Download Fibrosis quística - Revista de Patología Respiratoria
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
SELECCIÓN BIBLIOGRÁFICA Fibrosis quística Grupo de Fibrosis Quística de Neumomadrid* 1. Mechanism of Disease. Cystic fibrosis Rowe SM, Miller S, Sorscher EJ. N. Engl J Med 2005; 352: 1992-2001. Comentado por Mª Concepción Prados Sánchez. Unidad de Fibrosis Quística. Servicio de Neumología. Hospital La Paz. Madrid En este artículo se hace una revisión muy detallada de la fibrosis quística (FQ), empezando por el recuerdo histórico de cómo se evidenció que se trataba de una enfermedad genética, en 1949, por Lowe y colaboradores. Posteriormente, se comprobó que se trataba de alteración genética que afectaba un canal de cloro, proteína que se llamó reguladora transmembrana de la FQ o CFTR y al gen productor CFTR. Esta proteína es parte de un conjunto multiproteico, regulado por una protein-kinasa A, dependiente de AMPc. Se ha visto que la ausencia de la proteína influye la acción de otros genes moduladores que, a su vez, pueden modificar el fenotipo y ayudaría a explicar la diferencia de gravedad entre los enfermos. La obstrucción de las glándulas submucosas contribuye a la secreción de un moco grueso, viscoso y mucopurulento, dominado por los neutrófilos, que favorece las infecciones. Muchos son los patógenos que pueden colonizar las vías respiratorias. Algunos de ellos pueden adaptarse a estas vías aéreas, de forma que se mantenga su crecimiento impidiendo el paso de los antibióticos, como ocurre con la P. aeruginosa. Recuerda que la inflamación es otro de los pilares que contribuye al deterioro de la función pulmonar, ya que se han encontrado concentraciones elevadas de diversas sustancias proinflamatoria como interleukina-8 y -6, factor de necrosis tumoral α, etc. Estas alteraciones en la proteína han servido para el diagnóstico de la enfermedad, mediante el análisis de los iones cloruro en la piel o la diferencia de potencial nasal. Se repasa el defecto genético y las más de 1.000 mutaciones asociadas. En el 70% de los casos se trata de la ΔF 508, catalogada como defecto de clase II o alteración en la maduración y degranulación de la proteína. Se han descrito cinco defectos según la mutación que porte el enfermo. *Grupo de Fibrosis Quística de Neumomadrid: M.C. Prados Sánchez, M.I. Barrio Gómez de Agüero, M.T. Martínez Martínez, R.M. Girón Moreno, M.C. Antelo Landeira, E. Villalobos Pinto, A. Salcedo Posadas. M.C. Martínez Carrasco. REV PATOL RESPIR 2006; 9(4): 197-200 El estudio de las mutaciones ha contribuido a que se piense en una terapia curativa para la enfermedad, asociada a la terapia génica, aunque todavía está por llegar. 2. Genetic modifiers of lung disease in cystic fibrosis Drumm ML, Konstan MW, Schluchter MD, Handler A, Pace R, Zou F, et al. N Engl J Med 2005; 353: 1443-53. Comentado por Mª Concepción Prados Sánchez. Unidad de Fibrosis Quística. Servicio de Neumología. Hospital La Paz. Madrid La fibrosis quística (FQ) es una enfermedad que refleja las mutaciones en el gen de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística (CFTR). Existe una gran variabilidad en la supervivencia y fenotipo de la enfermedad, incluso entre homocigotos para la mutación más prevalente (ΔF508). Aunque el ambiente puede influir en el fenotipo, es probable que existan variaciones genéticas adicionales (genes modificadores) que contribuyan a la expresión final del fenotipo. Para estudiar esta posibilidad, los autores analizan en dos fases la influencia de otros genes. En la primera fase, estudian en pacientes homocigotos para la ΔF 508, la acción de varios genes que podrían actuar como modificadores, con cinco características: a) sólo estudian esta mutación en homocigosis; b) enfermos en los dos extremos de la función pulmonar: leves y graves; c) emplean el FEV1 actual; d) y lo comparan con el FEV1 de cinco años antes; e) recogen