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CASO CLÍNICO Lesión digestiva alta grave por ingestión de ácido muriático (ácido clorhídrico) Muñoz M1, Escamilla I1, Fuenteseca M1, López B1, Corrado P1, Calispa G1, Arraigada A1, Mora C2, Squella F3, Maldonado M4, Valdivia E5 RESUMEN ABSTRACT La lesión digestiva aguda por cáusticos es una patología que con cierta frecuencia se observa como motivo de consulta a los servicios de urgencias. Tiene un pronóstico reservado dada la cantidad de complicaciones quirúrgicas, médicas e infecciosas a las que están expuestos estos pacientes. Las secuelas que el paciente debe enfrentar en diferentes etapas de su evolución requieren de cuidados intensivos durante un tiempo prolongado además de muchos controles posteriores al alta para evaluar y tratar problemas de consideración, principalmente estenosis y otras lesiones faringo-esofágicas. Presentamos el caso de un adulto masculino que debido a un síndrome depresivo mayor cursa un intento suicida ingiriendo ácido muriático por boca con severas lesiones digestivas muy poco sintomáticas durante su evolución precoz, pero con un resultado fatal debido a sangrado digestivo agudo masivo. The acute gastrointestinal injury by caustics is a condition that frequently is observed as a cause of consultation to emergency department. These patients have a reserved prognosis given the number of surgical complications, medical and infectious. The aftermath that the patient must face at different stages of their development require intensive care for a long time and post-discharge many patients required assess and treat problems, primarily stenosis and other injuries pharynxesophageal. We report the case of an adult male with depressive syndrome and by suicide attempt with ingesting muriatic acid by mouth, he developed very little injuries digestive during his early trends, but with a fatal outcome due to acute massive gastrointestinal bleeding DESCRIPCIÓN DEL CASO 1 UPC Hospital El Pino, Escuela de Medicina U. Andrés Bello. Cirujano, Profesor de Cirugía, Escuela de Medicina U. Andrés Bello. 3 Gastroenterólogo Endoscopista, Profesor de Medicina de la U. de Chile. 4 Radiólogo, Jefe Servicio de Radiología Hospital El Pino. 5 Enfermera Supervisora UPC - UTI Hospital El Pino. 2 Correspondencia a: Dr. Marco Muñoz Bustos. Avda Padre Hurtado 13560, San Bernardo, Santiago. Fono: 562-3874537. E-mail marcomunoz@vtr.net. 104 REVISTA CHILENA DE MEDICINA INTENSIVA. 2008; VOL 23(2): 104-112 Se trata de un paciente masculino de 53 años sin antecedentes mórbidos, médicos ni quirúrgicos de importancia, sin alergias ni hábitos. Ingresa al Servicio de Urgencias del Hospital El Pino a las 18:00 horas del día 10 de diciembre del año 2007, aquejado de epigastralgia intensa luego de ingerir aproximadamente 200 ml de ácido muriático (HCl: ácido clorhídrico, 1 normal) con intención suicida. Recibe medidas de soporte inicial consistentes en O2, monitorización e hidratación parenteral intravenosa (IV) profusa con solución salina normal una vez que se comprueba estado de vigilia, competencia de vía aérea y hemodinámica estable. Los exámenes iniciales revelan acidosis metabólica, por lo que recibe aporte de bicarbonato sódico IV y complementariamente ranitidina, sucralfato oral y analgesia opioide IV, quedando en urgencias hospitalizado por 24 horas hasta su Lesión digestiva alta grave por ingestión de ácido muriático (ácido clorhídrico) traslado a UTI. La endoscopía digestiva alta realizada 18 horas post ingreso reveló: faringe con edema y lesiones cáusticas, el esófago con daño cáustico progresivo hacia su lumen distal en toda su circunferencia, el estómago con necrosis de la mucosa y píloro permeable, el duodeno con necrosis en el bulbo y