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Estratto distribuito da Biblet ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA ARISTOTÉLICA EN JUAN GINÉS DE SEPÚLVEDA (en las obras Sobre el destino, Teófilo y Demócrates primero) 23 Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet A la memoria de mi madre Mercedes Rufino (1933-2011) ejemplo de comportamiento ético y entrega a los demás Estratto distribuito da Biblet Estratto della pubblicazione Salvador Rus Rufino Antropología y Ética aristotélica en Juan Ginés De Sepúlveda (en las obras Sobre el destino, Teófilo y Demócrates primero) 2012 Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet Rus Rufino, Salvador Antropología y ética aristotélica en Juan Ginés de Sepúlveda : (en las obras Sobre el destino, Teófilo y Demócrates primero) / Salvador Rus Rufino. – Palermo : Officina di Studi Medievali, 2011. (Scrinium : quaderni ed estratti di Schede Medievali ; 23) 1. Sepúlveda, Juan Ginés : de - Aristotele - Morale 170.9 CDD-21 ISBN 978-88-6485-033-7 ISBN 978-88-6485-035-1 (e-book .pdf) CIP: Biblioteca dell’Officina di Studi Medievali Copyright © 2012 by Officina di Studi Medievali Via del Parlamento, 32 – 90133 Palermo e-mail: mailing@officinastudimedievali.it www.officinastudimedievali.it www.medioevo-shop.net ISBN 978-88-6485-033-7 ISBN 978-88-6485-035-1 (e-book .pdf) Ogni diritto di copyright di questa edizione e di adattamento, totale o parziale, con qualsiasi mezzo è riservato per tutti i Paesi del mondo. È vietata la riproduzione, anche parziale, compresa la fotocopia, anche ad uso interno o didattico, non autorizzata dall’editore. Prima edizione, Palermo, gennaio 2012 Stampa: Fotograf s.n.c. Editing Redazionale: Giuliana Musotto Editing: Alberto Musco Estratto distribuito da Biblet Índice 1 1. Breve reseña biográfica de Juan Ginés de Sepúlveda 3 2. La recepción de la Ética a Nicómaco de Aristóteles en España 8 3. La Ética de Aristóteles en España 12 4. Antropología y ética: las tres obras de Ginés de Sepúlveda 22 5. El aristotelismo de Juan Ginés de Sepúlveda 22 5.1. Desarrollo histórico del aristotelismo 36 5.2. El aristotelismo en el Renacimiento y el Humanismo 44 6. La propuesta antropológica 44 6.1. La polémica sobre la libertad 46 6.2. Desarrollo histórico de la idea de libertad 50 6.3. La idea de libertad para Ginés de Sepúlveda 63 7. Las virtudes del soldado cristiano 64 7.1. Esbozo de la doctrina de la guerra justa 69 7.2. Las virtudes fundamentales del cristiano 75 8. Reflexiones finales 81 Índice de nombres y lugares Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet Magnum miraculum est homo (Hermes Trimegistos, Asclepius) En este trabajo se tratará de mostrar cómo el planteamiento antropológico y la filosofía ética de Aristóteles fue seguida por el humanista y polígrafo español Juan Ginés de Sepúlveda, en tres de sus obras: Sobre el destino, Demócrates primero y Teófilo. En primer lugar, se va a describir brevemente cuál fue el proceso de recepción de las ideas éticas de Aristóteles en Europa y en España centrando la atención en una obra: la Ética a Nicómaco, como exponente máximo y más acabado de la filosofía moral y de la propuesta antropológica de Aristóteles; después, entraremos en la influencia de estas ideas en tres significativas obras de Juan Ginés de Sepúlveda para mostrar, a modo de ejemplo, cómo se recogió y reelaboró la teoría ética y antropológica de Aristóteles en este pensador español a caballo entre el Renacimiento y el Humanismo en España.1 1. Breve reseña biográfica de Juan Ginés de Sepúlveda Juan Ginés de Sepúlveda fue al mismo tiempo teólogo, cronista, historiador, filósofo y traductor muy competente del griego al latín. Hombre reconocido en su tiempo que tuvo relación con los grandes pensadores y humanistas de su tiempo, como Erasmo, y actualmente rehabilitado gracias a la edición de su obra completa por parte del Ayuntamiento de Pozoblanco (España). El conocimiento de sus textos nos está mostrando la verdadera dimensión de uno de los principales exponentes del humanismo del siglo XVI y del Renacimiento. Ginés de Sepúlveda nació en Pozoblanco (Córdoba) en 1490. Estudió humanidades en Córdoba, allí recibió la mejor educación que en su época se podía ofrecer. Ingresó en la Universidad de Alcalá donde adquirió un excelente dominio de las lenguas clásicas, aprendió filosofía y se graduó como Bachiller en Artes. Completó su formación en el Colegio de san Antonio de Sigüenza (Guadalajara) y consiguió el Bachiller en Teología. Este trabajo se ha realizado en el Instituto de Humanismo y Tradición Clásica de la Universidad de León y con los recursos de los proyectos de investigación: HUM2006-09045-C03 del Ministerio de Educación y los proyectos financiados por la Junta de Castilla y León LE036A06 y GR-10 de excelencia. Una parte importante de este trabajo se ha publicado ampliado como Estudio histórico en el Volumen XV de las Obras Completas de Juan Ginés de Sepúlveda que se está llevando a cabo bajo el patrocinio del Excmo. Ayuntamiento de Pozoblanco, Córdoba 2010. 