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RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS DEGRADADOS A TRAVÉS DE LA REFORESTACIÓN CON ESPECIES NATIVAS EN GUANACASTE, COSTA RICA Albert Aderly Morera Beita1 RESUMEN Las plantaciones forestales pueden desempeñar diversas funciones. En muchos lugares se han establecido con fines de rehabilitación del medio ambiente y conservación de suelos y aguas, y en otros, ha sido la producción de madera el objetivo principal. Si se toma en cuenta que más del 5 % de los bosques del mundo corresponden a plantaciones forestales y que en los últimos diez años se ha intensificado considerablemente el interés en la conservación de los bosques, particularmente en relación con la diversidad biológica, las plantaciones con especies nativas pueden desempeñar un papel muy importante en la recuperación de la estructura, riqueza y diversidad florística de los ecosistemas tropicales degradados. Los esfuerzos en reforestación impulsados por el gobierno local con la implementación de incentivos a la reforestación, apoyados a través de una alta subvención internacional para los reforestadores privados, han posibilitado que en los últimos 20 años se haya reforestado en Costa Rica un total de cerca de 150 000 hectáreas. En estos programas fueron empleadas predominantemente especies exóticas como Tectona grandis (teca), Gmelina arborea (melina), Eucalyptus spp. (Eucalipto) y Pinus caribaea (pino). Solo en muy pocos proyectos de reforestación se sembraron pequeñas áreas con especies nativas. De acuerdo a lo antes descrito y debido a las necesidades de impulsar otras especies, en la zona de Tiquirusa de Cañas, Guanacaste, se inició en 1987 un proyecto de reforestación con especies nativas. Los sitios seleccionados fueron áreas abandonadas por la actividad ganadera, que presentaba suelos muy erosionados, de poca profundidad, con un alto nivel de pedregosidad y muy irregulares en cuanto su pendiente, lo cual lo presentaba como un ecosistema muy degradado, requiriendo de prácticas iniciales que favorecieran la restauración de su ecosistema. Para conocer el efecto sobre la restauración del ecosistema y en especial sobre su estructura y diversidad se presentan los resultados obtenidos después de 16 años en las áreas que fueron reforestadas con las especies nativas: Guayaquil (Pseudosamanea guachapele), Ron ron (Astronium graveolens) y Pochote (Bombacopsis quinata). Aquí se lograron encontrar 62 especies para individuos con un diámetro 5 cm de diámetro y valores de índice de diversidad de Shannon, entre 2,8 y 3, 9 y el índice de Simpson entre 0,12 a 0,32. Aunque los valores expresados para el índice de Simpson varían entre las áreas evaluadas, tanto el índice de Shannon como el índice de Simpson expresan un alto grado de diversidad para los bosques restaurados. Reflejando con esto la importancia del manejo de la regeneración natural en las áreas reforestadas con especies nativas, lo cual conlleva a un aumento gradual de la diversidad desde el momento en que se establece la plantación. De acuerdo a la determinación de la afinidad florística expresada con el coeficiente de comunidad de Jaccard y el coeficiente de similitud de Czekanowski, se tiene que a pesar de que estas áreas delimitan unas con otras, estas presentan un bajo porcentaje de afinidad y similitud, lo cual refleja que el microambiente del sotobosque genera diferentes condiciones de luz, suelo, disponibilidad de nutrientes y temperatura entre otros aspectos, lo cual favorecerá en diferente medida los procesos de colonización y establecimiento de la regeneración natural. De acuerdo al análisis de la estructura horizontal para los individuos con Dap 5 cm estos bosques presentan entre 840 a 1350 individuos por hectárea con áreas basales entre 16,01 y 20,37 m2/ha con una tendencia de la distribución diamétrica de "J" invertida, característica para los bosques naturales. La combinación de estrategias de reforestación con especies nativas en conjunto con el manejo de la regeneración natural dentro de las áreas sembradas nos permite ofrecer nuevas alternativas de domesticación de especies. Alternativas que, mediante el desarrollo de prácticas silviculturales adecuadas y aplicando un sistema de ordenación estricto se busca un bosque meta que se ajuste a las necesidades y objetivos que establece el productor forestal, así como a la capacidad ecológica del ecosistema, principios de gran relevancia para la restauración a nivel de paisaje. 