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Sociedad, justicia y sujeto. El debate contemporáneo de la filosofía política. Luis Fernando Marín Ardila Filósofo Universidad Nacional de Colombia Estudios en Derecho y Ciencias Políticas Universidad Libre Magíster en Estudios Políticos Universidad Nacional de Colombia Docente de la Pontificia Universidad Javeriana marin_luisf@yahoo.es Society, justice and individual Recepción: 28 de Septiembre de 2009 Aprobación: 24 de Noviembre de 2009 The contemporary debate on political philosophy ABSTRACT The debate on political philosophy in the recent years has brought about reflections on the Polis that had begun in the ancient Greek. In fact, society, justice, and subject are issues of controversial interest upon the relationship between rights, values, and social and political order. Since the 70’s John Rawls has become the most well-known philosopher by updating the contractualist theories of man as a social being. His rationalism and individualism are positions that challenge the contemporary conceptions of social state of law, multiculturalism and globalization. Chantal Mouffe in his book: The return of the Political criticizes Rawls because he does not distinguish the difference between political philosophy and politics. According to Mouffe, Rawls establishes the difference between the public and private affairs, excluding controversial issues (the very idea of the political) and therefore, getting a procedimental rather than an essential consensus about the well-ordered society. Key words Consensus, Power, Justice, Society, Individual. Resumen El debate de la filosofía política ha tenido varios capítulos sobre la reflexión de la POLIS que se había iniciado en la Antigua Grecia. En efecto, la sociedad, la justicia y el sujeto son ámbitos manantiales de controversias sobre la relación entre los derechos, los valores y el orden social y político. John Rawls ha sido el filósofo más leído y más provocador con la “actualización” de las teorías contractualistas del ser social; sus posiciones retan a las deliberaciones que hoy se hacen sobre el estado social de derecho, la multiculturalidad y la globalización. En este sentido Chantal Mouffe, hace una crítica demoledora al neocontractualista Rawls, por cuanto que la voluntad de coherencia y fundamentación lógica produce un discurso liberal cuyos supuestos son los de ignorar, las relaciones de poder al no distinguir entre la política y lo político. Rawls dice Mouffe opera un discurso prototipo liberal de diferenciar lo público y lo privado, en la que los asuntos controversiales son excluidos del debate público para lograr en este ámbito un consenso con visos más procedimentales que sustantivos sobre la sociedad bien ordenada. Palabras clave Consenso, Poder, Justicia, Sociedad, Sujeto. Fernando Marín Sociedad, justicia y sujeto. El debate contemporáneo de la filosofía política. (p. 115 - 121) Enero/2010 115 1 Esta concepción cooperativa de sociedad tiene tres elementos dice Rawls: “a) la cooperación se distingue de la mera actividad socialmente coordinada; por ejemplo, de la actividad coordinada mediante órdenes impartidas por una autoridad central. La cooperación está guiada por reglas y procedimientos públicamente reconocidos que quienes cooperan aceptan y consideran adecuados para regular su conducta. b) la cooperación implica la idea de términos equitativos de cooperación: se trata de términos que todo participante puede razonablemente aceptar siempre que, de la misma manera, los acepten los demás. Estos términos equitativos de cooperación implican la idea de reciprocidad: todas las personas que participan en el sistema de cooperación y que cumplen sus obligaciones según lo requieren las reglas y procedimientos recibirán un beneficio determinado en base a un criterio adecuado de medición. c) la idea de cooperación social requiere una idea del bien o de la ventaja racional de cada participante”. 