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REVISTA ESPAÑOLA DE Volumen II – Número 2 – Junio de 2009 Temblor ortostático Mª Isabel Pérez López-Fraile1, Alicia Saenz de Cabezón Álvarez2, Carlos Pomarón Arbues2. 1 Servicios de Neurología y 2Neurofisiología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. Relación entre el temblor esencial y la enfermedad de Parkinson José M. Errea Abad, C. Ríos Gómez, I. Beltrán Marín Unidad de Neurología. Hospital de Barbastro. Huesca. Pauta práctica de la utilización terapéutica de tetrabenazina Luis Javier López del Val1, Juan Andrés Burguera2, Alfonso Castro García3, Justo García de Yébenes4, Pedro García Ruiz5, Juan Carlos Martínez Castrillo6, Gurutz Linazasoro Cristóbal7, Carlos Salvador Aguiar8, Ernesto Balaguer9 1 Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza. 2 Hospital Universitario La Fe. Valencia. 3 Hospital Clínico Universitario Santiago de Compostela. A Coruña. 4 Hospital Ramón y Cajal. Madrid. 5Fundación Jiménez Díaz. Madrid. 6 Hospital Ramón y Cajal. Madrid. 7Policlínica Guipúzcoa. San Sebastián. 8 Hospital Central de Asturias. Oviedo. 9 Hospital General de Cataluña. Barcelona. EDITA: COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS AGENDA DE CONGRESOS Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento Sociedad Española de Neurología REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Director Luis Javier López del Val Hospital Universitario Lozano Blesa. Zaragoza Comité editorial Miquel Aguilar Barberà Juan Andrés Burguera Hernández Alfonso Castro García Víctor Campos Arillo José Chacón Peña Carmen Durán Herrera Rosario Luquin Puidó Gurutz Linazasoro Cristóbal Juan Carlos Martínez Castrillo Luis Menéndez Guisasola † Carlos Salvador Aguiar Hospital Mútua de Terrassa Hospital La Fe Hospital Universitario Hospital Universitario Hospital Universitario Virgen Macarena Hospital Infanta Cristina Clínica Universitaria de Navarra Policlínica Guipúzcoa Hospital Ramón y Cajal Hospital Central de Asturias Hospital Central de Asturias Barcelona Valencia Santiago de Compostela (La Coruña) Málaga Sevilla Badajoz Pamplona San Sebastián Madrid Oviedo Oviedo Hospital Universitario Miguel Servet Hospital Universitario Hospital Universitario Hospital General de Cataluña Hospital Bidasoa Hospital de Bellbitge Hospital de Barbastro Hospital Aránzazu Fundación Jiménez Díaz Hospital Gregorio Marañón Hospital Xeral Hospital San Pau Hospital Gregorio Marañón Hospital Xeral Hospital San Pablo Hospital General Hospital de Cruces Hospital Clínico Universitario Hospital Universitario Lozano Blesa Hospital Nuestra Señora de Aránzazu Hospital Virgen del Rocío Hospital Virgen de las Nieves Hospital de Tortosa Clínica Universitaria de Navarra Hospital Sant Pau Hospital de Cruces Hospital Universitario Miguel Servet Hospital Álvarez Buylla Hospital Mútua de Terrassa Hospital Universitario Hospital Clínico Fundación Hospital Alcorcón Hospital Clínico Hospital Cristal-Piñor Zaragoza Santiago de Compostela (La Coruña) Las Palmas de Gran Canaria Barcelona Hondarribia (Guipúzcoa) Barcelona Huesca San Sebastián Madrid Madrid Vigo (Pontevedra) Barcelona Madrid Vigo (Pontevedra) Barcelona Alicante Bilbao Madrid Zaragoza San Sebastián Sevilla Granada Tarragona Pamplona Barcelona Bilbao Zaragoza Mieres (Asturias) Barcelona Santiago de Compostela (La Coruña) Ciudad Real Madrid Barcelona Orense EDITA C/ Concha Espina, 8 - 1º Dcha. 28036 Madrid. Teléfono: 91 411 00 32 - Fax: 91 411 01 46 E-mail: informacion@lineadecomunicacion.com Depósito Legal: M-13448-2006 - ISSN: 1886-2268 - © 2009 REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO José Ramón Ara Callizo Manuel Arias Gómez José Matías Arbelo González Ernest Balaguer Martínez Alberto Bergareche Yarza Matilde Calopa Garriga José María Errea Abad Ignacio Fernández Manchola Pedro García Ruiz Espiga Santiago Giménez Roldán Juan Gómez Alonso José María Grau Veciana Francisco Grandas Pérez Antonio Koukoulis Fernández Jaime Kulisevsky Bojarski Carlos Leiva Santana Elena Lezcano García Hugo Liaño Martínez Elena López García José Félix Martí Massó Pablo Mir Rivera Adolfo Mínguez Castellanos Elena Muñoz Farjas José Obeso Inchausti Javier Pagonabarraga Mora José María Prats Viñas Isabel Pérez López-Fraile René Ribacoba Montero Ana Rojo Sebastián Ángel Sesar Ignacio Julia Vaamonde Gamo Lydia Vela Desojo Francesc Valldeoriola Serra Rosa Yáñez Baña Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 Comité asesor VOLUMEN II – NÚMERO 2 – JUNIO DE 2009 O REVISTA ESPAÑOLA DE Temblor ortostático I Mª Isabel Pérez López-Fraile1, Alicia Saenz de Cabezón Álvarez2, Carlos Pomarón Arbues2. 1 Servicios de Neurología y 2Neurofisiología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. 6 R José M. Errea Abad, C. Ríos Gómez, I. Beltrán Marín Unidad de Neurología. Hospital de Barbastro. Huesca. 11 A Pauta práctica de la utilización terapéutica de tetrabenazina Luis Javier López del Val1, Juan Andrés Burguera2, Alfonso Castro García3, Justo García de Yébenes4, Pedro García Ruiz5, Juan Carlos Martínez Castrillo6, Gurutz Linazasoro Cristóbal7, Carlos Salvador Aguiar8, Ernesto Balaguer9 Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza. Hospital Universitario La Fe. Valencia. 3 Hospital Clínico Universitario Santiago de Compostela. A Coruña. 4 Hospital Ramón y Cajal. Madrid. 5Fundación Jiménez Díaz. Madrid. 6 Hospital Ramón y Cajal. Madrid. 7Policlínica Guipúzcoa. San Sebastián. 8 Hospital Central de Asturias. Oviedo. 9 Hospital General de Cataluña. Barcelona. 18 COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS 21 1 U M 2 AGENDA DE CONGRESOS S REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 Relación entre el temblor esencial y la enfermedad de Parkinson 24 EDITORIAL ¡Nos vemos en París...! tro frenético trimestre, lleno de actividad del Grupo de Estudios de Trastornos del Movimiento de la SEN, va a finalizar. Ya en el anterior trimestre destacaban en el panorama nacional la XIª Reunión de Controversias en Neurología, excelentemente dirigida, como siempre, por el Dr. J. Obeso, en la que se revisaron los artículos más relevantes del 2008, se presentaron temas de actualidad (Genética molecular, Cirugía en distonía), temas de controversia y los siempre atractivos e instructivos casos clínicos. Finalizando la reunión con una conferencia del Prof. A. Lees titulada “Misterios de la patología de la enfermedad de Parkinson”, que resultó muy interesante. El mes de marzo comenzó con el IVº Seminario Canario sobre Enfermedad de Parkinson, dirigido por el Dr. J.M. Arbelo, en el que se revisaron a fondo desde los aspectos presintomáticos a las complicaciones motoras y no motoras que aparecen en la fase avanzada de la enfermedad, concluyendo la reunión con la presentación de casos clínicos con problemas diagnósticos y la presentación de las Guías de Parkinson elaboradas por el GETM. En abril, y en el marco del XXIVº Seminario Nacional Neurológico de Invierno, la sesión de trastornos del movimiento (in memoriam del Dr. Menéndez Guisasola), dirigida en esta ocasión por el Dr. J.C. Martínez Castrillo, llevó por título: “Todo lo que un residente debería saber sobre…” Y en ella, los diferentes ponentes revisaron diferentes aspectos terapéuticos en enfermedad de Parkinson, corea de Hungtinton y utilización de las distintas toxinas botulínicas disponibles en la actualidad. La sesión fue un completo éxito, y puedo decir que no cabía en la sala ni un alfiler, siendo el nivel de participación y coloquio estupendo, como siempre se produce en el marco de Candanchú. Y finalmente, los días 29 y 30 de mayo, tuvo lugar la IVª Reunión de Neurofarmacología de Trastornos del Movimiento del GETM (también oficialmente en memoria del Dr. Menéndez Guisasola), dirigida por los Dres. García Ruiz y Martínez Castrillo, y se celebró en Madrid. En ella tuvimos oportunidad de revisar aspectos neurofarmacológicos de la levodopa, de los ICOMT, de los IMAO, de los AD y la situación actual de las terapias con factores tróficos y celular en la EP. Así como la neurofarmacología de los IRSS de los fármacos anticoreicos y los avances en estimulación cerebral profunda. La sesión fue muy interesante y participativa. Como veis, no faltan actividades, y ya estamos preparándonos para el próximo mitin de la Movement Disorder Society que se celebrará en París a primeros de junio y de la que daremos cumplida información en el próximo número de la Revista Española de Trastornos del Movimiento. Un saludo y nos vemos en París. Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 O REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Luis Javier López del Val REVISIÓN Temblor ortostático Mª Isabel Pérez López-Fraile1, Alicia Saenz de Cabezón Álvarez2, Carlos Pomarón Arbues2. Servicios de Neurología y 2Neurofisiología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 1 RESUMEN. El temblor ortostático primario es una entidad clínica caracterizada por inestabilidad en la bipedestación causada por un temblor a 13-18 Hz en las piernas. Se cree que es generado por un oscilador supraespinal. Los estudios neurofisiológicos permiten su distinción del temblor esencial y parkinsoniano. La respuesta a fármacos como clonacepan y gabapentina es generalmente temporal. La estimulación cerebral profunda en el VIM puede ser en el futuro una eficaz alternativa terapéutica. Palabras clave: temblor ortostático, EMG, etiología, tratamiento, estimulación cerebral profunda. ABSTRACT. Primary orthostatic tremor is a clinical disorder characterized by unsteadiness when standing produced by a tremor at 13-18 Hz in lower limbs. It is supposed to be generated by a supraspinal oscillator. By neurophysiological studies it is possible to distinguish orthostatic tremor from essential tremor and Parkinson tremor. The response to drugs as clonazepam and gabapentin is usually transient. Deep brain stimulation in the VIM of thalamus could be a real option as a treatment in a near future. Key words: orthostatic tremor, electromyogram, ethiology, treatment, deep brain stimulation. Correspondencia Mª I. Pérez López-Fraile Pº Isabel la Católica, 1, 3 – 50009 Zaragoza E-mail: iperezlf@meditex.es H eilman1 en 1984 acuñó el término de temblor ortostático (TO) para describir tres casos de una entidad clínica caracterizada por sensación subjetiva de inestabilidad debida a temblor de alta frecuencia, que se desencadena segundos o minutos después de adoptar bipedestación, mejora al caminar y desaparece con el decúbito en reposo o al sentarse. El electromiograma (EMG) detecta las descargas tremóricas típicas entre 12 y 18 Hz2, 3 en músculos de miembros inferiores durante la bipedestación con soporte de peso corporal y en músculos paravertebrales, pero también en músculos faciales4. El temblor puede activarse por contracción muscular isométrica, pero no por contracción isotónica5, 6. Clínica El motivo de consulta es una sensación subjetiva de inestabilidad o de caída inminente a los pocos minutos de iniciar bipedestación, a veces con agarrotamiento en las piernas7, 8. La inespecificidad de estos síntomas y la dificultad de percepción visual por el explorador del temblor hacen que a menudo los pacientes con TO no sean correctamente diagnósticados durante años. Este temblor es más perceptible por palpación. Por auscultación con estetoscopio sobre los músculos del muslo o de la pantorrilla se aprecia un sonido que recuerda al que produce un helicóptero cuando se aleja9. Tal sonido solamente se ausculta durante la bipedestación, y puede, mediante amplificación, demostrarse la coherencia entre la señal del sonido y la del EMG a 16 Hz6. No se ausculta en personas sanas. También suele apreciarse un discreto aumento de la base de sustentación. Aunque la severidad de los síntomas puede permanecer inmodificada durante años, la latencia media, hasta que la inestabilidad les obliga a sentarse, caminar o apoyarse, puede reducirse a uno o dos minutos en varios meses, lo que compromete seriamente la actividad social y laboral del paciente6, 10. No existen antecedentes familiares de TOP, pero pueden tener familiares con temblor esencial1, 8. Se ha descrito una familia en la que coexiste TOP y temblor esencial (TE)11. Demografía La incidencia y prevalencia son desconocidas. La serie más larga describe 41 pacientes con temblor ortostático10. REVISIÓN La edad media de inicio sintomático es de 54 años (límites 37-73). Predomina en mujeres8, 12. FIGURA 1 Etiología El estudio EMG de superficie identifica las descargas bilaterales de corta duración (entre 25-40 mseg) y alta frecuencia (13-18 Hz)8, 12 en músculos de las piernas en la bipedestación o en apoyo monopedal, que desaparecen al sentarse o en décubito en reposo. Existe una elevada coherencia en la fase del temblor en músculos homónimos contralaterales y, en ocasiones, entre músculos de la misma extremidad4 con la mayor amplitud del pico de coherencia a la frecuencia del TO. Estas descargas se recogen también en músculos paravertebrales dorsales o cervicales e incluso en músculos dependientes de nervios intracraneales4, 6. En algunos pacientes se encuentran dos bandas de frecuencia a 12-17,4 Hz y a 5-8 Hz12. Puede encontrarse, además, un temblor postural a 14-16 Hz12 en miembros superiores al mantener los brazos extendidos. El patrón de activación de los diferentes músculos es estereotipado en cada paciente durante el ciclo tremórico. Se pueden obtener patrones mixtos o alternantes en músculos agonistas y antagonistas (Figura 1) de la misma extremidad2-3, 12. El temblor no puede ser reiniciado por estimulación nerviosa periférica2, 5, 25, pero sí por estimulación eléctrica de la fosa posterior26 o estimulación magnética transcraneal7, 25, 27. La identificación por EMG de un temblor con estas características es casi patognomónico de TOP, y permite el diagnóstico diferencial con temblor esencial, temblor ortostático en parkinsonismos6, 25, piernas inquietas o acatisia. No obstante, se ha descrito un caso de temblor mandi- bular a alta frecuencia sin evidencia de TO en piernas28. El diagnóstico diferencial con las mioclonías ortostáticas se hace por la mayor duración (entre 30-70 mseg) de los brotes, el patrón débilmente rítmico y a menor frecuencia y la falta de sincronía entre las descargas de músculos homónimos derechos e izquierdos, a una frecuencia determinada. En algunos casos también puede apreciarse un componente lento del temblor ortostático de menor frecuencia (4-6 Hz) unilateral o bilateral durante la bipedestación en descargas de mayor duración (70-120 mseg)29. Fisiopatología Aunque la relación entre TE y TOP es motivo de controversia, los estudios neurofisiológicos y de PET han confirmado que se trata de entidades diferentes. La sincronización de las contracciones musculares y la frecuencia propia del TOP no son sensibles a la estimulación nerviosa periférica, al contrario de lo observado en el TE o en la enfermedad de Parkinson6. En cambio, en todos ellos se puede inducir el reinicio del temblor por estimulación magnética transcraneal25. Igualmente difieren cuando se estudian con H15O PET: mientras que en los pacientes con TOP y temblor en miembros superiores30 se detecta activación cerebelosa bilateral y en el vermis, e hiperactividad lentículo-talámica contralateral, en el temblor exageración del fisiológico, la activación cerebelosa es ipsilateral, y en el TE, cerebelosa bilateral. Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 Diagnóstico Registro de músculos cuádriceps derecho e izquierdo (canales 1 y 3), y bíceps femoral derecho e izquierdo (canales 2 y 4) instantes después de que el paciente adopte bipedestación. Se observa un patrón alternante en músculos antagonistas. REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO En la mayoría de los casos se trata de un temblor ortostático primario (TOP). Pero se han descrito pacientes con TO secundario a un TCE13, inducido por tratamiento con bloqueantes dopaminérgicos14 o asociado a enfermedad de Parkinson15-17, parálisis supranuclear progresiva18, ataxia cerebelosa19-20, discinesias, síndrome de piernas inquietas10, lesiones protuberanciales, incluso unilaterales21, polirradiculopatía recurrente22, inflamación crónica del SNC23 y gammapatía24. Es posible que en algunos de estos casos se trate de coincidencias debida al azar. En la serie de 41 pacientes de Gerschlager et al.10, el 25% de los casos con TO tenía una patología neurológica asociada. Los autores proponen el término de temblor ortostático sintomático para estos casos. REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 REVISIÓN La normalidad de la velocidad de conducción sensitiva, de la latencia del reflejo H y de los potenciales evocados somatosensoriales de nervios tibiales excluyen una disfunción de las vías periféricas y sensitivas centrales como origen del TO5. Se acepta que el temblor ortostático (TO) se genera en un oscilador supraespinal, probablemente localizado en el tronco cerebral, aunque otras regiones como la corteza motora, los ganglios basales y el cerebelo pueden estar implicados en su génesis12, 26 o en su modulación27. A favor de un generador supraespinal apunta el fallo del estímulo nervioso periférico para inducir el reinicio del temblor3, 5, 6 y la constatación de un temblor a frecuencia de 16-18 Hz en músculos inervados por pares craneales4. Pero una actividad tremórica a 16 Hz, coherente en músculos homónimos de miembros inferiores