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Parte II. Manejo de infecciones asociadas a catéteres tunelizados en hemodiálisis Alberto Fica Part II. Management of tunneled-catheter associated infections Hemodialysis catheter infections have emerged in Chile due to the expansion of tunneled catheters. This document review current concepts in the management of these infections. Most of the evidence is observational and not randomized. Due to biofilms involved, therapeutic failure is frequent when catheter is not removed. For exit site infection without associated bacteremia, topic or oral antibiotics can be initially attempted. For isolated tunnel infection, catheter removal is recommended. In case of severe bloodstream infections or associated to secondary foci, Staphylococcus aureus, yeasts or certain non-fermenter gramnegative bacilli, catheter removal is recommended due to high risk of death, failure or recurrence. On the other hand, mild bloodstream infections with no complications, systemic antibiotic therapy with either catheter exchange or lock therapy can be attempted. However, clinical response must be checked with blood cultures. Bacteremia associated to S. aureus should prompt a search for complications, including infective endocarditis through transesophageal echocardiography. Treatment with vancomycin must be guided using trough plasmatic levels and its use is not recommended when S. aureus isolates are susceptible to methicillin or when these strains show a MIC ≥ 1.5 µg/mL for vancomycin. Key words: Catheter-related infections, bacteremia, renal dialysis, therapy, Staphylococcus, vancomycin. Palabras clave: Infecciones relacionadas a catéter, bacteriemia, diálisis renal, terapia, Staphylococcus, vancomicina. Antecedentes L os catéteres tunelizados en hemodiálisis constituyen hoy en día aproximadamente 20% de los accesos para hemodiálisis en pacientes crónicos debido a las dificultades del sistema de salud en Chile para instalar en ellos una fístula arterio-venosa1. Ello ha determinado una expansión en la población en riesgo para bacteriemia, fungemia o brotes. El año 2014, la Sociedad Chilena de Nefrología y la Sociedad Chilena de Infectología organizaron un simposium conjunto sobre Infecciones Asociadas a Catéter de Hemodiálisis. Este documento es parte de los temas tratados y ha sido preparado para ayudar al equipo de salud en la toma de decisiones sobre el manejo de las infecciones asociadas a catéteres de hemodiálisis (CHD). Se debe advertir al lector que la evidencia que las respalda proviene de datos observacionales o comparativos no randomizados en pacientes seleccionados y, por lo tanto, la fuerza de la recomendación no es sustantiva. La mayor parte de los cuadros infecciosos que presentan los pacientes en hemodiálisis (88%) están relacionados al acceso, ya sea como infección del sitio de entrada o bacteriemia del CHD, infecciones de prótesis vasculares, fístula arterio-venosa o de un catéter peritoneal. El porcentaje restante, se explica por cuadros de neumonía, Rev Chilena Infectol 2015; 32 (Supl 2): S 91-S 99 Hospital Militar de Santiago Departamento de Medicina Servicio de Infectología y Unidad Infecciones Asociadas a la Atención de Salud. Conflicto de interés: ninguno Financiamiento: ninguno Correspondencia a: Alberto Fica Cubillos albertofica@gmail.com infección de piel y tejidos blandos, infección urinaria, cuadros gastrointestinales u osteomielitis2. De esta manera, la probabilidad de una infección asociada al CHD es alta si un paciente se presenta con calofríos o fiebre, especialmente si no hay focalización2. Las infecciones asociadas a catéteres de hemodiálisis se clasifican en tres tipos: la infección del sitio de entrada, la infección del trayecto o túnel y las infecciones del torrente sanguíneo. Infección del sitio de entrada. Presencia de pus en el sitio de entrada, acompañada o no por eritema o induración, no más allá de dos cm de la entrada. La presencia aislada de eritema puede representar sólo un proceso irritativo. Infección del trayecto o túnel. Eritema sobre el trayecto que comienza más allá de dos cm desde el sitio de entrada. Puede asociarse a infección del sitio de entrada. Infección del torrente sanguíneo asociada a CHD. Bacteriemia o fungemia que cumple criterios de ser secundaria al CHD (definido en la Parte I en estas guías). Las infecciones asociadas a CHD involucran la presencia de biopelículas, estructuras que limitan la llegada de la respuesta inmune y de los