116 En 1971, John Rawls publica el texto Teoría de la Justicia, libro que quizá ni el mismo consideraba, sería el texto y el pre-texto propiciatorio de una de las discusiones más fructíferas de la filosofía política en el Mundo Moderno. En efecto, no ha sido únicamente la discusión académica sino la discusión política las que convirtieron a Rawls en autor de obligatoria referencia, cuando de caracterizar al liberalismo y la sociedad demoliberal contemporánea se trata. El fin de la guerra fría, los sucesos de la “cortina de hierro” y ahora la trasnacionalización de la economía que se conoce como globalización, no han hecho otra cosa que intensificar la vigencia – controvertida y controvertible – de las tesis expuestas por Rawls en Teoría de la Justicia y Liberalismo Político (1993). La teoría Rawlsiana propone una explicación y una práctica de la justicia desde principios, ideales y valores que construyan un consenso de tipo moral sobre la justicia. Esto en primer lugar, deja de lado la consideración Hobbesiana de la justicia de carácter estratégico - utilitario (modus vivendi), al igual que se aleja de la concepción Habermasiana del consenso constitucional sobre procedimientos legales. Se trata de plantear una teoría - práctica de la justicia desde el liberalismo político, considerado como el principio moral más pertinente y sobre todo más racional. Pertinencia y racionalidad movilizables en una época que se caracteriza como la del: pluralismo, la diferencia, el multiculturalismo, la de la existencia de múltiples e inconmensurables concepciones del bien. Pertinencia atendiendo a la coexistencia de esas heterogeneidades y la demanda de un mínimo común denominador o bien común y racionalidad, ya que se considera que el liberalismo posee intrínsecamente las características de una moral que se constituye como marco contenedor del sinnúmero de concepciones del bien existentes en las sociedades contemporáneas… El liberalismo oferta imparcialidad y universalidad. No se trata solamente desde Rawls de invocar el liberalismo como procedimiento racional – con sus principios de diálogo racional y respeto mutuo – sino de considerar al liberalismo como una racionalidad que expresa un sentido imparcial de la justicia y una concepción ventajosa del bien. Enero/2010 Fernando Marín Esta filosofía política liberal ha tenido sus contradictores de procedencias diversas: comunitaristas de variadas tendencias, neoconservadoras, socialdemócratas, marxistas, entre otras. Para los fines de este documento contrapondré a Rawls las consideraciones críticas que realiza Chantal Mouffe, filósofa política que desde un comunitarismo postestructuralista y marxista, cuestiona las tesis del liberalismo Rawlsiano. Esta contraposición se hace referida a tres dimensiones plasmables de una u otra perspectiva: la sociedad, la justicia y la persona (el sujeto). La teoría política Rawlsiana de la sociedad1 … la idea organizadora fundamental de la justicia como equidad, dentro de la cual las otras ideas básicas se conectan de forma sistemática, es la idea de la sociedad como sistema equitativo de cooperación entre personas libres e iguales. La justicia como equidad parte de esta idea, que supone implícita en la cultura pública de una sociedad democrática. En su pensamiento político y en la discusión de los asuntos públicos, los ciudadanos no ven el orden social como orden natural fijo ni como una jerarquía institucional justificada en base a valores religiosos o aristocráticos (Rawls, 1996, p. 30). Esta idea de sociedad cooperativa requiere para sus miembros la idea de aceptación por acuerdo (contractualismo o contrato social) de reglas y procedimientos públicamente reconocidos. En esta concepción de sociedad se supone que el origen de ella como sistema de cooperación es un acuerdo político, voluntario e informado, entre ciudadanos considerados como personas libres e iguales. Rawls insiste en calificar esta unión o asociación de cooperantes como la de una sociedad bien ordenada erigida sobre una base pública de acuerdo político. Esta base es un acuerdo mínimo o teoría Sociedad, justicia y sujeto. El debate contemporáneo de la filosofía política. (p. 115 - 121) mínima. Este fundamento común es la resultante de una cooperación en la que se han dejado o trasladado a la esfera privada los aspectos que pudieran acarrear conflictos graves o inconciliables sobre las creencias o disímiles concepciones del bien existentes entre los ciudadanos. La crítica a la concepción de sociedad en Rawls: Mouffe y el retorno de lo político (Una Concepción democrática radical de ciudadanía) Recogiendo toda una herencia de la polémica sobre la teoría de la justicia promovida desde Rawls, Mouffe articula una posición que denomina democracia plural y radical que expone del siguiente modo: La visión de una democracia radical y plural que quiero proponer entiende la ciudadanía