1 Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet 2 Antropología y Ética aristotélica en Juan Ginés De Sepúlveda En 1515 consiguió entrar en el Colegio de san Clemente de Bolonia, fundado en 1365, y allí consigue los doctorados en Teología y en Artes, corría el año 1523. Fue alumno de Pietro Pomponazzi quien estimuló al joven español a conocer con profundidad los textos, la filosofía de Aristóteles y también ampliar su saber sobre la cultura griega. Durante los años de estancia en Bolonia es reconocida su competencia como teólogo y traductor. Por esta razón conoce y entabla amistad por importantes personalidades como el Príncipe de Carpi (Alberto Pío), el Cardenal Cayetano Aldo Manucio, el Papa Adriano VI y con la familia Médicis y más en concreto con Guiliano de Médicis que será el futuro Papa Clemente VII y que lo protegerá y ayudará. Estas personalidades le van a encargar traducciones de las obras clásicas y comentarios a las obras de Aristóteles, lo que hizo que Ginés de Sepúlveda fuera reconocido como uno de los mejores traductores de los clásicos en el siglo XVI. En 1523 se trasladó a Roma y estuvo bajo la protección del Papa Clemente VII ejerciendo como profesor de filosofía moral, traductor y comentador de las obras de Aristóteles. Tuvo la mala fortuna de ser testigo en 1527 del Saco de Roma perpetrado por las tropas imperiales. Después de estos tristes acontecimientos se retiró a Nápoles con tan mala suerte que vuelve a sufrir otra adversidad, el sitio de Nápoles en 1528. En esta ocasión es ayudado por el Cardenal Cayetano (Tomás de Vio) que le encomendó un comentario al Nuevo Testamento . Al poco tiempo vuelve a Roma en la comitiva del Cardenal de la Santa Cruz (Francisco de Quiñones) para intentar un acercamiento entre el Papa y el Emperador Carlos V. Formó parte de la comitiva papal que fue a recibir al Emperador en Génova camino de Bolonia donde sería coronado por el Clemente VII. Sepúlveda no desaprovecha la ocasión y compone un discurso brillante y elocuente en el que exhorta el Emperador a hacer la guerra a los turcos que amenazaban la Cristiandad. A la muerte de Clemente VII en 1534 se quedó sin amigo y protector. Dos años después, cuando el Emperador volvió a Roma para celebrar los triunfos de la campaña de Túnez, ofreció a Sepúlveda, que tenía una bien merecida fama, el cargo de Cronista. Al volver a España en el séquito imperial, es nombrado preceptor del Príncipe Felipe, además de capellán. Durante estos años Ginés de Sepúlveda vivirá en la Corte y también pasará grandes períodos de tiempo cuidando de sus propiedades en Pozoblanco. En la tranquilidad de su finca la Huerta del Gallo fue componiendo muchas de sus obras como la Historia de Carlos V, el Teófilo y su traducción de la Política de Aristóteles con unas glosas explicativas, así como un importante trabajo sobre la reforma del calendario que se estaba proponiendo en esos años. Su tranquilidad se vio interrumpida por la polémica en la que se vio implicado con fray Bartolomé de las Casas sobre la situación y los derechos de los indios en el Nuevo mundo y las licitud de las dominación de los territorios descubiertos en América. En los años 1550 y 1551 se convocó por iniciativa del Emperador Carlos V la famosa Junta de Valladolid, en la que es justo decirlo no hubo vencedor ni vencido. Aunque la propaganda posterior dio como vencedor a las Casas. Es injusto que la gran obra de este Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet 3 Salvador Rus Rufino autor quede reducida a la controversia que mantuvo con las Casas en Valladolid. Terminadas las dos sesiones de la Junta de Valladolid, Sepúlveda siguió con su labor como cronista imperial escribió una historia de España y, después de morir el Emperador, una historia de Carlos V y del Nuevo Mundo. Finalmente tuvo la dicha ver publicado su obra dedicada a Felipe II De regno. Tras varios años de estudio, retiro y silencio en su tierra natal murió en Pozoblanco en 1573. Se puede decir con toda justicia que Sepúlveda fue un gran hombre de letras, excelente conocedor de la cultura clásica y de las lenguas que la forjaron, así como uno de los más eminentes exponentes del Humanismo Europeo. 2. La recepción de la Ética a Nicómaco de Aristóteles en Europa2 A pesar de que la Ética a Nicómaco fue recibida en Europa más tarde que otras obras. Sin embargo, a mediados del siglo XI, un siglo después de haber sido traducida por vez primera al latín, se convirtió en un manual imprescindible para la enseñanza y el aprendizaje de la filosofía en las Facultades de Artes.3 En el siglo XV se multiplicaron los comentarios y se incrementó el interés por conocer y difundir la Ética a Nicómaco. Esta ingente labor sirvió para que los pensadores, los profesores y los estudiantes de todas las universidades de Europa tuvieran a su alcance un texto en latín que podía leer, puesto que el griego sólo lo cultivaban una minoría, y unos comentarios que aclaraban el contenido del texto original para llegar a comprender en su integridad los muchos temas que aborda la Ética a Nicómaco. Para que el proceso de recepción y de asimilación de la Ética a Nicómaco tuviera éxito fue decisiva la introducción y el debate de un elenco de cuestiones de profundo calado filosófico, que conectaban con las preocupaciones del momento como la felicidad,4 la perfección, las acciones humanas, el carácter de la virtud, el bien, la justicia, la amistad y todo ello dentro de un marco de discusión intelectual no mediatizada e independiente de la teología moral. Es decir, la Ética a Nicómaco contribuyó 2 La influencia de la Ética a Nicómaco en el pensamiento europeo ha suscitado en los últimos años el interés de los investigadores, véase, por ejemplo, A. Poppi, L’etica del Rinascimiento tra Platone e Aristotele, Napoli 1997; D. A. Lines, Aristotle’s Ethics in the Italian Renaissance (ca. 1300-1650). The Universities and the Problem of Moral Education, Leiden 2002; B. Sére, Penser l’amitié au Moyen Âge: étude historique des commentaires sur les livres VIII et IX de l’Éthique à Nicomaque (XIIIeXVe siècles), Turnhout 2007; I. Bejczy, Virtue Ethics in the Middle Ages: commetaries on Aristotle’s Nicomachean Ethics 1200-1500, Leiden 2008. 