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CONFERENCIA BARCELONA ABRIL 15/16-2016 Buenos días a todos. Es una satisfacción poder hablar ante ustedes. Agradezco la invitación para dar esta ponencia- Los organizadores indicaron el título de la misma. Igualmente quiero dar mi reconocimiento por el trabajo de organizar un evento como este. Es evidente que mi limitado tiempo me obligará a dejar muchos aspectos sin tratar y es mi voluntad no hablar de acciones individuales o empresariales realizadas o por realizar, sino centrarme en aspectos globales que a todos nos afectan. Desde estas limitaciones quiero exponerles una serie de reflexiones que tiene que ver con el presente y con el futuro de la Medicina Integrativa (MI) en nuestro país. 1 reflexión. La medicina integrativa y sus circunstancias. La medicina no es una ciencia, es ciencia de ciencias. Recoge y aplica al ser humano otras propuestas y disciplinas. Y eso la hace especial en su método. Entre otras cosas porque tratamos de analizar un sistema extremadamente complejo: estudiar los determinantes de su salud y de sus enfermedades y cómo tratar de aliviarle, y aplicamos para ello muchas veces instrumentos de medida destinados a sistemas básicos donde no hay interferencias. Es además una profesión y un cuerpo de conocimientos con una amplia proyección social. La medicina que practicamos hoy es hija de su tiempo histórico, eso supone contar con importantes influencias políticas, sociales y económicas. La MI lo es también del momento que vivimos, forma parte de la historia de nuestro tiempo presente, es el resultado de la globalización, del pensamiento en red, de la ciencia del pensamiento complejo, de la visión cada vez más transversal que nos alcanza a todos y en todos los planos. Es heredera de un cuestionamiento global del modo de entender la vida y su organización. 1 En sus raíces hay una notable base de conocimientos y de análisis filosófico, sociológico y epistemológico imposible de reseñar aquí. Y es un nuevo paradigma porque, entre otras circunstancias, cumple con las premisas del filósofo de la ciencia Khun sobre ello: responde a las nuevas preguntas y subsume a las anteriores, no las destruye. Suma, no divide. Todo lo nuevo siempre es recibido con tensión e incluso animadversión por lo constituido. Son los mismos que en cada tiempo histórico desdeñaron las recomendaciones de Van Leewuenhoek, llevaron al manicomio a Semmelweis, pintaron de mono a Darwin, ningunearon a Sigmund Freud o tildaron de farsantes a los doctores australianos Warren y Marsahll,descubridores del Helicobacter pylori. Son aquellos que residen en escenarios de confort profesional, académico o institucional. ” Donde hay poder, hay resistencia”(Foucault). Con éstos tranquilos, porque nadie puede poner puertas al campo. La MI-surge por las demandas de los pacientes y de los ciudadanos -, y ha venido para quedarse y crecer de forma progresiva. Solemos decir que será la medicina del futuro, pero la realidad es que en muchos lugares es ya del presente. La MI se enfrenta y seguirá enfrentándose a barreras y resistencias en los próximos años. Y como todo lo que nace y debe crecer hasta madurar, deberá ser capaz de marcar su presente y su futuro: eso supone establecer sueños estratégicos y desarrollar planes para alcanzarlos, poner límites y estar atenta a desviaciones y caminos erróneos o falsos. Porque la otra gran amenaza viene de aquellos que se adhieren a la bandera de la MI sin formación adecuada y hacen cosas sin rigor, mezclando todo. Son náufragos dispuestos a sobrevivir como sea. Gentes que quieren parecer lo que no son. Estos pueden desorientar. La tercera barrera que se opone a la MI es la más importante porque somos nosotros mismos, los que la practicamos y creemos en ella porque hemos observado sus beneficios sobre los pacientes. Es la barrera más importante porque nos concierne a todos nosotros y por ello hablaré más delante de forma especial. 