antimicrobianos www.sochinf.cl S 91 al lugar de la infección, traduciéndose en un aumento de la concentración inhibitoria mínima (CIM), aparición de tolerancia (efecto bacteriostático en lugar de efecto bactericida o resistencia fisiológica ante diferentes antimicrobianos), por cambios en el metabolismo celular bacteriano que expone menos blancos celulares3. Estos fenómenos favorecen el fracaso terapéutico o la recaída de la infección en muchos casos. Incluso, el cambio de un CHD por guía de alambre no evita la mantención de la biopelícula en el trayecto ya formado. El manejo de cada una de estas infecciones se presenta a continuación. Infección del sitio de entrada Una publicación ha estimado que la frecuencia de infección del sitio de entrada es cercana a 0,4 eventos por 1.000 días-catéter y sólo 4,3% requiere hospitalización2. La frecuencia reportada de infección del sitio de entrada parece ser muy inferior al de bacteriemia por catéter (~4 por 1.000 días-catéter) y similar a la de una infección de una prótesis vascular. Pocos estudios han explorado los factores de riesgo asociados a infecciones del sitio de entrada. Uno de ellos identificó el número total de usos y la duración del catéter, como factores para infección local4. Asimismo, existe escasa información sobre las causas microbiológicas en este tipo de infecciones y se asume que los agentes son similares a los reportados para bacteriemia asociada CHD donde los agentes predominantes (> 90%) son cocáceas del género Staphylococcus, ya sea S. aureus o S. coagulasa negativa5. Cuando los pacientes con CHD tienen fiebre, la mayor parte de ellos tiene bacteriemia asociada al catéter (77%) y sólo en bajos porcentajes la fiebre corresponde a focos de otro origen tales como fístula o prótesis (4%), foco no relacionado al catéter (6%) o infección del sitio de entrada (2%)2. Estos antecedentes indican que si hay una infección del sitio de entrada con fiebre asociada, debe descartarse una bacteriemia u otro foco. El tratamiento de una infección del sitio de entrada de un CHD en ausencia de bacteriemia no ha sido sometido a ensayos randomizados y la información disponible es escasa y contenida sólo en algunas guías. La guía española de acceso vascular en hemodiálisis no menciona el tema6 y la guía estadounidense indica que el tratamiento puede ser efectuado con curaciones más antimicrobianos tópicos o sistémicos, sin necesidad de remover el catéter, pero no señala la duración del tratamiento7. El tratamiento puede ser efectuado con crema dérmica de mupirocina o gentamicina, ambas con adecuada actividad anti-estafilocóccica y disponibles en el país. Los fabricantes recomiendan que estos productos sean aplicados tres veces al día, lo que no es aplicable en S 92 www.sochinf.cl la población de pacientes en HD debido a la necesidad de acceder al sitio de entrada con técnica aséptica. La costumbre es aplicar estas cremas en las sesiones de HD y se debe observar la respuesta clínica. Recomendación • El tratamiento de la infección del sitio de entrada sin bacteriemia asociada puede ser efectuado con antimicrobianos tópicos u orales más curaciones por un período de una a dos semanas. La evidencia sobre la eficacia de este esquema es empírica y transmitida por tradición oral con escasas publicaciones sobre la materia. Es importante que el esquema tenga cobertura sobre Staphylococcus spp y que se haya descartado infección del trayecto o túnel y bacteriemia. Infección del trayecto o túnel A pesar de que no se dispone en la literatura científica de información microbiológica directa sobre los agentes asociados a la infección del túnel, se estima que los microorganismos involucrados son los mismos que participan en los cuadros de bacteriemia asociada a catéter. Esta similitud está respaldada porque comparten el mismo mecanismo patogénico. Desde esta perspectiva, los agentes predominantes corresponderían a S. aureus y S. coagulasa negativa, grupos que acaparan sobre 80% de las etiologías2,8. También participan, en un menor porcentaje, bacilos gramnegativos entéricos o no fermentadores (~20%), Enterococcus spp, levaduras o micobacterias atípicas. El problema se hace más complejo al considerar la elevada prevalencia de S. aureus resistente a meticilina (cloxacilina), la emergencia de Enterococcus spp resistentes a vancomicina y bacilos gramnegativos resistentes a β-lactámicos8. El manejo de la infección del trayecto o túnel se basa en tres pilares: retiro del CHD con cambio de ubicación