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1982 FUNDACION Dr. J.R. Villavicencio Enfermedades asintomáticas del hígado Dres. Federico Tanno; Hugo Tanno Cátedra de Gastroenterología Facultad de Ciencias Médicas Universidad Nacional de Rosario Rosario. Argenmtina tanno@satlink.com Resumen En las últimas décadas el recurso clínico de técnicas de laboratorio, el uso de marcadores virales e inmunológicos y el desarrollo de métodos por imágenes han permitido detectar enfermedades hepáticas que no expresan síntomas. Las enfermedades asintomáticas del hígado pueden ser divididas en tres grupos: 1)Anomalías anatómicas o humorales: Se entienden como tales aquellas entidades que no constituyen una enfermedad, sino que son simples alteraciones anatómicas o humorales cuyo diagnóstico es un hallazgo que no necesita tratamiento alguno. 2)Enfermedades asintomáticas propiamente dichas: Son aquellas que no expresan síntomas desde su comienzo hasta su curación, siendo su historia natural absolutamente benigna. 3)Enfermedades hepáticas presintomáticas: Son aquellas que durante un largo período de tiempo el paciente no percibe síntomas. En el transcurso del tiempo pueden presentar un curso progresivo, siendo ésta la razón por la cual su diagnóstico es útil al poder implementar la terapéutica oportuna que hace posible modificar su historia natural. Abstract The clinical recourse of laboratory techniques, the use of viral and immunologic markers and the development of imaging techniques has let us detect asymtomatic liver diseases during the last decades. The asymptomatic diseases of the liver may be divided into three groups: 1)Anatomic or humoral anomalies: Entities that do not constitute a disease; they are simple anatomic or humoral alterations that do not require any kind of treatment. 2)Asymptomtic diseases: Symptoms are absent from the begining up to the cure of the disease; its natural history is absolutely benign. 3)Pre symptomatic liver diseases. Those that are asymptomatic during a long period of time; however, they may evidence a progression with the course of time. For this reason the diagnosis is very important so as to establish a timely therapeutic in order to change the natural history of the disease. Key words: asymptomatic diseases of the liver diagnosis Palabras clave: enfermedades asintomáticas del hígado - diagnóstico La OMS define a la enfermedad como la alteración del bienestar físico y/o psico y/o social del individuo. El síntoma es la manifestación subjetiva de lo que se siente o padece. En el iceberg en que se representa a las enfermedades, el nivel del agua marca la percepción del paciente que permite detectar los síntomas que identifican la enfermedad. Así definidas las enfermedades se clasifican en sintomáticas o en asintomáticas por la presencia o no de síntomas. En la práctica clínica individuos con alto nivel de percepción reconocen síntomas que otros pacientes con bajo nivel de percepción no los detectan. Esto explica el por qué pacientes a veces con enfermedades avanzadas no expresan síntomas, siendo ésta la causa de diagnósticos tardíos. La incorporación de test simples de laboratorio que permiten detectar injuria celular (ALAT/ASAT), el uso de la ecografía y la detección de marcadores virales e inmunológicos impactó el conocimiento médico. Este recurso posibilitó el registro de alteraciones anatómicas y humorales que permitieron reconocer enfermedades en ausencia de síntomas, pudiéndose describir así su verdadera historia natural. Con fines esencialmente docentes se podría clasificar a las enfermedades asintomáticas del hígado en tres grupos: 1) Anormalidades anatómicas y humorales 2) Enfermedades asintomáticas propiamente dichas 3) Enfermedades presintomáticas 1) Anormalidades Anatómicas: Durante décadas ni los médicos ni los pacientes concebían a la enfermedad hepática sin síntomas. Por el contrario, se le adjudicaban al hígado síntomas y signos que no respondían