en cuenta que cuando se utilice la monitorización del FEM para valorar los niveles de gravedad del asma y/o la respuesta al tratamiento, deben realizarse espirometrías periódicas para controlar la evolución del FEV1, FEF25-75% y del FEF50%. Una vez clasificada el Asma y tratada adecuadamente, el objetivo final de su manejo es conseguir un buen control de la enfermedad desde el punto de vista clínico y de función pulmonar. En la última revisión GINA 200610, establece los niveles de Concepción Oliva Hernández, Carmen Luz Marrero Pérez NIVELES DE GRAVEDAD DE LAS EXACERBACIONES SEGÚN CRITERIOS DE FUNCIÓN PULMONAR INDICACIONES DE LA ESPIROMETRÍA Las Indicaciones principales de la Espirometría son las siguientes9,10,12,13,17,30,32: DIAGNÓSTICO − Identificar la ausencia o presencia de enfermedad respiratoria − Valoración inicial del paciente con sospecha de enfermedad pulmonar − Establecer el Diagnóstico de Asma y evaluar el grado de severidad − Detección de Patología Respiratoria Obstructiva en pacientes asintomáticos − Diagnosticar Enfermedades Intersticiales en fases precoces − Detección y localización de Estenosis de la vía aérea superior − Tests de Broncodilatación − Provocación bronquial inespecífica o específica MONITORIZACIÓN − Evaluación de la respuesta terapéutica − Control evolutivo de patología respiratoria 29 IV Curso para Educadores en Asma − Detección precoz de las Exacerbaciones − Asma de control difícil − Con fines pronósticos CONCLUSIONES − El registro del FEM domiciliario tiene como finalidad investigar la medición objetiva y la variabilidad del flujo aéreo. − Hoy en día todas las guías nacionales e internacionales del asma recomiendan la utilización de los medidores del FEM para el seguimiento del niño asmático. − Aunque está demostrada una buena correlación entre el FEM y el FEV1 obtenido mediante espirometría, ninguno de los dos parámetros es sustituido por el otro. Deben compararse los valores del FEM con los del FEV1 y los mesoflujos al menos una vez al año. − El FEM mide la obstrucción de la vía aérea de gran calibre. La medición del FEM es más esfuerzo dependiente que la del FEV1 y por tanto sus resultados pueden subestimar el grado de obstrucción de la vía aérea, especialmente en niños. − Uno de los pilares fundamentales en el seguimiento del paciente asmático incluye la educación del paciente y su familia para un adecuado autocontrol. Primero se debe instruir en el registro domiciliario del FEM o PEF cuando se considere indicado, luego enseñar la técnica y cuidados del medidor, así como la manera correcta para elaborar la gráfica con los resultados del FEM o PEF, a continuación reforzar los criterios de modificación terapéutica según los síntomas y resultados del FEM, y por último, todo ello deberá aportarse siempre mediante un plan de acción por escrito. Tabla 1. Técnica para medir el FEM o PEF 30 • Ajustar bien la boquilla al medidor • Colocar el indicador de medida en posición cero • Sujetar el medidor en posición horizontal sin obstruir el carril numerado por donde se desplaza el mismo • El niño debe escoger entre la posición de pie o sentado, pero siempre debe ser la misma • Después de realizar una respiración normal, efectuar una inspiración profunda sin apnea previa • Tras ella, debe abrir la boca e introducir la boquilla sujetándola entre los dientes, sin ser ocluida por la lengua y sellar bien con los labios alrededor de la misma • Inmediatamente debe soplar lo más fuerte y rápido posible, para expulsar todo el aire retenido en los pulmones • Efectuar la lectura señalada en la escala del medidor y colocar de nuevo el marcador a cero • Realizar la maniobra tres veces y anotar en la gráfica el mejor valor obtenido FUNCIÓN PULMONAR Y FLUJO ESPIRATORIO MÁXIMO Marzo / Tenerife 2007 Tabla 2. Recomendaciones sobre los medidores del FEM • Utilizar su propio medidor en el domicilio, en la consulta, en urgencias y durante la hospitalización • Se debe actualizar el MVP cada 6-12 meses • Se deben comparar los valores del FEM con los de la Espirometría al menos una vez al año • Se recomienda sustituirlo por otro medidor entre el 1er-3 er año de su utilización Mantenimiento del aparato: realizar limpieza de la boquilla y la carcasa con agua y detergente, cada 15-20 días Tabla 3. Índices de variabilidad del FEM • 100 (post b2 noche- preb2 mañana)/media de los PEF del día • (FEM mañana-FEM tarde) x 100/ (FEM mañana + FEM tarde)/2 • (Mínimo FEM / Máximo FEM) x 100· (FEM mejor – FEM peor/ FEM mejor) x 100 • (FEM más bajo matutino/FEM más alto %) durante una semana NHLBI 1997, GINA 2002, BTS 2005, GINA 2006 Tabla 4. Consideraciones técnicas para considerar la Espirometría correcta32 1. Ausencia de broncodilatadores durante las 6 horas previas 2. Valorar la medicación que toma habitualmente y si cumple los periodos de supresión previa a la realización de la exploración 3. Evitar la comida abundante y bebidas estimulantes (colas) o bebidas gaseosas 4. No realizar ejercicios vigorosos previos a la realización de la Espirometría 5. No llevar ropas ajustadas que impidan la movilidad 6. Paciente sentado y erecto, con la cabeza recta y sin cruzar las piernas, sin cinturón ni nada que oprima 7. Usar pinzas nasales. Para algunos autores no son imprescindibles 8. Usar boquillas no deformables (para evitar artefactos debidos a la reducción de la luz por mordedura durante la espiración forzada) 9. Tiempo espiratorio mínimo de 6 segundos (2 - 3 segundos en niños pequeños) 10. La curva obtenida debe tener una morfología adecuada y estar libre de artefactos (inicio retrasado, final prematuro, tos, cierre de glotis). Se realizará un mínimo de 3 maniobras satisfactorias. Generalmente no son necesarias más de 8 11. Variabilidad entre los dos mejores FEV1 y FVC < 150 ml (100 ml para FVC < 1 L) 12. Es necesaria la impresión en papel para su posterior valoración, incluyendo los datos del paciente, el tipo de prueba realizada, los valores teóricos, los obtenidos por el niño y el porcentaje sobre el teórico Concepción Oliva Hernández, Carmen Luz Marrero Pérez 31 IV Curso para Educadores en Asma Tabla 5. Nomenclatura de diversos parámetros de Función Pulmonar Todos los flujos se expresan el litros por segundo (L/seg). Todos los volúmenes y flujos se deben expresar en unidades BTPS : es decir corregido a temperatura corporal de 37ºC, presión ambiental y saturado con vapor de agua Tabla 6. Espirometría : Patrones Básicos Obstructivo Restrictivo Mixto FVC Normal o ligeramente Disminuida disminuida (< 70%) Muy disminuida (< 70 %) FEV1 Disminuido Disminuido o normal Disminuida (< 80%) FEV1 / FVC* Disminuido (< 75-80%) FEF25-75% (< 80 %) Normal o aumentado Muy disminuido (< 65%) Disminuido o normal Valores porcentuales respecto al valor teórico *GINA 2006 establece sus valores en el niño <90% 10 32 FUNCIÓN PULMONAR Y FLUJO ESPIRATORIO MÁXIMO Marzo / Tenerife 2007 Tabla 7. Clasificación de la Gravedad del Asma según Criterios de Función Pulmonar Clasificación Función Pulmonar Intermitente FEV1 o FEM e» 80% Variabilidad del FEM < 20% FEV1 o FEM e» 80% Leve Persistente Variabilidad del FEM 20-30% Moderada Persistente FEV1 o FEM 60-80% Variabilidad del FEM > 30% Severa Persistente FEV1 o FEM < 60 % Variabilidad del FEM > 30% Los parámetros de Función Pulmonar (FEV1, PEF) y Variabilidad del FEM o PEF son referidos al MVP o predicho Tabla 8. Niveles de Gravedad de las Exacerbaciones :Criterios de Función Pulmonar y Saturación de O2 Niveles Leve PEF o FEM PEF o FEM Sat O2 basal (BTS 2005) (GINA 2006) (GINA 2006) e» 80% >95% Tipo I : Amplia variabilidad (>40%)* del FEM a pesar de la terapia intensa Tipo II: Ataque severo, crisis repentina, en el contexto de un asma bien controlada Moderada > 50-75% ** 60-80%** 91-95% Severa 33-50%** < 60%** <90% Riesgo vital <33%** – – * >40% durante más del 50% de registros durante >150 días a pesar de tratamiento intensivo correcto ** Mejor valor personal o predicho Concepción Oliva Hernández, Carmen Luz Marrero Pérez 33 IV Curso para Educadores en Asma Figura 1.. Curva Flujo / Volumen Figura 2. Curva Volumen / Tiempo Figura 3. Curva Flujo / Volumen. Patrón Normal, Obstructivo y Restrictivo PEF = Pico máximo de flujo 34 CV = Capacidad Vital FUNCIÓN PULMONAR Y FLUJO ESPIRATORIO MÁXIMO Marzo / Tenerife 2007 Figura 4. Curvas Flujo/Volumen. A. Limitación al flujo aéreo. B. Obstrucción variable al flujo aéreo de la vía aérea intratorácica superior. C. Obstrucción variable al flujo aéreo de la vía aérea extratorácica superior. D. Obstrucción fija de la vía aérea superior A. B. C. D. BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. Wright BM. A miniature Wright peak-flow meter. B Med J 1978; 9: 1627-8. Oliva Hernández C, Suárez López de Vergara RG, Callejón Callejón A. Flujo espiratorio máximo. En González Pérez-Yarza E (ed.). V Curso sobre La Función Pulmonar en el Niño (Principios y Aplicaciones), Madrid: Ergon; 2005; p.23-34. Oliva Hernández C, Suárez López de Vergara RG, Marrero Pérez CL, Callejón Callejón A. ¿Es útil el Pico Flujo en el manejo del niño asmático? En: Navarro Merino M Editor. Concepción Oliva Hernández, Carmen Luz Marrero Pérez Avances en Neumología Pediátrica. Madrid:Ediciones Ergon 2006; p.223-44. 4. Cobos Barroso N, Reverté Bover C, Liñán Cortés S. 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Para conseguir este objetivo la Global Initiative for Asthma (GINA), en su última actualización (Nov 2006),2 considera que el manejo del asma en el niño se debe sustentar en cuatro grandes apartados o componentes, todos ellos interrelacionados: − desarrollo de una asociación o colaboración entre el paciente y el médico − identificación y reducción o evitación de la exposición a factores de riesgo − valoración, tratamiento y monitorización de la enfermedad − manejo de las reagudizaciones El manejo efectivo del asma requiere una estrecha relación y colaboración entre la persona afecta y su familia con el médico, la enfermera u otros cuidadores que les atienden. El objetivo de esta colaboración no es otro que el de conseguir que el paciente y su familia asuman un mayor papel en el manejo de su enfermedad, es decir, el autocontrol guiado. El autocontrol de la enfermedad ha mostrado una reducción de la morbilidad tanto en niños como en adultos (Evidencia A). Por tanto, la educación constituye el elemento básico y primario cuando nos enfrentamos al tratamiento de esta enfermedad. De ahí que esté plenamente justificada la implementación de cursos que aborden el tema de la educación en asma como el que nos ocupa. Tema que excede a este pequeño resumen sobre el tratamiento farmacológico. La identificación y evitación posterior de los factores de riesgo y desencadenantes se describirán de forma resumida, mientras que los otros componentes, como el manejo de las crisis y el abordaje de situaciones especiales, queda para su desarrollo en otras ponencias. MEDIDAS DE CONTROL AMBIENTAL Se refiere a aquellas medidas para evitar o controlar aquellos factores desencadenantes del asma. Estos pueden ser: alergenos ambientales (ácaros del polvo doméstico, pólenes, epitelio de animales, hongos, etc.), irritantes ambientales (humo del tabaco, otros contaminantes), infecciones víricas, el ejercicio físico, las emociones (llanto, risa), enfermedades concomitantes (rinitis, sinusitis), reflujo gastroesofágico, fármacos (AINEs), alimentos y aditivos. 39 IV Curso para Educadores en Asma En las Tablas 1 se señalan las medidas generales y específicas que se han de adoptar para intentar evitar estos desencadenantes. Evitación de alérgenos − ácaros: no hay evidencias de que las medidas físicas o químicas sean realmente efectivas, pero hay cierto consenso en considerar la combinación de algunas de ellas como útiles en la reducción de los síntomas de asma 4,9 − pólenes: es casi imposible evitar tal exposición pero algunas medidas ayudan a reducirla.1 − epitelio de animales: a veces la eliminación de esta exposición es muy difícil ya que los alergenos pueden encontrarse en cualquier lugar, pero sí se debe ser riguroso con su evitación en el domicilio. − hongos: tampoco hay evidencias sobre la eficacia de medidas de evitación pero las que se señalan son las habitualmente recomendadas Irritantes ambientales − es fundamental evitar el tabaquismo activo y pasivo. Todo niño asmático debe vivir en un ambiente exento de tabaco y evitar ambientes cargados de humo. Además ha de ser educado, especialmente, para evitar el inicio del tabaquismo activo. Es muy importante aconsejar a los padres fumadores para que, si no es posible dejar la adicción, eviten fumar en casa y delante de sus hijos. Es aconsejable realizar la llamada intervención mínima y posteriomente derivar a una unidad especializada.10 − los irritantes derivados de la contaminación ambiental son más difícilmente controlables pero se puede realizar alguna recomendación, como por ejemplo, evitar la exposición a aerosoles y pinturas, evitar el ejercicio físico en lugares de exposición a humos ó en días de mucho frío ó de alta contaminación,1 40 Infecciones respiratorias. − Se ha de evitar el contacto con personas afectas de infección respiratoria. El papel de las infecciones víricas en el desarrollo del asma ha sido y es tema de investigación permanente. Pueden condicionar formas diferentes de respuesta inmunitaria, pero en el asma ya establecida, algunos virus como los rinovirus, constituyen la principal causa de reagudización de la enfermedad. Respecto al virus de la gripe, no se disponen de evidencias suficientes que avalen la recomendación para la vacunación generalizada a toda la población asmática. Ejercicio físico. − Es recomendable que el niño con asma practique deporte con regularidad. Cualquier actividad física es buena incluso a nivel de competición. Aunque hay ejercicios físicos más asmogénicos (carrera libre) que otros (natación), el mejor es será aquel con el que el niño- joven disfrute más. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO Dentro del arsenal terapéutico farmacológico se pueden diferenciar dos grandes grupos de medicamentos: broncodilatadores, o aliviadores, como el salbutamol, la terbutalina y el bromuro de ipratropio. Se utilizan como medicación de rescate, para aliviar los síntomas, en las reagudizaciones. Los beta2 adrenérgicos de larga duración, como el formoterol y el salmeterol, son también broncodilatadores pero se utilizan, cuando está indicado, de forma continua asociado a esteroides inhalados. antiinflamatorios, controladores o preventivos. A este grupo pertenecen las cromonas, los glucocorticoides inhalados, los antileucotrienos y las metilxantinas Se utilizan como medicación TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO Marzo / Tenerife 2007 de mantenimiento, de forma continua. Cabe incluir en este grupo, como se ha señalado arriba, a los beta-2 agonistas de acción prolongada. El tratamiento farmacológico está indicado en función de la gravedad, del grado de control del asma y de la edad. Hay fármacos que no se pueden emplear en determinadas edades ya que no se disponen de ensayos clínicos en esa franja etaria. En este apartado haremos referencia a los fármacos que se utilizan como mantenimiento. Glucocorticoides inhalados.(GCI) Teniendo en cuenta que el asma es una enfermedad inflamatoria, dado su perfil farmacológico, los GCI constituyen los fármacos de elección. Tanto beclometasona como budesonida o fluticasona han demostrado su eficacia al mejorar los síntomas y la función pulmonar de los pacientes afectos cuando se compararon con placebo, lo cual se ha comprobado en todas las edades.11-17 Las dosis que se han utilizando en las últimos años han sido diversas pero en la actualidad las guías han establecido, de forma orientativa, cuáles son las dosis bajas, medias y altas para los niños, según el tipo de esteroide a utilizar y sus efectos secundarios1,2,8. Figura 1. Estimación de dosis y equivalencias 4,8 Dosis BAJAS Dosis MODERADAS Dosis ALTAS BUDESONIDA FLUTICASONA < 200 < 100 200-400 100-200 400 200 En lo que se refiere a los efectos secundarios conviene realizar algunos comentarios. Respecto a la negativa influencia sobre el crecimiento, señalar que, si bien producen una disminución de la velocidad de crecimiento al principio del tratamiento (1-3 años)18 no influyen para nada en el crecimiento definitivo y en talla final 19-22. En Javier Korta Murua relación a la posible supresión adrenal, se habría de controlar aquellos casos en los que se utilicen dosis altas y de forma prolongada, ya que se han publicado casos de hipoglucemia por insuficiencia adrenal 23-24. En esta excepcional situación se ha estudiar el eje hipotálamohipófisis-adrenal midiendo cortisol plasmático y ACTH. En niños, a dosis bajas moderadas, no hay efectos sobre la densidad ósea21. Respecto a la candidiasis oral suele ser más frecuente cuando se emplean antibióticos junto con dosis altas pudiéndose minimizar este efecto con el uso de cámaras espaciadoras. Cuando se comparan los esteroides inhalados entre sí se ha observado que la eficacia es la misma a la misma dosis entre beclometasona y budesonida y a mitad de la dosis si es fluticasona. Sí que puede haber diferencias en función del dispositivo y el gas propelente4. Se han hecho estudios de coste-beneficio entre ellos pero siempre bajo el patrocinio de la industria farmaceútica por lo que sus resultados han de considerarse con cautela. Cromonas Las cromonas (cromoglicato y nedocromil) son fármacos que actualmente están en desuso y actualmente no se recomiendan para el control a largo plazo del asma. En una revisión Cochrane 25no se observaron diferencias entre cromoglicato y placebo, y el estudio CAMP demostró que nedocromil era inferior a los GCI .19 El nedocromil antes del ejercicio reduce la gravedad y duración del broncospasmo inducido por el esfuerzo físico.26 Antileucotrienos En nuestro país están disponibles montelukast y zafirlukast. Sólo el primero está aprobado para su uso desde los 6 meses de edad en adelante. Se dispone de ensayos clínicos que muestran sus beneficios con escasos efectos secundarios.27,28. Su vía de administración es oral y se administra en una sola dosis, que es de 4 41 IV Curso para Educadores en Asma mg para niños de 6 meses a 5 años, de 5 mg para niños de 6 a 12 años, y de 10 mg para niños de más de 12 años. La GINA2 y la Guía británica4 recomiendan montelukast como terapia añadida. Después de demostrar la eficacia de MK en adultos, los estudios PREVIA y MOSAIC demuestran la eficacia en niños. Este último no ha mostrado ser inferior a fluticasona en el asma leve entre 6 y 14 años de edad.29-31 â2-agonistas de acción prolongada (BALD) Disponemos de salmeterol y formoterol, que tienen algunas diferencias entre sí. El formoterol tiene un inicio de acción rápido (3 minutos) y su efecto es máximo a los 30-60 minutos tras la inhalación; no obstante, es preferible un beta-2 agonista de acción rápida para aliviar lo síntomas agudos2. El salmeterol tiene un comienzo de acción más lento y tiene un significativo efecto a los 10-20 minutos tras la inhalación de una dosis de 50 mcg. El formoterol se emplea a dosis de 4,5 mcg dos veces al día en niños mayores de 6 años, y el salmeterol a dosis de 50 mcg dos veces al día en niños mayores de 4 años. No se deberían usar beta-2 agonistas de acción prolongada para el control de fondo del asma como único medicamento ni como alivio de los síntomas agudos 1,2,4,. Se aconsejan en el asma con mal control junto a corticoides inhalados ya que mejoran los síntomas y la función pulmonar. También se pueden emplear como preventivo antes del esfuerzo intenso para prevenir el broncospasmo inducido por el ejercicio2. Metixantinas La teofilina ha demostrado utilidad frente a placebo en el control del asma, pero no debe utilizarse como primera línea en el tratamiento de fondo del asma en niños y adultos, pues presenta muchos efectos secundarios y precisa de la monitorización de los niveles plasmáticos.4 Modo de administración de los fármacos. Salvo en el caso de los antileucotrienos y las metilxantinas, la vía inhalada es la de elección en el tratamiento del asma. La elección del más adecuado entre los diferentes sistemas de inhalación que se disponen en la actualidad irá en función de la edad y de la capacidad del paciente para utilizarlo. La prescripción de cualquier sistema de inhalación deberá hacerse después de haber comprobado que la técnica se hace correctamente. Aunque siempre debe ser una decisión individualizada, de forma general y orientativa estos serían los sistemas más adecuados en función de la edad.(Figura 2) Figura 2. . Sistemas de inhalación en el niño 5,6 Elección < 4 años 4- 6 años > 6 años 42 - Inhalador presurizado con cámara espaciadora (pediátrica) y mascarilla facial - Inhalador presurizado con cámara espaciadora (mayor volumen) sin mascarilla facial. - Inhalador en polvo seco. - Inhalador presurizado activado por aspiración. aspiración. - Inhalador presurizado con cámara espaciadora (mayor volumen) sin mascarilla facial. Alternativa - Nebulizador con mascarilla facial. - Inhalador presurizado con cámara espaciadora (pediátrica) y mascarilla facial. Nebulizador con mascarilla facial. - Nebulizador con boquilla. - Inhalador presurizado activado por presurizado TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO Marzo / Tenerife 2007 Los inhaladores presurizados deben utilizarse siempre con cámara espaciadora. Con ello se soluciona el problema de la coordinación, disminuye el impacto orofaríngeo y mejora la distribución y cantidad de fármaco que llega al árbol bronquial. Además, en el caso de los glucocorticoides inhalados, disminuye la biobisponibilidad sistémica y por tanto el riesgo de efectos secundarios. 32,33 te superior, o b) comenzar por un escalón superior y vez conseguido el control reducir la medicación. Aunque es una decisión controvertida, si se garantizan los controles periódicos, la segunda opción quizás sea la más eficaz. Por debajo de los 4 años se recomiendan cámaras de pequeño volumen (250-350 ml) que llevan una mascarilla facial acoplada (Aerochamber®, BabyHaler®, Nebuchamber® son las más utilizadas) A partir de esa edad se utilizan cámaras de mayor volumen (750 ml) y sin mascarilla facial. Algunas guías como, GEMA,5 consenso pediátrico español6 establecen el nivel del tratamiento en función de cómo se clasifique al paciente (leve,moderada,grave). Sin embargo, otras, como la británica,4 una vez realizada la valoración inicial, establecen que la evolución y la respuesta al tratamiento (control) son lo que posicionarán al paciente en su escalón correspondiente. Este es también el nuevo enfoque que realiza la última versión del GINA (2006)2 que es la que a continuación se desarrolla. Cuando por edad, capacidad y entrenamiento es posible se ha de pasar al uso de los inhaladores de polvo seco. Con ellos, la técnica inhalatoria es más fácil, las dosis administradas son más homogéneas, el depósito pulmonar es mayor y además es más manejable. Provocan un mayor impacto orofaríngeo. Para su utilización son necesarios flujos inspiratorios de 30 l/min lo que se consigue, más o menos, a partir de los 6 años. Además de estos dispositivos (Accuhaler, Turbuhaler), en la actualidad disponemos de otros que se activan con la inspiración (Novolizer). Salvo en algún caso excepcional, los nebulizadores no se utilizan en la terapia de mantenimiento del asma. Terapia escalonada La terapia farmacológica se debe realizar de forma escalonada. Esta forma de actuar consiste en iniciar un primer tratamiento e ir añadiendo o reduciendo o combinando medicaciones según la evolución. Hay dos formas de iniciar el tratamiento escalonado: a) iniciarlo en el primer escalón y si no se consigue un buen control ascender al siguienJavier Korta Murua Aunque es posible que este enfoque pueda cambiar, para decidir el tratamiento más adecuado es preciso, primero, establecer el nivel de control del asma. La idea, en síntesis, es que cada paciente tendrá un tratamiento ajustado al nivel de control de la enfermedad. En lugar de clasificar al paciente por niveles de gravedad, se realiza una aproximación a la situación del paciente valorando el tratamiento actual, su nivel de adherencia al mismo y el grado de control. De manera esquemática esta aproximación al manejo del asma se basa en tres elementos básicos: valoración del control del asma, tratamiento para conseguirlo y monitorización continua del control. Para ello la GINA establece tres niveles de control del asma: controlada, parcialmente controlada y no controlada Realizada la valoración inicial, será el grado de control el que determine el tratamiento. Así, si el control no se consigue con una determinada terapia se pasará a un escalón superior hasta conseguirlo. De la misma forma, si el control se ha conseguido y mantenido durante al menos tres meses se intentará bajar de escalón hasta conseguir al control con la menor medicación posible. 43 IV Curso para Educadores en Asma Niveles de Control del Asma Gina 2006 Característica Controlado (todo lo siguiente) Síntomas diarios Limitación de actividades Síntomas al despertar Necesidad de tratamiento de alivio o rescate Func.Pulmonar (PEF o FEV1)*** Exacerbaciones Ninguno (dos veces o menos/semana) Ninguno Ninguno Ninguno (dos veces o menos/semana) Normal Niguna Parcialmente Controlado No controlado (alguna presente en cualquier semana) Más de dos veces/semana Tres o más Cualquiera características de asma Cualquiera parcialmente controlado en Más de dos veces/semana cualquier semana. <80% predico o mejor personal ( si se conoce) Una o más/año* Una en cualquier semana** * En cualquier exacerbación debe revisarse pronto el tratamiento de mantenimiento para asegurarse que sea adecuado. ** Por definición, una exacerbación en cualquier semana se considera un asma no controlado en una semana. ***La función pulmonar no es un test fiable para niños de 5 años y más pequeños. Escalón o paso 1. Broncodilatadores a demanda Todo paciente con síntomas de asma debe ser tratado con broncodilatadores. Entre ellos el único tratamiento reconocido es el empleo de â2-agonistas inhalados de acción corta ya que son los más rápidos y más seguros (frente a bromuro de ipratropio, teofilinas o â2-agonistas orales) Se deben usar a demanda y no según pauta prefijada. 4,34 En este nivel de control, los síntomas son intermitentes, no hay síntomas nocturnos y la función pulmonar se mantiene normal. Cuando la necesidad de su uso es elevada, el grado de control no es adecuado hay que valorar la introducción de medicación controladora. Escalón ó paso 2. Broncodilatadores a demanda más terapia controladora. Cuando la enfermedad no se controla sólo con broncodilatadores se plantea la introducción de 44 medicación controladora o modificadora. En este sentido, los GCI son los fármacos de elección, tanto en adultos como en niños, y con independencia del nivel de severidad.(Evidencia A) El tratamiento precoz con GCI en el asma leve persistente en niños y adultos reduce las reagudizaciones graves, mejora el control de los síntomas y mejora la función pulmonar a largo plazo18. En niños entre 5 y 12 años con asma de varios años de evolución los GCI mejoran la función pulmonar a corto plazo pero no a largo plazo 19 En lactantes y niños preescolares con diagnóstico médico de asma los GCI mejoran el control del asma, en lo que se refiere a síntomas, disminución del riesgo de exacerbaciones y el uso de medicación de rescate 15-17. En niños de 2-5 años los GCI mejoraron la hiperreactividad y la función pulmonar en un ensayo a corto plazo17 TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO Marzo / Tenerife 2007 En los más pequeños, de 0 a 3 años, se plantea la dificultad del diagnóstico y por tanto del tratamiento. En esta franja etaria hay estudios a favor y otros en contra de la eficacia de los GCI. Seguramente la propia definición de asma entre los distintos estudios justifica, en parte, esa disparidad35. Estudios más recientes vienen a señalar que los GCI no serían de utilidad para el control de los episodios de sibilancias recurrentes en niños pequeños con alto riesgo de desarrollar asma36-38 Estos hallazgos pueden tener su explicación en la existencia de dos diferentes tipos de expresión inflamatoria: asma fenotipo neutrófilo y asma fenotipo esosinófilo. Seguramente el lactante expresa distintos fenotipos de asma por lo que el tratamiento farmacológico debería individualizarse según el fenotipo que se le presupone al paciente. Esto, obviamente, no es tarea fácil, pero es preciso realizar el esfuerzo necesario para evitar una sobreprescripción de glucocorticoides inhalados39 En el caso de episodios de sibilancias recurrentes se debe valorar individualmente. Si se intuye un patrón neutrófilo se puede ensayar un tratamiento de entrada (prueba ensayo-error) con antileucotrienos y/o macrólidos por su efecto inmunomodulador. Cuando el diagnóstico es altamente sospechoso ó firme de patrón eosinófilo, los GCI son el tratamiento de elección. Todos los niños con asma episódica deben recibir GCI. Una vez confirmado el diagnóstico la recomendación es iniciar el tratamiento lo más precozmente posible. Respecto a las dosis iniciales a instaurar hay que señalar que se debe ajustar en función de la gravedad, pero una revisión de la librería Cochrane señala que es igual hacerlo con dosis bajas-moderadas que con dosis altas40, siendo las dosis moderadas algo más eficaces que las bajas.8 La GINA recomienda iniciarlo con dosis bajas. Se deben administrar dos veces al día pero, una vez conseguido el control, se puede valorar la administración de la dosis total diaria en una sola toma. Si no se pueden utilizar los GCI se puede administrar montelukast como terapia de mantenimiento. Javier Korta Murua Escalón ó paso 3. Broncodilatadores a demanda más 1 ó 2 fármacos controladores. ¿Cuándo se debe introducir o añadir otro medicamento? Antes de responder a esa pregunta hay que asegurarse de que el niño toma la medicación prescrita, realiza la técnica inhalatoria de forma correcta y ha eliminado o minimizado los desencadenantes. Y esto es realmente importante. Una de las explicaciones a la falta de control o fracaso del tratamiento que se muestran en los estudios AIRE 41 y otros 42 es precisamente la falta de adherencia. Por tanto es algo que hay que intentar medir y valorar. Una vez de estar seguros de la cumplimentación se plantea la cuestión: ¿cuál es la dosis exacta de GCI a partir de la cual se recomienda introducir otro fármaco o aumentar la dosis? Según la guía británica: en menores < 12 años: 400 mcg/d de budesonida equivalente; 2001000 en adultos. La GINA recomienda su uso cuando el control no es adecuado con dosis bajas. Pero admite como otra alternativa previa aumentar los GCI a dosis medias. El estudio OPTIMA realizado en mayores de 12 años, afectos de asma leve, señala que la terapia combinada hay que plantearla sólo cuando ya se está tomando GCI y, a pesar de ello la respuesta es insuficiente.43 Los estudios realizados en niños exclusivamente 44-47 y en al análisis por subgrupos realizado en una revisión sistemática 48 los broncodilatadores de larga duración (BALD) han demostrado mejorar los síntomas y la función pulmonar. Los datos sobre las exacerbaciones son más inciertos y se requieren más estudios sobre este último aspecto en niños. No hay diferencias en eficacia entre dar la combinación de un GCI y un BALD en el mismo dispositivo frente a utilizar dos dispositivos diferentes, como pone de manifiesto algunos ensayos clínicos y metaanálisis 49-53. 