anatómica, uso de antimicrobianos y descartar una bacteriemia o complicaciones. La importancia del retiro del CHD proviene de un estudio observacional, comparativo, donde el grupo con infección del túnel y bacteriemia tuvo una tasa de curación de sólo 50% si éste se retiró pero se reinstaló en el mismo sitio con una guía de alambre. En contraste, el grupo en que el CHD fue cambiado de ubicación tuvo una tasa de curación significativamente superior (~70%)9. Los casos con infección del trayecto o túnel pueden tener bacteriemia o fungemia asociada; por ende, se debe obtener hemocultivos en todos estos casos. El tratamiento antimicrobiano debe tener cobertura sobre los probables agentes involucrados (cocáceas grampositivas) y la selección de β-lactámicos o glicopéptidos debe estar supeditada a la epidemiología institucional de resistencia microbiana. Rev Chilena Infectol 2015; 32 (Supl 2): S 91-S 99 Se sugiere el uso inicial de antimicrobianos parenterales hasta haber descartado bacteriemia y haber retirado el CHD. La duración del tratamiento y la vía de administración del fármaco no han sido precisadas para casos sin bacteriemia ni complicaciones. En forma arbitraria, se puede optar por un tratamiento durante siete días post retiro del CHD habiendo descartado infección del torrente sanguíneo, complicaciones y con una buena evolución en el sitio de infección. Manejo de bacteriemias o fungemias asociadas a catéter de hemodiálisis El manejo de este tipo de infecciones involucra tres aspectos: terapia antimicrobiana, búsqueda de complicaciones y manejo del catéter de hemodiálisis. Terapia antimicrobiana La infección del torrente sanguíneo requiere la selección de una terapia empírica basada en datos epidemiológicos, su ajuste con los resultados de los cultivos y discutir su duración. La información disponible sobre los agentes etiológicos en las infecciones del torrente sanguíneo asociadas a CHD es parcial y proveniente sólo de aquellos centros públicos que reportan estos datos al Ministerio de Salud de Chile10. Esta información indica que los agentes predominantes son cocáceas grampositivas (75% de los casos), incluyendo S. aureus, S. epidermidis y S. coagulasa negativa sin tipificación. Los bacilos gramnegativos entéricos (~12%) y los no fermentadores (~12%) le siguen en frecuencia. Las levaduras ocupan entre 1 y 2% de los casos. No se dispone, lamentablemente, de información sobre resistencia antimicrobiana. Ante este vacío, existe un terreno propicio para el uso desmedido de vancomicina lo que favorece la selección de cepas resistentes de S. aureus y Enterococcus spp. Dependiendo de la probabilidad de tratarse de una infección causada por S. aureus o S. epidermidis resistente a meticilina, las alternativas son vancomicina, cefazolina o cloxacilina. En CHD de ubicación femoral o ante la aparición previa de infecciones asociadas a CHD causadas por bacilos gramnegativos, se debe considerar una cobertura adicional sobre bacilos gramnegativos, ya sea con una cefalosporina de tercera o cuarta generación en caso de resistencia a β-lactámicos, u otras alternativas en caso de resistencia a estos compuestos. Las dosis de antimicrobianos se indican en la Tabla 1. Vancomicina, fluconazol y anidulafungina requieren dosis de carga. Cloxacilina no requiere ajuste de dosis, al igual que anidulafungina. Daptomicina y fluconazol deben ser ajustados y administrase una dosis completa post diálisis. Precauciones con el uso de vancomicina Este compuesto es aplicado empíricamente en muchos casos por su espectro sobre bacterias resistentes y comodidad posológica. Sin embargo, hay varios aspectos limitantes en esta selección que deben ser comentados. (Tabla 2). En primer lugar, la eficacia terapéutica de vancomicina depende de que se logren ciertos parámetros farmacocinéticos/farmacodinámicos adecuados. Se recomienda Tabla 1. Esquemas posológicos parenterales de algunos compuestos usados en pacientes con bacteriemia o fungemia en hemodiálisis trisemanal Compuesto Dosis de carga Dosis de mantención Control de concentraciones plasmáticas Vancomicina 20 mg/kg ev Según concentraciones plasmáticas Si, valle. Target: 15-20 µg/mL Cefazolina No 20 mg/kg (~1-2 g) post HD No Cloxacilina No 2-3 g/6 h No Ceftazidima No 2 g post diálisis No Cefepime 1 g día 1 1-2 g post diálisis No Imipenem No 250-500 mg c/12 h No Meropenem No 10-20 mg/kg al día No Amikacina No 7,5 mg/kg post diálisis Si. Target > 10 µg/mL pre diálisis Daptomicina 6 mg/kg ev día 6 mg/kg cada 48 h