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PROYECTO FIN DE CARRERA. E.T.S. ARQUITECTURA DE SEVILLA.
MEMORIAL DEL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE <<LOS
MERINALES>>2005
<<(...)Entre estas iniciativas, la del “Canal de los Presos”, impulsada por la CGT.A, se ha
fundamentado en un proceso social en el que han tomado parte activa ex-presos, familiares,
investigadores, organizaciones e instituciones. A lo largo de tres años se han realizado numerosas
exposiciones, charlas-coloquios y programas audiovisuales que han contribuido a hacer a la
sociedad más sensible respecto a una realidad ignorada: la que vivieron muchas miles de
personas en los campos de concentración en sus diversas variantes, particularmente los
programados para el trabajo esclavo. En Sevilla ésta ha sido una realidad de gran importancia al
estar rodeada de una corona de espinos de acero, la que formaron los campos de concentración
de Los Remedios, de Heliópolis (en la avenida de La Raza), de Los Merinales y La Corchuela (en
Dos Hermanas), de El Arenoso (en Los Palacios), deTorre la Reina (en Guillena), de La Algaba (en
La Algaba) y de Torre del Aguila (en Utrera). Además de los de Sanlúcar la Mayor, Lora del Río y
Alcalá de Guadaíra y los denominados “depósitos” de Montequinto, Torreblanca, La Rinconada,
estación de Alcolea del Río (Villanueva del Río y Minas) o La Isla. Algunos de estos han sido
fundamentales para la formación o consolidación de poblados y barriadas.
Tras la experiencia de este proceso y los propios trabajos de investigación CONSIDERAMOS
NECESARIO LA CONSTRUCCIÓN DE UN MEMORIAL CENTRO DE INTERPRETACIÓN EN
LOS MERINALES, donde estuvo uno de los campos de concentración franquistas (cerrado en
1962), como mejor forma para que “conocimiento” y “reconocimiento” sigan cumpliendo su función.
Un lugar en el que se deposite la documentación recopilada, o copia de ella, dispersa por los más
variados archivos (cárceles, archivos militares, organismos oficiales, ayuntamientos); la “memoria
viva” (fotografías, documentales, entrevistas audiovisuales, etc.) de aquellas personas que
permanecieron a la fuerza en estos campos, y de sus familiares que les siguieron durante su
periplo carcelario; que sirva de lugar de encuentro para los protagonistas, sus familias e
investigadores; desde el que se mantenga viva la llama, mediante encuentros, actos, iniciativas, de
la memoria de unos acontecimientos que nunca más deben repetirse; un sitio donde estudiantes
de todos los niveles educativos accedan a un conocimiento de forma realista y veraz; en donde
cualquiera pueda realizar ese saludable ejercicio de recordar. Un centro parecido a los que existen
en Andalucía para crear conciencia social sobre nuestro medio ambiente o el patrimonio cultural en
sus variados aspectos y manifestaciones. También la memoria y la historia son patrimonio.
Un Centro de Interpretación de estas características no es una novedad. Existe en aquellos países
que han sabido mirar su pasado sin complejos ni miedos, y que lo hacen desde los valores de una
sociedad democrática que necesita reforzarlos para prevenir hechos y mentalidades como los que
invocan la memoria recuperada de unas víctimas que sufrieron las consecuencias, precisamente,
de la intolerancia y el integrismo. Este Centro sería un buen colofón a este proceso, y una opción
adecuada para los objetivos de conservar la memoria social como patrimonio y elemento de
conocimiento y reconocimiento de la identidad colectiva. Una propuesta sobre la que se recibe un
permanente apoyo desde todos los ámbitos sociales que han visto en esta iniciativa una necesidad
para que la cultura de la memoria pueda desarrollarse.(...)>>
(Texto extraído del Documento titulado “Adhesión a la iniciativa para la construcción del Memorial
Los Merinales <Centro de interpretación de la Memoria sobre el trabajo esclavo en el franquismo>.
