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REVISTA DE Patología Respiratoria Volumen 17 • Suplemento 1 • Abril 2014 Mesa de pediatría: Terapias respiratorias domiciliarias en Pediatría Aerosolterapia G. García Hernández Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. Rev Patol Respir. 2014; 17(Supl.1): S60-S61 Se denomina aerosolterapia al tratamiento basado en la administración de aerosoles. Este término se aplica a la suspensión, relativamente estable, de sólidos o líquidos en un medio gaseoso (aire, oxígeno etc.). La terapia de aerosol utiliza inhaladores y nebulizadores. Ambos generan partículas que pueden ser inhaladas, sólidas en el primer caso y líquidas en el segundo. El éxito de la aerosolterapia depende de varios factores. En primer lugar, de su capacidad para llegar a las vías aéreas más periféricas. Los aerosoles penetran hasta diferentes lugares de la vía aérea y, aunque las sustancias nebulizadas alcanzan concentraciones mayores que cuando se utiliza la vía sistémica, solo un 10-20% de la dosis administrada se deposita periféricamente en el pulmón. Además, a la hora de prescribir una terapia con aerosoles habrá que tener en cuenta las características físicas de las formulaciones a utilizar, el sistema de generación de aerosol utilizado, el estado clínico y la edad del paciente. El tamaño de las partículas de aerosol generadas es el determinante principal de su depósito pulmonar. Solo las partículas con un diámetro aerodinámico de masa mediana (mass median aerodynamic diameter, MMAD) de entre 1 y 5 µm se depositan periféricamente, mientras que las de tamaño superior impactan en la orofaringe y las vías aéreas centrales. Las más pequeñas (< 0,5 µm) son exhaladas. También influyen, en el depósito de las partículas, factores relacionados con su velocidad, la duración del tiempo inspiratorio y la formulación de la solución a nebulizar. Los sistemas de nebulización se componen de las siguientes piezas: un dispositivo que proporciona la energía necesaria para generar el aerosol, el nebulizador propiamente dicho, donde se introduce el líquido a nebulizar, y las piezas necesarias para que éste llegue al paciente (pieza bucal, mascarilla facial, mascarilla traqueal, etc.) Dependiendo del generador de energía empleado para hacer funcionar al nebulizador, se distinguen tres tipos de dispositivos: ultrasónico, tipo jet (neumático o de chorro de aire) y de malla. S60 Nebulizadores ultrasónicos Su funcionamiento se basa en el efecto piezoeléctrico: a un cristal de cuarzo se le aplica una corriente eléctrica de alta frecuencia, lo que da lugar a una vibración que se transmite a un medio líquido y éste la transmite a la sustancia que va a ser nebulizada. Una vez producido, el aerosol es arrastrado por un flujo de oxígeno o de aire hacia el paciente. Estos aparatos producen partículas monodispersas, de un tamaño entre 0,5 y 6 µm (>70% menores de 5 µm) con flujos que varían entre 1 y 6 L/min y tiempo de nebulización de entre 1 y 30 minutos. Son capaces de nebulizar grandes volúmenes de líquido. Existen modelos de tamaño y peso reducidos que facilitan su transporte. Se pueden utilizar para la nebulización de β-adrenérgicos y suero salino, pero no para corticoides, antibióticos o DNasa. Nebulizadores tipo jet, neumáticos o de chorro de aire Como fuente de energía emplean un compresor mecánico de aire, o un gas comprimido (aire u oxígeno). Su funcionamiento se basa en el principio de Bernouille (la presión lateral de un fluido disminuye a medida que aumenta su velocidad) y el efecto Venturi (como acelerador y succionador). Producen partículas heterodispersas. Las partículas grandes impactan con pantallas, una o varias, colocadas estratégicamente, y precipitan de nuevo hacia la cámara de bebulización, mientras que las partículas más pequeñas son conducidas hasta el paciente. Cuanto mayor sea el flujo, al que se ha generado el aerosol, menor será el tiempo de nebulización y el tamaño de las partículas, siendo mayor el depósito pulmonar. Según su actuación durante las fases de la respiración, se distinguen varios tipos de nebulizadores jet. Los más corrientes son los de débito continuo, pero también existen nebulizadores con efecto Venturi activo durante la inspiración y los dosímetros. Con los nebulizadores de débito continuo Revista de Patología Respiratoria Vol. 17 Supl. 1 - Abril 2014 solo se aprovecha la fase inspiratoria, por lo que se pierde el 30-40% de líquido que nebulizan. Los que poseen efecto Venturi activo durante la inspiración, además del aumento de líquido nebulizado en esta fase, suelen ir acompañados de válvulas que cierran la cámara de nebulización durante la espiración, evitando que se pierda el líquido nebulizado. Los dosímetros liberan el aerosol dependiendo del patrón respiratorio del paciente y solo lo hacen durante la fase inspiratoria o una fracción de ésta, siendo los de mejor rendimiento para administrar fármacos. El compresor eléctrico, capaz de succionar aire del ambiente, es la forma habitual de utilización en domicilio. Dependiendo de la potencia de su motor, serán capaces de producir flujos más o menos altos, dividiéndose en compresores de bajo flujo (flujo dinámico 6-8 L/min, presión máxima 0,5 bar ± 0,5) y compresores de alto flujo (flujo dinámico >8 L/min, presión máxima 1,4 bar ± 0,5). Estos últimos son preferibles para administrar corticoides y antibióticos, siendo más recomendables los que van acoplados a nebulizadores que generen más de un 70% de partículas de 1-5 µm. Nebulizadores de malla En estos dispositivos el aerosol se genera al pasar el líquido por una malla. Al no necesitar un compresor, resultan menos pesados y ruidosos que los de tipo jet. Se distinguen dos tipos: los de malla estática y los de malla vibradora. En los primeros se aplica una presión al líquido que se va a nebulizar, de tal manera que este pase por los agujeros de la malla. En los segundos el líquido pasa a través de la malla gracias a la vibración de ésta. Algunos aparatos disponen de un sistema de dosificación para nebulizar solo durante la Revista de Patología Respiratoria Vol. 17 Supl. 1 - Abril 2014 fase inspiratoria y según el patrón respiratorio del paciente. También están equipados con sistemas de verificación del cumplimiento terapéutico. Generan más de un 70% de partículas de 1-5 µm. La eficacia de los nebulizadores de malla es superior al resto: permiten que el depósito pulmonar del fármaco nebulizado sea mayor, son más rápidos y transportables (pueden funcionar con pilas o batería) y ayudan así a mejorar el cumplimiento terapéutico. Están indicados en pacientes con fibrosis quística y/o bronquiectasias que precisen tratamientos prolongados (más de 6 meses) especialmente con antibióticos inhalados. En conclusión, la terapia en aerosol está indicada para la administración de algunos fármacos en ciertas patologías respiratorias. El médico prescriptor debe conocer estas indicaciones y prescribir el dispositivo adecuado. También debe proporcionar al paciente las instrucciones pertinentes para asegurar su utilización y limpieza correctas, así como vigilar el cumplimiento terapéutico. Bibliografía 1. Boe J, Dennis JH, O’Driscoll BR, et al. European Respiratory Society Guidelines Task Force on the use of nebulizers. 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