No Levofloxacina 750 mg 500 mg cada 48 h No Cotrimoxazol No 2,5-10 mg/kg de trimetoprim/día No Fluconazol 800 mg día 1 400 mg post HD No Anidulafungina 200 mg día 1 100 mg/día en días siguientes No Rev Chilena Infectol 2015; 32 (Supl 2): S 91-S 99 www.sochinf.cl S 93 Tabla 2. Factores de importancia en el uso de vancomicina en pacientes con infecciones asociadas a CHD Factor Comentario Dosis de carga Una dosis de carga permite alcanzar dosis apropiadas en las primeras 24 h Medición de concentraciones valle Permite asegurar target terapéutico y minimizar el fracaso CIM Existen valores que indican mayor riesgo de fracaso terapéutico o de mortalidad. Se debe conocer la CIM del aislado de S. aureus y de otras especies estafilocóccicas para un manejo apropiado Susceptibilidad a cloxacilina La selección de vancomicina en estos pacientes es inapropiada (salvo alergia) debido a una mayor mortalidad comparativa respecto a β-lactámicos en estudios caso-control, existencia cepas tolerantes al glicopéptido (~20%), menor difusión a tejidos y una tasa bactericida más lenta una dosis de carga de 20 mg/kg en pacientes en HD para optimizar su efecto bactericida en las primeras 24 h11. En segundo lugar, se deben medir concentraciones plasmáticas valle aproximadamente a los 5 días de la primera dosis para asegurar que el target (concentración deseable) sea apropiado (15-20 µg/mL). Lograr esta cifra es fundamental ya que la tasa de fracaso terapéutico aumenta progresivamente cuando las concentraciones se alejan de este umbral12. Debido a que dosis de 1 g semanal de vancomicina IV se asocian a una gran dispersión en sus concentraciones plasmáticas valle a los 7 días, no se recomienda usar dosis a intervalos tan altos13. La medición de concentraciones valle a los 5 días es sólo una aproximación, que puede ser acortada en casos de pacientes edematosos o con aumento del tercer espacio o función renal residual. A pesar de los problemas de acceso a la determinación de concentraciones plasmáticas de vancomicina, no es posible plantear el manejo de estos casos sin este estándar de cuidado. Luego de cada cambio de dosificación, las concentraciones deben medirse antes de la siguiente dosis planificada. Vancomicina no es una opción terapéutica adecuada si la CIM de S. aureus a vancomicina es ≥ 2 µg/mL ya que en estos casos, aumenta el riesgo de muerte. Además, para aislados con una CIM ≥ 1,5 µg/mL a vancomicina hubo una mayor tasa de fracaso clínico, lo que también limita la aplicación de este compuesto14. Todos estos antecedentes indican que se debe disponer de la CIM de S. aureus u otras especies del género Staphylococcus para el manejo de las infecciones con vancomicina. Las razones de este fracaso probablemente residen en la menor penetración del fármaco a tejidos por su gran peso molecular, por la existencia de cepas tolerantes a vancomicina (efecto bacteriostático en lugar de bactericida) y por su lento efecto bactericida. Otro aspecto limitante en la selección de vancomicina S 94 www.sochinf.cl es su mayor mortalidad en pacientes tratados por este compuesto respecto a β-lactámicos en estudios casocontrol, cuando esta cepa es susceptible a cloxacilina. La mortalidad aumenta al doble si se selecciona este glicopéptido en lugar de cefazolina o cloxacilina, lo que obedece probablemente a las razones comentadas en el párrafo precedente15. En pacientes cuya infección sea causada por Staphylococcus spp con CIM ≥ 2 µg/mL para vancomicina se debe seleccionar otro compuesto, idealmente activo sobre la biopelícula, como lo es daptomicina. Linezolid puede ser una opción pero por su acción bacteriostática está contraindicado en casos de endocarditis infecciosa. Otros compuestos Cefazolina: Dosis de 20 mg/kg post diálisis de cefazolina se han asociado a una buena eficacia terapéutica en pacientes en HD trisemanal16. El manejo de infecciones por levaduras se debe efectuar con fluconazol o anidulafungina, siendo este último compuesto de primera elección debido a su mayor eficacia clínica y además por su espectro sobre especies de Candida no albicans como C. krusei cuya susceptibilidad a fluconazol es escasa, (resistencia natural en 100% de las cepas) o C. glabrata (30% de susceptibilidad en aislados nacionales)17,18. Búsqueda de complicaciones Los pacientes con bacteriemia o fungemia asociada a CHD tienen riesgo de desarrollar endocarditis infecciosa, espondilodiscitis, endoftalmitis y otras infecciones metastásicas. Para algunos agentes como S. epidermidis o