3 G. Heidingsfelder, Albert von Sachsen: Sein Lebensgang und sein Kommentar zur nikomachischen Ethik des Aristoteles, Münster 1921 pp. 55 y ss. 4 Vd. G. Wieland, «The Perfection of Man. On the Cause, Mutability and Permanence of Human Happiness in 13th Century Commentaries on the Ethica Nicomachea», en G. Fioravanti-C. Leonardo-S. Perfetti, Il Commento Filosofico nell’Occidente Latino (secoli XIII-XV), Turnhot 2002, pp. 359-377. Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet 4 Antropología y Ética aristotélica en Juan Ginés De Sepúlveda al impulso, al desarrollo y a la consolidación de la ética como una disciplina filosófica independiente y con un contenido teórico propio sobre cuestiones que hasta el momento se habían reservado en exclusiva para la teología en sus diversas manifestaciones.5 De este modo, los primeros comentaristas mantuvieron, por ejemplo, que la felicidad es un logro humano realizado con esfuerzo, más que un don y un regalo de Dios, y que en esta vida el hombre puede ser feliz de una forma imperfecta, pero suficiente y satisfactoria para los fines que se propone y para alcanzar la felicidad plena en la vida eterna. Así se consiguió dotar a la ética como disciplina académica de un estatuto filosófico propio e independiente, o no totalmente dependiente, de la teología, convirtiéndose gracias al esfuerzo de estos comentadores en un objeto de estudio y de investigación, y también de enseñanza, dotado de un contenido propio y de un estatuto independiente. Para que el proceso de recepción y de asimilación de la Ética a Nicómaco tuviera éxito en Europa fue imprescindible que grandes autores, pensadores y profesores de universidad se acercaran e interesaran por su contenido y, también, que se esforzaran por escribir un comentario – parcial o total – de esta obra intentando explicar las ideas y los aspectos más difíciles y más complicados de entender contenidos en el texto. De esta forma, hoy podemos rastrear una diversidad de opiniones sobre temas fundamentales de la filosofía en un período amplio de tiempo desde mediados del siglo XIII hasta nuestros días. Este fue y sigue siendo hoy día un saludable ejercicio de independencia intelectual que todas las generaciones de europeos han llevado a cabo, desde Alberto Magno6 en el último tercio del siglo XIII hasta nuestro siglo. En este proceso que supone un esfuerzo continuado que abarca más de siete siglos, se han debatido y explicado temas tan importantes como los fundamentos de la acción humana, sus consecuencias y su proyección, asumiendo las responsabilidades inherentes a los cargos que se tienen encomendados, a las actuaciones personales tanto en ámbito privado como en el público, o bien cómo el coportamiento del ser humano supone una responsabilidad trascendente al individuo. En todo este proceso hemos ido conociendo un poco más sobre nuestro fundamento vital y existencial y también sobre nuestro destino. Alberto Magno comentó en dos ocasiones la Ética a Nicómaco. Entre los años 1248-1252 escribió un comentario teológico que siguió la estructura que imponían las Facultades de Artes: una exposición del contenido del texto – expositio litterae –; seguido de un comentario una por una de las ideas de Aristóteles y terminó con un tratamiento particular de cada una de las dificultades – quaestiones –. El segundo 5 Vd. G. Wieland, Ethika – scientia practica. Die Anfänge der philosophischen Ethik im 13. Jahrhundert, Münster 1981, capítulos 5, 3 y 6, 1. 6 G. Heidingsfelder, Albert von Sachsen: sein Lebensgang und sein Kommentar zur Nikomachischen Ethik des Aristoteles, Münster 1921. Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet 5 Salvador Rus Rufino lo realizó entre los años 1263-1267.7 El texto en muchos casos no es más que una paráfrasis del original traducido en el que el autor quiere expresar no sus ideas, sino las de Aristóteles y aclarar algunos aspectos que al lector de su tiempo le resultaría difícil comprender, por estar poco familiarizado con la cultura y la historia de Grecia. Lo que encontramos en el texto de Alberto Magno son algunas citas bíblicas, de Padres de la Iglesia, autores clásicos, comentarios a las estructuras gramaticales, información sobre nombres y lugares citados, ejemplos sobre problemas contemporáneos similares a los que Aristóteles cita y, excepcionalmente, una interpretación amplia del texto hecha por el autor. Ambos comentarios fueron muy alabados y leídos durante toda la Edad Media porque el autor abordó cuestiones muy importantes y debatidas entre los pensadores de la época como la felicidad, las virtudes, el fin del hombre, sus acciones, etc. Alberto Magno estaba convencido que el cristianismo era compatible con la ética aristotélica y en sus comentarios se preguntó ¿cuál es el fin de la ética? La respuesta es que, desde un punto de vista teórico (ethica docens), la búsqueda del conocimiento; desde un punto de vista práctico (ethica utens) es hacernos buenos. Esta distinción entraba en abierta contradicción con lo que pensaban algunos teólogos contemporáneos y posteriores para los que la ética era una guía con recomendaciones que debían aplicarse para alcanzar una vida virtuosa.8 Su discípulo Tomás de Aquino afirmó que la ética tiene como objeto la acción humana en tanto que ésta genera la virtud. La racionalidad del acto moral está garantizada por la prudencia que es la virtud que reconoce, juzga y prescribe qué se debe hacer en cada momento.9 Este autor, hacia 1271-1272, después de haber asistido en Colonia a las clases de Alberto Magno, escribió