ha sido descrita en un paciente con una sección medular traumática dorsal baja31, y dos pacientes con temblor ortostático típico refractario a tratamiento farmacológico obtuvieron mejoría sintomática con estimulación crónica de cordones posteriores medulares32, aunque persistía la actividad tremórica de alta frecuencia en el registro poligráfico. De modo que no puede excluirse la implicación de la médula espinal en la modulación del temblor de alta frecuencia. Se cree que los mecanismos que regulan la actividad muscular isométrica pueden jugar un papel más determinante en la fisiopatología del TO que los que regulan la bipedestación, ya que el TO desaparece cuando se elimina el soporte del peso corporal sobre las piernas en bipedestación elevando pasivamente al paciente desde el suelo2. La estimulación magnética transcraneal conlleva una interrupción transitoria20 del TO asociado a atrofia cerebelosa cortical, así como de las descargas rítmicas del TOP7, 25 durante 170-260 mseg, con un decalage que es fijo para cada paciente, cualquiera que sea el lado estimulado6. También la estimulación cerebral profunda (ECP) del núcleo ventral intermedio del tálamo (VIM) ha inducido mejoría clínica en pacientes con TOP33, 34, en uno de los casos34 con interrupción de la actividad tremórica a 15 Hz en el EMG. En esta paciente, la ECP en el VIM bloqueaba, además, la actividad oscilatoria de la corteza motora síncrona con las descargas del temblor en las piernas. Así que probablemente, tanto la estimulación medular como la talámica y cortical pueden inducir mejorías sintomáticas a través de un mecanismo modulador común del sistema cerebelo-tálamo-córtico-medular a niveles diferentes de eferencia del generador central del temblor33. Pero desconocemos el modo por el que los diferentes subcircuitos interactúan para generar la aparición y mantenimiento de la actividad oscilatoria característica del TO. La implicación del sistema dopaminérgico ha sido sugerida por la respuesta a levodopa o agonistas dopaminérgicos del TO en algunos pacientes15, 35. Tres estudios con I131FP-CIT-SPECT en pacientes con TO36-38 han aportado un espectro de hallazgos diferentes: desde normalidad de densidad de transportadores presinápticos de dopamina37 a un déficit dopaminérgico moderado36 o próximo a valores límites en controles sanos sin evidencia de síntomas parkinsonianos38. El hecho de que en algunos pacientes con TO se haya demostrado un leve déficit dopaminérgico antes de la progresión a enfermedad de Parkinson y que el TO pueda preceder al diagnóstico de esta enfermedad hasta 10 años10, 17 plantea una posible utilidad de la exploración I131FP-CIT-SPECT como eventual indicador de riesgo potencial de padecer enfermedad de Parkinson, a semejanza de lo postulado en relación a los trastornos del sueño REM38. La mejoría del TO con fármacos como primidona, clonacepan, barbitúricos y gabapentina sugiere, por otra parte, una potencial participación del sistema gabaérgico en la modulación del TO. Tratamiento farmacológico A diferencia del temblor esencial, el TOP no mejora con propanolol ni con el alcohol. El fármaco más utilizado ha sido el clonacepan6 a dosis de 12 mg, aunque muchos pacientes requieren hasta 6 y 8 mg/día. Se han descrito casos aislados en los que el tratamiento con primidona a dosis de 125-250 mg/día6 o con fenobarbital a dosis de 100 mg/día39 han sido eficaces a corto plazo. Algunos pacientes mejoran con asociación de clonacepan y primidona5, 40. Wills el al.15 observaron mejoría clínica con levodopa a dosis de 750 mg/día en 5 de 8 pacientes con TOP y en un paciente con TOP y enfermedad de Parkinson idiopática. La mejoría con levodopa no es una respuesta observada en otros casos de temblor ortostático asociado a parkinsonismo38. El pramipexol a dosis de 0,75 mg día ha sido eficaz durante al menos 2 meses en un paciente con TOP que no había tolerado el clonacepan35. La eficacia del tratamiento con gabapentina41 a dosis entre 600 y 2.700 mg/día ha sido confirmada en un estudio doble ciego frente a placebo de 6 pacientes, reduciendo la amplitud del temblor y el área de oscilación en la posturografía con mejoría en la calidad de vida42. La gabapentina ha producido mejoría sintomática en un paciente, induciendo la desaparición del componente armónico lento a 8 HZ del TO29. La estimulación crónica de la médula dorsal baja a frecuencias (50-150 Hz) que provocan parestesias mejoró la sensación de inestabilidad y el tiempo de permanencia en bipedestación en dos pacientes que no respondían a tratamiento médico. La mejoría sintomática parece relacionada, en estos casos, con la disminución de la amplitud, puesto que la frecuencia del temblor permanece inmodificada32. La interrupción potencial de la eferencia tremorígena cerebelo-talámica mediante ECP en el núcleo ventral intermedio del tálamo (VIM) puede inducir una mejoría sintomática relevante. En las dos pacientes de Espay et al.33 se logró una prolongación de la latencia de inicio de inestabilidad y una mejor tolerancia al mantenimiento de la bipedestación, aunque sin modificación en la oscilación postural por posturografía, ni de la actividad oscilatoria en el EMG. Pero en la paciente con estimulación unilateral, la mejoría fue transitoria, volviendo a tener una discapacidad similar a la prequirúrgica a los tres meses. En la paciente de Guridi et al.34 se consiguió la supresión del temblor con voltajes que inducían disestesias en el cuello y brazo, reapareciendo el temblor en relación con desconexiones fortuitas unilaterales de la estimulación. El beneficio clínico persistía a los 4 años en ausencia de tratamiento farmacológico concomitante. En resumen, el TO es una entidad clínica bien definida43 por sus características clínicas y electroneurofisiológicas que requiere un alto índice de sospecha por el explorador para su reconocimiento en la consulta ambulatoria, dada la ambigüedad de los síntomas de inicio en la mayoría de los casos. Se desconoce el mecanismo fisiopatológico subyacente que podría incidir a distintos niveles de circuitos cerebelo-tálamo-córtico-medulares. La respuesta a fármacos es parcial y transitoria. La ECP en el VIM puede ser un tratamiento potencialmente eficaz para mejorar el mal pronóstico funcional y su repercusión en la calidad de vida de los pacientes que lo padecen. Bibliografía ■ 1.- ■ 2.- ■ 3.- ■ 4.- ■ 5.- ■ 6.- ■ 7.- ■ 8.- ■ 9.- ■ 10.- Heilman KM. Orthostatic tremor. Arch Neurol 1984; 41: 880-881. Thompson PD, Rothwell JC, Day BL, et al. The physiology of orthostatic tremor. Arch Neurol 1986; 43: 584-587. Britton TC, Thompson PD, Van der Kamp W, et al. 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Aunque el temblor esencial (TE) y la enfermedad de Parkinson (EP) se consideran enfermedades distintas, existe un solapamiento entre algunas de sus características clínicas. Un subgrupo de pacientes con EP padece temblor postural en las manos de larga evolución que puede preceder en años o décadas a la aparición de síntomas parkinsonianos, y estudios patológicos recientes encuentran cuerpos de Lewy en algunos pacientes con TE. La implicación de genes comunes en el desarrollo de ambas patologías y el hallazgo de déficit dopaminérgico en algunos pacientes con TE en estudios de neuroimagen funcional, apoyan la evidencia de una posible relación entre el TE y la EP. Palabras clave: temblor esencial, enfermedad de Parkinson, cuerpos de Lewy, SPECT, doppler transcraneal. ABSTRACT. Although essential tremor (ET) and Parkinson´s disease (PD) are considered distinct disorders, there is overlap in some clinical features. In a subgroup of PD patients, a long-standing postural tremor in the hands may precede the onset of parkinsonian features by several years or decades and recent pathological studies describe Lewy bodies in some ET patients. Involvement of common genes in the development of both conditions and functional neuroimaging studies showing dopaminergic deficit in some ET patients supports evidence for a relation between ET and PD. Key words: essential tremor, Parkinson´s disease, Lewy bodies, SPECT, transcraneal sonography. l temblor esencial (TE) constituye uno de los trastornos neurológicos más frecuentes en personas adultas, y se manifiesta por un temblor postural o intencional que empeora con el movimiento1, 2. En base a estudios poblacionales seleccionados y con criterios definidos para el diagnóstico de TE, se estima un rango de prevalencia entre el 0,4 - 3,9%3. Un estudio puerta a puerta en Mersin (Turquía), donde la población a estudio fue explorada por neurólogos, muestra una prevalencia del 4% en personas mayores de 40 años y del 6,3% en mayores de 60 años4. En un estudio realizado recientemente en el área de Madrid, se obtiene una prevalencia de 4,8% y una incidencia ajustada por edad de 6,16 por 1.000 habitantes/ año, en población mayor a 65 años5, 6. Por otra parte, la prevalencia de la enfermedad de Parkinson (EP) en población por encima de los 65 años se estima en un 1,8%7. Al tratarse de dos trastornos frecuentes, su coexistencia en un mismo paciente puede ocurrir por azar. Sin embargo, existen cada vez más evidencias de que ambas entidades puedan estar relacionadas8. Varios estudios han mostrado que un subgrupo de pacientes con ET puede presentar alguna predisposición a desarrollar EP. Esta asociación se apoya en las siguientes evidencias: 1.