bacilos gramnegativos entéricos o no fermentadores, este riesgo es menor pero no ausente. Estas complicaciones deben ser buscadas clínicamente a través de la detección de soplos cardíacos, dolor axial, articular o abdominal o alteraciones visuales y mediante el estudio de imágenes, si la sospecha se establece. En el caso de bacteriemias por S. aureus se recomienda, en todos los casos, la realización de una ecocardiografía trans-esofágica por su alta sensibilidad para detectar vegataciones, abscesos, perforaciones o nuevas insuficiencias valvulares y que supera el rendimiento de la ecocardiografía trans-torácica19,20. Manejo del catéter de hemodiálisis El manejo de una bacteriemia/fungemia asociada a un CHD debe enfrentarse a dos problemas: el de la infección y el del catéter. Como cuerpo extraño, el mantener un catéter in situ encierra el riesgo de fracaso del tratamiento o la recaída de la infección debido a la incapacidad de remover la biopelícula. Por ello, existe acuerdo de que los catéteres deben idealmente siempre ser removidos y de no ser así, al menos hacerlo en caso de infecciones graves o de falta de respuesta al tratamiento. Rev Chilena Infectol 2015; 32 (Supl 2): S 91-S 99 En la actualidad existen tres estrategias para el manejo de las bacteriemias por catéter de HD y que corresponden a: • Retiro del catéter con re-instalación en otro sitio. • Cambio del catéter con guía de alambre en el mismo sitio (técnica de Seldinger), y • Conservación del catéter con lock-therapy (solución con antimicrobianos dejada en el lumen por varias horas, denominada también sello con antimicrobianos). En caso de bacteriemias, todas estas opciones se acompañan de terapia antimicrobiana endovenosa. No existe la opción de tratar episodios de bacteriemia por CHD con retención del catéter pero sin aplicar sello con antimicrobianos. Salvo una experiencia con alcohol en sellado antimicrobiano, ninguna de estas opciones de manejo ha sido validada en ensayos controlados sino que a través de experiencias en diferentes centros y, por lo tanto, la selección de una u otra modalidad va a depender de la gravedad del paciente, de la existencia de un capital vascular de reserva, de la respuesta al tratamiento, del agente involucrado, recaídas, complicaciones asociadas y preferencias locales. En términos globales, se reconoce que algunos pacientes pueden beneficiarse de la retención del catéter o recambio por técnica de Seldinger, especialmente si el cuadro es el primer evento, es de carácter leve, no hay complicaciones asociadas ni infección del túnel, la respuesta es apropiada en los primeros días y el agente es de baja virulencia. En contraste, la remoción del catéter no es negociable en cuadros graves, con complicaciones metastásicas asociadas o la respuesta inicial no es adecuada. A continuación, se revisa la evidencia para cada una de las estrategias posibles en presencia de bacteriemia: retención del CHD sin sellado antimicrobiano, recambio del CHD con guía de alambre y retención del CHD con sellado antimicrobiano. Experiencias con retención del catéter sin uso de lock therapy en pacientes con bacteriemia En una experiencia publicada sin uso de sellado antimicrobiano, cerca de 75% de los casos de bacteriemia asociados a catéter tunelizado pudieron ser considerados para mantener el acceso debido a la ausencia de un cuadro grave o falla terapéutica inicial. De ellos, dos tercios pudieron ser retenidos sin recambio pero con una significativa tasa de recaída de bacteriemia que alcanzó a 33% en los meses siguientes y una mayor tasa de recaída en tratamientos sucesivos21. En otra serie publicada, la tasa de recurrencia o muerte por sepsis fue significativamente superior en el grupo tratado con retención del catéter respecto a otras modalidades como cambio con técnica Rev Chilena Infectol 2015; 32 (Supl 2): S 91-S 99 de Seldinger, reemplazo o uso de un acceso vascular alternativo como fístula o prótesis vascular22. Finalmente, en una tercera experiencia, la tasa de éxito fue de sólo 37% en retención con terapia sistémica sin acciones directas sobre el CHD23. Estos resultados indican que la mantención del CHD ante un evento de bacteriemia es posible pero asociada a una alta tasa de recaída o riesgo de muerte, lo que cuestiona esta opción como una estrategia preferente en todos los casos y que el retiro o recambio del catéter debe ser parte del manejo de ellos. No se plantea actualmente, el tratamiento de una bacteriemia sin alguna acción asociada