1 Universidad Nacional, Escuela de Ciencias Ambientales, Instituto de Investigación y Servicios Forestales, Heredia, Costa Rica, morerascholz@racsa.co.cr y amorera@una.ac.cr SUMMARY Tree plantations carry out several functions. In many cases these have been established as a way to restore the environment and promote the conservation of soil and water, in other cases, the only purpose has been wood production. Taking into consideration that more than 5% of the world’s forests correspond to tree plantations and that during the last 10 years forest conservation interests have intensified considerably, specially concerning biological diversity, native tree plantations will play an important role on the restoration of structure, plant richness and diversity, of tropical degraded ecosystems. Reforestation efforts encouraged by the local government through the implementation of incentives that have been supported by high international subsidy, has allowed during the last 20 years the establishment of nearly 150 000 hectares of tree plantations in the country. In these programs the species most used were exotics such as Tectona grandis (teak), Gmelina arborea (white cedar), Eucalyptus spp. (eucaliptus) y Pinus caribaea (pine). Only in a few programs were native species considered and in these cases, only small areas where established. According to these facts and due to the need to encourage the establishment of other species, in 1987 a native tree species plantation project was established in the area of Tiquirusa, Cañas, Guanacaste. The selected sites were abandoned grasslands that presented in many cases eroded and compacted soils, with little depth, abundant rocks and high slopes, therefore requiring rehabilitation activities. In order to know the effects that these activities had on the rehabilitation of these lands, specially concerning its structure and diversity, the results of a 16 year period of research are presented for the sites reforested with the native tree species: Pseudosamanea guachapele (Guayaquil), Astronium graveolens (Ron ron) and Bombacopsis quinata (Pochote). For the individuals with 5 cm in dbh 62 species were found, the results obtained with the Shannon diversity index varied between 2.8 and 3.9 and for the Simpson Diversity Index these varied between 0.12 and 0.32. Even though these results varied from site to site, both show a high diversity for the restored ecosystems, demonstrating the importance of natural regeneration management in lands reforested with native tree species. According to the determination of floristic similarities among sites expressed through the Jaccard coefficient of community and the Czekanowski coefficient, we have that in spite of the proximity of the sites, these present low percentage of affinity and similitude, which demonstrates that the forest’s undergrowth micro-climate creates different light, temperature, soil, and nutrient availability conditions, that promotes the colonization and establishment of natural regeneration. According to the results for the horizontal structure analysis, these forests have between 840 and 1350 individuals with 5 cm of dbh per hectare, and a basal area between 16.01 and 20.37 m 2/ha, with a diametric distribution of an inverted "J", such as that found in natural forests. A combination of strategies including native tree plantations and natural regeneration management within this plantations, will allow us to offer new alternatives of species domestication. These