2 La MI nace por varias circunstancias: indicaré dos: la primera es el factor demográfico vinculado al nuevo hecho del envejecimiento de las poblaciones en todo el mundo, especialmente en Occidente y Japón. Un éxito. Es la primera vez que la humanidad se enfrenta a que amplias capas de población alcancen edades avanzadas. Pero no tenemos experiencia histórica. Junto a ello estamos en una crisis de salud vinculada al incremento de las enfermedades crónicas, tanto que se habla de cronificación de las sociedades. Hoy las enfermedades crónicas consumen recursos económicos y generan malestar individual, familiar y social. Crean discapacidades añadidas y dependencias. El 50% de la población española consume por lo menos un medicamento al día (datos de Farmaindustria) y las enfermedades crónicas representan el 70% del gasto en salud pública. En 2010 en EEUU 120 millones de personas padecían al menos una enfermedad crónica en 2010.En nuestro país representan ya el 70% del gasto sanitario. Todo ello ya genera un volumen de gasto creciente que es imparable e imposible de sostener en un futuro inmediato. Además la población española considera que la prestación de salud es un derecho inalienable, algo que en los últimos años ha sufrido reveses por el fenómeno de la crisis y de los recortes presupuestarios. Pero hoy ya empezamos a vivir una emergencia de salud y no lo percibimos. Y el sistema, como lo conocemos, no tendrá más remedio que cambiar en un tiempo no lejano. Estamos hablando de un factor económico. Hoy ya hay estudios que resaltan y comparan los amplios beneficios económicos-en ahorro de medicamentos y en ahorro de pruebas-al introducir prácticas de MI. Y la segunda razón importante es la demanda de los pacientes de recibir atención global. En los años 90’ los dos informes Eisenberg señalaban que un 40% de los pacientes norteamericanos acudían a terapias denominadas alternativas y avisaba a la medicina norteamericana de la importante pérdida de recursos monetarios que eso suponía. Estos informes se completan con la publicación en JAMA en 1998 por el grupo de Austin JA donde se exponían las razones de ello: ¿por qué lo hacían? 3 Los pacientes buscaban orientación en salud y sanación, buscaban remedios más naturales, recomendaciones en nutrición y dietas, en cambios de estilo de vida. Buscaban terapias menos agresivas. La MI es la respuesta a estos nuevos escenarios de cambio y ante esas demandas por parte de la población. Hasta ahora todo ha estado diseñado a esperar que la enfermedad se desarrolle, para luego actuar: ¿de qué modo? Basicamente medicalizando al paciente. España es el país del mundo con más consumo de medicamentos por habitante. Y eso supone gasto y riesgo de efectos secundarios derivados de la polimedicación. La medicina que resulta tras la II Guerra Mundial ha cosechado éxitos en tratamiento situaciones agudas, pero fracasa en las enfermedades crónicas. Los efectos adversos de los fármacos representan una causa importante de atención en urgencias. El medico actual nada sabe hacer si no puede recetar. Y una gran parte de la población se irrita si no sale con una receta de la consulta. Ambas cosas son inaceptables. Y es porque el modelo actual, nunca se centró en la salud y la sanación sino en la enfermedad y en su tratamiento biológico y se ha hecho poco fuera de declaraciones formales-, en la promoción de la salud y en la perspectiva de atención integral. Es necesario cambiar este modelo, adaptarlo, aceptar lo bueno del anterior, el gran desarrollo en conocimientos y en tecnología, pero entender que hay que dar un salto hacia adelante. No será fácil. Hay que modificar la formación médica, cambiar aptitudes de muchos años, muy aceptadas y consideradas con apoyos políticos y económicos. La MI se aleja del biopoder que ya Foucault explicó y de la creación de un “estado dramático”, un “estado de shock” en determinados diagnósticos ante los cuales a los pacientes no les queda más remedio que claudicar y ofrecerse en bandeja a los que “realmente saben”. La Mi se aleja de esta forma de poder-saber propio de las élites intelectuales Muchos presentan a la MI como una medicina que añade nuevas herramientas al cajón de útiles o que parece sustituir unas técnicas por otras. Pero la MI no es simplemente cambiar acupuntura por analgésicos o homeopatía por antiinflamatorios. Eso no es Medicina Integrativa, si es sólo eso. Porque una cosa son los instrumentos y otra el método. 