un comentario a la Ética a Nicómaco que, claramente, está influenciado por él aunque Tomás de Aquino no lo cita. El texto no está pensado para ser expuesto en lecturas públicas y sirvió para que el autor diera forma y contenido la parte de su Summa Theologica dedicada a estos temas. Para él la ética es una ciencia que trata sobre la felicidad, pero no de una forma absoluta, sino limitada por las condiciones de la vida humana. En el último tercio del siglo XIII el interés por la ética y, en concreto, por la Ética a Nicómaco siguió vivo entre los profesores de las Facultad de Artes de París, por ejemplo, Siger de Brabante. Los comentaristas trataron de desarrollar la idea de que la felicidad de la vida humana, que se califica como perfecta, es la que se corresponde de forma adecuada con lo que es posible alcanzar al hombre según las condiciones de su vida, y este tipo de felicidad no se puede lograr en la tierra. También, aunque de una forma más colateral, se concentraron en la demostración de cuál 7 Vd. J. Dunbabin, Two Commentaries of Albertus Magnus on the Nicomachean Ethics, en «Recherches des Théologie Ancienne et Médiévale» 30 (1963), pp. 232-250. 8 G. Wieland, Ethika – scientia practica, cit., capítulo 4, 5b. 9 W. Kluxen, Philosophische Ethik bei Thomas von Aquin, Mainz 1964, pp. 30-40. Estratto della pubblicazione 6 Antropología y Ética aristotélica en Juan Ginés De Sepúlveda es el verdadero sentido del pensamiento de Aristóteles sobre los aspectos morales, todo este interés motivó que la filosofía moral aristotélica fuera conocida, comentada y asimilada entre los pensadores europeos. Durante los siglos XIV y XV se incrementó de forma significativa el interés por la ética. En 1335 el estudio de la Ética a Nicómaco era obligatorio entre los dominicos de la Provenza, y en 1366 la Facultad de Artes de París exigió para obtener el Master en Artes que todos los candidatos hubieran seguido y superado un curso sobre la Ética a Nicómaco. Y en los últimos años del siglo XIV existe constancia de que se creó un puesto de Lector Ethicorum en la Universidad. Estas circunstancias posibilitaron que muchos teólogos y profesores escribieran comentarios a la Ética a Nicómaco. Enrique de Friemar (1310), Guy Terrena (1313), Gerard de Odo (1328), Conrado de Ascoli y Guy de Rímini criticaron el comentario de Tomás de Aquino, más que escribir ellos mismos sus comentarios.10 Quizás los comentarios más importantes de este siglo se deban a Walter Burley, Alberto de Sajonia y Juan de Buridan. Walter de Burley escribió su texto entre 1333 y 1345 en él intentó compilar una serie de tradiciones como las de Grosseteste, Eustacio,11 Averroes, Alberto Magno y Tomás de Aquino. En muchos casos su libro es una paráfrasis del comentario de Tomás de Aquino. Lo original de esta obra es su carácter didáctico. Inició una práctica que luego se vio incrementada y mejorada en la que cada libro se introduce con una serie de cuestiones y parte de esquemas explicativos para exponer y elucidar los argumentos. De esta forma se convirtió en un manual que resumía la Ética a Nicómaco para los estudiantes y todo lector que quería tener una cierta información sobre esta obra y la materia que trataba. Alberto de Sajonia estuvo influenciado por W. de Burley, pero sobre todo fue muy sensible a los planteamientos de Guillermo de Ockham. Ambos mantuvieron que las acciones humanas son buenas si siguen los mandatos de Dios, porque no existe otra voluntad que la divina. Sin embargo, el comentario que tuvo más éxito entre los nominalistas fue el de Juan de Buridan que mantuvo que la ética es una ciencia práctica que determina y califica las acciones humanas. Identificó el carácter práctico de la ética para afirmar que el bien y la prudencia sirven para conocer los preceptos éticos. Su influencia fue amplia en distintas universidades12 donde se incluyó la ética como una materia de 10 A pesar de este interés, hay que señalar que existieron autores que consideraron el estudio de la ética como algo superfluo y sin sentido propio, por ejemlo Hugolino de Orvieto. 11 Vd. C. Steel, Neoplatonic Sources in the Nichomachean Ethics by Eustratius and Michael of Ephesus, en «Bulletin de Philosophie Médiévale» 44 (2002), pp. 51-58. 12 J. B. Korolec, Le commentaire de Jean Buridan sur l’Éthique à Nicomaque et l’université de Cracovie dans la première moitié du XVe siècle, en «Organon» 10 (1974), pp. 198-202 y G. Heidingsfelder, Albert von Sachsen: sein Lebensgang und sein Kommentar zur Nikomachischen Ethik des Aristoteles, cit., p. 56. Por ejemplo, las universidades de Praga, Cracovia donde Enrique Totting y Pablo Estratto distribuito da Biblet Salvador Rus Rufino 7 obligado estudio en el curriculum de cualquier universitario. En el último cuarto del siglo XIV apareció la primera traducción a una lengua vernácula de la Ética a Nicómaco se la debemos al francés Nicolás de Oresme que utilizó el texto de Grosseteste añadiendo comentarios de santo Tomás de Aquino. En el siglo XV se puede afirmar que se enseñaba Ética en todas las universidades importantes de Europa, por tanto, se produjo un incremento notable en el número y en la extensión de los comentarios, por ejemplo en la Universidad de Viena.13 Pero a la vez las ideas contenidas en los textos de algunos autores como Juan Versor en París y Pablo de Venecia alcanzaron una gran difusión. También en este siglo podemos encontrar comentarios escritos por teólogos que siguieron a la autoridad, las ideas y se puede decir que están bajo la influencia de Duns Scoto, entre ellos podemos citar a Nicolás de Orbelles, Pedro Tartaretus