en número importante para aumentar el poder estadístico. En la segunda fase, realizan un estudio de replicación sólo en tres centros con enfermos en cualquier rango espirométrico y portadores de cualquier genotipo CFTR asociado a mutaciones con insuficiencia pancreática. De los 10 genes estudiados, se ha demostrado que el codón 10 cc del TGFβ1 actúa como modificador adverso de la función pulmonar, de forma similar a como lo hace en el asma. Sin embargo, en la EPOC tiene un papel protector, lo que lleva a pensar que los mismos polimorfismos genéticos pueden proteger o no, según el ambiente o la acción de otros factores genéticos. 3. Review of outcomes of neonatal screening for cystic fibrosis versus non-screening in Europe Dankert-Roelse JE, Merelle ME. J Pediatr 2005; 147: S15-20 Comentado por Mª Isabel Barrio Gómez de Agüero. Sección de Neumología Pediátrica. Hospital Infantil la Paz. Madrid 197 En este suplemento se analizan los resultados de los programas de screening neonatal en distintos países, tanto en Estados Unidos como en Europa. En este artículo, los autores revisan los resultados europeos publicados, para analizar si el screening neonatal conlleva a un mejor pronóstico. Utilizan como parámetros de medida la supervivencia, mortalidad temprana, estado pulmonar, nutricional y el número de ingresos hospitalarios. También se analiza el comportamiento reproductivo en los padres y familiares. Los pacientes nacidos en las últimas dos décadas en programas de detección neonatal demuestran que tienen un desarrollo ponderoestatural normal durante la infancia. La mayoría de los estudios demuestran que tienen menor daño pulmonar y requieren menos hospitalizaciones que el grupo diagnosticado sin programa de screening. En Francia (Bretaña) ha habido una reducción del 15,7% de prevalencia en FQ tras la introducción del programa de detección neonatal. Concluyen que hay cada vez una mayor evidencia de que el screening neonatal de la FQ previene la muerte temprana y conlleva una situación clínica mejor y más prolongada en estos pacientes. 4. Sweat- testing: a review of current technical requirements Beauchamp M, Lands LC. Pediatr Pulmonol 2005; 39: 507-11. Comentado por: Mª Teresa Martínez Martínez. Servicio de Neumología. Unidad de Fibrosis Quística. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid El test del sudor continúa siendo un componente clave en el diagnóstico de la fibrosis quística. El transporte iónico anormal, que ocurre en esta enfermedad, se demuestra por la presencia de altas concentraciones de sodio y cloro en sudor; no obstante, es el análisis cuantitativo de los niveles de cloro el que se acepta mayoritariamente como el test más discriminatorio para el diagnóstico de la fibrosis quística. En este artículo, los autores realizan una descripción general del test del sudor y de los diferentes sistemas más utilizados, revisando los aspectos técnicos relacionados con su procedimiento. Se analizan las ventajas y desventajas que ofrecen cada uno de ellos, los problemas que pueden surgir y la interpretación de los resultados. Dejan claro que las medidas físico-químicas tales como la osmolaridad y la conductividad no aportan más que aproximaciones de los niveles de electrólitos en sudor y, por lo tanto, tan sólo deben ser considerados como valores de screening. Para valores de conductividad (screening), una cifra superior o igual a 50 mmol/l indicaría la necesidad de repetir el test. Un paciente con un resultado positivo o borderline para un test de screening debería ser remitido a un centro con experiencia, para repetir y confirmar el test. El diagnóstico de certeza recae en el análisis cuantitativo de los niveles de cloro en sudor, que es el test que ofrece mayor precisión, siempre que se acompañe de una clínica compatible. Los valores de referencia para el cloro en sudor son: inferior a 40 mmol/l, negativo; 40-60 mmol/l, borderline; y