Dos Hermanas, Sevilla. Firmado por la C.G.T/A, y adjunto en archivo PDF en su redacción total)
Con diversas denominaciones, y dentro de una dinámica de participación de
nuestro tiempo, proponemos un Proyecto Fin de Carrera con una fuerte base de
sustento real, encuadrado dentro lo que supondría el concepto genérico de
recuperación de la memoria histórica.
Toca a la arquitectura en este caso, hacerse responsable de albergar, de
dar cobijo, como fórmula espacial, a contenidos sobre los que se desarrolla una
elevada y creciente sensibilidad colectiva, una vez que el distanciamiento histórico
permite ir sacando a luz lo silenciado.
La construcción del Bajo Canal de Guadalquivir, no es sólo una obra de
escala geográfica, es también una huella histórica materializada en formato de
ingeniería sobre la que puede transcribirse un capítulo del pasado siglo XX digno
de rescate y de homenaje, por las dramáticas y vergonzantes circunstancias de su
construcción.
A fecha de hoy, como se comprobará en la documentación diversa que se
adjunta, el proyecto traducido a espacialización del rescate histórico, tiene una
ubicación, de entre otras de las posibles, en la zona denominada <<Los
Merinales>>, cuyos trámites de cesión por parte de la Confederación Hidrográfica
del Guadalquivir, y los acuerdo promovidos desde el Ayuntamiento de Dos
Hermanas, a cuyo término municipal se circunscriben dichos terrenos, envuelven a
la propuesta en una perspectiva de cercano futuro, sobre la que ya existen
hipótesis distributivas, de programa y contenido, como queda recogido en el
dossier del artículo perteneciente al periódico Diario de Sevilla, edición de Dos
Hermanas, cuya noticia se adjunta como material de trabajo en formato PDF.
Desde la Escuela de Arquitectura, dentro del marco de la Universidad de
Sevilla, parece una oportunidad de compromiso con el presente, que establece
puentes necesarios entre los ejercicios realizados desde el interior de su contexto
Universitario, y el necesario ensayo que sobre la dinámica de la realidad ha de
establecer la experiencia de docentes y alumnos.
Luego propuesta sin nombre, o con todos los nombres encontrados, de
Ecomuseo a Memorial; y de éstos a cualesquiera que representen el albergue y
custodia de la memoria, los documentos, las imágenes, los relatos y los sonidos; y
la transmisión necesaria entre sucesivas generaciones, para evitar el olvido que
sólo recrece el embrutecimiento.
Cada vez más, la arquitectura está pendiente de la tensión que generan los
contenidos, en relación a la propia interpretación traducida en cualidad de paisaje
o ambiente sobre el que más allá de su condición edificatoria, o su fallida
representación, juega un desesperado esfuerzo por ser representativa de su
cometido; también de su contenido, pero dejando muy atrás las capacidades que
antaño los símbolos, o los monumentos, podían ofrecer socialmente como
sustitución parcial de los recuerdo, los acontecimientos pasados.
En nuestro caso, contamos con una ventaja indiscutible: la de la aparición
de las iniciativas ciudadanas, de las asociaciones, foros y redes, que como
sistema de captura de los acontecimientos, nos ponen sobre la mesa un conjunto
material idóneo para el comienzo de un proyecto.
En el reciente festival de cine de Sevilla, un último Documental estrenado,
del que en primera instancia se han realizado 1.000 copias en formato DVD,
actualiza, como material recién llegado, un nuevo conjunto ambiental que se podrá
proyectar sobre el escenario de la ubicación del ejercicio.
De la localización.
Situado al pie de la Nacional IV, en su kilómetro preciso nº 551, (margen
derecho en la dirección Sevilla-Cádiz), la localización puntual que desde diversas
instituciones está barajándose, localiza sobre un tramo del propio Canal Bajo del
Guadalquivir, la ubicación del recinto. Al pie de una presa o sifón del canal
(represado en ambos márgenes de la Nacional), y utilizando un arroyo de límite,
se ubica el recinto de actuación.