4 Otra cuestión es que se puede y deba aceptar que existen diferentes formas, niveles y modos de hacer medicina integrativa atendiendo a aspectos tan variables que van desde las circunstancias de financiación de un proyecto empresarial determinado, hasta las influencias culturales del lugar donde se implanta. Estamos ante un nuevo enfoque-por eso podemos decir que es un nuevo paradigma-, porque el método es una visión auténticamente integral del ser humano: donde se atiende lo corporal, lo biológico y al mismo tiempo y al mismo nivel lo emocional y lo psíquico, tanto en la búsqueda y desarrollo del sufrimiento humano, y de las enfermedades como en su forma de diagnosticar y tratar. Pone el acento y de ahí nuevos cambios, en dotar al interesado, al paciente, de conocimiento y de formación, en un auténtico empoderamiento (su auténtica implicación), destinada no “a convertirse en un minimédico” sino a que tome conciencia de la necesidad de cambio en su estilo de vida, en la responsabilidad de cuidarse (de cuidarnos, queridos compañeros) y de cuidar el entorno donde todos vivimos. Este es un trabajo difícil, porque el ser humano tiende a eludir su propia responsabilidad. Porque la capacidad de curarse ha sido expropiada, ha dejado de pertenecer al paciente. Y algunas propuestas de Ivan Illich, uno de los más notables representantes del movimiento antimedicina, conviene aquí entenderlas. La MI pone el énfasis en un sistema de trabajo donde se colabora, se trabaja en equipo o en red, bajo el principio de competencia, no de jerarquía. y donde los médicos acostumbrados a ser “demasiado” el centro del sistema, nos vemos en la obligación de entender nuestro nuevo papel dentro del equipo de salud. Por eso hoy se comienza a hablar especialmente en EEUU de Salud Integrativa. Un concepto, que como indicaremos más adelante, ya nos anticipamos en España al denominar a la sociedad científica española de “Salud y Medicina integrativa”. La calidad, el rigor, el principio de precaución son instrumentos imprescindibles en nuestra práctica. Ejercer una medicina heterodoxa nos obliga a ser brillantes. 5 Y no hay que olvidar que hablamos de una práctica nueva, con métodos de enfoque y diagnóstico nuevos, donde la interrelación de sistemas, órganos y relaciones fisiopatológicas es clave para entender los procesos de sanación –como bien ha explicado entre otros Dr. Andrew Weil-, considerado éste, como un sistema sutil que impregna a la naturaleza, y que busca el equilibrio y la adaptación como una constante. La MI ofrece apoyar este equilibrio y esta adaptación; no juega en contra. La Salutogénesis sería el foco. Alternativa a la patogénesis, como hace más de 30 años el médico y sociólogo Aaron Antonovsky indicaba. Esto supone 1.-investigar las causas de la salud, no de la enfermedad; 2.-concentrarse en los recursos para recuperarse, no en los riesgos; 3.-ver la salud y la enfermedad como un proceso continuo, no con límites y 4.-entenderlos como procesos, no como resultados. Establecer estas conexiones fisiopatológicas acerca a la MI a las raíces hipocráticas de la medicina y aunque es en su origen una propuesta occidental, ha mirado con justo interés otros sistemas, otras formas de entender y sanar, como son la MTC, Ayurveda o la Medicina Tibetana. También mira a la medicina interna o a la medicina de familia, porque actúa desde un enfoque transversal, en contra de la visión superespecializada que una medicina ultratecnificada, a la que reconocemos unos valores por la profundidad de sus conocimientos y con la que se colabora sin tensión, pero también admitiendo que se centra exclusivamente en una parte del todo, y que por tanto, pierde el enfoque global. El enfoque de la Medicina Integrativa es “por el todo”. Y éste es un valor añadido que los pacientes buscan y premian. Y lo harán cada vez más. 6 2.