que usó el método de las quaestiones y el español Pedro de Castrovol, natural de León, que se instaló en Aragón y llevó el aristotelismo a esa región a finales de la Edad Media. Él es comentador más importante de las obras de Aristóteles en las universidades y en los centros intelectuales de Cataluña y Aragón durante el siglo XV. Fue el primero en realizar un comentario sistemático de todos los escritos morales de Aristóteles utilizando la traducción de Leonardo Bruno Aretino. A partir del siglo XIV y sobre todo en el XV, Argyropoulos, Barbaro, Nifo, Lefévre d’Ètaples, Perion, Vettori, y otros, llevaron a cabo la ingente y complicada tarea de volver a traducir el texto. El resultado de este esfuerzo fue disponer de nuevas versiones que despertaron el interés de los pensadores por esta obra de Aristóteles. En el caso de la Ética a Nicómaco es muy relevante el cambio de actitud. Pues ya en 1523 se realizó la primera edición en Lovaina del texto en griego, y entre esa fecha y el final del siglo XVI, disponemos al menos de veinticinco ediciones griegas y bilingües griego-latín. Tal como afirmó Ch. Schmitt, este interés por realizar nuevas traducciones y ediciones de la Ética a Nicómaco también revela otros aspectos importantes. Existen significativamente más ediciones del texto griego de esta obra que de casi cualquier otro escrito aristotélico. El contexto de la mayoría de estas ediciones separadas es humanista: los editores de los textos de Sturm, Turnèbe y Vettori se orientaban más hacia una concepción humanista que hacia una concepción escolástica de la enseñanza. En tercer lugar, el desequilibrio de las ediciones del norte de Europa de la Ética en comparación con las italianas es mucho más grande que en comparación con la mayoría de las otras obras de Aristóteles. Esto refleja una de las diferencias entre los sistemas educacionales de Italia y del Norte de Europa. La educación universitaria en Italia buscaba de Worczyn escribieron sendos comentarios. 13 Tomás Eberdorfer, Urbano de Melk, Tomás Wuldersdorf, Andrea de Schäring y Andrea Wall de Walzheim todos estuvieron muy influenciados por el comentario de J. Buridan. 8 Antropología y Ética aristotélica en Juan Ginés De Sepúlveda principalmente el entrenamiento profesional de médicos y juristas, mientras que las universidades del Norte retenían y profundizaban el énfasis en una educación general de las artes, ofreciendo una educación moral de todo el hombre.14 Son muchos los autores que escribieron comentarios desde el siglo XV, pero entre todos convendría destacar Philip Melanchton, que fue quien introdujo y estableció el estudio de la ética aristotélica en las universidades alemanas en los territorios reformados, manteniéndose con una materia esencial durante más dos siglos. Él mismo conocía bien la Ética a Nicómaco que comentó diversas ocasiones publicando dos textos fundamentales para la recepción de la obra en el ambite de la Reforma Protestante. En 1529 publicó un comentario a los dos primeros libros. Tres años después publicó los correspondientes a los libros III, IV y V. En 1538 escribió Philosophiae moralis epitome y en 1550 Ethica doctrinae elementa donde expuso las principales ideas éticas de Aristóteles de una forma sistemática y fácil de comprender. Una de las ideas más importante de Melanchton fue separar de una forma clara y tajante la esfera de lo político y social de la acción humana individual. Por esta razón afirmó que la ética era una parte de las leyes divinas que servía para prescribir acciones externas, por tanto quedó confinada a los hábitos y costumbres propios de la vida humana. Pero la ética tampoco tiene que ver en la relación entre el hombre y Dios. En los libros I, III y V estudió la felicidad humana, los principios sobre los que se asientan las virtudes y, finalmente, la justicia en todas sus manifestaciones. Su ejemplo sirvió para que en el ámbito protestante se estudiara con intensidad tanto la ética como la política.15 Durante los siglos XV y XVI aparecieron nuevas versiones, más comentarios, traducciones a lenguas modernas de la Ética a Nicómaco, su influencia se extendió a muchas universidades y provocó fuertes controversias entre los aristotélicos y los antiaristotélicos. El Renacimiento fue el momento final en el que se hizo un esfuerzo intelectual y editorial tan importante que dio como resultado un aumento significativo de las ediciones bilingües – griego y latín – y la edición de las obras completas en latín y en griego. Las traducciones realizadas en este momento y hasta 1600 se reeditaron en varias ocasiones, salvo raras excepciones, no se volvió a traducir ningún libro de Aristóteles. No obstante este esfuerzo determinó que Aristóteles fuera perfectamente conocido y estudiado en toda Europa hasta la segunda mitad del siglo XVII. 3. La Ética de Aristóteles en España Para conocer la recepción de la Ética a Nicómaco en España existe un estudio Ch. B. Schmitt, Aristóteles y el Renacimiento, León 2005, p. 59. A. Maier, Die Vorläufer Galileis im 14. Jahrhundert. Studien zur Naturphilosophie der Spätscholastik, Band I, Roma 1966, pp. 56-116. 