alternatives, along with the development of adequate silvicultural activities and a strict ordering system, seek to reach such a forest that accomplishes the needs and objectives of the farmer, as well as the ecological capacity of the ecosystem, both of which are of great relevance in the restoration at a landscape level. INTRODUCCIÓN En todo el mundo se están haciendo esfuerzos en pro de la ordenación forestal sostenible, un enfoque que propone un equilibrio entre los objetivos sociales, económicos y ambientales, y ello ha provocado cambios en la política y la legislación de los recursos naturales en muchos países. En el ámbito internacional, las iniciativas no solo han sido encaminadas a fomentar la ordenación sostenible, si no que se han venido implementado una serie de instrumentos que favorezcan la adopción de prácticas mejoradas de ordenación, la certificación de productos forestales, así como la restauración de ecosistemas (SOFO, 2001). Los ecosistemas son conjuntos de factores bióticos y abióticos, cuyos variados componentes interactúan mediante adaptaciones locales mutuas desarrolladas a través del tiempo, son entidades naturales que en función de su estructura, composición y funcionamiento, tienen algún grado de resistencia a ciertos cambios originados por las perturbaciones (SANCHÉZ et al., 2005). Dado el dinamismo que los ecosistemas presentan, existen alteraciones que por su efecto bajo, está es absorbida y en muchas ocasiones restaurada de manera natural por el ecosistema. Pero cuando las alteraciones ocasionadas por las perturbaciones provocan un impacto fuerte sobre las principales funciones y desequilibran la estructura y composición del mismo, se hace necesario incurrir en prácticas que conlleven la restauración del ecosistema. Desde el punto de vista de restauración de ecosistemas es importante resaltar que las plantaciones forestales han venido desempeñando diversas funciones. En muchos lugares se han establecido con fines de rehabilitación del medio ambiente y conservación de suelos y aguas, y en otros, ha sido la producción de madera el objetivo principal. Si se toma en cuenta que más del 5 % de los bosques del mundo corresponden a plantaciones forestales (FAO, 2000) y que en los últimos diez años se ha intensificado considerablemente el interés en la conservación de los bosques, particularmente en relación con la diversidad biológica (SOFO, 2001), las plantaciones con especies nativas pueden desempeñar un papel muy importante en la recuperación de la estructura, riqueza y diversidad florística de los ecosistemas tropicales degradados. Diferentes investigaciones permiten tener un concepto más amplio de los posibles impactos de las plantaciones forestales en la recuperación del suelo, biomasa, humus, estructura, sobrevivencia, reclutamiento de especies nativas que típicamente ocuparon estos espacios y en especial la diversidad generada por su regeneración natural (Lugo, 1992; Parrota, 1992; Montagnini, 1994; Guariguata et al., 1995; Morera, 2001). Los esfuerzos en reforestación impulsados por el gobierno local con la implementación de incentivos a la reforestación, apoyados a través de una alta subvención internacional para los reforestadores privados, han posibilitado que en los últimos 20 años se haya reforestado en Costa Rica un total de cerca de 150 000 hectáreas (FONAFIFO, 1999 citado por Herrera, 2000). En estos programas fueron empleadas predominantemente especies exóticas como Tectona grandis (teca), Gmelina arborea (melina), Eucalyptus spp. (Eucalipto) y Pinus caribaea (pino). Solo en muy pocos proyectos de reforestación se sembraron pequeñas áreas con especies nativas. De acuerdo a lo antes descrito y debido a las necesidades de impulsar otras especies, en la zona de Tiquirusa de Cañas, Guanacaste, se inició en 1987 un proyecto de reforestación con especies nativas de la zona. El área total del proyecto es de 1000 hectáreas y las especies mayormente plantadas fueron: Pseudosamanea guachapele (guayaquil), Astronium graveolens (ron ron), Bombacopsis quinata (pochote), Cordia alliodora (laurel), Swietenia macrophylla (caoba) y algunas especies con algún grado de amenaza como Platymiscium pinnatum (cristóbal), Dalbergia retusa (cocobolo) y Guaiacum sanctum (guayacán real). Los sitios seleccionados presentaban una ecosistema muy degradado, con suelos muy erosionados, de poca profundidad, con un alto nivel de pedregosidad y muy irregulares en cuanto su pendiente, requiriendo de prácticas iniciales que favorecieran la restauración de su ecosistema. El sistema utilizado en la repoblación inicial fue la división total del área en lotes más pequeños, que permitiera intercalar las especies reforestadas y evitar grandes áreas sembradas por una sola especie. En cada uno de estos lotes se procedió a hacer un arreglo de carriles entre la poca vegetación natural residual que se encontraba y se plantaron a una densidad no menor a 1000 árboles por hectárea. Una vez iniciado las actividades de repoblación, en los años subsiguientes se dejó la regeneración de especies arbóreas que se empezaron a establecer bajo el dosel formado por los individuos plantados, regeneración que en muchos casos llegó a competir tanto a nivel de suelo como por luz con los individuos reforestados. Para conocer el efecto sobre la restauración del ecosistema y en especial sobre su estructura y diversidad se presentan los resultados obtenidos después de 16 años en las áreas que fueron reforestadas con las especies nativas: Guayaquil (Pseudosamanea guachapele), Ron ron (Astronium graveolens) y Pochote (Bombacopsis quinata). METODOLOGÍA Sitio de estudio El área del proyecto de Purdive Forestales se encuentra en la parte noroeste de Costa Rica, entre la coordenada 10º15’ latitud norte y 85º10’ longitud oeste. Para la investigación se seleccionó la unidad de manejo de finca Pavones, que cuenta con un área de 101,3 hectáreas. La precipitación media anual en la zona es de 1689 mm con un período seco de diciembre a abril, según los registros de la estación Quebrada Honda del Instituto Meteorológico Nacional; la temperatura promedio es de 27,7 grados centígrados. Con las características climáticas indicadas, la zona de vida corresponde a Bosque Seco Tropical, según la metodología descrita por L.R. Holdridge (1982). Diseño de muestreo y parámetros a inventariar Para la evaluación se utilizó un diseño sistemático de muestreo con parcelas permanentes de medición de 500 m2. Las actividades comenzaron con la delimitación del perímetro para calcular el área de cada bosque. Después se hizo un transecto base y a partir de este, se ubicaron los transectos de muestreo donde se colocaron un total de 20 parcelas de medición, para un área de muestreo de 10.000 m2. La vegetación fue dividida en tres categorías, fustales: individuos 5 cm Dap; latizales: individuos < 5 cm Dap y con altura a 1,5 m y brinzales: individuos entre 0,3 a 1,5 m de altura. Se tomó la información de las especies, Dap, altura comercial y total. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Composición florística y diversidad En estas áreas se encontraron para los individuos con diámetro 5 cm de Dap, un total de 62 especies representadas por 52 géneros y 27 familias (cuadro, Nº. 1). Estos bosques muestran una riqueza alta de especies en comparación con los bosques secundarios de tierras bajas donde se han reportado entre 21 a 50 especies para edades entre 3 y 17 años en la zona de Boca Tapada de San Carlos (Fedlmeier, 1996). Para bosques secundarios secos en diferentes estadíos de sucesión, con edades entre 6 a 50 años se han reportado entre 39 a 68 especies (Spittler, 2001), bosques secundarios con edades entre 6 a 24 años de edad de sucesión que se encuentran en el Parque Nacional Palo Verde y son relativamente cercanos a los bosques evaluados, presentaron entre 6 a 32 especies (Hernández, et al., 2002). En estudios realizados sobre plantaciones monoespecíficas y mixtas, en la Estación Biológica La Selva se encontró