a enfermedad hepática alguna. La incorporación en la clínica del concepto de enfermedad asintomática significó un verdadero cambio en la cultura médica. El desarrollo tecnológico motorizó este cambio. Se entienden como tales aquellas entidades que no constituyen una enfermedad, sino que son simples alteraciones anatómicas cuya historia natural es absolutamente benigna y su diagnóstico es usualmente un hallazgo. ANUARIO FUNDACIÓN Dr. J. R. VILLAVICENCIO | 2005 | Nº XIII | 053 - 057 053 Enfermedades asintomáticas del hígado Se consideran las más frecuentes: a) Hígado graso b) Hemangioma c) Quiste seroso d) Hiperplasia nodular focal La anormalidad anatómica debe ser confirmada por un método seguro, ya que el punto crítico es un error diagnóstico. La metodología diagnóstica empleada debe combinar sensibilidad y especificidad con un costo razonable. Esto significa en la medicina actual un desafío al sentido común del médico, ya que buscando la eficiencia con racionalización de los recursos, su confirmación diagnóstica hace que en estos hallazgos, la explicación al paciente sea la mejor terapéutica. a) Hígado graso: La infiltración grasa en el hígado puede ser difusa o focal, cursa con un laboratorio hepático usualmente normal o con una mínima alteración enzimática (ALAT, ASAT, Gamaglutamil) (1). Su diagnóstico se hace por la ecografía y es más frecuente en obesos, diabéticos o dislipidémicos. Se observa en un 10 al 20% de la población general con una benigna historia natural (2). La corrección de los factores de riesgo es la mejor terapéutica. El diagnóstico diferencial es con la hepatitis grasa no alcohólica (NASH), siendo en este caso la biopsia el único método diagnóstico que permite reconocerla (3). b) Hemangioma: Su hallazgo se sospecha por ecografía ya que no presenta alteraciones en las pruebas de función hepática, ante la duda la resonancia magnética constituye el método más seguro para confirmarlo. Su frecuencia es del 4 al 6% en la población general (4). Su historia natural es absolutamente benigna, pudiendo complicarse solamente aquellos mayores de 10 cm (hemangiomas gigantes). El diagnóstico diferencial es con hemangiomas atípicos o complicados, o bien con tumores hipervasculares (5). c) Quiste seroso hepático: Su diagnóstico es también ecográfico presentándose como un quiste sin pared con contenido acuoso, siendo normal el laboratorio hepático. La frecuencia es del 3 al 5% de la población general, pudiendo aumentar con la edad (6). El diagnóstico diferencial es con el quiste hidatídico o bien con tumores quísticos (cistoadenoma) (7). Su confirmación diagnóstica excluye cualquier consideración terapéutica quedando ésta relegada a la complicación de los mismos (ruptura o infección). d) Hiperplasia nodular focal: Se sospecha por la ecografía pero su confirmación requiere otra metodología por imágenes. Usualmente la tomografía con contraste o la resonancia magnética con gadolinio muestran un lleno en fases precoces del estudio con la identificación de una cicatriz central (5). Las pruebas de función hepática son normales. El diagnóstico diferencial más común es con el adenoma o 054 más raramente con el hepatocarcinoma fibrolamelar. La benigna historia natural hace innecesario su tratamiento quirúrgico. Anormalidades Humorales: La más frecuente es la elevación de la bilirrubina no conjugada. Esta condición ocurre en el 3% de la población general y en el 5% de los hombres. Con cierta frecuencia es familiar y su característica clínica es la de una ictericia conjuntival ocasional acompañada de orinas sin coluria (8). El laboratorio y la ecografía son normales. El ayuno aumenta los niveles de bilirrubina siendo en ocasiones utilizado como método diagnóstico, mientras que la realimentación la disminuye. Su fisiopatología se relaciona con un déficit en la captación de la bilirrubina por el hepatocito asociado a un déficit de la enzima gluconiltransferasa. Esta entidad se conoce como Síndrome de Gilbert. Su diagnóstico hace innecesaria la prescripción terapéutica. Es interesante destacar que si uno suma la frecuencia de las anormalidades anatómicas más las humorales arriba descriptas, aproximadamente un 20% de los pacientes que concurren a un consultorio médico pueden presentarlas. Esto pone de relieve la llamativa frecuencia en las que se observan estas anormalidades en la práctica asistencial. 