sobre el CHD. Experiencias con recambio del catéter con guía de alambre sin sellado antimicrobiano En un estudio que incorporó acciones sobre el dispositivo médico, se aplicaron tres estrategias para el manejo de bacteriemias por catéter de hemodiálisis. Todos los grupos fueron tratados con antimicrobianos endovenosos durante tres semanas. El primer grupo, sin signos locales de infección en el puerto de entrada o en el túnel y con síntomas leves, fue manejado con retiro del catéter y reinstalación de uno nuevo con técnica de Seldinger. El segundo grupo, asociado a infección del sitio de entrada o del túnel y síntomas leves, fue manejado con remoción del catéter y reinstalación de uno nuevo bajo guía de alambre pero con la creación de un nuevo túnel. Finalmente, el tercer grupo, caracterizado por la presencia de síntomas graves, fue manejado con tratamiento antimicrobiano, remoción de catéter luego de la disminución de la fiebre, uso de un catéter transitorio para HD y reinstalación de un nuevo catéter en otro sitio. Cómo síntomas graves se consideraron en este trabajo, calofríos, fiebre alta (no precisada), hipotensión arterial, náuseas, vómitos o confusión mental9. La evaluación de curación fue efectuada mediante erradicación microbiológica y ausencia de síntomas de recaída durante 45 días de seguimiento. La tasa de curación en el primer grupo (cambio por guía en pacientes sin signos locales de infección) fue de 69,4%, la del segundo grupo (cambio con guía en presencia de infección local) fue de 50%, una cifra significativamente inferior, y la del tercer grupo (síntomas o signos de gravedad con reemplazo del catéter) fue de 73%, valor no inferior al del primer grupo9. En otra experiencia comparativa, las tasas de curación fueron similares para aquellos pacientes manejados con bacteriemia con reemplazo del catéter por Seldinger, respecto al grupo con remoción del catéter, excluyendo eso sí del reemplazo por técnica de Seldinger a los pacientes más graves24. Series de casos de pacientes seleccionados manejados con reemplazo del catéter por técnica de Seldinger informan de porcentajes de éxito cercanos a 80%25. Estos datos sugieren que las tasas de curación son www.sochinf.cl S 95 razonables al cambiar el catéter con guía de alambre si hay bacteriemia sin síntomas o signos locales de infección y que la remoción del catéter en pacientes con un cuadro grave permite tasas razonables de curación. También indican que el recambio del catéter con guía de alambre cuando existe infección local, a pesar de que no existan elementos de gravedad, tiene un mayor porcentaje de fracaso. Experiencias con sellado antimicrobiano en pacientes con bacteriemia El uso de una solución de antimicrobianos en el lumen del catéter entre infusiones (sellado antimicrobiano) en altas concentraciones, permite un efecto bactericida local y una erradicación potencial del agente productor de bacteriemia y de esta manera evita el retiro del catéter. Como no hay exposición sistémica a esta terapia local, siempre deben ser usados en conjunto con terapia parenteral. En una serie con 46 episodios de bacteriemia por CHD sin infección local ni criterios de gravedad, la tasa de éxito terapéutico fue de 59% con sellado antimicrobiano por dos a tres semanas, asociada a terapia parenteral y similar para casos provocados por bacilos gramnegativos o cocáceas grampositivas. No obstante, el catéter debió ser removido en todos los casos de infección por S. aureus o P. aeruginosa26. En otra serie de 47 eventos, la respuesta fue exitosa en 70% de los casos tratados con sellado antimicrobiano27. En este trabajo se demuestra además, que la tasa de respuesta es alta para infecciones por bacilos gramnegativos (87%), razonable para S. epidermidis (75%) y sub-óptima para S. aureus (40%), siendo las diferencias significativas. Se dispone también de los resultados de otro estudio no comparativo con una población mixta de pacientes, algunos de ellos con catéter tunelizado28. La tasa de curación global fue de 82% y según tipo de microorganismo fue de 78% para cocáceas grampositivas, 92% para bacilos gramnegativos y de 88% en infecciones polimicrobianas. Los fracasos se asociaron especialmente a infecciones por S. aureus. En una experiencia nacional, 8 de 9 pacientes con bacteriemia por Stenotrophomonas maltophilia tuvieron una respuesta apropiada con sellado antimicrobiano (Briones E, y cols. Bacteriemia por Stenotrophomonas maltophilia en hemodiálisis: ¿Es imprescindible el retiro del acceso vascular? XXIX Congreso conjunto Sociedades Chilenas de Nefrología, Hipertensión y Trasplante. 