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Losartán no es superior a captopril para la prevención de la morbilidad y mortalidad en pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio de alto riesgo. Dickstein K, Kjekshus J and the OPTIMAAL Steering Committee, for the OPTIMAAL Study Group. Effects of losartan and captopril on mortality and morbidity in high-risk patients after acute myocardial infarction: the OPTIMAAL randomised trial Lancet 2002; 360: 752–60. . Objetivo: Comparar el efecto sobre la morbilidad y mortalidad del antagonista de los receptores de la angiotensina II (ARA-II) losartán frente a captopril, en pacientes con infarto agudo de miocardio (IAM) reciente con síntomas clínicos de insuficiencia cardiaca (IC), disfunción ventricular izquierda o infarto anterior extenso. Diseño: Ensayo clínico aleatorizado doble ciego. Emplazamiento: 329 centros pertenecientes a siete países del Centro y Norte de Europa. Población de estudio: 5477 pacientes (29 % mujeres) de edad igual o mayor a 50 años (media 67,4 +/- 9,8) con un IAM reciente (10 días previos) considerado de alto riesgo (con IC, disfunción ventricular con FE < 0,35, IAM anterior). El 36 % del total eran hipertensos, 17 % diabéticos, la mitad tenían cardiopatía isquémica previamente conocida y el 18 % infarto antiguo. No se incluyeron pacientes que estuvieran recibiendo IECAS o ARA-II ni aquellos con hipotensión (TAS < 100 mmHg) o arritmias graves con compromiso hemodinámico. Intervención: Los pacientes fueron distribuidos aleatoriamente en dos grupos, uno de ellos (n= 2744) recibió losartán comenzando con dosis bajas (12,5 mg/día) hasta alcanzar 50 mg/día. El otro grupo (n =2733) recibió captopril (desde 12,5 mg/8 h hasta 50 mg/ 8h), en ambos además del tratamiento convencional del IAM (trombolíticos, aspirina, betabloqueantes…) y eventualmente para la IC (diuréticos, vasodilatadores). Medición del resultado: El objetivo primario del estudio fue la mortalidad por cualquier causa. La combinación de muerte súbita o resucitación fue un objetivo secundario y el reinfarto un objetivo terciario. Se construyeron las curvas de supervivencia acumulada según el método de Kaplan-Meier. El ensayo fue valorado mediante análisis por intención de tratar. Se valoraron posibles diferencias entre ambos grupos respecto a la frecuencia de episodios, los países y las distintas variables demográficas y clínicas, mediante modelo de regresión de Cox. Resultados principales: Se produjeron 499 muertes (18 %) en el grupo losartán y 445 (16 %) en el grupo captopril, durante un seguimiento medio de 2,7 años. La diferencia de la mortalidad fue favorable a captopril (RR 1,13; IC 95% 0,99-1,28, p = 0,07). Para el resto de objetivos los resultados fueron: muerte súbita o resucitación 239 (9%) vs. 203 (7%) 1,19 (0·98–1·43), p=0·07, reinfarto fatal o no fatal 384 (14%) vs. 379 (14%), 1·03 (0·89– 1·18), p=0·72 y hospitalización por cualquier causa 1806 (66%) vs. 1774 (65%), 1·03 (0·97–1·10), p=0·37, todo ello para losartán y captopril respectivamente. Losartán fue significativamente mejor tolerado que captopril, siendo menor el número de pacientes que interrumpió el tratamiento (458 [17%] vs 624 [23%], 0·70 [0·62–0·79], p<0·0001). Conclusión: A pesar de que los resultados no alcanzan una diferencia significativa a favor de captopril, los IECAS siguen siendo el tratamiento de elección en pacientes con IAM de alto riesgo (IC, disfunción ventricular o IAM extenso). Losartán no debe ser recomendado de forma general en estos pacientes. Sin embargo, fue mejor tolerado que captopril. Aunque el papel de los ARA-II en pacientes intolerantes a IECAS en este contexto clínico no está aún aclarado, puede ser considerada como una indicación aceptable en esos pacientes. COMENTARIO: Los ARA-II son generalmente considerados los sustitutos naturales de los IECAS en la IC cuando existe intolerancia (por ejemplo a causa de la tos). Este hecho se basa, además de en el conocimiento de los mecanismos de acción de ambos fármacos, en los resultados del estudio ELITE-II (1) que fue diseñado bajo la hipótesis de que losartán podía ser superior al IECA captopril