superior a 60 mmol/l compatible con fibrosis quística. Los autores comentan que algunos estudios sugieren que el punto de corte para un resultado positivo en recién nacidos debería descender a 30 mmol/l para descartar la posibilidad de falsos negativos. También ofrece un listado de otras causas que pueden dar lugar resultados erróneos del test del sudor, como problemas técnicos y fisiológicos. El artículo concluye re198 comendando que el test del sudor debe ser realizado por personal competente familiarizado con la técnica y el equipo que maneja y que debería estar restringido a los centros que realizaran un volumen significativo de tests al año. 5. Late diagnosis defines a unique population of long-term survivors of cystic fibrosis Rodman DM, Polis JM, Helshe SL, Sontag MK, Chacon C, Rodman RV, et al. AM J Respir Crit Care Med 2005; 15: 621-6. Comentado por: Rosa María Girón Moreno. Servicio de Neumología. Hospital de La Princesa. Madrid La expectativa de vida de los pacientes con fibrosis quística (FQ) se ha incrementado de forma considerable en las últimas décadas, como consecuencia del seguimiento en unidades multidisciplinarias y del avance farmacológico. Hoy día, la mediana de supervivencia de la enfermedad es de unos 32,9 años; no obstante, hay un grupo de pacientes que llega a superar esa edad. En este trabajo se seleccionaron los pacientes con FQ mayores de 40 años controlados en el Centro Médico de Jewish, durante el periodo comprendido entre los años 1992 y 2004. Los 55 enfermos se clasificaron, según la edad del diagnóstico en: “diagnóstico precoz” (infancia) o “diagnóstico tardío” (edad adulta), y se analizaron las características clínicas de los dos subgrupos. El grupo de diagnóstico precoz (28 pacientes), con una edad media al diagnóstico de 2 años (rango 0,1-15 años), fueron predominantemente varones, insuficientes pancreáticos, colonizados por Pseudomonas aeruginosa y, con mayor frecuencia, homocigotos de la mutación delF508. Sin embargo, el grupo de diagnóstico tardío (27 pacientes), con una edad media al diagnóstico de de 48,8 años (rango 24-72,8 años), fueron mujeres en su mayoría, suficientes pancreáticos, presentaron una menor proporción de colonizaciones por Pseudomonas aeruginosa, diabetes y homocigosis de la mutación del F508 y, por el contrario, mostraron una mejor función pulmonar y más cultivos positivos con micobacterias ambientales que el grupo diagnosticado de forma precoz. Este trabajo concluye, por tanto, que entre los pacientes adultos con FQ, se pueden distinguir dos subgrupos, con unas peculiaridades clínicas claramente diferentes: los de diagnóstico en la infancia y los de diagnóstico en la edad adulta. 6. Misdiagnosing Cystic Fibrosis in the era of gene analysis Moser CH, Nussbaum E, Thompson R. Pediatr Pulmonol 2005; 9: 379-81. Comentado por: M. Carmen Antelo Landeira. Sección de Neumología Pediátrica. Hospital Infantil La Paz. Madrid Desde el descubrimiento del gen de la FQ en 1985, la descripción de nuevas mutaciones ha sido imparable. A pesar de la gran ayuda que ha supuesto la genética, siempre se deben evaluar el genotipo y el fenotipo. El diagnóstico exige la clínica consistente en síntomas sinupulmonares con o sin insuficiencia pancreática junto con la elevación del cloro en sudor (≥ 60) o dos mutaciones causantes de enfermedad situadas en diferentes cromosomas. En este artículo se comenta el caso de un paciente diagnosticado durante varios años de FQ por estudio genético prenatal al presentar dos mutaciones identificadas en ese momento como específicas de FQ. A raíz de un estudio en otro familiar se replanteó REVISTA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA VOL. 9 Nº 4 - OCTUBRE-DICIEMBRE 2006 el caso dada la buena evolución y la normalidad del test del sudor. Una de las mutaciones que presentaba, la 1148T, se había retirado años después de describirse, de los paneles de diagnóstico de FQ. Por lo tanto, el diagnóstico de la FQ no debe de ser exclusivamente genético sino que debe de ser complementado con los criterios clínicos clásicos. 