- En algunos pacientes con EP, un temblor postural en las manos de larga evolución precede durante años o décadas la aparición de síntomas parkinsonianos9; 2.- Hallazgos en la neuroimagen funcional sugieren que algunos pacientes con TE tienen déficit dopaminérgico10; 3.- Algunas familias manifiestan fenotipos, tanto de TE como de EP, y estudios necrópsicos han demostrado la presencia de cuerpos de Lewy (CL) en cerebros de pacientes con TE11. A continuación expondremos algunos aspectos que relacionan estos dos trastornos desde el punto de vista clínico, genético, anatomopatológico y de neuroimagen. Aspectos clínicos Correspondencia José Mª Errea Abad C/ Gaspar Torrente, 4, 4º – 22300 Barbastro (Huesca) E-mail: jmerrea@salud.aragon.es Cada vez se encuentran más hallazgos que sugieren que el TE no es un trastorno monosintomático, sino heterogéneo. El TE asocia en algunos casos parkinsonismo, mioclonías, distonía, disfunción cerebelosa y otras anomalías motoras y sensitivas (alteraciones olfativas y de la audición)1, 12, 13. Otros estudios han demostrado que complicaciones Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 Unidad de Neurología. Hospital de Barbastro. Huesca. E REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO José M. Errea Abad, C. Ríos Gómez, I. Beltrán Marín 11 REVISIÓN TABLA I Aspectos clínicos que diferencian la EP del TE Característica Edad de comienzo (años) Historia Familiar Frecuencia del temblor (Hz) Rasgos del temblor Aspectos influyentes Reposo Acción Escritura Esfuerzo mental Deambulación Alcohol Temblor postural Temblor intencional Temblor en extremidades Temblor otras regiones Sonografía cerebral Neuropatología EP 55-75 +/4-6 Supinación-pronación REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 Tratamiento 12 TE 10-80 ++ 5-10 Flexión-extensión Aumenta Disminuye Disminuye (micrografía) Disminuye Aumenta -Re-emergente +/Asimétrico Facial, mandibular, labial Hiperecogenicidad intensa Degeneración nigroestriatal Cuerpos de Lewy (CL) Dopaminérgicos, DBS*, anticolinérgicos Disminuye Aumenta Aumenta Aumenta Disminuye Disminuye Sin latencia ++ Simétrico Cefálico, voz temblorosa Hiperecogenicidad leve Degeneración cerebelosa CL en TC, SN y cerebelo Alcohol, β-Bloqueantes, primidona, DBS, etc. *Estimulación cerebral profunda. no motoras, como déficit cognitivo y cambios de personalidad, pueden aparecer en pacientes con TE2. Algunos pacientes con EP han presentado inicialmente un temblor postural, semiológicamente idéntico al temblor esencial, durante meses o años, previamente al inicio de sus síntomas parkinsonianos14. Existen algunos indicios que pueden ayudar a identificar a pacientes parkinsonianos en los que coexisten síntomas de TE que incluyen: 1.- Historia previa de temblor intencional de larga evolución; 2.- Antecedentes familiares de temblor; 3.- Temblor cefálico y de la voz; 4.- Temblor durante la escritura y durante el dibujo de una espiral; 5.- Mejoría del temblor con alcohol o betabloqueantes. Jankovic y otros autores han mostrado evidencias cada vez más consistentes que indican que el TE constituye un factor de riesgo para la EP9. Benito-León et al. analizan de manera prospectiva el riesgo de incidencia de EP en pacientes con TE, dentro del estudio NEDICES, y encuentran que un 5,8% de pacientes con TE desarrollan parkinsonismo comparado con el 1,6% de los controles; es decir, los pacientes con TE tenían casi 4 veces más probabilidades de desarrollar EP. La latencia media entre el comienzo del TE y la aparición de síntomas parkinsonianos fue de más de 6 años, y, en algunos casos, de décadas15. Otro aspecto de interés es que el temblor postural en pacientes con TE se manifiesta inmediatamente después de levantar al frente las extremidades superiores manteniendo una posición antigravitatoria. Sin embargo, en el paciente con EP, el temblor postural reaparece tras un tiempo de latencia variable, tras adoptar el paciente dicha posición, denominándose temblor re-emergente. Un estudio de Jankovic et al.16 en que compara este fenómeno en pacientes con TE, pacientes con TE y EP y pacientes con EP, muestra una diferencia significativa a favor del temblor re-emergente en pacientes con EP respecto a pacientes con TE, lo que ayudaría a diferenciar a pacientes parkinsonianos con marcado temblor postural. A pesar de criterios definidos para el diagnóstico de TE17 y EP14, todavía sigue siendo frecuente cometer errores diagnósticos entre las dos entidades (Tabla I). Jain S et al. estudian los errores diagnósticos cometidos en el diagnóstico de TE realizado inicialmente en 71 pacientes a lo largo de 5 años y qué factores contribuyen a ello. Tras el seguimiento, un 65% mantenía el diagnóstico inicial, y en un 35% se modificó a lo largo del seguimiento. Uno de cada tres pacientes con temblor fue mal diagnosticado inicialmente de TE, siendo los diagnósticos finales más frecuentes la EP y distonía. Entre los factores que contribuyen al error diagnóstico inicial de TE incluyen: 1.- Presencia de temblor unilateral; 2.- Predominio de temblor de reposo y temblor re-emergente; 3.- Hallazgos distónicos a la exploración; 4.- Temblor del pulgar aislado y/o temblor de una pierna aislada; 5.- Hipomimia; 6.- Lentitud de movimientos alternantes18. Un estudio retrospectivo donde se analizan a 13 pacientes diagnosticados inicialmente de TE, Aspectos genéticos El TE se ha considerado en base a diversos estudios como un trastorno genético23. Se ha demostrado que los familiares de pacientes con TE padecen con más frecuencia esta enfermedad y que, en algunos casos, se transmite de modo autosómico dominante24. Algunos estudios no han confirmado este supuesto, dado que todavía no se ha identificado un gen asociado al TE2. Se han descrito al menos 3 loci susceptibles tras analizar mapas de ligamiento genético en familias con TE (EMT1 en el cromosoma 3q13; EMT2 en el cromosoma 2p24 y un loci en el cromosoma 6p23)25. Recientemente, una variante en la región codificadora del gen del receptor D3 (DRD3), localizada en el cromosoma 3q13, se ha asociado al temblor esencial en varias familias. Este gen también se ha relacionado con las discinesias tardías y las inducidas por levodopa26. Por otra parte, se ha descrito un temblor tipo TE asociado de manera significatica a los síndromes X e Y supernumerarios (pacientes con cariotipo 48 XXYY), lo que sugiere que una alteración en los genes de los cromosomas sexuales pueden ser responsables de un fenotipo con TE25. Se ha postulado que el TE constituye un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Parkinson y que algunos pacientes con EP presentan temblor postural de larga evolución antes de que se manifiesten los síntomas parkinsonianos. La mutación en el gen de la parkina es la causa más frecuente de la EP de inicio precoz, y es responsable del 49% de los casos familiares de EP de inicio precoz y del 18% de los pacientes con EP de inicio precoz esporádica27. Un estudio italiano de 110 pacientes con TE no encontró mutaciones en el gen de la parkina en este grupo de pacientes28. Algunos estudios han descrito una asociación de algunos haplotipos del gen de la α-sinucleína, que incluyen el NCAP-Rep1 (localizado en el alelo A263bp de la región premotora del gen de la α-sinucleína), con la EP, aunque otros estudios no han confirmado esta relación25. Sin embargo, recientemente, Tan et al. observan que esta variante 263bp se asociaba de manera significativa con mayor frecuencia a pacientes americanos con TE29. Otros estudios genéticos que apoyan la posible relación entre el TE y la EP lo constituyen el análisis de familias con la mutación LRRK2. Se ha observado una marcada heterogeneidad, tanto clínica como patológica, que puede manifestarse como temblor de acción aislado, como EP, como demencia con cuerpos de Lewy y como otros parkinsonismos30. Sin embargo, en la mayoría de las series publicadas, alrededor de un 50% de pacientes con TE carece de antecedentes familiares con temblor, y que la frecuencia de historia familiar positiva es inversamente proporcional a la edad de comienzo del temblor31. Estudios realizados en gemelos muestran un grado de concordancia de 0,60 en los gemelos monozigóticos y de 0,27 en los dizigóticos, lo que indica que tanto factores genéticos como ambientales contribuirían a la patogénesis del TE32. Aspectos neuropatológicos El sustrato anatomopatológico subyacente del TE no ha sido claramente definido. Sin embargo, estudios recientes postmortem muestran algunos cambios degenerativos cerebrales en pacientes con TE23. Estos estudios muestran dos diferentes subgrupos de pacientes con TE en base a los hallazgos anatomopatológicos: 1.