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TRABAJO FIN DE GRADO Título Adherencia al tratamiento y complicaciones en pacientes con enfermedades psiquiátricas Autor/es Izaskun Gallego Sola Director/es Lucía Antón Vicente Facultad Escuela Universitaria de Enfermería Titulación Grado en Enfermería Departamento Curso Académico 2014-2015 Adherencia al tratamiento y complicaciones en pacientes con enfermedades psiquiátricas, trabajo fin de grado de Izaskun Gallego Sola, dirigido por Lucía Antón Vicente (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los titulares del copyright. © © El autor Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2015 publicaciones.unirioja.es E-mail: publicaciones@unirioja.es Universidad de La Rioja Escuela de Enfermería Adherencia al tratamiento y complicaciones en pacientes con enfermedades psiquiátricas Izaskun Gallego Sola TRABAJO FIN DE GRADO Tutora: Lucía Antón Vicente Logroño, 30 de Junio de 2015 Curso académico 2014-2015 Convocatoria de defensa: Julio 2015 RESUMEN La falta de adherencia terapéutica es un problema de Salud Pública de gran importancia en la actualidad, especialmente en pacientes con enfermedades psiquiátricas, ya que se produce con más frecuencia en personas con este tipo de trastornos que en otras patologías crónicas. Esto se debe principalmente a la falta de conciencia de la enfermedad, los efectos adversos de la medicación y una deficiente alianza terapéutica. La enfermería juega un papel fundamental en desarrollar estrategias de intervención para mejorar la adherencia y evitar recaídas, hospitalizaciones más frecuentes, disminuir el riesgo de suicidio o el incremento de los costes sanitarios, que constituyen las principales consecuencias del incumplimiento. Para lograr que el paciente psiquiátrico comprenda la importancia del tratamiento, se llevan a cabo programas de psicoeducación o intervenciones como el seguimiento telefónico, las visitas domiciliarias o la administración de antipsicóticos depot. Palabras clave: adherencia al tratamiento, intervenciones de enfermería, trastorno mental, factores de abandono. ABSTRACT Nowadays, the lack of adherence to treatment is an important Public Health problem, especially in psychiatric patients, because it is produced with more frequency in individuals with this kind of disorders than in other chronic pathologies. It is mainly due to the lack of awareness of the mental illness, the side effects of the medication and a poor therapeutic alliance. Nursing plays an essential role developing intervention strategies to improve adherence and avoid relapses or frequent hospitalizations, reduce suicide risks and health costs, which constitute the main consequences of treatment dropout. The way to make a psychiatric patient comprehend the importance of the treatment is to carry out psychoeducation programs or telephone-based monitoring strategies, home visiting or depot antipsychotic administration. Key Words: adherence to treatment, nursing interventions, mental disorder, dropout factors. 1 1. INTRODUCCIÓN Los trastornos mentales representan aproximadamente el 12% del total de la carga global de las enfermedades y se estima que esta carga se incrementará en las próximas décadas. Este problema es de gran magnitud debido a la incidencia tan negativa que los problemas psíquicos tienen sobre la salud física, el sufrimiento personal que siempre acompaña a los trastornos psíquicos y la carga y sufrimiento familiar añadidos que acompañan a la aparición de la enfermedad mental. Las enfermedades mentales adquieren una mayor dimensión debido a que provocan discapacidades prolongadas, ya que el impacto de los trastornos mentales es mayor en adultos jóvenes, el sector más productivo de la población (1). Los costes económicos y sociales de los trastornos mentales recaen en la sociedad, los gobiernos, los pacientes, sus cuidadores y familias. Los indicadores que provocan unos costes más elevados son el incumplimiento del tratamiento y la cronicidad del proceso de enfermedad, y en menor grado la asistencia médica y los costes indirectos. Desde la perspectiva de la persona y la familia, el concepto de costes personales es difícil de cuantificar. Sin embargo, la calidad de vida, la evolución de la enfermedad y el pronóstico, están muy vinculados al cumplimiento del tratamiento farmacológico. Sin embargo, el 41% de los países no tiene definida una política de salud mental y el 28% no dispone de un presupuesto independiente para salud mental (entre los países que lo tienen, el 36% destina a esta área menos del 1% de su presupuesto total de salud) (2). 2 Durante las últimas décadas han surgido avances en el conocimiento, tratamiento y atención de las personas con trastornos mentales y se dispone de psicofármacos más efectivos para un amplio rango de trastornos mentales. Además, se ha demostrado la efectividad de ciertas intervenciones psicológicas y psicosociales en la recuperación rápida y sostenida en el tiempo y de trastornos mentales frecuentes. La falta de adherencia terapéutica en los trastornos mentales graves, junto con la falta de conciencia de enfermedad, sigue siendo uno de los mayores retos de la psiquiatría actual. Estas condiciones repercuten en la relación médicopaciente, en la dinámica del entorno asistencial, y aún más en la calidad de vida del paciente y de su familia, empeorando el pronóstico de la enfermedad. Estudiar los motivos fundamentales por los que las personas con trastornos mentales no se adhieren al tratamiento, permite el diseño y la implantación de programas de intervención dirigidos a ayudar a estos pacientes y reducir el número de recaídas y reingresos, mejorando el pronóstico de la enfermedad y reduciendo los costes. Lograr la adherencia del paciente al tratamiento terapéutico, le permite no sólo el alivio de los síntomas y la disminución de los efectos secundarios, sino que le proporciona calidad de vida, habilidad para el cuidado personal, uso del tiempo libre, regreso o ingreso a un rol económicamente productivo y una mejor relación con la familia. Así mismo, disminuye las recaídas y evita nuevas hospitalizaciones. Las personas con trastornos mentales se enfrentan a la estigmatización y discriminación en todas las partes del mundo. Se manifiesta en forma de prejuicios, estereotipos, miedo, vergüenza, pánico, rechazo o evitándolos. Se han violado los derechos humanos básicos y las libertades de las personas que 3 padecen trastornos mentales, y se les han negado derechos civiles, políticos, económicos y sociales, tanto en las instituciones como en la comunidad. Ellas se enfrentan al rechazo, la negación injusta de oportunidades laborales y la discriminación al acceso de servicios, seguridad social y vivienda (3). La información equívoca sobre los trastornos mentales, no hacen más que perpetuar el estigma y la discriminación. A partir de la década de los años 50, se produjo un cambio progresivo de la política sanitaria hacia los enfermos mentales, apareciendo por primera vez en psiquiatría, un interés por la calidad de vida y por la evaluación de la misma. Esto ha supuesto un incremento de la conciencia sobre la necesidad de proteger los derechos humanos de las personas con trastornos mentales tanto en los dispositivos asistenciales como en la comunidad. JUSTIFICACION La falta de adherencia y las complicaciones a las que da lugar el tratamiento en pacientes con enfermedades psiquiátricas es en la actualidad un problema de Salud Pública de alta prevalencia. Esto se debe a que existen 450 millones de personas en el mundo que sufren algún tipo de trastorno mental y un 25% de la población que lo sufrirá a lo largo de su vida. Además, los trastornos mentales constituyen las principales causas de discapacidad mundial, la cual aumenta los costes económicos sanitarios, sociales y familiares. Hoy en día, un alto porcentaje de personas presenta una patología mental grave, y se ha detectado que el abandono terapéutico se produce con más frecuencia de la deseada en este tipo de pacientes en comparación con otras enfermedades crónicas. Este abandono del tratamiento supone grandes consecuencias negativas clínicas y mayores costes tanto asistenciales como económicos. De ahí la importancia de analizar los factores predisponentes de incumplir el tratamiento psiquiátrico para evitar las posibles complicaciones derivadas de ello. 4 Los pacientes psiquiátricos y sus familiares deben ser conscientes de la importancia del cumplimiento terapéutico, ya que la falta de conciencia de enfermedad empeora en gran medida la calidad de vida del paciente y de los que le rodean. Además, la falta de adherencia al tratamiento acarrea otras consecuencias graves como un incremento en el número de ingresos hospitalarios, recaídas, un aumento de la tasa de suicidios, un alto grado de deterioro y un empeoramiento de la evolución general del estado de salud y del pronóstico de la enfermedad. Cabe destacar la implicación de la enfermería en el seguimiento y control de las enfermedades mentales, y en la intervención para mejorar la adherencia terapéutica mediante estrategias y psicoeducación para así reducir el número de recaídas y reingresos, mejorando el pronóstico de la enfermedad. La relación paciente-enfermera compone un sistema interpersonal muy importante en el tratamiento de la enfermedad y en la adherencia al tratamiento, ya que la enfermera tiene un papel fundamental en el control de la toma de la medicación tanto en atención primaria como en hospitalización. Además, está comprobado que una buena alianza terapéutica mejora la actitud del paciente ante el cumplimiento terapéutico. 5 2. OBJETIVOS Objetivo principal Describir la importancia del papel de la enfermería en el logro de una buena adherencia al tratamiento en pacientes psiquiátricos. Objetivos específicos Analizar los factores relacionados con el incumplimiento terapéutico. Estudiar el porcentaje de abandono del tratamiento en pacientes con enfermedades psiquiátricas. Identificar las complicaciones derivadas de la falta de adherencia al tratamiento psiquiátrico y las repercusiones que éstos tienen en el ámbito sanitario y en la sociedad. Proponer estrategias de intervención para mejorar la adherencia al tratamiento y prevenir y reducir las recaídas en este tipo de pacientes. 