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CRÍTICA DE LIBROS EL TIEMPO RECUPERADO J. MUGUERZA y R. RODRIGUEZ El volumen editado por Javier Mu ARAMAYO (eds.): Kant después de guerza y Roberto Rodríguez Aramayo Kant, Madrid, Tecnos, 1989 acude fiel a la cita de la efemérides, a d e l a n t á n d o s e t a m b i é n e n el por qué F. Pessoa tuvo a sus Reis, Caeiro, De y, sobre todo, el para qué ahora Kant Campos, Guedes, Soares. Un poeta sin Kant. El título demuestra el pundo v i v o p u e d e d e s d o b l a r s e e n h e t e r ó n i - nor profesional de la nutrida lista de mos, a fin de fingir otras voces y los autores, elenco en el cual, si no están hallazgos de una identidad tan frag- todos los que son, sí son todos los que mentaria, que no caben armonio- están. La escueta introducción nos samente bajo una y la misma epider- marca con claridad la ingeniosa Stim mis. Se anticipa así a las desviaciones mung del volumen: giro copernicano y avatares que harán crecer su inven- para leer dos siglos después al artífice ción con sentidos inéditos y, mediante del giro copernicano. La mediación e s t e a rtificio, prolonga su destino mor- e s t á s e r v i d a , l a o c a s i ó n l a p r e s t a b a e l tal. El pánico que nos provocan los Seminario que se celebró en el Institu clásicos crece proporcionalmente con to de Filosofía del CSIC en el curso s u r e s i s t e n c i a a t a l d e s t i n o , a l p r e s t i g i o 1 9 8 7 -1988. grande o pequeño que se labraron y la Nada más grato y más ingrato que osadía con que irrumpieron en la me- dar cumplida noticia de esta obra; gra moria de su época; perdida ésta, aquél to por lo que representa frente a una s e d e s v a nece. Croce se preguntaba a ausencia, ingrato por la imposibilidad propósito de Hegel, ¿qué está vivo y de hacer justicia como se debe al es qué está muerto del clásico? ¿Y cómo fuerzo de un nutrido elenco de auto suena Kant en castellano? El mérito de re s . E n t o d o c a s o n o c r e o e q u i v o c a r m e todos aquellos que, desde Gaos, han al suponer que este libro habrá de con ido quemando etapas en el viaje a tra- siderarse en adelante como punto de vés de su obra ha sido el de poner en referencia para la bibliografía sobre condiciones y en limpio el terreno para Kant en castellano. Desde los años en que aquí también tuvieramos un Kant que Lutoslawski oyera, por boca de después de Kant homologable. Destino Ortí y Lara, que en Kant sólo podría poco afortunado hasta los años sesen- mos cosechar error y pecado, hasta la ta, sin embargo; ahora queda por sa- f e c h a , c u a n d o s e t e r m i n a d e c o n m e b e r a q u é c a u s a q u i e r e n s e r v i r l o s n u e - morar el bicentenario de la Crítica de vos intérpretes, pues la labor crítica y la razón prác t i c a , m u c h o h a c a m b i a d o distanciadora estaba servida por las la Filosofía española. Mucho, muchísi propias y desfavorables condiciones de mo se ha procurado enmendar en el partida. A finales de la década de los desolador panorama que, en 1896, co ochenta la situación se ha normalizado noció el corresponsal de los Kantstu lo suficiente, al parecer, y se apresta- dien. Todavía ha de ser explicada la ron los filósofos hispanos postkantia- magnitud de tal silencio inicial, como n o s -p o s t k a n t i a n o s p o r i m p e r a t i v o s o b s e r v a J . M . P a l a c i o s . N o t o d o t i e m p o d e l a c r o n o l o g í a y p o r i n t e n c i ó n - a se puede ahora recuperar tras el perdi conmemorar el bicentenario de la Crí- d o s i g l o x i x , p e r d i d o p a r a e l c o n o c i t i c a d e l a r a z ó n p r á c t i c a . m i e n t o d e l a o b r a k a n t i a n a , f a m i l iar ya ISEGORIA 12 (1990) 207 CRÍTICA DE LIBROS entonces para los filósofos