2012, Pucón, Chile). Un reporte reciente informa de una mayor eficacia con antimicrobianos sistémicos y sellado antimicrobiano con alcohol de 60° respecto al no uso de este compuesto (90,6 versus 56,2% de curación, respectivamente)29. Un defecto de este trabajo es que no incluyó sellado antimicrobiano con algún compuesto antimicrobiano en el grupo control, S 96 www.sochinf.cl lo que exacerba las diferencias en resultados y por ello, el rol del alcohol en sellado antimicrobiano aún requiere de mayores estudios. Recambio de catéter por técnica de Seldinger vs sellado antimicrobiano No hay estudios comparativos randomizados que hayan analizado el éxito terapéutico entre el manejo de un caso de bacteriemia con recambio de catéter versus la retención de él con sellado antimicrobiano. Se dispone de un estudio contra controles históricos que informa de una mayor tasa libre de recurrencias para el grupo tratado con antimicrobianos endovenosos y sellado antimicrobiano respecto al grupo tratado con recambio del catéter (Seldinger) y antimicrobianos parenterales (mediana de sobrevida sin recaída 154 versus 71 días, respectivamente)27. Agentes difíciles de erradicar o de alta virulencia Como se mencionó anteriormente, las tasas de fracaso o recurrencia son elevadas ante infecciones por S. aureus, considerado también un agente de alta virulencia. Hay otros agentes que son difíciles de erradicar y en ellos no se puede aplicar alguna estrategia para conservar el catéter o reemplazarlo por técnica de Seldinger. Estos microorganismos corresponden a Bacillus spp, Mycobacterium spp, Corynebacterium spp, Pseudomonas spp y levaduras30. Bacteriemia con infección del sitio de entrada Existe un reporte de casos bajo esta condición que indica 20% de complicaciones para el grupo con bacteriemia por S. aureus manejado sin retiro del CHD y una mayor sobrevida del CHD en pacientes con bacteriemias por S. epidermidis (0% complicaciones y mayor sobrevida del CHD). Estos resultados indican que en pacientes no graves con infección del sitio de entrada y bacteriemia por S. epidermidis, se podría intentar un manejo conservador para ganar tiempo; a los 6 meses, sólo 20% tenía un CHD funcional o sin recurrencia31. Recomendaciones • No se recomienda el tratamiento antimicrobiano parenteral exclusivo en pacientes con infección del túnel o bacteriemia asociada a catéter debido al fracaso inicial o alta tasa de recurrencia de la infección. • En pacientes seleccionados con bacteriemia asociada al catéter, es decir sin infección local, sin focos metastásicos o endocarditis, sin hipotensión arterial, confusión o un cuadro grave, es posible plantear la retención del catéter con sellado antimicrobiano y antimicrobianos parenterales, ambos por dos a tres semanas, o el recambio de éste por guía de alambre (Seldinger) y terapia antimicrobiana parenteral durante tres semanas. Rev Chilena Infectol 2015; 32 (Supl 2): S 91-S 99 • La respuesta clínica y bacteriológica para estas estrategias debe ser evaluada rigurosamente incluyendo hemocultivos de control. • En caso de retención del dispositivo con sellado antimicrobiano, el catéter debe ser removido si la bacteriemia o sepsis persiste más allá de las 48-72 h y en caso de recaída de la bacteriemia. • No se recomienda el uso de sellado antimicrobiano en caso de infección por S. aureus, levaduras u otros agentes de difícil erradicación por la alta tasa de fracaso clínico y microbiológico. Los microorganismos susceptibles de ser tratados con retención del catéter corresponden a Staphylococcus del grupo coagulasa negativa y enterobacterias. Experiencias locales indican una respuesta favorable en infecciones por S. maltophilia. • El manejo de infección asociada a catéteres venosos centrales convencionales (no tunelizados ni subcutáneos) contempla el retiro de ellos debido a su relativamente fácil retiro y reinstalación en un nuevo sitio. Las recomendaciones entregadas son similares a las conclusiones de una revisión sistemática de reciente aparición32. En la Figura 1 se resumen las recomendaciones de manejo y en la Tabla 3 algunas soluciones usadas en sellado antimicrobiano29,33. Se debe mencionar que algunos compuestos son incompatibles con heparina (quinolonas) o se desconoce si interactúan (anfotericina B) y en algunos casos, éstos sólo son compatibles a bajas concentraciones pero no a altas concentraciones (gentamicina)33. Lugar