6 3. METODOLOGÍA Se trata de un trabajo descriptivo dentro de la modalidad que se considera una profundización en el área de la enfermería de salud mental. Para llevar a cabo este trabajo, se ha realizado una revisión bibliográfica a través de diferentes bases de datos. Se han seleccionado estudios en inglés y en español, publicados en revistas científicas de psiquiatría y de enfermería, y documentos publicados por sociedades, agencias gubernamentales y otras entidades científicas que proporcionan aspectos relacionados con la adherencia al tratamiento y la enfermería en salud mental. También se ha recopilado información de libros disponibles en la biblioteca de la Universidad de La Rioja y buscadores de Internet académicos, seleccionando las referencias acordes con el objetivo que se quiere lograr. Se han seleccionado los artículos más actualizados, sobre todo en lo referente a estrategias de intervención. En cuanto a las Guías de Práctica Clínica, se han incluido las últimas versiones de las mismas de determinadas comunidades autónomas. Para llevar a cabo la búsqueda bibliográfica se han utilizado los siguientes términos en inglés: “Nursing; adherence; treatment; mental; health; strategies; factor; compliance; reahabilitation; nurse; disorder; consecuences; suicide; medication; dropout; schizophrenia; bipolar; depression”, usando diferentes sinónimos y realizando diferentes combinaciones entre ellos. En español: “Enfermería; adherencia; tratamiento; salud; mental; estrategias; factor; cumplimiento; rehabilitación; enfermera; trastorno; consecuencias; suicidio; medicación; abandono; esquizofrenia; bipolar; depresión”. 7 Los booleanos utilizados para combinar los términos y llevar a cabo la búsqueda ampliándola o reduciéndola, han sido: AND, NOT, OR. Los recursos donde se ha utilizado la estrategia de búsqueda anteriormente detallada son las siguientes: - Bases de datos: PubMed, Medline Plus, The Cochrane Library, Eselvier, Scielo, Cuiden, LILIACS, Dialnet. - Revistas electrónicas: Metas de enfermería, AEN, Presencia, Enfermería Global, Revista de psiquiatría y salud mental. Al principio, se llevaron a cabo búsquedas generales en cada una de las bases de datos sin establecer ningún tipo de filtro, y después se fueron combinando términos e introduciendo filtros con el fin de afinar más las búsquedas. Criterios de inclusión y exclusión Los criterios de inclusión tenidos en cuenta para la elaboración del trabajo, han sido los siguientes: - Se incluyen artículos originales, revisiones bibliográficas, tesis doctorales, revistas electrónicas, manuales y guías de práctica clínica, a partir del año 2000, escritos tanto en inglés como en español. - Se incluyen personas adultas, independientemente del sexo, que sufran algún tipo de trastorno mental grave; en especial, esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión. 8 Los criterios de exclusión tenidos en cuenta para la elaboración del trabajo, han sido los siguientes: - Se excluyen los artículos anteriores al año 2000, escritos en otro idioma diferente al español o al inglés. - Se excluyen aquellas personas menores de 18 años. - Se excluyen a quienes padezcan algún tipo de trastorno mental leve, o que no requiera tratamiento específico o cuya patología no se caracterice por bajas tasas de abandono del tratamiento. 9 4. DESARROLLO 4.1. Características de los trastornos mentales La enfermedad mental es una alteración de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, considerado como anormal con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo. Se encuentra alterado el razonamiento, el comportamiento, la facultad de reconocer la realidad o de adaptarse a las condiciones de la vida, y causan malestar o una deficiencia funcional. Los trastornos mentales suelen provocar aislamiento social, inactividad, abulia, desorden del ritmo de vida, y en algunos casos pueden aparecer comportamientos violentos e intentos suicidas. Además, la enfermedad mental afecta a los procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc. Un individuo que sufre una patología mental no es consciente de sus propias aptitudes, ni puede afrontar las presiones normales de la vida, ni trabajar de forma productiva y es incapaz de hacer una contribución a su comunidad. En este sentido, la salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de un individuo y una comunidad (3). Además, constituye el indicador principal de la calidad de vida de las personas y su entorno. La pérdida de la salud mental conlleva una serie de consecuencias negativas, principalmente una mayor carga personal, clínica, familiar, social, profesional, laboral y económica. Aunque no se conocen exactamente las causas de muchos trastornos mentales, dependen de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales, como sucesos estresantes, problemas familiares, enfermedades cerebrales, trastornos hereditarios o genéticos. 10 Los trastornos mentales abarcan entre otras, las siguientes enfermedades: Trastornos de ansiedad, que incluyen trastornos de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés post-traumático y fobias Trastornos del estado de ánimo, incluyendo trastorno bipolar y depresivo. Trastornos de la personalidad Trastornos psicóticos, como la esquizofrenia Figura 1. Adultos que sufren una determinada enfermedad mental en un año dado (en millones) Fuente: elaboración propia a partir de: National Institute of Mental Health, 2008. Los trastornos psicóticos son trastornos mentales graves que causan ideas y percepciones anormales. Las personas con psicosis pierden el contacto con la realidad. Dos de los síntomas principales son delirios y alucinaciones. 11 La esquizofrenia es un tipo de trastorno psicótico, cuyos síntomas característicos incluyen: ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado, comportamiento catatónico o gravemente desorganizado y síntomas negativos como aplanamiento afectivo, alogia, abulia o anhedonia. Además produce una disfunción laboral, interpersonal, social, académica, y profesional. El trastorno bipolar es una enfermedad que implica un trastorno del estado de ánimo. Cursa con ciclos de episodios depresivos caracterizados por tristeza y desesperanza, y episodios maníacos en los que predomina la euforia, aumento de la autoestima, disminución de la necesidad de dormir, lenguaje verborreico, fuga de ideas, distraibilidad, aumento de las actividades intencionadas o agitación psicomotora e implicación excesiva en actividades placenteras (4). El trastorno bipolar causa alteraciones en las relaciones personales, bajo rendimiento académico o laboral y en ocasiones, pueden aparecer conductas suicidas. La depresión es una de las enfermedades mentales más comunes en el mundo. La característica esencial de un episodio depresivo es un período durante el que hay un estado de ánimo deprimido o una pérdida de interés o de placer en casi todas las actividades. Las personas que sufren una depresión suelen tener alterado el apetito, dificultades para dormir, pérdida de energía, sentimientos de desvalorización e ideas de muerte o suicidio. 4.2. Adherencia al tratamiento La Organización Mundial de la salud define la adherencia a un tratamiento como el cumplimiento del mismo; es decir, tomar la medicación de acuerdo con la dosificación y el programa prescrito; y la persistencia, tomar la medicación a lo largo del tiempo del tratamiento indicado. 12 Además, la OMS añade que la adherencia hace también referencia al grado en que la conducta de una persona se corresponde con las recomendaciones del profesional de la salud que ha aceptado; incluyendo la toma de la medicación prescrita, acudir a las citas previstas con el personal sanitario, desarrollar conductas de salud, evitar conductas de riesgo y realizar adecuadamente el régimen terapéutico. La adherencia al tratamiento se ha situado como un problema de salud pública y, como subraya la OMS, las intervenciones para eliminar las barreras a la adherencia terapéutica deben convertirse en un componente central de los esfuerzos para mejorar la salud de la población y para lo cual se precisa un enfoque multidisciplinar (5). Buchanan (1992) divide la adherencia terapéutica en una variable categórica ordenada en: adherencia de menos del 25% de las prescripciones o bajo cumplimiento, entre el 25% y el 75% y mayor al 75% o buen cumplimiento (6). Figura 2. El cumplimiento de la medicación. Fuente: Revista española de sanidad penitenciaria, 2005. 13 Por su parte Gaebel (1997) diferencia varios tipos de no cumplimiento, incluyendo: � Rechazo al tratamiento: en este caso el paciente no quiere ni siquiera iniciar un tratamiento, rechazando todo tipo de indicación o ayuda por parte del profesional. El rechazo aparece normalmente por una negación de la enfermedad por parte del paciente. Hay autores que no consideran el rechazo al tratamiento como abandono terapéutico, ya que ni siquiera se ha comenzado la terapia. � Discontinuidad de la terapia: la terminación prematura o discontinuidad consiste en la interrupción del tratamiento por parte del paciente sin acordarlo con el profesional responsable o en contra del consejo del mismo, y es una consecuencia del pensamiento del paciente acerca de la falta de necesidad de continuar con el tratamiento. El periodo de tiempo para considerar que alguien ha abandonado el tratamiento es de seis meses desde que se perdió la última cita. � Irregularidades en el tratamiento: hay pacientes que no cumplen con las advertencias clínicas tal y como han sido prescritas, cometiendo errores en la toma de la medicación o en el cumplimiento de las prescripciones terapéuticas. Estas irregularidades ocurren normalmente como resultado de la complejidad del régimen o la falta de interés de la persona que recibe el tratamiento. El cumplimiento caprichoso es un tipo de irregularidad en la que el paciente toma la medicación según se encuentre en un día particular o en un momento determinado. 