- Segunda reflexión: Cómo nos encontramos hoy. Hablar de la Medicina Integrativa en nuestro país: ¿en relación a qué? ¿En comparación con quién? ¿Así misma hace unos pocos años o en comparación con el nivel y desarrollo en otros países como los EEUU, o algunos países europeos o Japón? En primer lugar el propio concepto y planteamiento sigue siendo muy desconocido para mucha capas de población-aunque cada vez menos-, y para muchos sectores institucionales de la administración sanitaría y universitaria-, aunque cada vez menos. La MI tiene en nuestro país un tiempo corto. A finales del 2009 y a lo largo del 2010 surgieron realmente centros privados auto denominados como de “medicina integrativa”. Identificación a la que se han ido sumando de forma progresiva otros, que existían bajo distintas denominaciones, y ahora están caminando bajo esta bandera. Porque siempre han existido en España profesionales en diferentes lugares del país que aplicaban técnicas alternativas, o complementarias, basadas en una medicina natural o naturista, en filosofía de la medicina antroposófica o en medicina denomina biológica o con otros adjetivos que buscaban diferenciarse de la práctica dominante alopática, alejándose de usos y prácticas estandarizadas y protocolizadas que se enseñaban y se enseñan en facultades o escuelas universitarias, de las que se mantienen en publicaciones científicas y en reuniones y congresos de profesionales de salud. La medicina con enfoque natural ha tenido antecedentes históricos notables en nuestro país. Hay una sociedad española de medicina natural con larga historia. Hubo y hay agrupaciones de médicos que buscan espacio propio en sus Colegios con secciones de medicinas complementarias. Hay sociedades científicas con más o menos miembros vinculados a una práctica o técnica: homeópatas, acupuntores, ozonoterapéutas, microinmunoterapéutas, ortomoleculares, fitoterapéutas, técnicas manuales, etc…. Otros profesionales de la salud, como la enfermería lo han hecho de forma similar, por el anhelo de encontrar caminos diferentes y nuevas opciones alejadas de la vinculación a las decisiones médicas y poder ofrecer espacios propios y satisfacer el deseo de los pacientes de encontrar apoyos, que no reciben por parte de sus médicos. 7 Hay profesionales que incluso en nuestro país no disponiendo de un Colegio Profesional, como los nutricionistas y que para los que la Medicina Integrativa son esenciales. Historicamente hubo intentos-anulados-, de su regulación, especialmente en Cataluña. Y el ministerio de salud publicó un “Análisis de situación de las terapias naturales” donde se ofrecía información contradictoria. Y ahora volveré a hablar de lo que creo personalmente que es la barrera para el desarrollo de la MI en nuestro país: nosotros mismos. Puede parecer una contradicción: ¿Cómo es posible decir que precisamente los que creemos en ella, los que estudiamos y trabajamos en ella y la practicamos con más o menos intensidad, y vemos resultados correctos o a veces brillantes, somos la principal barrera para su desarrollo? La MI española necesita tomar realidad de sí misma y de lo que la rodea. A fecha de hoy desde mi opinión, no lo hemos conseguido. Quizá sea debido al corto tiempo, pero no ha sido una limitación para otros en otros lugares. No hemos organizado un gran congreso nacional, no disponemos de un registro de centros que practiquen medicina integrativa de rigor, y no disponemos de una publicación científica de adecuado nivel que sirva de canal en esta materia. No hay programas coherentes y rigurosos de formación bajo tutela universitaria. Los poderes públicos con responsabilidad en salud desconocen las posibilidades que les ofrece la MI ni se han puesto en práctica con excepciones puntuales, programas de trabajo. Escasos profesionales de medicina españoles han estado presentes en los Congresos Europeos de Medicina Integrativa de los que ya van 8. Hasta donde sé a fecha de hoy son pocos los miembros españoles en la Sociedad Europea de Medicina Integrativa. Los españoles no tenemos voz dentro de ella. Y esto lo digo con razones de primera mano. No pongo el foco de los problemas en la calidad de nuestros profesionales, que la tienen. O en el grado de entusiasmo y compromiso con sus pacientes, que lo hacen. Hoy la gran cuestión es ¿qué esperamos para organizarnos? ¿No nos están demostrando ya desde diversos escenarios-recientes-, que si no lo 8 hacemos nuestras posibilidades como profesionales, como científicos, estarán mermadas? En otros países se está haciendo. No somos EEUU, ni somos norteamericanos con esa notable capacidad para organizarse y entender que vivimos en una sociedad de intereses, de grupos de interés y que debemos actuar como lobbys, como grupos de presión. Esta capacidad de agruparse