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Emisiones Radiofónicas del Programa Eros
Proyecto Oroel de Salud
Primavera de 1996
SIDA y ETS
Conocerlas es comenzar a prevenirlas
Emisión Radiofónica nº 7 Programa E
Errooss
11 de Junio de 1996
Carlos Aisa (Informe)
Proyecto Oroel de Salud
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Primavera de 1996
1. Informe
Las Enfermedades de Transmisión Sexual son infecciones contraídas a través
de relaciones sexuales completas con individuos afectados por alguna de ellas.
Los agentes transmisibles pueden ser de todo el abanico de gérmenes patógenos: bacterias (Sífilis y Gonorrea), clamydias (Uretritis), virus (Herpes genital y
SIDA), hongos (Candidiasis), protozoos (Tricomoniasis) y parásitos (sarna), entre
otros.
La vía de transmisión sexual se convierte, en la mayoría de las ocasiones, en
la vía natural de contagio, aunque afecciones como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) o Hepatitis, pueden tener otras vías alternativas de transmisión
no naturales, tan importantes o más que la sexual, como es, por ejemplo, la inoculación de sangre a través del uso compartido de jeringuillas por drogadictos.
La facilidad de los desplazamientos turísticos, la evitación del embarazo con el
uso de la píldora y, en general, la liberalización de las costumbres sexuales tradicionales han conllevado su gran difusión por todo el mundo. Es así como enfermedades circunscritas a determinadas áreas, pueden llegar a tener una distribución
mundial. El último gran ejemplo de difusión a los cinco continentes ha sido el ofrecido por el SIDA.
La gran extensión de las enfermedades de transmisión sexual ha tenido, por
tanto, una relación directa con la promiscuidad, que tantas veces esconde una relación sexual de tipo compulsivo, sin componente afectivo, que hace de ella un mero trofeo y que ponen en evidencia una autoestima muy deficiente del individuo
promiscuo.
No obstante, también hay que decir que la revolución que se puso en marcha
en los años 60, se acabó en 1981, cuando se diagnosticó la enfermedad de transmisión sexual más emblemática, el SIDA, y se paralizó la búsqueda de la libertad
general por la vía que más le había sido negada: la sexual. Contra lo que el gran
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público creía, hace tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó de
que el SIDA no es una enfermedad de homosexuales y drogadictos, aunque éstos
han sido colectivos muy afectados desde el principio, sino un riesgo potencial para
cualquier persona, para cualquiera de nosotros. Y que es, simple y llanamente, una
enfermedad de transmisión sexual (ETS), para la que no existe vacuna ni tratamiento efectivo.
Hoy, a los 15 años, el SIDA afecta en su fase de seropositividad o de enfermedad declarada, a unos 25 millones de personas en todo el mundo. De seguir la
progresión actual, en el año 2.000 habrá unos 40 millones de portadores de virus.
El 50% de los infectados desarrollará la enfermedad antes de los cinco años y el
80% antes de diez.
Además, España es el país de mayor crecimiento de casos y de mayor número proporcional de muertes. A los 34.618 enfermos diagnosticados hasta diciembre
pasado, hay que añadir unos 125.000 portadores, sin síntomas, que desarrollarán la
enfermedad en los próximos años.
Aunque nuestra cultura ha distorsionado el papel de la sexualidad en las relaciones humanas, –dificultando las intervenciones eficaces–, sanitarios, educadores
y padres debemos afrontar el hecho bien real de que, por más que el embarazo de
las adolescentes sea una de las consecuencias más serias de las relaciones sexuales precoces, las Enfermedades de Transmisión Sexual, incluida la infección por el
virus del SIDA tienen a la larga consecuencias más graves.
La juventud necesita información correcta sobre los cambios corporales, sobre
el funcionamiento sexual básico, sobre la relación entre el afecto, el amor y la expresión sexual y física; sobre el abanico de posibilidades de conducta sexual y sus
consecuencias para la salud, y sobre la relación entre la autoestima, el respeto por
los límites de los demás y la toma de decisiones sexuales.