ulceraciones en la segunda 1 porción. Se concluye: faringitis, esofagitis, gastritis y duodenitis severa por cáustico (Figuras 1-6). A su llegada a UPC inicia fiebre, la radiografía de tórax no tiene alteraciones (ni neumotórax, ni neumomediastino, ni derrame pleural ni aire subdiafragmático) y el examen físico no revela alteraciones salvo 2 3 4 5 6 Figuras 1 a 6 describen respectivamente: 1) Faringe con edema y lesiones cáusticas, 2 a 4) el esófago con daño cáustico progresivo hacia su lumen distal en toda su circunferencia, 5) el estómago con necrosis de la mucosa y píloro permeable, 6) el duodeno con necrosis en el bulbo y ulceraciones en la segunda porción. Se concluye: Faringitis, esofagitis, gastritis y duodenitis severa por cáustico. REVISTA CHILENA DE MEDICINA INTENSIVA. 2008; VOL 23(2): 104-112 105 M Muñoz y cols sensibilidad epigástrica y distensión abdominal. La evaluación quirúrgica no revela indicación de explorar. La radiografía de abdomen simple es normal y se decide no insertar un tubo gástrico y administrar omeprazol 80 mg IV al día. Inicia terapia sintomática y profiláctica más monitoreo continuo, planificándose el inicio de soporte nutricional intravenoso exclusivo (NPTC) para lo cual se inserta un catéter venoso central sin inconvenientes. A las 72 horas se constata condensación basal izquierda clínica y radiológica, acompañada de derrame pleural y se le indica terapia antibiótica de ceftriaxona y Figura 7. TAC de tórax con contraste IV: Derrame pleural bilateral, condensación basal izquierda y secuelas fibro-retráctiles en el campo pulmonar basal derecho, sin evidencias de mediastinitis. clindamicina más kinesioterapia respiratoria, evolucionando con requerimientos de oxígeno de 1 lt por minuto (cánula nasal). Al noveno día de hospitalización, el paciente se encuentra sin molestias y en buenas condiciones generales, recibe líquido por boca fraccionado a tolerancia además de su NPTC, evolucionando inmediatamente con dolor epigástrico y retroesternal, nuevamente se constata febril, se pancultiva y suspende ingesta oral. Se sospecha mediastinitis y se agrega penicilina sódica IV además de punción de derrame pleural izquierdo que revela exudado no-empiema, la tinción de Gram no reveló gérmenes y el cultivo definitivo fue negativo. Se realiza al décimo día tomografía axial computada de tórax (TAC) y abdomen que informa: derrame pleural bilateral, condensación basal izquierda y secuelas fibroretráctiles en el campo pulmonar basal derecho, sin evidencias de mediastinitis. Los cortes de abdomen revelan anormalidades inespecíficas de la pared gástrica compatibles con inflamación activa y necrosis de la pared al menos de mediana profundidad más distensión notoria de su cavidad sin neumoperitoneo ni colecciones (Figuras 7 y 8). El día once de su hospitalización presenta bruscamente hematemesis masiva, anemia aguda grave y shock secundario a hipovolemia que pese a maniobras de reanimación termina en fallecimiento del paciente. La necropsia reveló ruptura de pared esófago-gástrica con compromiso arterial regional. Los exámenes se muestran en la Tabla 1. LESIÓN AGUDA POR CÁUSTICOS DEL TRACTO DIGESTIVO SUPERIOR Introducción Figura 8. TAC de abdomen sin contraste luminal: de abdomen revelan anormalidades inespecíficas de la pared gástrica compatibles con inflamación activa y necrosis de la pared al menos de mediana profundidad más distensión notoria de su cavidad sin neumoperitoneo ni colecciones. 106 REVISTA CHILENA DE MEDICINA INTENSIVA. 