14 15 Estratto della pubblicazione 9 Salvador Rus Rufino pionero de Laureano Robles,16 que ofrece una visión completa de los comentarios que se escribieron y publicaron en España en la Edad Media y en la Edad Moderna, así como de las traducciones y de las obras que se escribieron basadas en las ideas defendidas en la Ética a Nicómaco. La tónica general en España es que en la Edad Media se conservan pocos comentarios a la Ética a Nicómaco, pero suficientes e importantes.17 Entre los autores que se dedicaron a comentar la Ética a Nicómaco podemos destacar a Averroes18 que data de 1176 y fue traducido al latín y editado varias veces. Se pueden citar los comentarios de Guido Terrena de Perpignan (1342) que permanece inédito, de Alonso Tostado que fue catedrático de Filosofía Moral en la Universidad de Salamanca durante el curso 1440-41 y que escribió unas cuestiones de filosofía moral donde trató el problema de las virtudes tal como lo expuso Aristóteles en el libro II de la Ética a Nicómaco. En el límite temporal entre las edades Media y Moderna tenemos una importante actividad intelectual liderada por Fernando de Roa que fue durante veintiún años catedrático de Filosofía Moral de la Universidad de Salamanca. Durante ese tiempo escribió tres textos inspirados en los temas que se desarrollan en la Ética a Nicómaco: De dominio et servo, De felicitate y De iustitia et iniustitia que se imprimieron con su extenso comentario a la Política.19 Se tienen noticias de otros dos autores que se ocuparon de estos temas: Juan Ferrer (1478) y el médico Ferrán Núñez que escribió dos tratados uno sobre la amistad y otro sobre la bienaventuranza inspirándose en los libros VIII y X de la Ética a Nicómaco respectivamente. L. Robles, El estudio de la Ética en España del siglo XIII al XX, Salamanca 1979, pp. 71 y ss. El número de comentarios a las obras de Aristóteles en la Edad Media son aproximadamente 750 y en los 150 años que van desde 1500 a 1650 aproximadamente 6.650, vd. P. R. Blum, «Der Standardkursus der katholischen Schulphilosophie im 17. Jahrhundertt», en E. Kessler-Ch. H. Lohr-W. Sparn (eds), Aristotelismus und Renaissance. In memoriam Charles B. Schmitt, Wiesbaden 1988, pp. 127-148. Véase para estos problemas la relación de comentaristas y comentarios que Ch. Lohr ha ido dando a conocer en sus Medieval Latin Aristotle Commentaries Authors A-F, en «Traditio» 23 (1967), pp. 313-413; Medieval Latin Aristotle Commentaries Authors G-I, en «Traditio» 24 (1968), pp. 149245; Medieval Latin Aristotle Commentaries Authors Jacobus-Johannes Juff, en «Traditio» 26 (1970), pp. 135-216; Medieval Latin Aristotle Commentaries Authors Johannes de Kanthi-Mygodus, en «Traditio» 27 (1971), pp. 251-351; Medieval Latin Aristotle Commentaries Authors Narcissus-Richardus, en «Traditio» 28 (1972), pp. 281-396; Medieval Latin Aristotle Commentaries Authors Robertus-Wilgelmus, en «Traditio» 29 (1973), pp. 93-197. Y para la Edad Moderna del mismo autor, Latin Commentaries II. Renaissance Authors, Firenze 1988 y Aristotelica Helvetica, Freiburg 1994, recogen una buena cantidad de testimonios sobre la introducción de Aristóteles en la Europa Moderna. 18 Averroes, Aristotelis Opera cum Averrois commentariis, vol. III, Aristotelis Stagiritae libri Moralem totam philosophiam complectentes, cum Averrois Cordubensis in Moralia Nicomachia expositione, Venetiis 1562. 19 F. Rhoensis, Dissertatissimi Ferndinandi Rhoensis commentariis in Politicorum libros, Salmantice 1502. 16 17 Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet 10 Antropología y Ética aristotélica en Juan Ginés De Sepúlveda En 1479 el profesor de la Universidad de Lérida Pedro de Castrovol, como se ha dicho, se interesó por el estudio de la Ética a Nicómaco y de la Política y escribió sendos comentarios a cada obra. El dedicado a la Ética a Nicómaco lo terminó Gaspar de Constant y se editó en 1489.20 Igualmente cabe destacar el comentario de Pedro Martínez de Osma profesor de la Universidad de Salamanca de Prima y que entre otras obras escribió unos comentarios a la Ética a Nicómaco que sirvieron para sus clases de la cátedra de Filosofía Moral en el curso 1457-58 y que editó Fernando de Roa.21 Y a finales del siglo XV Miguel Veri publicó una obra de máximas morales para que los niños aprendieran ética de una manera clara, sintética y fácil de recordar, el texto está inspirado en las ideas de la Ética a Nicómaco.22 A partir del siglo XVI se aprecia un incremento de los comentarios a la Ética a Nicómaco. La razón que explica este nuevo interés por la obra de Aristóteles puede ser que en los Estatutos de la Universidad de Salamanca otorgados por Martín V (1417-1431) imponían la necesidad de cursar un año de Filosofía Moral para conseguir el título de Licenciado en Teología, Derecho o Medicina. Sin embargo, en los estatutos de 1538 se impuso al catedrático de Filosofía Moral la obligación de comentar en clase el texto de Aristóteles. En los estatutos de 1561 también se impuso la obligación de explicar la Ética a Nicómaco entre otras obras de Aristóteles.23 En 1548 la Universidad de Valencia hizo obligatoria la lectura y el comentario de las obras de Aristóteles para enseñar la Filosofía Moral, pero especifica que los profesores deberían seguir el comentario de Tomás de Aquino. Algo parecido pasó en la Universidad de Alcalá, pero en este caso unido a la Teología Moral. La obligación de completar el curriculum académico con los estudios de Moral siguiendo los textos de Aristóteles y de algunos de sus comentaristas más destacados, explica suficientemente la difusión y el interés que suscitó la Ética a Nicómaco entre los profesores y los alumnos de las universidades españolas. Estos hechos justifican que en el siglo XVI tengamos más ediciones y comentarios de la Ética a Nicómaco, así como la redacción de libros doctrinales apoyados en las ideas y las tesis de la Ética a Nicómaco, unos orientados hacia la docencia, otros orientados hacia la investigación y la profundización en cuestiones esenciales tratadas en la obra. Además, conviene recordar que en la Edad Moderna se volvió a traducir totalmente o parcialmente la obra de Aristóteles y se reeditaron los comentarios que P. de Castrovol, Commentum super libros ethicorum Aristotelis, Ilerdae 1489. P. Martínez de Osma, Commentaria in libros Ethicorum Aristotelis, Salmanticae 1496. Véase la edición española Comentario a la Etica de Aristóteles, ed. de José Labajos Alonso, Universidad Pontificia de Salamanca, Salamanca 1996. 