2) Enfermedades asintomáticas propiamente dichas: Este grupo incluye a todas aquellas enfermedades que no expresan síntomas desde su comienzo hasta su curación. Un modelo típico lo representan las hepatitis agudas asintomáticas. La hepatitis A HAV es un buen ejemplo en Argentina, ya que su infección común en el niño, hace que éste no exprese síntomas o si lo hace, éstos son tan inespecíficos que usualmente pasan inadvertidos. Resultante de ello es la alta prevalencia de anticuerpos anti HAV en IgG en la población adulta que no registra antecedentes de hepatitis aguda. La hepatitis B (HBV) asintomática es menos frecuente, sin embargo la presencia de un 10% de anti-core IgG positivo en donantes de sangre sugiere un contacto con el HBV. La tasa de anti-HBs es algo menor (5%) representando la infección asintomática resuelta. La hepatitis C (HCV) en su forma aguda es frecuentemente asintomática. Si bien el 20% de los pacientes la resuelve, el porcentaje restante (80%) evoluciona a la cronicidad. Estas formas agudas que se resuelven pueden detectarse años más tarde como cicatriz serológica al comprobar la existencia de anticuerpos HCV con negatividad de la PCR para el HCV. Otro ejemplo dentro de este grupo lo expresan las drogas que se administran con fines terapéuticos y que producen injuria hepática sin síntomas que revierte al suspender el fármaco. ANUARIO FUNDACIÓN Dr. J. R. VILLAVICENCIO | 2005 | Nº XIII | 053 - 057 1982 FUNDACION Dr. J.R. Villavicencio En la práctica este grupo de enfermedades no tiene relevancia clínica y su conocimiento sirve para conocer mejor el verdadero espectro de la historia natural de cada enfermedad. 3) Enfermedades hepáticas pre-sintomáticas: La mayor parte de las enfermedades hepáticas sintomáticas, durante algún período de tiempo están libres de síntomas. Por tal motivo, sólo haremos referencia a aquellas enfermedades que durante un tiempo prolongado no presentan sintomatología alguna. En el transcurso del mismo pueden presentar un curso progresivo, siendo ésta la razón por la cual su diagnóstico es útil permitiendo implementar la oportuna terapéutica que hacen posible modificar su historia natural. Las enfermedades presintomáticas más comunes son: a) Hepatitis virales crónicas: HBV y HCV b) Hepatitis tóxicas: alcohol o fármacos c) Enfermedades inmunológicas: Hepatitis autoinmune. Cirrosis Biliar d) Enfermedades metabólicas: Hepatitis grasa no alcohólica (NASH). Sobrecarga de hierro e) Tumores: Adenomas. Hepatocarcinoma a) Hepatitis crónicas de origen viral Hepatitis crónica a virus B La infección HBV usualmente es asintomática en la transmisión vertical y en la transmisión horizontal temprana en el niño. En el adulto se expresa en ausencia de síntomas en los inmunodeprimidos y en menos del 5% de los infectados por transmisión horizontal. Su detección se hace al encontrar pacientes con enzimas elevadas o bien por la presencia en suero del antígeno de superficie (HBsAg). En pacientes con hepatitis crónica B es frecuente la ausencia de síntomas detectándose la enfermedad en estadíos avanzados y frecuentemente por descompensación de una cirrosis ya instalada (9). El diagnóstico precoz de las formas crónicas permite un tratamiento oportuno antes de que esta evolucione a la fase cirrótica. Es conocido que el interferón es más efectivo en el tratamiento de la Hepatitis crónica B cuando la infección se produce en la vida adulta, en tiempo reciente y en ausencia de cirrosis. Hepatitis crónica a virus C La Infección HCV es uno de los ejemplos más típicos de enfermedad