2008; VOL 23(2): 104-112 Las estadísticas extranjeras reportan 5% de mortalidad en pacientes con quemaduras químicas del tracto digestivo superior. Estudios españoles hablan de 180 consultas por 100.000 habitantes por intoxicaciones; y de éstas 14,6% son hospitalarias y corresponden a cáusticos. El 60% de los casos es por ingesta accidental. Debe considerarse que en los niños la ingesta de sustancias químicas es por curiosidad y en los adultos habitualmente es con fines suicidas (voluntarias), en pacientes con patología siquiátrica y más precisamente: depresión mayor. En Chile no encontramos datos exactos y como pudimos apreciar en nuestro caso clínico el curso de un paciente que ha incurrido en esta patología puede ser muy complejo a mediano-largo plazo y no menos frecuentemente fatal1. La ingesta de cáustico se asocia con la palabra “quemadura”, sin embargo esta lesión que afecta a tejidos Lesión digestiva alta grave por ingestión de ácido muriático (ácido clorhídrico) TABLA 1. EVOLUCIÓN DE LOS EXÁMENES DE LABORATORIO Hematocrito (%) Plaquetas (x103 x µl) Leucocitos (x m3) PCR (mg/L) Día 1 Día 2 Día 3 45 600 16000 100 45 36 550 20000 19600 150 200 Día 4 Día 6 Día 7 Día 8 Día 9 Día 10 Día 11 30 29 410 18000 25000 23000 210 180 160 28 450 16000 155 30 14500 126 31 28 20 400 650 18000 19600 16000 108 80 87 146 148 30 Sodio pl (mEq/L) 145 146 148 pH PaCO2 mmHg PaO2 mmHg HCO3 mEq/L EB SaO2 (%) SvcO2 (%) 7,37 41,4 240 23,1 -2 99,7 7,31 30 100 15 -8 99 78 7,32 29 108 18 -4,5 96 78 INR TTPK (seg) 1,6 40 1,5 50 1,5 40 Creatininemia (mg/dl) N. Ureico (mg/dl) Glicemia (mg/dl) 0,8 30 155 0,9 28 1,1 24 Calcemia (mg/dl) Fósfemia (mg/dl) CPK (U/L) CK MB (U/L) Día 5 147 146 145 7,32 31 86 20 -2 96 80 180 9 2 8,6 2,1 500 20 290 puede ser producida por álcalis o ácidos; así tal vez lo correcto sería hablar de intoxicación por cáusticos porque no sólo se produce una reacción y daño a nivel local sino una serie de efectos sistémicos lo que determinará una evaluación y un tratamiento coordinado de los equipos médico y quirúrgico2. Mecanismo de la lesión Un cáustico es toda sustancia que produce destrucción de los tejidos mediante necrosis. Los ácidos cáusticos (pH entre 0 y 2) producen necrosis por coagulación y los álcalis (pH entre 11,5 y 14) se combinan con las proteínas para formar proteinatos y con las grasas para formar jabones. Así, se produce ruptura de las membranas celulares además de una reacción del componente básico –en el caso de álcali– con el colágeno produciendo acortamiento y debilidad de estas fibras. Mucho de este daño se produce en forma rápida a los pocos minutos 146 144 140 7,33 36 89 22 -2 96 76 7,34 42 85 23 -2 95 75 7,38 40 85 20 -3 93 78 1,7 45 2 40 1,6 50 1,9 52 1,2 28 160 1,2 28 1,2 26 140 1,3 30 146 9 3 8,3 2,2 7,8 3 260 posteriores a la exposición siendo el tejido más afectado el del esófago, orofaringe e hipofaringe. El estómago se compromete en 20% de los casos y la lesión tisular inicial predominante es el edema que dura aproximadamente unas 48 horas, a lo cual se forma un tejido de granulación que reemplaza a las áreas de edema. Luego, la profundidad de la lesión determinará la presencia de estenosis, así como la posibilidad de perforación especialmente esofágica3,4. Manifestaciones clínicas Es fundamental la historia, especialmente los antecedentes que se puedan recoger: tipo de agente, tiempo de evolución, concentración de la sustancia y cantidad ingerida. Una vez ingerido el cáustico, debemos considerar tres fases: 1) aguda postingesta, 2) una latente o postinflamatoria (día 7) y 3) una tardía de estenosis o cicatricial. REVISTA CHILENA DE MEDICINA INTENSIVA. 