14 La mala adherencia puede ser absoluta (negligencia completa de las indicaciones dictadas por su médico), parcial selectiva (el paciente rechaza un determinado tipo de tratamiento pero no otro), intermitente (con vacaciones de tratamiento) o tardía (el paciente sigue las prescripciones tras sufrir varias recaídas) (7). La falta de adherencia disminuye la eficacia del medicamento y puede provocar la aparición de efectos secundarios, empeorando la calidad de vida del afectado. El paciente debe involucrarse en su enfermedad y tomar parte en las decisiones que se adopten. Gracias a los avances científicos y a la tecnología, ha sido posible la creación de nuevos tratamientos farmacológicos más específicos a cada patología que posibilitan la mejora de las prescripciones médicas cada día. Esto significa un incremento en la efectividad de los tratamientos, que influye directamente en la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, para ello es necesario un correcto cumplimiento de las recomendaciones y en la mayoría de los casos de los pacientes con trastornos mentales no es así. 4.2.1. Tasa de incumplimiento del tratamiento en pacientes con enfermedades psiquiátricas Se ha estimado que el 20-50% de cualquier población de pacientes crónicos es no cumplidor, al menos parcialmente, y que en pacientes con esquizofrenia y trastornos psicóticos relacionados las tasas pueden alcanzar cifras tan elevadas como el 70-80% (Breen y Thornhill, 1998). Los pacientes con enfermedades psiquiátricas suelen tener grandes dificultades para cumplir las pautas posológicas, pero al mismo tiempo son los que presentan un mayor potencial para obtener grandes beneficios en la evolución de su enfermedad asociados a una buena adherencia terapéutica. La falta de 15 adherencia en este tipo de pacientes supone un problema de Salud Pública en la actualidad, debido a la alta prevalencia de las enfermedades mentales y a los costes que suponen. En 1998, Delaney consideró que el incumplimiento en medicaciones psicotrópicas era la razón primaria de las recidivas y que esto contribuía al síndrome de puerta giratoria (que entran y salen permanentemente de los hospitales) en pacientes esquizofrénicos (8). En el reciente estudio de Ensayos Clínicos con Antipsicóticos sobre Efectividad en la Intervención (CATIE), el 74% de los enfermos interrumpieron sus tratamientos antes de los 18 meses y el 40 % lo hizo por decisión propia (9). Datos de noviembre de 2005 del Ministerio de Sanidad de Barcelona refieren que únicamente entre un 4% y un 12% de pacientes diagnosticados mentalmente siguen en forma rigurosa el tratamiento. El porcentaje de abandonos es más alto en los primeros meses de tratamiento o tras recibir el alta hospitalaria, lo que se traduce en recaídas y nuevos episodios de la enfermedad que pueden incluso revestir mayor gravedad. Este índice de no cumplimiento va decreciendo con el tiempo, por lo que al año de tratamiento los pacientes que lo interrumpen no sobrepasan el 15%. Cramer y Rosenheck (1998) en un análisis de los estudios publicados sobre incumplimiento hasta 1998 encuentran cifras de no adherencia, que van del 24 al 90% para personas que toman antipsicóticos, del 40 al 90% para personas que toman antidepresivos y del 60 al 92% en tratamientos crónicos por enfermedades físicas (10). 16 En el caso de pacientes esquizofrénicos, entre un 25% y un 50% incumplen el tratamiento, y entre un 30% y un 60% abandonan el tratamiento en el primer año. 8 de cada 10 pacientes presenta una recaída de la enfermedad entre los 6 meses y 2 años tras abandonar la medicación antipsicótica. La falta de adherencia a la medicación en los pacientes con trastorno bipolar se estima alrededor del 41% y J. Scott señala también que un tercio de los pacientes muestra un cumplimiento inferior al 30% y más de la mitad interrumpen su tratamiento sin indicación de su psiquiatra, siendo el abandono de la medicación la causa más común de recaída y multiplicándose por cuatro el riesgo de ingreso. Además, los datos indican una relación entre la falta de adherencia y el aumento de riesgo de conducta suicida en estos pacientes (11). La adherencia promedio en el tratamiento farmacológico de la depresión está entre un 40-60%. Aproximadamente un tercio de los pacientes que inician tratamiento antidepresivo, lo han dejado antes de los tres meses (12). En los Trastornos de ansiedad las cifras de no adherencia publicadas alcanzan el 57%. Aunque exista la extendida creencia de que el litio es uno de los fármacos que más se abandona, sus tasas de incumplimiento son inferiores a las de otros fármacos psicotrópicos de amplia prescripción como los antidepresivos tricíclicos (13). El Proyecto ADHES, es una iniciativa que surgió en el 2003 en la que trabajan más de 450 psiquiatras con el fin de evaluar y mejorar uno de los mayores retos de la psiquiatría actual: la adherencia terapéutica. Para ello han desarrollado distintas actividades orientadas tanto al propio colectivo de psiquiatras como a los familiares y personas con enfermedades mentales graves. 17 4.3. Factores que influyen en la adherencia Para tener una visión completa del fenómeno de abandono es necesario conocer tanto los factores implicados como las consecuencias de la interrupción de la terapia. Debido a la complejidad de estos tratamientos y, sobre todo, la dificultad que implica integrarlos en los hábitos de vida diarios de estos pacientes, coincide en que la aceptación del mismo es el que va a determinar en gran manera el grado de cumplimiento. La baja adherencia guarda estrecha relación con la aceptación, los conocimientos sobre la enfermedad y la medicación y con la facilidad con la que el tratamiento encaje en el estilo de vida y hábitos del paciente (14). Para diseñar intervenciones efectivas dirigidas a mejorar la adherencia, hay que identificar primero qué factores contribuyen a causarla. Muchos estudios han intentado identificar predictores de no adherencia (9). Existen diferentes causas y factores relacionados con el incumplimiento de la prescripción. Sin embargo, los factores más investigados y con mayor incidencia que predicen en cierto modo la mala adherencia terapéutica son las creencias y actitudes que tienen los sujetos sobre su enfermedad y tratamiento, las cuales explican hasta un 20% de la varianza de la adherencia en pacientes con enfermedades crónicas. Pero también existen otros factores que influyen en la adherencia al tratamiento y que no están directamente relacionados a variables cognitivas. 18 Los factores asociados al incumplimiento son múltiples y se pueden dividir en cuatro categorías principales: factores relacionados con el paciente, relacionados con la enfermedad, relacionados con la medicación y relacionados con el entorno del paciente (la familia y la comunidad, y el vínculo con el médico y el sistema sanitario). Esta división es muy útil para detectar las causas potenciales del incumplimiento. Por otra parte, el incumplimiento surge de la interacción entre varios factores. 4.3.1. Factores relacionados con el paciente Existe una relación obvia entre la conciencia de la enfermedad y el cumplimiento. La escasa conciencia de la enfermedad es entendida más como un síntoma del propio trastorno que como una “negación” de la enfermedad por parte del paciente; esta escasa conciencia implica una mala adherencia al tratamiento ya que es difícil que alguien que piense que no está enfermo tome medicación. Otros factores relacionados con la mala adherencia del tratamiento incluyen la dificultad para entender las pautas del médico, las bajas expectativas de mejora, la escasa implicación en la toma de decisiones sobre su salud y la inconsciencia del riesgo que representa para su salud el abandono de la terapia. Repercuten en la adherencia tanto la personalidad del paciente, su necesidad de dependencia, como su capacidad de soportar la ansiedad que genera el propio tratamiento. Los efectos secundarios, los sentimientos negativos hacia el control del estado de ánimo o la nostalgia de las fases de euforia son algunos de los síntomas que refieren los pacientes bipolares como justificación de su abandono al tratamiento. Por consiguiente, es probable que los pacientes más propensos a sufrir episodios maníacos sean los peores cumplidores. Tanto los pacientes bipolares cumplidores como los incumplidores coinciden en considerar el miedo a la 19 depresión, más que el miedo a la manía, como la principal razón para el mantenimiento del tratamiento (13). En 1997, William y Belsse citaron otras causas: sentimientos de desesperanza, desacuerdo con el plan de tratamiento, que los síntomas no son vividos por el paciente de forma disfuncional, rechazo al tratamiento por miedo, rechazo por el riesgo de reducir la autoestima. Otros aspectos que deben considerarse son: la negación de la enfermedad, la dificultad para comprender el tratamiento por analfabetismo, la voluntariedad hacia el tratamiento, las deficiencias sensoriales, las creencias, la personalidad del paciente, la necesidad de dependencia, la capacidad de soportar la ansiedad que genera el propio tratamiento (15). Sin embargo, los potenciales efectos del litio sobre la personalidad, como la reducción de la sociabilidad, la vivacidad o la actividad, pueden ser relevantes para el cumplimiento. La motivación del paciente se ha relacionado con experiencias previas con la medicación, necesidad y eficacia percibida de la medicación y la gravedad de los síntomas psiquiátricos. El no estar convencido de que la toma del tratamiento prevendrá las recaídas es un claro factor de riesgo. En cambio, un buen grado de insight y una actitud positiva aumentarán el cumplimiento. El abuso comórbido o la dependencia de sustancias parecen tener un impacto significativo en la adherencia en todos los grupos diagnósticos. 20 Variables sociodemográficas tales como edad, género, estado civil, raza y nivel de educación han demostrado tener una mayor consistencia en la relación con la no adherencia en pacientes con trastornos afectivos que entre pacientes con otros trastornos psiquiátricos (10). La edad es un factor de incumplimiento, edades más avanzadas (60 años o más) se asociaron a un buen cumplimiento, mientras que se observa un mayor riesgo o negativa a tomar el fármaco con mayor frecuencia en grupos más jóvenes (1825 años). Los pacientes varones tratados de forma ambulatoria abandonan su tratamiento con más frecuencia que las mujeres. Los individuos casados o aquellos que viven acompañados presentan una mejor adherencia. Los pacientes que no poseen estudios o que se encuentren en el paro, abandonan su tratamiento con mayor frecuencia que aquellos que tienen estudios, independientemente del nivel educativo alcanzado o trabajo. También se ha demostrado que los pacientes con antecedentes psiquiátricos cumplen mejor el tratamiento que aquellos que no los tienen (6). También se han documentado las resistencias de los adolescentes hacia la medicación psiquiátrica. El 58% de adolescentes diagnosticados de depresión unipolar o bipolar y esquizofrenia estaban en desacuerdo con la necesidad de tomar la medicación que les había sido prescrita. 21 En un orden práctico, aspectos como ingresos económicos, hogar estable, transporte, servicio telefónico, accesibilidad y disponibilidad de los servicios de salud mental (por ejemplo, tiempo de espera para la consulta del profesional) pueden influir en una mejor adherencia. La estabilidad en las condiciones de vida del paciente, la calidad de su apoyo social y aquellas personas que supervisan la toma del tratamiento son también muy importantes en el cumplimiento. En los pacientes con trastornos afectivos, las creencias familiares acerca de la enfermedad del paciente y/o sus creencias acerca del rol de la medicación pueden jugar un papel significativo en la adherencia del paciente (10). 