en pacientes mayores de 65 años con IC sistólica, para prevenir la mortalidad por cualquier causa y la muerte súbita. Sin embargo, no se observaron diferencias significativas a favor de ninguno de los dos tratamientos, aunque los intervalos de confianza (demasiado amplios) tampoco permiten inferir que ambos fármacos sean equivalentes o similares en este contexto. Posteriormente, entre los resultados del estudio Val-HeFT se ha observando un beneficio importante con valsartán a dosis altas en los pacientes que no recibían IECAS, aunque el número de este subgrupo fue muy pequeño (7 % del total) (2) La capacidad de modular o inhibir el sistema renina angiotensina aldosterona (SRAA) de los ARA-II es teóricamente más eficaz y completa que la de los IECAS, ya que actúan a un nivel más distal, impidiendo la unión de la angiotensina-II con su receptor AT-1, de modo que se evitan así sus importantes efectos negativos (vasoconstricción, síntesis de aldosterona y acciones estimulantes del crecimiento celular), y todo ello de forma no dependiente de la enzima conversora de la angiotensina, lo que podría considerarse una ventaja. Los IECAS actúan, como es conocido, a un nivel distinto, inhibiendo la ECA y evitando así el paso de angiotensina-I a angiotensina-II dependiente de esta vía enzimática y paralelamente, aumentando los niveles de bradicinina (un péptido endógeno con potente acción vasodilatadora) cuyo acúmulo es a la vez el responsable del efecto adverso más común de estos fármacos, la tos. No se conoce aún en qué medida los efectos beneficiosos de los IECAS en la IC y en el paciente post-infarto, previniendo y retrasando el remodelado cardíaco (un fenómeno estructural donde predomina la fibrosis, la proliferación y el crecimiento celular), son a través de la modulación del eje SRAA, a través del estímulo de sistemas vasodilatadores (cininas) o de ambos (2). El estudio OPTIMAAL ha comparado losartán frente a captopril a dosis idénticas a las utilizadas en el ELITE-II (50 mg/día frente a 50 mg/8h) en un escenario clínico donde los IECAS han mostrado inequívocos beneficios en ensayos clínicos amplios (estudios SAVE, SOLVD, AIRE, TRACE, etc.) y en meta-análisis (3): la IC clínica o la disfunción ventricular izquierda asintomática tras un IAM (otros criterios de inclusión del estudio como IAM anterior extenso o reinfarto sugieren también alta probabilidad de disfunción sistólica). Los resultados han sido desalentadores para el ARA-II, que se ha visto igualado o superado por el IECA (en el objetivo principal -mortalidad total- muy cerca de la significación estadística). Unicamente, la mejor tolerancia (sobre todo en relación a la tos) y una menor tasa de abandonos favorecen al ARA-II. Muchos autores han sugerido que, con bastante probabilidad, una selección inapropiada de la dosis de losartán (50 mg/día) tiene bastante peso en los pobres resultados observados en este ensayo (2). Otros ensayos recientes, aunque en un contexto clínico diferente (estudio RENAAL en nefropatía diabética, estudio LIFE en HTA con hipertrofia ventricular) han utilizado dosis más altas de losartán (100 mg/día) con mejores resultados clínicos. Otros estudios en marcha, como el VALIANT (valsartán) o el CHARM (candesartán) en diferentes escenarios clínicos (IC clínica, disfunción ventricular post-infarto, IC con función sistólica conservada) y con distintos diseños (IECA frente a ARA-II, IECA más ARA-II, ARA-II solo en pacientes intolerantes a IECA, etc.) posiblemente van a responder en breve plazo a algunos de los interrogantes que se nos plantean actualmente. BIBLIOGRAFIA: 1) Pitt B, Poole-Wilson PA, Segal R, et al. Effect of losartan compared with captopril on mortality in patients with symptomatic heart failure: randomised trial—the Losartan Heart Failure Survival Study ELITE-II. Lancet 2000; 355: 1582–87. 2) Komajda M. Are angiotensin II recptor blockers indicated in chronic heart failure? Heart 2002; 87: 1-2. 3) Flather M, Yusuf S, Kober L. Long-term ACE inhibitor therapy in patients with heart failure of left-ventricular dysfunction: a systematic overview of data from individual patients. Lancet 2000; 355: 1575-81.