2008; VOL 23(2): 104-112 107 M Muñoz y cols 1) Fase aguda Si la ingesta es accidental y mínima el paciente es generalmente asintomático. Si la ingesta es mayor, habitualmente el dolor es intenso, como quemadura, extendiéndose a boca, laringe y abdomen. Este factor determina menores cantidades de cáusticos ingeridos aunque no siempre es así, sobre todo en pacientes psiquiátricos. Si hay destrucción profunda de estructuras nerviosas el dolor puede ser menos intenso3,4. El dolor puede desencadenar espasmo glótico reflejo, con regurgitación del bolo intrafaríngeo, favoreciendo las quemaduras intraorales, linguales y faciales las que pueden comprometer el tórax por vómitos. El compromiso de epiglotis, cuerdas vocales y tráquea puede causar disfonía, disnea, estridor y babeo. El edema epiglótico o laringeo puede producir asfixia y muerte. El dolor suele migrar en la medida que avanza el tránsito intestinal. Acompañando al dolor podemos evidenciar disfagia sobre todo en las primeras 48 horas lo que favorece la regurgitación y la aspiración de material al árbol tráqueobronquial y neumonía aspirativa4,5. Las náuseas y los vómitos son de aparición temprana, lo que produce reexposición de los tejidos a los cáusticos. Los vómitos pueden terminar siendo hemáticos, debido a las lesiones esófago-gástricas erosivas o ulceradas. No se debe olvidar que podemos encontrar lesiones esofágicas sin lesiones orales en el caso de álcalis. Es frecuente la aparición de un abdomen en tabla, aun sin perforación. Otras complicaciones son: acidosis metabólica, necrosis tubular, falla renal, pancreatitis, hiponatremia, neumonitis química, distrés respiratorio, coagulopatía intravascular, anemia secundaria a la hemorragia digestiva y hemólisis. Si la lesión compromete toda la pared visceral lleva rápidamente a mediastinitis y/o peritonitis química desencadenando shock séptico y falla orgánica múltiple6,7. 2) Fase latente o postinflamatoria El enfermo supera la fase aguda (se habla de 7 días), presentando en menor o mayor grado signos de disfagia y odinofagia, lo que puede favorecer la broncoaspiración tardía secundarias al edema de la mucosa esofágica8. 3) Fase tardía El tiempo puede ser variable, pero encontraremos alteraciones del tránsito intestinal, con estenosis y retracciones en cualquier nivel. Hay mayor riesgo de formación de procesos tumorales, principalmente en esófago y estómago. También se describe la aparición de mucoceles a nivel de esófago. Medidas de urgencia Si dejamos de lado la ingesta accidental en los pacientes pediátricos, el paciente que llega grave por 108 REVISTA CHILENA DE MEDICINA INTENSIVA. 2008; VOL 23(2): 104-112 ingesta de cáustico habitualmente tiene enfermedades mentales, intento suicida o cuadro depresivo, que ingiere una cantidad de 200 cc en promedio. El tiempo transcurrido desde la ingesta, el tipo, cantidad y concentración de la sustancia ingerida serán factores pronósticos en la sobrevida del paciente. Las medidas generales a la llegada del paciente a un servicio de urgencia se pueden enumerar como sigue3: 1. Monitorización continua y adecuada. 2. Realizar evaluación sistemática ABCDE (FCCS). 3. No colocar sonda nasogástrica por el riesgo de provocar más vómitos. 4. No usar carbón activado, ya que no es eficaz en absorber sustancias cáusticas y dificulta la visualización en las endoscopías de control. El tiempo transcurrido entre la ingestión y las primeras medidas influye en el pronóstico. No existe antídoto específico, y la neutralización puede producir daño posterior por reacción exotérmica. El uso de corticoides es controversial y el uso de antibióticos no es necesario en todos los casos9-11. La toma inicial de exámenes debe incluir la medición del pH del líquido ingerido, si es mayor de 12,5 el riesgo de lesiones severas es en extremo alto, además es posible la medición del pH de la saliva que aunque tiene poco valor puede ayudar a confirmar el tipo de ingesta diferenciando ácido de álcali. Un hemograma completo, electrolitos, función renal, gases arteriales y sedimento de orina se deben incluir en los estudios de ingreso. No se debe