4.3.2. Factores relacionados con la enfermedad Esto podría explicarse por las características propias de la enfermedad (anhedonia, alteración de la memoria, sentimientos de desesperanza), y por el significado que le da el paciente a su trastorno en relación a la causa de su dolencia, a la gravedad de los síntomas y a la forma de resolverla o tratarla (15). Los pacientes con rasgos paranoides e incluso psicóticos también son un grupo típicamente no cumplidor. Otro factor relevante a tener en cuenta es la mejoría de la patología que da lugar al incumplimiento, puesto que es posible que la recaída no aparezca hasta meses después de interrumpir el tratamiento (13). Algunos pacientes no quieren tomar el tratamiento porque tienen la creencia de que deberían ser capaces de sobreponerse sin ayuda. La gravedad de la enfermedad, la sintomatología, el grado de incapacitación, la duración, los antecedentes personales y familiares, otras patologías comórbidas y las hospitalizaciones previas también influyen en el cumplimiento terapéutico (16). 22 El consumo de sustancias es otro factor relacionado con el incumplimiento. Las personas con un trastorno bipolar y un trastorno relacionado con sustancias constituyen un importante subgrupo de pacientes con una tasa especialmente elevada de incumplimiento de la medicación. También se han descrito casos de autoadministración de más medicación de la prescrita justificada por los pacientes por la impaciencia por mejorar o la intención de intoxicarse. Finalmente, las alteraciones cognoscitivas y los déficits neuropsicológicos también pueden estar relacionados con el cumplimiento (13). 4.3.3. Factores relacionados con la medicación Las razones más habituales para discontinuar un tratamiento incluyen los efectos secundarios, la baja necesidad percibida del tratamiento, sentirse mejor y no percibir la eficacia del mismo. Cuanto mayor es el número y la intensidad de los efectos adversos que se presenten con el medicamento peor será el cumplimiento. En una revisión en adultos depresivos se observó que presentar uno o más efectos adversos muy inconfortables aumenta al doble el riesgo de abandonar el tratamiento. Entre estos efectos inconfortables predominaba el aumento de peso, temblor, náuseas, disfunción sexual, embotamiento sensorial, aburrimiento y deterioro de la memoria. Aquellos pacientes que experimentan algún beneficio con el tratamiento y lo interrumpen prematuramente argumentan que se sentían mejor y que no necesitaban tomar la medicación más tiempo (10). 23 Además, la complejidad del tratamiento, la administración de varios fármacos, las terapias prolongadas, el fracaso de tratamientos previos y los posibles cambios en la terapia prescrita influyen de forma negativa en la adherencia por parte del paciente (5). La forma de administración del medicamento, la frecuencia con la que debe administrarse y los costos también son barreras prácticas a la adherencia. Además, de la mejoría de la sintomatología o los efectos secundarios reales o imaginarios del fármaco; los medicamentos de mal sabor o de difícil deglución, dosis subterapéuticas o excesivamente altas, y la interferencia del medicamento con otros hábitos del paciente, como por ejemplo con el alcohol, disminuyen la adhesión al tratamiento. Otra razón de abandono es la demora entre inicio de tratamiento y remisión de los síntomas. Esto se refleja en el tratamiento de la depresión, ya que un gran número de pacientes discontinua el uso de antidepresivos antes de los 30 días de iniciado el tratamiento. Los antidepresivos requieren un tratamiento continuo una vez superada la crisis, entre al menos cuatro y seis meses. No obstante, permiten la recuperación del sueño y del apetito entre las dos y las cuatro semanas luego de haber comenzado el tratamiento, situación por la cual los pacientes tienden a abandonar el tratamiento (15). En pacientes bipolares una de las razones de abandono es el miedo a sufrir una intoxicación por litio, que sobre todo ha incrementado desde la publicación de este tipo de casos en los medios de comunicación. La caída del cabello y el 24 aumento de peso son los efectos secundarios que más suelen preocupar a los pacientes tratados con valproato (13). Sin embargo, no existen diferencias significativas en el cumplimiento terapéutico en función del tipo de tratamiento farmacológico. Aunque los regímenes farmacológicos múltiples si se han relacionado como un factor asociado al incumplimiento. Los medicamentos se asocian a barreras cognitivas y prácticas. Entre las barreras cognitivas se encuentran las creencias sobre su modo de acción, grado de efectividad, y temores a los efectos adversos; especialmente la dependencia. Existe una estrecha relación entre creencias y actitudes acerca del tratamiento, expectativas de cambio y resultados en la enfermedad actual. Las creencias del paciente sobre la medicación son una de las variables más potentes relacionadas con el cumplimiento; teniendo en cuenta que la percepción de la efectividad del tratamiento puede ser distinta en el paciente y en el profesional. En un estudio realizado en India, en adultos con diagnóstico reciente de primer episodio de depresión, el 88% de los encuestados creía que los antidepresivos pueden producir dependencia y alterar la personalidad, 58% pensaba que los antidepresivos alteran su inmunidad y 72% creía que podrían tomar dosis menores los días en que se sintieran mejor (15). 25 4.3.4. Factores relacionados con el entorno del paciente Relacionados con la familia y la comunidad La aparición de un trastorno en un individuo no sólo afecta a éste sino también a las personas con las que convive y cada nuevo episodio y/o recaída de la enfermedad altera el equilibrio familiar. La familia puede ser tanto un desencadenante como un protector de recaídas. Una elevada emoción expresada, constituida por hostilidad, sobreimplicación emocional y comentarios críticos por parte de la familia se relaciona con un mayor número de recaídas (17). El apoyo social es un importante factor de conductas proactivas en salud. El apoyo social más cercano está en la familia. La cohesión familiar, el apoyo, y el compartir creencias y valores similares, influyen en el paciente y su adherencia a los tratamientos médicos. Las actitudes negativas, el rechazo familiar y un alto nivel de crítica son poderosos predictores de no adherencia y abandono a tratamiento. La oposición o la no participación al tratamiento medicamentoso por parte de la familia o amigos del paciente, se asocian a altas tasas de abandono (15). Los factores culturales pueden ser otra razón potencial para el abandono de la medicación. El estigma social asociado a la enfermedad mental puede provocar que algunos pacientes rechacen la medicación. Los pacientes psiquiátricos son uno de los grupos sociales más estigmatizados. Por tanto, la presión del entorno de los pacientes contra la medicación puede ser otro factor principal que incremente el incumplimiento. La psicoeducación de la familia podría ser crucial en aquellos casos en los que ésta permite o alienta el incumplimiento, por lo tanto es imprescindible su implicación. La intervención familiar mejora el clima familiar, el funcionamiento social, la discriminación y reduce las recaídas (17). 26 Relacionados con el médico y el sistema sanitario La relación entre el paciente y su terapeuta tiene una gran influencia sobre el cumplimiento. La actitud del clínico hacia la medicación prescrita afecta a la futura conceptualización que hace el paciente sobre su enfermedad. Algunos autores sugieren que cuanto más fuerte es la confianza del psiquiatra en el tratamiento que prescribe, más probable es que el paciente lo cumpla. La familia tiene un papel claro en la promoción del cumplimiento y debe actuar en estrecha colaboración con el psiquiatra (13). La calidad de la alianza terapéutica es un factor básico en la adherencia, subrayado por numerosos investigadores. Terapeutas y pacientes desarrollan una relación que está basada en la comunicación e incluye información, afecto y aprendizaje social. La alianza terapéutica es importante para el éxito tanto en los tratamientos psicofármacológicos como psicoterapéuticos. Para que sea óptima debe basarse en la confianza mutua, respeto, honestidad, sinceridad y sentirse cómodos con la relación por parte de ambos (10). Estudios recientes muestran que aquellos pacientes que están en buena relación con su médico adhieren más al tratamiento, al igual que aquellos que refieren recibir mayor información y a los que se les permite elegir entre distintas alternativas de terapias (15). Una mala comunicación con el paciente puede derivar en que este no comprenda el diagnóstico y el tratamiento prescrito. Makaryus determinó que sólo el 28% de los pacientes era capaz de recordar su medicación, sólo el 42% conocía el diagnóstico y sólo el 14% podía enumerar los efectos secundarios asociados con el tratamiento prescrito al alta del hospital (10). 27 El problema de la adherencia al tratamiento afecta también al sistema sanitario debido a la dificultad del sistema para favorecer la mayor formación y a escasas medidas de intervención efectivas para mejorar la adherencia. A esto habría que añadir la dificultad para adaptar el tratamiento a la realidad y necesidades del paciente y el escaso tiempo para atender a la persona que acude a la consulta (5). La desconfianza en el tratamiento y en los profesionales implicados en el mismo (equipo asistencial) influye de manera negativa en la adherencia al tratamiento. Algunas estructuras del sistema sanitario como una mala accesibilidad al sistema, tiempos de espera prolongados o una mala organización en la concertación de citas pueden disminuir la adherencia terapéutica en algunos pacientes (16). Es imprescindible trabajar para ayudar al paciente a comprender la importancia de la adherencia a la medicación como parte de la recuperación. Es de vital importancia crear una atmosfera en la cual el paciente pueda admitir que no está tomando su medicación como le fue prescrita. Son numerosos los indicadores que pueden influir para mejorar la adherencia tales como aumento de la conciencia de enfermedad, apoyo del entorno familiar y social, abordaje multidisciplinar por parte del personal sanitario, disminución de efectos secundarios en los distintos tratamientos, simplificación y comodidad de pautas de administración de los mismos. 