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HOSPITAL GENERAL DOCENTE ENRIQUE CABRERA Unidad de Cuidados Intensivos Criterios de Ingreso en UCI. Introducción. A nivel mundial se está reevaluando la actividad de las Unidades de Cuidados Intensivos, a la luz de los costos crecientes que genera, y los resultados limitados obtenidos en algunas afecciones habitualmente tratadas en estas Unidades. El elevado concepto que tenemos de la vida humana determina que la sociedad realice cuantiosos gastos en la atención de un solo paciente, pero no siempre esta conducta consigue el objetivo supremo de salvar la vida, prolongando en cambio la agonía de un paciente insalvable y el sufrimiento de toda la familia. Incluso los países con mayor potencial económico tienen dificultades para encontrar soluciones racionales que permitan mantener la calidad de la asistencia, controlando adecuadamente los costos, por lo que se ha llegado a la conclusión de que deben reducirse los cuidados inefectivos y al mismo tiempo los gastos excesivos. La selección de pacientes para su ingreso en UCI se ha hecho en función de que presenten fracaso de al menos un sistema orgánico importante, o un elevado riesgo de hacerlo pero es necesario desarrollar criterios cuidadosos para esta selección que teóricamente podría ser de la siguiente manera: pacientes “idóneos para cuidados intensivos”, pacientes “poco graves”, y pacientes “demasiado graves”. Los pacientes “idóneos” serían aquellos cuya sobrevivencia resultaría imposible sin cuidados intensivos. Este grupo es difícil de identificar, y generalmente se ingresan pacientes de los otros dos grupos, para evitar que haya pacientes idóneos no admitidos. Pacientes “poco graves” serían aquellos que sobreviven sin cuidados intensivos, y “demasiado graves” aquellos que no sobreviven a pesar de recibir cuidados intensivos. Los pacientes con cáncer terminal son una muestra extrema de este grupo, pero hay otras situaciones donde se combinan diversas afecciones que resultan prácticamente letales en la totalidad de los pacientes. Sería por tanto racional no emplear recursos cuantiosos en un paciente que no los necesita, o en otro cuya evolución fatal no variará a pesar de los mayores esfuerzos, y dedicar esos recursos a la prevención y vigilancia de las complicaciones en pacientes de riesgo. Después de una intervención de cráneo o aorta por ejemplo, la observación de estos enfermos de un modo intensivo puede permitirnos detectar el inicio de complicaciones importantes, que de no ser atendidas inmediatamente pueden atentar contra la vida del paciente. Esto generalmente requiere la vigilancia del enfermo durante tan solo el primer día del postoperatorio. Sin embargo nuestra experiencia en el manejo de pacientes neuroquirúrgicos que evolucionan en nuestro servicio, con estadías por diversas causas prolongadas, nos conduce a otros razonamientos. En primer término resulta evidente que el número de camas de cuidados intensivos, de ventiladores artificiales y de monitores es francamente insuficiente para la atención del volumen de pacientes graves potencialmente salvables que son atendidos en nuestro hospital. En segundo lugar para poder garantizar el mayor número de ingresos es necesario que exista un mecanismo de egreso funcional, con prioridad para el traslado de los pacientes desde Cuidados Intensivos. En tercer lugar las Unidades de Cuidados Intensivos basan su imagen en equipos de alta tecnología, actividad intensa y efectiva, situaciones de tensión, y con frecuencia éxitos espectaculares, que sin temor a equivocaciones se deben en gran medida a la presencia de la enfermera debidamente calificada y atenta ininterrumpidamente a cada detalle de la evolución del paciente, tanto desde el punto de vista clínico, como de la observación constante de los equipos de monitoreo electrónico. Sin una enfermera a la cabecera de los enfermos desaparece el concepto de cuidados intensivos, y lo que es peor, un paciente potencialmente recuperable recibirá una atención insuficiente que puede costarle la vida. Importante