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Servicio de Comunicación Externa Prensa y Contenidos María Salanova. Tel. 948 425 753 prensa@unav.es - www.unav.es/informacion/ El aumento de temperatura y de CO2 por el cambio climático acelera la maduración de las uvas en la producción vinícola - Según el trabajo de Johann Martínez-Lüscher, de la Universidad de Navarra y la de Burdeos, el color y aromas finales podrían verse afectados Pamplona, 5 de enero. “El aumento de las temperaturas y de los niveles de CO2, consecuencia del cambio climático, aceleran la maduración de las uvas en la producción de vino, afectando al color y posiblemente a los aromas”. Así lo ha destacado la tesis doctoral defendida por Johann Martínez-Lüscher, realizada de forma conjunta en la Universidad de Navarra y la Universidad de Burdeos. El biólogo explicó que si se cumplen las previsiones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático y se alcanzaran los 700ppm de dióxido de carbono y un aumento de 4ºC, “la acumulación de azúcares podría ser tan rápida, que el resto de procesos que dependen de esta no serían capaces de seguir el ritmo. Esto hace que al comparar uvas con la misma concentración de azúcares o grado alcohólico, las cultivadas en condiciones de cambio climático tengan peor coloración y esto acabe percibiéndose en el vino”. De hecho, “cada vez es más frecuente encontrar vinos con un grado alcohólico elevado debido a la sobre maduración de las uvas”. No obstante, en el marco del cambio climático, las consecuencias podrían variar. “Por ejemplo, los cambios en niveles de radiación ultravioleta o el descenso en las precipitaciones podrían tener efectos antagonistas a los provocados por un aumento de la temperatura o de los niveles de CO2. Lo cual genera muchas incógnitas sobre qué esperar en un futuro”, añadió. Vino en un nuevo escenario En este sentido, la producción vinícola tendrá que encontrar soluciones para hacer frente a los desafíos ambientales. “El uso de ‘clones’ (subvariedades) de maduración más lenta podría ser una de las posibles estrategias. También podría ser muy tentador cambiar las variedades que se plantan en cada lugar por otras mejor adaptadas a climas más cálidos, pero esto supondría renunciar en gran medida a la tipicidad de nuestros vinos, algo inimaginable”. No obstante, tal y como señaló el experto, el cambio climático puede ofrecer nuevas oportunidades: por ejemplo, la producción de un tipo de vino en climas más fríos donde antes no era posible. “Es el caso de la incipiente industria del vino en el Reino Unido donde tengo previsto seguir trabajando”, señala el investigador. El estudio de Johann Martínez-Lüscher ha sido financiado por la Universidad de Navarra, el Programa de Cooperación Transfronteriza Navarra-Aquitania, el Ministerio de Ciencia e Innovación y el 7º Programa Marco de la Unión Europea.