asintomática, no presentando manifestaciones clínicas en la fase aguda y con una evolución silente en la mayoría de los pacientes. Su diagnóstico se hace por la existencia de transaminasas elevadas o la presencia de un test de Elisa positivo para el anticuerpo HCV. El reconocimiento del enfermo permite la implementación terapéutica que es tanto más efectiva en ausencia de cirrosis. En esta etapa es cuando la enfermedad se hace manifiesta al expresar las complicaciones producidas por la hipertensión portal, por síntomas de insuficiencia hepática o por la frecuente evolución al hepatocarcinoma. Un modelo común de observación clínica en el consultorio médico es el de un paciente, no reconocido como tal, es sometido a un chequeo, en el que se le detectan enzimas hepáticas elevadas (aminotransferasas). La ausencia de síntomas sorprende al paciente pero advierte al médico. La sorpresa del paciente se justifica por no reconocer en su historia evidencia alguna que lo relacione con enfermedad hepática. La alteración del laboratorio hepático advierte al médico a revisar con precisión los antecedentes del paciente, en realizar un prolijo examen físico, solicitando una serie de estudios complementarios para precisar el diagnótico (10). Esta consideración ayuda a ubicarse en las frecuentes alteraciones registradas en estudios clínicos de rutina en pacientes asintomáticos. b) Hepatitis por tóxicos Enfermedad hepática producida por alcohol Es muy frecuente que el daño hepático por alcohol sea asintomático en las fases iniciales del mismo. La hepatitis alcohólica carece a veces de síntomas y la elevación de la ASAT sobre la ALAT es un dato que permite realizar una anamnesis dirigida para orientar el diagnóstico. La macrocitosis y la elevación de la gamaglutamil transpetidasa (ã GT) por inducción enzimática, corrobora la sospecha de daño por alcohol en pacientes que niegan su ingesta. La suspensión del alcohol permite habitualmente revertir el daño en ausencia de cirrosis o llevar esta a una forma quiescente cuando está instalada (11). El recurso de la biopsia no es imprescindible para el diagnóstico, pero a veces es necesaria para precisar el estadío de la enfermedad. De no detectarse la enfermedad hepática por alcohol puede progresar en forma silente y hacer su debut clínico con la descompensación de la enfermedad en fase cirrótica Lesiones por fármacos Numerosos fármacos producen diferentes tipos de injuria hepática, siendo necesario distinguirlos de aquellos cambios producidos como mecanismos de adaptación para la metabolización de la nueva droga. El mecanismo de adaptación se revela por elevaciones enzimáticas leves que luego se normalizan a pesar de continuar con la administración del fármaco (12). Los mecanismos de injuria por drogas son usualmente sintomáticos, sin embargo, hay drogas que producen una injuria persistente y progresiva en forma silente. Los ejemplos más típicos son las lesiones por fibrosis producidas por el uso de la vitamina A en forma prolongada o por la administración del Metrotexato. Otro ejemplo es la lesión ocasionada por la amiodarona que produce una hepatitis crónica con fibrosis, presencia de hialina de Mallory y deterioro progresivo de la función hepática. El conocimiento de la potencial injuria producida por diferentes fármacos permite con su seguimiento y vigilancia suspender su administración ante la sospecha de injuria. ANUARIO FUNDACIÓN Dr. J. R. VILLAVICENCIO | 2005 | Nº XIII | 053 - 057 055 Enfermedades asintomáticas del hígado c) Enfermedades inmunológicas Hepatitis autoinmune Si bien no existen estudios con un número importante de pacientes que lo avalen, del 10 al 15% de las hepatitis autoinmunes pueden no presentar síntomas por tiempo prolongado. La presencia de una hipertransaminasemia, una elevación policlonal de las inmunoglobulinas o bien la detección de anticuerpos circulantes puede inducir su diagnóstico. Estudios recientemente publicados demuestran que los