mayor abundancia de individuos bajo plantaciones de especies nativas que en áreas de regeneración natural (Montagnini et al., 1999). Cuadro 1. Número de especies, géneros y familias de los individuos con un Dap a 5 cm en las áreas evaluadas, Cañas, Guanacaste, Costa Rica. Especie plantada n Nº de Nº de Nº de familias Índice de Índice de especies géneros Shannon (H’) Simpson Guayaquil 6 32 25 18 3,50 0,16 Ron ron 8 34 28 18 3,03 0,28 Pochote 6 35 29 19 2,79 0,32 Área total 20 62 52 27 3,95 0,12 n= tamaño de muestra, parcelas de 0,05 ha. Se calculó la diversidad florística de fustales con índices basados en la abundancia relativa de las especies (Magurran, 1988). El cuadro 1 muestra los índices de diversidad de Shannon (H’) y Simpson. Con relación a los valores del índice de Shannon, donde varió entre 2,8 y 3, 9, estos valores se asemejan en gran medida a lo expresado por otros bosques, como los que se han reportado para bosques secundarios secos en diferentes estadios de sucesión en la zona norte de Guanacaste con valores que varían entre 3,0 a 3,6 (Spittler, 2001), bosques secundarios secos en el Parque Nacional Palo Verde con edades de sucesión entre 6 a 26 años presentaron valores que varían entre 0,66 a 2,99 (González, 2002). En bosques secundarios lluviosos con tiempos de abandono entre 3 a 18 años de la zona norte de San Carlos se han encontrado valores que varían de 3,1 a 4,8 (Fedlmeier, 1996), para bosques primarios en esta misma zona se han reportado valores entre 3,4 a 3,9 (Quesada, 1997). Aunque los valores expresados para el índice de Simpson varían entre las áreas evaluadas, tanto el índice de Shannon como el índice de Simpson expresan un alto grado de diversidad para los bosques regenerados. Reflejando con esto la importancia del manejo de la regeneración natural en las áreas reforestadas con especies nativas, lo cual conlleva a un aumento gradual de la diversidad desde el momento en que se estableció la plantación. Afinidad y similitud florística Para la determinación de la afinidad florística fue usado el coeficiente de comunidad de Jaccard porcentual (Jaccard, 1928; Matteuci & Colma, 1982). Para el cálculo de la similitud florística se usó el coeficiente de similitud de czekanowski porcentual (Matteuci & Colma, 1982; Greig-Smith, 1983). Se utilizó un área de comparación de 0,3 hectáreas, donde los valores obtenidos (cuadro Nº.2) de similitud varían entre 22 a 36 % y de afinidad entre 29 a 41%. Estos valores demuestran que a pesar de que estas áreas delimitan unas con otras, las mismas presentan un bajo porcentaje de afinidad y similitud, lo cual refleja que el microambiente del sotobosque genera diferentes condiciones de luz, suelo, disponibilidad de nutrientes, temperatura entre otros aspectos, lo cual favorecerá en diferente medida los procesos de colonización y establecimiento de la regeneración natural. Cuadro 2. Valores del coeficiente de afinidad de Jaccard y el coeficiente de similitud de Czekanowski que resultan de la comparación entre las áreas evaluadas, Cañas, Guanacaste, Costa Rica. Guayaquil Ron ron Coeficiente de Czekanowski (%) Pochote Ron ron 22 26 36 Coeficiente de Jaccard (%) Pochote Ron ron 34 29 41 Dinámica de la regeneración natural La regeneración natural de los bosques tropicales esta influenciada por factores ambientales como luz, agua, suelo y temperatura, factores bióticos y factores intrínsecos de la especie, como estructura de la población, abundancia, estrategias de crecimiento y patrones fenológicos (Silva, 1989); factores que en conjunto vienen a definir el éxito de la regeneración natural de una determinada especie. El cuadro 3 muestra el número de individuos por hectárea, para cada una de las categorías de vegetación evaluadas. Cuadro 3. Número de individuos por hectárea por categoría de vegetación, Cañas, Guanacaste, Costa Rica Categoría de vegetación Guayaquil Ron ron Pochote Área total Número de árboles /ha Fustales (Dap ≥ 5 cm) 840 ± 74 978 ± 53 1350 ± 46 1068 ± 86 Latizales (Dap < 5 cm y H ≥ a 1,5 m) 1833 ± 253 1545 ± 241 1526 ± 206 1728 ± 207 Brinzales (entre 0,3 a 1,5 m de H) 5130 ± 411 2285 ± 381 1901 ± 212 3125 ± 225 El análisis de la regeneración no establecida permite determinar que en este bosque, el manejo silvicultural le a dado una importancia muy alta a la regeneración natural, los valores encontrados para fustales varían entre 840 a 1350 individuos por hectárea, valores mucho mas altos que los expresado para bosques secundarios secos (Spittler, 2001; Hernández et al., 2002; Gonzáles, 2002). A pesar de que los valores expresados para latizales y brinzales están por debajo de lo reportado para otros tipos de bosques secundarios y primarios (Fedlmeier, 1996; Morera, 1998; Spittler, 2001). La regeneración aquí establecida ya ha pasado por procesos de ordenación forestal que han favorecido o limitado la sobrevivencia de la misma, pero que ha la vez ha permito por el transcurso de los años el mantenimiento de regeneración deseada y que en cierta medida se ajusta a los intereses del productor. Por lo que la reforestación con especies nativas en conjunto con el manejo de la regeneración natural, se pueden considerar como una estrategia de restauración de ecosistemas, ya que la repoblación inicial permite la llegada gradual de individuos en los estratos inferiores del bosque, lo cual permite un aumento en la diversidad, así como una recuperación más rápida de la estructura del ecosistema. Estructura del bosque El cuadro 4 demuestra la distribución de algunos parámetros dasométricos que presentan cada una de las áreas sembradas para cada especie. Para el caso de las áreas sembradas de Guayaquil que tiene un total de 840 N/ha y un área basal de 20,37 m 2/ha, aquí un 29 % de los individuos corresponden a la especie plantada inicialmente con un área basal de 4,21 m 2/ha, el restante 71 % de los individuos corresponde a un total de 32 especies. En el caso de las áreas sembradas de Ron ron, el cual posee 978 N/ha con un área basal de 16,01 m 2/ha, aquí un 56 % de los individuos corresponde a dicha especie, con un área basal de 4,91 m 2/ha, el restante 44 % esta compuesto por 34 diferentes especies. Por último tenemos las áreas sembradas de Pochote con 1350 N/ha y un área basal de 18,58 m 2/ha, para este caso el 54 % de los individuos corresponde a dicha especie y el restante 46 % de los individuos corresponde a otras 35 diferentes especies. Solamente para el caso del área sembrada de pochote se encuentra que el área basal se distribuye en un 50 % entre las especies de regeneración natural y la especie plantada, para guayaquil y ron ron más de un 70 % del área basal se acumula en las especies de regeneración natural. Cada uno de estos sitios presentan alrededor de 12 especies nuevas reclutadas con un valor comercial de madera para aserrío, condición de mucho interés para la generación de bienes de los propietarios. Cuadro 4. Principales parámetros dasométricos de los individuos con un Dap 5 cm, Cañas, Guanacaste, Costa Rica. Especies N/ha Dap (cm) (cm/ha/año) IMA G (m2/ha) H.t. (m) H.c. (m) Guayaquil 243 ± 52 13,4 ± 3,7 1,12 4,21 ± 1,3 Otras especies (31 spp) 597 ± 85 14,2 ± 5,9 1,18 16,15 ± 1,2 10,1 ± 1,2 4,8 ± 0,8 114,8 ± 18,8 Total 840 ± 74 14,0 ± 3,2 1,17 20,37 ± 1,6 10,7 ± 1,3 4,7 ± 0,9 140,8 ±14,9 Ron ron 548 ± 70 11,0 ± 2,6 0,83 4,92 ± 1,0 10,7 ± 0,9 3,7 ± 0,4 23,7 ± 4,9 Otras especies (36 spp) 430 ± 44 14,8 ± 3,4 1,23 11,09 ± 1,6 9,0 ± 1,4 5,3 ± 1,1 74,2 ± 15,3 Total 978 ± 53 12,1 ± 1,5 1,01 16,01 ± 1,4 9,8 ± 0,9 4,2 ± 0,8 97,9 ±16,1 Pochote 733 ± 49 11,4 ± 2,1 0,95 9,01 ± 1,9 9,0 ± 1,8 4,6 ± 0,9 43,8 ± 13,5 Otras especies (33 spp) 617 ± 55 12,3 ± 2,6 1,03 ± 9,56 ± 1,4 9,2 ± 1,5 4,4 ± 0,8 53,0 ± 8,0 1350 ± 46 11,9 ± 1,5 0,99 ± 18,58 ± 1,5 9,1 ± 1,4 4,5 ± 0,9 96,8 ± 16,5 Total N/ha = Número de individuos por hectárea IMA = Incremento medio anual. H.t. = Altura Total G = Area basal Vol = Volumen H.c. = Altura comercial 10,9 ± 2,2 4,5 ± 0,8 Vol. total (m3/ha) 25,9 ± 8,2 700 N/ha 600 500 Guayaquil 