como una forma de identidad política que consiste en la identificación con los principios políticos de la democracia moderna pluralista, es decir, en la afirmación de la libertad y la igualdad para todos. Tendría que ser una identidad política común entre personas comprometidas en muy diversas empresas y con diferentes concepciones del bien, pero vinculadas las unas a las otras por su común identificación con una interpretación dada de un conjunto de valores ético-líticos. La ciudadanía no es sólo una identidad entre otras, como en el liberalismo, ni es la identidad dominante que anula a todas las demás, como en el republicanismo cívico. Es, en cambio, un principio articulador que afecta a las diferentes posiciones de sujeto del agente social al tiempo que permite una pluralidad de lealtades específicas y el Fernando Marín respeto de la libertad individual (...) La visión que estoy proponiendo aquí es claramente diferente de la visión liberal y de la republicana civil. No es una concepción genérica de la ciudadanía, pero tampoco una concepción neutral. Reconoce que toda definición de un “nosotros” implica la delimitación de una “frontera” y la designación de un “ellos”. Esa definición de un “nosotros” siempre tiene lugar, por lo tanto, en un contexto de diversidad y conflicto. En oposición al liberalismo, que evacúa la idea del bien común, y al republicanismo cívico, que la reifica, una interpretación democrática radical ve el bien común como un “punto que se desvanece”, algo a lo que debemos referirnos constantemente cuando actuamos como ciudadanos, pero que nunca puede ser aprehendido” (Mouffe, 1999, pp. 120 – 121) La sociedad entendida como la participación cooperativa de sujetos racionales, libres e iguales, es cuestionada como una ficción contractualista. En efectom, en Rawls esa sumatoria de individualidades racionales, capaces de decisión racional, voluntaria, capaces de maximizar sus beneficios conforman la sociedad a través del acuerdo o contrato libre. Chantal Mouffe sostiene que la sociedad de la que ella habla no surge de esa ficción contractualista sino que es el producto de un devenir histórico, en el que las contradicciones, las luchas y las conquistas de derechos están presentes. Se trata de una sociedad no integrada por una sumatoria de átomos racionales, sino de una comunidad heteróclita de identidades, que reclaman sus derechos y luchan por su consagración y existencia. Sociedad, justicia y sujeto. El debate contemporáneo de la filosofía política. (p. 115 - 121) Enero/2010 117 En esta democracia no se trata de ciudadanías abstractas sino de pluralismo de valores, culturas y sujetos que se constituyen mediante diferenciación con respecto a otras identidades. La democracia es un régimen que integra múltiples pluralismos. Por consiguiente, la sociedad de Mouffe no es una cooperación pura y simple, es una comunidad atravesada por relaciones de poder constitutivas de la red social más que delimitativas o decididas desde una conciencia preconfigurada desde sujetos preformados. La justicia como equidad en John Rawls En Liberalismo Político, Rawls se pregunta: “¿cuál es la más apropiada concepción de la justicia para especificar los términos justos de la cooperación social entre ciudadanos considerados libres e iguales, miembros de una sociedad con la que cooperan plenamente durante toda una vida, de una generación a la siguiente?” (Rawls, 1995, p. 29). 2 Es de aclarar que en Teoría de la Justicia, John Rawls suscribe un concepto de justicia como neutralidad. 118 La justicia en Rawls se presenta como equidad, como imparcialidad y como consenso.2 Se parte en Rawls de la existencia y permanencia de hecho de una pluralidad de concepciones del bien. Una concepción pública de la justicia – garantizada por una sociedad a través del Estado –, tendría que ser respetuosa de esta pluralidad e imparcial. Ahora bien, el acuerdo debe basarse en la equidad, para tal efecto, tiene que proveer un marco común que permita un acuerdo entre esas distintas concepciones del bien. Entiende que la justicia, que el liberalismo, no puede tolerar cualquier concepción del bien, sino aquellas que razonablemente aceptan un marco consensuado de coexistencia, según los principios razonables de Enero/2010 Fernando Marín un acuerdo mínimo o una moralidad mínima, que afirme el valor de la existencia humana, la intencionalidad y satisfacción de fines y la racionalidad