28 4.4. Complicaciones derivadas de la falta de adherencia al tratamiento psiquiátrico y repercusiones en el ámbito sanitario y en la sociedad El impacto de la falta de adherencia en la evolución de los pacientes con enfermedades psiquiátricas ha quedado demostrado: mayor riesgo de recaídas con hospitalizaciones más frecuentes, aumento del riesgo de suicidio, incremento en los costes sanitarios y el uso de servicios, menor calidad de vida y claras repercusiones en los cuidadores y las familias (9). El tratamiento es el principal recurso terapéutico, sin embargo, sus beneficios pueden verse alterados por irregularidad en su administración. Pequeñas desviaciones en el tratamiento pueden tener importantes repercusiones en la evolución de un trastorno. Es posible que una falta parcial de adherencia constituya un problema más relevante que la negativa al tratamiento. Los psiquiatras consideran que las repercusiones de la falta de cumplimiento son graves; no hay lugar a dudas sobre la importancia que conceden a la falta de cumplimiento como desencadenante de recaídas y hospitalizaciones (18). La baja o nula adherencia al tratamiento afecta negativamente el curso de la enfermedad en todas sus etapas, lo que se traduce en mayor riesgo de cronicidad, alteraciones de la personalidad secundarias al trastorno y un mayor riesgo de morbimortalidad general. Una pobre adherencia al tratamiento, además de empeorar la calidad de vida de la persona, impide el control de la enfermedad, potencia el agravamiento de los síntomas y puede inducir a la aparición de efectos secundarios o intoxicaciones. Estas consecuencias tienen como resultado un peor pronóstico en la evolución de la enfermedad del individuo. 29 El cumplimiento del tratamiento para todos los pacientes en general, pero sobre todo para el paciente mental, proporciona calidad de vida, habilidad para su cuidado personal, el uso del tiempo libre, el regreso o ingreso a un rol económicamente productivo y una mejor relación con su familia. De la misma forma, en un estudio se encontró una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de marihuana y la pobre adherencia al tratamiento farmacológico, dado que el hecho de consumir sustancias psicoactivas en pacientes con enfermedades psiquiátricas severas se han relacionado con mayores tasas de no adherencia al tratamiento que ocasionaban episodios de violencia, suicidio y mayores tasas de recaídas y rehospitalización (19). El abandono de un tratamiento supone, no sólo un desperdicio de recursos, sino un riesgo adicional de recaídas que pueden llevar a disfuncionalidades progresivamente más incapacitantes. Los pacientes más implicados en el incumplimiento del tratamiento muestran un promedio de edad de 22 a 40 años, estas edades son claves debido a que mucha de la vida productiva del hombre ocurre dentro de este promedio de edad. Así, además del malestar individual y familiar que entraña un problema psiquiátrico, el abandono del tratamiento implica consecuencias negativas también en ámbitos como el laboral y el de una vida comunitaria activa (20). Las enfermedades mentales adquieren una mayor dimensión debido a que provocan discapacidades prolongadas. Los trastornos por depresión, por consumo de alcohol, esquizofrenia y trastorno bipolar se encuentran dentro de las seis causas más frecuentes de años vividos con discapacidad y entre las veinte causas principales de discapacidad a nivel mundial (17). 30 Otra área importante de análisis es la evolución de la discapacidad y su pronóstico. En el caso de las discapacidades que con más frecuencia se asocian a la enfermedad mental grave y prolongada aparece que se efectúa un pronóstico de estabilidad, como es el caso de la discapacidad para relacionarse o el de cuidarse de sí mismo o desplazarse fuera del hogar; las cuales presentan posibilidades de recuperación o mejoría ante una adecuada adherencia al tratamiento farmacológico e intervenciones rehabilitadoras. Los problemas de baja adherencia en los pacientes con enfermedades mentales están íntimamente relacionados con las recaídas. Así un 77% de los pacientes que sigue el tratamiento según la pauta prescrita viven libres de recaídas. La situación se desarrolla en cadena ya que el número de recaídas está proporcionalmente relacionado con el nivel de calidad de vida, el grado de deterioro y la evolución general del estado de salud (21). Es complicado para un paciente con un trastorno mental grave tomar conciencia de cómo aumenta el riesgo de recaídas al abandonar el tratamiento de manera total o parcial. Si se consigue que el paciente esté estable, desde el punto de vista sintomatológico, se puede incidir más en el abordaje de la rehabilitación psicosocial y en la educación para mejorar la adherencia y por tanto evitar las recaídas. La mala adherencia es responsable de entre el 5 y 10% de los ingresos hospitalarios y de 2,5 millones de urgencias médicas. De hecho, la no adherencia se traduce en un empeoramiento de la enfermedad, en un incremento de la morbi-mortalidad, en la disminución de la calidad de vida y en la necesidad de administrar otros tratamientos, además de aumentar el consumo de recursos sociosanitarios. Además, las recaídas producidas por el 31 incumplimiento terapéutico derivan en ingresos hospitalarios en la mayoría de los casos (5). Figura 3. Relación entre el nivel de adherencia terapéutica con el coste sanitario total y el riesgo de hospitalización. Fuente: Diálogos Pfizer-Paciente. Una variable a estudiar es la denominada internamiento durante al menos 14 días que se identifica en un 10,21% de los casos. Igualmente, el número de días de internamiento medio en los casos de personas con enfermedad mental grave y prolongada se sitúa alrededor de los 20-30 días. Es decir, prácticamente todos aquellos que han tenido algún ingreso psiquiátrico dan positiva esta variable. Esta situación se da principalmente entre las personas de 18 a 34 años. En definitiva, se observa que al menos uno de cada cuatro o cinco personas con enfermedad mental de menos de 34 años presenta internamiento de al menos 14 días, lo cual deberá ser tenido en cuenta en los programas de intervención, así como garantizar una buena accesibilidad a las unidades de internamiento. 32 El 90% de las personas que mueren por suicidio padecen algún tipo de trastorno psiquiátrico; y 2 de cada 3 de ellas están diagnosticadas de depresión (22). Hay que tener en cuenta que la tasa de suicidios en la esquizofrenia es del 10% y se asocia fuertemente con la depresión y la falta de adherencia al tratamiento, y un 30% de los pacientes esquizofrénicos realiza tentativas de suicidio. En pacientes bipolares las tasas de suicidio alcanzan cifras de entre un 16% y un 39%. La prevención del suicidio en los pacientes con trastornos mentales se puede llevar a cabo con la mejora de la adherencia terapéutica y el mantenimiento de una vigilancia especial en los sujetos con factores de riesgo. Un reciente estudio de revisión sistemática mide la relación entre esquizofrenia y suicidio, y encuentra que los factores que más influyen en la conducta suicida en pacientes esquizofrénicos son: trastornos afectivos previos, tentativas de suicidio previas, uso de drogas y pobre adherencia al tratamiento (18). La conducta suicida constituye un problema de salud pública de primer orden en el que se ven implicados factores psicológicos, biológicos y sociales. Supone además, una causa frecuente de utilización de las urgencias hospitalarias, lo cual implica un aumento de costes y mayor utilización de recursos; por lo que resulta de gran importancia la adquisición de habilidades para su manejo. No hay que olvidar también que la falta de adherencia al tratamiento lleva a un aumento en los costos globales de la enfermedad, tanto por el aumento de las recidivas, recaídas y los costos de su atención, como por el deterioro en la esfera sociolaboral que esto conlleva. 33 Desde la perspectiva de la persona (y la familia) que padece un trastorno mental, el concepto de costes personales es difícil de cuantificar. Sin embargo, la calidad de vida, la evolución de la enfermedad y muy especialmente el pronóstico, están muy vinculados al cumplimiento del tratamiento farmacológico que, sin ser excluyente de otros abordajes terapéuticos, facilita la condición necesaria para los mismos. Los indicadores que provocan unos costes más elevados son el incumplimiento del tratamiento y la cronicidad del proceso de enfermedad, y en menor grado la asistencia médica y los costes indirectos. Los costes, en el caso de la esquizofrenia, son mayores que en otros trastornos psicóticos (17). Cuando un paciente acude al sistema sanitario se generan una serie de costes asociados (administración de medicamentos, hospitalización, pruebas complementarias, tratamiento, etc.) Estos costes se incrementan de forma exponencial en el momento en que no se cumple el tratamiento. De hecho, los costes de hospitalización por mala adherencia representan cerca 13.350 millones de dólares en Estados Unidos. Por el contrario, se ha demostrado que una buena adherencia se acompaña de una disminución del consumo de recursos sanitarios. Se comprobó que aquellos que seguía el tratamiento, los costes de hospitalización disminuían, se producían menos visitas a consultas externas y a urgencias. En conjunto, los costes sanitarios se redujeron a la mitad. Pero la no adherencia no sólo afecta al sistema sanitario sino también al paciente ya que los individuos incurren en una serie de gastos asociados a los costes de los desplazamientos a los centros de salud u hospitales, al tiempo perdido y los gastos de nuevos fármacos. A éstos se añaden los gastos perdidos 34 en productividad por los días de baja laboral y los años de vida productivos perdidos a causa de una incapacidad (5). Un estudio realizado en la región Asia Pacífico muestra que los costos relacionados con la no adherencia en la depresión están entre los más altos en comparación a diferentes problemas médicos. Los costos totales de la depresión en el período 1997-98, alcanzaron a U$ 1.8 billones, 78% de los cuales eran costos indirectos. Las cifras eran similares para Taiwán en el período 1994-95, U$ 1.4 billones, 75% de costos indirectos. Estos datos muestran que el mayor impacto económico es vía costos indirectos (mayores tasas de desempleo, empleos subremunerados, menor calidad de vida y estado general de salud, menor rendimiento laboral y ajuste psicosocial, exposición a mayor número e intensidad de estresores psicosociales). Estos factores podrían contribuir a mantener al paciente en un círculo vicioso de vulnerabilidad, aspecto a considerar en las estrategias terapéuticas (12). 