descartar a priori la posibilidad de ingesta de otros tóxicos como paracetamol, benzodiazepinas o aspirina en cuyo caso solicitar niveles plasmáticos de los fármacos para tomar decisiones y anticipar complicaciones/tratamientos12. En cuanto a las imágenes: una radiografía de tórax es útil ante la sospecha de perforación, la búsqueda de neumomediastino, derrame pleural o neumonitis por aspiración. La radiografía de abdomen debe realizarse para buscar la presencia de neumoperitoneo. No se recomienda inicialmente la realización de una TAC, teniendo en cuenta que el uso de medios de contraste orales no es posible en la fase inicial. Endoscopía La literatura es controversial respecto del momento ideal para la realización de la endoscopía. En un paciente asintomático, con un tiempo de ingesta mayor a 24 horas es discutible la realización de endoscopía. Igualmente es controvertido su uso en quemaduras muy profundas o compromiso circunferencial, el que nunca debe sobrepasarse con el endoscopio. Lo recomendado en este tipo de pacientes es realizar el procedi- Lesión digestiva alta grave por ingestión de ácido muriático (ácido clorhídrico) miento antes de 24 horas (idealmente en las primeras 6 a 12 horas), después de eso la pared se debilita aumentando el riesgo de perforación. Un 50% de los pacientes sometidos al procedimiento no evidencia lesiones endoscópicas13. La obstrucción de la vía aérea superior o signos de perforación, la inestabilidad hemodinámica o el shock y un tiempo de evolución mayor de 48 horas son contraindicaciones claras del procedimiento. De realizarse, la preferencia es una vez alcanzada la estabilización general del paciente en las 24 horas iniciales para luego tener un período sin examen de al menos 5 días. Desde el punto de vista técnico se sugiere pasar el esfínter cricofaríngeo bajo visión directa, avanzar el endoscopio sólo al tener control visual correcto en forma lenta y suave especialmente en áreas con necrosis, insuflando la mínima cantidad de aire y evitando la retroflexión. En general debe revisarse en forma rutinaria el bulbo duodenal y no se justifica el pasar a la segunda porción14-16. (Tabla 2) Las lesiones grado 0 no requieren ningún tratamiento especial, si no hay patología siquiátrica mayor se puede dar de alta luego de 48 horas de observación. Las lesiones grado I no progresan a estenosis, por lo que también tienen una evolución benigna y el tratamiento está enfocado a la fase aguda. Las lesiones grado II pueden estenosarse en 15% a 30% de los pacientes. Más de 90% de las lesiones grado III se estenosarán. Las lesiones circunferenciales son las que darán mayor número de problemas deglutorios17,18. (Tabla 3) Hay que tener en cuenta que la afección gástrica ocurre en 6% a 20% de los casos y las lesiones más importantes se aprecian en la curvatura menor, antro y píloro17,18. TABLA 2. CLASIFICACIÓN ENDOSCOPÍA DE LAS LESIONES POR ÁLCALIS Quemadura grado 0 Quemadura grado I Quemadura grado II Quemadura grado III Quemadura grado IV Examen normal. Edema, hiperemia de mucosa, descamación de mucosa superficial. Hiperemia, formación de lesiones ampollosas, ulceración superficial, exudado fibrinoso. Hiperemia, ulceración profunda, friabilidad, formación de escaras. Lesiones con pérdidas de sustancia. Perforación. TABLA 3. CLASIFICACIÓN ENDOSCOPÍA DE LAS LESIONES POR ÁCIDOS Quemadura grado 0 Quemadura grado I Quemadura grado IIa Quemadura grado IIb Quemadura grado III Examen normal. Edema, hiperemia de mucosa, sin pérdida de tejido. Ulceraciones superficiales, localizadas; friabilidad, formación de ampollas. Hallazgos del grado IIa más ulceraciones circunferenciales. Ulceraciones profundas, múltiples; áreas de necrosis. En este grado es posible encontrar lesiones por contacto