22 M. Veri, Distintia vel sententiae morales, Burgis 1497 y Michaelis Verini poetae Christianissimi de puerorum moribus disticha, Barcinone 1526. 23 Vd. E. Esperabé Arteaga, Historia pragmática e interna de la Universidad de Salamanca, Salamanca 1914, vol. I, pp. 156 y 263. 20 21 Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet 11 Salvador Rus Rufino todavía se leían, aquellos que alcanzaron la consideración de clásicos y se volvieron imprescindibles. En España la nómina de autores que se ocupó de escribir un comentario a la Ética a Nicómaco, o un texto inspirado en la obra, es extensa. Podemos destacar entre otros a los siguientes. Alfonso de Córdoba (1519), Juan Lorenzo Celaya (1522),24 Fernán Pérez de la Oliva (1530),25 la traducción y el comentario que no vieron la luz de Juan Ginés de Sepúlveda de 1525,26 la primera traducción castellana hecha directamente del griego en el siglo XVI por Pedro Simón Abril que se publicó siglos después.27 La obra de Sebastián Fox Morcillo (1554) es una visión amplia, histórico-sistemática, del desarrollo de las teóricas éticas en el mundo antiguo, en ella dedicó una especial atención a Aristóteles.28 Gaspar Cardillo de Villalpando fue uno de los más destacados aristotélicos del siglo XVI y en 1555 publicó varias obras comentando los textos de Aristóteles29 que tuvieron mucha difusión entre los profesores y alumnos de la Univer24 J. Lorenzo Celaya, Aurea expositio in decem libros ethicorum Aristotelis, Argyropilo bysantio traductore, Parisiis 1522-1523. 25 F. Pérez de la Oliva, Discurso de las potencias del alma y del buen uso dellas, Madrid 1787, en Id., Obras completas del Maestro Fernán Pérez de Oliva, 2 vols. También, Diálogo de la dignidad del hombre, Madrid 1967, edición de J. L. Abellán. 26 Vd. J. Solana Pujalte, Introducción, en J. Ginés de Sepúlveda, Antiapología en defensa de Alberto Pío, Príncipe de Carpi, frente a Erasmo de Rotterdam, en Id., Obras Completas VII, Pozoblanco 2003, p. LIV y nota 178. L. Robles, El estudio de la Ética en España (del siglo XIII al XX), cit., p. 38 dice que «la primera traducción moderna de la Ética, que conozcamos, fue realiza por el escritor cordobés, natural de Pozoblanco, aunque no llegó a imprimirse debido a la censura adversa de Domingo de Soto y Juan de la Fuente […]. Las anteriores traducciones habían sido más adaptaciones y compedios, que traducciones propiamente dicha». 27 La Ética de Aristóteles, traducida por P. Simón Abril, edición de A. Bonilla San Martín, Madrid 1918. 28 S. Fox Morcillo, Ethices philosophiae compendium, ex Platone, Aristotele, alijsq[ue] optimis quibusq[ue], Basileae 1554. Vd. M. Menéndez Pelayo, De las vicisitudes de la filosofía platónica en España. Ensayos de crítica filosófica, Madrid 1918, p. 98 (edición de A. Bonilla San Martín). 29 G. Cardillo de Villalpando, Apologia Aristotelis aduersus eos, qui aiunt sensisse animam cum corpore extingui. Quo loco obiter etiam indicatur, de prouidentia Dei, de natura atque numero deorum, de eo quod est in nobis, postremo de summo hominis bono consentaneam rationi & christianae philosophiae sententiam Aristotelem habuisse [...], Compluti 1560; Commentarius in Aristotelis Topica, Compluti 1559; Commentarivs in categorias Aristotelis: vna cvm qvaestionibvs in easdem, Compluti 1558; Commentarius in duos libros Aristotelis De ortu atque interitu: praeterea quaestiones quae ex his libris accipi possunt in contrariam partem disputatae, Compluti 1568; Commentarius in libros Aristotelis de posteriore resolutione, cui adiectae sunt Quaestiones proposito negotio consentaneae, Compluti 1558; Commentarius in libros de Physica Auscultatione Aristotelis, Compluti 1560; Commentarius in libros de priori resolutione Aristotelis, Compluti 1562; Commentarius in libros de Physica Auscultatione Aristotelis, Compluti 1566 (dos partes); Commentarivs in librvm perihermeneias Aristotelis: quaestiones praeterea quae ad explanandam eius sententiam conducunt, Compluti 1569; Commentarius in quatuor libros Aristotelis de coelo: insuper etiam quaestiones quae ex eisdem libris accipi possunt in contrariam partem disputatae, Compluti 1576. Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet 12 Antropología y Ética aristotélica en Juan Ginés De Sepúlveda sidad de Alcalá, entre los que se cita un comentario al primer libro de la Ética a Nicómaco.30 A finales del siglo XVI se editó por el Colegio de los Jesuitas de Coimbra una serie de comentarios a las obras de Aristóteles entre ellos uno de la Ética a Nicómaco, que se debe al impulso de Claudio de Aquaviva y Manuel de Goes.31 En los primeros años del siglo XVII enseñó Filosofía Moral en Salamanca Francisco Zumel y Bustillo que escribió un comentario, todavía inédito, a las éticas de Aristóteles.32 En 1612 Cosme Gil de Morrelles, dominico que era profesor en la Universidad de Colonia, escribió un comentario completo a todos los libros de la Ética a Nicómaco.33 En el último tercio del siglo se pueden destacar las obras inspiradas en la Ética a Nicómaco de José Sáenz de Aguirre34 y Gómez de la Roche y Figueroa que tradujo la obra de Manuel Tesauro al castellano.35 Finalmente, en el siglo XVIII los autores españoles no comentaron o tradujeron la Ética a Nicómaco de Aristóteles, sino que compusieron obras de filosofía moral orientadas a la docencia en la universidad entre los que cabría destacar a Juan B. Jordá y Tortosa, Gaspar Pérez, Carlos Beneito, Andrés Ferrer, Juan B. Berni, Miguel Navarro y Soria, Francisco Mesquita, Ignacio Luzán, Andrés Piquer Arrufat, Gregorio Mayans i Siscar, Arnaldo Saurina, Francisco de Villalpando, Ildefonso Sáez, Juan B. Moragues, Félix Amat de Palau y José Canga-Argüelles.36 Esta nómina de autores desde el Medioevo hasta el siglo XIX muestra con claridad que la filosofía moral de Aristóteles interesó a los españoles y que dominó la enseñanza universitaria de la ética. 