7. Early detection of lung disease in preschool children with cystic fibrosis Bush A, Davies J. Curr Opin Pulm 2005; 11: 534-8. Comentado por: Enrique Villalobos Pinto. Sección de Neumología. Hospital Infantil Niño Jesús. Madrid Los niños recién nacidos afectos de fibrosis quística (FQ) tienen pulmones normales, pero rápidamente desarrollan enfermedad pulmonar crónica que, finalmente, será fatal en la mayoría de ellos.No está claro si la inflamación precede a la infección o viceversa, pero sí se han llegado a aislar mediadores que lesionan el epitelio pulmonar como la elastasa de los neutrófilos. La evaluación convencional de los lactantes descansa en síntomas y signos físicos, así como en la radiología de tórax. La espirometría puede realizarse en edad escolar, pero en ocasiones ya hay evidencia de obstrucción fija al flujo aéreo. Estudios de función pulmonar usando la técnica de compresión rápida tóraco-abdominal han mostrado que ya al diagnóstico los lactantes tienen obstrucción al flujo aéreo, incluso sin haber evidencia clínica o microbiológica. La broncoscopia ha mostrado evidencia de inflamación e infección incluso ya a las pocas semanas de vida. Las nuevas terapias hacen si cabe más urgente el determinar si los niños en edad preescolar van a empezar a deteriorarse y cuáles van a poder responder a la terapia convencional. En este artículo se hace una revisión de los métodos actualmente disponibles en este contexto. La espirometría es fácil de realizar para niños en edad preescolar; pero los lactantes requieren sedación por lo que esta técnica no puede ser usada como método de seguimiento de la función pulmonar. Se establecen unos criterios de control de calidad para la espirometría en niños en edad preescolar. Se han realizado, asimismo, estudios midiendo la DLCO, no concluyentes. Se han realizado técnicas de pletismografía, midiendo la resistencia específica de la vía aérea (sRaw), de medición de resistencias por interrupción (Rint) y de oscilación forzada; de estas técnicas, tan sólo la sRaw ha resultado consistentemente anormal en la fibrosis quística. Recientes estudios han querido valorar el mezclado de gases, marcador exquisitamente sensible de enfermedad de la vía aérea distal. Se ha usado el lavado de nitrógeno con O2 al 100%, y últimamente se han empleado gases inertes como el SF6, usándose el índice de aclaramiento pulmonar (LCI) calculado a partir de la caída del 1/40 de la concentración inicial insuflada del gas. Esta técnica se ha usado en todos los grupos de edad. Se describen dos estudios transversales recientes que comparan esta técnica con otras de las comentadas previamente, resultando el LCI como el parámetro más sensible en detectar anomalías de la función pulmonar en estos pacientes. Se describen diversos estudios que hablan a favor del papel que juega el TACAR en la precocidad del diagnóstico de anomalías anatómicas en pacientes con FQ, siendo en ocasiones más Grupo de Fibrosis Quística de Neumomadrid. Fibrosis quística sensible que la espirometría, según se detalla en un estudio longitudinal sobre 48 niños. Se establece la necesidad de considerar este estudio dentro del arsenal diagnóstico de esta enfermedad en combinación con estudios sensibles de la función pulmonar. Se habla asimismo del papel que la broncoscopia puede jugar en el diagnóstico precoz de esta enfermedad, sin hallazgos claramente concluyentes. Como conclusión, se pueden usar distintas técnicas para detectar y monitorizar enfermedad precoz pulmonar en pacientes con fibrosis quística. Existe necesidad de más estudios longitudinales, y que comparen estas técnicas, en relación con el status inflamatorio e infeccioso del paciente, siempre teniendo en cuenta que el FEV-1 permanece normal hasta estadios tardíos en los cuales nos podrá servir como un método excelentemente válido de seguimiento de nuestros pacientes. 