La educación sexual dirigida a prevenir el riesgo de Enfermedades de
Transmisión Sexual consiste en mucho más que asegurarse de que el joven ha entendido el cómo evitarlas. Debe incitar a poner los medios de protección más adecuados.
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Si aceptamos la relación directa entre las enfermedades de transmisión sexual
y tres "Ps" como son: Permisividad, Promiscuidad y Píldora, para detener esta bola
de nieve en que se han convertido, se impone una cuarta "P": PREVENCION.
El miedo y los castigos bíblicos no son la mejor manera de prevenir el SIDA y
las Enfermedades de Transmisión Sexual. Las relaciones sexuales no disminuirán
por ello ni creemos que nadie tenga autoridad ética o moral para imponer hábitos
sexuales a ninguna persona. Es mejor informar, para que de la información surja la
responsabilización.
Aunque algunas de las Enfermedades de Transmisión Sexual más clásicas
como la sífilis, gonorrea, uretritis por clamydias, etc., tienen tratamiento con antibióticos, y para la Hepatitis B existe una vacuna, no es menos cierto que la de consecuencias más graves –el SIDA– no tiene tratamiento eficaz, de tal forma que la prevención se convierte en un arma sanitaria decisiva. Y además, si tenemos en cuenta
que aquello que sea capaz de evitar la transmisión del SIDA, evitará a las demás.
En la práctica hay cuatro formas de transmisión del SIDA:
 Contagio sexual a través de relaciones sexuales homo o heterosexuales
completas. No a través de otras prácticas, como el beso o la masturbación entre la
pareja.
 Uso común de jeringuillas, agujas o instrumentos contaminados por parte de
los adictos a drogas por vía endovenosa.
 La transfusión sanguínea o inoculación de productos sanguíneos contaminados.
 De la madre contagiada al feto.
A efectos reales, no debemos tener en cuenta otras vías de transmisión de
SIDA u otras enfermedades de ámbito sexual.
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Prevención del Contagio
1.- Si la libre decisión personal ha llevado a un adolescente a optar por la castidad, por motivos religiosos, morales, éticos o de la índole que sean, es evidente que
está llevando a cabo una prevención eficaz en la transmisión de este tipo de enfermedades. No necesitaría saber más.
2.- Si por el contrario, el mantenimiento de relaciones sexuales es una opción posible dentro de la vida afectiva de un joven, la prevención vendrá dada por la toma
de algunas precauciones:
a) Conocer bien a la pareja, ya que no hay signos externos que evidencien la
enfermedad. Deberíamos pensar las consecuencias de una relación plena apresurada, sin un conocimiento previo de los hábitos anteriores de nuestro compañero o
compañera.
b) Si la pareja no es conocida, o sabemos que es portadora de virus del SIDA,
hay que evitar consumar una relación con penetración, limitándonos a caricias, masturbación mutua, peeting...
c) Y si la penetración ha de ser inevitable, debe utilizarse siempre un preservativo, que es el único método que se ha demostrado eficaz en la prevención de la
transmisión del SIDA y demás Enfermedades de Transmisión Sexual, respetando
las normas necesarias para su utilización:
- caducidad no superada y buena conservación.
- manipulación cuidadosa, que evite dañarlo.
- usarlo antes de cualquier contacto intergenital.
- colocarlo sobre el pene erecto, desenrollándolo desde la punta hasta la base.
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- retirarlo después del acto sexual, cuando el pene todavía está en erección.
- solamente sirve para una vez.
Aunque menos difundido, podría utilizarse el preservativo femenino, que la
mujer se coloca tapizando el interior de su vagina antes de la penetración masculina. Básicamente sirven los mismos consejos dados para el preservativo masculino:
caducidad, manipulación cuidadosa, un solo uso...
Debe quedar claro que... LA INFORMACIÓN Y LA PREVENCIÓN SON LAS
MEJORES Y, EN OCASIONES, ÚNICAS ARMAS DE QUE DISPONEMOS ACTUALMENTE PARA EVITAR EL CONTAGIO DEL SIDA Y DEMÁS ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL.
 Carlos Aisa
Médico
Programa Joven de Sexualidad EROS:
Informe nº 7. (11 de Junio de 1996).
Proyecto Oroel de Intervención Comunitaria.
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