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LAS SOCIEDADES PREHISPÁNICAS DEL NOA: APORTES DESDE LA GENÉTICA Russo, M. Gabriela1,2*, Dejean Cristina B.1,3, Seldes, Verónica, 2,4 1 Equipo de Antropología Biológica, Departamento de Ciencias Naturales y Antropológicas, CEBBAD, Fundación de Historia Natural Félix de Azara, Universidad Maimónides, Argentina. 2 CONICET, Argentina. 3 Sección de Antropología Biológica, Instituto de Ciencias Antropológicas, Facultad de Filosofía y Letras-UBA, Argentina. 4 Instituto Interdisciplinario Tilcara, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Belgrano 445, 4624, Tilcara, Jujuy, Argentina *Hidalgo 775, 6º piso, CABA (cp1405) - gabulabis@gmail.com Palabras Clave: ADNa – Marcadores uniparentales – Marcadores biparentales – Parentesco -. Key words: aDNA – mtDNA – Uniparental markers – biparental markers - Kinship -. Las investigaciones arqueológicas postulan que las primeras evidencias de ocupación humana en el Noroeste Argentino se remontan al Período Arcaico (aproximadamente 11000 AP) por parte de grupos que tenían como modo de subsistencia la caza y la recolección. El surgimiento de las primeras sociedades agropastoriles ocurre durante el denominado período Formativo (2450-1050 AP), en el que los individuos se asientan en pequeñas aldeas cerca de los recursos. Posteriormente hacia el Período de Desarrollos Regionales (1050-520 AP) las poblaciones se concentran en conglomerados, se produce una intensificación de la producción y un incremento en las relaciones de intercambio (tráfico caravanero, por ejemplo). En el período Incaico (520-414 AP) se relocaliza la población como parte de una serie de cambios sociales producto de a anexión de la región al imperio. Algunos de estos procesos y prácticas de las sociedades prehispánicas podrían haber dejado su huella en el acervo génico de las poblaciones convirtiendo a la genética en una importante herramienta para su estudio. En el caso del Noroeste Argentino (NOA) su compleja dinámica poblacional a lo largo de su historia prehispánica puede ser evaluada a partir de análisis moleculares. En este trabajo se evalúan de forma integral los aportes del análisis de ADN antiguo en individuos de sitios arqueológicos de la Puna, Quebrada de Humahuaca y Valles en relación a dos aspectos que caracterizaron a estas sociedades. En primer lugar, el ADN mitocondrial aporta al estudio de los posibles movimientos y relaciones poblacionales, teniendo en cuenta que el intercambio en el área Andina y regiones adyacentes se evidencia en todos los períodos de ocupación. En segundo lugar, el análisis de marcadores nucleares permite evidenciar relaciones de parentesco entre individuos provenientes de un mismo enterratorio, considerando que el enterramiento en el espacio doméstico también fue una práctica extendida hasta el período Incaico inclusive con solo pocas excepciones. Hasta el momento para el NOA se cuenta con un total de 91 secuencias de ADN mitocondrial, que abarcan diversas regiones: Puna (n=21), Quebrada de Humahuaca (n=44), Valle Calchaquí (n=7) y Valle de Lerma (n=19). Comparando estos datos con 267 secuencias de diversos sitios del área Andina Centrosur de distintas temporalidades, los resultados dan cuenta de haplotipos compartidos entre distintos sitios arqueológicos de toda el área, lo cual podría evidenciar tanto flujo génico como un origen común para distintas poblaciones. Pero también algunas variantes particulares contribuyen a la diferenciación poblacional en algunos casos. Por ejemplo, existe diferenciación genética entre un sitio del Valle de Lerma del Formativo y otro de la Quebrada de Humahuaca del Período de Desarrollos Regionales, dando cuenta de una posible diferenciación poblacional tanto temporal como geográfica. Por otro lado, para marcadores nucleares, STRs autosómicos y del cromosoma Y, se cuenta con una menor cantidad de datos (n=64) de sitos del NOA (Quebrada de Humahuaca y Valle de Lerma) y del sur de Perú. En todos los casos, los análisis de parentesco realizados indicarían que los individuos enterrados en la misma tumba se encuentran emparentados entre sí y en algunos sitios se infiere una organización social patrilocal, siendo las mujeres las que migran entre grupos distintos.