45 IV Curso para Educadores en Asma Los antileucotrienos combinados con GCI han demostrado su eficacia cuando se compara con placebo 54-551 siendo menos eficaces cuando se comparan con los BALD56 Con estos datos estas son las recomendaciones de las guías: • < 5 años: Los antileucotrienos son los fármacos de elección a añadir, ya que los BALD no están indicados por debajo de los 4 años • > 5 años: los BALD son los fármacos de elección ya que mejoran la función pulmonar, disminuyen los síntomas y las exacerbaciones en mayores de 12 años y niños entre 5 y 12 años. Si no hay respuesta a los BALD, interrumpirlos e incrementar la dosis de GCI hasta 400 mcg/ d en niños de 5-12 años o hasta 800 en los más mayorcitos. Si hay alguna respuesta pero el control es aún insuficiente, continuar con ellos y además incrementar la dosis de GCI hasta 400 mcg en niños de 5-12 años o 800 mcg en mayores de 12 años. Hasta no hace mucho el planteamiento de la terapia combinada era administrarla con una dosis fija, adaptándola periódicamente, en las visitas sucesivas, según la severidad y el grado de control. Surge después el concepto de dosis ajustable que consiste en que el propio paciente aumente o reduzca la dosis de su medicación de acuerdo con su situación clínica en cada momento. Aunque hay recientes estudios con importantes aportaciones, no disponemos de evidencia suficiente para realizar una clara recomendación general por lo que hay que individualizar cada caso a la hora de decidir entre dosis fija o dosis ajustable.57-58 • Incrementar los corticoides inhalados hasta 2.000 mcg/día (mayores de 12 años) ó 800 mcg/ día (niños de 5-12 años de edad). • Añadir antagonistas de los receptores de leucotrienos. • Añadir teofilinas. No hay ensayos clínicos que indiquen cuál es la mejor opción: • Si un ensayo de aumento de medicación es ineficaz, interrumpirlo (en el caso de haber incrementado la dosis de corticoides inhalados, reducir a la dosis inicial). • Antes de proceder al escalón 5 considerar la derivación de pacientes a la atención especializada (neumólogo/alergólogo) Escalón 5. Broncodilatadores a demanda más varios fármacos controladores Los corticoides orales son efectivos pero están asociados a efectos secundarios. Los pacientes con tratamiento prolongado frecuente de corticoides orales (más de 3 meses) o que requieren tandas frecuentes (tres a cuatro al año) pueden estar en riesgo de desarrollar efectos secundarios sistémicos. Por ello se debe: monitorizar tensión arterial, monitorizar glucemia, controlar la mineralización ósea (densitometría), monitorizar el crecimiento y vigilar la posible aparición de cataratas subcapsulares. Una opción, en el asma alérgico, puede ser la administración de anti-IgE Descenso en la escala terapéutica Escalón ó paso 4. Broncodilatadores a demanda más 2 ó más fármacos controladores Si no hay control posible en el escalón 3 se recomienda derivar al paciente al especialista (neumólogo/alergólogo pediátrico). Si el control del asma permanece inadecuado a dosis de 800 mcg en mayores de 12 años y 400 mcg en niños de 5 a 12 años, junto a BALD: 46 Se recomienda disminuir el tratamiento una vez que se ha controlado el asma, pero hay pocas evidencias respecto al modo más apropiado de bajar el tratamiento. Hay que revisar regularmente el tratamiento para valorar su descenso. Se deben tener en cuenta la gravedad del asma, los efectos secundarios del tratamiento, los efectos beneficiosos conseguidos y la preferencia del paciente a la hora de TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO Marzo / Tenerife 2007 decidir qué fármaco bajamos primero y a qué ritmo. Los pacientes deben ser mantenidos con la dosis más baja posible de corticoides inhalados. La reducción de la dosis de corticoides inhalados debe hacerse a un ritmo tan lento como el grado de deterioro del paciente. Se debería considerar la reducción cada tres meses si el paciente está bien, disminuyendo la dosis aproximadamente un 2550% cada vez. CONCLUSIONES El tratamiento del asma se basa en una estrecha colaboración del profesional sanitario (Médico, DUE) con el paciente y su familia, en la identificación y evitación de los factores desencadenantes, y en la valoración, tratamiento farmacológico y control de la enfermedad. Tras una valoración inicial de la gravedad de la enfermedad, la terapia farmacológica se decidirá en función del grado de control del asma, siguiendo un modelo escalonado. Un mal control exigirá un aumento de las dosis o la combinación de varios fármacos, mientras que el control adecuado inducirá a reducir los fármacos y las dosis hasta conseguir la mínima dosis eficaz capaz de mantener al paciente asintomático. Tabla 1. Medidas de control ambiental a. Medidas de evitación alérgenica en los alérgicos a ácaros Retirar alfombras, moquetas , cortinas y muebles blandos del dormitorio. Evitar objetos que puedan acumular polvo: libros, juguetes, muñecos de peluche etc. Utilizar colchones sintéticos (nunca de lana o plumas) Utilizar fundas oclusivas para el colchón y almohada. Se aconseja lavar la ropa de la cama a temperaturas superiores a 60º C. Utilizar trapos húmedos para quitar el polvo Utilizar aspiradora, nunca escoba. Procurar mantener un ambiente seco, el dormitorio ventilado y soleado. b. Medidas de evitación alérgenica en los alérgicos a pólenes Reconocer el tipo de polen y el calendario de polinización Evitar las salidas al campo en los días ventosos y de máxima polinización Llevar cerradas las ventanillas de su vehículo cuando viaje. Dormir con la ventana del dormitorio cerrada Javier Korta Murua 47 IV Curso para Educadores en Asma c. Medidas de evitación alérgenica en los alérgicos a hongos Evitar los abientes húmedos y cerrados como estancias poco soleadas y/o deshabitadas, cercanas a ríos o lagos(cabañas, refugios etc) Eliminar las manchas de humedad en paredes, cortinas, sanitarios de baños etc Evitar los humidificadores y acondicionadores (en todo caso limpiar periódicamente los filtros de aire acondicionado). e. Medidas de evitación alérgenica en los alérgicos a animales domésticos Retirar el animal fuera del ambiente doméstico Limpieza intensa de la vivienda para reducir el contenido residual de alergenos. BIBLIOGRAFÍA 1 . National Institutes of Health. NationalAsthma Education and Prevention Program Expert Report 2(NAEP EPR-2). Guidelines for the Diagnosis and Management of Asthma 2002. Disponible en: http://www.nhlbi.nih.gov/ guidelines/asthma/asthmafullrpt.pdf 2. Global Initiative for Asthma(GINA). Global Strategy for Asthma Management and Prevention. Disponible en: http:// www.ginasthma.com/ 3. 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Eur Respir J 2005; 26: 819–828 TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO Marzo / Tenerife 2007 TRATAMIENTO DE LA CRISIS ASMATICA M. Valle Velasco González Servicio de Pediatría. Hospital Universitario de Canarias. Tenerife PUNTOS CLAVE PARA EL TRATAMIENTO DE LA CRISIS DE ASMA: • La crisis de asma (o exacerbación asmática) consiste en la aparición progresiva de tos, sibilancias, disnea u opresión torácica, bien de forma aislada o combinada entre sí. • Cualquier niño afecto de asma, independientemente de su clasificación de gravedad, puede desarrollar una crisis asmática. • Todas las crisis se consideran potencialmente graves, hasta que se consigue su control. • • • • La mayor parte de las crisis asmáticas siguen un curso lentamente progresivo, proporcionando una oportunidad para actuar a tiempo. Por lo tanto, la mayor parte de las crisis asmáticas son EVITABLES. Gran parte de la morbi-mortalidad del asma es resultado de la SUBESTIMACIÓN de la gravedad de la crisis por pacientes, familiares y médicos. El grupo de niños y adolescentes de alto riesgo para desarrollar asma fatal incluye aquellos con: o Historia de asma casi - fatal o Hospitalización o visita no programada (urgente) por asma en el último año o Uso actual de glucocorticoides orales o finalización reciente de los mismos o Abuso de â2 de acción rápida o Problemas psico-sociales, rechazo del asma o de su gravedad o Falta de adherencia al plan de tratamiento • El manejo inicial de la crisis asmática comienza con la valoración de la gravedad de la misma. • La valoración de la gravedad de la crisis asmática en leve, moderada o grave, es de vital importancia. • La intensidad terapeútica que pacientes, familiares y médicos lleven a cabo, dependerá de la estimación de la gravedad de la crisis. • La subestimación de la misma conllevará tratamientos insuficientes y, por lo tanto, riesgo elevado para desarrollar morbilidad y mortalidad. • Para la valoración de la gravedad existen diferentes recomendaciones (Tabla 1: Valoración de la gravedad según la GINA) de mayor o menor complejidad. • Las crisis asmáticas leves pueden ser tratadas en el domicilio si el paciente ha recibido 53 IV Curso para Educadores en Asma o No existe mejora en las 2-6 horas siguientes al inicio del tratamiento con esteroides orales o Deterioro progresivo la educación necesaria para ello y dispone de un plan de acción por escrito. • Pacientes y familiares deberían ser capaces de: o Reconocer los signos de deterioro (según síntomas o peak flow) o Determinar la gravedad de la crisis o Modificar el tratamiento o Conocer cuándo deben acudir en busca de ayuda más especializada • Las exacerbaciones moderadas pueden requerir (las crisis graves generalmente siempre) atención en servicios de urgencia u hospitales. • Para un correcto tratamiento del episodio agudo de asma debemos de tener en cuenta: • o o o o o • o Tiempo de evolución de la crisis o Desencadenante/s posible/s o Tratamiento administrado y respuesta obtenida o Tratamiento de base del paciente o Método y técnica de inhalación o Grado de adherencia al tratamiento o La crisis es grave (Ver Tabla 1) o La respuesta al broncodilatador de rápida acción no tiene lugar o no se mantiene durante, al menos, tres horas 54 Crisis grave Sospecha de complicaciones Antecedentes de asma de alto-riesgo Imposibilidad de seguimiento adecuado Pobre o nula respuesta al tratamiento instaurado En el tratamiento de la exacerbación asmática no se recomienda el uso de: o o o o Sedantes Mucolíticos Fisioterapia Hidratación con largos volúmenes de líquidos (éstos sí pueden ser necesarios en lactantes y niños pequeños) o Antibióticos (sí indicados ante neumonía o sinusitis) o Adrenalina (sí indicada para el tratamiento agudo de anafilaxia y angioedema • El manejo de la crisis de asma en atención primaria queda reflejado en la Figura 1 • El manejo de la crisis de asma en urgencias hospitalaria queda reflejado en la Figura 2 • La estrecha monitorización de la respuesta al tratamiento (clínica, constantes cardio-respiratorias, medida de la función pulmonar y oximetría) es crucial. • Los pacientes deberían buscar ayuda urgente si: El paciente deberá ser remitido a urgencias hospitalarias ante: • La radiología de tórax estaría indicada ante: o o o o o • Sospecha de escape aéreo Dolor torácico Hipertermia Crepitación, Hipoventilación no simétrica El objetivo del tratamiento de la crisis no es sólo el resolver la obstrucción aguda de la vía aérea y su repercusión. También lo es el desarrollo de un plan de acción para la prevención de futuras recaídas. TRATAMIENTO DE LA CRISIS ASMATICA Marzo / Tenerife 2007 • Las recomendaciones al alta del paciente deben incluir, al menos: o Actualización del plan farmacológico o Identificación y evitación de los factores desencadenantes y/o exacerbadores o Revisión de la técnica de inhalación o Revisión de la habilidad para reconocer el deterioro clínico-funcional por asma o Próxima revisión médica recomendada o Plan de acción por escrito ante deterioro del paciente • El mejor tratamiento de la crisis de asma queda resumido en la siguiente frase de Thomas Petty, la cual destaca el papel fundamental de la EDUCACIÓN en nuestros pacientes asmáticos El mejor tratamiento para la crisis asmática es aquel que se realiza TRES DÍAS ANTES de que ocurra. Tabla 1: Gravedad de la crisis aguda de asma (GINA, 2006) Disnea Habla Conciencia Frecuencia respiratoria* Músculos accesorios y retracciones supraesternales Sibilancia Frecuencia cardiaca** PEF tras broncodilatador PaO2 (aire ambiente PaO2 SaO2 (aire ambiente) M. Valle Velasco González Leve Moderada Grave Caminando Al hablar Lactante: llanto suave y corto, dificultad para alimentarse Prefiere sentarse Frases cortas Agitación Aumentada En reposo Lactante: deja de comer Arqueado hacia adelante Palabras Agitación Muy aumentada Habitualmente Habitualmente Audibles Generalmente audibles Muy aumentada Puede tumbarse Frases largas Posibleagitación Normalmente NO Moderadas al final de la espiración Normal > 80% Normal prueba no necesaria < 45 mmHg Aumentada >60 - 80 % < 60 % (posible cianosis) < 45 mmHg > 45 mmHg 91 - 95 % < 90 % Parada respiratoria inminente Confusión Movimiento paradójico toracoabdominal Ausencia de sibilancias Bradicardia 55 IV Curso para Educadores en Asma Tabla 1: * Frecuencias respiratorias en niños despiertos, sanos < 2 meses < 60 / min 2 – 12 meses < 50 / min 1 – 5 años < 40 / min 6 – 8 años < 30 / min ** Límites normales de la frecuencia cardiaca en niños Lactantes 2 – 12 meses < 160 / min Preescolares 1 – 2 años < 120 / min Escolares 2 – 8 años < 110 / min Figura 1: Tratamiento de la crisis aguda de asma en atención primaria. AA-â2-AC: agonista adrenérgico â2 de acción corta, BI: bromuro de ipratropio, GC: glucocorticoide, v.o: vía oral, i.m: intramuscular. * El número de dosis dependerá de la intensidad de la crisis y de la respuesta a dosis previas. Administrar oxígeno si la saturación es menor del 93%. 56 TRATAMIENTO DE LA CRISIS ASMATICA Marzo / Tenerife 2007 Figura 2: Tratamiento de la crisis aguda de asma en urgencias del hospital. AA-â2-AC: agonista adrenérgico â2 de acción corta, BI: bromuro de ipratropio, FC: frecuencia cardiaca, FR: frecuencia respiratoria, CG: glucocorticoide, SaO2: saturación de oxígeno, v.o: vía oral. Bibliografía: 1. Busquets Monge RM, Escribano Montaner A, Fernández Benítez M, García – Marcos L, Garde Garde J, Ibero Iborra M, et al. Consenso sobre tratamiento del asma en Pediatría. An Pediatr (Barc) 2006; 64 (4): 365-78 2. GEMA: Guía Española para el Manejo del Asma, 2003. www.gemasma.com 4. 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A partir de los 3 años, el colegio ocupa un porcentaje importante de tiempo en la vida del niño escolarizado, por lo que hay aspectos del manejo de la enfermedad que requieren apoyo en la escuela, tanto en información y planes escritos para el propio niño, como para el profesorado. INTERVALOS En una encuesta realizada a familias de niños con asma menores de 7 años, la colaboración de los centros escolares en el control de la enfermedad, fue percibida por los padres como insuficiente en más de la mitad de los encuestados. En este mismo trabajo, un 16% de los padres había recibido llamadas desde la guardería/colegio, en los últimos 6 meses, por problemas derivados de la enfermedad respiratoria del niño.(2) En el seguimiento de una enfermedad crónica como el asma, se pueden identificar una serie de situaciones/problema en el ámbito escolar, relacionadas con el manejo propiamente dicho: • Percepción de enfermedad del niño en el entorno escolar • Medicación de mantenimiento en horario de clase • Control de desencadenantes • Información y respuestas por parte del profesorado • Características del colegio y condiciones de salud para el niño asmático. ASINTOMÁTICOS 59 IV Curso para Educadores en Asma • Aparición de síntomas en el horario escolar. • Toma de primeras decisiones, identificación de signos de riesgo y apoyo del profesorado • Toma de medicación de rescate • Necesidad de protocolos de actuación en la escuela EPISODIOS DE CRISIS Barreras para el manejo de la enfermedad en el ámbito escolar hecho, así como la necesidad de planes de acción en los centros escolares (4,5). 1. Por parte del niño: El uso por parte de los profesores de medicación para los niños, ha sido un tema debatido, por las posibles repercusiones legales si hay complicaciones (6). Sin embargo, este aspecto se puede soslayar con las oportunas medidas escritas y autorizadas por médico y padres. Es interesante comentar los resultados de trabajos con metodología cualitativa, donde se analizan percepciones y actitudes de los niños y sus familias en el manejo de la enfermedad (3). Entre los resultados obtenidos, las repercusiones de la enfermedad para el niño asmático están relacionadas fundamentalmente, por un lado, con el uso de las medicinas en el colegio, con las situaciones que esto conlleva, vinculadas principalmente a una falta de información y de establecimiento de un protocolo de actuación, para el profesorado. Por otro lado, las consecuencias relacionadas con las limitaciones en la actividad física que supone la enfermedad, y que ocasionan diferencias en los momento de juego y competición, tan importantes en el desarrollo psicosocial de esta edad. 2. Por parte del profesorado La actitud del profesor ante la medicación y el manejo de la enfermedad es un aspecto muy importante: en las entrevistas se refieren desde casos de una colaboración importante con deseos e iniciativas de información por parte del profesorado, a casos de conductas discriminatorias como obligar la administración de la medicación fuera de clase o en el aseo (3) .La necesidad de información es un 60 Planes de acción. Existen numerosas iniciativas y planes de acción coordinado para el manejo del asma en los colegios. En países como USA y en algunos países del norte de Europa, llevan años funcionando, planes de acción que incluyen formación del personal docente en el manejo del asma, e incluso con asistencia de unidades sanitarias de apoyo en los colegios, de enfermería fundamentalmente,( National Association of School Nurses, con el SNAMP School Nurse Asthma Management Program es un ejemplo). (7,8) Las directrices de un buen manejo del asma a nivel escolar están estandarizadas en la Guía elaborada por la ATS, en 2004 y se desarrollan en el siguiente apartado.(9) En España existen iniciativas individuales pero sin soporte institucional, salvo en las Comunidades donde están instaurados los Programas de Aten- EDUCACIÓN DEL PACIENTE ASMÁTICO EN EL AMBITO ESCOLAR Marzo / Tenerife 2007 ción Regional al Asma (Asturias, Castilla-León, Aragón y Andalucía). (www.respirar.org).La Guía Española para el Manejo del asma del año 2003, ha elaborado ediciones especiales para padres y cuidadores. (10) Sin embargo, siguen sin establecerse protocolos de atención escolar en las enfermedades crónicas de una forma protocolizada y consensuada con los organismos del ámbito de la educación. En la siguiente tabla se resumen diferentes niveles y estrategias a seguir en el manejo del asma en el ámbito escolar: vel escolar. Abrir, incluso, un apartado específico en la Historia Clínica. 2. Organización en el colegio/instituto • Los niños-adolescentes con asma deben estar identificados (todos los padres de niños con asma deben informar adecuadamente al profesorado de la enfermedad de su hijo y de las medicinas que toman) • Tomar medidas, educativas y organizativas, para evitar conductas de discriminación o estigma ante la toma de medicinas en clase. • En el colegio debe haber un encargado de atender a los niños-adolescentes cuando presenten una crisis de asma, y que conozca al menos los dispositivos habituales de aerosolterapia: las cámaras de inhalación, dispositivos MDI. Turbohaler, aqquhaler... • Debe existir un plan de atención en el caso de una crisis de asma, que incluye una ficha de datos básicos de cada niño con el teléfono de sus padres y la medicación para las crisis que usan habitualmente, y el teléfono al que solicitar asistencia médica o acudir en caso de necesidad. NIVEL DE ESTRATEGIA INTERVENCIÓN PEDIATRA Información adecuada y bien dirigida ORGANIZACIÓN Formación del profesoDEL COLEGIO rado, protocolizacion de actuaciones CONTROL AMBIENTAL PROTOCOLO DE MANEJO EN CRISIS Medidas higienicas, evitacion tabaco 3. Para un correcto medio ambiente: Plan de automanejo Plan de acción para el asma en el contexto escolar • Nivel de higiene correcto en el colegio, con ventilación frecuente de las aulas, especialmente cuando los niños están ausentes. • El colegio debe estar libre de tabaco. No fumar en ninguna zona del colegio, ni en ninguna actividad del mismo, incluidas las actividades lúdicas y extraescolares • Los profesores de educación física deben conocer que es la enfermedad asmática, y signos de alerta, controlar que los niños-adolescentes con asma inducido por el ejercicio tomen su medicación y realicen las medidas de higiene deportiva: (precalentamiento previo, evitar cambios bruscos de temperatura ambiental, 1. Pediatra: • • Estandarizar la elaboración de informes clínicos, dirigidos al profesor , cuando el niño precise tratamiento en el horario escolar; esto constituye una garantía para el niño y para el profesorado. Incluir dentro de la valoración habitual del niño asmático, la repercusión de la enfermedad a ni- Carmen Rosa Rodríguez Fernández-Oliva 61 IV Curso para Educadores en Asma no hacer deporte durante una crisis, permitir a los niños ducharse y cambiarse de ropa tras la gimnasia) y ofrecen actividades alternativas en los casos en que sea necesario. • Organización de aulas, de tal forma que disminuyen la cantidad de alergenos presentes: no hay alfombras ni moquetas; si hay estanterías de libros, estos se mantienen con una correcta limpieza periódica sin acumular polvo, las paredes y suelos son de materiales de fácil limpieza, no hay cortinas, o estas son de material que también se puede limpiar con facilidad. • En las épocas de polinización: se controla la carga polínica dentro del colegio, manteniendo cerradas las ventanas en los momentos de máximo sol, y más si hay viento. Las aulas se ventilan muy temprano y a ultima hora del día. En esta época se pueden planificar determinadas actividades escolares tomando en cuenta los niños-adolescentes con asma (que son el 1012% del total): excursiones, actividades deportivas en el campo, etc. en entornos con poco polen: visitas a museos, a la ciudad, deporte en el gimnasio en día de mucho sol y viento. 4. Cuando un niño inicia una crisis: 3. Se pueden seguir las siguientes conductas dependiendo de lo anotado en la ficha del alumno: 62 Dar la medicación para el tratamiento de la crisis descrita en la ficha del niño y según evolución avisar a los padres (por ejemplo si a los 20 minutos de dar la medicación el niño no ha mejorado). • Solicitar ayuda médica urgente o desplazar al niño al centro médico más próximo (por ejemplo si el niño presenta algún síntoma de alarma o si a los 20 minutos de administrar el tratamiento de la crisis el niño está peor). En este caso avisar siempre a los padres y si es posible administrar de nuevo medicación para la crisis. La puesta en marcha de forma global de este tipo de planes de acción, trae consigo una mejora clara del manejo de la enfermedad, analizada en diversos trabajos publicados. El logro de este tipo de planes es precisamente que no sea necesarios los últimos pasos de este protocolo. Bibliografía 1. I Carvajal-Urueña, L García-Marcos, R Busquets. Variaciones geográficas en la prevalencia de síntomas de asma en los niños y adolescentes- Arch Bronconeumol, 2005. 41:659-66. 2. Rodríguez Fernández-Oliva, C.R, Galván Fernández C, Suarez López de Vergara R.G, Oliva Hernández C,et al. Asma en el menor de 7 años:información e impacto en el entorno familiar. XXVIII Reunión de la SENP. Anales Españoles de Pediatria.Vol 64.Mayo 2006:65 3. Rodríguez Fernández-Oliva C.R.. Tesis doctoral: Estudio cualitativo sobre el manejo sociocultural y el uso de las medicinas en el niño asmático y su familia. Universidad de La Laguna, 1999. 4. Callén M, Garmendia A. Profesores de enseñanza primaria y conocimiento en Asma: Resultados de un cuestionario. Anales Españoles de Pediatría . Mayo 1996.Supl. 77: 59-60. 1. El niño debe saber avisar al profesor tan pronto note los primeros síntomas. El profesor debe conocer los primeros pasos a seguir, a través de la ficha del alumno, además de avisar a la persona encargada de atender la situación y localizar la ficha con los datos del asma del niño. 2. La tos que aumenta en frecuencia e intensidad, los pitos que se pueden escuchar si nos acercamos, la respiración rápida y la posición del niño para respirar lo mejor posible, son signos que debe conocer el profesor. • EDUCACIÓN DEL PACIENTE ASMÁTICO EN EL AMBITO ESCOLAR Marzo / Tenerife 2007 5. Carruthers P, Ebbut AF, Barnes G. Teachers’ knowledge of asthma and management in primary schools. Health Education Journal, 1995; 54: 28-36. 12. Gibson PG,Powell H. Written action plans for asthma: an evidence-based review of the key components. 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Es evidente, que la prevalencia del asma, está aumentando en todo el mundo tanto en niños como en adultos, y que esta prevalencia es mayor en los países más desarrollados, por lo que es fácil presuponer, que el asma puede aumentar en los países subdesarrollados a medida que se occidentalicen. La atopia, las enfermedades respiratorias, la higiene, la exposición a alergenos, el tabaquismo pasivo, los cambios dietéticos y la contaminación ambiental, son factores de riesgo importantes en el desarrollo de la enfermedad asmática. La mejora de la calidad de vida es un objetivo clave en el manejo del niño-adolescente con asma, y esto solo se conseguirá con una mayor información. En el ámbito educativo, la primera valoración deberá hacerse coincidiendo con el momento del diagnóstico, con el fin de poder evaluar durante el seguimiento, las mejoras producidas por las medidas terapéuticas y acciones educativas aplicadas. PAPEL DE LA EDUCACIÓN SANITARIA EN EL ASMA Resulta indiscutible en el momento actual, que en el manejo de las enfermedades de larga evolución la educación juega una papel importante si queremos conseguir nuestro objetivo. El asma, como enfermedad inflamatoria crónica no es una excepción, por eso, el protagonismo de la educación es tan relevante que en la actualidad existen numerosos Programas Educativos. El derecho del paciente a saber todo lo que necesita acerca de su enfermedad, es la base de esta educación, resultando una estrategia eficaz en el control a corto, medio y largo plazo. El objetivo principal de la educación del paciente asmático, va encaminado a implicar tanto a la familia como al niño, logrando que alcancen su calidad de vida ideal, es decir, aquella que tendrían si el niño no fuera asmático. Otro objetivo a alcanzar con la educación, es que tanto el adolescente como la familia tomen decisiones autónomas positivas sobre su asma, dentro del contexto de un programa educativo, es decir, que basándose en una «información» y «formación» más completa, sepan decidir según la evolución de su asma, las acciones y tomar decisiones según sus necesidades. 65 IV Curso para Educadores en Asma No existe un solo método educativo válido y que asegure el logro de los objetivos, sino que los profesionales que nos dedicamos a esta patología incorporamos el mayor número de métodos y de estrategias aplicando en cada situación el más adecuado, puesto que la educación sanitaria a padres y niños se ha de hacer de forma personalizada, es decir, interviniendo sobre cada familia y paciente individualmente de manera motivadora y persuasiva. Esto no significa, que la educación grupal no constituya una ayuda y un complemento indispensable en la etapa adolescente, favoreciendo el logro de los objetivos educativos, creando cauces de diálogo con y entre los padres, motivándose entre ellos con sus propias experiencias. La tecnología médica, que tantos frutos ha dado, paradójicamente, no ha liberado tiempo para que el enfermo y el médico se aproximen y se examinen mutuamente. Dentro del 32 Simposio de Neumología, celebrado en Burgos, se presentó la conferencia «Como respirar bien para vivir mejor» en donde se aceptaron de buen grado los términos «neumosaludable» y «pulmosaludable» en justa correlación con los de «cardiosaludable». El término neumosaludable no está reconocido en el corrector ortográfico de Windows y si lo buscamos en Google tampoco existe una sola cita con esta terminología, sin embargo, necesitamos este término al menos para convencer a nuestros adolescentes trasladándoles que si bien el corazón es importante e imprescindible para la vida, los pulmones lo son al menos en la misma medida porque ninguno de estos órganos podría vivir sin la colaboración del otro. En los estudios de Sherrod, Haggerty y Featherman (1993),se define la adolescencia como el periodo del ciclo vital que va desde la pubertad hasta la juventud que abarca de los 11 a los 18 años aproximadamente,durante el que transcurren importantes cambios físicos y psicológicos.Es el tiem- 66 po de iniciaciones,ambivalencias,riesgos,y en definitiva, de crisis vitales. En latín ADOLECERE, significa «crecer» o «crecer hacia la madurez». Es en la pubertad cuando el organismo experimenta una serie de cambios que concluirán en la anatomía y la fisiología de nuestros adolescentes, especialmente diseñados para el cumplimiento de la función biológica de la procreación. Stram y colaboradores, han realizado un estudio multicéntrico en el que analizan los «trastornos adaptativos en la etapa adolescente» con una incidencia según los resultados entre un 5 y un 20%. Esto tiene como consecuencia que tengamos que abordar las patologías en esta etapa de manera más intuitiva que protocolizada. La respuesta «desadaptativa» de describe en función de componentes genéricos de tipo emocional o conductual que en la práctica, suponen una muy extensa y variada gama de posibles reacciones. Las crisis, como las definió Hipócrates, son el momento en que la enfermedad cambia su curso para bien o para mal, por lo tanto no son ni buenas ni malas en sí mismas, son un momento de corte o ruptura con el status anterior donde lo importante es la manera como se sale de ellas, es decir, si se resuelven hacia la funcionalidad y el crecimiento o hacia la disfuncionalidad y el estancamiento. Es por tanto en la adolescencia cuando hay más riesgo de procesos psicopatológicos característicos (ansiedad, crisis de pánico, depresión, conducta disocial etc.) que agravan el cuadro asmático actuando como factor desencadenante o de agudización de otros preexistentes con la consiguiente alteración funcional en el contexto familiar. El niño que llega a la pubertad tiene un tiempo limitado para madurar y adaptarse a las transformaciones físicas, a los cambios hormonales, a la sexualidad y al mismo tiempo iniciar el proceso de autonomización de sus padres, adquirir el sentido de su propia identidad personal, e incluso, al final de la etapa tendrá que afrontar decisiones de ÁMBITOS DE LA EDUCACIÓN EN EL ASMA INFANTIL: ADOLESCENCIA Marzo / Tenerife 2007 gran trascendencia en relación con su futura vida académica y/o profesional. Si para un adolescente sano el mundo emocional es complejo, extremo, contradictorio, y fluctuante y fácil caldo de cultivo para la emergencia de conflictos, más aún lo será si padece un problema de salud como el asma que le va a exigir una disciplina y unos hábitos de vida que chocan con los deseos de libertad y rebeldía propios de su grupo de iguales. En el adolescente, la perspectiva de una enfermedad crónica o ante un tratamiento de larga evolución, es necesario conocer la vulnerabilidad personal o predisposición personal, por ello el intentar concretar criterios se convierte en algo obligatoriamente inespecífico. Generalmente en el asma adolescente baja la autoestima, se avergüenza, se inhibe, niega la enfermedad o la reta lanzándose a un peligroso descontrol poniendo en grave riesgo su vida. El adolescente asmático tiene miedo a que su cuerpo le falle en diferentes aspectos que son muy importantes para él e incluso miedo a la propia muerte. Ha quedado plenamente establecido que el tratamiento del asma se basa en tres pilares fundamentales 1. El tratamiento farmacológico. 2. Medidas de control de los factores que empeoran el asma. 3. Educación del paciente y de la familia. Entendemos por familia un sistema vivo, abierto, dinámico, con historia que va creando sus propias reglas por ensayo y error a lo largo de la convivencia. El entorno familiar tiene un papel preponderante para mantener, optimizar y restablecer la salud de sus hijos y en el caso de los adolescentes con asma es el soporte fundamental de su autocuidado y de la adherencia a los tratamientos. Dra. Angeles Neira Parece que ninguna de las Guías Nacionales e Internacionales al uso para el cuidado del niño asmático dedican un apartado específico a la adolescencia, siendo la etapa en que más turbulencias se observan en la adherencia a los tratamientos. En un primer momento es frecuente que las familias vivan la enfermedad del hijo como una catástrofe sobrevenida, que va a exigirles cambios de estilo de vida, adaptaciones, gastos y esfuerzos. Muchas de las reacciones de las familias ante la enfermedad asmática son normales, es decir, adaptativas y por tanto previsibles, que trás un cierto desajuste finalmente se transforman en una actitud de colaboración activa hacia el hijo y los profesionales y redundan en el crecimiento de todos sus miembros. De los 6 modelos de familias que define Nardone como hiperprotectores, permisivos, sacrificantes, intermitentes, delegantes y autoritarios, en las familias de los adolescentes son más frecuentes el hiperprotector y el sacrificante con sus típicas reglas y modalidades comunicativas. Las reacciones más frecuentes son: la sobreprotección, la no facilitación del proceso de autonomización y en ocasiones la negligencia. En el momento actual, por una amplia mayoría está aceptado, que no se logran los objetivos si no somos capaces de obtener la colaboración de los pacientes (sobre todo en la etapa adolescente) y de las familias, en el manejo del asma mediante la educación. El adolescente, ha de entender lo que es el ASMA y ser capaz de diseñar junto con el médico un plan de autocuidados según sus propias necesidades. Por la Sociedad de Neumología Pediátrica, se han propuesto METAS en la educación del niño asmático: 1) Conseguir que realicen en tratamiento de forma constante y adecuada. 2) Información suficiente para disminuir la ansiedad que provoca la enfermedad. 67 IV Curso para Educadores en Asma 3) Conseguir una calidad de vida física e intelectual similar al niño no asmático. 4) Disminuir el absentismo escolar. 5) Explicar la bondad de los medidores del flujo espiratorio para el control de las exacerbaciones, estimulando su manejo. 6) Enseñarles a reconocer una exacerbación y como tratarla a tiempo (autocontrol). En la edad escolar y en la adolescencia, cuando se presenta un primer episodio de asma, la probabilidad de la cronicidad de la enfermedad es mucho mayor que en los lactantes y preescolares en donde los procesos catarrales suelen ser los factores desencadenantes y cuando estos cesan es más probable la desaparición de su asma. El asma en el adolescente se identifica principalmente con la atopia en la infancia, la historia familiar (padre y hermanos) y la presencia de rinitis alérgica, es lo que se conoce como «marcha atópica» que corresponde a un orden cronológico de sensibilización a alergenos. El asma del adolescente es predominantemente de origen alérgico (alergenos respiratorios o neumoalergenos). En la actualidad, existen más de 300 alergenos, por lo que es obvio la necesidad de seleccionar los más sospechosos en el entorno de cada adolescente y en relación siempre con la estacionalidad de los síntomas y del entorno geográfico así como de sus hábitos (tabaquismo). Pero también en la adolescencia se presenta el asma inducida por el ejercicio (asma de esfuerzo), la intolerancia a los AINE y en las mujeres el asma en relación con el ciclo menstrual. La educación del adolescente asmático no solo se ha de basar en «enseñar conceptos y habilidades», sino también en la «motivación y la adaptación» con el fin de que participe activamente en el tratamiento. Adaptarse, significa según la Real Academia de la Lengua Española, «acomodarse», «avenirse a di- 68 versas circunstancias», condiciones, etc. El término utilizado en inglés «adjustment», puede traducirse como «adaptarse, reajustarse» y partiendo de este significado hemos de conseguir que el adolescente no desarrolle síntomas en relación con dificultades para reajustarse y recuperar su equilibrio psicológico ante determinadas circunstancias, como es la enfermedad asmática, produciéndose un deterioro importante del sentimiento de bienestar. Finalmente y como resumen se ha establecido que el concepto actual sobre la educación va mas allá de la simple información, proponiéndose fundamentalmente el cambiar conductas y actitudes que nos lleven a una mayor autonomía del paciente ante su enfermedad. En la educación del adolescente, el «grupo de pares» ha resultado ser el más eficaz porque: • Los adolescentes se llevan bien con otras personas de su misma edad. • Porque el lenguaje y los mensajes utilizados por los promotores son pertinentes y apropiados. • Porque permiten una participación directa del adolescente en su propio problema. • Porque esta terapia de grupo, además de ser de bajo coste, tiene una mayor influencia que la de los propios padres. Es necesario que el educador tenga: • Interés en trabajar en el grupo. • Ser respetuoso y hacerse respetar. • Ser aceptado por los adolescentes, manteniendo buenas relaciones. • Saber ser confidente y tener capacidad de dirigir. Alguien escribió que «el ejercicio de la medicina tendría que ser bastante agradecido: curar (cuando se puede), paliar (la mayor parte de las veces), consolar (siempre)». ÁMBITOS DE LA EDUCACIÓN EN EL ASMA INFANTIL: ADOLESCENCIA Marzo / Tenerife 2007 BIBLIOGRAFÍA 1. Wolf FM., Guevara JP., Grum CM., Clark NM., Cates CJ., Educational interventions for asthma in children. (Cochrane Review). In: The cochrane library. Issue 1. 