ha llevado a que hoy, el desarrollo de la Medicina Integrativa en los EEUU sea una realidad con más de 50 centros universitarios y clínicos de altísimo nivel que ofrecen programas de formación en salud integrativa, que ofrecen servicios de medicina integrativa, sin problemas. Y gracias a ello la MI avanza en el resto del mundo. Ese pragmatismo anglosajón que ya en su tiempo admiró Santiago Ramón y Cajal yo lo añoro para tenerlo aquí, como admiro al Consortium de Centros de Medicina Integrativa de los EEUU o los trabajos del IOM (Instituto de Medicina) en este campo. Y envidio sanamente las actividades de la Sociedad Japonesa de Medicina Integrativa, que fue capaz de congregar a más de 2000 personas en un último congreso en Tokio el pasado abril. Los colegas japoneses han buscado persuadir al gobierno nipón para que incluya en los presupuestos del Estado criterios de medicina integrativa y especialmente del denominado desarrollo social-el brazo social de la MI-, una aportación muy notable para hacer frente a los problemas de salud del país. O los trabajos que se están haciendo en Argentina, donde la Sociedad Argentina de Medicina Integrativa organiza ya varios años masters vinculados a la Facultad de Medicina de la Universidad de Belgrano en Buenos Aires. Podría seguir dando ejemplos de diferentes países. ¿Y aquí? Reuniones como las de hoy son escasas. Por eso mi reconocimiento y admiración a los promotores. Lo que sí vemos últimamente, son acciones radicales en el ámbito universitario en contra de programas de formación postgrado de algunas de las técnicas que pueden aplicarse en MI. Estas acciones, aventadas por 9 diversos medios de comunicación, les sorprendería lo capaces que son de alcanzar al común de los ciudadanos. La situación global nos indica hoy la de trabajar juntos, organizarnos y actuar con espíritu altruista y positivo. Jean Paul Sartre decía que antes de pensar contra los demás deberíamos pensar contra nosotros mismos. Debemos pensar de forma individual y colectiva qué no estamos haciendo para que la MI adquiera en nuestro país el papel que ya tiene en otros lugares. En este espíritu –trabajar juntos y organizarnos-,se creó en Madrid por iniciativa de distintos profesionales, algunos estamos hoy aquí presentes, la SESMI: SOCIEDAD ESPAÑOLA DE SALUD Y MEDICINA INTEGRATIVA, con vocación de ser un instrumento de organización profesional, de apoyo y de desarrollo para todos los interesados en la MI, de promoción y difusión social e institucional de la MI, para establecer relaciones internacionales, para ofrecer un forma de trabajo común a través de grupos de trabajo e interés, para desarrollar programas formativos de calidad. SESMI ya tiene página web. Y tiene proyectos en marcha. Quiero presentársela: www.sesmi.es La SESMI en sus estatutos es coherente con el modelo de trabajo transversal e integrativo. Está abierta a los que quieren trabajar en pos del desarrollo de la MI y que forman el equipo de salud. Permitirá agruparse en diversas áreas de trabajo, según intereses y presentará en breve una publicación científica, una revista que será su revista oficial. Hoy hay que hacer dos cosas esenciales: 1.- la primera recoger un acervo de información científica validada-la hay, y se está produciendo. 2.-Y una segunda y muy importante: establecer mecanismos globales de protección jurídica en el ejercicio de la misma. Ejercemos medicina desde la medicina más pura, ejercemos enfermería, nutrición, fisioterapia, psicología y psicoterapia, y lo hacemos desde una formación reglada. La ejercemos de formas heterodoxas, nuevas, pero con rigor. 10 Pero hay que darle valor: el que tiene, y necesitamos otorgarla de seguridad jurídica en los actos y en los procedimientos, estar protegidos en el ámbito de seguros de responsabilidad civil, tener protección ante acciones externas de todo tipo con equipos de servicios jurídicos especializados. 3.