como restricción de las acciones: Toda persona tiene igual derecho a un régimen plenamente suficiente de libertades básicas iguales, que sea compatible con un régimen similar de libertades para todos. Las desigualdades sociales y económicas deben satisfacer dos condiciones: primero, deben estar ligadas a empleos y funciones abiertas a todos, bajo condiciones de igualdad de oportunidades; y segundo, deben beneficiar a los miembros menos favorecidos de la sociedad (Rawls, 1996 p. 27). La justicia como consenso en torno a el principio de la democracia pluralista en Mouffe Chantal Mouffe se separa de una interpretación universalista y abstracta de la democracia liberal y considera que la justicia como consenso tendría que ver con el pluralismo radical: Sin duda, la relación entre el liberalismo y la democracia ha sido una cuestión controvertida y probablemente nunca será definida. Una democracia pluralista está constantemente en tensión entre, por un lado, una tendencia hacia la exacerbación de las diferencias y la desintegración y, por el otro, una tendencia hacia la homogenización y fuertes formas de unidad. Considero que, como he señalado en otra parte, la especificidad de la democracia moderna como nueva forma de sociedad, como “nuevo régimen”, reside precisamente en la tensión entre la lógica democrática de la igualdad y la lógica liberal de la Sociedad, justicia y sujeto. El debate contemporáneo de la filosofía política. (p. 115 - 121) libertad. Es una tensión que, en lugar de intentar resolver, deberíamos valorar y proteger porque es constitutiva de la democracia pluralista. Desde que se ha establecido la articulación entre el liberalismo y la democracia, una preocupación recurrente de los liberales ha sido cómo poner los derechos individuales fuera del alcance de la regla de la mayoría. A tal efecto, han procurado poner restricciones al proceso de decisión democrático... Por lo tanto, resulta necesario proteger el pluralismo, los derechos individuales y las minorías contra una posible tiranía de las mayorías. Pero el peligro opuesto también existe porque, mediante la naturalización de un conjunto determinado de “libertades” y de derechos existentes, se pueden establecer múltiples relaciones de desigualdad (Mouffet, 1996, pp. 187 – 188). La justicia en Mouffe tiene que ver no con una supuesta imparcialidad y un fundamento racional abstracto. Se trata de un consenso que no ignora los tensionamientos, la constitución de identidades colectivas, que no desconoce en lo político el juego de pasiones y la estrategia de exclusiones: Concebir la política como un proceso racional de negociación entre individuos es destruir toda la dimensión del poder y de antagonismo (que propongo llamar lo político), y es confundir completamente su naturaleza. También es negar el rol predominante de las pasiones como fuerzas que mueven la conducta humana. Por otro lado, en el campo de la política encontramos grupos y entidades colectivas, no individuos aislados; y su dinámica no puede ser aprehendida reduciéndola a cálculos individuales. Esto tiene consecuencias devastadoras para la perspectiva Fernando Marín liberal puesto que, como Freud ha demostrado, el beneficio personal puede, en ciertas circunstancias, ser una motivación importante para el individuo aislado, pero muy pocas veces determina la conducta de los grupos (Mouffet, 1996, pp. 176 – 177) Concepción de la persona (el sujeto) en la teoría de la justicia de Rawls Para John Rawls las personas son libres e iguales. Son la base de una sociedad y de una teoría de la justicia. Ahora bien, las personas son racionales y, por ello, pueden establecer una sociedad como cooperación equitativa y recíprocamente ventajosa: Dado que nos situamos dentro de la tradición de pensamiento democrático, concebimos a los ciudadanos como personas libres e iguales. La idea básica es que en virtud de sus poderes morales y los poderes conectados de la razón, pensamiento y juicio, los hombres son libres (...) Como las personas pueden participar plenamente en un sistema equitativo de cooperación, les atribuimos los dos poderes morales conectados con los elementos de la idea de cooperación social desarrollada más arriba: el sentido de la justicia y la capacidad de elaborar una concepción del bien. El sentido de la justicia es la capacidad de entender, aplicar y actuar en base a la concepción pública de la justicia que define los