de estructuras y órganos vecinos. Tratamiento Dividiremos el tratamiento en función del riesgo inmediato y su pronóstico en tres grupos: 1. Paciente que no precisa hospitalización: Son aquellos que ingirieron una escasa cantidad de cáusticos, sin patología siquiátrica, habitualmente accidental, con signos vitales normales y evolución estable en la sala de urgencias o de observación; con lesiones orales mínimas o ausentes. La endoscopía en las primeras horas muestra un grado 0 ó I. Este paciente puede ser dado de alta con dieta blanda, protector gástrico (ranitidina, omeprazol u otro) y realizarse un control ambulatorio. 2. Paciente que debe ser hospitalizado: En urgencia hay que mantener los signos vitales, pero no se puede actuar sobre la extensión del daño tisular. Se debe mantener la permeabilidad de la vía aérea (intubar o realizar cricostomía/traqueostomía/fibrobroncosco- pía, si es necesario) y reponer el volumen perdido en terceros espacios. El uso de inhibidores de la bomba de protones por vía intravenosa no está claramente soportado por la literatura, pues por un lado disminuyen la producción de ácido –por lo que si la ingesta es un álcali se disminuye la capacidad tampón–, pero por otro lado este fármaco ayuda a la regeneración de la mucosa gástrica. Debe usarse antieméticos de acción central, obviar la vía oral para la administración de cualquier medicamento, no diluir la sustancia cáustica –ya que el agua no reduce el pH adecuadamente y aumenta la temperatura localmente, empeorando la lesión–, y no olvidar el uso de una analgesia intravenosa adecuada (opioides en infusión continua)8. 3. Pacientes que requieren cirugía inmediata: Hay que tener un alto índice de sospecha de este tipo de REVISTA CHILENA DE MEDICINA INTENSIVA. 2008; VOL 23(2): 104-112 109 M Muñoz y cols paciente cuando encontremos en conjunto: ingesta voluntaria, acidosis metabólica precoz (sospechar perforación abdominal) o signos endoscópicos de esofagitis corrosiva grado IV. En estos pacientes se debe evaluar una cirugía precoz. Se recomienda realizar una laparotomía media exploradora, valorando la extensión de las lesiones y si sobrepasan el ángulo de Treitz o no. Si el compromiso es gástrico, total o múltiple, con afección del tercio inferior del esófago, sin lesión microscópica duodenal; se recomienda una esofagogastrectomía total, con el fin de hacer una exclusión esofágica. Por las características del esófago en estas lesiones, se practica una esofagostomía cervical izquierda; de ser requerida la resección esofágica es preferible que sea transhiatal conservando la mayor longitud de esófago remanente posible. Frecuentemente debe hacerse una gastrectomía total (no oncológica) y cierre del muñón duodenal que es preferible que se asocie a una duodenostomía de descarga con sonda Petzer, más una yeyunostomía de alimentación. Esta cirugía requiere dejar drenajes intratorácicos en la cantidad que se considere necesario y habitualmente no menos de dos. Además se debe dejar drenajes intraabdominales alrededor del muñón duodenal. Si la necrosis compromete el duodeno, además de la exclusión esofágica, hay que asociar una duodenopancretectomía cefálica y su correspondiente reconstrucción; lo que significa una gran cirugía, con supervivencia excepcional. Si la necrosis compromete segmentos más distales al ángulo de Treitz, no está indicada la resección8,19-24. La reconstrucción de pacientes resecados se plantea si el paciente está en buenas condiciones por lo menos después de tres meses luego del evento y sólo si se comprueba la integridad de todo el tracto a reconstituir (evaluación de todo la orofaringe, con estudio de deglución incluido). Para la reconstitución, la primera alternativa es el colon izquierdo o derecho a manera de esófago –retroesternal– conservado la yeyunostomía hasta que el paciente se alimente en forma adecuada por boca25-29. Aspectos del soporte nutricional Desde el punto de vista del soporte nutricional de estos pacientes se evidencian dos etapas: la aguda, caracterizada por la incapacidad de alimentarse por vía oral producto de las lesiones inmediatas de cavidad oral, esófago y estómago, así como de sus complicaciones (mediastinitis y/o peritonitis) y la etapa crónica, dependiente de las secuelas estenóticas de esófago y/o estómago. 