Un paisaje extraordinariamente agrícola y silente, donde una pequeña
ruina, hace las veces de “toro de osborne”, posee una fuga ilimitada hacia el
Oeste, donde vendría a interceptar a la A4 (actual desdoble de la Nacional IV) y
más allá, el cauce vivo del Guadalquivir, que tan estrecha relación mantiene con la
denominación del Canal bajo, al que ahora, desea mudarse su toponimia, para
ajustarlo a los hechos históricos, denominándolo Canal de los Presos.
La zona, en sus proximidades, (dirección sur), tiene un polígono industrial
denominado La Palmera, en cuyo viario de circunvalación, podrían encontrarse las
claves de accesibilidad a la localización propuesta, en una transición entre
urbanización industrial, y carriles agrícolas.
Del Programa.
Aunque en la publicación del Diario de Sevilla, edición de Dos Hermanas,
que se adjunta en la carpeta de archivos PDF, se prefigura una distribución
espacial y de usos del complejo conmemorativo que se desea realizar, el alumno
que realice el Proyecto habrá de tener la cautela de entender la diferencia entre el
soporte gráfico periodístico, y su lenguaje divulgativo que le es propio, y lo que
supone el planteamiento desde el contexto de un Proyecto Fin de Carrera.
Para ello, se sugiere un estado previo de reconocimiento de la globalidad
del Canal, en su linealidad territorial, como futura información proyectable y
condensable en el lugar de la ubicación.
Las necesidades que se consideran a resolver, tienen que ver con dobles
actividades: las de archivos y documentación (vulgarmente, fondos a conservar y
centralizar), y aquéllas otras que entran en la banda de la difusión, es decir, que
se exponen periódicamente, entre las que entrarían los soportes fotográficos,
fílmicos, documentales o sonoros, con los espacios funcionales que hagan posible
su puesta en uso. La incorporación más restrictiva de investigadores, y el acceso
público, casi social, son dos vectores pues a considerar como registro de la
propuesta, manifestando escalas de usos diferenciales.
La accesibilidad –como comentábamos en el enunciado más arriba-, no se
recomienda que se establezca a través de un nuevo carril de desaceleración
desde la Nacional IV, dado lo agresivo y las necesidades espaciales que
demandan estas derivadas de las grandes infraestructuras; se recomienda por el
contrario, un registro más secundario que exprima las posibilidades a partir del
polígono industrial de La Palmera, y enlace con caminos rurales, renovados para
soportar este nuevo registro público. Y por otro lado, se entenderá que la
actuación, funcionará como un elemento sometido a la velocidad del vehículo: es
decir, desde ese paso fugaz y veloz por el ambiente, que constituyen hoy las
experiencias de las infraestructuras, debería también, como paisaje de datos,
proyectarse el ejercicio, manejando tiempos, experiencias y velocidades de
diversos rangos, para que aparezca la conciencia de la intervención.
Deberá rehuirse en todo caso, la constante tendencia a convertir cualquier
asunto en parque temático. Tal vez, llegar como destino a un parque temático de
la historia pasada, sería el resultado menos deseable. Se recomienda entonces,
sean evaluadas muy cautelarmente las operaciones de urbanización, de
delimitación de la parcela de implantación, para que las acciones urbanizadoras
blandas, compatibilicen la situación actual con la intervención edificatoria, que
finalmente permitan el acceso del público para un reencuentro entre pasado y
futuro.
Otro deseo relativo a la construcción del ejercicio, es dejar de forma
permanente abierta la carpeta de documentación, a efectos de que el material
pueda tener diversos tiempos de incorporación, recreciéndose con la
documentación que los propios alumnos puedan “colgar” de la base de datos con
la que se arranca el ejercicio, y que la arquitectura, no se localice tanto en una
aportación individual, sino en la suma colectiva de materiales que la enriquecen e
informan de manera continua y paulatina.
Sevilla, noviembre de 2005.