términos equitativos de cooperación social. La capacidad de concebir el bien es la capacidad de elaborar, revisar y perseguir racionalmente una concepción de la ventaja racional o del bien. En el caso de la cooperación social, Sociedad, justicia y sujeto. El debate contemporáneo de la filosofía política. (p. 115 - 121) Enero/2010 119 el bien debe ser entendido no en sentido estrecho, sino como una concepción de lo que es valioso en la vida humana (Rawls, 1996, p. 32) Rawls insiste en que esta concepción de la persona que su teoría caracteriza no es metafísica sino política. Por ello entiende que su perspectiva de – posición original y velo de ignorancia – se sostiene si entendemos que la persona o los ciudadanos son libres en tanto que se conciben a sí mismos y a los otros como dotados de capacidad moral de suscribir una concepción del bien, además se consideran fuentes autogeneradoras de reclamos válidos y son capaces de asumir la responsabilidad por sus propios fines. Es una concepción unitaria y racional de persona que resalta a una su carácter individualista y su capacidad de cooperación social. Escuetamente Rawls define entonces a la persona como unidad básica de pensamiento, deliberación y responsabilidad. El sujeto no atomista y plural de Chantal Mouffe Chantal Mouffe cita al pensador comunitarista Taylor para apartarse de la concepción liberal de persona tal como la entiende Rawls: Para Charles Taylor, la visión liberal del sujeto es “atomista”, porque afirmar la autosuficiencia del individuo constituye un real empobrecimiento en relación a la noción aristotélica de hombre como animal fundamentalmente político que sólo en el seno de una sociedad puede aprehender su naturaleza humana. Taylor sostiene que ésta es la concepción que late detrás de la destrucción de la vida pública a través del desarrollo del individualismo burocrático. 120 Enero/2010 Fernando Marín De acuerdo con este autor, la racionalidad puede desarrollarse y el hombre puede convertirse en sujeto moral capaz de descubrir el bien únicamente en virtud de su participación en una comunidad de lenguaje y del discurso mutuo sobre lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo; en consecuencia, no puede haber una prioridad del derecho sobre el bien. Aunque particularmente en referencia a Nozick, muestra el absurdo de pretender comenzar con la prioridad de los derechos naturales para deducir la totalidad del contexto social. En efecto, este individuo moderno, con sus derechos, es resultado de un largo y complejo desarrollo histórico, por lo que sólo en cierto tipo de sociedad es posible semejante individuo libre, capaz de elegir sus objetivos (Mouffe, 1999, p. 50). Es clara la opción por un sujeto que no es el preconstituido de la doctrina de los liberales y / o del derecho natural. Una concepción de un yo presocial, no cabría en una concepción de la democracia plural y radical. Se trata igualmente de concebir a la sociedad y a la justicia, no desde un racionalismo que atribuye a la una y a la otra la posibilidad de ser la resultante de acuerdos voluntarios y racionales. Las tres dimensiones de sociedad, justicia y sujeto son los ejes articuladores de dos formas distintas de entender el panorama de la filosofía política contemporánea. En los liberales se trata del libre juego de voluntades conscientes y racionales en pos de una sociedad bien ordenada; en los comunitaristas, Chantal Mouffe estaría muy cerca de un comunitarismo no esencialista – republicano o neorromántico – los sujetos deliberantes y actuantes de nuestras actuales sociedades, son identificados como producto histórico y como constituidos en marcos de referencia o comunidades lingüísticas. En formas de vida o culturas como diría Ludwig Wittgenstein. Sociedad, justicia y sujeto. El debate contemporáneo de la filosofía política. (p. 115 - 121) Bibliografía Mouffe, C. (1996). La política y los límites del liberalismo. Revista de Teoría y Política 1. Rawls, J. (1997). Teoría de la Justicia. (M. D. González. Trad.) México: Fondo de Cultura Económica. (Trabajo original publicado en 1971). Rawls, J. (1996). Liberalismo Político. (A. Domenèch. Trad.). Barcelona: Crítica. (Trabajo original publicado en 1993). Rawls, J. (1996). La justicia como equidad: política, no metafísica. Revista de Teoría y Política 1. Fernando Marín Sociedad, justicia y sujeto. El debate contemporáneo de la filosofía política. (p. 115 - 121) 121