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Momento de decisiones
El Oso y El Panda
El diálogo que se presenta a continuación manifiesta el conflicto entre
madre e hija como consecuencia de la decisión de la niña de no continuar con
tratamientos médicos invasivos para prolongar su vida. Luego de realizarle
estudios de alta complejidad, los médicos aconsejaron la realización de terapias
basadas en tecnologías de última generación, que implican múltiples efectos en la
paciente para contrarrestar el avance de la enfermedad.
Las dos posturas que se debaten en el diálogo representan, por un lado, la
defensa de la autonomía del paciente para decidir sobre su salud, y, por otro lado,
la aplicación del principio de beneficencia como valor fundamental.
Hija:- Mamá, he decidido rechazar las indicaciones médicas y no realizar ningún
tratamiento.
Madre:- Eso dices por miedo a sufrir, no lo estás pensando bien. El doctor propuso
la quimioterapia como la respuesta más eficaz para curarte. Él es guardián de tu
salud y sus decisiones son las más adecuadas.
Hija:-¿Y ese tratamiento es seguro? ¿Me voy a curar totalmente sin sufrir? ¿Quién
lo afirma?
Madre:- El médico es quien tiene la experiencia terapéutica y está absolutamente
dedicado a hacer todo lo posible para beneficiarte. En cambio, dada tu delicada
situación, no puedes tomar decisiones razonables.
Hija:- Estás equivocada, soy capaz de comprender todo lo que está pasando. La
enfermedad no me impide pensar, entender y tomar decisiones sobre mi vida.
Madre:- La realidad es que por tu edad no eres independiente y tu padre y yo
debemos hacer elecciones e, incluso, somos responsables legales de tu bienestar,
y es imperativo para nosotros actuar correctamente. Todos los padres obrarían de
la misma forma.
Hija:- Esa postura es muy egoísta, no respeta mi autonomía, mi derecho a elegir
basado en valores y creencias. No tiene en cuenta mis preferencias ni la
normativa legal, que adopta la llamada muerte digna. El congreso argentino
sancionó el proyecto que permite a pacientes terminales rechazar terapias para
mantenerlos con vida. También pueden declinar medidas de soporte vital cuando
haya pocas perspectivas de mejoría.
Tienes que comprender que tu visión sobre la muerte no es la mía. En realidad,
creo que muchos viven su vida como si estuvieran muertos.
La muerte está presente siempre en niños y ancianos, madres e hijos, ricos y
pobres, en médicos y pacientes, en todos los lugares del mundo. Es como dijo el
filósofo Nietzsche, “la muerte y la soledad de la muerte son las únicas certezas
comunes a todos. ¡Cuán extraño es que esa única certeza, esa única comunión
sea casi incapaz de influir sobre los hombres y que tan lejos estén de sentir esa
fraternidad en la muerte! Advierto con placer que los hombres se resisten en
absoluto a concebir la idea de la muerte y desearía contribuir a hacerles más
digna cien veces de ser meditada la idea de la vida”1.
Madre:-Esa visión es muy negativa. Con los avances científicos y tecnológicos que
existen hoy, ¿por qué rendirse ante la muerte? Siento que sería una gran
irresponsabilidad darte el derecho de morir cuando tuviste los medios técnicos
para vivir. Sólo los animales se resignan ante su situación, sólo ellos se dejan
morir cuando no encuentran lo que necesitan. El hombre, en cambio, en su afán
de perdurar reacciona ante su situación con todos los medios técnicos disponibles.
“Vivir, perdurar, [es] la necesidad de las necesidades”2.
1
Nietzsche, Friedrich: La gaya ciencia, Editores Mexicanos Unidos, S.A., México, 2003; p. 205 y
206.
2
Ortega y Gasset, José: Meditaciones de la técnica, Revista de Occidente, Madrid, p. 18.
Hija:- En definitiva, ¿crees que la tecnología nos ayuda a vivir mejor? ¿A vivir
dignamente? Si la posibilidad de vivir dignamente no existe para mí, ¿no tengo
derecho a morir dignamente? En realidad, no renuncio a vivir, sino que hago uso
de mi derecho a elegir lo que considero mejor para mí en esta circunstancia.
¿Cuál sería el sentido de sostener una vida artificialmente si ya no tiene valor para
el que sufre? Que la técnica prolongue la vida no significa que la haga mejor. Es
necesario preservar la dignidad en el momento de la muerte.
Madre:- Hija no sé qué responderte.
Una madre que deja morir a su hija, ¿acaso crees que no va a ser juzgada? Si no
usamos todos los conocimientos, los recursos, las técnicas para salvarte, ¿cuál es
el sentido de la tecnología?
Hija:- El sentido de la tecnología lo otorga cada sujeto, de acuerdo a su
circunstancia. En definitiva, la técnica nos ayuda cuando nos hace libres y
autónomos. “Podemos usar los objetos técnicos, servirnos de ellos de forma
apropiada, pero manteniéndonos a la vez tan libres de ellos que en todo momento
podamos desembarazarnos (loslassen) de ellos. Podemos usar los objetos tal
como deben ser aceptados. Pero podemos, al mismo tiempo, dejar que estos
objetos descansen en sí, como algo que en lo más íntimo y propio de nosotros
mismos no nos concierne. Podemos decir «sí» al inevitable uso de los objetos
técnicos y podemos a la vez decirles «no» en la medida en que rehusamos que
nos requieran de modo tan exclusivo, que dobleguen, confundan y, finalmente,
devasten nuestra esencia”3. Mi decisión es decirles no y quiero que sea respetada.
Madre:- Son dos formas diferentes de pensar y sentir y no es cuestión de razones
y verdades. Es la vida misma que nos llama a tomar decisiones.
3
Heidegger, Martin: Serenidad, versión de Yves Zimmerman, Ediciones del Serbal, Barcelona, 2002.
p. 28.
Bibliografía:

Heidegger, Martin: Serenidad, versión de Yves Zimmerman, Ediciones del
Serbal, Barcelona, 2002.

Luna y Salles: Bioética: nuevas reflexiones sobre debates clásicos, FCE,
México, 2008.

MALIANDI, R.; THÜER, O.: Teoría y Praxis de los principios bioéticos. Ed.
UNLa., Buenos Aires, 2008.

Nietzsche, Friedrich: La gaya ciencia, Editores Mexicanos Unidos, S.A.,
México, 2003.

Ortega y Gasset, José: Meditaciones de la técnica, Revista de Occidente,
Madrid.