8. Pneumothorax in cystic fibrosis Flume P, Starnge C, Ye X, Ebeling M, et al. Chest 2005;128: 720-9. Comentado por: Rosa María Girón Moreno. Servicio de Neumología. Hospital de La Princesa. Madrid El neumotórax espontáneo es una complicación descrita en los enfermos con FQ. Se postula que la retención de secreciones pulmonares que se produce en estos pacientes incrementaría la presión intrapulmonar originando el neumotórax. En este trabajo, se analizaron, en los 28.858 pacientes del Registro Americano de la Fundación de Fibrosis Quística (años 1990-1999), los factores de riesgo de neumotórax, así como el pronóstico. La media de incidencia anual fue de 0,64% y un 3,4% en el total de enfermos. La prevalencia de neumotórax aumentó con la edad (21,9 ± 9,1 años) y con la gravedad de la obstrucción pulmonar (75% de los pacientes tuvieron FEV1 < 40%). Se observó una prevalencia similar en hombres que en mujeres. Los principales factores de riesgos de neumotórax fueron: la colonización pulmonar por Pseudomonas aeruginosa (OR 2,3), Burlkholderia cepacia (OR 1,8) o Aspergillus (OR 1,3), un FEV1 < 30% del predicho (OR 1,5), nutrición enteral (OR 1,5), MEDICAID INSURANCE (OR 1,1), la insuficiencia pancreática (OR 1,4), la aspergilosis broncopulmonar alérgica (OR 1,5) y la hemoptisis masiva (OR 1,4). En general, después del neumotórax existió un incremento de la morbilidad (mayor número de hospitalizaciones y de días de ingreso hospitalario) y de la mortalidad en los dos años siguientes al episodio. Se concluye que el neumotórax es una complicación grave en la FQ, que se origina en mayor proporción en pacientes de más edad y grado avanzado de la enfermedad, y que implica un aumento claro de la morbimortalidad. Aproximadamente 1 de cada 167 enfermos sufren un neumotórax cada año. 9. Tratamiento antimicrobiano frente a la colonización pulmonar por Pseudomonas aeruginosa en el paciente con fibrosis quística Cantón R, Cobos N, de Gracia J, Baquero F, Honorato J, Gartner S, Álvarez A, Salcedo A,Oliver A y GarcíaQuetglas E, en representación del Grupo Español de Consenso del Tratamiento Antimicrobiano en el Paciente con Fibrosis Quística. Arch Bronconeumol 2005; 41 (Suppl 1): 1-25. Comentado por: Antonio Salcedo Posadas. Sección de Neumología Pediátrica. Hospital Gregorio Marañón. Madrid 199 En la actualidad, la supervivencia en fibrosis quística (FQ) está íntimamente relacionada con la colonización-infección bacteriana crónica broncopulmonar que genera un aumento del número de exacerbaciones respiratorias y de ingresos hospitalarios con el subsiguiente deterioro funcional. El germen más frecuentemente implicado en este deterioro es Pseudomonas aeruginosa muy por encima de otros gérmenes habituales en FQ como son Staphylococcus aureus, Stenotrophomonas maltophilia, Achromobacter spp., Burkholderia cepacia o determinadas micobacterias. Han sido elaborados muchos protocolos de actuación dirigidos a evitar la adquisición de dicho germen y a erradicarlo en los primeros momentos de su adquisición, antes de que se pongan en marcha los mecanismos de defensa bacterianos que impidan la erradicación. En esta publicación se transcribe un documento de consenso sobre la norma de actuación frente a la colonización-infección pulmonar por Pseudomonas aeruginosa en FQ elaborado en nuestro país por diferentes expertos de diversas sociedades implicadas en el control y seguimiento de este tipo de enfermos. Las sociedades participantes, con expertos elegidos en cada una de ellas por sus órganos directivos que compusieron el denominado Grupo Español de Consenso del Tratamiento Antimicrobiano en el Paciente con Fibrosis Quística, fueron la Sociedad Española de Fibrosis Quística (SEFQ), la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP), la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), la