- La mayoría corresponden a cambios degenerativos en el cerebelo (pérdida de células de Purkinje y tumefacción de sus axones), que se definiría como “TE cerebeloso”; 2.- Un menor grupo de pacientes muestran Cuerpos de Lewy (CL) a nivel troncoen- REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO y que finalmente desarrollan EP, muestra que la presencia de un temblor unilateral postural de larga evolución, la mejoría del temblor con alcohol, la presencia de antecedentes familiares de temblor y un largo período sintomático de temblor, no constituyen hallazgos definitivos para el diagnóstico de TE, dado que pueden asociarse a EP19. En diversos estudios, aunque no en todos, se han descrito trastornos olfativos en pacientes con TE, que podría sugerir, inicialmente, un solapamiento entre los síntomas de ambas enfermedades. En general, esta disfunción olfativa es más leve que la observada en pacientes con EP y no suele correlacionarse con la duración ni con la intensidad de la enfermedad20. Sin embargo, un estudio comparativo reciente entre pacientes con TE y controles, utilizando el test de identificación de olores de la Universidad de Pensylvania (UPSIT), no encuentra diferencias, al presentar una puntuación similar, entre ambos grupos21. Otro hallazgo frecuente que sugiere una posible relacion entre el TE con la EP es la demostración de un mayor riesgo de demencia en pacientes con TE. Algunos estudios indican un trastorno cortical frontal o de las vías córtico-cerebelosas en algunos pacientes con TE22. Estudios de seguimiento de pacientes con TE encuentran un mayor riesgo de desarrollar demencia en pacientes que inician los síntomas por encima de los 65 años (un 89% mayor probabilidad respecto a controles)2. Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 REVISIÓN 13 REVISIÓN FIGURA 1 Temblor esencial Síndrome TE - EP Enfermedad de Parkinson REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 Figura1.- Relación entre la EP y el TE. 14 cefálico (fundamentalmente en el locus ceruleus), quedando relativamente preservado el cerebelo (“variante de CL” del TE)33, 34. La presencia de cambios patológicos en el cerebelo de pacientes con TE no es algo inesperado, dado que algunos estudios clínicos y de imagen reflejan de manera consistente una afectación cerebelosa en pacientes con TE35, 36. Además, se cree que el temblor está relacionado con un circuito neuronal que compromete las fibras cerebelo-tálamo-corticales2. Estudios con resonancia magnética espectroscópica han demostrado una reducción en la proporción de N-acetyl-aspartato/creatina en el cerebelo de pacientes con TE, lo que indica una pérdida neuronal cerebelosa37. Un estudio anatomopatológico de 10 pacientes con TE publicado por Louis et al. muestra una distribución característica de CL a nivel troncoencefálico33. En los pacientes con esta variante se hallaban CL en el locus ceruleus, en menor cuantía en la sustancia innominada y núcleo dorsal del vago, y prácticamente inexistentes en la sustancia negra. Este modelo de distribución de los CL no se observa en pacientes con EP subclínica o manifiesta, en la que los CL se localizan de manera prominente en la pars compacta de la sustancia negra. Otro reciente estudio necrópsico de 24 pacientes con TE, sin deterioro cognitivo asociado, muestra patología cerebelosa en 7 casos (pérdida de células de Purkinje y gliosis cerebelosa cortical), deplección de neuronas pigmentadas en el locus ceruleus en 8 pacientes y en la sustancia negra en 5 casos. A pesar de otros hallazgos anatomopatológicos, que reflejan la heterogeneidad neuropatológica del TE, sólo los cambios encontrados en el locus ceruleus y la gliosis cerebelosa resultaron aspectos significativos comparados con los controles38. La posibilidad de que una significativa proporción de pacientes con TE pueda tener una peculiar distribución de los Cuerpos de Lewy, apoya descripciones previas recogidas en la literatura que indican una relación entre el TE con enfermedades neurodegenerativas asociadas a los cuerpos de Lewy39. Aunque es sabido que pacientes con TE pueden evolucionar a EP, está por demostrar si los pacientes con TE que asocian CL en el locus ceruleus, éstos se extiendan progresivamente a otras regiones anatómicas (sustancia negra) y desarrollen EP2. Desde una perspectiva epidemiológica, esta aparente relación clínica entre el TE y la EP apoya la hipótesis de que el mismo grupo de factores de riesgo ambientales podría desencadenar ambas enfermedades23 (Figura 1). Aspectos de neuroimagen Hasta la fecha, todavía no se dispone de un test fiable que diferencie claramente la EP del TE. La tasa de errores diagnósticos en estadíos precoces llega al 20-30% para la EP y en uno de cada tres pacientes para el TE (mal diagnosticados inicialmente como EP y TE, respectivamente)18, 40. Los estudios de neuroimagen con tomografía computadorizada (TAC) craneal son normales en la EP no complicada y los hallazgos de la resonancia magnética (RM) pueden ayudar a diferenciar la EP de parkinsonismos atípicos, aunque la sensibilidad de esta técnica es inferior al 60-80%41. La tomografía por emisión de fotón simple (PET) permite cuantificar sutiles cambios moleculares en la sustancia negra en la EP y a nivel del núcleo rojo en el TE, lo que permite identificar la pérdida neuronal en dichas regiones anatómicas facilitando el diagnóstico de estos procesos42. También se ha observado en estudios con PET que algunos de los pacientes diagnosticados de TE tienen reducida la recaptación de 18F-dopa en el putamen, del mismo modo que los pacientes con EP, lo que se ha interpretado como una disfunción nigroestriatal43. Este hallazgo también se ha descrito en familiares de pacientes con EP y en el temblor postural aislado8. Sin embargo, el coste de estas técnicas es muy elevado para llevarlo a la práctica clínica diaria y no están disponibles en todos los centros hospitalarios. Estudios de imagen funcional (SPECT) que utilizan compuestos trasportadores de dopamina (DAT) pueden ser útiles en diferenciar pacientes con TE de la EP. En estadíos precoces de la EP, esta técnica es más sensible que la 18F-dopa en detectar la degeneración de las neuronas dopaminérgicas44. El uso de SPECT con diversos radiotrazadores trasportadores de dopamina a nivel presináptico (como el 123I-ioflupano-FPCIT) ha demostrado correlación con el grado de severidad y la progresión de la EP45. Sin embar- REVISIÓN TABLA II Criterios clínicos diagnósticos para TE definitivo17. Declaración de consenso de la Sociedad de Trastornos del Movimiento sobre temblor Criterios de inclusión: 1.- Temblor postural bilateral con o sin temblor intencional, que compromete manos y antebrazos, visible y persistente. 2.- Duración mayor a 5 años. Criterios de exclusión: 1.- Otros signos neurológicos anormales (excepto el signo de Froment). 2.- Causas conocidas de un aumento del temblor fisiológico. 3.- Exposición a fármacos tremóricos o estados de deprivación farmacológica. 4.- Trauma directo o indirecto sobre el sistema nervioso en los 3 meses previos al inicio del temblor. 5.- Evidencia por historia o clínica de origen psicógeno. 6.- Evidencia de inicio súbito o de deterioro progresivo escalonado. Conclusiones 1.- Los pacientes con TE tienen más probabilidades de desarrollar EP a lo largo de la evolución. 2.- La presencia de un temblor re-emergente (tras un período variable de latencia) puede contribuir a diferenciar el temblor postural de la EP y del TE. 3.- Estudios de neuroimagen funcional como el SPECT permiten detectar cambios en el sistema nigroestriado de pacientes con EP en estadíos precoces y contribuir a diferenciar a estos pacientes respecto a sujetos con TE. 4.- El diagnóstico clínico del TE se basa en aspectos clínicos. Con el fin de minimizar errores diagnósticos, la Sociedad de Trastornos del Movimiento ha propuesto unos criterios de consenso para el diagnóstico del TE (Tabla II)17. Bibliografía ■ 1.- ■ ■ Jankovic J. Essential Tremor: a heterogeneous disorder. Mov Disord 2002; 17: 638-644. 2.- Benito-León J, Louis ED. Essential Tremor: emerging views of a common disorder. Nat Clin Pract Neurol 2006; 2 (12): 666-678. 