2004 Chichester. UK: John Wiley. Sons Ltd. 2. Richardson CR., Educational interventions improve outcomes for children with asthma. J. Fam Pract. 2003; 52: 764-766. 3. Gibson PG., Powell H., Coughlan J., Wilson AJ., Hensley MJ., Abramson M., Bauman A., Walters EH:, Limited patient education programs for adults with asthma (Cochrane Review). In: The Cochrane library. Issue 4 2003. Chichester, UK: Jhon Witey. Sons Ltd. 4. The International Study ofAsthma in Children (ISAAC) Eur. Respir J. 1998. 5. 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Angeles Neira 69 IV Curso para Educadores en Asma 70 Marzo / Tenerife 2007 ÁMBITOS DE LA EDUCACIÓN EN EL ASMA INFANTIL. SERVICIO DE URGENCIAS Y PLANTA DE HOSPITALIZACIÓN Dr. Joan Figuerola Hospital Son Dureta. Palma de Mallorca. El asma puede controlarse en la medida que la persona asmática tenga acceso a los tratamientos médicos apropiados y pueda, por las intervenciones educativas pertinentes, participar activamente de estos tratamientos y de la prevención de las crisis asmáticas. La educación de los asmáticos se dirige a: • Mejorar la calidad de vida. • Facilitar el aprendizaje de conductas dirigidas a reducir los síntomas de la enfermedad mediante la utilización de una medicación adecuada, la adopción de hábitos de vida adecuados y actuar sobre el medio disminuyendo los factores desencadenantes del asma. • Reducir la mortalidad y la morbilidad • Hacer las personas menos dependientes de los profesionales. (1) Para conseguir estos objetivos es importante implicar en el proceso educativo al mayor número de personas y profesionales (médicos, pacientes, padres, maestros...) relacionadas con el niño. Todos debemos ser educados. Pero, al intentar iniciar un programa educativo nos encontramos con algunos problemas: No encontramos un programa estandard de educación. El programa es el conjunto de una serie de intervenciones educativas, cada una de ellas con sus objetivos, recursos, contenidos y método. El educador debe adaptar sus objetivos, contenidos y métodos a cada una de las personas o grupos. Además éstos DEBEN adecuarse al lugar, personas, circunstancias... Tampoco existe un lugar para desarrollar las estrategias educativas y estas deben realizarse en los diferentes ámbitos en los que se encuentra el paciente: casa, hospital (urgencias, hospitalización, consultas), escuela..., por lo tanto, la atención a la crisis en la sala de urgencias y en la de hospitalización es un eslabón más de la cadena que debe configurar una atención integral al asma infantil y que ha de incluir una acción coordinada entre la Atención Primaria y Hospitalaria con una protocolización común del diagnóstico, de la educación y de la terapéutica. Ya que en cualquier intervención médica intervienen aspectos educativos, las visitas a un Centro de Urgencias o las hospitalizaciones nos proporcionan la oportunidad para establecer mecanismos que lleven a un óptimo control de la enfermedad. Se trata de mejorar los aspectos educativos y de relación con el enfermo y su familia. La finalidad principal a conseguir en un centro de urgencias sería, además de todos los demás objetivos educacionales, la de enseñar planes de acción preventiva que redujesen las asistencias a las mismas. 71 IV Curso para Educadores en Asma Algunos ejemplos podrían ser: repaso de la secuencia de actuación en el domicilio desde que se inicio la crisis (repaso del automanejo de la misma), comprobación y corrección si precisa, de la técnica del Flujo Espiratorio Máximo, y finalmente comprobación y corrección, de la técnica de utilización de los diferentes dispositivos de inhalación. El análisis de subgrupos no revela diferencias significativas en los resultados obtenidos cuando se comparan programas extensos vs. únicamente información o cuando la intervención se realiza antes o más tardíamente.(6) Así pues, en al ámbito de la Urgencia, si bien quizás no sea posible desarrollar un programa educativo como tal, si puede ser un lugar adecuado donde poder reforzar algunos aspectos importantes del mismo (2). 1. Delivering Tailored Asthma Family Education in a Pediatric Emergency Department Setting: A Pilot Study Si realizamos una revisión de la literatura médica sobre programas de educación en pacientes asmáticos observamos que pocos estudios han evaluado la educación realizada en un Servicio de urgencias o durante el seguimiento posterior, o durante una hospitalización, siendo los resultados obtenidos variables (3). El estudio de Kelso realizado en Urgencias con una intervención de 1 hora demostró una reducción en las visitas posteriores y hospitalizaciones (4). Otro estudio prospectivo y randomizado realizado en adultos con asma, en el cual la intervención fue realizada por la enfermera, también observa una reducción en las visitas a urgencias a las 6 semanas; no obstante en los casos en que la intervención se suplementaba con material con material escrito no se observaba un impacto adicional (5). Una revisión de la Cochrane del 2000 sobre Intervenciones educativas en niños que han asistido a un servicio de urgencias por asma realizada por Haby MM, Waters E, Robertson CF, Gibson PG, Ducharme FM y que incluye incluye las actualizaciones del registro hasta marzo de 1999 concluye que no existen pruebas firmes para apoyar el uso de la educación sobre el asma en los niños que han asistido al servicio de urgencias por asma, como una medida para disminuir las visitas posteriores al servicio de urgencias, los ingresos hospitalarios o las visitas médicas no programadas. Sin embargo, tampoco hay pruebas de que no sea efectiva o que cause daño a los participantes. 72 En el año 2006, se han publicado varios trabajos muy interesantes que tratan este tema, destacamos: Marianna M. Sockrider, Stuart Abramson, Edward Brooks, A. Chantal Caviness, Susan Pilney, Christine Koerner and Charles G. Macias Pediatrics 2006;117;135-144 En este estudio, los educadores se apoyan en un programa informático para realizar una instrucción individualizada que incluye un plan de acción y un resumen de la intervención por escrito. La intervención se centra principalmente en la identificación de problemas que se presentan en el cuidado del paciente, en la comunicación con el pediatra de atención primaria y en el manejo individualizado según la severidad de la enfermedad y los desencadenantes. La intervención con el niño y la familia dura unos 30 minutos. De sus resultados se llega a la conclusión de que una intervención individualizada en urgencias sobre automanejo del asma demuestra efectos significativos sobre la autoconfianza de la familia y el seguimiento adecuado del enfermo.(7) 2. Randomized trial of a comprehensive asthma education program after an emergency department visit Michael D. Brown, MD, et al Ann Allergy Asthma Immunol. 2006;97:44–51. En este estudio, realizado en adultos y niños, se obtiene con la aplicación de un programa de educación una reducción de un 21% de las visitas a ÁMBITOS DE LA EDUCACIÓN EN EL ASMA INFANTIL. SERVICIO DE URGENCIAS Y PLANTA DE HOSPITALIZACIÓN Marzo / Tenerife 2007 urgencias durante los 6 meses siguientes, aunque los resultados no resultan estadísticamente significativos. Un análisis parcial de los resultados observa una mayor reducción (38%) en niños que no es suficiente para ser estadísticamente significativa. Se concluye que el desarrollo de un extenso programa de educación en el paciente asmático después de una visita a un centro de urgencias no es efectivo en pacientes adultos, aunque podría serlo en niños.(8) 3. Change in Approach and Delivery of Medical Care in Children With Asthma: Results From a Multicenter Emergency Department Educational Asthma Management Program Rodney B. Boychuk et al. Pediatrics 2006;117;145-151 Este programa demuestra que las intervenciones realizadas en la sala de urgencias son posibles y efectivas. (9) En el ámbito hospitalario pocos programas de educación se han centrado en el paciente asmático. George et (10)al demostró una reducción significativa de las hospitalizaciones y visitas a urgencias después de una intervención educativa dirigida por una enfermera. En un estudio realizado en una muestra de 201 niños, se obtiene una reducción significativa de los reingresos después de una intervención educativa centrada en el manejo domiciliario del asma.(11) Anteriormente, otro estudio realizado en 160 niños obtiene resultados similares después de la aplicación de un programa educativo junto a un plan de automanejo (12). Recientemente, otro trabajo demuestra que una breve intervención realizada por la enfermera en pacientes adultos hospitalizados con antecedente de alta frecuentación delos servicios sanitarios demuestra una importante reducción en las readmisiones, pérdida de días de trabajo o escuela y de los costes sanitarios directos e indirectos (13). La llegada a la unidad de hospitalización no es el momento propicio para iniciar el proceso educativo, pero es una ocasión idónea para crear una coDr. Joan Figuerola. Hospital Son Dureta. Palma de Mallorca. rriente de confianza con el paciente y su familia que facilite, posteriormente, el llevar a cabo la educación. La realización de todo este proceso, aunque parezca compleja, puede ser tan sencilla como una conversación de la que obtengamos la información deseada. El desarrollo del proceso nos orientará a la consecución de unas metas u objetivos que serán consensuados con los padres y el paciente; estos objetivos serán claros y concretos, y asequibles a cada caso particular (14). Bibliografia 1. L P Boulet. L’ASTHME: notions de base, éducation, intervention.. Les Presses de l’Université Laval 1997. Canadà. 2. Mario Castro, MD, Asthma education for the frequent emergency department visitor: does it work?. Annals of Allergy, Asthma & Immunology; 2006; 97: 5 – 6. 3. Korta J. Ámbito de la educación. ¿Por qué no en urgencias?. www.neumoped.org Revista Asma y Educación; 3. mayo 2003. 4. Kelso T, Self T, Rumbak M, Stephens M, Garrett W, Arheart K. Educational and longterm intervention in the emergency department: effect on outcomes in adult indigent minority asthmatics. Am J Emerg Med. 1995;13:632– 637. 5. Maiman L, Green L, Gibson G, MacKenzie E. Education for self-treatment by adult asthmatics. JAMA. 1979;241: 1919–1922. 6. Haby MM, Waters E, Robertson CF, Gibson PG, Ducharme FM. Interventions for educating children who have attended the emergency room for asthma. Cochrane Database Syst Rev. 2001;(1):CD001290. 7. Marianna M. Sockrider, Stuart Abramson, Edward Brooks, A. Chantal Caviness, Susan Pilney, Christine Koerner and Char- 73 IV Curso para Educadores en Asma les G. Macias. Delivering Tailored Asthma Family Education in a Pediatric Emergency Department Setting: A Pilot Study. Pediatrics 2006;117;135-144 programme in children admitted to hospital with acute asthma: a randomized controlled study. Thorax. 1997;52:223– 228. 8. Brown M, Reeves M, Meyerson K, Korzeniewski S. Randomized trial of a comprehensive asthma education program after an emergency department visit. Ann Allergy Asthma Immunol. 2006;97:44 –51. 12. Wesseldine L, McCarthy P, Silverman M. Structured discharge procedure for children admitted to hospital with acute asthma: a randomised controlled trial of nursing practice. Arch Dis Child. 1999;80:110 –114. 9. Rodney B. Boychuk et al. Change in Approach and Delivery of Medical Care in Children With Asthma: Results From a Multicenter Emergency Department Educational Asthma Management Program. Pediatrics 2006;117;145-151 13. Castro M, Zimmermann N, Crocker S, Bradley J, Leven C, Schechtman K. Asthma intervention program prevents readmissions in high healthcare users. Am J Respir Crit Care Med. 2003;168:1095–1099. 10. George M, O’Dowd L, Martin I, et al. A comprehensive educational program improves clinical outcome measures in innercity patients with asthma. Arch Intern Med. 1999;159: 1710–1716. 14. Maite López García. Educación en el ámbito del Hospital. MONOGRAFÍA ASMA Y EDUCACIÓN. CURSO PARA EDUCADORES EN ASMA. 3ª EDICIÓN. Donostia-San Sebastián, 23-25 de Febrero de 2006. 11. Madge P, McColl J, Paton J. Impact of a nurse-led home management training 74 ÁMBITOS DE LA EDUCACIÓN EN EL ASMA INFANTIL. SERVICIO DE URGENCIAS Y PLANTA DE HOSPITALIZACIÓN Marzo / Tenerife 2007 EL PLAN DE ACCION PERSONALIZADO. ¿UN INSTRUMENTO INSUFICIENTEMENTE UTILIZADO? Dra. JM Román Pediatra. Neumólogo - Palma de Mallorca ¿Qué es un Plan de Acción? ¿Sirve para algo? ¿Es eficaz? ¿A quien hay que proponerlo? ¿a todos los pacientes? El Plan de Acción implica la comprensión de un concepto clave en las enfermedades crónicas: el concepto de autogestión. La autogestión, base de los planes de acción, , es la capacidad de gestionar los síntomas, el tratamiento, las consecuencias físicas, psico-sociales y el cambio de estilo de vida inherente al hecho de vivir con una enfermedad crónica. En las enfermedades crónicas se considera que el enfermo es el mejor conocedor de su enfermedad. No experto en el sentido médico, ya que no lo sustituye, sino experto en el conocimiento de sí mismo. Él sabe, como nadie, lo que le sucede y por tanto hay que permitirle esta competencia y otorgarle la confianza. Estos datos son reconocidos y validados en las recomendaciones internacionales que preconizan la autogestión como clave del manejo del asmático, con planes individuales, modulables y adaptables a las necesidades de los pacientes. El Plan de Acción es la modalidad más importante de la puesta en práctica de la autogestión. Es un documento muy simple que debe determinar un número de acciones que el paciente debe poner en marcha en caso de deterioro de su asma., y por tanto debe ser personalizado y adaptado a cada paciente en función de la severidad de su asma y de su tratamiento. Es un documento que va a ser consecuencia de una negociación entre el paciente y su médico, quienes van a fijar el tipo de plan y las medidas que deben ser tomadas en caso de empeoramiento. ¿Cuáles son los objetivos de un Plan de Acción? Es imprescindible desarrollar, en todas las enfermedades crónicas, el concepto de autogestión, hacer al paciente el centro del tratamiento e intentar desarrollar con el un tratamiento fundado sobre una alianza y objetivos terapéuticos. El Plan de Acción es una prescripción médica escrita, detallada e individualizada que responde a cuatro objetivos: La «educación terapéutica» o educación del paciente, comporta un aprendizaje de la autogestión del tratamiento por el paciente, entendiéndose por autogestión del tratamiento, el plan de acción por escrito, la valoración de los síntomas y la medida del flujo máximo espirado. * enseñarle como ajustar su tratamiento frente a un empeoramiento de sus síntomas o a una disminución de sus flujos espiratorios de pico * enseñar al paciente a reconocer los síntomas que indican un deterioro de su asma * enseñarle a identificar los signos que preceden a una crisis grave, para que pueda dirigirse con urgencia a un centro hospitalario 75 IV Curso para Educadores en Asma * orientarlo para que identifique signos de bronquitis infecciosa (fiebre, expectoración verdosa…) a fin de iniciar un tratamiento antibiótico apropiado. En la práctica, el Plan de Acción es algo muy simple. Se considera globalmente que debe constar de cuatro partes: ¿Cuáles son los beneficios esperados de un Plan de Acción? − como aumentarlo concretamente Para el paciente, va a suponer un mejor control de su asma y una mejor calidad de vida, pudiendo realizar ejercicios físicos sin presentar dificultad respiratoria, efectuar actividades cotidianas sin presentar disnea importante, utilizar un broncodilatador en inhalación menos de 3-4 veces por semana, presentar fluctuaciones de flujos espiratorios de pico inferior al 15% y flujos espiratorios superiores a 80-85% del mejor valor personal. − en que momento sabe el paciente que debe llamar al médico o al servicio de urgencias. Podrá evitar la aparición de crisis severas o peligrosas. Aumentará su autonomía y su sentimiento de seguridad ya que en general, el paciente vive con un sentimiento continuo de inseguridad y amenaza permanente, con la idea de que algo puede pasarle de manera imprevisible. Al sentirse el paciente lejano al médico y a la vez dependiente, el plan le va a permitir hacerse cargo de su propia salud, disminuyendo su ansiedad. Para el médico, le va a permitir obtener un mejor seguimiento del tratamiento y tener el convencimiento de haber hecho un trabajo personalizado de calidad, ya que el enfermo habrá aprendido a controla mejor su enfermedad. Se facilita la comunicación con el paciente, lo que representa una modalidad de alianza, de decisión conjunta. Para el paciente sentir que el médico le deposita su confianza es algo que le satisface y que le fideliza permitiendo que esta relación de confianza que se establece, de lugar a una mejor observancia de su tratamiento. En términos de salud pública, supone la reducción de complicaciones y de hospitalizaciones ocasionando una reducción del coste sanitario. 76 − evaluar el momento en el que es necesario aumentar el tratamiento − durante cuanto tiempo ¿En que momento se debe aumentar el tratamiento y como hacerlo? Hay dos tipos de criterios para estructurar un plan de acción: los que están fundados en la clínica y los que se basan en la medida del soplo. No existen estudios que demuestren la superioridad del plan de acción basado sobre los pico-flujos con el basado en el reconocimiento de los síntomas (Charlton et al.1990), por lo que los pacientes pueden elegir el método que para ellos sea mas simple. En estudios posteriores, los asmáticos que tenían un plan de acción basado sobre la evaluación de sus síntomas evolucionaron tan bien como aquellos que medían sus flujos-pico (Cóte et all. 1995). La Revisión Cochrane (2006) deduce que los niños que siguieron planes basados en síntomas requirieron menor tratamiento urgente por crisis agudas, comparados con los que recibieron un plan basado en el flujo máximo * Plan de acción basado sobre los flujos espiratorios de pico En la primera visita del paciente, se planificará la obtención de sus flujos espiratorios de pico (DEP) durante dos a cuatro semanas mediante un aparato portátil (peak-flow) y con un método riguroso. Después de una inspiración máxima, el paciente debe soplar los más rápido posible (en un golpe seco) en el aparato. Repetirá la secuencia tres ve- El PLAN DE ACCION PERSONALIZADO. ¿UN INSTRUMENTO INSUFICIENTEMENTE UTILIZADO? Marzo / Tenerife 2007 ces, reteniendo el mejor de los resultados y registrándolos en un gráfico, mañana y tarde. durante cinco-diez días (máximo 60 mg) y acudir al médico. En una segunda visita, algunas semanas después, se deberá comprobar si es correcto el manejo.. En el curso de esta visita de seguimiento, se evaluará sí los valores de los flujos espiratorios de pico del paciente corresponden a los valores predictivos por la edad, sexo y talla. Zona Roja Se medirá la fluctuación circadiana de los flujos espiratorios de pico, es decir el valor de los flujos mañana y noche. El valor máximo de los flujos espiratorios de pico medido por la persona cuyo asma es estable, será considerado como la referencia a partir de la cual se elaborará el plan de acción basados sobre los flujos. * Plan de acción basado sobre los síntomas Ciertos pacientes presentan dificultades para medir sus flujos espiratorios de pico de manera regular. Un plan de acción basado esencialmente sobre los síntomas puede revelar gran eficacia. Zona Verde. El paciente es capaz de hacer ejercicios físicos moderados sin desencadenar distres respiratorio o realizar actividades habituales sin presentar dificultad respiratoria. No se despierta por la noche por síntomas de asma. Utiliza â2 menos de una vez por día (asma moderado a grave) Plan: continua la misma medicación Zona Amarilla. El paciente presenta disnea en el curso de sus actividades habituales y está disminuida la tolerancia al esfuerzo. Utiliza el broncodilatador en inhalación mas de una a dos veces por día. Se despierta por la noche o al amanecer con síntomas de asma. Plan: ha de doblar la dosis de corticoide tópico durante un mínimo de 14 días o hasta que el asma se estabilice (zona verde) Sí 48 horas después de haber doblado la dosis de corticoides no mejoran los síntomas, ha de tomar prednisona/deflazacort a la dosis de 1mg/kg/día Dra. JM Román Sí los síntomas de asma le impiden dormir la noche anterior, habla con dificultad, el efecto broncodilatador dura menos de dos horas, tomar inmediatamente prednisona/deflazacort 1-2 mg/kg y acudir inmediatamente al servicio de urgencias mas próximo. En resumen, los planes de acción contemplan una gran autonomía del paciente y una mejor participación en su tratamiento. El paciente necesita criterios muy precisos, ya que las generalidades no funcionan y al final los enfermos no saben suficientemente que hacer, recurriendo a los servicios de urgencias con simples episodios de asma agudo ¿Qué implica modificar el tratamiento en un Plan de Acción? Implica, en general, aumentar los broncodilatadores a demanda, pero sobre todo, aumentar los corticoides inhalados, tomar corticoides por vía oral en gotas o comprimidos, o asociar los dos tipos de corticoides. En caso de empeoramiento se pueden aumentar los corticoides inhalados durante un cierto tiempo, en general unos diez días, o tomar corticoides en comprimidos, o las dos cosas juntas. Los últimos estudios demuestran que sería más eficaz asociar las dos medidas. ¿Que pacientes deben beneficiarse de los Planes de Acción? * Pacientes que presentan un asma persistente y desean gestionar su propia enfermedad manteniendo su autonomía. * Pacientes que han sido hospitalizados por asma agudo. 77 IV Curso para Educadores en Asma * Pacientes que han recibido al menos una vez, corticoides orales por una exacerbación Bibliografía 1. Côte, J.,A.Cartier,M. Rouleau et al. « Influence of anasyhma education program including a self-management plan based on PEFR or asthma symptoms monitoring on asthma morbidity and patients knowledge ». am J Respir Crit Care Med 1955,151: A352, A607 2. Sly,MR,Mortality from asthma.J.Allergy cin Inmunol 1989,84:421-434 3. Charlton,I, G.Charlton, J.Bromfield et al. Evaluation of peak flow and syntoms selfmanagement plans for control of asthma in general practice. Br.Med.J 1990,301:13591362 4. Bhogal S, Zemek R, Ducharme FM. Planes de acción escritos para el asma en niños. Revisión Cochrane, número 4, 2006. Oxford. Update Software. * Pacientes que presentan un asma inestable ¿Son eficaces los Planes de Acción? Estudios actuales muestran que los Planes de Acción son verdaderamente eficaces. Un reciente meta-análisis sobre 36 estudios realizado por especialistas de asma australianos, muestra que cuando los programas de educación están basados sobre la auto-gestión y sobre el Plan de Acción, se consigue un impacto mas favorable en términos de reducción de hospitalizaciones. Un estudio multicéntrico francés en un número importante de pacientes, muestra que un programa de educación terapéutica comportando un plan de acción personalizado por escrito, permite mejorar el control del asma.. Así, es necesario que los pacientes sean educados en el asma y que adquieran las competencias necesarias en el manejo de las técnicas de inhalación, técnicas de utilización del pico-flujo e interpretación de las medidas, conocimiento de los medicamentos que sirven para tratar la crisis aguda o para disminuir la inflamación bronquial a medio o largo plazo. 78 El PLAN DE ACCION PERSONALIZADO. ¿UN INSTRUMENTO INSUFICIENTEMENTE UTILIZADO? Marzo / Tenerife 2007 APLICACIÓN DE UN PROGRAMA EDUCATIVO EN ATENCIÓN PRIMARIA Manuel Praena Crespo Centro de Salud La Candelaria. Sevilla La revisión sistemática con metanálisis de Guevara y Wolf sobre el efecto de las intervenciones educativas para el automanejo del asma en niños y adolescentes concluye en tales programas deben formar parte de los cuidados de rutina de niños con asma. Esto es porque se constata en el conjunto de los estudios que los pacientes mejoran en su función pulmonar, disminuye la morbilidad y la utilización de recursos de salud. El centro de salud es el escenario idóneo para dar respuesta a este gran volumen de necesidades planteadas puesto que el pediatra de atención primaria es de fácil accesibilidad, presta una atención continuada al niño desde que nace y conoce mejor su entorno sociofamiliar. El pediatra de Atención Primaria debe ser el encargado del diagnóstico y seguimiento integral y el promotor de la educación en autocuidados configurándose así como el responsable principal del niño y del adolescente asmático en colaboración con la Atención Especializada para aquellos casos con dificultades para el diagnóstico o el control de la enfermedad. Cuando la asistencia al asma se programa u organiza se ponen de manifiesto resultados positivos frente a otras áreas no organizadas Los pacientes acuden al médico para que este solucione «su problema». Asumen que el médico tiene los conocimientos necesarios para aplicar el tratamiento adecuado a su dolencia. Los pacientes y su familia entienden el asma como una enferme- dad que se presenta episódicamente y solo buscan un tratamiento cuando los síntomas se presentan. Los pacientes suelen fracasar en el seguimiento de las recomendaciones que el médico hace a pesar de que aparentemente van a seguirlas cuando salen de la consulta. Sin embargo el asma no es una enfermedad aguda y el control del asma no está en únicamente las manos del médico como cree el paciente o su familia, sino que depende de un esfuerzo coordinado por parte de médico y paciente o sus cuidadores. En la actualidad todas las guías de asma incluyen la educación del paciente como esencial para conseguir el control total de la enfermedad. Un profesional que tiene un gran dominio técnico de su trabajo (incluyendo un diagnóstico correcto y un tratamiento actualizado), pero desconoce las ventajas, los contenidos y la metodología de la educación fracasará en su intento de que el paciente mejore. Poco se podrá conseguir sin que el paciente se involucre. Para obtener éxito en el control del asma se requieren cambios complejos en comportamientos y estilos de vida del niño y su familia: • Reducir los factores desencadenantes. • Monitorizar la función pulmonar. • Llevar a cabo planes de autocontrol de la enfermedad. 79 IV Curso para Educadores en Asma • Tomar a diario medicamentos aún cuando el asma está sin síntomas. • Reconocer un empeoramiento precozmente y ajustar la medicación de forma apropiada a la situación. • Utilizar adecuadamente los servicios de salud. • Conseguir una comunicación efectiva entre el médico y los cuidadores de los niños • Qué ocurre en las vías aéreas durante un ataque de asma 2. Función de los medicamentos. • 3. Habilidades. Promover un ajuste positivo tanto del niño como de otros miembros de la familia a la enfermedad del niño sin que ello perjudique las necesidades de todos los que intervienen en esta relación. Un programa educativo es un entrenamiento que incluye asegurar conocimientos por parte del niño con asma y su familia, encontrar técnicas que apoyen dichos conocimientos y los transformen en actitudes, habilidades, cambios de conducta positivos, sentido de responsabilidad y autocuidado. Este autocuidado capacita para tomar decisiones que lleven a resultados terapéuticos adecuados. OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN EN EL ASMA . Los objetivos de un programa de educación y automanejo son que el niño realice la vida que él y su familia deseen con las menores limitaciones y que ellos sean los principales responsables del control de su asma. El objetivo principal de la educación en asma para los niños y sus familias es ayudarles cambiar comportamientos , estilo de vida y el entorno ambiental que rodea al niño, sin que ello suponga una amenaza para la familia consiguiendo . El NAEPP ha recomendado que los cinco mensajes educativos clave se integren en cada escalón clínico de los cuidados del asma: Diferencias entre medicación de control que hay que administrar durante largos periodos de tiempo y la medicación de alivio o rescate de crisis. • Enseñanza del uso apropiado de los inhaladores mediante demostración y comprobación posterior • Como emplear las cámaras de inhalación. • Como registrar los síntomas y medir el pico de flujo, así como reconocer precozmente los signos de empeoramiento del asma. 4. Medidas de control ambiental. • Tiene que identificar y evitar los factores que desencadenan el asma. 5. Cuando y como tomar la medicación de alivio. • Tienen que tener un plan de automanejo por escrito que previamente se le ha explicado. Sin embargo no basta con que el paciente y su familia conozcan todos estos contenidos educativos. Además tiene que ser integrados en su vida diaria de tal manera que ellos mismos deciden cuidar de sí mismo con lo aprendido. La educación de pacientes con asma y sus cuidadores debe tender a un modelo de autocuidados basado en estos cuatro aspectos: • Necesidades y aspiraciones de la familia • Fortalezas y capacidades de la familia • Ayudas y recursos sociales, y • Comportamiento profesional para proporcionar cuidados. 1. Conocer qué es el asma. • 80 Concepto de inflamación y asma en actividad. APLICACIÓN DE UN PROGRAMA EDUCATIVO EN ATENCIÓN PRIMARIA Marzo / Tenerife 2007 FASES EN EL MODELO DE AUTOCONTROL. El paciente y/o su familia (en el caso de niños pequeños) pasa por varias fases antes de tomar la iniciativa en el autocontrol del asma: Estadio 1. Negación del asma. El asma es percibida por la familia como un problema episódico del niño. Estadio 2: Aceptación del asma. La familia reconoce que el niño tiene síntomas entre las crisis de asma; sin embargo, la familia actúa solo cuando el niño está con síntomas. Estadio 3: Fase de adherencia. La familia se adhiere a la medicación preventiva, pero percibe que las fluctuaciones en el estado del asma representa un fracaso del tratamiento. Estadio 4: Control del asma. La familia aplica un plan de acción cuando cambian los síntomas y discute la eficacia del plan de tratamiento con el médico del niño en las consultas programadas. Además se interesa por todo aquello que puede contribuir a mejorar el control y realiza cambios para mantenerlo. Durante el proceso educativo hay que tener presente estas fases para que el educador considere en qué situación está el paciente y no se sienta frustrado cuando el ritmo del proceso educativo parezca estancado. ESCENARIOS DE LA EDUCACIÓN EN ATENCIÓN PRIMARIA. La educación en el asma no se basa en una consulta diferenciada para impartir educación, sino en una forma de interaccionar con el paciente de modo que con cada contacto pueda recibir información, que a su vez pueda utilizar en su propio provecho, y le sirva para tomar decisiones encaminadas a solucionar sus problemas de salud de los que es plenamente consciente. Por tanto en todos aquellos escenarios por donde pasa el paciente se debe realizar educación. Ello comprende la consulta proManuel Praena Crespo gramada, la consulta a demanda, la asistencia a una crisis. Cada uno de estos escenarios tiene unas características donde se abordarán contenidos específicos. Consulta programada: Aprovechando que se le va a estudiar por síntomas sugerentes de asma los mismos datos recogidos para la historia clínica se les puede presentar al paciente o sus cuidadores para que reconozcan síntomas, desencadenantes y entorno ambiental. También en esta consulta programada se puede enseñar a confeccionar un diario de síntomas, a medir el pico de flujo o a tomar los inhaladores correctamente Consulta a demanda: Cuando el paciente acude por síntomas, se puede valorar qué conocimientos ha adquirido para manejar situaciones imprevistas y como las soluciona. En este momento se le puede animar a tomar decisiones si no ha afrontado los síntomas o bien se le refuerza positivamente cuando toma decisiones adecuadas. Asistencia a una crisis de asma. En este caso conviene emplear para yugular una crisis los mismos medios de tratamiento que tiene el paciente (su propia cámara espaciadora y su broncodilatador de rescate). Además se le invita a autoadministrarse el medicamento y se le enseña a comprobar los signos de mejoría o empeoramiento por los cuales puede quedarse en casa o acudir por ayuda médica respectivamente. En la misma anamnesis de la crisis se pueden identificar cuales han podido ser los factores desencadenantes que han intervenido (causa-efecto cercano). Con esto pretendemos que el paciente evite lo que le hace daño y tome decisiones de tratamiento. ELEMENTOS DE LA EDUCACIÓN EN AUTOMANEJO. Los programas de educación considerados óptimos contemplan estos cuatro elementos: 1. Información: Proporciona información sobre el asma y su tratamiento 81 IV Curso para Educadores en Asma 2. Automonitorización. Medida del pico de flujo y su registro diario por parte del paciente, así como de sus síntomas y la utilización de tratamiento de alivio. • Diagnóstico alergológico. Acceso a Test in vitro o Prick-test • Tratamiento. Guías útiles de práctica clínica actualizadas. 