4. Antropología y ética: las tres obras de Ginés de Sepúlveda Juan Ginés de Sepúlveda (1490-1573) vivió plenamente el desarrollo del Humanismo, el Renacimiento, la consolidación del aristotelismo, el asentamiento y la extensión de la Reforma Protestante y el comienzo de la revolución científica. Todos Vd. L. Robles, El estudio de la Ética en España (del siglo XIII al XX), cit., p. 90. Esta tradición Complutense fue continuada en el siglo XVII por otros profesores de la Universidad como, por ejemplo, Diego de Ajarte, Juan Prudencio, Manuel de la Torre, cuyas obras permanecen inéditas. 31 In libros Ethicorum Aristotelis ad Nicomachum, aliquot Coimbricensis Cursus Disputationes in quibus praecipua quaedan Ethicae disciplinae capita continentur, Ludguni 1594. 32 Vd. L. Robles, El estudio de la Ética en España (del siglo XIII al XX), cit., p. 92 donde cita una Explanatio in ethicorum primum librum inédita que se encuentra en la Biblioteca Capitular de Palencia. 33 C. Gil de Morrelles, O.P., Commentaria in decem libros Ethicorum Aristotelis, Parisiis 1660. 34 J. Sáenz de Aguirre, De virtutibus et vitiis disputationes ethicae, in quibus accurate disseritur quidquid fere spectat ad philosophiam moralem ab Aristotele traditam decem libris Ethicorum ad Nichomachum [...], Salmanticae 1677. 35 M. Thesauro, Filosofía Moral derivada de la alta fuente del grande Aristóteles, Barcelona 1692. 36 Vd. L. Robles, El estudio de la Ética en España (del siglo XIII al XX), cit., pp. 96-101. 30 Estratto della pubblicazione Estratto distribuito da Biblet 13 Salvador Rus Rufino estos movimientos intelectuales marcaron su vida y su actitud intelectual.37 Para entender el contenido de las tres obras resulta imprescindible explicar lo que supuso para la historia del pensamiento estas tendencias. El Humanismo, la Reforma luterana, la Contrarreforma católica y la revolución científica, están suficientemente estudiados. No obstante, el aristotelismo como corriente de pensamiento dentro del humanismo, no ha merecido la misma atención que los otros movimientos intelectuales, por tanto, esta introducción se centrará, primero, en mostrar la relación de Juan Ginés de Sepúlveda con la filosofía y las escuelas de pensamiento aristotélicas. Y, en segundo lugar, explicar brevemente la función de la libertad y las virtudes morales en su pensamiento. Juan Ginés de Sepúlveda perteneció a la generación de autores que formaron parte del Humanismo y aristotelismo católico, en contra y enfrentados dentro de la misma tendencia doctrinal y con los mismos fines, a otra versión del Humanismo y de la filosofía aristotélica: el protestantismo, que tuvo tanto o más éxito en Europa y que se inició, arraigó y extendió en los territorios y entre los pensadores que aceptaron los postulados de la reforma luterana.38 Es curioso que ambas tendencias surgieran de la interpretación de las ideas de Aristóteles de la lectura de los mismos textos, pero este hecho no era nuevo. Como se verá más adelante, los textos de Aristóteles fueron leídos e interpretados de diferentes formas por diversos comentaristas 37 La mejor muestra de la intensa actividad intelectual que llevó a cabo Juan Ginés de Sepúlveda la podemos encontrar en su colección epistolar, publicada en las Obras Completas. Vd. Obras Completas VII, IX/1 y IX/2, Pozoblanco 2007, edición a cargo de I. J. García Pinilla-J. Solana Pujalte. J. Gil en su Introducción histórica, pp. XIX-CLXIX expone de forma exhaustiva las relaciones que Juan Ginés de Sepúlveda mantuvo en las distintas etapas de su vida, desde su estancia en Alcalá de Henares hasta su vuelta a Córdoba. Por la introducción van apareciendo lo más granado de la política, la nobleza, las dignidades eclesiásticas, los intelectuales, etc. y también las polémicas que mantuvo con diversos personajes contemporáneos: Erasmo, Pinciano, Las Casas, Melchor Cano, los dominicos, etc. 38 Vd. R. Rosin, The Reformation, Humanism and Education: The Wittemberg Model for Reform, en «Concordia Journal» 16 (1990), pp. 301-318; A. J. Slavin (ed.), Humanism, Reform and Reformation, New York 1969; R. P. Barker (ed.), German Humanism and Reformation, New York 1982; N. Scott-Amos et alii (eds.), The Education of Christian Society: Humanism and Reformation in Britain and Netherlands, Aldershot 1999; E. Rummel, The Confessionalization of Humanism in Reformation Germany, Oxford 2000; A. G. Dickens, The Age of Humanism and Reformation Europe in the Fourteenth, Fifteenth and Sixteenth Centuries, London 1977; A. E. McGrath, The Intellectual Origins of the European Reformation, Oxford 2003; P. C. Wallace, The Long European Reformation: Political Conflict and the search for Conformity 1350-1750, Basingstoke 2004; G. K. Fiero, The European Renaissance and Global Encounter, Boston 2004; M. Greengrass, The Longman Companion to the European Reformation 1500-1618, London 1998; H. 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