400 Ron ron 300 Pochote 200 Todos los Ind. 100 0 7.5 12.5 17.5 22.5 27.5 32.5 37.5 42.5 47.5 52.5 57.5 62.5 67.5 72.5 77.5 Punto medio de la clase diamétrica (cm) Figura 1. Distribución diamétrica de los individuos a 5 cm de Dap, para las especies sembradas y para todos los individuos, Cañas, Guanacaste, Costa Rica. Las figuras 1 demuestra que a pesar de ser bosques plantados, la tendencia de la distribución diamétrica de los individuos con Dap 5 cm es de una "J" invertida, forma característica para los bosques naturales (Lamprecht, 1986). Lo anterior descrito refleja la importancia que se le ha dado al manejo de la regeneración natural en combinación con el establecimiento de plantaciones con especies nativas, ya que la tendencia de las áreas restauradas, son de recuperar su estructura más en función de los bosques naturales que las de una plantación forestal. Si consideramos que cuando se realiza manejo forestal sobre áreas naturales y esta se considera, como una actividad productiva y enfocada al recurso de madera, se reduce la integridad de los ecosistemas con respecto a aquellos en los que solamente actúan procesos ecológicos y evolutivos (Bawa & Seidler, 1998; Hartshorn & Bynum, 1999). Pero como consecuencia, el manejo forestal conserva más diversidad, funciones ecológicas y servicios ecosistémicos que prácticamente cualquier otra actividad agrícola o ganadera productiva. Desde este punto de vista, los resultados demuestran, que la tendencia de estos bosques, es buscar un equilibrio, ya que trata de recuperar la mayor cantidad posible de componentes desde el punto de vista estructural, así como sus funciones e interacciones, en cuanto a su diversidad. CONCLUSIONES La composición florística, así como la diversidad que estos bosques presentan, se asemejan en gran medida a los bosques secundarios naturales. Resaltando con esto, la importancia que tiene el manejo de la regeneración natural en las áreas reforestadas con especies nativas. La regeneración arbórea aumenta en gran medida en las áreas donde se introdujeron especies nativas, ya que estas establecen un microclima favorable no solo para mejorar las condiciones de suelo, humus, contenido de nutrimentos, temperatura, etc., sino que favorece la colonización y dispersión de semillas de vegetación arbórea por otros agentes en un mayor porcentaje. Si consideramos que la edad de recuperación que los bosques evaluado presentan es de 18 años, y en comparación con la recuperación natural que presentan los bosques secundarios, existe una recuperación mucho más rápida de la estructura del bosque, cuando se implementan prácticas de establecimiento de plantaciones con especies nativas y estas se combinan con el manejo de la regeneración natural. Es claro que la estructura óptima de un bosque de producción se aleja un poco de lo demostrado por estos bosques, pero que en combinación de aspectos ecológicos y productivos estos bosques tienen un alto valor. Proyectos que combinen la producción forestal (maderas nativas de un alto valor agregado) con la restauración del ecosistema, son alternativas para ofrecer posibilidades para la recuperación y protección de suelos, recuperación y protección de la fauna, fijación de CO2 para mitigar el efecto invernadero, introducción de especies en vías de extinción, conservación y recuperación de la diversidad genética y de especies. Por lo cual, el enfoque futuro del establecimiento de plantaciones forestales con especies nativas, se pueden ver como un instrumentos más para la recuperación de la estructura, riqueza y diversidad florística de los ecosistemas tropicales degradados, aspectos relevantes para la restauración de ecosistemas a nivel de paisaje. BIBLIOGRAFÍA Bawa, K.S. & Seidler, R. 1998. Natural forest management and conservation o biodiversity in tropical forest. Conservation Biology 12: 46-55. FAO. 2000. On definitions of forest change. FRA Working Paper No. 33. Roma. Fedlmeier, C. 1996. 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