pacientes con formas asintomáticas tienen un laboratorio menos alterado que aquellos que expresan síntomas, sin embargo la lesión hepática es de intensidad semejante en ambos grupos (13). La terapéutica inmunosupresora pareciera tener una respuesta más rápida y efectiva en los pacientes asintomáticos. Su sospecha requiere usualmente de la confirmación histológica, que justifique el uso de drogas inmunosupresoras por tiempo prolongado. Cirrosis Biliar Primaria Sheila Sherlock demostró hace varias décadas que la cirrosis biliar primaria podía ser sospechada por la presencia de fosfatasa alcalina elevada especialmente en mujeres de mediana edad antes que el prurito se manifestara como síntoma precoz. La detección de anticuerpos antimitocondriales es otro dato de laboratorio que sugiere el descartar la enfermedad. La biopsia hepática es el método confirmatorio ante la sospecha de la enfermedad (14). Si bien con los años la sobrevida de los pacientes asintomáticos pareciera ser semejante a la de aquellos pacientes con síntomas, la administración de tratamiento precoz de ácido ursodeoxicólico resulta una propuesta interesante en las formas asintomáticas. Estudios futuros en pacientes asintomáticos con grupo control deberán evaluar la efectividad de esta terapéutica. d) Enfermedades metabólicas Hepatitis grasa no alcohólica (NASH) Esta entidad es tal vez el ejemplo más paradigmático de enfermedad asintomática. Su forma más común de detección está dada por la presencia de una moderada hipertransaminasemia en pacientes con una patente de hígado graso en la ecografía. Esta entidad comparte con el hígado graso simple poblaciones de riesgo común tales como obesidad, diabetes y dislipidemia. La resistencia a la insulina evidenciada por un HOMA elevado contribuye a su identificación. El BMI alto pareciera una variable importante a considerar, ya que se puede sospechar el diagnóstico de NASH en pacientes que no presentan elevación enzimática (15). Su progresión a la cirrosis hace necesario su diagnóstico que solo es factible por biopsia hepática, siendo su histología muy característica (16). En los pacientes con cirrosis instalada puede perderse el patrón histológico típico que la identifica en las etapas iniciales. Su diagnóstico permite tratar los factores de riesgo, el descenso de peso, la corrección de la dislipidemia y el tratamiento de los pacientes con HOMA elevado. Las dieta adecuada y los ejercicios físicos son medidas terapéuticas necesarias a implementar. 056 Enfermedad por sobrecarga de hierro La enfermedad por sobrecarga de hierro puede presentarse en forma completamente asintomática y solamente ser sospechada por una moderada hipertransaminasemia en un paciente con hepatomegalia, o bien en estudios de screening en familiares de enfermos que la padecen. El estudio de la mutación C282 Y en el gene HFE es efectivo en aquellas poblaciones en donde prevalecen esta mutante como marcador de la enfermedad (Norte de Europa), pero es poco efectiva su búsqueda en la Argentina, donde su prevalencia es baja (17). Su sospecha se realiza al encontrarse niveles elevados de ferritina, confirmándose por una alta tasa de saturación de siderofilina (>de 45%). La biopsia hepática es característica y evidencia el estadío. Es útil en casos límite al poder cuantificar el hierro en el espécimen biópsico. Su diagnóstico posibilita el tratamiento ya sea a través de sangrías o bien con el uso de agentes quelantes, pudiendo modificarse la historia natural si el paciente es tratado antes del estadío cirrótico. e)Tumores hepáticos Adenoma El adenoma hepático es usualmente un hallazgo ecográfico, dado que no presenta síntomas salvo cuando se complica y no altera el laboratorio hepático. Su mayor frecuencia se da en la mujer, en especial en aquella que ingiere anticonceptivos, variables que ayudan al diagnóstico diferencial con otras masas ocupantes de espacio en hígado (18). En los estudios por imágenes se observa un lleno