franceses, ren clausuró el curso da la pauta del i n g l e s e s e i t a l i a n o s . L a a u s e n c i a e s e n n o t o r i o -y n e c e s a r i o , p o r l a f u e r z a d e e l m o m e n t o a c t u a l m e n o s e s c a n d a l o s a , l a s c i r c u n s t a n c i a s - giro de la recep gracias al acercamiento progresivo a ción tardía de Kant en España: ¿cómo un autor, cuyas efemérides se empie- pensar globalmente hoy la Ilustración, zan a recordar aquí con cierta puntua- l a m á s c o m p l e t a m a y o r í a d e e d a d s i n lidad. Ahora bien, de no ser por la con - d o g m a s ? ¿ p o r d ó n d e t r a n s i t a n n u e s t r a s fortadora versión proustiana sobre los inclinaciones morales? ¿es posible elu centones del tiempo, nada se podría dir reduccionismos de toda laya? ¿có hacer ya por subsanar el vacío lamen- mo afrontar con ayuda de l o s c l á s i c o s table de una cosecha que no se dió en aquellos problemas que todavía nos su debido momento. apremian? González Vicén se ocupa El volumen Kant después de Kant por su parte de la siempre actual cues t e s t i m o n i a c ó m o , p a s a d a s l a s t r e s p r i - tión d e l d e r e c h o d e r e s i s t e n c i a . E n meras etapas, desde 1800 hasta 1896, y conclusión, nada de «ismos», «neo» o con el inolvidable interludio de los es- de kantistas, que no sólo repre tudios kantianos en castellano de los sentarían un anacronismo, sino una años sesenta y principios de los seten- anormalidad en aquel normal panora ta del presente siglo (Molinuevo, J.L.: ma de recepciones filosóficas mutila «Breve Bibliografía en castellano sobre das o demediadas. Creo sin embargo Kant». Anales del Seminario de Metafí- q u e , e n u n c o n t e x t o t a n p o c o f a v o r a sica, IX, 1974), se es aquí y ahora sen- ble en principio, se debe justipreciar el sible a lo que perdura vivo e incluso a papel desempeñado en recuperaciones lo que resulta obsoleto de Kant, para del tiempo p erdido por una generación la actual generación de profesores de de lectores de la obra kantiana, aquí Filosofía en España. Quizá el tiempo representada por Montero Moliner y no se pueda, sin embargo, recobrar en G. Caffarena. Este aboga decididamen s u m a y or parte y por este motivo escu- te por una comprensión de Kant desde chan éstos la doble incitación del clási- la perspectiva en que nos hallamos. Su co que siempre está vivo y está muer- inicial toma de postura le lleva a acen to. Por eso también la obra l l e v a t a n t u a r l a t e n s i ó n s u b y a c e n t e a l a É t i c a elocuente título. La cronología no per- k a n t i a n a , c o m p l e j i d a d e n d e f i n i t i v a a dona, así pues nada de «Rückehr zu la que no pueden escapar los intérpre K a n t » p o r l a c u a l s e a b o g a b a h a c e u n t e s m á s a v e z a d o s . ¿Era coherente la s i g l o . L a p a s i ó n h a v e n i d o a q u í y a h o - Filosofía moral kantiana? ¿Hay que ra a suplir los eslabones inexorables rectificar el concepto de «formalismo» -a v e c e s c o n v e n t a j a , a v e c e s c o n d e s - para entenderla de forma cabal? Res ventaja- de una Hermenéutica histo- peto y utopía polarizan la Ética kantia ricista, que no siempre encaja bien con na; perspectiva diacrónica para hacer los propósitos de quienes han colabo- se cargo de la evolución del corpus et rado en el volumen, desde tan diversa hicum kantiano en el conjunto, ésta es metodología: Ética, Filosofía política y su conclusión. Más dualismos: el análi jurídica, Filosofía de la historia, Estéti- s i s d e l a r e l a c i ó n l i b e r t a d y e x p e r i e n c i a ca, Metafísica, Filosofía de la religión. sigue recordándonos que la razón Por encima de lógicas diferencias, exis- práctica no se edifica con los mismos te una común forma de