de manejo del paciente Algunos pacientes seleccionados pueden ser tratados en forma ambulatoria luego del estudio microbiológico inicial. La forma más habitual es la combinación de terapia endovenosa con sellado antimicrobiano, estrategia que permite conservar el catéter en un porcentaje razonable de casos, especialmente si es el primer evento y el agente involucrado es S. epidermidis o una enterobacteria. La existencia de un paciente con fiebre o sospecha de bacteriemia y que presenta compromiso hemodinámico, confusión mental, evidencia de focos metastásicos o tromboflebitis, obliga a su traslado y hospitalización. De la misma manera, la falta de respuesta en las primeras 72 h de iniciado un tratamiento en forma ambulatoria (con hemocultivos tomados) esconde la posibilidad de complicaciones o un agente de difícil tratamiento y también obliga al traslado e ingreso del paciente. Rev Chilena Infectol 2015; 32 (Supl 2): S 91-S 99 Infecciones asociadas a catéter de hemodiálisis Infección aislada del sitio de inserción Infección del túnel Curaciones + antimicrobianos orales o tópicos por 7-10 d Retiro del catéter con reinstalación en otro sitio Antimicrobiano ev Bacteriemia Ausencia de infección local o de focos metastásicos o de cuadro grave Infección local, focos metastásicos, cuadro grave, recaida, S. aureus, agentes de difícil erradicación Tratamiento antimicrobiano ev + sellado antimicrobiano o recambio por técnica de Seldinger Retiro del catéter y reinstalación en otro sitio Figura 1. Tabla 3. Soluciones para terapia mediante sellado antimicrobiano Compuesto Concentración final Heparina Vancomicina 5 mg/mL 3 mg/mL 2 mg/mL 1.000 U/mL 50-100 U/mL 100 U/mL Linezolid 2 mg/mL 10-10.000 U/mL Daptomicina 5 mg/mL 100-10.000 U/mL Gentamicina 5 mg/mL 2 mg/mL 2 mg/mL 1 mg /mL No 5.000 U/mL 20 U/mL 2.500 U/mL Amikacina 10 mg/mL 100 U/mL Levofloxacina 5 mg/mL No Ceftazidima 20 mg/mL 10 mg/mL 2 mg/mL 5.000 U/mL 1.000 U/mL 100 U/mL Piperacilina/tazobactam 10 mg/mL 100 U/mL Ampicilina 10 mg/mL 5.000 U/mL Cefazolina 5-10 mg/mL 2.500-5.000 U/mL Vancomicina + gentamicina 1 mg/mL c/u 2.500 U/mL Cefazolina + gentamicina 1 mg/mL c/u 2.500 U/mL Cotrimoxazol 400/80 mg 2 mL 2 mL Anfotericina en SG 5% 2,5 mg/mL No Alcohol etílico Sol alcohol-etílico 60° 2 mL 1.000 U/mL 1 mL www.sochinf.cl S 97 Resumen Las infecciones asociadas a catéteres de hemodiálisis (CHD) han emergido en Chile debido a la expansión de la población usuaria de catéteres tunelizados. En este documento se presenta una revisión sobre el manejo de estas infecciones y se entregan algunas recomendaciones. La evidencia que la sustenta es observacional y no randomizada. Debido a la presencia de biopelícula asociada a los CHD, el fracaso terapéutico es frecuente en estas infecciones cuando no se remueve el CHD. Para infecciones del sitio de entrada sin bacteriemia asociada, se puede intentar un manejo inicial con terapia tópica o sistémica antimicrobiana. Para infecciones del túnel sin bacteriemia se recomienda la remoción del catéter. Para eventos de bacteriemia graves o asociados a focos Referencias bibliográficas 1.- Sociedad Chilena de Nefrología. Registro de diálisis. XXXIII Cuenta de hemodiálisis crónica (HDC) en Chile. Disponible en: http://www. nefro.cl/phocadownload/registros/hemodialisis/ HDC2013.pdf (consultado el 22 de junio de 2015). 2.- Al-Solaiman Y, Estrada E, Allon M. The spectrum of infections in catheter-dependent hemodialysis patients. 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El tratamiento con vancomicina debe ser guiado por concentraciones plasmáticas valle y no se recomienda su uso ante infecciones estafilocóccicas causadas por aislados susceptibles a meticilina ni ante aislados con una CIM ≥ 1,5 µg/mL para este glicopéptido. 10.- Ministerio de Salud. Informe de vigilancia de infecciones asociadas a la atención de salud 2012. Disponible en: http://web.minsal.cl/sites/ default/files/files/informeinfeccionesChile2012. pdf (consultado el 22 de junio de 2015). 11.- El Nekidy W S, El-Masri M M, Umstead G S, Dehoorne-Smith M. Factors influencing vancomycin loading dose for hospitalized hemodialysis patients: prospective observational cohort study. Can J Hosp Pharm 2012; 65: 436-42. 12.- Kullar R, Davis S L, Levine D P, Ryback M J. Impact of vancomycin exposure on outcomes in patients with methicillin-resistant Staphylococcus aureus bacteremia: Support for consensus guidelines suggested targets. 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