3. Revisiones médicas periódicas: Incluye la valoración por su médico del control del asma y de la medicación con realización de espirometrías y cambios de tratamiento. • Seguimiento y Educación del paciente. Cámaras, dispositivos placebos, medidores de FEM, vídeos y espacios adecuados para actividades grupales. 4. Plan de acción por escrito. Es un plan individualizado hecho con el propósito de que el paciente haga autotratamiento en caso de deterioro de su asma. Estos planes pueden basarse en síntomas o bien en cambios en las medidas del pico de flujo • Formación de profesionales. ACTIVIDADES A REALIZAR EN ATENCIÓN PRIMARIA Una vez que hemos asumido la importancia de la educación de pacientes con asma y queremos empezar a trabajar de forma programada nos preguntamos ¿Qué pasos tenemos que dar para conseguirlo? Es necesario hacer lo siguiente: 1. Conocer la prevalencia de asma en la Zona Básica de Salud. Todo niño con criterios de asma debe ser diagnosticado, incluido en un programa de seguimiento y registrado con un marcador de asma que sirve para identificar el paciente en las autoauditorías que, al menos, se deberían hacer una vez al año. En ellas se tiene que comprobar si, en ese periodo, el asma ha estado activa. En ese caso se deben de poner en marcha actividades de evaluación funcional y terapéutica, educación y seguimiento. Deberíamos empezar por los pacientes de mayor gravedad o que consultan con mayor frecuencia 2. Obtener los recursos materiales necesarios. En el estudio del asma de un paciente se necesita abordar los siguientes aspectos: • Diagnóstico clínico. Historia estandarizada • Diagnóstico funcional. Espirómetros. 82 3. Crear espacios de agenda para consultas programadas: a. de pediatría (diagnóstico, seguimiento y educación) y b. de enfermería (pruebas funcionales, de diagnóstico alergológico y educación). 4. Reparto de tareas. El equipo pediatra-enfermera repartirá su funciones: • El pediatra realiza la historia clínica, diagnostica y clasifica el asma, indica el tratamiento farmacológico adecuado, estimula su cumplimiento y confecciona un plan individual de autocontrol; a la vez educa al paciente y su familia en conceptos, procedimientos y actitudes. • La enfermera a su vez, realiza la espirometría, medición del PEF, Prick test; educa a los pacientes en los conocimientos y habilidades y promueve el cumplimiento de las medidas ambientales y el tratamiento farmacológico. El peso mayor en el proceso educativo es de la enfermera, pero siempre deben facilitarse mecanismos de información sobre el paciente no sólo a través de la historia, sino compartiendo espacios comunes de tiempo en consulta para revisar aquellos casos que revistan mayores problemas. 5. Adecuación del diagnóstico, tratamiento y seguimiento a las guías de práctica clínica. Las guías clínicas más recomendables son aquellas que siguen un formato de Medicina Basada en la Evi- APLICACIÓN DE UN PROGRAMA EDUCATIVO EN ATENCIÓN PRIMARIA Marzo / Tenerife 2007 dencia (MBE). En nuestro ámbito de trabajo, el ProcesoAsma en la edad pediátrica de la Consejería de Salud de Andalucía, eligió la Guía Británica porque, tras pasarle el instrumento AGREE, fue la mejor valorada entre otras guías importantes publicadas por entonces. Más recientemente se ha publicado la Guía Vasca del Asma con una metodología semejante a la Guía Británica. En nuestro país cabe destacar la publicación de la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA) y el Consenso sobre tratamiento de Asma en Pediatría. 6. Autoauditoría de las actividades realizadas. Debe contemplar indicadores de proceso (cobertura, seguimiento...) y resultados (morbilidad y calidad de vida). animales domésticos. Recomendamos siempre no fumar en la casa de un niño con asma. • A continuación, se realiza la exploración y se piden las pruebas complementarias, según anamnesis y exploración. • Respecto al diagnóstico, se especifica el grado de asma y se relaciona con su posible causa. • En los niños mayores de 6 años se solicita una espirometría. O se mide la variabilidad del pico de flujo o flujo espiratorio máximo (FEM). • En función de la gravedad se establece el tratamiento. Se da por escrito un plan terapéutico con: medidas de evitación y medidas farmacológicas. • En esta primera visita se inicia la enseñanza de aspectos educativos como: PROGRAMA EDUCATIVO DESARROLLADO EN NUESTRO MEDIO. En el centro de salud La Candelaria se desarrolló un programa educativo. En la figura 1 se muestra un resumen de la secuencia del programa y las actividades principales. o Sospecha o confirmación de la enfermedad, ilustrando a la familia y al paciente sobre el proceso inflamatorio, los tipos de tratamiento prescritos y la función de cada uno. 1. Primera visita (duración 45 minutos) o Técnica inhalatoria: cómo usar el inhalador escogido, considerando la edad y los gustos del paciente. Se realiza una historia clínica del niño con: • Los datos de filiación, edad y riesgo social. • La clínica, con los síntomas que presenta y los medicamentos con los que mejora. • • El impacto de la enfermedad, es decir, la frecuencia de síntomas durante el día y la noche, número de despertares nocturnos y días con molestia al levantarse. También el número de consultas por asma no programadas y el número de crisis, así como las visitas a urgencias y los ingresos. Se refleja también el absentismo escolar y la intolerancia al ejercicio. También se detallan los desencadenantes sospechados y el predominio estacional de los síntomas, las características de la vivienda y del dormitorio del niño, así como la existencia de Manuel Praena Crespo Antecedentes familiares y personales para ver características peculiares de su asma y su posible evolución. o Realización del pico de flujo, si procede. o Suministro del diario de síntomas y pico de flujo e indicaciones de cómo completarlo. o Se escucha y se trata de responder a todas las preguntas y sugerencias que se hagan o se posponen para próximas visitas. 2. Segunda visita Se realiza unos 15 ó 30 días después de la primera. También es llevada a cabo por el pediatra. • Se valoran las pruebas solicitadas anteriormente. 83 IV Curso para Educadores en Asma • Se comprueba la técnica de inhalación. • Valoración de la confección del diario de síntomas. • Revisión del tratamiento: los efectos secundarios del tratamiento y sus posibles soluciones. Se trata de conocer las dudas, preocupaciones y dificultades surgidas respecto al tratamiento y las sugerencias del niño y su familia. • Se proporciona por escrito un plan de actuación ante una crisis según el reconocimiento de síntomas o FEM: qué medicamentos debe tomar al comienzo de una crisis y la necesidad de tratar ésta lo antes posible. el suministro de este material se realiza de forma individualizada, contando con las necesidades de cada niño y la compresión de su familia. o Relación entre asma y ejercicio; deportes y actitudes recomendados. Ejemplos de grandes deportistas afectos de asma. o Fármacos utilizados en el asma; distinguir entre broncodilatadores y antiinflamatorios; escala de colores. o Por qué es mejor usar inhaladores. o Técnicas de inhalación y uso del medidor de pico de flujo. • 4. Revisión de enfermería • Se revisan los diarios de seguimiento que los pacientes rellenan en su domicilio. • En segundo lugar, se anotan los resultados de las espirometrías realizadas y los picos de flujo que el paciente recoge. • También se registra el tratamiento seguido hasta ese momento, tanto el de crisis como el de mantenimiento. • A continuación se comprueba la técnica inhalatoria, puntuando la correcta ejecución de cada paso. • En las revisiones también se recogen las respuestas de los pacientes o sus familiares a 8 cuestiones relativas a conocimientos sobre el manejo de los inhaladores. Proyección de un vídeo educativo de animación, en cuya realización participaron niños del Centro de Salud. En este audiovisual se exponen los siguientes contenidos sobre asma: • Por último, en la revisión de enfermería, se facilita el material necesario para llevar a cabo el diario en casa. o Concepto; se explica qué ocurre en los bronquios de un niño con asma y la diferencia entre inflamación y broncoconstricción. 5. Automanejo • También se da por escrito información para el profesor, sobre la naturaleza de la enfermedad y la medicación que el niño toma. • Si el niño realiza deporte o educación física se entrega otra hoja informativa relativa a esta actividad. Después, el pediatra los cita para la próxima actividad del programa: 3. Actividad grupal A ella asisten, unos 8-10 parejas de niños y cuidadores. La actividad consta de dos partes: •· o Los síntomas de asma: tos, sibilancias, fatiga... o Desencadenantes más comunes y cómo evitarlos. 84 Coloquio con repaso de los mitos del asma Es la fase de aprendizaje óptimo. Se trata de que el niño y su familia cuenten con un mayor grado de autonomía, mediante la comprensión de cada situación clínica y la toma de decisiones adecuadas. El paciente y su entorno forman parte del «equipo terapéutico», participando activamente en él. Esta APLICACIÓN DE UN PROGRAMA EDUCATIVO EN ATENCIÓN PRIMARIA Marzo / Tenerife 2007 fase se propone siempre teniendo en cuenta la capacidad de comprensión y el nivel de motivación de la familia, así como la edad del niño. Se fomenta la toma de decisiones por parte de la familia 6. Asistencia a escuela Les comentamos que hay que conseguir que el niño acuda a la escuela diariamente; el niño no debe permanecer en el domicilio más que en los episodios de reagudización moderados o graves, durante los días que el niño requiera reposo. En cuanto mejore su función respiratoria debe acudir al colegio. • Estudio con grupo de comparación no equivalente: Con otros 87 niños de la misma área hospitalaria, que no asistían regularmente a sesiones programadas de educación en asma. Como resultado del estudio antes-después hemos concluido que los niños que han participado en el programa de educación y automanejo, han mejorado significativamente en: − Un decremento en el número de días con síntomas a lo largo de la jornada, − Una disminución de los despertares nocturnos, − Decremento del número de exacerbaciones que requieren corticoides orales. − Disminución de las visitas a urgencias, 7. Actuación frente al ejercicio físico y el deporte Se explica que todos los niños asmáticos deben realizar habitualmente ejercicio físico. En algunas ocasiones limitarán su actividad hasta que su función pulmonar mejore pero sólo durante las crisis. La aparición de síntomas tras el esfuerzo es un signo de que el asma no está bien controlada y requiere cambios terapéuticos, hasta que el niño pueda realizar el ejercicio físico habitual sin presentar síntomas. Se informa de que deberá tener en cuenta unas normas mínimas: no hacer ejercicio con tos y pitos, iniciar siempre el ejercicio con calentamiento progresivo, tomar la medicación (si está prescrita) antes de iniciar el ejercicio. También se orienta a los padres hacia los deportes más adecuados según las características del asma de su hijo. EVALUACIÓN Hemos realizado una valoración del programa que se lleva a cabo en el Centro de Salud Candelaria, con dos estudios: • Estudio antes-después: Consigo mismo antes y después del programa (n-85). Manuel Praena Crespo − Disminución de ingresos hospitalarios, − Disminución de absentismo escolar. − Mejoraron la técnica de inhalación con el dispositivo MDI. Como resultado del estudio de comparación no equivalente: El grupo de niños de nuestro Centro de Salud mostró un mejor conocimiento respecto a aspectos teóricos de la enfermedad y de la medicación, valorado a través de 8 cuestiones: Reconocer los síntomas que sugieren asma, distinguir entre la medicación de rescate y la de mantenimiento, si la aplica correctamente etc. − Los niños que recibieron educación demostraron un automanejo más adecuado de situaciones frecuentes a las que se enfrenta un asmático. Para medir este manejo los niños y sus familias respondieron a un cuestionario donde se formulaban cuestiones relativas a las infecciones, al ejercicio y a las crisis. Nosotros puntuamos las respuestas a cada de estos supuestos. − Se objetivó que las familias intervenidas, tenían menos prejuicios y creencias erróneas en torno al asma. Para comprobarlo, se realizó un cuestionario donde se abordaban 85 IV Curso para Educadores en Asma cuestiones sobre la posible herencia del asma, su relación o no con la alergia, si puede influir en el crecimiento del niño, por qué es mejor usar inhaladores, si éstos son peligrosos, si es útil la llamada medicina alternativa, si se deben vacunar de la gripe etc. También observamos una relación significativa entre la existencia de riesgo social y el abandono de nuestro programa. El 33,3% de los niños de riesgo abandona el programa vs. el 10,3% de los asmáticos que abandonan sin presentar riesgo social. La mayoría de estas preguntas fueron mejor respondidas por los niños que participaron en las sesiones de educación. Figura 1 . Secuencia del Programa de Educación 86 APLICACIÓN DE UN PROGRAMA EDUCATIVO EN ATENCIÓN PRIMARIA Marzo / Tenerife 2007 BIBLIOGRAFÍA 1. Guevara JP, Wolf FM, Grum CM and Clark NM. 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Suárez López de Vergara1, A. Callejón Callejón2, M. Dorta Suárez 1 Coordinadora del Grupo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica, Centro de Salud Finca España. 2 Dpto. Pediatría Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife. El tabaquismo ha suscitado una progresiva y creciente polémica en la comunidad científica, desde que a mediados del siglo pasado, en la década de los cincuenta, se demostró la asociación entre el hábito de fumar y el cáncer de pulmón, tras la publicación de tres importantes estudios1-3. La epidemia que produce el consumo del tabaco ha seguido avanzando, y la situación actual podría resumirse del siguiente modo: • Continúa muy arraigado en la población el consumo del tabaco. • No existe una conciencia colectiva para lograr una adecuada prevención, ya que la magnitud del problema no es percibida por la opinión pública, aunque con las nuevas normativas y campañas institucionales, este aspecto se va modificando lentamente. • Ha disminuido la incorporación al hábito de fumar tabaco en el adulto, sin embargo los jóvenes siguen incorporándose a este hábito tóxico. Hoy día, se tiene bien establecido que el tabaquismo es una drogadicción producida por el consumo regular de tabaco, siendo además uno de los principales problemas sanitarios en el mundo occidental. Las enfermedades causadas por el tabaquismo en la infancia, pueden ser consecuencia de la exposición al humo de tabaco antes o después del nacimiento. En relación al Asma, que es la patología desarrollada en este curso de educadores, se ha observado en los últimos años, un rápido incremento del número de niños asmáticos, lo que sugiere que la contaminación medioambiental podría jugar un papel importante en el desarrollo de la enfermedad, y aunque se barajan muchas hipótesis sobre su etiología, ésta aún no ha sido del todo establecida4. También se ha investigado acerca del efecto que tiene la exposición al humo del tabaco sobre la evolución del Asma infantil5, observando que existe un incremento de la prevalencia de sibilancias, tos y flemas en la infancia, y que puede actuar como desencadenante de las reagudizaciones asmáticas. Sin embargo, no está suficientemente demostrado que la exposición al humo del tabaco incremente el riesgo para desarrollar Asma4. Gilliland et al.6 encontraron correlación entre la exposición intrauterina al humo del tabaco, sin posterior exposición tras el nacimiento, con una serie de variables relacionadas con el diagnóstico y la evolución desfavorable de Asma, y concluyen que el hábito tabáquico de la madre durante el embarazo, incrementa la frecuencia del diagnóstico de Asma y sibilancias durante la infancia. Sin embargo, la exposición habitual al humo del tabaco ambiental se asocia con sibilancias, pero no con mayor número de diagnóstico médico de Asma. Gilliland et al.7 evaluaron también la influencia del tabaquismo materno durante el embara- 89 IV Curso para Educadores en Asma zo y la posterior exposición al humo del tabaco ambiental, sobre la función pulmonar de los niños no fumadores, y objetivaron que la exposición intrauterina al tabaco materno, se asociaba con una reducción en los valores de algunos parámetros funcionales, principalmente los relacionados con los mesoflujos correspondientes a la pequeña vía aérea. Asimismo, se ha observado relación dosisrespuesta entre el número de cigarrillos fumados por los padres y el tiempo de duración del hábito tabáquico de los mismos, con la severidad de los síntomas de Asma en el niño8. Por otra parte, la adolescencia constituye la etapa con mayor riesgo para iniciarse en el abuso de sustancias tóxicas. Este periodo, marcado por una necesidad de cambio y de posterior consolidación de la propia identidad, está sujeto a múltiples tensiones que inducen a un sector de los adolescentes a introducirse en el camino de las toxicomanías. El inicio del hábito de fumar tiene lugar durante la infancia y la adolescencia, y las repercusiones sobre el estado de salud, van a ser muy importantes a lo largo del desarrollo del niño, del adolescente y del adulto, por ello las medidas de prevención han de comenzar precozmente en estas edades infantiles, dado que sólo un 10% de los fumadores han comenzado su hábito en la edad adulta9. Además, es suficientemente conocido que resulta más eficaz evitar que los niños y adolescentes se inicien en el tabaquismo, que intentar cambiar la dependencia de los adultos fumadores. El hábito tabáquico y las expectativas de fumar en el futuro de un adolescente, están relacionadas con el número de fumadores que hay en su entorno (sobre todo de sus padres). Por ello, ayudar a los adultos y jóvenes fumadores a abandonar el hábito, contribuye no sólo a la salud de éstos, sino también a prevenir el inicio del tabaquismo en los adolescentes. Además, en los últimos años, los estudios realizados sobre el consumo de tabaco entre los jóvenes, demuestran una elevada prevalencia en niños y adolescentes, con un aumento del mismo sobre todo en el sexo femenino10. 90 Por otra parte, el efecto del tabaquismo de los padres, ejerce una doble influencia en sus hijos: los induce a ser futuros fumadores al servirles de modelo, y los expone al humo del tabaco de una forma continuada, convirtiéndolos en fumadores pasivos. Los hijos de menor edad son los que sufren un mayor riesgo por este consumo, debido a la inmadurez de su aparato respiratorio. Esta mayor incidencia de patología respiratoria, guarda relación sobre todo con el tabaquismo materno, pues es la madre la que está más en contacto con el niño, encontrándose también una mayor incidencia de patología respiratoria en los niños de mayor edad fumadores pasivos, en relación a los no expuestos al tabaco6,7,11-15. Por todo lo referido, es importante que desde la edad pediátrica se realicen intervenciones sobre el hábito de fumar de los padres, para favorecer el abandono del mismo, o al menos que no fumen en el entorno del niño. Asimismo, habrá que realizar la prevención para evitar el inicio del consumo por parte del adolescente, y en el caso de que se haya introducido, efectuar actuaciones que logren el abandono del hábito. CARACTERÍATICAS DE LA INTERVENCIÓN TABÁQUICA EN PEDIATRÍA Los modelos de intervención frente al tabaco tienen como objetivos: • Impedir el inicio del consumo • Retrasar la edad de inicio del consumo • Limitar el acceso a esta sustancia adictiva • Educar para que el adolescente sea capaz de mantener una postura firme frente a esta droga • Modificar las condiciones del entorno sociocultural • Proporcionar alternativas de vida saludable Los Pediatras y Enfermeros dedicados a la atención del niño, tenemos un amplio campo de actuación sobre el tabaquismo, que abarca desde el ini- EDUCACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DEL TABAQUISMO: CUÁNDO Y CÓMO ACTÚA EL PEDIATRA Marzo / Tenerife 2007 cio de la gestación, conjuntamente con los Ginecólogos y Centros de seguimiento de la mujer embarazada, efectuando medidas de protección al feto, potencialmente fumador pasivo de sus padres. cualquier patología, debemos iniciar nuestra actuación frente al tabaco. En el periodo de lactante, preescolar y escolar, asistimos a una progresiva relajación por parte de los padres fumadores, en no guardar un ambiente exento de humo de tabaco en el entorno del niño. Por lo tanto, debemos reforzar la actitud de la familia frente a esta droga, por ser ella la que tiene mayor capacidad de influencia en el niño: fijando modelos, estableciendo ejemplo y señalando normas, que el niño va aprendiendo. La actitud que tengan los padres, hermanos y familia frente al tabaco, es la referencia inicial que tiene el niño, y determina conductas futuras. Ante la presencia de fumadores en el ambiente familiar del niño, hay que dar mensajes educativos y provocar la suficiente motivación que a su vez, induzca al fumador, la acción de intentar dejar de fumar, siendo este conjunto de actuación lo que recibe el nombre de Intervención mínima. De este modo, nuestra primera actuación debe iniciarse dentro de la propia familia, siendo primordial para disminuir la incidencia de patologías asociadas al tabaquismo pasivo. En la preadolescencia y adolescencia, la intervención debe ir encaminada a reforzar las actitudes de la familia frente al tabaquismo, así como incrementar campañas de divulgación que eviten el inicio del hábito tabáquico en la adolescencia, y promover mecanismos que motiven el abandono, en aquellos jóvenes que ya se hayan iniciado el consumo. En la apertura de la Historia clínica se debe consignar el hábito tabáquico de la familia. Se sabe que cualquier intervención, que el médico realice de tabaquismo sobre sus pacientes es eficaz, pero si ésta se adecua a las características individuales de cada fumador, su eficacia y eficiencia aumentará16. En los padres fumadores hay que realizar el diagnóstico del hábito tabáquico, su intensidad y su grado de dependencia, a través del Test de Fagerström breve (Tabla 1), así como el tiempo transcurrido como fumador, apuntándolo en la historia. No olvidemos preguntar lo mismo de otros miembros de la familia, que se hacen cargo del paciente y conviven con él de modo habitual. Tabla 1. Valoración de la dependencia tabáquica. Test de Fagerström breve 1. ¿Cuántos cigarrillos fuma cada día? Más de 30 De 21 a 30 De 11 a 20 10 Recordemos que en nuestro país, la tolerancia familiar ante el tabaco es elevada, observando que el 45.5% de los niños son fumadores pasivos, y que no hay restricciones al consumo del tabaco en el 30.8% de los hogares15, y que la prevalencia de tabaquismo en los adolescentes es mayor cuando fuma algún miembro de la familia. 2. ¿Cuánto tiempo pasa entre que se levanta y fuma el primer cigarrillo? Hasta 5 minutos (3 puntos) De 6 a 30 minutos (2 puntos) De 31 a 60 minutos (1 puntos) Más de 60 minutos (0 puntos) ¿CUÁNDO Y CÓMO INICIAMOS LA ACTUACIÓN ANTITABÁQUICA EN LA FAMILIA? Desde la primera visita del paciente, tanto en la consulta del niño sano, como en la consulta por (3 puntos) (2 puntos) (1 punto) (0 puntos) Sumar la puntuación de las dos preguntas. Valoración: 5-6 puntos dependencia alta, 3-4 puntosdependencia moderada, 0-2 dependencia baja R.G. Suárez López de Vergara, A. Callejón Callejón, M. Dorta Suárez 91 IV Curso para Educadores en Asma A continuación, efectuamos sobre ellos una intervención mínima: • Damos información concisa sobre el tabaco y valoramos la disponibilidad para el cese del hábito tabáquico. Debemos evitar la confrontación en aquellos casos en que observamos una firme negativa a recibir el conocimiento, • Indicamos el perjuicio del tabaco para su hijo, y la necesidad de que no fume dentro del domicilio, ni en espacios abiertos cuando se encuentre con el niño. • Dejamos una puerta abierta, para que en sucesivas consultas, podamos indicar cómo y cuándo pasar a la acción. El consejo debe ser breve (menos de 3 minutos) y firme, acompañado de entrega de folletos con instrucciones para dejar de fumar. No hay que olvidar que la deshabituación tabáquica es un proceso lento, que pasa por una serie de fases. En primer lugar, lo que se intenta es conseguir un cambio de actitud del fumador hacia su concepto de tabaco, y así llegar a lograr una modificación de la conducta. Sabemos que la dificultad para dejar de fumar está en función de dos parámetros fundamentales: la dependencia nicotínica y la motivación que el fumador tenga para dejar el consumo de tabaco. El número de mensajes que se dan al padre o madre fumadores, sobre el riesgo de la exposición al humo del tabaco por parte del niño, debe también ser reducido, de 1 a 3 como máximo, pero es importante que se realicen al inicio de la intervención y se refuercen al final de la misma. Deben ser mensajes que produzcan reacciones de autoestima (padres responsables), de protección al niño (compromiso en la salud del niño y la familia), no obstante, de debe tener precaución con la inclusión de mensajes que induzcan al miedo como factor de motivación (compromiso de la salud del niño, que se pueda encontrar afectada), puesto que puede crear conflictos de culpabilidad17. 92 En sucesivas consultas, reforzamos la información de los perjuicios del tabaco y la personalizamos en relación con la salud de su hijo o con la patología que éste presente. En este momento, los Pediatras deberíamos tener a nuestra disposición un método analítico específico de marcador de humo del tabaco (cotinina o CO espirado), para poder determinar en la consulta de modo rápido, y dar un dato objetivo al paciente de su situación como fumador, que sirva de motivación para el cese del hábito tabáquico. Hay que recordar que las modificaciones de conducta del fumador, se realiza a través de cambios discretos18, que establece 5 ó 6 estadios por los que puede ir transcurriendo hasta lograr la condición de abandono. Es importante que se investigue en el fumador la fase de abandono en la que se encuentra, para así poder instaurar el tratamiento más adecuado a cada paciente, y también la motivación para este abandono. Para este fin, existen unas recomendaciones específicas en un Documento de Concenso19, que establecen las pautas a seguir ante cada fumador. En nuestra consulta de pediatría, podemos encontrarnos con distintas actitudes en los padres, en relación con su hábito tabáquico: 1. Si observamos una actitud positiva para dejar de fumar, le cuestionaremos sobre si esa intención de dejar de fumar será pronto, en el próximo mes, en caso negativo nos encontramos ante un fumador en una fase de contemplación, en este caso trataremos de averiguar las razones que tiene para dejar de fumar, pero también preguntaremos sobre los obstáculos que presenta este abandono. Aprovechamos el momento para darle folletos informativos, y guía para dejar de fumar, con lo que tratamos de aumentar su motivación. Si el fumador nos indica que sí está dispuesto a dejar de fumar en el próximo mes, éste se encuentra en una fase de preparación, y a parte de alegrarnos y felicitarle, debemos darle folletos informativos y encauzarle hacia su Médico de Familia o a la Unidad de Taba- EDUCACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DEL TABAQUISMO: CUÁNDO Y CÓMO ACTÚA EL PEDIATRA Marzo / Tenerife 2007 quismo del adulto, para introducirle en los planes de deshabituación tabáquica, que requieren el seguimiento del Neumólogo (Figura 1). Nuestra misión será la de efectuar una intervención mínima y reforzar los criterios de la Unidad de Tabaquismo. 2. Si observamos una actitud negativa para dejar de fumar, este padre o madre se encuentra en una fase de precontemplación. Actuaremos dándole información sobre el tabaco, resaltándole los beneficios para dejar de fumar, que se individualizarán según las características de cada uno. En el caso de padres no fumadores, debemos realizar una intervención que les refuerce y motive para lograr un ambiente sin humos dentro del domicilio y en el entorno del niño. También, investigaremos la posible exposición al humo del tabaco por parte del niño, en otros ambientes en que pueda estar habitualmente: cuidadores, otros convivientes etc. potenciando un ambiente libre de humo de tabaco. ¿CUÁNDO Y CÓMO INICIAMOS LA ACTUACIÓN ANTITABAQUICA DESDE EL NIÑO AL ADOLESCENTE? El pediatra debe tomar una actitud frente al tabaco y actuar de forma directa sobre el niño, mediante mensajes de educación sanitaria para procurarles herramientas de utilidad, que les ayude a contraponer las presiones sociales. No nos debemos olvidar de la protección del recién nacido, cuando la madre fumadora que logró una cesación del hábito durante la gestación, se incorpora de nuevo al mismo tras el nacimiento del niño. En este momento deberíamos actuar con rapidez según la pauta descrita para los padres fumadores. Desde la etapa preescolar y escolar, motivaremos al niño a que se aleje de ambientes con humo del tabaco, explicándoles de modo sencillo, los perjuicios que éste puede ocasionarle a sus vías respiratorias. Figura 1. Etapas de cambio del fumador R.G. Suárez López de Vergara, A. Callejón Callejón, M. Dorta Suárez 93 IV Curso para Educadores en Asma En la preadolescencia y adolescencia, nos encontramos con que ya tienen elaborado los modelos de conducta a seguir. Sabemos que aquellos que han convivido durante su desarrollo con fumadores en su domicilio, la incidencia de tabaquismo activo en la adolescencia es superior que cuando los padres no fuman, incrementándose esta posibilidad cuanto mayor sea el número de fumadores en el domicilio11, puesto que han servido de modelo durante largo tiempo y porque también, se encuentran en un situación de «dependencia crónica» del tabaco, al ser fumadores pasivos de sus padres durante muchos años20, 21. No olvidemos también, que el cigarrillo es utilizado por los jóvenes como vía para la introducción en otros hábitos tóxicos11. lescente a dejar de fumar30, observándose que cuando en la práctica diaria, se registra un adolescente como fumador, el consejo antitabaco efectuado sobre él, es menor del esperado31. Incluso se ha comprobado, que los Médicos de Familia fueron más eficaces en promover la interacción del cese de fumar comparado con Pediatras, hecho que puede ser debido probablemente al mejor conocimiento de las guías antitabaco por parte de los Médicos de Familia32. En el adolescente fumador, sería el PediatraNeumólogo o el Pediatra de Atención Primaria, el que se debería encargar el seguimiento del mismo. Las distintas fases de actuación para el adolescente fumador incluirán: El modo de actuación inicial sería el diagnóstico del grado de dependencia nicotínica, con el Test de Fagerström (Tabla 2) y la valoración del nivel de motivación para dejar de fumar (Test de Richmond)22. A continuación lo clasificaremos según el grado de dependencia, para poder efectuar una actitud terapéutica Existen trabajos de investigación en los que se evalúan la efectividad de los programas de deshabituación tabáquica en adolescentes, que pueden incluir: intervención con consejo antitabáquico, incentivar la capacidad personal, control del estrés, corrección de pensamientos distorsionados, intervención informatizada, programas interactivos a través de internet, plan individualizado de tratamiento antitabaco, con controles telefónico o de presencia física, así como seguimiento a largo plazo durante un número de años, en los que se logra una abstinencia, que oscila entre 6 meses y 2 años. Esta abstinencia es superior en el grupo intervenido, en relación a la tendencia natural que presenta el adolescente para dejar de fumar23-29. No obstante, se ha objetivado una muy baja información por parte del médico para inducir al ado- 94 También es importante desarrollar programas, en esta franja de edad, para encauzar una serie de variables psicosociales en el adolescente, en los que se debe incorporar a la familia para lograr ese apoyo tan necesario para el adecuado desarrollo del adolescente. 1. Fase o etapa de conocimiento: información dirigida a explicarle los efectos perjudiciales del tabaco, así como la composición del cigarrillo. 2. Fase: valorar la actitud frente al tabaco y las barreras que existen para su abandono. 3. Fase: se aporta información escrita (folletos informativos, guías, cursos interactivos), se le brinda apoyo psicológico para la corrección de conductas adictivas, y se le aporta tratamiento farmacológico si lo requiere, según el grado de dependencia nicotínica. 