preguntar por materiales que han fraguado el conoci qué y para qué Kant ahora. miento de los fenómenos. En el forma L a c o n ferencia con que J.L. Arangu- l i s m o , l a v a l i d e z u n i v e r s a l d e l a s n o r 20$ ISEGORÍA l 2 (1990) CRÍTICA DE LIBROS mas morales pretende un fundamento diatizada por una crítica mundana a la libre de condicionantes empíricos y vez que académica; arranca de lo me subjetivos, lo cual no implica excluir jor o lo peor de otro universo cultural, que la voluntad sea interpelada de con- de otro tiempo, que es éste: tan distan tinuo por las inclinaciones. A falta de te del utopismo como del rigorismo intuición intelectual para la razón ¿De qué manera conjugar eficazmente práctica, Montero sugiere la oportuni- l a a m o r a l i d a d » c o n l a s i n c l i n a c i o n e s , dad de contrastar el concepto kantiano los sentimientos? ¿Qué proponer hoy de libertad con el fichteano. sobre la obediencia a las leyes? ¿Qué Martínez Marzoa plantea sin amba- decir de todo ello «a la altura de nues g e s l a d o b l e c u e s t i ó n d e v a l i d e z c o g - tro tiempo»? (E. Fernández) ¿Cuál es noscitiva y validez práctica. En la fra- el sentido de la idea de contrato so se, con la cual R. Rodríguez explica el cial? (A. Cortina). Preguntas que remi formalismo moral kantiano desde la ten al marco histórico, al siglo xviii, realidad de la conciencia, se puede re- pero también a una concepción de la sumir la situación en que se encuen- Modernidad como problema y a la t r a n a h o r a q u i e n e s l l e g a r o n a l g o d e s - c o m p r e n s i ó n d e n u e s t ra propia actua pués a la fuentes: salir para regresar. Ir lidad política, tal como indica E. Bello. a Kant para salir de él. Volver: las pá- Crítica actual de la Crítica, por tanto, ginas dedicadas en el trabajo a la lógi- mediada por las manifestaciones de ca de la común conciencia moral indu- una experiencia o conciencia parcial cen un enfoque que, con notables dife- mente desgarrada, más imperiosa que rencias está presente en la mayoría de la lectura intemporal de la Crítica de 1a los autores de este libro como aprecio razón práctica. El calor puesto en ello renovado por la moralidad. Salir de la por algunos de los autores dice a las eticidad: el trabajo de M. Cabada, des- c l a r a s c u á l e s l a i n t e n c i ó n d e q u i e n e s d o b l a l a r e c e p c i ó n k a n t i a n a e n c o n o c i - s e acercan ahora a ello: G. Gutiérrez se miento de los textos y en perspectiva dedica a las aporías del dualismo kan crítica que, con muy buen criterio, tiano, J.A. Gimbemat a la Sittlichkezt, hace arrancar de Feuerbach. El rigoris- C. Amorós a los fines. La b r e v e n o t a d e mo kantiano fue contrastado con nece- los editores y el trabajo Las razones de sidades de índole existencial, que éste Kant así lo manifiestan también al lec e n a r b o l ó e n n o m b r e d e l a e s p e c i e h u - tor: ¿qué sentido tiene la actual reno mana, en nombre de las relaciones éti- vación del pensamiento kantiano? c a s , d e l b i e n e s t a r u n i v e r s a l . L a c o n t r i - (C. Thiebáut). En suma, de nuevo ¿para b u c i ó n d e J . L . V i l l a c a ñ a s y J . M . G o n - qué Kant? zález sitúan al lector en los modos mo- Las repercusiones de su obra en la demos de racionalidad práctica a la Filosofía jurídica, moral y política se sombra de Weber, resabio obligado llevan la parte del león, dada la oca para quien llega con retraso a la cita sión, la nómina de los participantes en kantiana y de la razón carismática. Y el Seminario y lista de autores del c o n o t r o s i n t e r e s e s t e ó r i c o -p r á c t i c o s , a v o l u m e n -l a É t i c a y p e n s a m i e n t o p o l o s q u e y a n o p u e d e n i d e b e r e n u n c i a r . l í t i c o -j u r í d i c o . L o s e n f o q u e s s o n s i n Feuerbach y Weber como antídotos a embargo lo suficientemente dispares una tardía pasión por un Kant men- como para, Kant mediante, asegurar guado, por consiguiente. un diagnóstico de saludable pluralismo La actualidad o inactualidad de un para la Ética y la Filosofía política a la clásico aparece pues fuertemente me- española: D. Blanco y el mal como iseGOaíai2 péso> 209 CRÍTICA DE LIBROS problema, negación o carencia; G. Vi- -B l o c h y s u c o n c e p t o d e « p o s i b i l i d a d » . lar y el bien supremo en la «otra» Éti- R e f l e x i o n e s s o b r e l a E s t é t i c a y T e ca kantiana; V. Camps y la dignidad leología kantianas ponen el colofón como auténtico deber moral, más allá ineludible en un bicentenario kantia de la justicia. Le sigue una exploración no, en los muy convincentes trabajos e n m ú l t i p l e s d i r e c c i o n e s s o b r e e l « a n - de F. Duque, E. Trías y F. Savater. Bi tes» y el «después» de Kant: C. Roldán c e n t e n a r i o c o m o c i t a c o n e l c l á s i c o , y las deudas del criticismo kantiano que se ha de repetir en la inminente con Leibniz; J. Rubio Carracedo y los rememoración de la Crítica del juicio. débitos para con Rousseau; E. Guisán Centenarios: ejercicios a fecha fija, fre y los limites de la razón práctica. Las cuentemente expuestos a los rigores contribuciones desde la Historia de la de lo ridículo, mas citas esforzadas Filosofía y la Metafísica prolongan esa contra las añagazas del tiempo. ¿Cuán recuperación del inmediato pasado y tos Kant devolverían los heterónimos p o s t e r i o r d e s t i n o d e l p e n s a m i e n t o k a n - de Kant si el ortónimo los hubiera te tiano, con un especial énfasis en el con- nido? Al amplio mosaico de trabajos cepto de Historia: L. Martínez de Ve- en torno a la Crítica de 1a razón prácti lasco, C. Flórez, E. Menéndez Ureña, ca no se le puede pedir más unidad de S. Sevilla, M. Torrevejano y R. Rodrí- l a q u e t i e n e / n o t i e n e , p u e s c o n e l a n t e g u e z A r a m a y o . « I n t e r p r e t a c i o n e s y d i á - rior troquel a la esp a ñ o l a , t r a s e l c r e c i logo con Kant» apuran la ocasión del miento discontinuo de la hermenéutica b i c e n t e n a r i o , p a r a e x p o n e r s u p e n s a - en castellano, ¿cómo podria contrariar miento al contraste con la Filosofía con- su tempo propio? Ultra posse nemo temporánea: F. Oncina y las interpre- obligatur. taciones postkantianas, J.M. Ripalda, J. Conill -N i e t z s c h e e n h o r i z o n t e d e M . ' T e r e s a L ó p e z f i n d e s i g l o y M o d e r n i d a d -, A. Pérez de la Vieja de la Torre TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y LIBERACIÓN DE LA TEOLOGIA J.A. GIMBERNAT y J. MAESTRE llticas y sociales. Al mismo asistieron ALFONSO (eds.): Implicaciones teólogos de uno y otro lado del Atlánti sociales y políticas de la Teología co, pero también economistas, sociólo de la liberación, Madrid, Escuela gos, politólogos y filósofos, que inde de estudios hispanoamericanos. pendientemente de su condición o no Instituto de Filosofía del CSIC, de creyentes y de su posición respecto 1989, 226 pp. a la TL, trataron de efectuar ese balan ce y algunas prospectivas. Fruto de A fines de mayo de 1987, cuando la esas jornadas es el libro que ahora pre Teología de la liberación (TL) contaba sento, aunque desgraciadamente en el ya con un cuarto de siglo aproximada- mismo no se recogen los debates y dis mente de existencia, tuvo lugar en La cusiones que las ponencias suscitaron Rábida un encuentro en el que se tra- y q u e f u e r o n a s i m i s m o d e u n n o t a b l e t a r o n d e a n a l i z a r s u s i m p l i c a c i o n e s p o - interés. 210 ISEGORÍA I2 (1990)