Sociedad Española de Quimioterapia (SEQ) y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Esta normativa ha sido confeccionada, por lo tanto, por neumólogos pediatras, neumólogos de adultos, expertos en FQ, microbiólogos y farmacólogos, que han mejorado enormemente su contenido, las posibilidades de difusión y su utilidad para los diferentes grupos españoles que tratan pacientes con esta patología. En la publicación se detalla la historia natural de la colonización-infección por Pseudomonas aeruginosa, su epidemiología y la monitorización microbiológica deseable, haciendo una exposición detallada de los diferentes patrones microbiológicos de colonización-infección pulmonar por este microorganismo que va a ser fundamental para decidir la estrategia terapéutica. Los objetivos en el tratamiento frente a la colonización-infección por Pseudomonas aeruginosa y la actitud a tomar en cada caso en relación a la catalogación de la fase de la enfermedad son claramente definidos aportando esquemas y cuadros que clarifican y simplifican la norma de actuación. De esta forma se estratifican los enfermos con primer aislamiento del germen en fase 200 estable o en exacerbación, enfermos con infección-colonización crónica, pacientes con exacerbaciones respiratorias o presencia de casos especiales con gérmenes multirresistentes o combinación de microorganismos. A lo largo del artículo se realza la importancia del desarrollo de resistencias a los antimicrobianos y se analizan aspectos de farmacocinética y farmacodinámica de la terapéutica antimicrobiana. El control y seguimiento del enfermo con FQ es también analizado con una puesta al día de la norma de actuación ante todo paciente con FQ desde el momento del diagnóstico antes de la adquisición del germen, ante su primer aislamiento y a lo largo de su evolución pasando de colonización intermitente a crónica y adquisición del fenotipo mucoide responsable del deterioro. Para ello se especifican los parámetros clínicos, analíticos, funcionales, microbiológicos y por técnicas de imagen útiles para la valoración de la eficacia de la prevención de la adquisición del germen y tratamiento de su aislamiento y colonización e infección crónicas. Además, se especifican las medidas de control epidemiológico efectivas para disminuir la posibilidad de transmisión. 10. Trasplante pulmonar en enfermedades supurativas De Pablo A, López S, Ussetti P, Carreño MC, Laporta R, López García-Gallo, Ferreiro MJ. Arch Bronconeumol 2003; 41: 225-9. Comentado por: M. Carmen Martínez Carrasco. Sección de Neumología Pediátrica. Hospital Infantil La Paz. Madrid Entre los años 1991-2002 se realizaron 171 trasplantes pulmonares en la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, 27 fueron en pacientes con fibrosis quística (FQ) y 17 en bronquiectasias de otras etiologías. En el momento del trasplante la función pulmonar mostraba grave obstrucción bronquial e insuficiencia respiratoria. Sólo la presión arterial de oxígeno, fue significativamente menor en los pacientes con bronquiectasias no FQ. El 91% presentaba colonización bronquial, 64% Pseudomonas spp, en un 9% multirresistente. Un año después del trasplante un 34% seguían mostrando colonización bronquial. La supervivencia al año fue del 79% y a los 5 años del 49% sin diferencias significativas entre los pacientes con FQ y el resto de las enfermedades supurativas, ni entre los pacientes con o sin colonización por Pseudomonas spp. Sólo 2 pacientes fallecieron por neumonía bacteriana en el primer mes del trasplante pulmonar. Concluyen que, a pesar de que la colonización de la vía aérea de los pacientes con enfermedad supurativa complica el manejo tras el trasplante pulmonar, los resultados en término de supervivencia son buenos. REVISTA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA VOL. 9 Nº 4 - OCTUBRE-DICIEMBRE 2006