3.- Louis ED, Ottman R, Hauser WA. 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Un estudio reciente ha demostrado un déficit del transportador de la dopamina en el estriado medido mediante SPECT con 123 I-Ioflupano en los pacientes con TE, de forma más significativa en el grupo con formas familiares de esta enfermedad, ante lo cual los autores concluyeron que en estos sujetos el riesgo de desarrollar parkinsonismo en el futuro era mayor47. Otro estudio recientemente publicado por Vlaar et al.48, en que analiza a 248 pacientes con parkinsonismo no clasificable, muestra la utilidad de esta técnica para diferenciar a los pacientes con EP de los que padecen TE. El estudio mostró una odds ratio (OR) de 0,82, una sensibilidad del 80%, una especificidad del 95%, un valor predictivo positivo del 95% y un valor predictivo negativo del 48%, concluyendo en que el FP-CIT SPECT es sensible en detectar la EP, pero no es capaz de excluirla si es negativa48. Estudios recientes han detectado mediante Doppler transcraneal un aumento de la ecogenicidad de la sustancia negra en pacientes con EP49. Se ha demostrado la utilidad de esta técnica para diferenciar a pacientes con EP, fundamentalmente en estadíos iniciales, de aquéllos con TE, constituyendo la hiperecogenicidad de la sustancia negra un hallazgo altamente específico y con una buena fiabilidad interobservador50. Otros estudios demuestran que la hiperecogenicidad en la sustancia negra es más frecuente en los pacientes con TE que en sujetos controles, lo que puede corresponder a un riesgo mayor de los pacientes con TE para el desarrollo de EP y a orientar a un mecanismo fisiopatológico común entre estas dos manifestaciones51. La principal limitación de esta técnica es que requiere de una buena ventana ósea temporal, aspecto 15 REVISIÓN ■ 6.- ■ 7.- ■ 8.- ■ 9.- REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 ■ 10.- 16 ■ 11.- ■ 12.- ■ 13.- ■ 14.- ■ 15.- ■ 16.- ■ 17.- ■ 18.- ■ 19.- ■ 20.- Bermejo-Pareja F, Benito-León J, Vega-Q S, et al. La cohorte de ancianos NEDICES. Metodología y principales hallazgos neurológicos. Rev Neurol 2008; 46 (7): 416-423. De Rijk MC, Launer LJ, Berger K, et al. Prevalence of Parkinson’s disease in Europe: a collaborative study of population-based cohorts. Neurologic Diseases in the Elderly Research Group. Neurology 2000; 54 (Suppl 5): S21-S23. Bermejo-Pareja F, Ruiz-Huete C, Terrón C. Relación entre el temblor esencial, enfermedad de Parkinson y demencia con cuerpos de Lewy. Rev Neurol 2007; 45 (11): 689-694. Shahed J, Jankovic J. Exploring the relationship between essential tremor and Parkinson´s disease. Parkinsonism Relat Disord 2007; 13: 67-76. 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Wang J, Jiang Y-P, Liu X-D, et al. 99mTc-TRODAT-1 Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 REVISIÓN 17 REVISIÓN Pauta práctica de la utilización terapéutica de tetrabenazina Luis Javier López del Val1, Juan Andrés Burguera2, Alfonso Castro García3, Justo García de Yébenes4, Pedro García Ruiz5, Juan Carlos Martínez Castrillo6, Gurutz Linazasoro Cristóbal7, Carlos Salvador Aguiar8, Ernesto Balaguer9 1 Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza. Hospital Universitario La Fe. Valencia. 3 Hospital Clínico Universitario Santiago de Compostela. A Coruña. 4 Hospital Ramón y Cajal. Madrid. 5 Fundación Jiménez Díaz. Madrid. 6 Hospital Ramón y Cajal. Madrid. 7 Policlínica Guipúzcoa. San Sebastián. 8 Hospital Central de Asturias. Oviedo. 9 Hospital General de Cataluña. Barcelona. REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 2 18 I ntentaremos, a lo largo de las siguientes líneas, plasmar de forma práctica las dosis y forma de comienzo de tratamiento recomendado para la utilización clínica de tetrabenazina (TBZ), basado en lo referido por otros autores en la literatura médica y en la práctica clínica diaria1. Se revisan las pautas de tratamiento en: - Enfermedad de Huntington y otras coreas. - Discinesia tardía. - Tics. - Distonía y otras patologías hipercinéticas. Pautas de tratamiento En la enfermedad de Huntington y otras coreas Son numerosos los trabajos publicados en los últimos años que nos refieren la extraordinaria respuesta antidiscinética que se obtiene utilizando tetrabenacina en la corea de los pacientes con Huntington2-10. La dosis terapéutica referida en casi todos los estudios se sitúa entre 75 a 100 ó 150 mg/día, llegando en algunos casos hasta 200 mg/día. Los efectos secundarios referidos en los diferentes estudios consisten en: parkinsonismo, somnolencia, fatiga, debilidad, tendencia depresiva, insomnio, ansiedad o nerviosismo, inquietud, acatisia, digestivos (náuseas, vómitos, epigastralgia), confusión, hipotensión ortostática, temblor, sialorrea, irritabilidad, agitación, dificultad para caminar o desequilibrio, etc. Pero, en general, dichos efectos se reducen o desaparecen con la disminución de las dosis. Para evitar la presentación de los efectos secundarios, de nuevo la recomendación consiste en subir de forma lentamente progresiva, comenzando por medio comprimido (12,5 mg/día) y aumentar cada 4-7 días de medio en medio los comprimidos, hasta llegar a las dosis que se consideren eficaces terapéuticamente hablando para cada caso en concreto y con escasos efectos secundarios. Correspondencia Luis Javier López del Val Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa Avda San Juan Bosco, 15 – 50009 Zaragoza Teléfono: 976 76 57 00 E-mail: javivineuro@telefonica.net En discinesias tardías (discinesias oro-labio-linguales y axiales) Casi todos los estudios mencionan dosis terapéuticas entre 50 y 200 mg/día repartidas en tres tomas. La respuesta empieza a considerarse óp- REVISIÓN En los tics Como cada vez que se habla del tratamiento de los tics, es necesario recordar que éstos no siempre precisan tratamiento; siempre será necesario poner en un lado de la balanza: el tipo, la intensidad y la interferencia que el tic tiene en las actividades de la vida diaria del paciente. Y en el otro, los efectos secundarios del fármaco elegido. Y en el caso de la tetrabenazina, su utilización debería de restringirse a tics potencialmente graves En otros cuadros hipercinéticos Distonías, balismos, hemibalismos, etc. El criterio y la pauta terapéutica recomendada, así como su introducción en el tratamiento del paciente, debería seguir pautas semejantes a las mencionadas en líneas precedentes. Conclusión y norma básica general Para el tratamiento de síndromes hipercinéticos con tetrabenazina, se recomienda comenzar con dosis de 12,5 mg/día (1/2 comprimido) inicialmente en toma nocturna e ir aumentando de medio en medio, cada 7 -10 días, hasta 2, 3 ó 4 comprimidos/día (50 a 100 mg). Siempre, y en cada caso, valorando eficacia clínica versus efectos secundarios. El límite de dosis vendrá definido por la propia eficacia clínica y la ausencia de efectos secundarios, y podría estimarse en 150 a 200 mg/ día. Bibliografía ■ 1.- ■ López del Val LJ, López García E, Martínez Martínez L, Santos Lasaosa S. Utilización terapéutica de la Tetrabenazina. Rev Neurol 2009; 48 (10): 523-533. 2.- Huntington Study Group. Tetrabenazine as antichorea therapy in Huntington disease. A randomized controlled trial. Neurology 2006; 66: 366-372. ■ 3.- ■ Morgan JC, Sethi KD. Tetrabenazine versus placebo for chorea in Huntington’s disease. Curr Neurol Neurosci Rep 2006; 6: 278-280. 4.- Frank S, Ondo W, Fahn S, Hunter C, Oakes D, Plumb S, et al. A study of chorea after tetrabenazine withdrawal in patients with Huntington disease. Clin Neuropharmacol 2008; 31: 127-133. Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 o con gran repercusión en las actividades de la vida diaria del paciente. Merece la pena recordar los trabajos publicados por Jankovic, Faridi y, en nuestro país, Jiménez Jiménez, entre otros18-23; en ellos se revisan pacientes con diferentes patologías, entre las que se encuentran los tics. Mencionan dosis entre 12,5 y 100 mg/día, con una aceptable mejoría, generalmente con dosis más elevadas. De nuevo, el criterio de introducción terapéutica suele ser comenzando con medio o un comprimido en toma nocturna y aumentar progresivamente, cada 7-10 días, a dos (50 mg) o a tres comprimidos (75 mg/día), hasta conseguir la máxima respuesta eficaz con los mínimos efectos secundarios. Sin que exista inconveniente, siempre que no aparezcan dichos efectos secundarios, en incrementar las dosis hasta 150- 175 mg/día, en el caso de que busquemos una mejor respuesta terapéutica. REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO tima a dosis entre 75 y 100 mg/día. Cuanto más alta es la dosis, más posibilidad de que aparezcan efectos secundarios11-15. Los efectos adversos más frecuentemente observados fueron: somnolencia, babeo o sialorrea, parkinsonismo, insomnio, inquietud y signos de ansiedad e hipotensión postural. Estos fenómenos desaparecieron con la administración continuada o con la reducción de la dosis. Para evitar dichos efectos secundarios, la recomendación es comenzar con medio comprimido (12,5 mg) en toma vespertina/nocturna e ir aumentando progresivamente de medio en medio, cada 7-10 días, hasta conseguir una dosis que ofrezca eficacia terapéutica y mínimos efectos secundarios. Además de la mejoría en las discinesias orales, se observaron cambios en la intensidad de otros movimientos de carácter hipercinético en la mayoría de los pacientes tratados. Conforme disminuía la frecuencia de las discinesias, se observaba que las muecas faciales se hacían más leves, la amplitud de los movimientos masticatorios se reducía, desaparecía la protrusión de la lengua y, en aquellos pacientes que los presentaban, los movimientos coreicos asociados perdían intensidad. Otros autores mencionan dosis más bajas para conseguir beneficio clínico, entre 12,5 y 100 mg/día, pero instaurando el tratamiento con el mismo criterio clínico mencionado anteriormente16, 17. 19 REVISIÓN ■ 5.- ■ 6.- ■ 7.- ■ 8.- ■ 9.- REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 ■ 10.- 20 ■ 11.- ■ 12.- ■ 13.- ■ 14.- Bonelli RM, Wenning GK. Pharmacological management of Huntington’s disease: an evidencebased review. Curr Pharm Des 2006; 12: 27012720. Bonelli RM, Hofmann P. A systematic review of the treatment studies in Huntington’s disease since 1990. Expert Opin Pharmacother 2007; 8: 141-153. Ondo WG, Tintner R, Thomas M, Jankovic J. Tetra benazine treatment for Huntington’s disease associated Chorea. Clin Neuropharmacol 2002; 25: 300-302. Savani AA, Login IS. Tetrabenazine as antichorea therapy in Huntington disease: a randomized controlled trial. Neurology 2006; 66: 366-372. Kenney C, Hunter C, Davidson A, Jankovic J. 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Asimismo, según los datos recogidos del paciente y consensuado con los expertos, los neurólogos decidieron separar a los pacientes con dolor crónico en dos grupos: - Dolor no EP (pacientes con dolor de otro origen y no agravado por la EP). - Dolor sí EP (dolor causado o agravado por la EP). En este último grupo, separaban a los pacientes en un grupo Dolor sí EP directo (si el dolor era atribuido a la enfermedad de Parkinson y no podía ser atribuido a ningún otro problema). - Dolor sí EP indirecto (si otras entidades podían causarle el dolor pero la EP podía agravarlo). Evaluación clínica Utilizan la escala UPDRS (pasada en fase on) y la escala de Hoehn y Yahr, así como cuestionarios de ca- Análisis estadístico Se llevó a cabo con los métodos apropiados para analizar los resultados. Resultados De los 450 pacientes reclutados, 147 (32,6%) no presentaban dolor, y 278 (61,8%) sí. Posteriormente fueron excluidos 25 pacientes por no presentar criterios de dolor según IASP. Los pacientes con EP y dolor relacionado fueron 167 (60,1%), de los que 103 presentaban un dolor directamente relacionado con la EP y 64 dolor indirectamente relacionado. Entre los pacientes con dolor crónico, 111 (39,9%) no tenían dolor relacionado con la EP. Los pacientes con EP tenían más severamente afectada su calidad de vida, el sueño, así como más depresión y ansiedad. La intensidad del dolor era significativamente más alta en pacientes con dolor relacionado con la EP que en los que presentan dolor por otras causas. Los pacientes con dolor relacionado con la EP eran más jóvenes que aquellos sin dolor o con dolor no relacionado con la EP. También eran más jóvenes al inicio de la enfermedad y ésta era más severa. En el análisis de regresión logística, los factores asociados con EP y dolor fueron: pacientes más jóvenes al inicio de la enfermedad, presencia de fluctuaciones motoras y síntomas depresivos. Aquellos que tenían dolor relacionado con la EP consumían menos analgésicos que aquellos con dolor no relacionado con la enfermedad de Parkinson y con el grupo de pacientes no parkinsonianos que presentaban dolor por otras causas. Los pacientes con EP y con dolor causado solamente por la enfermedad difieren de los otros grupos en muchos aspectos: dolor de aparición más reciente, raramente aparecía antes del inicio de la enfermedad, no empeoraba por esfuerzo físico, empeoraba en los periodos off y respondía mejor a los antiparkinsonianos. Discusión y conclusiones No existe una metodología validada para decidir si el dolor que presentaban los pacientes podía o no ser atribuido a la enfermedad de Parkinson o ser debido a otro proceso concomitante (osteoar- Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 Introducción Realmente hay escasos estudios en la literatura analizando la aparición de dolor en pacientes con la enfermedad de Parkinson (EP), siendo éste el motivo por el que un grupo de expertos en manejo del dolor y la EP de la región de Midi-Pyrénées plantea los siguientes objetivos en este trabajo. lidad de sueño (PSQI) y calidad de vida (PDQ-39), interferencia del dolor (BPI), depresión ansiedad (HADS) y McGill Pain Questionnarie. El grupo control fue evaluado igual, excepto la parte correspondiente a la EP. REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Dolor crónico en enfermedad de Parkinson (Chronic pain in Parkinson’s disease) Laurence Nègre-Pagès, Wafa Regragui, Didier Bouhassira, Hèlène Grandjean, and Olivier Rascol on behalf of the DoPaMiP Study Group. Movement Disorders 2008; 23(10): 1361-1369. 21 COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS tritis...). Pero lo justifican, diciendo que consideran la experiencia, buen juicio clínico, una específica anamnesis consensuada por los expertos, un método fiable para obtener sus resultados. Finalmente, refieren que el hecho de haber encontrado un 25% aproximadamente de pacientes que sufren dolor por otras causas diferentes de la enfermedad de Parkinson está de acuerdo con resultados previos de la literatura. REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 Controlled study of decision-making and cognitive impairment in PD Pagonabarraga J, García Sánchez C, Llebaria G, Pascual Sedano B, Gironell A, Kulisevski J. Movement Disorders 2007; 22(10): 1430-1435. 22 Introducción La EP se caracteriza por presentar un cuadro motor generalmente de inicio, al que asocia síntomas cognitivos o psiquiátricos (apatía, depresión, psicosis u otros). Se producen también alteraciones conductuales menos conocidas (ludopatía, adicción a levodopa, punding o hipersexualidad), que son trastornos por alteración del control de impulsos (ICD, relacionados con anomalías en el proceso de control de los mecanismos de recompensa por disregulación de los circuitos fronto-límbico-ganglios basales (FLBGC). Esta alteración podría ser causada por el cambio dopaminérgico en dicho circuito, que sería una consecuencia del propio proceso neuropatológico o a causa de cambios plásticos postsinápticos secundarios a la estimulación dopaminérgica pulsátil, como sucede con la adicción. Estos aspectos han sido poco estudiados, y se conoce poco sobre la alteración límbica en estos pacientes y la influencia que la medicación ejerce. Los autores pretenden determinar si hay una relación entre las posibles alteraciones límbicas (según los estadíos de Braak) y el estado cognitivo en pacientes con EP sin demencia ni antecedente de ICD mediante una completa batería neuropsicológica y un test de riesgo asumido en toma de decisiones (Iowa Gambling Task, IGT), que mide la capacidad de sopesar recompensa a corto plazo frente a riesgos a mayor plazo basado en el aprendizaje por reforzamiento. Ya que un IGT patológico se ha relacionado con disfunción del córtex prefrontal ventromedial y sistema límbico. Material y métodos Estudian 35 casos de EP sin demencia y 31 controles sanos mediante el IGT, la escala Mattis y fluencia verbal para demencia, el test de Stroop y el de dígitos para función ejecutiva, y el test auditivo verbal de Rey para memoria. Resultados Los EP hicieron significativamente peor el IGT. No se encontró relación alguna con aspectos demográficos, tratamiento farmacológico o respuesta motora a la levodopa (fluctuantes y no fluctuantes). Tampoco con función ejecutiva. Sin embargo, se observó una relación inversa con memoria, fluencia verbal y estado cognitivo global. Aquellos con mejor memoria y mejor puntuación en la escala Mattis puntuaron peor en el IGT. Estos hallazgos confirman una disfunción límbica subclínica sin relación con algunos aspectos de función ejecutiva y sí con otros (fluencia verbal, circunvolución frontal inferior), lo que sugiere