4.5. Estrategias de intervención para mejorar el cumplimiento Son numerosos los factores que pueden influir en la mejora de la adherencia al tratamiento: aumento conciencia de enfermedad, apoyo del entorno familiar y social, abordaje multidisciplinar, disminución de reacciones adversas a los distintos tratamientos, simplificación y comodidad de pautas de administración de los mismos (23). Existen diferentes intervenciones para incidir favorablemente sobre estos factores que se relacionan con la no adherencia del tratamiento. Conociendo los factores de riesgo, poseyendo habilidades para educar y motivar al paciente y empleando estrategias para la modificación del comportamiento de éste, es posible mejorar la adherencia al tratamiento, aumentándola y consiguiendo así resultados clínicos más favorables (6). 35 Por lo tanto, se recomiendan las siguientes estrategias para el manejo de la adherencia en el paciente psiquiátrico: focalizarse en fortalecer la alianza terapéutica, dedicar tiempo del tratamiento específicamente dirigido a la adherencia, valorar la motivación del paciente para tomar el tratamiento prescrito e identificar y valorar barreras potenciales para lograr un correcto cumplimiento. Una forma de aumentar la adherencia es mejorar el conocimiento que tienen sobre su enfermedad y tratamiento, o realizar cambios en el tipo o régimen del mismo. Es importante tener en cuenta que la dificultad que tienen los pacientes en adaptar las tomas a su rutina diaria tiene mayor importancia que la complejidad del régimen establecido. En cualquier caso, las intervenciones para mejorar la adherencia deben ser discutidas con el paciente, considerando sus problemas y necesidades individuales (24). Existen numerosas intervenciones eficaces para abordar el incumplimiento terapéutico, el momento más adecuado para comenzar las intervenciones es cuando remite la sintomatología aguda Estas intervenciones pueden ser agrupadas en seis grandes grupos (25): 4.5.1. Intervenciones simplificadoras del tratamiento Son múltiples las pruebas que establecen la relación directa entre la complejidad del tratamiento prescrito (en términos de dosificación, vía de administración, número de fármacos, etc.) y el incumplimiento, pudiéndose englobar en esta complejidad las interferencias con las actividades de la vida diaria del paciente. Se recomienda la monoterapia farmacológica frente a la politerapia siempre que sea posible, dada su mayor simplicidad, menores efectos adversos, menor riesgo de interacciones farmacológicas, y mayor facilidad para evaluar la respuesta al tratamiento. 36 Los tratamientos inyectables de liberación retardada (depot) están destinados a pacientes que estén tratados con antipsicóticos vía oral. Puede ayudar a disminuir los síntomas de su enfermedad y a evitar que vuelvan a aparecer. Figura 4. Perfiles de absorción de un medicamento convencional y de uno de acción prolongada. Fuente: Journal of Psychosocial Nursing and Mental Health Services, 2013. Se han señalado múltiples ventajas del tratamiento con antipsicóticos depot inyectables de larga duración, como que permite obtener un mayor cumplimiento; ya que el profesional puede tener la certeza del cumplimiento del tratamiento, proporciona un contacto regular del paciente con el equipo terapéutico, su recuerdo es más sencillo que el recuerdo a diario del tratamiento oral, y permite la detección inmediata del incumplimiento, con lo que es posible una intervención temprana (10). Otras ventajas que se pueden señalar son el menor riesgo de recaídas y reingresos que se asocia con la toma de medicación continuada, y la comodidad que puede suponer para muchos pacientes no tener que estar diariamente pendiente de las tomas orales (17). Algunos estudios han hallado tasas de cumplimiento muy altas, de hasta el 96% en pacientes tratados con inyectables depot.; y concluyen que el fármaco depot 37 se ha mostrado superior y más seguro que el fármaco oral en la reducción de los efectos secundarios (26). Las estrategias de preparación del paciente para el uso de un antipsicótico inyectable de larga duración (ILD) mejor valoradas por los enfermeros fueron informar al paciente sobre las ventajas de esta vía de administración y sobre las posibles consecuencias de un seguimiento irregular (27). Aunque la familia y el equipo asistencial son piezas importantes para motivar a los pacientes a comenzar y continuar con el tratamiento inyectable, siempre habrá que respetar la decisión del propio paciente. 4.5.2. Intervenciones informativas / educativas La trasmisión de información tiene su papel sobre el cumplimiento a través del proceso de aprendizaje orientado para que el individuo adopte voluntariamente la conducta más beneficiosa. Las intervenciones incluidas en este grupo tienen como objetivo la mejora del cumplimiento a través del aumento de conocimientos sobre su enfermedad, las posibles complicaciones, el tratamiento prescrito, etc. Puede haber varias formas: entrega de información escrita, las sesiones educativas grupales o individualizadas. Aunque los fármacos son esenciales en el tratamiento de enfermedades psiquiátricas, requieren ser combinados con la intervención de un profesional para integrar todo un plan terapéutico personalizado y encaminado a conseguir el mayor grado de autonomía y de afrontamiento. En este sentido, el desarrollo de la psicoeducación, los modelos integrados de psicoterapia, la rehabilitación cognitiva y las intervenciones a nivel laboral, aportan un enfoque más integral al tratamiento de los trastornos mentales. La psicoterapia es fundamental para la promoción de la adhesión a los regímenes terapéuticos. Algunos estudios encuentran que los pacientes que 38 reciben terapia cognitiva de forma simultánea presentan un mejor cumplimiento (13). La psicoeducación se entiende como la educación o entrenamiento de una persona con un trastorno psiquiátrico en unas áreas determinadas que sirven como metas de su tratamiento y rehabilitación. Además, provee conocimientos y habilidades sobre la enfermedad y su tratamiento. La provisión de información tiene que ser complementada con el entrenamiento en habilidades específicas del manejo de la enfermedad. Debe ser administrada por equipos terapéuticos entrenados y cualificados, por lo que es necesario el desarrollo de programas de entrenamiento profesional en el manejo de estrategias para el aumento de la adherencia. Los programas de atención psicoeducativa implican impartir información con propósitos educacionales, debiendo ser entendida por el paciente e incorporada en su rutina diaria. Sus objetivos son (28): - Proporcionar información actualizada y comprensible sobre la enfermedad mental. - Mejorar la adherencia al tratamiento (farmacológico y psicosocial). - Prevenir las recaídas (retrasar su aparición, o minimizar sus consecuencias). - Favorecer la conciencia de enfermedad y disminuir el estigma asociado a la enfermedad mental. - Promover el mayor grado de autonomía posible del paciente en todos los aspectos relacionados con su enfermedad. 39 - Normalizar y favorecer la relación terapéutica entre el paciente y los diferentes miembros del equipo. - Animar al paciente a participar en grupos de apoyo - Trabajar las preocupaciones reales del paciente Varios estudios refieren que los pacientes que reciben psicoeducación, independientemente de la patología, aumentan las probabilidades de mejorar las actitudes hacia la medicación y mantener el cumplimiento del tratamiento frente a aquellos que no la reciben, reforzando la idea general de que un adecuado soporte psicoeducativo ayuda a aumentar el cumplimiento. 4.5.3. Intervenciones de apoyo familiar/social Las relaciones entre los miembros de una familia, roles asignados y asumidos van a pautar también niveles de salud mental tanto de cada uno de sus miembros como de la familia como grupo o sistema. Por lo tanto, las personas que cuentan con el apoyo familiar tienen mayores facilidades para seguir correctamente el tratamiento pautado. La importancia que juega el papel de la familia en la evolución positiva de la enfermedad, es vital en el proceso rehabilitador de la persona que sufre problemas de salud mental, el apoyo y comprensión de sus allegados y familiares. Está demostrado que las actitudes que adopte la familia ante el paciente y su enfermedad tiene una gran influencia sobre el curso de la enfermedad. Por tanto, es evidente que cualquier esfuerzo destinado a intervenir sobre las familias para mejorar el ajuste social del enfermo mental va a resultar provechoso. 40 Por eso, las intervenciones incluidas en este grupo tendrían como objetivo la mejora en la adherencia a través de la implicación en el proceso de la familia o el entorno social. Estos programas utilizan técnicas de terapia familiar que obtienen resultados positivos tanto en términos de mejora del cumplimiento como de control del proceso. Los avances en el manejo del trastorno mental grave no han sido gracias a los tratamientos farmacológicos sino a los realizados en el ámbito psicosocial, sobre todo en relación a los programas de intervención familiar. 4.5.4. Intervenciones con dinámica de grupos Las técnicas grupales suponen una estrategia eficaz para alcanzar objetivos de motivación y seguimiento de recomendaciones, lo que favorece una correcta adherencia. Además implica a los componentes del grupo motivándoles, y fomenta las relaciones interpersonales, lo cual supone un gran beneficio para los pacientes. 4.5.5. Intervenciones de refuerzo conductual Cuando el paciente cree que el tratamiento indicado incidirá positivamente en la evolución de su proceso y cuando se considera responsable del mismo, tiende a seguir dicho tratamiento con mayor adherencia que en los casos contrarios, por este motivo, las intervenciones que van encaminadas a mejorar la capacidad del paciente en el manejo de su proceso a través de técnicas de responsabilización, autocontrol y refuerzo conductual pueden conducir a la mejora de la adherencia terapéutica. Son diversas las estrategias empleadas; llamadas telefónicas recordatorias y de seguimiento, recompensas por la consecución de objetivos, atención mediante visitas domiciliarias, etc. 41 La estrategia basada en el seguimiento telefónico de enfermería ha mostrado una mejora significativa en la adherencia a los fármacos antipsicóticos. Se trata de recibir una llamada telefónica mensual por una enfermera, que consiste en una entrevista estandarizada para detectar y evaluar la adherencia terapéutica y la actitud subjetiva hacia la medicación (29). Entre las atenciones que requieren las personas con trastorno mental grave se encuentra la atención domiciliaria; ya que, al no tener conciencia de su enfermedad, en ocasiones no acuden al centro de salud ni toman la medicación. Se entiende por atención domiciliaria la intervención asistencial en el domicilio y entorno próximo del individuo, tanto de forma presencial y directa como telefónica o a distancia (30). La atención domiciliaria podrá ser tanto urgente como programada y podrá abarcar varios ámbitos: tratamiento, prevención de recaídas y rehabilitación. Los beneficiarios de atención domiciliaria pueden ser: un individuo en situación de crisis o descompensación aguda de su psicopatología detectada por un familiar o por el entorno próximo, una persona que se niega a acudir a las USM o a urgencias, o bien que estando en su domicilio solicita orientación telefónica. Además, también reciben visitas domiciliarias aquellas personas con trastorno mental grave sin descompensación, que abandona o no tiene adhesión al tratamiento, que tiene cita de revisión programada pero que no acude, o que precisen atención en el domicilio para implementar su rehabilitación, y sea el domicilio su mejor lugar terapéutico. 