110 REVISTA CHILENA DE MEDICINA INTENSIVA. 2008; VOL 23(2): 104-112 En la primera, el uso de la vía oral es factible en tanto la gravedad de las lesiones lo permita. Las etapas I y IIa de la Clasificación Endoscópica de Esofagitis Aguda por Cáusticos pueden recibir líquidos en forma progresiva a partir de las 24 a 48 horas, en tanto el dolor y la condición general lo permitan (náuseas, vómitos, capacidad de deglutir saliva, estabilidad hemodinámica, conexión o no a ventilación mecánica). Los enfermos con lesiones IIb y III requieren un monitoreo más estrecho y la realimentación con líquidos a tolerancia estarán sometidos a los condicionantes anteriores a partir de las 24 a 48 horas con el cuidado de detectar evoluciones desfavorables debido a las complicaciones llamadas tardías –principalmente estenios–. Si la tolerancia a consistencias mayores a la líquida es mala, se puede utilizar alimentación por sonda nasoyeyunal en cantidad y tiempo suficiente para los requerimientos del enfermo, dado el tiempo de cicatrización el cual puede tomar hasta 4 semanas. En los casos de perforación (lesiones IV) con o sin complicaciones asociadas está contraindicado el uso de la vía oral y será preferible la nutrición parenteral total (NPT) –en tanto la condición hemodinámica y séptica lo permitan– y se mantendrá mientras no se pueda usar la vía enteral. Si el paciente es sometido a cirugía de urgencia, es factible la realización de esofagostoma cervical y yeyunostomía, a través de esta última se puede realizar nutrición enteral que de ser bien tolerada debe preferirse a la NPT la cual se debiera mantenerse hasta la reconstitución del tránsito intestinal, alrededor de la semana seis en adelante30. Las características de los requerimientos energéticos de este tipo de pacientes en la etapa aguda, suelen ser altos y de un promedio de 2.200 Kcal/día, por cuanto tienen un alto catabolismo proteico y generalmente un balance negativo de nitrógeno agregándose de regla un déficit de zinc, ambas situaciones que deben ser consideradas en el soporte nutricional y en su evolución30. La etapa de cronicidad determinará la condición nutricional ulterior del enfermo, producto de las secuelas estenóticas que serán significativas en tanto no se prevean y manejen adecuadamente las complicaciones locales. Las lesiones IIB y III se asocian a estenosis entre 70% y 100% de los casos, respectivamente. Un adecuado manejo de la estenosis esofágica a través de dilataciones o de la yeyunostomía proximal, pueden permitir una alimentación en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales. La forma de entrega de los productos (diferentes consistencias de alimentos hasta productos de nutrición enteral por sonda o RTH), estará definida por el lumen residual del esófago post dilatación o de la presencia de una yeyunostomía funcional. La decisión de la reconstitución del tránsito intestinal se tomará según la condición nutricional alcanzada además del grado y la forma en que curen las lesiones iniciales30. Lesión digestiva alta grave por ingestión de ácido muriático (ácido clorhídrico) Tratamiento de la estenosis Luego de un mes de evolución todo paciente con ingesta de cáustico y que no precisó