4. Fase: reforzar comportamiento de abandono del tabaco, estimulando para que continúe en la situación de exfumador ya lograda. Los trabajos de intervención sobre los padres fumadores en pediatría son escasos, en ellos se ha observado que una intervención mínima destinada al abandono del tabaquismo y realizada durante la consulta del niño, puede ser un método eficaz para llegar a los fumadores, que de otro modo, es poco probable que acudan a su médico para dejar de fumar 33-36. EDUCACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DEL TABAQUISMO: CUÁNDO Y CÓMO ACTÚA EL PEDIATRA Marzo / Tenerife 2007 Por todo ello, debemos dejar de ser Pediatras expectantes y tomar una actitud activa frente al tabaco en el niño, desde el nacimiento hasta la ado- lescencia, puesto que somos nosotros los que mantenemos un contacto estrecho y continuado tanto con el niño, como con su familia. Tabla 2. Test de Fagerström simplificado. Medición de la dependencia física. Valora el grado de dependencia de la nicotina en una escala de 0 a 10 puntos ¿Cuánto tiempo pasa entre que se levanta y se fuma su primer cigarrillo? Hasta 5 minutos ...................... 3 puntos De 6 a 30 minutos ................... 2 puntos De 31 a 60 minutos ................. 1 punto Más de 60 minutos .................. 0 puntos ¿Encuentra difícil no fumar en lugares donde está prohibido? Si. ........................................... 1 punto No ........................................... 0 puntos ¿Qué cigarrillo le costará más dejar de fumar? El primero de la mañana .......... 1 punto Cualquier otro ......................... .0 puntos ¿Cuántos cigarrillos fuma al día? Menos de 10 cigarrillos ............. 0 puntos Entre 11 y 20 cigarrillos. ........... 1 punto Entre 21 y 30 cigarrillos ............ 2 puntos Más de 30 cigarrillos. ................ 3 puntos ¿Fuma más durante las primeras horas después de levantarse? Si. ............................................. 1 punto No ............................................ 0 puntos ¿Fuma aunque esté tan enfermo que tenga que estar en la cama? Si .............................................. 1 puntos No ............................................ 0 puntos TOTAL .................................. PUNTOS Puntuación menor o igual a 4: baja dependencia de la nicotina Puntuación con valores entre 5 y 6: dependencia media Puntuación igual o superior a 7: alta dependencia de la nicotina. BIBLIOGRAFÍA 1. Wynder EL, Graham EA. Tabacco smoking as a possible etiological factor in bronchiogenic carcinoma. JAMA 1950;143:329-36. 4. Committee the assessment of Asthma and indoor air. Clearing the air: asthma and indoor exposures. Washington, DC: National Academy of Sciences;2000. 2. Levin ML, Goldtein H, Gerhard PR. Cancer and tobacco smoking: preliminary report. JAMA 1950;143:336-8. 5. Cook DG, Strachan DP. Health effects of passive smoking: Parenteral smoking and prevalence of respiratory symptoms and asthma in school age children. Thorax 1997;52:1081-94. 3. Doll R, Hill AB. Smoking and carcinoma of the lung: preliminary report. 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La mayor parte de los estudios sobre cumplimiento lo hacen desde una perspectiva puramente médica (sanitaria), sin reflejar, ni siquiera ocuparse, del otro lado de la moneda: las expectativas de los pacientes. Por eso, el término «cumplimiento», en su acepción original se encuentra lleno de «prejuicios» o visiones unilaterales. Y esto ha dado lugar a una progresiva sustitución del concepto de cumplimiento por el de «adherencia» al tratamiento; pero incluso este término representa una visión sesgada de la situación. Se sigue manteniendo la enorme distancia entre el médico y el paciente. El médico decide lo que hay que hacer y se pretende que el paciente «se adhiera» a ese curso de actuación. Por eso el siguiente paso ha sido la aparición de un «movimiento» cultural e ideológico, que comenzó en el Reino Unido y que se denomina «Medicines Partnership» (http:// www.medicinespartnership.org). Son los promotores de entender la relación entre el médico y el paciente de una forma algo diferente: la «concordancia». Concordancia significa un esfuerzo por ambas partes; por parte del paciente a la hora de intentar comprender mejor y seguir las recomendaciones del médico, pero también por parte del médico, del que se espera un esfuerzo adicional por comprender y adaptarse a la comprensión de la situación por parte del paciente, sus expectativas y sus prioridades (que no coinciden siempre con las del profesional sanitario…). Voy a presentar algunas ideas relacionadas con la aplicación de estos conceptos a la utilización de los medicamentos, y los cambios en los estilos de vida, en los niños, y lo que supone a la hora de considerar su autonomía y responsabilidad, tanto en el caso de niños sanos, con enfermedades agudas leves, como en niños con enfermedades crónicas, como el asma. Por lo general la comunicación clínica se establece entre dos personas, médico y paciente, pero el empleo de medicinas en niños implica siempre a un tercer «actor»: los padres. Por eso, el análisis de la comunicación médica en la consulta pediátrica suscita preguntas que no tienen respuestas directas y evidentes. Por ejemplo, ¿deberían los niños tener un papel más activo en la toma de decisiones sobre la salud y el uso de las medicinas del que tienen actualmente? ¿Debería ponerse un énfasis mayor en la información a los padres sobre la enfermedad y su tratamiento o en la comunicación directa con el niño enfermo? ¿A partir de qué edad hay que hablar más directamente con los niños?¿Qué es realmente relevante para ellos? ¿Coinciden las percepciones de los padres y las de los niños sobre la utilidad y los riesgos y el empleo de las medicinas? Este artículo está basado en estudios cualitativos sobre las percepciones de los niños y sus actitudes ante la salud, la enfermedad, y el empleo de medicinas. Presenta información que aunque no da respuestas «correctas» a las preguntas anteriores, por lo menos puede facilitar el debate y la profundización en estos temas. 99 IV Curso para Educadores en Asma Métodos La mayor parte de estudios sobre «cumplimiento» y «educación sanitaria» se basan en los criterios médicos y lo que los profesionales consideran opciones correctas, casi siempre en relación a un tratamiento médico concreto. Muy pocos se orientan a analizar o diseñar estrategias sobre cómo mejorar el «cumplimiento» (o crear concordancia). A además, a pesar de algunas revisiones sistemáticas excepcionales llevadas a cabo por el grupo de «consumidores y comunicación» de la colaboración Cochrane (1-3) hay muy pocos estudios que hayan examinado las perspectivas de los pacientes sobre las medicinas, y aún menos los que han estudiado este tema en los niños. Sin embargo, un grupo de científicos de diferentes especialidades (medicina, pediatría, farmacología, sociología, antropología, psicología, educación, etc…) hemos desarrollado, entre 1989 y 2000 tres proyectos de investigación, subvencionados por la Unión Europea, que compararon a niños sanos y asmáticos en su conocimiento, percepciones, y expectativas sobre la salud, las enfermedades, y su tratamiento. Los métodos utilizados eran propios de las ciencias sociales: dibujos de los niños, entrevistas abiertas o semi-estructuradas, grupos de discusión, etc… que luego fueron analizados siguiendo el método de la «Grounded Theory». Los resultados de la mayor parte de estos estudios se encuentran recogidos en algunos libros como «Children Medicine and Culture», editado por P. Bush, D. Trakas y E. Sanz, publicado por Haworth Press en New York. (4-6) y en la Tesis Doctoral presentada en la Universidad de La Laguna por la Dra. Carmen Rosa Rodríguez (7). Los datos presentados en este artículo están basados en esos trabajos. Medicinas y niños: el triángulo de la comunicación El triángulo de la comunicación entre los profesionales de la salud, los padres, y los niños ha comen- 100 zado a ser un tema de investigación relativamente recientemente; sobre todo en el ámbito de las ciencias sociales y enfocado a niños de entre 7 y 11 años. La mayor parte de lo que se comenta a continuación se refiere, de hecho, sólo a esta categoría de edad. Los niños un poco mayores, y los adolescentes, se consideran cada vez más como «jóvenes adultos» y entran dentro de los estudios de esos grupos de edad. Por otra parte, hay mucha menos investigación todavía con niños más pequeños, en los que su limitada experiencia y entendimiento parecían excluir una comunicación más directa con ellos. Comunicación Padres- Médico. Una consulta pediátrica, en muchas ocasiones, se basa en un médico que pregunta a la madre sobre los síntomas de su niño, examina al niño, y da consejos a la madre. Los niños son normalmente excluidos de la comunicación directa y se les dirige la palabra directamente sólo para darles una bienvenida más o menos cortés y amigable y para despedirlos. Sin embargo, los niños saben mucho más de lo que parece y son especialmente hábiles en «oír» las conversaciones de los mayores. A veces los niños corrigen lo que cuenta su madre o incluso pueden llegar a preguntar al médico directamente sobre su enfermedad, aunque los adultos no esperen tal comportamiento (pero suelen recibirlo bien cuando ocurre). En ocasiones al presentar estos resultados algún pediatra o médico de familia se siente incómodo porque percibe que su comportamiento en la consulta es bastante distinto al reseñado aquí: intenta hablar con el niño directamente, explicarle a él las cosas, incluso antes de explicárselo a la madre. Y tienen razón; existen médicos que se comportan habitualmente así. Sin embargo un análisis de las entrevistas con un número elevado de niños, y en varios países nos ha mostrado que el cuadro general se parece más al descrito inicialmente. Parece que todavía hay mucho, o muchos, que mejorar. AUTONOMÍA Y CONCORDANCIA EN EL USO DE MEDICAMENTOS: EL CASO DEL ASMA Marzo / Tenerife 2007 Comunicación Niño – Médico. do se deben tomar y en qué dosis. La exploración del conocimiento de niños sanos sobre sus enfermedades (usando métodos cualitativos, con dibujos de los niños y entrevistas semiestructuradas) ha generado un cuerpo sustancial de conocimiento. En la mayor parte de las casas, las medicinas están «distribuidas» por toda la casa, y los niños (de estas edades) tienen un acceso fácil a ellas (como a cualquier cosa que haya en el hogar) (8). Sin embargo, los niños son generalmente capaces de distinguir correctamente entre las medicinas y los caramelos o comestibles y no suelen tomarlos «por diversión» o «equivocación». Reconocen que las medicinas tienen efectos secundarios, aun cuando pocos niños relatan haber experimentado alguno personalmente, y saben que la toma de medicinas sin estar enfermo es peligrosa y hasta podría conducir a la muerte (9). Sufrir, y vivir, con asma es principalmente un proceso de negociación: a) de los niños con su ambiente (incluyendo a compañeros de colegio, profesores, hermanos, y amigos); b) de los padres con el médico, los profesores del colegio, y otros miembros de familia (para asegurar que las «exigencias ambientales» que indican los médicos –alfombras, cortinas, juguetes, flores, mascotas, etc…- puedan conseguirse en casa, en la escuela, durante las vacaciones, etc.); y c) de los niños con sus padres, por un lado tratando de ganar mayor libertad e independencia y por otro, durante las crisis, intentando controlar los síntomas que podrían ser peligrosos. Las medicinas son vistas como artículos útiles para la recuperación de las enfermedades, pero normalmente dan al mismo valor a otros «remedios de salud» como la permanencia en casa o en la cama, comidas o bebidas especiales, y a menudo, los cuidados especiales, mayor atención, mimos o incluso regalos (ver figura). Los niños, en estas edades, raras veces consideran que las medicinas tengan un valor preventivo, y encuentran difícil de entender por qué alguien debería tomar medicinas cuando «no se está enfermo de verdad». Los mecanismos de acción de las medicinas son vistos como «mágicos» (sobre todo las inyecciones), y los colores o los sabores de las medicinas no suelen estar normalmente asociados con indicaciones particulares o enfermedades (aunque esto pudiera ser más relevante en niños más pequeños). En cualquier caso, los niños están familiarizados con las medicinas más comunes, y a menudo las conocen por sus nombres comerciales. El cuadro es muy diferente cuando se trata de niños con asma. Su grado de autonomía en el empleo de medicinas es considerable. Incluso niños de 7 años son capaces de dar explicaciones claras sobre su enfermedad, las medicinas que usan y sus características principales: cómo funcionan y cuánEmilio J. Sanz Los médicos son una parte importante en estas complejas negociaciones, pero no son, en cualquier caso, el centro de ellas o de la vida del niño (y la familia) que padece asma. Las actitudes de los padres ante la enfermedad (que la perciban como una enfermedad crónica o como una serie de crisis repetitivas) influyen en el conocimiento y las percepciones que tienen sus hijos sobre la enfermedad. Los niños con asma usan sus medicinas solos la mayor parte de las veces, guardan sus medicinas como cosas propias, y frecuentemente recuerdan a sus padres que deben comprar una nueva receta, y son capaces de ajustar la frecuencia y la intensidad de las inhalaciones cuando «sienten» que se acerca una crisis. De hecho están solos, o sólo con otros niños, la mayor parte de las veces en las que aparece una crisis. Entonces buscan rápidamente ayuda, pero generalmente saben tomar, y lo hacen muy bien, las primeras medidas para controlarla y manejarla. Aunque el asma es una enfermedad crónica común, es posible que tenga sus propias particularidades y que sea diferente de la forma que se viven y experimentan otras enfermedades crónicas en la infancia, como la diabetes y la epilepsia. Es imposible referirse a todas esas diferencias en este artículo, pero si son de lectura muy recomendable, para ilustrar la forma en la 101 IV Curso para Educadores en Asma que los niños viven su enfermedad, las descripciones que hace Bluebond-Langner en su libro «el mundo privado de los niños moribundos» (10) donde estudia sistemáticamente la forma de vivir –su «mundo»- de niños ingresados en un departamento de oncología. Todos estos trabajos nos han hecho llegar al convencimiento de que hay muchas posibilidades de mejora en la comunicación directa de los médicos con los niños. Los niños con una enfermedad crónica son a menudo directamente responsables de sus medicinas y de su tratamiento, pero incluso los niños sanos con enfermedades ocasionales, pueden, y desean, tener alguna responsabilidad sobre su enfermedad y su tratamiento, supervisados por sus padres. Comunicación Padres - Niños La exploración de la comunicación entre padres y niños en relación con la salud y el empleo de medicinas es también muy difícil (11); en los estudios antes nombrados hemos encontrado discrepancias notables entre las percepciones de niños sobre su autonomía en el empleo de medicinas y la autonomía «relatada» «o concedida» por los padres. Los niños tienden a sentirse importantes cuando toman sus propias medicinas (incluso si es la madre la que pone el jarabe sobre la cuchara) y relatan tomar las medicinas «ellos solos», aunque no sean ellos los que toman la decisión. ¿Como desarrollar la «concordancia» con los niños? Conseguir la concordancia en la relación médico – paciente con niños tiene muchas facetas: las medicinas son parte del «dibujo» de la enfermedad, pero son igualmente importantes los alimentos y el cuidado especiales, y el amor/ cariño que reciben en esos momentos (ver figura). Eso mismo debería aplicarse también a los 102 adultos... Por eso, las decisiones sobre la conservación o la recuperación de la salud no pueden quedar restringidas a meros consejos técnicos sobre cómo tomar las medicinas, sino que implica el mundo entero del paciente. Por eso la noción de cumplimiento representa un punto de vista muy restringido de la realidad. La concordancia tiene que acomodar todos estos otros factores también, y el primero de ellos es la comunicación que los niños pueden ofrecer a sus médicos y cuidadores. Hace varios años se desarrollaron los «diez principios para enseñar a los niños y los adolescentes sobre las medicinas», que quería ser una guía para los programas de educación para la salud (12). Actualmente hay varias organizaciones nacionales y locales que están siguiendo esta iniciativa, incluyendo estrategias para «enseñar» a los pacientes (los niños) a «hacer preguntas» y de ese modo participar más activamente en sus relaciones con los profesionales sanitarios y sus cuidadores. Etimológicamente, concordancia viene del latín «concordare», y este de «con-corde» (literalmente, con el mismo corazón). El desarrollo de la concordancia significa intentar conseguir que los dos corazones de las dos personas vayan al unísono. Por eso, la concordancia implica no sólo la mejor solución técnica al problema (el cuerpo), sino también el mejor acercamiento a la enfermedad y el cómo vivir con ella (la mente, el corazón, el alma, la psique). Quizás el cambio es demasiado profundo para ser incorporado inmediatamente, pero las estrategias y la filosofía que están detrás de estos conceptos son muy atractivos. Tener el mismo «corazón» que un niño es un desafío: los clínicos tienen que bajar de su «elevada posición» hasta la tierra, literalmente el suelo –en el caso de los niños- que es donde ellos prefieren jugar: descubrir el significado de las vidas y del juego de los niños. Esto requiere más coraje y flexibilidad por parte de los profe- AUTONOMÍA Y CONCORDANCIA EN EL USO DE MEDICAMENTOS: EL CASO DEL ASMA Marzo / Tenerife 2007 sionales de salud, pero los niños siempre dan todo su corazón cuando sienten que se les trata «en serio» y se les tiene en cuenta. Conseguir la concordancia con los niños es mucho más exigente, pero también mucho más agradecida. NOTA: Este artículo está basado en uno previamente publicado por el mismo autor: «Concordance and children use of medicines». BMJ 2003;327:858–60 Figura Dibujo de una niña griega de 10 años: «Ésta soy yo cuando me dolía la garganta. Estoy en la cama y estoy tomando un té caliente. En la mesilla, al lado de mi cama, hay una frasco de medicinas y una cuchara para tomarla. Mi mama me trae una flor, porque las flores significan salud» Guía de los diez principios para la «enseñanza a niños y adolescentes sobre las medicinas» 1. Los niños, como usuarios de las medicinas, tienen derecho a una información sobre sus medicinas que esté de acuerdo con su estado de salud, sus capacidades, y su entorno cultural. 2. Los niños desean saber. El personal sanitario y los educadores deben hablar directamente a los niños sobre sus medicinas 3. Se debe fomentar el interés de los niños sobre las medicinas y hay que animarles y enseñarles a hacer preguntas sobre ello, tanto a los profesionales sanitarios, sus padres y otras personas implicadas. 4. Los niños aprenden con el ejemplo. Las acciones de los padres y los profesionales sanitarios deben mostrar a los niños el uso apropiado de medicinas Emilio J. Sanz 103 IV Curso para Educadores en Asma 5. Los niños, sus padres, y los profesionales sanitarios deben negociar la transferencia gradual de la responsabilidad del uso de las medicinas de manera que se respeten las responsabilidades de los padres y el estado de salud y las capacidades del niño 6. La educación sobre las medicinas que se de a los niños debe tener en cuenta tanto lo que los niños desean saber sobre ellas, como lo que los profesionales de la salud consideran que deben saber. 7. Los niños deberían recibir información básica sobre las medicinas más habituales y su uso apropiado como parte de la educación en salud de la escuela. 8. La educación sobre medicinas para los niños debe incluir información sobre el uso general y el uso erróneo de las medicinas, y también sobre las medicinas específicas que el niño esté utilizando. 9. Los niños tienen derecho a la información que les permita evitar intoxicaciones por el uso erróneo de las medicinas. 10. Los niños que participen en ensayos clínicos (tras el adecuado consentimiento de los padres, y demás requisitos legales) tienen derecho a recibir la información apropiada antes de que ellos también den su conformidad a su participación. Estos principios fueron desarrollados por la «Division of Information Development» de la «Farmacopea Americana» (United States Pharmacopeia (www.usp.org)), como resultado de una Conferencia de expertos denominada «Children and medicines: information isn’t just for grownups» («Medicinas y niños: la información no es sólo para los adultos») que tuvo lugar en Washington DC en 1996. PUNTOS MÁS RELEVANTES Las consultas pediátricas implican tradicionalmente una conversación de dos vías entre el médico y la madre, con el niño tomando un papel puramente pasivo. Sin embargo, los niños están familiarizados con los conceptos de enfermedad y sus tratamientos y son capaces de tomar un papel más activo. En particular, los niños con asma son a menudo muy autónomos, tomando la responsabilidad del cuidado de su enfermedad y de su tratamiento. Intentar la concordancia con los niños significa más que la explicación de la mejor solución técnica a una enfermedad (el cuerpo), sino que debe tomar en consideración también el mejor acercamiento a su enfermedad y cómo vivir con ella (la mente, el corazón, el alma, la psique). 104 AUTONOMÍA Y CONCORDANCIA EN EL USO DE MEDICAMENTOS: EL CASO DEL ASMA Marzo / Tenerife 2007 BIBLIOGRAFÍA 1 2 3 4 Haynes RB, McDonald H, Garg AX, Montague P. Interventions for helping patients to follow prescriptions for medications. Cochrane Database Syst Rev 2002;(2):CD000011. Scott JT, Entwistle VA, Sowden AJ, Watt I. Communicating with children and adolescents about their cancer. Cochrane Database Syst Rev 2001;(1):CD002969. 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Entre ellas, las acciones educativas. En consecuencia, entendemos por «educación terapéutica» aquellas actividades de carácter educativo, con valor terapéutico, asociadas al tratamiento de enfermedades agudas o crónicas, encaminadas a estimular y capacitar a los pacientes y a su entorno familiar a convertirse en tan autosuficientes y competentes como sea posible en el control y gestión de sus problemas de salud. Esta concepción es plenamente coincidente con los planteamientos europeos de educación del futuro, organizados alrededor de cuatro aprendizajes, que serán los pilares del conocimiento a lo largo de la vida de cada individuo: 1) Aprender a conocer, esto es, adquirir los instrumentos de la comprensión. Conocer requiere asimilar, esfuerzo, compromiso, constancia. Aprender a conocer es una exigencia para responder a las demandas prácticas y profesionales de la sociedad cognitiva. Aprender a conocer supone ejercitar capacidades de la mente. 2) Aprender a hacer, para poder actuar sobre el entorno. No se refiere a aprender prácticas rutinarias. La nueva economía exige competencias como son la capacidad de iniciativa, proyecto personal y compromiso, actitud para trabajar en grupo, disposición a asumir riesgos, afrontar y resolver conflictos, planificar, tomar decisiones y evaluar procesos y resultados, introducir motivaciones y mejoras. 3) Aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas. Aprender a convivir. No es sólo declarativo, es procedimental. Se adquiere practicándolo y exige tiempo y condiciones adecuadas. 4) Aprender a ser, progresión esencial que participa de los tres aprendizajes anteriores. Por ello, nuestra propuesta derivada de los planteamientos de la convergencia europea que hemos plasmado en Villar, De Vicente y Alegre (2005), aplicados al caso concreto de la educación terapéutica, tal y como la concebimos, implican: 107 IV Curso para Educadores en Asma 1) EL CONOCER: Para conseguir que los niños tengan un buen control de su enfermedad, debe existir un buen control externo. Desde la sensibilización a la sociedad, pasando por una mejora de las redes sociales en las comunidades. Se ha de conocer mejor el asma para poder responder mejor a la misma. La formación de profesionales médicos y sanitarios, psicólogos, psicopedagogos y pedagogos, así como a los profesores tendrá una especial relevancia cara al futuro. La presencia en los medios de comunicación social y los avances científicos contribuirá a un mejor conocimiento de esta diversa enfermedad. Los profesionales han de ser competentes cada uno en sus funciones y trabajar de manera colaborativa e interdisciplinaria. 2) EL HACER: Es una intervención dirigida a que los padres y madres, aprendan a manejar la enfermedad de su hijo utilizando técnicas que han demostrado su eficacia. Consiste en formar a los padres. El hacer de las familias se basa en el manejo de la enfermedad y en el autocontrol de si mismos. La ayuda de otras familias donde se contrasta y apoya, es fundamental. 3) EL CONVIVIR: La ley considera a los niños con asma como niños con necesidades educativas especiales. Los profesores han de tener buena información sobre la enfermedad y cómo debe actuar ante la misma y las adaptaciones que debe hacer en la enseñanza para lograr el progreso de todos sus estudiantes en la convivencia diaria en el centro. 4) EL SER La intervención psicopedagógica y clínica con el niño de manera directa, ha demostrado su efecti- 108 vidad cara al autocontrol y el pensamiento positivo. A los que se unirán procedimientos autoinstruccionales y técnicas de relajación y autoestima. El niño con asma ha de ser él mismo el que vaya aprendiendo a llevar el control de su propia vida. En este sentido, la relevancia de la educación terapéutica será tanto mayor cuanto más largo se prevea el curso de la enfermedad y cuanto más amplio sea el cambio y el control en las condiciones de vida del paciente, asociados al enfoque terapéutico y al control de la enfermedad. Por otra parte, son numerosos los estudios que demuestran que la adhesión a los tratamientos y la eficacia de los mismos mejoran significativamente cuando los pacientes y sus entornos familiares son educados y asesorados en los aspectos relativos a su enfermedad y al control de la misma. Los beneficios de la educación terapéutica no se limitan a la mejora de la calidad de vida y al incremento en el éxito del tratamiento en el paciente, sino que se extienden al conjunto del sistema de asistencia sanitaria al disminuir de modo significativo el número de demandas de asistencia a consulta (con la consiguiente descongestión de los servicios de asistencia sanitaria) y los costes de los servicios. En el caso de niños aquejados de enfermedades crónicas, la educación terapéutica se torna en un elemento, a nuestro juicio, aún más imprescindible en la medida en que estos niños y sus familias son poblaciones expuestas a una serie de problemas y dificultades añadidos o derivados de la enfermedad que exigen apoyo y previsiones que van más allá del mero tratamiento médico. El marco de nuestro análisis educativo de la educación terapéutica girará en torno a dos consideraciones o núcleos de interés. Por un lado, reflexionaremos acerca de la enfermedad crónica, en general, y del asma, en particular, como origen de necesidades educativas especiales y de la consideración de este tipo de necesidades en el marco de EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 una educación en la diversidad. Por otro lado, trataremos de profundizar en las características de la respuesta educativa que debe ofrecerse a este tipo necesidades, desde el planteamiento general de la educación terapéutica. za de familia, la situación de las niñas, la participación de la mujer en la vida social y política, las mujeres de edad avanzada, las mujeres con discapacidad, la mujer y la enfermedad, entre otros aspectos. • Diversidad por razón de edad. Por una parte las personas de edad avanzada y los aspectos relativos a su salud, familia, derechos, calidad de vida, enfermedad, etcétera. Y por otra parte, nos encontramos con la realidad de los niños y niñas, como objeto preferencial de atención por razón de su edad. Desde 1924 con la Convención de Ginebra se ha hablado de los derechos de los niños, ratificado por Naciones Unidas en 1959. Sin embargo, día a día, niños y niñas en todo el mundo se ven expuestos a grandes sufrimientos consecuencia de la guerra y la violencia, víctimas de discriminación étnicas, agresión, niños y niñas refugiados y desplazados, con problemas de salud, de educación, niños mentalmente discapacitados, niños físicamente discapacitados, niños abandonados, de la calle, por abuso y explotación, delincuencia juvenil, niños en conflictos armados, niños objeto de crueldades y explotación. Cada día mueren más de cuarenta mil niños por malnutrición y enfermedades. • Diversidad poblacional y de etnias. El artículo 1.2 de la Declaración sobre prejuicios raciales dice que: «todos los individuos y grupos tienen derecho a ser diferentes». Aquí nos encontramos con todas las actitudes de xenofobias, tan actuales, a pesar que desde 1965 se viene proclamando la protección de aquellas personas que pueden ser objeto de discriminación por motivo de su diversidad poblacional y étnica. • Diversidad de lenguas. Temas fundamentales como el bilingüismo y la integración se abordan en este tipo de diversidad. • Diversidad de religiones. Toda persona tiene derecho a profesar su religión individual y colectivamente. Nadie por razón de su reli- II. EDUCAR EN LA DIVERSIDAD. FACTORES DE DIVERSIDAD EN NIÑOS ASMÁTICOS. 1. EL VALOR DE LA DIVERSIDAD 1.1.-Hacia una cultura de la diversidad. La cultura de la diversidad supone no sólo un mero cambio organizativo o estructural en los centros educativos y sociales, sino que implica un cambio profundo en lo ideológico y político y de la relación entre las personas que lleva a entender la diversidad como un valor. Nos movemos en el marco de considerar el valor de la diversidad como un valor alternativo que le ha de dar a la vida de los seres humanos la calidad que se merece. Educar en y para la diversidad es el reto más importante a que se enfrenta la educación en este siglo. Nada es comparable en importancia en nuestra época de cambios a saber moverse en una ágil bipolaridad entre unidad y diversidad (Villar y Alegre, 2004). 1.2.-Algunos matices de la diversidad. Una vez entendida la diversidad como un valor, podemos contemplar dicho concepto como si de un poliedro se tratase, desde múltiples caras, aspectos o ámbitos, como son (Alegre, 2000): • Diversidad por razón de género. Se incluyen aquí las diferencias que surgen por razón del género. Entrarían todos los aspectos de coeducación e igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, las desigualdades en el trabajo, propiedad y herencia, la condición de la mujer en las zonas rurales, la violencia, la mujer cabe- Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso 109 IV Curso para Educadores en Asma gión, puede ser privado de ninguno de sus derechos fundamentales. • Diversidad de orígenes económicos. La pobreza se relaciona directamente con la calidad de vida, la alimentación, el empleo, la vivienda, salud y educación. Es la diversidad injusta porque es la diversidad que surge por injusticia social. • Diversidad ideológica. Está aquí el ámbito referido a los refugiados. Las libertades políticas y democráticas y las medidas de emergencia y asilo con ellos y sus familias. El desarrollo industrial del norte sólo puede sostenerse a costa de elevadas facturas en los ecosistemas del sur. Junto al emigrante laboral y al refugiado político, cobra cada día más fuerza la figura del refugiado ecológico. La diversidad cultural conlleva también a la diversidad política. • • • Diversidad por razón de justicia. Nos encontramos ante el ámbito de los derechos de los delincuentes, su rehabilitación, la realidad de las reclusas con hijos menores, los cuales son aspectos aún pendientes de abordar desde la globalidad del ser humano. Diversidad y medio ambiente. Entrarían aquí todos aquellos aspectos relacionados con la demografía, el agua, la energía, la urbanización, la gestión de recursos, el consumo, los deshechos o el desarrollo. Preservar el medio ambiente porque de ello depende nuestra propia supervivencia. Diversidad de especies y de ecosistemas. La biodiversidad y su relación con la diversidad de los seres humanos en cuyo ambiente natural se enriquece la calidad de la vida humana. Diversidad por deficiencias y/o discapacidad. En la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993, la Declaración de Viena se pide a los Gobiernos que adopten las leyes necesarias para garantizar el acceso a todos los derechos de las personas con discapacidad y dice: «El lugar de las personas discapacitadas está.... en todas partes». 110 • Diversidad por motivaciones, capacidades y ritmos diferentes. No todas las personas tienen las mismas motivaciones, ni poseen idénticas capacidades o iguales ritmos. Hay diversidad en los niveles de desarrollo y de maduración y en los aprendizajes previos. 