que existen diferentes áreas prefrontales para diferentes funciones atencionales y control inhibitorio afectivo. Se descarta una relación causal entre la ICD y las dosis o tipo de fármaco y el trastorno límbico. Tampoco parece progresar en paralelo con los trastornos motores, dada la falta de correlación con edad de inicio o duración-gravedad de la enfermedad. La disfunción del FLBGC (pruebas de imagen) o cambios plásticos postsinápticos secundarios a la pulsatilidad del tratamiento o la combinación pondría a estos enfermos en situación de presentar una ICD. El diseño del estudio no permite establecer la relación de la pulsatilidad del tratamiento con este trastorno. Precisión en el diagnóstico de depresión mayor en pacientes con enfermedad de Parkinson: estudio comparativo entre la UPDRS, la Geriatric Depression Scale y el Beck Depression Inventory Vitor Tumas, Guilherme Gustavo Ricioppo Rodrigues, Tarsis Leonardo Almeida Farias, José Alexandre S. Crippa. Arq Neuropsiquiatr 2008; 66 (2-A): 152-156. Objetivo Pretenden los autores comparar la precisión de la UPDRS, la Geriatric Depression Scale (GDS15) y el Beck Depression Inventory (BDI) en el diagnóstico de depresión mayor en la enfermedad de Parkinson. Método Estudian 50 pacientes consecutivos. El diagnóstico de depresión mayor se realizó según criterios DSM IV. No se incluyeron pacientes con deterioro cognitivo según la UPDRS ni pacientes con un nivel educativo que no les permitiera completar las escalas GDS15 y BDI. Todos los pacientes incluidos fueron evaluados, en primer lugar, por un neurólogo que no conocía el objetivo del estudio mediante la UPDRS. A continuación, los pacientes completaron las escalas GDS15 y BDI sin ayuda de ningún profesional, y posteriormente fueron evaluados por otro neu- COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS Conclusiones La GDS15 es mejor para el screening de depresión en la EP que la BDI y la UPDRS. La depresión en la EP no se correlaciona con el grado de afectación motora. Resultado final a los 14 años del studio PDRG-UK comparando tres tipos de tratamiento en EP Katzenschlager R, et al. Neurology 2008; 71: 474-480. Introducción Numerosos trabajos han plateado el tema de si los pacientes con enfermedad de Parkinson (EP) deben comenzar el tratamiento sintomático con levodopa (LD) o con agonista dopaminérgico (AD). Los autores observaron que tras 5 años de seguimiento, los pacientes con AD como tratamiento de inicio parecían presentar menos complicaciones motoras, pero peor situación motora. Presentan el resultado de seguimiento del estudio llevado a cabo por el Parkinson´s Disease Research Group of the United Kindom (PDRG-UK) tras 14 años. Se trató de un estudio multicéntrico, abierto, prospectivo y aleatorizado, con asignación a uno de tres grupos de diferentes tratamientos de inicio: LD, LD+selegilina o bromocriptina (BRC). Al cuarto año, el grupo asignado a bromocripti- Métodos Se incluyeron pacientes con EP, de cualquier edad, que requerían medicación dopaminérgica, sin demencia. 782 pacientes entre 1985 y 1990, que fueron aleatorizados a uno de los 3 grupos de tratamiento. Siendo la variable de eficacia primaria la mortalidad e incapacidad motora; y las variables de eficacia secundarias, la aparición de fluctuaciones y discinesias. Realizan evaluaciones cada 3 semanas los primeros 3 meses, y cada 3-4 meses posteriormente. En la evaluación final se exploró la calidad de vida (SF-36) y función cognitiva (MMSE). Resultados Siguen al final del estudio a 166 pacientes (21% de cifra original). Sólo 11 permanecían con BRC al final del estudio, ninguno como fármaco único. No hubo diferencias significativas en la dosis de cada fármaco (LD, selegilina, BRC) entre los grupos. Sólo las puntuaciones de la escala de Webster fueron ligeramente mejores en el grupo aleatorizado a LD (p>0.05), en especial las puntuaciones en relación con la función física, sin relación con ningún otro factor (edad, duración de la enfermedad, fluctuaciones o discinesias). La frecuencia de complicaciones motoras fue similar, con mejor función cognitiva y menos demencia en el grupo de LD, aunque sin significación estadística. Conclusiones Parece demostrarse que, conforme avanza la enfermedad, la mayoría de los pacientes requieren polifarmacia para el control sintomático. La elección inicial de tratamiento tiene escaso impacto sobre las complicaciones motoras. Siendo la LD el tratamiento mas eficaz, su aparente mayor riesgo de complicaciones motoras se reduce con el tiempo, por lo que debe ser considerada como opción de tratamiento precoz en todos los pacientes. Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 Resultados La prevalencia de depresión mayor fue del 24%. La valoración de las escalas fue: UPDRS: sensibilidad 75%, especificidad 63%. Para screening de depresión: GDS15: sensibilidad 91%, especificidad 92% (punto de corte 8/9). BDI: sensibilidad 100%, especificidad 76% (punto de corte 17/18). La curva ROC de la GDS es la que se aproximó más al ángulo superior izquierdo del gráfico y tuvo una mayor área bajo la curva. No se observó correlación entre la intensidad de los síntomas depresivos con los síntomas motores, la situación funcional ni la duración de la enfermedad. na presentaba puntuaciones de incapacidad significativamente peores, pero menos frecuencia de complicaciones motoras. Un análisis intermedio mostró mortalidad superior en el grupo de LD+selegilina, motivo por el que este brazo se suprimió. A los 10 años, la mortalidad en los grupos restantes fue comparable, las complicaciones motoras menos frecuentes en el grupo asignado a BRC y las puntuaciones motoras permanecieron ligeramente mejores en el brazo asignado a LD. REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO rólogo, ciego a las exploraciones previas, que realizó una entrevista dirigida al diagnóstico de depresión mayor según criterios DSM-IV. Las exploraciones y entrevistas se realizaron en estado on de medicación y en el mismo día. Las escalas fueron evaluadas según su curva ROC. 23 Agenda JULIO ● First International Congress on Clinical Neuroepidemiology (ICCN 2009) Ciudad: Munich (Alemania). Fecha: 27-30 agosto 2009. Más información: www.neuro2009.com/ ● International Thematic Conference From Inhibition to Hyperactivity: Psychopathological Approach Ciudad: Atenas (Grecia). Fecha: 3-5 julio 2009. Más información: www.aepea-athenes2009.gr/ ● World Congress of Pharmacy and Pharmaceutical Sciences 2008 Ciudad: Basilea (Suiza). Fecha: 29 agosto - 4 septiembre 2009. Más información: www.touchneurology.com/ events/world-congress-pharmacy-and-pharmaceutical-sciences-2008 ● 19th IAGG World Congress of Gerontology and Geriatrics Ciudad: París (Francia). Fecha: 5-9 julio 2009. Más información: www.gerontologyparis2009. com/site/view8.php ● XIVth Congress of the World Federation of Neurosurgical Societies (WFNS) Ciudad: Boston (USA). Fecha: 30 agosto - 4 septiembre 2009. Más información: www.touchneurology.com/ events/xivth-congress-world-federation-neurosurgical-societies-wfns REVISTA ESPAÑOLA DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO Vol. II - Nº 2 - Junio de 2009 ● The 11th European Congress of Psychology 24 Ciudad: Oslo (Noruega). Fecha: 7-10 julio 2009. Más información: http://www.touchneurology. com/events/11th-european-congress-psychology ● ICAD International Conference on Alzheimer’s Disease 2009 Ciudad: Viena (Austria). Fecha: 11-16 julio 2009. Más información: www.alz.org/icad/ ● Impacto de la Neurología en la Sociedad del siglo XXI Ciudad: El Escorial (España) Fecha: 20-24 julio 2009. Más información: www.sen.es/pdf/2009/ escorial_2009.pdf ● 19th Annual Course - A Comprehensive Review of Movement Disorders for the Clinical Practitioner Ciudad: Aspen (USA). Fecha: 27-30 julio 2009. Más información: www.columbiacme.org/ AGOSTO ● Annual Benign Essential Blepharospasm Research Foundation International Conference Ciudad: Irvine (USA). Fecha: 7-9 agosto 2009. Más información: www.blepharospasm.org SEPTIEMBRE ● 4º Simpósio Brasileiro de Doenças Neurodegenerativas Ciudad: Bento Gonçalves (Brasil). Fecha: 4-6 septiembre 2009. Más información: www.ccmeventos.com.br/ dn2009/ ● 25th Congress of the European Commitee for Treatment and Research in Mutiple Sclerosis Ciudad: Düsseldorf (Alemania). Fecha: 9-13 septiembre 2009. Más información: www.congrex.ch/ectrims2009/ ● 14th International Headache Congress Ciudad: Philadelphia (USA). Fecha: 10-13 septiembre 2009. Más información: www.americanheadachesociety. org/events/event.asp?EVENT_ID=23& ● World Congress on Huntingtons Disease Ciudad: Vancouver (Canadá). Fecha: 12-15 septiembre 2009. Más información: www.huntingtonsociety.ca/english/content/?page=212