42 4.5.6. Combinación de intervenciones Ya que el origen del incumplimiento es un proceso complejo de origen multifactorial, la combinación de varias intervenciones puede obtener resultados más positivos que las intervenciones aisladas. Ante cualquier intervención, se debe crear un ambiente adecuado y una buena alianza terapéutica entre el profesional y el paciente, e integrar dichas intervenciones en la práctica clínica diaria ya que, dado su origen multifactorial, no existe una intervención única sino que debe individualizarse en cada caso. 4.5.7. Otras intervenciones La información que ofrece el paciente acerca de su cumplimiento ha sido muy utilizada, pero se ha demostrado que no es un indicador fiable del cumplimiento, por lo que, si es posible, es conveniente contar con la opinión de personas cercanas al pacientes, como familiares, amigos o cuidadores que indiquen el grado de cumplimiento del paciente. En caso de que el paciente esté tomando medicación se pueden emplear diferentes técnicas, que presentan distintos niveles de exactitud y son más o menos invasivos. Entre las medidas más empleadas para comprobar la adherencia a la terapia farmacológica encontramos las siguientes: -Observación directa del paciente: es una buena medida si el tratamiento es hospitalario, ya que en el centro de salud es prácticamente imposible llevar un control total del cumplimiento en todos los pacientes. 43 - Contar el número de pastillas que faltan de la caja: esta medida era muy efectiva en el pasado, pero no constituye un método fiable en la actualidad, ya que el hecho de que no estén en la caja no significa que hayan sido tomadas. - Análisis biológicos: las pruebas de orina (que indican la toma de fármacos como los antipsicóticos, que tienen una larga vida), el análisis de saliva o los análisis de sangre, son algo más caros y más invasivos que los anteriores, pero son medidas más fiables que el recuento de pastillas. - Monitorización de niveles plasmáticos. El fundamento de esta práctica parte de la correlación que se establece entre los niveles plasmáticos y los efectos terapéuticos o tóxicos (31). - Cuestionarios y entrevistas de adherencia: constituye una medida fácil de administrar y puede explicar un gran número de factores que influyen en el cumplimiento terapéutico del paciente, pero no proporciona datos continuos acerca de la adherencia ni asegura la veracidad de los datos obtenidos. Se han empleado múltiples métodos para estudiar la adherencia, pero ninguno de ellos individualmente constituye una perfecta medida estándar para todos los tipos de adherencia en salud mental. 4.5.8. Rehabilitación y reinserción La rehabilitación psicosocial ha ido adquiriendo un papel cada vez más relevante en el ámbito de la salud mental en la comunidad, de tal modo que actualmente se considera una intervención fundamental en el tratamiento de las personas que padecen trastornos mentales severos. 44 La rehabilitación psicosocial se organiza como un conjunto de intervenciones y apoyos cuyo objetivo esencial es el de ayudar al enfermo mental crónico a superar o compensar las dificultades psicosociales que sufren y a ayudarle en el desarrollo de su vida cotidiana en la comunidad de la manera más autónoma y digna, así como en el desempeño y manejo de los diferentes roles y demandas que supone vivir, trabajar y relacionarse en los diferentes entornos comunitarios. La rehabilitación psicosocial es, sobre todo, un proceso cuya meta global es apoyar a las personas con discapacidades psiquiátricas para que puedan reintegrarse en la comunidad y mejorar su funcionamiento psicosocial de modo que les permita mantenerse en su entorno social en unas condiciones lo más normalizadas e independientes que sea posible (32). Además de alcanzar el máximo grado de integración dentro de la comunidad, la rehabilitación psicosocial busca alcanzar el control continuo y duradero de los síntomas de la enfermedad, la prevención y la reducción de recaídas y el máximo rendimiento vocacional o profesional del individuo. (33) Una opción para reinsertarse en la sociedad son los centros de día, que son dispositivos asistenciales en régimen comunitario, dirigidos a prestar atención rehabilitadora y de reinserción psicosocial y laboral a personas mayores de 18 años con trastorno mental severo y a dar soporte a sus familias (34). 4.6. Papel de enfermería Enfermería interviene de forma muy directa en el seguimiento y supervisión del tratamiento farmacológico, especialmente cuando se trata de la administración de inyectables. Tiene un papel importante tanto en la toma de medicación como en el abordaje integral bio-psico-social del individuo. El papel de la enfermera es imprescindible en cuanto a que debe favorecer un mayor conocimiento de la enfermedad tanto al paciente como a sus familiares 45 para concienciarles de la importancia del tratamiento y las consecuencias de su mal cumplimiento o abandono (5). Los profesionales deben vigilar siempre el incumplimiento y fomentar la adherencia, enfatizando en la importancia del tratamiento, adecuándolo a las características y al estilo de vida del paciente. Es especialmente valiosa la interacción y el grado de comunicación que mantenga la enfermera con el paciente mental. Cuando esta relación es óptima, los pacientes adoptan una actitud diferente ante los tratamientos terapéuticos, pues tienen una adherencia significativa dado el apoyo de enfermería (35). Así mismo, el cumplimiento mejora en relación con la confianza que se pueda trasmitir y con las capacidades y conocimientos que se posee. Además de ser atenta, la enfermera debe ser accesible y mostrarse interesada. La comunicación no verbal, el contacto ocular, la sonrisa, la adopción de posturas abiertas, los gestos, las actitudes y la entonación son factores que influyen significativamente en el mantenimiento de la relación terapéutica, e indirectamente en el cumplimiento de las prescripciones. La información debe ser suministrada en forma sencilla para el paciente y la familia. Aunque todos los miembros del equipo terapéutico están implicados en la ayuda al paciente y su familia, el personal de enfermería desempeña un rol muy importante de soporte a la adherencia (17). 46 Para mejorar la empatía con el paciente y lograr un grado de confianza adecuado es importante dejar que el paciente colabore y participe de forma activa en el tratamiento. Debemos escuchar sus propuestas, demostrando la existencia de una confianza en él para hacerle sentir más participativo y favorecer su colaboración, tratando de conocer sus posibles dudas, miedos, preocupaciones, expectativas, etc. Así, puede aumentar la confianza en el profesional sanitario, demostrando interés y respeto, siendo tolerantes y comprensivos, no usar tecnicismos y brindarle apoyo emocional y tiempo. El profesional no debe ser un mero observador, sino que debe participar e involucrarse en lograr la adherencia del paciente. Por lo tanto, el incumplimiento no constituye únicamente un fracaso del paciente, sino que las actitudes del profesional y su forma de trabajar influyen en gran medida en el deseo de interrumpir la terapia. Las enfermeras deben ser capaces de intentar eliminar las conductas y actitudes inadecuadas y promocionar hábitos de vida saludables; que es posible gracias a las capacidades adquiridas a través de la formación continuada del personal de salud implicado en el manejo de los psicofármacos. Es preciso evaluar el apoyo familiar para que tome un papel activo en el proceso terapéutico, ya que supone un gran apoyo para el paciente. Se puede incluir a la familia en los programas psicoeducativos para el paciente, donde se informa al paciente y a la familia sobre la enfermedad y el tratamiento que precisa. La información debe estar consensuada por el equipo de salud y ser acorde con las características de cada paciente. 47 Los profesionales sanitarios deben anticiparse a la probabilidad del abandono, determinando las creencias y evaluando los factores de riesgo que puedan influir (36) Explicar los motivos de la necesidad de tomar un fármaco, o realizar ciertas conductas, son algunas de las intervenciones más apropiadas para informar a la familia. Se debe empezar por una información básica y luego ir añadiendo datos complementarios. La información básica debe consistir en explicar de forma clara y concisa los rasgos generales de la enfermedad, y sobre todo, las consecuencias tanto para su vida como para los demás. Finalmente, se concluye con las distintas formas de tratamiento, así como los resultados esperados en caso de cumplir el tratamiento y las consecuencias de no cumplirlo. Hay que asegurarse de que el paciente ha comprendido la información y preguntarle posibles dudas. Las sesiones en grupo ayudan a la comprensión al existir retroalimentación de la información del resto de personas. En cuanto a la información sobre el tratamiento, hay que hacer hincapié, en el nombre de los fármacos, el lugar y la forma de adquirirlos, la dosis necesaria y forma de administrarlos (momento del día, con o sin alimentos, vía de administración, etc.), los efectos secundarios (distinguiendo entre los habituales y los que requieren ser valorados por un médico para regular la dosis), contraindicaciones o riesgos. Otra medida que aporta seguridad al paciente, y que por lo tanto contribuye a la adherencia terapéutica, es facilitar un número de teléfono, un lugar o una persona de referencia donde poder ir en caso de necesitar ayuda. 