2. MANIFESTACIONES DE LA DIVERSIDAD EN LA EDUCACIÓN La amplia diversidad que acabamos de presentar, se observa y se amplifica en las aulas y en los centros educativos. Y así nos encontramos (Alegre, 2003): • Diversidad de centros. No hay dos centros iguales, el contexto donde realizan su labor educativa, la dinámica de trabajo que genera, su propia historia, el tipo de relaciones que se dan en el mismo y con su entorno, las expectativas o problemáticas, le confieren personalidad propia a cada centro. • Diversidad de profesorado. Existen grandes diferencias formativas y en la actitud entre el profesorado. Existe una gran diversidad en el profesorado, basta acercarnos por cualquier centro educativo para comprobarlo. • Diversidad de familias. Cada vez encontramos diferentes modelos de familia y una gran variedad de estilos parentales, que nos hablan también de que no se puede pensar en las familias como un contexto uniforme, sino como un ámbito de encuentro que poseen muchas diferencias entre sí. • Diversidad del alumnado. − Diversidad de estilos de aprendizaje. No todo el alumnado aprende de la misma manera y por ello se hace necesario tenerlo en cuenta a la hora de planificar la actividad educativa para dar respuesta adecuada a las diferencias. Entre el alumnado de un mismo grupo y aula se han de dar formas de pensar y de proceder más o menos inductivas, deductivas, creativas EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 o críticas y que inclusive coexistan a diferentes niveles en una misma persona. Mientras algunos alumnos prefieren trabajar de forma individual, otros tienden a realizar las diferentes actividades educativas en grupos. Los niveles de autonomía que demuestran a la hora de llevar a cabo actividades son otro elemento diferenciador y mientras a unos les es posible, en base a ciertas pautas, desarrollar determinadas tareas, para otros es totalmente imprescindible el que haya una labor continua de tutorización por parte del profesorado. − Diversidad de capacidades para aprender. Se constata en las aulas que no todo el alumnado aprende lo mismo en los mismos tiempos ni con la misma facilidad. − Diversidad de niveles de desarrollo y aprendizajes previos. Asimismo, podemos comprobar que no todos los alumnos presentan el mismo nivel de madurez y aprendizajes previos a la hora de hacer frente a una unidad didáctica. Cómo hacer para que esas diferencias no se conviertan en desventajas a lo largo del proceso educativo, será una de las principales tareas del profesorado. El que un contenido se trabaje seis meses antes o después, como consecuencia del diferente nivel de desarrollo que presenta el alumnado, puede ser determinante para que sea asumido o no por algún alumno o grupo de éstos. − Diversidad de ritmos. Tanto en el ritmo de trabajo, como el de aprendizaje, es muy distintos para unos y otras alumnas y alumnos. La capacidad de centrarse en el trabajo y realizar determinadas tareas no es uniforme y mientras que para algunos leer o escribir un cierto número de páginas no supone gran esfuerzo, para otros puede ser materialmente imposible. La cantidad y calidad de contenidos sobre los que poder realizar aprendizajes tampoco va a ser la misma y mientras que unos podrán asimilar varios procedimientos en una sesión de trabajo, es probable que para otros sean necesarias varias sesiones para un misDra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso mo número de procedimientos. − Diversidad de intereses, motivaciones y expectativas. Con relación a contenidos de estudio o a métodos de trabajo, los niveles de interés o motivación tampoco son los mismos para todos los alumnos y alumnas. Las expectativas para con el centro educativo de sus padres o familiares, también son diversas y mientras que unos casos, esperan de éste una preparación básica que les facilite el acceso a otro proceso formativo, otros no pretenden más que adquirir una serie de conocimientos básicos para incorporarse al mundo laboral. − Pertenencia a minorías étnicas. Formar parte de etnias minoritarias confiere a este alumnado características y necesidades educativas especiales (n.e.e.) y diferenciadas que habrán de ser consideradas en el hecho educativo. − Pertenencia a grupos sociales desfavore-cidos o marginales. Alumnos y alumnas que pertenecen a determinados grupos sociales (personas con discapacidad, pobreza, emigración, etcétera), los cuales precisan una educación tendente a equilibrar tales desequilibrios sociales. − Diferente escolarización. Alumnado que no ha estado escolarizado, o ha sido tardía o inadecuada su escolarización y que marca también importantes diferencias entre el alumnado. − Diversidad por razón de discapacidad o enfermedades. Tiene que ver con aquellos estudiantes que por razón de una discapacidad o enfermedad crónica deben tener una atención específica en las aulas o en la adaptación curricular. En definitiva, todo un conjunto de manifestaciones, a la vez condicionantes de los significados que los alumnos construyan o puedan construir y del sentido que puedan dar a su propio aprendizaje. Por tanto, lo normal es la heterogeneidad, lo normal es la diversidad. 111 IV Curso para Educadores en Asma 3. ACTITUDES Y DIVERSIDAD La actitud de la sociedad es lo que ha marcado el papel que las personas con cualquier tipo de diferencia han desempeñado en la misma. Así, en la antigüedad la práctica común en relación era la eliminación sistemática de aquellas personas que tenían algún déficit, por ejemplo. Más adelante, la acción caritativa de la Iglesia acogió a estas personas pero, durante toda la Edad Media la consideración de cualquier déficit se acompañaba de una fuerte connotación demoníaca. De ahí que el primer concepto que la sociedad tuvo de la diferencia fue el de lisiado. La actitud hacia ese ser es la repulsión y el rechazo, por ignorancia. Posteriormente se crean las Instituciones de beneficencia. La creación de la Institución tranquilizó la conciencia colectiva, pero con la llegada de los Derechos Universales o Fundamentales, las Instituciones pierden vigencia y surgen dos derechos: El Derecho a la Educación y el Derecho a la Igualdad de Oportunidades. Más tarde se plantea el término Normalización y la actitud es la integración social. Mikkelsen (1969) habla de que se desarrolle un tipo de vida tan normal como sea posible. Nirje (1969, 1976), por su parte, insiste en esta definición cuando añade que: «El término adecuado no es normalizar la persona, sino normalizar sus condiciones de vida». Pero aún se avanza más cuando se habla de Valorización del rol social (Wolfensberger, 1983,1985). Llegamos a una época en que hablamos de la diversidad humana y atención a la diversidad del alumnado. El movimiento actual a favor de la inclusión implica un proceso inacabado y continuo (Ainscow, 2001), que se procesa internamente en la persona y se transmite con sus actos y acciones. Es un proceso participativo donde al valorar la diversidad se respetan las capacidades de cada aprendiz y se considera que cada persona es un miembro valioso que puede desarrollar distintas habilidades y desempeñar diferentes funciones para apoyar a los otros. La inclusión, por tanto, se centra en las capacidades de los aprendices (Alegre, 2004), De esta manera, podemos hablar de tres modelos educativos que han intentado abordar la diversidad de dichos aprendices: un doble sistema educativo, un sistema educativo y de un único sistema educativo diversificado, tal como se refleja en la tabla siguiente: Consideramos que a menudo «se proponen medidas, recursos y organizaciones, pero no se modifica la esencia de la práctica» (Sosa yAlegre, 2006). Para la organización educativa desde la educación en la diversidad, destacamos, la aportación que ha supuesto el Índice para la Inclusión. El índice consiste en un sistema de materiales para dirigir escuelas con un proceso de revisión de la cultura, de la política y de la práctica educativa. Se trata de un proyecto apoyado por un sistema de indicadores y preguntas que permiten a las escuelas avanzar. El Índice organiza el trabajo de desarrollo de la escuela alrededor de un ciclo de actividades que dirigen a los centros a través de distintas etapas de preparación, investigación y revisión. El Índice es DOBLE SISTEMA EDUCATIVO: PARALELO DOBLE SISTEMA EDUCATIVO: INTEGRADO ÚNICO SISTEMA EDUCATIVO: DIVERSIFICADO - Segregación - Acento en el déficit - Educación Especial - Integración - N.E.E. - Educación Especial Integrada - Inclusión - Atención a la Diversidad -Educación de calidad para todos y todas 112 EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 un recurso para apoyar el desarrollo inclusivo de los centros. El Index se compone de un proceso de auto-evaluación de los centros educativos en tres dimensiones: referidas a la cultura, las políticas y las prácticas de una educación inclusiva. La investigaciónacción que implica este proceso está pautada a través de un conjunto de indicadores y de preguntas, a partir de las cuales el centro educativo se tiene que comprometer a realizar un análisis exhaustivo de su situación presente, y de sus posibilidades futuras cara a una mayor inclusión. Las dimensiones son (Sandoval y cols., 2002): • dades de formación del profesorado para hacer que las clases respondan más a la diversidad, etcétera. 4. FACTORES DE DIVERSIDAD EN NIÑOS ASMÁTICOS. 4.1. Déficit crónicos de mayor repercusión en el ámbito escolar. De manera general la mayoría de los niños y niñas con enfermedades crónicas pueden integrarse en su grupo escolar y pueden llevar una vida más o menos normal como adultos. Dimensión A: Crear CULTURAS inclusivas. Algunos de los déficit crónicos de mayor repercusión en el ámbito escolar son: o Sección A.1. Construir comunidad. • Los déficit debidos a problemas cardiorrespiratorios: cardiopatías congénitas; fibrosis quística, asma, alergias. • Los déficit de la sangre: deficiencias hemolíticas, deficiencias de los glóbulos blancos, hemofilia. o Sección B.2. Organizar el apoyo para atender a la diversidad. • Déficit renales: deficiencias de riñón, fallo renal, nefropatías que precisan diálisis. Dimensión C: Desarrollar PRÁCTICAS inclusivas. • Déficit metabólico: diabetes mellitus. • Otros déficit crónicos: ulceras, epilepsias, artritis, tumores, etc. o Sección A.2. Establecer valores inclusivos. • Dimensión B: Elaborar POLÍTICAS inclusivas. o Sección B.1. Desarrollar una escuela para todos. • o Sección C.1. Orquestar el aprendizaje. o Sección C.2. Movilizar recursos. Estas dimensiones y secciones podrían utilizarse para estructurar el plan de mejora del centro educativo que responda a la diversidad de sus estudiantes y servir de epígrafes principales del mismo. Cada sección contiene hasta un máximo de doce indicadores. Los indicadores representan una formalización de «aspiraciones» con las que se valora y compara la situación presente en el centro, para poder llegar a establecer determinadas prioridades de mejora. Cada centro puede seleccionar aquellos indicadores o aspectos que consideran importantes trabajar. Como por ejemplo, desarrollar estrategias a través del currículo para mejorar la autoestima de los estudiantes o introducir activiDra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso Grau (2004, citando a Argumosa y Herrán, 2001) describía de la siguiente manera las dificultades que pueden presentarse en casos de niños con enfermedades crónicas: − Las enfermedades crónicas en los primeros años de vida pueden afectar a los parámetros de crecimiento y desarrollo, al influir en los hábitos de alimentación, sueño y en las habilidades motoras o sensoriales. − Hospitalizaciones o crisis frecuentes con las consecuentes ausencias escolares y discontinuidades en el proceso de aprendizaje, lo que conlleva dificultades en la escolarización y en los procesos de socialización. 113 IV Curso para Educadores en Asma − Probabilidad alta de sentirse diferentes, con desarrollo de un autoconcepto negativo y con un alto riesgo de presentar problemas de comportamiento y de fracaso escolar. − Los cuidados derivados de la atención a estos menores impide, con frecuencia, que ambos progenitores puedan trabajar, lo que repercute en el nivel de ingresos familiares y es un factor de estrés familiar añadido. − Las familias pueden desarrollar sentimientos de desesperanza y aislamiento, dado el escaso apoyo y comprensión que se presta en el entorno social a su situación, al ser relativamente poco frecuente. − La sobrecarga emocional asociada a la incertidumbre que implica la evolución futura de la enfermedad, junto con el aislamiento social, las dificultades laborales y, posiblemente, económicas, pueden desembocar en situaciones de tensión y en un funcionamiento familiar desestructurado. En muchos hospitales existen servicios psicopedagógicos. Se han organizado en distintos hospitales dentro del Departamento de Pediatría, como un servicio educativo a los niños hospitalizados que está contemplado en la legislación. En concreto en Canarias, destaca la Orden de 9 de abril de 1997 donde se contemplan las necesidades educativas especiales de los niños hospitalizados. De manera general, nos hacemos tres preguntas relacionadas con las necesidades educativas especiales de los niños con enfermedades crónicas (Alegre, 2000): de la angustia y el miedo que sufren los padres ante los problemas de sus hijos. • Dificultades en el normal seguimiento del currículo escolar por las frecuentes interrupciones y absentismo, debido a la fase de agravamiento de la enfermedad. • Relaciones complicadas del niño o niña con sus compañeros en la escuela, que no pueden comportarse con él o ella con la habitual rudeza con la que acostumbran con otros compañeros. • Integración incompleta o parcial en las actividades deportivas y de diversión que forman parte de las actividades escolares. • Sentimientos de angustia, frustración, aburrimiento y auto-devaluación asociadazos las hospitalizaciones prolongadas. • Conductas de rebelión, inmadurez, depresión, ansiedad, etcétera. • Con los niños recién escolarizados, presentan problemas para integrarse luego a la escuela. • Con los niños de educación secundaria se observarán grandes dosis de ansiedad hacia el trabajo escolar, especialmente en matemáticas. En general ¿qué cosas les gustan y son capaces de hacer bien?: • Son niños que aprenderán muchísimo sobre su enfermedad. • Desarrollan grandes dosis de fortaleza y paciencia. • Suelen desarrollar habilidades como juegos, lectura, etcétera. • Son niños como los demás en todos los aspectos generales y tienen las mismas necesidades que los demás, con la diferencia de que deben soportar la carga de su enfermedad durante largo tiempo. • Les gusta divertirse, realizar excursiones, salir del hospital, jugar con sus amigos, sin miedo. En general ¿qué dificultades suelen tener?: • • Alteraciones del carácter y la personalidad, a causa de tener que soportar durante años síntomas molestos, dolorosos y, a veces, angustiosos en las fases más agudas de la enfermedad. Relaciones padres-hijos complicadas a causa 114 EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 • Les gusta saltarse alguna comida o comer golosinas y otros productos prohibidos normalmente. • Les gusta cuando no les tienen que pinchar. En general ¿de qué manera les podemos ayudar?: • La coordinación con los padres, el apoyo de y a estos, así como la información compartida. • La coordinación e información con los especialistas de la salud, proporcionará al niño o niña la atención más adecuada. b) Las relacionadas con los trastornos emocionales y sociales que produce en los padres y niños la adaptación y afrontamiento de la enfermedad. c) Las relacionadas con la prevención y tratamiento de las secuelas cognitivas, sensoriales y motrices, o el retraso escolar que producen las enfermedades y que pueden afectar a su rendimiento escolar. 4.2. El asma infantil como enfermedad crónica diversa. • La educación adecuada del niño o niña enfermo será competencia de dos instituciones: sistema de salud y sistema educativo, además de la familia. El asma infantil es una enfermedad crónica y episódica que aunque tenga un carácter leve o moderado repercute intensamente en la vida del niño, su familia y el entorno escolar. • Favorecer su autoestima, la formación de actitudes positivas hacia la enfermedad y entrenándolo en habilidades sociales. • Con un horario flexible durante la hospitalización y coordinándose la enseñanza ordinaria con la hospitalaria. El asma es también una enfermedad diversa y cambiante. La clínica cambia también con la edad. Además cambian los conceptos sobre su patogenia, su etiología y los factores que intervienen en ella a medida se va profundizando en la misma. • La escuela hospitalaria y pedagogía hospitalaria favorecerá y compensará las secuelas que la enfermedad, a la vez que desarrollará programas en colaboración con la escuela ordinaria. • Dicha escuela hospitalaria relajará y anulará la ansiedad y el estrés a través de actividades lúdicas y recreativas. • Los profesores deben lograr que la vida del niño o niña en el centro sea lo más normal posible. • Será necesario flexibilizar horarios, sobre todo con niños que se dializan o diabéticos para los que los horarios de comidas son muy importantes. O bien otros niños que han de llegar tarde a clase, debido a medicaciones etcétera. De este conjunto de circunstancias se derivan una serie de necesidades educativas y de intervención que deben girar en torno a tres ejes fundamentales: a) Las relacionadas con el control de la enfermedad por el niño, la familia y el entorno escolar. Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso Las complicaciones pueden ser variadas y el tratamiento experimenta también modificaciones continuas en su búsqueda por conseguir una terapéutica adecuada y eficaz en el control de la enfermedad del niño en su desarrollo evolutivo hasta adulto. Además, esta enfermedad a menudo ha sido etiquetada con diversas denominaciones que han enmascarado su diagnóstico (bronquitis espástica, alergia respiratoria, entre otros). De otra parte, aunque tenga una misma denominación, el asma infantil no implica una misma etiopatogenia, sino que es una enfermedad multifactorial. Existe una mayor prevalencia del asma y pueden influir factores hereditarios y ambientales diversos en los distintos países y zonas en cada país. Por tanto, hay una gran diversidad dentro de una misma patología. 115 IV Curso para Educadores en Asma De otra parte, la repercusión del asma en el ámbito escolar es muy importante. También hay diversidad en cuanto al género puesto que afecta más a niños que a niñas por debajo de los 14 años y a partir de los 20 años, parece ser más frecuente en mujeres. La diversidad del asma nos lleva a reconocer remisiones y recaídas espontáneas o su desaparición con la edad. De otra parte, es una enfermedad que adopta un carácter agudo e intermitente en la mayoría de los casos lo que acrecienta este enfoque de la diversidad. El asma afecta de distinta manera a la vida diaria de los niños en aquellos lugares donde el niño desarrolla su vida cotidiana y la más importante es el colegio, donde más horas dedica. Está también el deporte, el juego con hermanos y amigos, entre otros. En este sentido, existe una gran diversidad de centros educativos y de profesionales vinculados a los mismos. Los niños deben medicarse en la escuela a menudo y el profesorado debe estar informado de qué medicamentos y cuándo debe tomarlos, así como el modo de actuar ante una crisis. La diversidad del profesorado manifiesta la existencia de profesores que tomen un papel activo de ayuda y apoyo, mientras que otros se limitarán a identificar algún síntoma y avisar a la familia o aquellos que no quieren responsabilidades en el seguimiento. Un niño asmático en el aula, ante todo es un niño y debe ser considerado como uno más en el centro. Las relaciones que establezca con sus compañeros han de ser normales y el seguimiento del currículo escolar ha de ser completo, con las adaptaciones precisas en deportes y juegos. De otra parte, hay diferencias entre los niños que asumen el papel de la medicación en su rutina diaria e integran su enfermedad y aquellos que no lo hacen. Los primeros, no suelen sentirse diferentes 116 por la medicación si la integran en sus rutinas, mientras que los segundos siempre estarán en disputa por olvidos de la medicación, dificultades con los padres, etcétera. También existe diversidad en las crisis y aquí destaca que lo importante es el hecho de tener que estar en casa, quieto, inmovilizado, o bien, hospitalizado. Este es un elemento diferenciador que causa malestar en los niños y causar incluso angustia. La necesidad del autocontrol: tranquilizarse y controlar la ansiedad marca diferencias entre los niños. Ha sido ampliamente estudiada la vinculación de los factores emocionales y los síntomas asmáticos con lo que la personalidad y las diferencias individuales participa como covariable en todo este proceso. Existe un nuevo elemento diferenciador vinculado al niño y sus familias respecto a los estilos parentales que facilitan o dificultan el desarrollo adecuado. Así en ocasiones pueden rentabilizar la enfermedad unido a elementos de sobreprotección de los padres y a la tendencia del niño a aislarse. Puede convertirse en un sentimiento de minusvaloración que les lleve a encubrir la enfermedad. Las familias del niño asmático también son diversas: padres y madres que se preocupan, que llevan control de medicamentos y de rutinas y otros que no lo hacen. El modo de afrontar la enfermedad de su hijo y la construcción cognitiva de la enfermedad es también variado. Influyen elementos como lo prolongado del tratamiento, la expectativa futura, las crisis, la necesidad de vigilancia de síntomas, entre otros. Existen elementos relevantes manifestados por familias entrevistadas (Rodríguez, 1999): 1. Rutinas familiares impuestas por la enfermedad. Destaca el cambio impuesto en la rutina para conseguir las modificaciones recomendadas en la casa; la modificación de actividades de fin de semana; la afectación en la jornada laboral; la modificación en hábitos. EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 2. La repercusión psicológica o anímica en la familia. Como indicamos anteriormente, existe gran diversidad de formas de afrontar emocionalmente la enfermedad y cómo repercute en la familia. 3. Las situaciones de «desacuerdo» manifestadas como conductas contrarias a los consejos médicos sobre todo vinculada a las modificaciones en el ambiente familiar y rutinas. 4. También han una gran diversidad en el niño y su familia en cuanto a la independencia que logran desarrollar respecto al control de la enfermedad. De otra parte, hemos de destacar la diversidad en los agentes de la salud que se relacionan con el niño y su familia. De todo ello se deriva que un planteamiento de esta naturaleza requiere la implicación y colaboración coordinada de todos los agentes que intervienen en el proceso (personal sanitario, educadores y familias) y que este esfuerzo se extienda a todos los escenarios y contextos: centros sanitarios, escuelas y hogares. III. EL PROGRAMA EDUCATIVO EN EDUCACIÓN TERAPÉUTICA. TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO 1. UN MODELO DE EDUCACIÓN TERAPÉUTICA. A partir de las consideraciones realizadas en la primera parte de este trabajo, las finalidades últimas que, a nuestro juicio, debería perseguir cualquier iniciativa de educación terapéutica, atendiendo siempre a la triple perspectiva y los múltiples contextos ya señalados anteriormente, girarán en torno a las siguientes: a) Establecer un marco de cooperación y apoyo entre profesionales sanitarios y familias para el control de la enfermedad. Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso b) Asesorar a las familias sobre el modo de controlar la enfermedad y colaborar en el proceso de educación del niño en los aspectos de interés a la educación terapéutica. c) Educar y entrenar al niño en las competencias asociadas al control y manejo de la enfermedad. d) Asesorar y cooperar con la institución escolar para facilitar la atención educativa de las NEE de este alumnado, prevenir la aparición de dificultades de aprendizaje y contribuir a la eliminación y adecuación de factores ambientales desencadenantes de las crisis propias de la enfermedad. Por otra parte, todo modelo de educación terapéutica debe partir, como cualquier programa educativo, de la realidad psicológica, social y educativa de los destinatarios y de la definición de los objetivos últimos que se persiguen con la intervención educativa. En este sentido, los programas en educación terapéutica se diferencian de las iniciativas de educación para la salud o de formación sanitaria general de la población no enferma (desarrollados con fines preventivos y de divulgación), en que este tipo de iniciativas se planifican para unas audiencias inespecíficas, de carácter general. Por el contrario, la educación terapéutica debe responder a un formato individualizado y estar centrada en las necesidades y características del enfermo y su entorno familiar. El primer paso, por tanto, en la definición de este tipo de iniciativas, será la de proceder a una valoración inicial de las condiciones y necesidades educativas del destinatario de la intervención y de su entorno familiar. El proceso de valoración diagnóstica inicial debería permitir recabar información sobre, al menos, los siguientes elementos: a) Características biológicas del paciente y características de su enfermedad. Esta información se deriva del propio diagnóstico médico previo y del tratamiento propuesto. 117 IV Curso para Educadores en Asma b) Características psicológicas del paciente: desarrollo cognitivo, carácter, madurez afectiva y emocional, madurez social, intereses, actitudes, motivaciones, etc. neas de acción básicas que, a nuestro juicio, permitirían dar respuesta a cada uno de los ámbitos de intervención en los diferentes contextos y alcanzar las finalidades expresadas, son las siguientes: c) Características del entorno familiar: estructura familiar, situación sociolaboral, posibilidades económicas, estresores familiares añadidos o preexistentes, estilo comunicativo familiar, etc. a) Definición de un programa de educación sanitaria para niños y familias. d) Conocimientos previos del paciente y su familia sobre la enfermedad y sobre el tratamiento, creencias erróneas y expectativas de evolución futura. A partir de este proceso de valoración inicial, una vez extraídas las conclusiones que orientan la definición de acciones formativas determinadas, las lí- b) Asesorar y apoyar a las familias y a los enfermos en los aspectos relativos a la enfermedad, su control y su gestión. c) Asesorar y orientar al entorno escolar en los aspectos relativos a la enfermedad, su control y su gestión. En la Figura 1 ilustramos el esquema general del proceso de educación terapéutica. MARCO DE COOPERACIÓN CON LA FAMILIA Y EL ENFERMO VALORACIÓN PREVIA: - Características biológicas. - Características psicológicas. - Características del entorno familiar. - Conocimiento previos sobre la enfermedad NECESIDADES DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA PROGRAMA DE EDUCACIÓN SANITARIA PARA EL NIÑO Y SUS FAMILIAS APOYO Y ASESORAMIENTO A LA FAMILIA Y A LOS ENFERMOS ASESORAMIENTO Y ORIENTACIÓN AL ENTORNO ESCOLAR Figura 1: Modelo general de educación terapéutica. La necesidad y amplitud de cada una de estas líneas de acción vendrá determinada por las conclusiones derivadas del diagnóstico previo de la situación educativa del paciente. Veamos cada uno de estos elementos con mayor detalle. 118 EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 2. PROGRAMAS DE EDUCACIÓN SANITARIA PARA NIÑOS Y FAMILIAS. Se distinguen dos situaciones: − Enfermos crónicos hospitalizados. − Enfermos crónicos con tratamiento ambulante. En el primer caso, el diseño y desarrollo de programas de educación sanitaria compete a las denominadas «aulas hospitalarias» y supondrá un programa formativo más amplio y complejo, en tanto en cuanto debe suplir y tratar de incluir los aprendizajes propios de la escolarización ordinaria. La especificidad de este tipo de acciones y el hecho que, en general, el enfermo asmático no requiera de hospitalización, hace que decidamos, por cuestiones de espacio, centrarnos en la segunda de las opciones. ¿Qué características debe poseer un programa de educación sanitaria para niños y su entorno familiar en tratamiento ambulante? En este segundo supuesto, se parte de la premisa de que el niño acude a un centro escolar, por lo que el programa formativo puede acotarse a las cuestiones directamente relacionadas con el conocimiento de la enfermedad y su manejo. Proponemos un marco conceptual de pedagogía por objetivos, aceptado por la mayoría de autores y profesionales que han profundizado en la educación terapéutica. Se trata de una aproximación sistemática en la cual se suceden varias etapas: a) La negociación de objetivos de aprendizaje, a partir del diagnóstico educativo, relacionados con las competencias que debe adquirir el paciente. b) La selección de contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales) relativos a la enfermedad y su manejo. c) La planificación de actividades de enseñanza y aprendizaje que permitan el logro de los objetivos propuestos. La correcta definición de Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso las actividades exige definir la metodología didáctica con la que se va a trabajar, los recursos necesarios para su desarrollo y la temporalización (momentos y duración de las mismas). d) Evaluación del grado en que se han alcanzado los objetivos de aprendizaje propuestos, lo que exige determinar el grado de competencia alcanzado por el paciente en el manejo de su enfermedad. Paralelamente, se evalúa la mejoría de los parámetros clínicos y la normalización de resultados de parámetros biológicos. Evidentemente, el desarrollo práctico de esta secuencia no suele ser tan lineal. En realidad se trata de un proceso complejo en el que el propio desarrollo del programa puede dar lugar a frecuentes revisiones de las decisiones adoptadas en los diferentes elementos del programa. Debemos recordar que la definición de los objetivos de aprendizaje debe ser una consecuencia del diagnóstico previo y de la identificación de las necesidades formativas relativas a la gestión de enfermedad, por lo que la definición de objetivos deberá ser específica y propia de cada programa y cada enfermo. Es importante destacar, también, que la definición objetivos de modo unilateral por parte del personal sanitario responsable de la intervención, por muy perfecta, rigurosa e idónea que pueda aparentar ser, desde el punto de vista experto, puede no ser asumida por el paciente y su entorno. En la fase de definición de objetivos es importante garantizar que se produzca una implicación y compromiso del paciente con los objetivos de la educación terapéutica y esto sólo es posible con procesos de negociación y colaboración entre los diversos agentes que intervienen (ocupando en dicho proceso un lugar determinante las familias de los niños objeto de la intervención) en los que la definición de objetivos sea asumida como una tarea conjunta y en respuesta al análisis de una situación problemática a la que se debe tratar 119 IV Curso para Educadores en Asma de ofrecer solución. Un elemento crucial en la definición de esta situación problemática será la expresión y vivencia que el paciente y su entorno hacen de la enfermedad. El proceso de definición de objetivos, por tanto, deberá articularse en una secuencia en la que, en primer lugar, se garantice una toma de conciencia acerca del significado, trascendencia e importancia real de la enfermedad y del papel protagonista que el enfermo y sus hábitos tienen en su evolución y desarrollo. Para ello será necesario trasladar la información necesaria para comprender la enfermedad y poder adoptar un posicionamiento ante ella. En esta fase, tan importante como la información que se transmite (que debe ser la justa y necesaria en función del objetivo que se persigue y siempre expresada en unos términos comprensibles por los destinatarios), es la actitud y la calidad de la relación que se establece entre profesionales sanitarios y los enfermos y sus familias. Sobre este particular y los modos en que este tipo de relación puede establecerse profundizaremos posteriormente. En un segundo momento, una vez definida y asumida la situación problemática que se configura a partir de la conciencia del padecimiento de la enfermedad y las exigencias asociadas a su control, debe propiciarse un proceso reflexión y de toma de decisiones encaminadas a buscar alternativas y soluciones que permitan dar respuesta a dicha situación problemática. Este proceso, que debe ser guiado y orientado por el profesional sanitario, confluirá en la definición de objetivos del programa de educación terapéutica y en una toma de postura respecto a los mismos que garantizarán la adhesión y desarrollo del mismo. Una vez definidos y asumidos los objetivos de la intervención, que como ya hemos señalado, no pueden venir dados de modo unilateral por parte del «experto sanitario», el resto de los elementos que definen el programa educativo terapéutico serán una consecuencia de los primeros. Así, la selección de contenidos corresponderá al profesional responsable del programa quien, haciendo uso de su criterio y conocimiento de la en- 120 fermedad, determinará que tipo de contenidos deberán abordarse. En este proceso de selección de contenidos es importante considerar que los contenidos no deben limitarse sólo al plano conceptual (definiciones, hechos, teorías, modelos, etc.) sino que, sobre todo, debe incluir procedimientos de intervención y actitudes compatibles con una evolución favorable del enfermo. El siguiente paso en el proceso de definición del programa educativo corresponderá a la planificación y secuenciación de actividades concretas con las que se pretende introducir los diferentes contenidos y el logro de los objetivos negociados. Un buen programa incluye la correcta definición de actividades exige que se especifiquen, al menos, las siguientes cuestiones: − Título de la actividad − ¿Qué se pretende con la actividad? − Duración − Desarrollo de la actividad − Materiales necesarios − Organización metodológica Desde el punto de vista de metodológico (la forma o estrategia educativa con que se desarrolla la actividad), es importante recordar que los modelos de aprendizaje cognitivo, basados en los desarrollos de la psicología constructivista y de aprendizaje significativo, defienden una serie de principios metodológicos a considerar en todo proceso de aprendizaje que pretenda promover un cambio verdaderamente profundo y duradero en las estructuras cognitivas y de comportamiento del aprendiz. Estos principios, adaptados a las circunstancias en que se desarrolla la educación terapéutica, se pueden resumir en los siguientes: 1. Partir de los conocimientos previos y experiencias del aprendiz. 2. Posibilitar que el niño desarrolle los aprendizajes significativos por sí mismos. 3. Facilitar una intensa actividad intelectual por parte de los aprendices. 