resulta, además, disponer de un laboratorio en condiciones óptimas de funcionamiento las 24 horas del día, tanto desde el punto de vista del equipamiento como del personal destacado en el mismo; así como un equipamiento general de la Unidad en óptimas condiciones de funcionamiento. Dada la clara insuficiencia de camas de cuidados intensivos en nuestro hospital sería racional incrementar su explotación al máximo, para lo cual es imprescindible un número de enfermeras en activo adecuado (52 para 13 camas y no las 39 de la plantilla aprobada), mejorar el estado técnico del equipamiento (sólo 4 monitores y 7 ventiladores funcionando, con dificultades una parte de ambos), el funcionamiento de un mecanismo de egreso ágil y reforzar el laboratorio desde el punto de vista humano y de equipamiento. Criterios de Ingreso: Resulta prácticamente imposible definir unos criterios de ingreso en Cuidados Intensivos que no resulten insuficientes. Podríamos decir que es tributario de cuidados intensivos todo paciente grave, potencialmente recuperable, cuya sobrevivencia resulte poco probable fuera de una UCI. Este planteamiento es válido incluso en pacientes con una neoplasia maligna no terminal cuya vida peligra por razones relacionadas o no con su enfermedad neoplásica. Si no existieran condiciones para el ingreso de todos los casos que lo requieran en un momento dado, se deberá ingresar al paciente que teniendo posibilidades de recuperación, necesite más urgentemente de cuidados intensivos. Sin pretender elaborar un listado de afecciones tributarias de Cuidados Intensivos podríamos afirmar que el paciente al ser ingresado debe presentar algunos de los siguientes diagnósticos o condiciones fisiopatológicas: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Inestabilidad hemodinámica, una vez descartadas o corregidas las causas de solución quirúrgica inmediata. Arritmias cardíacas graves. Insuficiencia respiratoria aguda que requiera apoyo ventilatorio. Desequilibrios ácidos básicos o hidroelectrolíticos severos. Trastornos severos de la coagulación sanguínea en el curso de enfermedades curables. Traumatismos severos después de tratamiento definitivo de las fracturas. Traumas cráneo-encefálicos con Glasgow < 9 puntos. Post-operados: neurocirugía compleja, aorta, cirugía torácica compleja, grandes operaciones del tubo digestivo (esófagocoloplastia, Wipple, etc.), trasplantes de órganos, post- 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. operados, severamente complicados (sépticos o no), incluyendo estados post-anestésicos prolongados. Pancreatitis aguda severa. Embarazadas con complicaciones graves del embarazo u otras afecciones que hagan peligrar su vida y/o la del feto. Complicaciones graves del puerperio, en especial las sépticas. Intoxicaciones exógenas graves. Status convulsivos e infecciones graves del sistema nervioso central. Pacientes en muerte encefálica, posibles donantes de órganos. Infecciones fulminantes o complicadas de cualquier tipo. Fallo multiorgánico. Particular atención merecen los pacientes con afecciones crónicas no transmisibles que mayor incidencia tienen sobre las tasas de mortalidad, en particular: Cardiopatías Isquémicas agudas (IMA y otras). Todo paciente que requiera un estudio enzimático debe ser ingresado en UCI. Diabetes Mellitus con acidosis grave de difícil manejo, o en coma hiperosmolar. Asma bronquial en insuficiencia respiratoria aguda. Dadas las condiciones existentes en nuestro hospital relativas al equipamiento de las ambulancias, estado del ascensor, etc., los pacientes serán traslados a UCI después de lograr una estabilidad hemodinámica mínima que permita reducir los riesgos del traslado. Para alcanzar este propósito deben actuar de conjunto los especialistas de asistencia y los intensivistas. El seguimiento quirúrgico de los casos ingresados en UCI será responsabilidad absoluta del equipo quirúrgico de asistencia previo al traslado a Cuidados Intensivos, con una periodicidad no menor de una vez al día, todos los días de la semana. Ciudad de La Habana, Enero de 2010