48 Las intervenciones educativas y de conducta consisten en proporcionar y enseñar habilidades para afrontar el problema, siendo imprescindible facilitar recursos para la adhesión y la participación del paciente en la terapia. Para ello, se le informa de la existencia de lugares terapéuticos en la comunidad donde acudir y sobrellevar mejor la enfermedad: centros sanitarios, asociaciones de familiares, centros de día, etc. También es necesario informar sobre aspectos perjudiciales para el estado de ánimo o la enfermedad y felicitar los logros o resultados positivos que se vayan obteniendo para conseguir la motivación en el paciente. Es muy importante reforzar no sólo los resultados conseguidos sino, también, el cumplimiento correcto del plan establecido. La enfermera se debe asegurar de proporcionar medidas recordatorias al paciente: - Avisar mediante llamadas telefónicas, correos electrónicos o visitas domiciliarias para recordar futuras citas y revisar con el paciente las actuaciones correctas. - Utilizar calendarios para recordar la toma de cada medicamento. - Hacer un seguimiento del paciente periódicamente y puntualmente cuando precise. Así, se puede aplicar también el refuerzo positivo cuando el cumplimiento ha sido el adecuado. - Recordar a familiares o personas con las que conviva el individuo de la fecha de la próxima cita; y avisarles si no acudiese a la cita. 49 Las principales situaciones que precisan intervención por parte de los profesionales de enfermería son (27): - Falta de conciencia de enfermedad - Recaídas debidas a un problema de incumplimiento del tratamiento - Desde el comienzo de la enfermedad - Carencia de soporte familiar o social - Consumo de drogas o alcohol - Recaídas previas sin causa reconocida - Falta de memoria y/o déficit cognitivo En relación con el tratamiento farmacológico, se considera particularmente importante la intervención en pacientes que dejan de tomar el tratamiento prescrito o cuando no lo toman en más del 80%. En pacientes incumplidores o cumplidores parciales, las intervenciones más adecuadas para facilitar la adherencia terapéutica son las dirigidas a conseguir una administración adecuada de la medicación, así como lograr un acuerdo con el paciente. Además, es importante identificar con el paciente las consecuencias de no tomar medicación, mostrar interés por sus problemas y necesidades, animarle a que explique sus dificultades para tomar la medicación y desarrollar programas de psicoeducación específicos para cada uno. 50 Por otra parte, la intervención más favorable para conseguir la administración adecuada de la medicación fue indicar al paciente las consecuencias que provoca un mal cumplimiento tanto en su vida y su entorno; e informar sobre los beneficios que proporciona un buen cumplimiento. En el caso de pacientes de inicio reciente, se considera como mejor estrategia incluir al cuidador principal como apoyo en el plan terapéutico y reforzar las conductas y actitudes positivas del paciente hacia el tratamiento. 51 5. CONCLUSIONES En la actualidad, los trastornos mentales tienen una alta prevalencia en la sociedad, y además constituyen una de las principales causas de discapacidad en el mundo. En este tipo de pacientes existen altas tasas de incumplimiento del tratamiento e incluso de abandono, que a menudo provocan recaídas y hospitalizaciones. Este incumplimiento supone un problema de salud pública, y se produce debido a las características propias de las enfermedades psiquiátricas, y sobre todo a la falta de conciencia de su enfermedad. Otros factores que influyen son los efectos adversos de la medicación, la falta de apoyo por parte de la familia y la desconfianza en los profesionales sanitarios. La medicación juega un papel fundamental en el tratamiento de este tipo de pacientes, por lo que es labor de la enfermera conseguir un correcto cumplimiento de la misma. Existen distintas estrategias de intervención, pero es importante seleccionar la adecuada a cada paciente, acorde con sus características individuales. Dependiendo del factor principal de abandono, seleccionaremos la más efectiva; intentando conseguir el apoyo de la familia y pudiendo incluso combinar varias intervenciones para lograr el objetivo. Debería mostrarse un mayor interés por parte de los profesionales sanitarios al llevar a cabo estas medidas porque la relación profesional-paciente basada en un vínculo que favorece la confianza es un gran indicador de adherencia, el cual mejora el pronóstico de la enfermedad. Para incrementar la efectividad y seguridad de los tratamientos y constituir una buena adherencia terapéutica es imprescindible el abordaje multidisciplinar entre los distintos profesionales sanitarios, siempre de forma coordinada para actuar con los mismos propósitos y conseguir logros. La enfermera juega un papel fundamental en desarrollar la psicoeducación necesaria para proveer los conocimientos y habilidades que proporcionan 52 autonomía al paciente y le hacen comprender la importancia del tratamiento, logrando así una buena adherencia. Se debe centrar la enseñanza en explicar el proceso de la enfermedad, los medicamentos prescritos y sus efectos terapéuticos, y las consecuencias de un incumplimiento del tratamiento; proporcionando un cuidado integral tanto al paciente como a su entorno. Desde Atención Primaria, la enfermera puede llevar un mayor seguimiento de la evolución de los pacientes y asegurar la administración de la medicación, por ejemplo, administrando los inyectables en la consulta, haciendo visitas domiciliarias o llamadas telefónicas para comprobar su situación, recordar las citas a las que debe acudir y aumentar la motivación respecto al tratamiento. Es conveniente una formación específica de la enfermera, para que conozca las características de los psicofármacos, los motivos de incumplimiento y del grado de adherencia, lo que le permitirá planificar de manera oportuna acciones dirigidas a optimizar el cumplimiento del tratamiento farmacológico y a fomentar la adherencia. Un aspecto importante a tener en cuenta durante la administración de los antipsicóticos, es que se deben conocer bien los efectos secundarios que producen por si fuera necesario llevar un seguimiento más exhaustivo del paciente o si precisase ser monitorizado o controlado periódicamente, y vigilando siempre las posibles reacciones adversas de los fármacos. Existen otras intervenciones encaminadas a ayudar al paciente a conseguir un grado mayor de autonomía, centrándonos en las dificultades que presentan para él la integración del régimen terapéutico en su vida, así como las surgidas en su proceso de integración en la comunidad. Éstas son: simplificar el tratamiento lo máximo posible, entregar las pautas de la medicación por escrito, hacer al paciente partícipe del plan terapéutico e investigar periódicamente el grado de 53 cumplimiento por si fuera necesario cambiar la estrategia de intervención. Otro método que podría ser eficaz, consistiría en utilizar métodos de recordatorio de las citas o de las tomas de medicación a través de una aplicación telefónica. Po otra parte, la financiación es un factor clave para que sea viable un sistema de salud mental, y en la actualidad están ampliamente infrafinanciado, especialmente en los países en vías de desarrollo. La mayoría de países adjudican una pequeña parte al presupuesto de salud mental, el cual es insuficiente para el gran impacto de los trastornos mentales. Por ello, sería adecuado que se destinasen más recursos a esta área para cubrir las necesidades de estos pacientes, y así equiparar los recursos disponibles a otras enfermedades crónicas; con el fin de conseguir nuevos avances para mejorar la adherencia. Finalmente, es importante disminuir el estigma social y hacer que el paciente con enfermedad mental se sienta como uno más, haciendo terapias grupales y llevando a cabo la rehabilitación psicosocial y reinserción laboral de estos pacientes para que puedan tener una mejor calidad de vida. El fomento de la salud mental se ha desarrollado con el objetivo de reducir los estigmas y la discriminación, y de promover los derechos humanos de las personas que padecen trastornos mentales. Consiste en diversas acciones encaminadas a cambiar los obstáculos estructurales y las actitudes con el fin de alcanzar resultados positivos en la salud mental de la población. El proyecto ADHES surgió con el objetivo de plantear nuevas propuestas de estrategias que puedan mejorar la adherencia al tratamiento de los pacientes y obtener con ello un mejor control de la enfermedad, permitiendo una mayor autonomía e integración del paciente en la sociedad. Gracias a este trabajo cada día se consiguen nuevos avances en el área de la salud mental y se desarrollan actividades para resolver los principales problemas de este colectivo. 54 6. BIBLIOGRAFÍA 1. Ayuso-Mateos JL, Salvador-Carulla L, Chisholm D. Medida de calidad de vida en el análisis económico de la atención a la salud mental. Actas Esp Psiquiatr., 2006; 34(1): 1-6. 2. Organización Mundial de la Salud. El contexto de la Salud Mental: Conjunto de Guías sobre Servicios y Políticas de Salud Mental. Editores Médicos; 2005. 3. Organización Mundial de la Salud. Promoción de la Salud Mental: conceptos, evidencia emergente, práctica. Informe compendiado. Ginebra: OMS; 2004. 4. American Psychiatric Association. DSM-IV-TR: Breviario: Criterios diagnósticos. Barcelona: Masson, 2003. 5. III Foro Diálogos Pfizer-Paciente. La adherencia al tratamiento: cumplimiento y constancia para mejorar la calidad de vida. Madrid. 6. Muñoz Marrón, E. 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Factores que influyen en la adherencia 15 18 4.3.1. Factores relacionados con el paciente 19 4.3.2. Factores relacionados con la enfermedad 22 4.3.3. Factores relacionados con la medicación 23 4.3.4. Factores relacionados con el entorno del paciente 26 4.4. Complicaciones derivadas de la falta de adherencia al tratamiento psiquiátrico y repercusiones en el ámbito sanitario y en la sociedad 29 4.5. Estrategias de intervención para mejorar el cumplimiento 35 4.5.1. Intervenciones simplificadoras del tratamiento 36 4.5.2. Intervenciones informativas/educativas 38 4.5.3. Intervenciones de apoyo familiar/social 40 4.5.4. Intervenciones con dinámica de grupos 41 4.5.5. Intervenciones de refuerzo conductual 41 4.5.6. Combinación de intervenciones 43 4.5.7. Otras intervenciones 43 4.5.8. Rehabilitación y reinserción 44 4.6. Papel de enfermería 45 5. Conclusiones 52 6. Bibliografía 55 60 ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1. Adultos que sufren una determinada enfermedad 11 Mental en un año dado (Modificado de National Institute of Mental Health, 2008) Figura 2. El cumplimiento de la medicación 13 Figura 3. Relación entre el nivel de adherencia terapéutica 32 con el coste sanitario total y el riesgo de hospitalización. Figura 4. Perfiles de absorción de un medicamento 37 convencional y de uno de acción prolongada. 61