4. Utilizar estrategias y recursos variados. EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 5. Facilitar y comprobar la incorporación progresiva de los aprendizajes a la vida cotidiana. 6. Favorecer la participación del aprendiz en la evaluación (autoevaluación). 7. Proporcionar información al alumnado sobre el momento del proceso en el que se encuentra y cómo va evolucionando. La idea central que se destila del conjunto de principios anteriores es la de que es el aprendiz quien debe ocupar el lugar protagonista en el proceso de aprendizaje y que el educador debe pasar a interpretarse como un agente mediador con capaObjetivos - Comprender el diagnóstico realizado al niño. - Adquirir conocimientos sobre el asma. - Adquirir habilidades y destrezas de intervención en crisis asmática. - Conocer y evitar estilos de vida, comportamientos y hábitos contraproducentes. - Lograr el autocon-trol y el control familiar del asma. cidad para poner en relación al aprendiz con los contenidos objetos de aprendizaje. La idea de educador como mero transmisor de información no cabe en este planteamiento. Esta idea nos remite a la necesidad de analizar el proceso a través del cual debe desarrollarse esta propuesta formativa, atendiendo a la relación triádica esencial que establece entre el profesional sanitario, las familias y los enfermos. A continuación, para concluir, representamos, a modo de ejemplo, un programa de educación sanitaria para niños con asma y su entorno familiar, adaptado del propuesto por Grau (2004; Pág. 36): Contenidos Metodología - Diagnóstico del - Personalizada/ individualizada. asma y pruebas complementarias. Adaptada. - Síntoma y evolución Coherente. del asma. Realista. - Desencadenantes. Clara. - Deporte y asma. Gradualprogresiva. - Habilidades terapéuticas (técnicas de in- - Apoyarse en la educación grupal. halación y miniespiro-metría). - Educar en cada visita. - Autocontrol / control familiar. - Utilizar cuñas educativas (menajes para las familias). - Buscar la concordancia en vez del cumplimiento. - Ofrecer apoyos para vencer las dificultades. Intervenir sobre el medio para hacerlo más favorable. Recursos a)Equipamiento. - Espirómetro. - Pruebas cutáneas. b) Material educativo.Material para entrenamiento (placebos, y diferentes sistemas y medidores de FEM homologados). - Apoyos visuales (herbario de plantas, videos educativos, guías informativas). c) Documentos para el niño y su familia. - Carpetas. - Hoja de instrucciones de medicación inhalada. - Hoja de manejo del medidor de FEM. - Hoja de registro de los valores del medidor FEM. - Hoja de registro de incidencias en las crisis o un diario de síntomas. Figura 2. Ejemplo de programa formativo adaptado de Grau (2004; Pág. 36). Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso 121 IV Curso para Educadores en Asma 3. APOYO Y ASESORAMIENTO A LA FAMILIA Y A LOS ENFERMOS. En el apartado anterior abordábamos uno de los ejes de nuestro modelo de educación terapéutica que, en esencia, hace referencia a la estructura de un programa de educación sanitaria dirigido al enfermo y sus familias. En este apartado tratamos de desarrollar otro de los ejes de trabajo que mantiene una relación directa con el anterior, en tanto en cuanto que supone abordar las condiciones en que dicho programa educativo debe desarrollarse. El desarrollo del programa educativo (plan que guía la acción) se basa en la interacción didáctica, es decir, en la interacción con el enfermo y con su entorno familiar, esencialmente. Ya hemos señalado reiteradamente que de la calidad e intensidad del vínculo que se establezca entre profesionales sanitarios responsables del desarrollo del programa y el enfermo y su entorno dependerá, en mayor medida, el éxito del programa, que de las características intrínsecas del mismo. Por esta razón, creemos importante dedicar un espacio a reflexionar sobre los modos y formatos en que dicha interacción debería transcurrir. La interacción didáctica en el marco de la educación terapéutica es, en esencia, un acto de comunicación y la calidad de dicha interacción será resultado de las condiciones que hacen que los procesos de comunicación sean más eficaces. Por otra parte, a diferencia de otros procesos didácticos, por las propias características de la educación terapéutica, la interacción didáctica requerirá, insoslayablemente, la cooperación e implicación de las familias. Desde este punto de vista, resulta imprescindible analizar y conocer pautas que permitan desarrollar procesos de comunicación eficaces con enfermos y con sus familias y estrategias que permitan desarrollar los marcos de cooperación adecuados con estas. 3.1. Marcos de cooperación y asesoramiento a las familias: La necesidad de trabajar con las familias de los niños es absolutamente evidente por varias razones: 122 1. Para lograr la información necesaria para personalizar la intervención: no basta con «clasificar» a los niños en una determinada categoría diagnóstica (asma) para pasar a considerar al niño como un ente homologable con los restantes incluidos en esa categoría. La intervención, sobre todo la educativa y orientada a la inserción comunitaria, orientada a desarrollar personas autónomas y competentes en el afrontamiento de sus problemas de salud requiere, ante todo, comprender las circunstancias y necesidades de cada niño y niña considerados en su individualidad. Esta exigencia trae consigo la necesidad de numerosas y frecuentes observaciones en circunstancias y contextos diferentes. Sólo los padres y los familiares, por la cantidad de tiempo que pasan con los niños pueden ser capaces de aportar la información necesaria para poder personalizar la intervención educativa. 2. Porque es un derecho y un deber inherente a la condición de padres: Los padres y madres de los niños son sus tutores legales y los máximos responsables de su desarrollo físico, psicológico y social y, salvo en casos excepcionales, deben ser los protagonistas de las decisiones que afectan a la salud de sus hijos. Nadie debería sustituirlos en este proceso, salvo que ellos, previo establecimiento de una relación estrecha, basada en la confianza y la cooperación, decidan delegar algunas decisiones en el personal sanitario. En este sentido, los padres y madres deben tener la consideración y el respeto sincero por parte del personal experto y corresponde a estos impulsar de manera activa procesos de comunicación veraz y sincera. 3. Porque mejora de manera importante el resultado de la intervención terapéutica: Las influencias del contexto familiar son evidentes, lo que justifica el que los profesionales se deban plantear intervenir y educar no sólo al niño sino también asesorar a la familia en general y ofrecer a esta pautas para que continúen, en el EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 ámbito familiar, los esfuerzos educativos realizados en el ámbito sanitario. Los padres, como figuras de apego primarias y modelos cotidianos de comportamiento, son los agentes educativos de primer orden. Si se consigue que entre las pautas educativas se incorporen los hábitos y los estímulos adecuados, la intensidad del proceso educativo se incrementa significativamente. Por ello, insistimos, lo más rentable y eficaz para los profesionales sanitarios responsables de este tipo de programas es compartir sus conocimientos con las familias. Si se aceptan estas premisas, una exigencia fundamental que se deriva de ello para los profesionales sanitarios es la de consultar a los padres de los enfermos para conocer lo que sienten y necesitan. A este respecto, Alegre, Seoane y Ortigosa (2003) en un estudio con niños enfermos celíacos, afirmaban que «las distorsiones cognitivas están relacionadas con las reacciones emocionales al diagnóstico» y continuaban diciendo que «no es el diagnóstico lo que provoca una determinada reacción emocional, sino la interpretación que los padres hacen de ese diagnóstico». Afirmación que es perfectamente extensible al caso de niños enfermos asmáticos. En general, podríamos resumir lo anterior diciendo que, en general, la mayor necesidad que tienen los padres con niños con necesidades especiales, sean estas del tipo que sean, es la de un asesoramiento profesional constructivo en las diversas etapas del desarrollo del niño que les permita encontrar respuesta a sus propios problemas en un grado razonablemente satisfactorio. En efecto, cuando se indaga sobre las principales quejas y críticas que las familias suelen plantear en su relación con servicios disponibles en relación a la atención especializada, suelen aparecer las siguientes (Cunnigham y Davis, 1994): a) Problemas de comunicación, asociados a una información inadecuada por diferentes motivos: Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso − Información insuficiente. − Información inexacta. − Información excesiva, transmitida de modo precipitado. − Información incomprensible por el uso de un lenguaje excesivamente técnico o por presentarse de modo deficiente (por ejemplo, dando por sentado que el receptor dispone de una información previa de la que carece). b) Frialdad o distanciamiento en el trato. Esta circunstancia es la que se produce cuando el profesional se centra exclusivamente en la enfermedad, domina excesivamente la interacción, evita la intimidad, no alienta las preguntas, las trivializa o, simplemente, no escucha. Un efecto similar es el que se deriva de la calidad y acondicionamiento del espacio físico en el que se produce la interacción (un pasillo de un hospital o de un centro médico, por ejemplo). c) Percepción de incompetencia profesional. La confianza en la capacidad profesional de las personas que atienden al niño es primordial para que produzca una buena interconexión. La capacidad de los profesionales para interactuar y relacionarse con la familia, por sí sola, vale de poco si no va acompañada de una percepción de competencia en los profesionales. d) Recursos o servicios inexistentes o insuficientes. Una crítica común es la que se concreta en la ausencia de servicios necesarios o su insuficiencia. Esto se manifiesta en ayudas esporádicas en largos periodos de espera que restan continuidad a la intervención (educativa). e) Servicios inaccesibles. Aun en el caso de que existan los servicios adecuados, pueden continuar surgiendo problemas que dificultan o impiden en al acceso a los mismos: no se anuncian o divulgan suficientemente, no se distribuyen adecuadamente desde el punto de vista geográfico, los horarios no contem- 123 IV Curso para Educadores en Asma plan las realidades sociales y profesionales de las familias o no se contempla un sistema de apoyo para atender a los otros hijos cuando se acude al servicio. f) Organización deficiente. Con frecuencia, las familias que acuden a estos servicios se quejan de una organización deficiente en diversos aspectos que van desde falta de puntualidad, incumplimiento de los horarios, organización deficiente de las sesiones o ubicación en instalaciones inadecuadas. Todas estas quejas repercuten en la actitud de las familias y los enfermos y ponen en serio peligro la relación básica que auguran el éxito el programa de educación terapéutica. g) Descoordinación en la prestación del servicio. Con frecuencia sucede que, por cambios en los profesionales al frente de los programas, las familias y los enfermos tienen, en cada ocasión, la sensación de encontrarse en el punto «cero» de nuevo, informando y poniendo al día al nuevo profesional del camino andado. En ocasiones, incluso, la única forma que tiene el nuevo profesional de conocer la trayectoria seguida es a través de la propia familia. Estas circunstancias actúan como elemento desmoralizador y restan percepción de utilidad al servicio. Peor aún es cuando se reciben consejos e informaciones contradictorias. h) Falta de continuidad en la prestación del servicio. En el caso de niños enfermos crónicos es previsible que la necesidad del servicio se alargue en el tiempo y, por tanto, la continuidad del mismo es vital. Si embargo, con frecuencia, en márgenes de tiempo relativamente cortos, determinados servicios desaparecen, bien pro falta de recursos o bien por traslado del profesional que lo impulsaba al tratarse más de una iniciativa personal que institucional. i) Percepción de ineficacia. No es raro que los padres digan que los profesionales no escuchan lo que tienen que decir sobre sus necesidades y 124 sobre los servicios para cubrirlas. Esto implica una falta de apoyo a la idea de evaluación y de responsabilidad ante los padres y los enfermos. La toma en consideración de este conjunto de quejas debe proporcionar indudables elementos de reflexión de cara la práctica y a la organización de servicios en general. Muchas conclusiones remitirán a instancias de decisión de carácter político y de financiación que escapan a las posibilidades del personal sanitario. Otras, sin embargo, tienen que ver con las cualidades personales y las características de la relación que se establece entre estos y las familias y los enfermos. A estas dedicaremos el resto de nuestra exposición. Nuestra tesis fundamental es que el personal sanitario a cargo de programas de educación terapéutica debe poseer, además de una incuestionable capacidad y competencia técnica sanitaria, una preparación adicional que implique el dominio de marcos conceptuales y técnicas relativas al modo de establecer relaciones y comunicaciones eficaces con enfermos y familiares. A esta interacción genérica con el enfermo y su entorno, con una finalidad de ayuda, las englobaremos bajo la denominación genérica de asesoramiento. La característica que define esta relación de asesoramiento, desde nuestro punto de vista, no es la rigidez formal de la situación, sino el hecho que quien acude a solicitar el consejo (la ayuda) presume una competencia técnica y especialización en el asesor y espera de este una respuesta con intención de ayuda. Sin embargo, esta respuesta puede ofrecerse de muchas maneras. De entre todas las posibles formas de abordar el reto del asesoramiento, la fórmula más eficaz (y aquí enlazamos con lo comentado previamente respecto a la definición de objetivos del programa educativo) es aquella que ayuda a las personas a explorar e identificar las principales características del problema y a establecer un conjunto negociado de opciones para aportar soluciones. EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 Quien busca asesoramiento lo hace, esencialmente, porque desea provocar cambios que, de alguna manera entrañen algún beneficio para sus hijos y, con frecuencia, deberán aplicarse a ellos mismos o a toda la familia. En este sentido es más probable que los cambios tengan lugar dentro de una relación entre los padres y los profesionales de mutua confianza y respeto, y esto suele llevar cierto tiempo. Todo profesional está, de hecho, implicado desde un principio en una relación de asesoramiento y, en principio, dado que esta labor se basa en competencias y habilidades sociales, está capacitado para poderla desarrollar adecuadamente. Sin embargo, es posible mejorar la calidad y eficacia de esa labor de asesoramiento si el profesional conoce los diferentes marcos o modelos de afrontar esa tarea y reflexiona sobre el suyo propio, tratando de avanzar hacia aquellos que facilitan los fines de la educación terapéutica. A los efectos que nos ocupa, podemos definir y diferencias tres modelos básicos1 de entender y desarrollar la relación entre profesionales y familias: a) Modelo de experto. b) Modelo de actuación delegada. c) Modelo de usuario. El modelo que denominamos «de experto» es aquel en el que los profesionales parten del convencimiento de ser los únicos depositarios del conocimiento y de la experiencia relevante para sacar adelante «el caso». Se caracteriza por los siguientes rasgos esenciales: • El rol de los padres sólo es tenido en cuenta en la medida en que es necesario para llevar a cabo las instrucciones dadas por los profesionales en relación con sus objetivos. • Se da escasa valoración a los puntos de vista y los sentimientos de las familias y por ello no se considera necesaria la existencia de una relación y negociación mutuas o el intercambio de información. Asociado a este modelo están prácticas e imágenes como las de los padres esperando fuera las salas de consulta o tratamiento, puesto que se considera que no tienen nada que aportar a la solución del problema, o bien que pueden suponer un estorbo. Desde esta forma de entender la relación profesional – familias es evidente que no existe un interés por implicar a las familias y, por ello, no es de extrañar que estos reaccionen mostrándose reacios a preguntar sus dudas al profesional, que haya una interpretación deformada de la información y pautas que se le proporcionan y que haya altos niveles de insatisfacción e incumplimiento de las pautas de intervención prescritas. Por otra parte, otro efecto propio de la adopción del modelo de «experto» en esta relación, es la de incrementar la sensación de dependencia respecto de los servicios profesionales y de restringir la confianza en sí mismos y en su competencia, disminuyendo consecuentemente la capacidad de las familias para ayudar al niño. • Son los profesionales los que asumen el control absoluto de la situación y quienes tomas las decisiones (definen los objetivos, seleccionan los contenidos, etc.). El efecto más negativo del modelo sea, quizá, el hecho de que al no solicitar y no considerar las ideas u opiniones alternativas de las familias, los profesionales pueden considerar al niño desde un único punto de vista (por ejemplo, su problema de salud) y descuidarle como un todo que está dentro entramado general físico y social. • Los profesionales seleccionan la información que creen importante para los padres y, a su vez, sólo solicitan a estos aquella información que consideran de capital importancia. Hay que señalar que, paradójicamente, este modelo, pese a sus efectos negativos, es bastante común y suele ser el modelo por el que optan no sólo bastantes profesionales, sino que inclu- Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso 125 IV Curso para Educadores en Asma so las propias familias llegan a exigir. ¿Por qué sucede esto? Son varias las causas que podríamos recopilar, pero vamos a limitarnos a las más relevantes. En primer lugar, porque las familias, fruto del propio modelo con el que se ha desarrollado tradicionalmente la relación profesional – enfermo, parten ya de un estereotipo de dependencia y sumisión al criterio profesional. En segundo lugar, para el profesional de la ayuda es un modelo que proporciona seguridad ante la incertidumbre y complejidad del propio proceso de intervención. Es poco probable encontrar profesionales que no se hayan «protegido» en situaciones de presión o de amenaza profesional, recurriendo a una jerga incomprensible, alegando que se trata de temas demasiado complejos para ser comprendidos por un profano o recordando su estatus como argumento que zanje la cuestión. El modelo que denominamos «de actuación delegada» se produce cuando los profesionales, aún asumiendo que son ellos los depositarios de los conocimientos y experiencias relevantes y necesarias para abordar la intervención, reconocen la ventaja de recurrir a los padres como «co-terapeutas». Desde este planteamiento, los profesionales y especialistas consideran que su intervención especializada puede ser «delegada» en la figura de los padres, consiguiendo con ello que esta intervención multiplique su efecto e intensidad. En el fondo, el modelo sigue asumiendo una posición de control y dominio en la toma de decisiones por parte del profesional y una cierta subordinación de los padres, como en el modelo de experto. De hecho, abierta o encubiertamente, son los profesionales los que seleccionan los objetivos de la intervención, los tratamientos y los métodos de enseñanza. Sin embargo, a diferencia de cómo se plantea la relación en el modelo anterior, se parte de la premisa de que los padres están dispuestos a ayudar a sus hijos, que se encuentran en buena posición para ello y sólo necesitan conocer las técnicas 126 y destrezas que harán que el niño progrese. Desde esta perspectiva se considera a las familias como una parte importante de la intervención, pero sólo en la medida en que son una extensión delegada del servicio o unidad de intervención. Como consecuencia, es un modelo que tiende a reforzar la confianza en sí mismos de los padres (mucho más que lo que hace el modelo anterior) y favorece una intervención activa en el proceso de ayuda al niño. En consecuencia, la posibilidad de que las familias descuiden algunos aspectos del tratamiento o que se desentiendan de él disminuye. En general, con este enfoque podemos esperar, frente al modelo de experto, una mejor comunicación padres-profesional y, por tanto, una disminución de la insatisfacción, la incomprensión o el incumplimiento. Para afrontar este modelo los profesionales requieren de competencias adicionales a las estrictamente asociadas a su ámbito de especialización. En esencia, las competencias que se derivan de la aplicación de este modelo es la capacidad de instruir y de mantener una relación positiva continuada con los padres. El principal riesgo o insuficiencia de este modelo deriva del peligro de que el profesional tienda a percibir a todas las familias o padres con los que trabaja como a un grupo homogéneo, ignorando la individualidad de las familias, sus capacidades, sus características, sus ansiedades o sus valores. El profesional puede llegar a esperar que todas las familias cumplan automáticamente sus instrucciones y que sean igualmente competentes en las diversas técnicas que se les enseñen. Sin embargo, es posible que las familias no compartan los objetivos y valores del profesional o del programa educativo (en cuya definición no han participado), o que no dispongan de los recursos (cognitivos, materiales o temporales) necesarios para afrontar las tareas encomendadas, o bien que las familia esté demasiado desorganizada como para responder a las demandas del programa. Ante EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 estas circunstancias es muy posible que surja la incomprensión, la frustración y la hostilidad entre terapeutas y familias, lo que puede resultar devastador para el éxito del programa. Para salir al paso de estas dificultades es preferible optar por el tercero de los modelos que citamos en su momento como modelo «de usuario». Desde esta forma de entender la relación familiasprofesionales se interpreta la figura de los padres como usuarios del los servicios, con derecho a decidir y seleccionar lo que crean apropiado para su consumo. La toma de decisiones se halla siempre, en última instancia, bajo el control de las familias. El rol del profesional es ofrecer a las familias toda la gama de opciones y la información necesaria para que puedan hacer una selección adecuada de aquellas que mejor se adapten a sus condiciones y posibilidades. En este modelo, el profesional respeta a los padres y reconoce su competencia y su experiencia por cuanto son estos los que mejor conocen su situación y posibilidades. De modo similar a cómo sucedía en el modelo anterior, el profesional actúa como un instructor o asesor, pero el fundamento de la actuación ya no es la decisión de actuaciones a delegar en las familias sino la negociación de las actuaciones en una relación en un plano de igualdad con las familias. Como ya hemos señalado en reiteradas ocasiones, en este proceso de negociación las habilidades de comunicación del profesional son determinantes. Además, es importante que la relación se califique como una relación genuinamente sincera en la comunicación pueda fluir libremente en ambas direcciones. Evidentemente, no debe interpretarse de lo comentado hasta aquí que se está abogando por una renuncia a la responsabilidad de los profesionales, sino más bien en una redefinición de la misma: su responsabilidad consiste ahora en negociar todas las etapas en el proceso de toma de decisiones. Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso Las ventajas de este modelo frente a los anteriores son muchas. Entre ellas que la probabilidad de que se acabe imponiendo un único modelo de intervención sin considerar las condiciones particulares de cada familia prácticamente desaparece, junto con todos los efectos indeseables asociados a esta posibilidad. Por otra parte, la posibilidad de fomentar los sentimientos de dependencia o de incapacidad en los padres se minimiza, por cuanto el propio proceso tiende a potenciar su posición, relevancia y protagonismo en el programa de educación e intervención. Evidentemente, en esta concepción de la relación padres-profesional, la distribución de poder en la relación está mucho más equilibrada, por lo que, en cierto modo, el profesional se puede sentir más vulnerable. Será, en último extremo, la eficacia del profesional en el proceso de negociación y de objetivos educativos y de búsqueda de soluciones a los problemas planteados, lo que determine su fuerza en la relación y no su estatus profesional. Con todo, lo que quizá genere mayores reticencias en los profesionales a la hora de decantarse por este modelo de relación, es la sensación de pérdida de la seguridad y control que le confiere el rol tradicional de experto. Esta sensación se puede ver compensada en la medida en que recuerde que esa renuncia y el decantarse por la negociación y el diálogo es un aspecto clave del éxito de su intervención. Como se habrá podido deducir ya, nuestra propuesta de educación terapéutica se decanta claramente por este último modelo. 3.2. Competencias y técnicas de asesoramiento con familias: Entendemos por competencias el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten una excelente práctica médica y sanitaria, en continuo perfeccionamiento, adecuada al contexto social en que se desarrolla. 127 IV Curso para Educadores en Asma Uno de los elementos dinamizadores del debate sobre la formación en competencias es el proceso de convergencia europeo, el cual, junto a aspectos cognitivos (conocer y comprender), presta mayor atención a las habilidades psicomotoras (saber como actuar) y a la formación en valores y actitudes (saber como ser). La Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina Españolas, tomando como referencia la nueva normativa sobre convergencia Europea ha propuesto las competencias específicas que deben aprenderse y dominarse al concluir la formación básica del médico. Entre ellas están las habilidades comunicativas que se concretan en las siguientes competencias que debe desarrollar el médico: • Escuchar con atención, obtener y sintetizar información pertinente acerca de los problemas que aquejan al enfermo, y comprender el contenido de esta información. • Redactar historias clínicas y otros registros médicos de forma comprensible a terceros. • Comunicarse de modo efectivo y claro, tanto de forma oral como escrita con los pacientes, los familiares, los medios de comunicación y otros profesionales. • Establecer una buena comunicación interpersonal, que capacite para dirigirse con eficiencia y empatía a los pacientes, a los familiares, medios de comunicación y otros profesionales. A efectos prácticos, es posible que la destreza más relevante en este proceso de comunicación y trabajo con familias sea la escucha activa. En efecto, la escucha activa es la habilidad más potente, interesante y útil para garantizar procesos de comunicación eficaces. Bien ejecutada, la escucha activa sirve para empatizar con nuestro interlocutor y comprender su punto de vista y sus posiciones. La escucha activa exige una determinada actitud por parte de quien la práctica que, brevemente, podemos resumir en las siguientes características: 128 − Tener una interés sincero por ponerse en el lugar de la otra persona para poder comprender no sólo lo que está diciendo sino, además y sobre todo, lo que está sintiendo. − Demostrar comprensión y aceptación mediante los siguientes comportamientos no verbales: o Con un tono de voz suave. o Una expresión facial y gestos acogedores. o Estableciendo contacto visual. o Una postura corporal receptiva. También exige unas ciertas condiciones ambientales favorecedoras del proceso de escucha. Por ejemplo, que no haya nada que interfiera en la relación entre quien habla y quien escucha o que quien pretende escuchar disponga del tiempo necesario para ello. En sentido general, podemos decir que se hace uso de la escucha activa cuando, ante un mensaje recibido por parte del emisor, se le comunica lo que se ha entendido de lo dicho, destacando la comprensión del sentimiento que hay detrás del mensaje. Se logra este nivel de comunicación cuando en el proceso de escucha se hace uso de las siguientes técnicas: - Mostrar interés: en interés se puede mostrar de forma no verbal, por ejemplo, moviendo la cabeza afirmativamente la cabeza, o de forma verbal, haciendo uso de expresiones del tipo: «entiendo», «ajá», «ya veo», etc. - Clarificar: sirve para obtener la información necesaria para comprender mejor lo que la persona está diciendo, o lo que siente, o la situación que describe. Para facilitar esta acción se suelen emplear preguntas abiertas que son las que pretenden provocar una respuesta amplia en el interlocutor y no limitada a un sí o un no. − Parafrasear: consiste en repetir con palabras propias las principales ideas o pensamientos expresados por el que habla. Sirve para comprobar que se ha entendido efectivamente lo que se ha comunicado y para constatar que el significado que el emisor ha dado a su mensaje es el mismo que el que ha entendido el receptor. EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 Adopta formatos como «entonces, lo que me estás diciendo es que…». proyectivo del niño, informes de profesores, etcétera que completan la visión holística del paciente. − Reflejo empático: consiste en decir con tus propias palabras los sentimientos existentes bajo lo que el otro ha expresado. Supone el máximo nivel de escucha y comprensión pues implica haber ido más allá de las palabras para comprender lo que subyace a ellas. El personal de la salud ha de conocer que existen distintos niveles de comprensión de la enfermedad en función de la edad de los enfermos. Así, a los 4 años los niños no conocen las causas ni la posibilidad de evitación. Hacia los 5-6 años existe una noción preoperacional de la enfermedad ligada a la experiencia del niño, por ejemplo, estar enfermo es no poder jugar con los otros, que tu madre te ponga el termómetro, es resultado de haber ido descalzo y se previene tomando vitaminas o yendo a que le vacunen. Entre los 7-8 años ya existe un razonamiento lógico de la enfermedad. Se explica la misma más allá de la anécdota puntual. Mientras que entre los 9-11 años toman conciencia del fenómeno de la enfermedad y su prevención. A los 12-13 años la entrada psicológica en las operaciones formales hacen que conciban las distintas enfermedades en sentido abstracto, así como los sistemas y funciones corporales. − Resumir: consiste en agrupar o recopilar la información que nos van dando, tanto la que se refiere a sentimientos como a hechos. Ofrece una buena oportunidad al que habla para corregir o añadir algo sobre lo ya dicho. La escucha activa es una habilidad o competencia básica asociada a cualquier profesional de la ayuda y, evidentemente, no es de uso exclusivo en el trabajo con familias, también es de aplicación cuando se trabaja con los niños. 3.3. Técnicas de aproximación al niño: En todo caso, parece claro que en la educación en general, y en la educación terapéutica, en particular, se debe superar la vieja pedagogía que consideraba que bastaba con dar la información. La nueva educación entiende la educación para la salud como un proceso de enseñanza-aprendizaje tendente a provocar cambios comportamentales donde intervienen factores cognitivos y actitudinales. Desde esta perspectiva, interesa que el médico se dirija también al niño y no sólo a sus padres. Debe integrarlo y que no esté pasivo. El médico debe obtener información directa del niño y proporcionársela también al mismo como protagonista que es en su propia enfermedad. El personal de la salud ha de estimular la comunicación con el niño en la consulta y dirigirle a él consejos prácticos sobre control de síntomas, avisos de crisis, modo de actuar ante las mismas, el seguimiento del tratamiento, escuchar sus dificultades, etcétera. El pediatra debe acostumbrarse a utilizar múltiples fuentes de información y variados instrumentos, no sólo los diagnósticos clínicos y técnicas cuantitativas, sino dar importancia a técnicas cualitativas de recogida de información: entrevistas, dibujo Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso En el proceso de interacción con el niño enfermo es fundamental conseguir comunicarse de manera eficaz en todo el proceso. Especialmente importante es: 1. Ayudar al niño a afrontar y expresar los sentimientos que surgen de la propia vivencia de la enfermedad. 2. Propiciar la colaboración y responsabilidad en el tratamiento, requisito para el éxito de la intervención en educación terapéutica. 