precoz con rápido lavado del contraste en la tomografía. Un comportamiento similar lo tiene en la resonancia magnética utilizando el gadolinio como contraste. En los mayores de 3 cm puede evidenciarse por estudios radioisotópicos que utilizan la combinación de tecnecio marcando el sulfuro coloidal que capta el sistema retículoendotelial, marcando a su vez el HIDA que es captado y excretado por la célula hepática. Este estudio permite diferenciarlo de la hiperplasia nodular focal al dar imagen negativa en el sulfuro y positiva con el HIDA. El diagnóstico diferencial debe hacerse con los hepatocarcinomas muy diferenciados y con la variante fibrolamelar. La posibilidad de evolución al hepatocarcinoma plantea su tratamiento quirúrgico. Hepatocarcinoma En la Argentina es infrecuente su hallazgo en hígado sano, siendo común en pacientes cirróticos. El hepatocarcinoma en hígado sano puede verse en pacientes infectados con el HBV, y en poblaciones donde la infección con aflotoxina es importante. En el diagnóstico por imágenes es caracterizado por los estudios vasculares, ya que refuerza en fase arterial (19,20). La tomografía puede mostrar una cápsula que lo caracteriza. En la resonancia magnética se observa una imagen de mayor intensidad en T2. La alfafetoproteína elevada complementa el diagnóstico pero su ANUARIO FUNDACIÓN Dr. J. R. VILLAVICENCIO | 2005 | Nº XIII | 053 - 057 1982 FUNDACION Dr. J.R. Villavicencio sensibilidad es baja en tumores pequeños. El diagnóstico precoz tiene un impacto notable en la solución quirúrgica. El diagnóstico diferencial debe hacerse con el hepatocarcinoma fibrolamelar, con el hemangioendotelioma y con el colangiocarcinoma. De todo lo arriba mencionado, surge la pregunta de cuál es la razón que explique la gran frecuencia de enfermedades hepáticas que no producen síntomas. La respuesta podría encontrarse en la gran reserva de parénquima de este órgano, que le otorga una importante capacidad funcional en exceso de las demandas habituales, sumándose a ello su rápida capacidad de regeneración. Finalmente, es interesante destacar que existen lesiones histológicas en hígado que usualmente no expresan síntomas y el órgano disfunciona tardíamente como son: la infiltración grasa, la fibrosis con su principal consecuencia que es la hipertensión portal y la sobrecarga de hierro. Como resumen se puede concluir que: a) Es necesario distinguir las anormalidades Bibliografía 1- Adams L.A; Lymp J.F; Sauver J. St; Sabnderson S.O; Lindor K.D; Feldstein A. and Angulo P. The natural history of nonalcoholic fatty liver disease: A population-Based Cohort study. Gastroenterology 2005; 129: 113 121. hepáticas y humorales de las enfermedades hepáticas sin síntomas, siendo su frecuencia del 20 al 36% de la población. Éstas no expresan síntomas a lo largo de su historia natural salvo que excepcionalmente se compliquen. b) Hay enfermedades hepáticas de benigna historia natural que no evidencian síntoma alguno. En el caso de las hepatitis virales su diagnóstico es retrospectivo por el hallazgo de anticuerpo. c) Un número importante de enfermedades hepáticas son de inicio asintomáticas (pre-sintomáticas). Este grupo es el que suscita mayor interés en su diagnóstico ya que el mismo tiene usualmente una connotación terapéutica. d) La transaminasas elevadas, los marcadores virales positivos y la ecografía son los métodos diagnósticos más comunes para su detección. e) Las enfermedades asintomáticas del hígado más frecuentes son la infección HCV y el NASH. f) La detección precoz posibilita el recurso terapéutico que puede modificar su historia natural, sin embargo en algunas no está definidamente establecido. 10- Barret; Goh J; Coughlan B; Ryan E; Stewart S; Cockram A; O´Keane J.C. and Crowe J. The natural course of hepatitis C virus infection after 22 years in a unique homogenous cohort: spontaneous viral clearance and chronic HCV infection. 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