tratamiento quirúrgico de urgencia debe ser evaluado con una nueva endoscopia y un tránsito de esófago-estómago-duodeno, valorando la presencia de estenosis secundarias que pueden aparecer hasta 3 meses post ingesta de cáusticos, para lo cual la dilatación endoscópica es la intervención de elección con posibilidad de ser repetida todas las veces que sea necesario para garantizar un lumen adecuado que permita alimentación plena. No se aconseja tratamiento quirúrgico antes del año pues las cicatrices y estenosis persisten. A partir de los 5 años de la ingesta se recomienda seguimiento endoscópico por el riesgo significativo de aparición de lesiones tumorales18,31. Otras complicaciones Otra complicación que puede aparecer a largo plazo son las fístulas esofagotraqueales y que deben ser sospechadas en casos de neumonías a repetición, tos persistente y expectoración con bilis. El diagnóstico se confirma con estudio baritado. El tratamiento directo de la fístula puede provocar mayor daño, debido a la friabilidad y necrosis de los tejidos que impiden colocar parches o colgajos musculares. En estos casos también se recomienda la exclusión esofágica en una primera etapa, incluyendo una traqueotomía32,33. La aparición de hernia hiatal también se describe, incluso varios años después de la ingesta. Al parecer, el REFERENCIAS 1. Watson WA, Litovitz TL, Klein-Schwartz W, et al. 2003 annual report of the American Association of Poison Control Centers Toxic Exposure Surveillance System. Am J Emerg Med 2004; 22: 335-404. 2. René Estay G. Accidental caustic ingestion. Gastr Latinoam 2004; Vol 15, Nº 2: 75-80. 3. E Mencías. Poisoning by caustic substances. 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Aquí no se recomienda la dilatación ya que aumenta el reflujo, el tratamiento es médico con inhibidores de la bomba de protones por vía oral34. Pronóstico La ingesta de cáusticos en adultos se acompaña de una mayor mortalidad, teniendo en cuenta la mayor cuantía de éste y en ocasiones la asociación a otros tóxicos35,36. En el contexto del pronóstico de estas lesiones existen muy pocos estudios, dentro de éstos destaca uno de cohortes con 210 pacientes adultos en el que se evaluó los factores posiblemente asociados a mortalidad posterior a ingesta de cáustico. De la cohorte total: 13 pacientes (6,2%) requirieron cirugía y 25 pacientes (11,9%) finalmente fallecieron. El análisis multivariado identificó los siguientes factores pronósticos de mortalidad37: 1. Edad menores de 10 años (OR 2,4; IC 95 1,4 -4,1) 2. Ingesta de ácidos fuertes (OR 7,9; IC 95 1,8 -35,3) (OR 6,0; IC 95 1,3-28) 3. Leucocitos ≥20.000 mm3 4. Úlceras gástricas profundas (OR 9,7; IC 95 1,4 -66,8) 5. Necrosis gástrica. (OR 21; IC 95 4,7-91,8) La chance de nuestro paciente era a lo menos de 29 a 1 de morir producto de las lesiones asociadas a la ingesta del ácido clorhídrico (necrosis gástrica más ácido fuerte). 8. Manual e la asociación española de cirugía. Capitulo 22. Lesiones por ingesta de cáusticos. Fernández -- Llamazares Rodríguez y F. García Cuyas. 2005. 9. Anderson KD, Rouse TM, Randolph JG. A controlled trial of corticosteroids in children with corrosive injury of the esophagus. N Engl J Med 1990; 323(10): 637-40. 10. Howell JM, Dalsey WC, Hartsell FW, Butzin CA. Steroids for the treatment of corrosive esophageal injury: a statistical analysis of past studies. Am J Emerg Med 1992; 10(5): 421-30. 11. Fulton JA, Hoffman RS. Steroids in second degree caustic burns of the esophagus: a systematic pooled analysis of fifty years of human data: 1956-2006. Clin Toxicol (Phila) 2007; 45(4): 402-8. 12. Gunnarsson M. Local corticosteroid treatment of caustic injuries of the esophagus. 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