3. Fomentar la autonomía, objetivo último de todo el proceso. A continuación presentamos algunas sugerencias y reflexiones que pueden servir de orientación en este trabajo con niños, entendidas como competencias profesionales o técnicas de aproximación al niño, adaptado de un interesante trabajo de Faber y Mazlish (1997). En cada caso presentamos los hábitos o prácticas negativas y señalamos, de modo muy esquemático, las alternativas que se han demostrado más eficaces en cada caso. 129 IV Curso para Educadores en Asma a) Ayudar a afrontar y a expresar sentimientos en el niño: ¿Qué debemos evitar cuando un niño intenta expresar o manifiestar sus sentimientos?: − Negación de los sentimientos («No veo por qué te ha afectado tanto. Es una bobada sentirse así. Probablemente estás fatigado y has magnificado todo el asunto. Venga, sonríe,… Cuando ríes estás mucho más guapa»). − Adoptar una actitud filosófica («Mira, la vida es así. Las cosas no salen siempre como uno quisiera. Tienes que aprender a tomártelo con más calma. En el mundo no hay nada perfecto»). − Proporcionar un consejo («¿Sabes lo que deberías hacer? …). − Interrogar («¿Qué tenías que hacer que fuera más importante que tomar la medicación? ¿Te había ocurrido ya alguno otra vez? ¿Qué has hecho en esas otras ocasiones?»). − Defensa de terceras personas que intervienen en la situación («Comprendo el enfado de tu padre (o madre). Es posible que esté muy preocupado. Tienes suerte de que no pierda los nervios más a menudo»). − Actitudes de conmiseración y lástima («¡Oh, pobrecillo! ¡Es horrible! ¡Qué pena!»). − Psicoanálisis de aficionado («¿No será que, en el fondo, es que estás enfadado con tu padre (o madre)?»). − Actitudes excesivamente vehementes de solidaridad («¡Caramba, qué experiencia tan horrorosa! ¡Qué gesto tan inmenso de valentía!»). ¿Qué parece favorecer la expresión y afrontamiento de sus sentimientos y emociones? 1. Escuchar con gran atención. Puede resultar desalentador comunicarse con alguien que sólo escucha en apariencia o que no parece conceder importancia a la vivencia interior que se está 130 experimentando. A veces, ni siquiera es necesario que el adulto diga nada, basta con un silencio solidario que demuestre que se está escuchando. 2. Reconocer los sentimientos del niño con un simple «¡vaya!», «¡ajá!» o «Ya veo». Estas expresiones, unidas a un actitud propicia (sustitución de preguntas interrogatorios o manifestaciones de adhesión vehemente a su sentimiento), son invitaciones al niño para que explore sus propias ideas y sensaciones y, posiblemente, para que halle una solución al conflicto o problema que los genera. 3. Dar nombre a los sentimientos. La tendencia de los adultos suele ser la de intentar negar el sentimiento del niño, como intento de que deseche ese mal sentimiento (tristeza, dolor, etc.). La creencia es la de que el hecho de negar el sentimiento puede favorecer su superación. El efecto es más bien al contrario. Sin embargo, cuando se concede un nombre al sentimiento, el niño siente que se le reconoce y se le comprende, lo que favorece el consuelo porque alguien ha reconocido su vivencia interior. 4. Conceder al niño sus deseos en la fantasía.Ante demandas del niño que no está disponible y genera frustración, la tendencia de los adultos suele ser la de intentar ofrecer explicaciones lógicas de por qué no puede ser. Generalmente, ante la lógica suele arreciar las protestas. Es preferible conceder los deseos en la fantasía («¡Ojalá pudiéramos tirar esta medicina y no tener que dártela más!»).Aveces, el hecho de que el adulto demuestre comprender cuánto desea el niño algo hace la realidad más llevadera. No obstante, por encima de las expresiones y verbalizaciones que se empleen, lo realmente importante en esta comunicación afectiva con los niños es la actitud que adoptemos. Si nuestra actitud no es compasiva cualquier cosa que digamos será recibida como una impostura, una falsedad o un intento de manipulación. EDUCAR EN LA DIVERSIDAD TÉCNICAS DE APROXIMACIÓN AL NIÑO Marzo / Tenerife 2007 b) Propiciar la colaboración y responsabilidad en el tratamiento: ¿Qué debemos evitar como recurso para conseguir la colaboración y la responsabilización en el tratamiento?: − Reproches y acusaciones («¡Qué es lo que te pasa! ¿Es que no puedes hacer nada a derechas? ¡Por qué no eres más responsable! ¡Tu problema es que no escuchas! ¡Eres una irresponsable!»). − Insultos («¡Hay que ser memo! ¡No digas imbecilidades!»). − Amenazas («¡O te tomas la medicina o verás!»). − Órdenes («¡Quiero que te pongas este abrigo en este mismo instante! ¡Hazlo inmediatamente! ¿Qué estás esperando? ¡Muévete de una vez!»). − Sermones moralizantes («Veo que no has comprendo la importancia de tomarte la medicina». «¿Te parece bonito tu actitud?»). − Advertencias («Ponte la chaqueta o pillarás un resfriado». «Tómate el jarabe o te pondrás peor»). − Victimismo («¿Ves estas canas? Pues las tengo por tu culpa». «¿Qué pretendes? ¿Qué me de un ataque al corazón?»). − Comparaciones («¿Por qué no te parecerás más a tu hermano? El siempre se tomaba el jarabe sin rechistar»). − Sarcasmos («¿Piensas salir con esa camisa de asillas con el frío que hace? ¡Qué lista eres! ¡Qué alarde de inteligencia!»). − Profecías («Ni una sola vez eres capaz de recordar la pauta de tu tratamiento. Ya te veo, dentro de diez años, con una crisis diaria»). ¿Qué tipo de interacciones parecen favorecer el deseo de colaborar o de responsabilizarse en los niños? 1. Describir, antes que reprochar o criticar. Es más fácil para el niño centrarse en las conductas que Dra. Olga María Alegre de la Rosa. Dr. Juan José Sosa Alonso se espera que desarrolle si nos limitamos a describir exactamente lo que queremos que haga que si nos dedicamos a criticar o reprochar lo que no hace. En la mayor parte de las ocasiones, la mera descripción del problema (lo que no se ha hecho), de manera neutra y no agresiva suele ser suficiente para que el niño se de cuenta y entienda lo que debe hacer. 2. Ofrecer información. Siguiendo un razonamiento similar al anterior, si en lugar de limitarse a prohibir, amenazar o reprochar se ofrece información de lo que se espera que se haga, la importancia que tiene, es muy probable que los sepan, de modo automático cómo deben de actuar. 3. Expresarse sucintamente. A los niños les suele disgustar los sermones largos o las explicaciones prolijas, es preferible ser sucinto, ir al grano, señalando exactamente lo que se desea que se haga. 4. Expresar los propios sentimientos. Un mensaje en primera persona, aun cuando expresa desagrado, nunca puede herir la sensibilidad de nadie, pues se limita a expresar el estado de ánimo de quien lo expresa. Los adultos deben acostumbrarse a corregir las acciones e incumplimientos de los niños señalando cómo se sienten. Es importante que recordar que es más fácil colaborar o seguir las instrucciones de alguien que, pese a estar irritado o enfadado, no nos ha atacado directamente sino que se ha limitado a expresar su enfado. 5. Escribir una nota. Recurrir a una nota escrita, o un dibujo, en el que detallemos lo que se espera que haga o el comportamiento adecuado en una situación es una buena estrategia para garantizar la interiorización progresiva de pautas de comportamiento aún no automatizadas. Evidentemente, estas cinco estrategias o fórmulas facilitadotas de una conciencia de cooperación y de responsabilización en el niño no son infalibles ni aplicables en todos los casos a todos los niños. Sin embargo, la idea que subyace 131 IV Curso para Educadores en Asma a todas ellas es la de tratar de generar un clima de respeto, carente de tensiones y de rencores, en el que pueda germinar un espíritu participativo y en el que las formas no oculten la esencia del mensaje. c) Fomentar la autonomía: ¿Qué impide el desarrollo autónomo y favorece la dependencia y la sumisión? d. Ofrecer opciones («En el futuro, podrás elegir entre recordar abrigarte o no salir a jugar»). e. Ser consecuente, si la conducta no cambia («¿Por qué me has hecho subir y no me dejas seguir jugando, papa? Mira tu ropa y dímelo tú»). − Limitarse a castigar ante el incumplimiento. 2. Afrontar los problemas conjuntamente y reflexionar conjuntamente para buscar una solución. − Decidir siempre por el niño o la niña, sin darle opción a que escoja. 3. Ofrecer opciones al niño y acostumbrarle a tomar decisiones y a escoger. − Intervenir ante la primera dificultad sin respetar el ritmo y el proceso de desarrollo y aprendizaje del niño. 4. Mostrar respeto por sus retos cotidianos y alentarlos a afrontarlos y superarlos. − Precipitarse dando respuestas sin permitir que el niño las elabore por si mismo. − Evitando que el niño recurra a otras fuentes y apoyos distintos de los que ofrecen los padres. − Desalentando la iniciativa y la ambición personal. 5. No ser demasiado inquisitivo ni intrusivo, respetar la autonomía y la independencia. 6. No precipitarse ofreciendo respuestas, dejar que el niño pregunte o demande ayuda. 7. Animar al niño a buscar fuentes de información externas, a preguntar. 8. No desalentar sus planes, sueños o intereses. ¿Qué podemos hacer para favorecer la autonomía? 1. En vez de castigar, se sugiere la siguiente pauta: a. Expresar los sentimientos de malestar y desagrado con rotundidad, pero sin atacar al niño ni a su carácter («Me pone furiosa saber que otra vez te has ido a la calle en mangas de camisa»). b. Manifestar las expectativas que se tenían de conducta adecuada («Yo esperaba que después de habértelo dicho y explicado muchas veces dejarías de hacerlo»). c. Mostar cómo rectificar y enmendar el error («Ahora deberás tomar un buen baño caliente y luego vas a hacer un cartel grande para colgar en el armario que te permita recordar que hay que abrigarse bien antes de salir a la calle»). 132 IV. REFERENCIAS. Ainscow, M. (2001): Desarrollo de escuelas inclusivas. Ideas, propuestas y experiencias para mejorar las instituciones escolares. Madrid: Narcea. Alegre, O.M. (2000): Diversidad Humana y Educación. Málaga: Aljibe. Alegre, O.M. (2003): La educación en y para la diversidad. En: Gallego, J. L. y Fernández, E. (Dtrs.): Enciclopedia de Educación Infantil Vol II. Málaga: Aljibe, 525-544. 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Los aspectos que le reportan notables beneficios frente a otras medidas terapéuticas son: - Permite una mejor distribución del fármaco dentro de las vías aéreas. - El fármaco actúa directamente sobre el lugar deseado. - La actuación del medicamento es más rápida. - Al conseguir una distribución y penetración del medicamento más eficaz, las dosis que se deben utilizar del mismo son inferiores. - Presenta menores efectos secundarios que los reportados por otras formas de medicación y, en particular, la vía parenteral. - Comodidad, en general, en el transporte y utilización de los aerosoles. Aspectos a considerar en la prescripción de un inhalador − Obtener una buena razón terapeútica o ratio terapeútica1: La ratio terapeútica es el cociente que se obtiene al relacionar el efecto clínico y el efecto sistémico. El efecto clínico se debe al depósito del medicamento en las vías aéreas intrapulmonares. El efecto sistémico depende del medicamento depositado en la vía aérea y el que se ha pasado a la vía digestiva desde donde se absorbe. Por ello nos interesa con- seguir un gran depósito en las vías respiratorias y poco depósito en la región orofaríngea. − Conseguir un buen depósito del fármaco en las vías intrapulmonares: Los factores que influyen en el depósito de los fármacos son: − Tamaño, forma y densidad de las partículas2. Los aerosoles forman partículas de distintos tamaños, clasificándose en función del diámetro de masa media aerodinámico (DMMA). Las partículas con un DMMA superior a 5 micras se depositarán en la orofaringe y vías aéreas superiores y las de 1-5 micras en la región alveolar y pequeñas vías. Las partículas menores de 1 micra de diámetro se expulsan con la espiración. − Calibre y anatomía de la vía aérea. Según el tamaño de la garganta y la vía aérea del paciente el paso de la medicación va a ser diferente. Hay diferencias incluso entre un preescolar y un niño mayor3. En los lactantes la respiración a través de la nariz se comporta como un filtro de partículas grandes. En los pacientes con asma grave el calibre basal de la vía aérea altera profundamente el perfil de absorción temprana. − Factores funcionales: • Velocidad de emisión de las partículas: a mayor velocidad, mayor impacto en las vías aéreas superiores. 135 IV Curso para Educadores en Asma • Patrón ventilatorio, volumen de aire inhalado: cuanto más profunda y homogénea sea la inspiración mayor será la penetración de las partículas. En el niño pequeño el llanto o hablar mientras inhala disminuye el rendimiento. 2- Nebulizadores • Flujo inspiratorio: el flujo ideal es entre 30-60 l/min. • Apnea postinspiración: debe ser de unos 10 segundos. Son inhaladores con dosificación presurizada de un principio activo envasado, que libera una dosis fija de medicamento en cada activación o puff. Están constituidos por tres elementos5: • Técnica de inhalación: La biodisponibilidad de medicamento en los pulmones es mayor realizando la técnica inhalatoria en las condiciones siguientes4: 1-Exhalando suavemente antes de la inhalación hasta el volumen residual, mejor que hasta la capacidad residual funcional. 2- Inhalación lenta (10 l/min) en comparación con inhalación rápida (50 l/min). 3- Contener la respiración 10 segundos tras la inhalación. Debe recomendarse el dispositivo de inhalación que mejor se adapte a las necesidades individuales del paciente. Sistemas de inhalación Se entiende por aerosol una suspensión de pequeñas partículas líquidas o sólidas en un gas. Los inhaladores son los dispositivos utilizados para generar aerosoles de partículas sólidas y los nebulizadores de partículas líquidas. Disponemos de 4 cuatro sistemas diferentes de inhalación: 1- INHALADORES − Inhaladores presurizados de dosis medida (pMDI) 1- Un cartucho o dispositivo cilíndrico metálico, con capacidad variable en torno a 10 ml, que contiene el medicamento activo en solución o suspensión en un gas propelente (hidrofluoroalcanos) y a una presión de entre 3 y 4 atmósferas. 2- La válvula dosificadora, pieza clave de este sistema inhalatorio, que permite liberar en cada pulsación una dosis controlada y reproducible del fármaco micronizado. 3- Envase externo de plástico en el que se encaja el cartucho. La presión ejercida sobre el cartucho acciona la válvula que permite la salida del aerosol a través de un orificio. Inmediatamente después de la liberación de la dosis, el diámetro de las partículas es de 30-40 micras y la velocidad de 100 km/h, lo que implica un impacto orofaríngeo importante cuando se aplica directamente en la boca y que tan sólo el 10-20% alcance el territorio pulmonar. La velocidad disminuye debido a la resistencia del aire y por la evaporación de las gotitas del gas propelente. − Inhaladores presurizados de dosis medida (pMDI) con cámara espaciadora con o sin mascarilla Más del 50% de los niños cometen alguno de los errores descritos al utilizar terapia inhalada con MDI. Esto conlleva un reducido efecto clínico de las medicaciones prescritas cuando se compara con las cámaras espaciadoras o los inhaladores de polvo seco. Los pMDI no son la mejor elección para niños si se disponen de otros dispositivos alternativos. − Inhaladores de polvo seco o «dry powder inhalers» (DPI) − Inhaladores presurizados de dosis medida (pMDI) con cámaras espaciadoras 1- Inhaladores − Inhaladores presurizados de dosis medida (pMDI) y autohaler (pMDI activado por la inhalación) Las cámaras espaciadoras simplifican la técnica de inhalación y mejoran la eficiencia de los MDI. 136 DISPOSITIVOS PARA EL SUMINISTRO DE LA TERAPIA INHALADA Marzo / Tenerife 2007 Permite al paciente, sin necesidad de maniobra de sincronización alguna entre la salida del fármaco y la inhalación, inspirar la medicación tranquilamente en varias respiraciones. Esto posibilita tomar el medicamento a un flujo bajo que facilita su depósito en las vías respiratorias. La cantidad de fármaco disponible para la inhalación en la cámara depende de diversos factores: − Desaparición pasiva del aerosol: se reduce la velocidad de salida debido a que el gas propelente se evapora, las partículas son de menor tamaño, y se mueven más lentamente al ser inhaladas. − Edad: a menor edad, menor rendimiento de la técnica (falta de colaboración y anatomía de la vía aérea). El lactante y niño pequeño inhalan a volumen corriente y el niño puede colaborar con una técnica inhalatoria más eficiente. − Material de la cámara6: la vida media de las partículas depende del volumen de la cámara y especialmente del material de la cámara, de si las paredes están impregnadas previamente con el aerosol y de su limpieza. Las cámaras de plástico ejercen un efecto electrostático sobre el aerosol que atrae las partículas del medicamento, disminuyendo la vida media de las partículas. Con el uso y el lavado con agua jabonosa disminuye dicho efecto. Se deben secar sin frotar. Las cámaras metálicas (cámara Nebuchamber®) no tienen carga electrostática y prolongan la vida media de las partículas. − Volumen de la cámara: Si va a inhalar a volumen corriente el número de respiraciones a realizar son el volumen de la cámara en cc dividido por el volumen corriente (10 x kg de peso). − Longitud de la cámara: La distancia ideal que genera una distribución óptima de partículas (DMMA entre 1-5 micras) es entre 18-28 cm. − Dispositivo valvular y espacio muerto: la cámara ha de disponer de una válvula unidireccional sensible que se abra con flujos inspiratorios bajos. Siempre es preferible que disponga de válvula inspiratoria y espiratoria. La válvula inspiratoria permite asegurarnos de Javier Korta Murua, Santiago Rueda Esteban que está tomando la medicación porque podemos ver su movimiento y la válvula espiratoria permite que exhale el aire sin volver a reintroducirlo en la cámara, evitando el desplazamiento del medicamento7. − Mascarilla facial en niños pequeños y lactantes2: la mascarilla facial facilita la inhalación en niños que respiran la medicación a través de boca-nariz (lactantes y niños pequeños), pero aportan espacio muerto, por lo que en cuanto el niño sea capaz de inhalar a través de boquilla se eliminará. − El retraso del inicio de la respiración tras la pulsación disminuye la cantidad de fármaco disponible ya que se deposita en las paredes de la cámara. − Número de disparos: sólo se debe efectuarse una pulsación para cada inhalación y realizar las respiraciones tras cada disparo, espaciando éstos de 30 segundos a un minuto. − Tiempo de apnea: la apnea postinspiratoria mejora el depósito intrapulmonar. Debe ser de unos 10 segundos de duración. Las cámaras espaciadoras constan de un espacio cerrado, de forma y tamaño variables y de una válvula unidireccional, que permite el paso de aire a través de ella hacia la vía aérea del niño. La válvula se cierra al exhalar el aire, con lo que se impide que el niño espire en ella. Tienen diferentes características que se deben conocer (Tabla-1): − Tamaño grande: se pueden emplear en niños a partir de 5-6 años que son capaces de colaborar de forma adecuada e inhalar a partir de una boquilla, aunque algunas de ellas llevan acopladas una mascarilla facial que facilita la administración en niños más pequeños. Son de un tamaño de 700 a 800 ml y precisan por parte del niño un determinado esfuerzo y volumen inspiratorio para abrirla. − Tamaño pediátrico: se pueden emplear en niños menores de 4 años. Todas incorporan una mascarilla facial. 137 IV Curso para Educadores en Asma Tabla 1. Cámaras espaciadoras existentes en el mercado Camara Volumen(ml) Válvula Mascarilla Compatibilidad Aerochamber 150 Sí Unidireccional de baja resistencia Sí Universal Babyhaler 350 Sí Dos unidireccionales de baja resistencia Sí Propia ( productos Glaxo) Nebuchamber 250 Sí Unidireccional de baja resistencia Sí Propia (productos Astra) Optichamber 350 Sí Válvula sonora Sí Universal Aeroscopic 700 Sí Unidireccional Sí Universal Nebuhaler 750 Sí Unidireccional No Propia(productos Astra) Fisonair 750 Sí, de gomaUnidireccional No Universal Inhalventus 750 Sí Unidireccional No Propia (Aldo Unión) Ildor 750 Sí Unidireccional No Universal Volumatic 750 Sí Unidireccional No Propia ( productos Glaxo) − Inhaladores de polvo seco o «dry powder inhalers» (DPI) − Inhaladores de polvo multidosis: accuhaler®, turbuhaler®, novolizer® Dependiendo del número de dosis del fármaco que proporcionan, pueden dividirse en dos grupos: inhaladores de polvo monodosis y multidosis. Precisan ser cargados para cada dosis que están todas contenidas dentro del dispositivo. El flujo inspiratorio ideal es de 30-60 L/min y el depósito pulmonar llega a alcanzar un 25-35% de la dosis administrada. − Inhaladores de polvo monodosis Se trata de cápsulas con una sola dosis del fármaco. Estas cápsulas son introducidas en el dispositivo y luego perforadas por agujas o seccionadas al dar media vuelta al dispositivo, antes de iniciar la inhalación. Tienen la ventaja que el paciente ve si el medicamento desaparece de la cápsula con la inhalación asegurando que lo ha recibido. 138 1- Turbuhaler® Contiene 200 dosis de medicación. No contiene aditivos ni propelentes por lo que la percepción por parte del paciente es escasa. Cuando es inhalado, la medicación se fragmenta en un aerosol de partículas pequeñas a gran velocidad, gracias a las turbu- DISPOSITIVOS PARA EL SUMINISTRO DE LA TERAPIA INHALADA Marzo / Tenerife 2007 lencias creadas al pasar el aire por unos conductos en forma helicoidal, con el que se dota al dispositivo y por el cual recibe el nombre. La cantidad de partículas menores de 5 micras que genera es aceptable pero es edad-dependiente y, por lo tanto, a flujos inspiratorios bajos será la menor cantidad de partículas dentro del rango que pasa a vías intrapulmonares. Por este motivo la inspiración ha de hacerse brusca y enérgicamente para conseguir flujos inspiratorios algo mayores que los requeridos por otros sistemas y obtener un mejor rendimiento. 2- Accuhaler® Contiene 60 dosis selladas y protegidas. El fármaco viene dispuesto en una tira de aluminio tipo blister (protección frente a la humedad), colocada dentro del dispositivo. Cada vez que se acciona el gatillo del dispositivo, un óvulo es desplazado hacia la zona de inhalación y agujereado, cargándose automáticamente la dosis. El aparato tiene un contador, que muestra el número de dosis que aún quedan. Las partículas de medicamento de 3-5 micras van adheridas a partículas de lactosa como aditivo por lo que la percepción del medicamento al ser inhalado es mayor, pero puede producir mayor irritación faríngea. El tamaño de las partículas liberado es más consistente, independientemente de la edad del paciente y del flujo inspiratorio que con el método turbuhaler. 3- Novolizer® Se activa por la inspiración incluso a flujo bajo (35 l/min). Tiene un reservorio recargable de polvo seco. Al cargarlo aparece una ventana verde que indica que está listo para su uso. Cuando se realiza una inhalación correcta el indicador pasa a color rojo. Contiene un indicador de dosis que avisa del contenido restante. 2- NEBULIZADORES Son aparatos que se emplean para administrar fármacos en forma de una fina niebla, para que puedan ser inhalados fácilmente a través de una mascarilla facial o de una boquilla. El tiempo de administración no debe ser superior a 10 minutos. Javier Korta Murua, Santiago Rueda Esteban Los hay de dos tipos: − Nebulizador neumático o tipo Jet: El nebulizador funciona generalmente por medio de aire comprimido u oxìgeno, que entra en el nebulizador a través de un pequeño orificio. La expansión y el aumento de la velocidad del aire, que ocurren cuando el aire abandona este primer orificio, provocan una caída de presión que succiona el líquido a nebulizar a través del tubo de alimentación de líquido y lo dirige hacia un 2º orificio (Efecto Bernoulli). Cuando el líquido se encuentra con el aire a gran velocidad es desmenuzado en pequeñas gotas. Las gotitas pequeñas son conducidas fuera del nebulizador por el flujo de aire, en forma de fina niebla. − Nebulizadores ultrasónicos: Las gotitas son producidas por ondas de sonido de alta frecuencia generadas por un cristal piezoeléctrico. El tamaño de la gotita viene determinado por la frecuencia del transductor, y así, las frecuencias altas producen ondas pequeñas y, por tanto, gotas más pequeñas. Alrededor del 75-80% de la dosis nominal se pierde en el ambiente durante la fase espiratoria. Del 20-25% restante de la dosis nominal, sólo el 50% va al pulmón. Por tanto, se estima que sólo un 510% de la dosis nominal es depositada a nivel pulmonar8. Su empleo ha quedado reducido a los Servicios de urgencias para tratar crisis asmáticas moderadas o graves que requieren nebulización continua. Elección del tipo de inhalador A la vista de los estudios existentes y las recomendaciones de las distintas sociedades científicas se considera razonable recomendar9: − Niños de 0-3 años de edad: MDI con cámara espaciadora más mascarilla − Niños de 4-6 años edad: MDI con cámara más boquilla o mascarilla − Niños mayores de 6 años: MDI con cámara y boquilla o DPI 139 IV Curso para Educadores en Asma Tabla-2. Comparación entre los diferentes dispositivos de inhalación Ventajas Inconvenientes - Pequeños y ligeros- Buena percepción de la inhalación- Dosis exacta y reproducible- Esterilidad del fármaco- Poco sensible a la humedad- Conservación fácil- Baratos - Escasa coordinación disparo-inhalación - Elevado depósito en orofaringe- Efecto freón-frío (cierre glotis, broncoespasmo) - Efecto adverso sobre la capa de ozono - La dosis liberada puede cambiar si no se agita bien el dispositivo - Evitan el problema de la coordinación disparo-inhalación- Obtienen un depósito pulmonar mayor (20%) que en los pMDI sin cámara: enlentecen el flujo y disminuyen el tamaño de las partículas- Disminuye el impacto orofaringeo: menos efectos secundarios locales- Facilidad de empleo - Gran tamaño y poca manejabilidad- Incompatibilidad entre diferentes cámaras y dispositivos - Necesidad de limpieza periódica DPI - Dosis administrada del fármaco uniforme- Eficacia clínica superior a los pMDI (depósito intrapulmonar: 30-35%)- Pequeños, ligeros y de fácil manejo.- No usan gases propelentes contaminantes (ecológico)- Informan de las dosis disponibles - Precisan flujo inspiratorio alto (30-60 l/ min), limitando su uso en menores de 6 años y pacientes con grado severo de obstrucción. - No se pueden utilizar en pacientes inconscientes o ventilados. - Elevado impacto orofaríngeo. - Escasa percepción del fármaco (puede disminuir la adherencia al tratamiento) - La espiración en la boquilla dispersa la dosis precargada. Nebulizadores - Posibilidad de administrar fármacos en dosis altas o en combinación.- Facilidad de inhalación: el paciente respira a volumen corriente y flujos bajos.Compatible con distintas formas de oxigenoterapia y ventilación asistida.- Humidificación de las vías aéreas.- No utilizan propelentes - Escaso control de la dosis del fármaco inhalado: más efectos secundarios por mayores concentraciones plasmáticas - Riesgo de hiperreactividad bronquial (broncoconstricción paradójica) por soluciones hipotónicas o frías - Menor depósito pulmonar que en los otros dispositivos (10%) - Requiere más tiempo para su administración - Poco transportable y precisa fuente externa de energía - Coste elevado - Limpieza y mantenimiento adecuados pMDI pMDI con cámara 140 DISPOSITIVOS PARA EL SUMINISTRO DE LA TERAPIA INHALADA Marzo / Tenerife 2007 Bibliografía: 1- Pedersen S. Delivery systems in children. 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An Esp Pediatr 2002; 56 (Suppl 7): 44-52. 8- VL Silkstone, SA Corlett & H. Chrystyn determination of the relative bioavailability of salbutamol to the lungs and systemic circulation following nebulization. Br J Clin Pharmacol , 54: 115-119. 9- Canadian asthma consensus report. CMAJ 1999; 161 (11 Suppl): 44-9. 10- Sistemas de inhalación. Curso de formación continuada. Faes Farma 2002: 984 Giner J, Basualdo LV, Casan P, Hernández C, Macian V, Martínez I, Mengibar A. Normativa sobre la utilización de fármacos inhalados. Arch Bronconeumol 2000; 36 (1): 34-43. Javier Korta Murua, Santiago Rueda Esteban 141 IV Curso para Educadores en Asma 142 Marzo / Tenerife 2007 TALLER DE ESPIROMETRÍA Dr.Máximo Martínez1, Dra.Concepción Oliva2 1 Pediatra. Neumología Pediátrica, Hospital Universitario Materno Infantil. Granada 2 Pediatra. Neumología Pediátrica, Hospital Univesitario Ntra. Sra. de Candelaria. Tenerife TEST DE BRONCODILATACIÓN Metodología de la prueba: Prueba broncodinámica con la que se demuestra si la obstrucción bronquial es reversible. Consiste en la realización de una prueba funcional basal, repitiendo la misma un tiempo después de la administración de un broncodilatador de acción corta (beta 2 agonista adrenérgico). Antes de la realización de la prueba, hay que suspender la administración de fármacos broncodilatadores , ya sean inhalados, nebulizados u orales. En caso de que esta premisa no pueda cumplirse, la realización de la prueba debe considerar esta circunstancia. Los broncodilatadores de acción corta, son efectivos a los pocos minutos de la inhalación, manteniendo su actividad durante 6 a 8 horas. Su administración produce una broncodilatación aguda que puede verse alterada si no se modifica el tono de la musculatura lisa o existe un marcado componente inflamatorio en la pequeña vía aérea.. Indicaciones: Siempre que exista evidencia de obstrucción de la vía aérea, está indicado valorar la respuesta broncodilatadora y establecer si la obstrucción es o no reversible. Esta reversibilidad puede ser total y parcial, indicando esta última opción, la existencia de un componente inflamatorio. La reversibilidad de la obstrucción , está ligada también a situaciones específicas y por tanto momentáneas, como pueden ser la exposición del paciente a estímulos broncoconstrictores , por ejemplo pólenes ambientales en época estacional de primavera . El fármaco broncodilatador se administra habitualmente mediante dosificador presurizado (con o sin cámara espaciadora, dependiendo de la habilidad o experiencia del paciente) o en dispensador de polvo seco. Las dosis de broncodilatador aconsejadas oscilan entre 0.4 mg de salbutamol (dosificador presurizado) o 0.5 mg de terbutalina (polvo seco). A los 10-20 minutos de la administración del fármaco, se realiza una nueva maniobra de espiración forzada y medición del FEV1. Valoración de resultados: El incremento de FEV1, se calcula a partir de dos índices: 1. Incremento de FEV1 en valores absolutos en ml: FEV1 postbroncodilatación – FEV1 prebroncodilatación 2. Cambio porcentual respecto al valor inicial del FEV1 FEV1 post- FEV1 pre / FEV1pre X 100. 143 IV Curso para Educadores en Asma Es interesante valorar también el incremento de la CV (capacidad vital) y la CVF. Este incremento significa que disminuye el Volumen Residual (VR) al disminuir la obstrucción en la pequeña vía aérea.. Se considera positivo el test de broncodilatación cuando el incremento de FEV1 es como mínimo un 9% sobre el valor teórico. Si el incremento se sitúa entre el 9%-12%, se considera como efecto broncodilatador moderado y si es superior al 12% como francamente positivo. Realización del Test de broncodilatación (resumen) Espirometría basal (Generalmente válida para edad superior a 5-6 años) Administración de 0.4 mg de salbutamol o 0.5 mg de terbutalina Permanecer en reposo tras la administración, durante 10-20 minutos Repetir la maniobra de espiración forzada Valorar y comparar resultados del FEV1 con los de la espirometría basal TEST DE EJERCICIO (Asma de esfuerzo) Se considera asma inducido por ejercicio o broncoespasmo inducido por ejercicio, a la obstrucción bronquial transitoria que se produce como consecuencia del esfuerzo. Es una manifestación de hiperreactividad bronquial que afecta a la calidad de vida del niño asmático. Aunque es relativamente frecuente (40%-50%) en el asma moderada y grave, puede ser una manifestación única y aislada de asma. Se manifiesta también en el 40% de pacientes con rinitis alérgica. Indicaciones: Para diagnóstico de Asma inducido por ejercicio 144 Como test de broncoprovación inespecífica para diagnosticar asma En estudios epidemiológicos de asma Para analizar la eficacia de la medicación antiasmática Metodología de la prueba En condiciones basales óptimas ( FEV1 normal, no síntomas de episodio agudo) y sin haber tomado antes medicación que pueda alterar los resultados finales, tales como antihistamínicos 48 horas antes, broncodilatadores de acción prolongada 24 horas antes o broncodilatadores de acción corta al menos 6 horas antes. La intensidad del esfuerzo debe ser lo suficientemente prolongada que permita alcanzar y mantener una frecuencia cardíaca del 80% del máximo teórico (en niños entre 170 l/m-175 l/m) . En general la prueba debe tener un inicio rápido, duración entre 6 a 8 minutos (en pacientes entrenados puede superarse este tiempo hasta conseguir una frecuencia cardiaca óptima), y un cese rápido. Las condiciones de humedad y temperaturas , deben ser adecuadas, aconsejándose temperaturas entre 25º a 27º y humedad entre 40% a 70%. Ambientes secos con temperaturas bajas son más asmógenos. Tipos de Test: 1. Carrera libre: Carrera durante 6 minutos a esfuerzo máximo 2. Carrera sobre tapiz rodante: Permite regular la inclinación e incrementar la velocidad del tapiz; inicio con 10º de inclinación y de 0-5 o 6 km/h 3. Bicicleta ergométrica: Permite incrementar de forma progresiva la resistencia al esfuerzo; la colaboración depende de la preparación física del paciente. TALLER DE ESPIROMETRÍA Marzo / Tenerife 2007 Valoración de resultados: Tras la realización de la prueba, se determinará FEV1 a los 5, 10, 15 y 30 minutos En la medición del Pico/flujo (PEF) se considera positiva una caída entre el 15% al 20% con respecto a valores basales. Se considera como positiva una caída del FEV1 >20% (sobre el basal), aunque una caída del 10% se puede admitir como anormal. Un descenso de MEF25-75 del 25% también es valorable. En ocasiones, la no recuperación espontánea de parámetros funcionales basales tras la realización del ejercicio , obliga a la utilización de beta 2 adrenérgico de acción corta para su normalización Test de esfuerzo o ejercicio (Resumen) Ambiente en condiciones óptimas de temperatura y humedad Realizar Espirometría basal (generalmente por encima de 5-6 años) Realizar ejercicio (carrera libre o tapiz rodante o bicicleta ergométrica) ; 6 minutos Espirometrías post esfuerzo (5, 10, 15 ,30 minutos) Valorar y comparar resultados de FEV1 y MEF25-75; valorar PEF Dr.Máximo Martínez, Dra.Concepción Oliva 145