- Tercera reflexión; del presente al futuro. Un conocido pensador decía que “soportaba el presente porque imaginaba el futuro”. El futuro se construye desde el presente. Vivimos en una sociedad muy compleja, cada vez más, donde hay numerosos actores sociales, con distintos intereses que pugnan por obtener satisfacción, vivimos en una sociedad de grupos de interés. Quien no esté organizado, y bien organizado está fuera del juego. Es vital que antepongamos los intereses particulares-legítimos-, pero poco inteligentes en el actual contexto, a los intereses globales, de todos los que nos dedicamos o queremos dedicarnos a la MI, los que pensamos que ayudará a mejorar la salud de las personas, de los ciudadanos y de nuestros pacientes. Los que hemos fundado la SESMI, pedimos ayuda porque la necesitamos, para ayudar luego a todos. Y eso se hace ahora de forma pragmática: incorporándose a ella, pagando su cuota y buscando un modo de participar. Nadie que entre ahora debe pensar “¿qué me ofrecen?”, quien lo haga así es mejor que se quede fuera, porque no ha entendido nada. Se entra para trabajar y colaborar, se entra para construir entre todos, se entra para que lo construido dentro de poco nos reporte beneficios globales. Ortega decía que desafortunadamente el tiempo verbal que solía utilizarse en nuestro país era “el pretérito imperfecto”, un tiempo verbal que expresa una acción que no se ha completado, y que está ahí por culminar… a mí parafraseándole me gustaría que el tiempo verbal que conjugásemos entre todos para la MI fuera del “futuro perfecto”. Y Karl Popper decía que “debíamos ser intolerantes con nuestra propia intolerancia”. ¿Por qué recuerdo la frase? Podemos aferrarnos a pesar de vernos como “integrativos”, a viejos modelos de pensamiento que nos han sido cincelado a fuego: los guiños a nuestros intereses particulares o 11 de grupo para competir entre nosotros. Craso error: debemos ser capaces de mirarnos y ver en los otros lo que somos, reconocernos en ellos y trabajar en red. La MI es un árbol de amplia sombra, en la que se puede y debe crearse un espacio común-y no es necesario abandonar los orígenes-, espacio común para otras organizaciones que ya existen y a las que se les reconoce su trabajo y labor. Hay que trabajar en varios campos, y propongo algunos: 1.- Disponer de una organización fuerte en la que todos puedan reconocerse en alguna parte. Una organización que protege a profesionales del equipo de MI dentro de las atribuciones que la ley marca a cada profesional. 2.- Establecer canales de comunicación lo más fluidos posibles entre nosotros. 3.- Desarrollar criterios de calidad en el trabajo de la MI. 4.- Apoyar a los grupos de pacientes y establecer redes de trabajo con aquellos que quieren recibir atención clínica en este campo. Este eslabón es importantísimo. No hay que olvidar que han sido los deseos y las motivaciones de los pacientes los que han generado el inicio y el desarrollo de la MI. La Asociación de Oncología Integrativa ha sido creada por familiares de pacientes, no por profesionales. Si sólo nos miramos a nosotros mismos no avanzaremos mucho más hoy, donde las relaciones paciente-profesional están cambiando a pasos de gigantes. 5.- Publicar. Hacer estudios. Hacer revisiones. Darlas a conocer. Hacemos una ciencia de la complejidad y ya se habla en muchos lugares de la necesidad de nuevos modelos epidemiológicos que permitan hacer estudios de investigación con instrumentos de medición y análisis acorde a esa complejidad. 6.- Desarrollar programas de formación de calidad en salud integrativa. Muchos jóvenes profesionales –lo sé porque me hacen llegar a mí esta inquietud-, están ansiosos por disponer de una forma de ejercer la medicina y otras profesiones con métodos acordes a las motivaciones que les llevaron a estudiarlas y que normalmente el sistema en escuelas y facultades se preocupa en desmantelar. 12 7.- Crear canales de relación con organizaciones afines internacionales, para intercambios de información y de personas. 8.- Ofrecer información y sus beneficios a responsables sociales y políticos sobre MI. Seguramente entre todos encontraremos más. Termino: Tenemos un deber: presentar lo nuevo. El valor de afirmarlo. Nada necesitará de tanta energía. Sin confianza en nosotros todo estará perdido. Pero si es demasiada, no encontraremos provecho. (Ortega) Y todo ello deberemos hacerlo confiando y sin fiarse. Sin prejuicios, sin creencias, con rigor y con datos. Muchas gracias. José Francisco Tinao Martin-Peña. Presidente de Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa-SESMI. www.sesmi.es 13