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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA C. U. C. S. H. División de Estudios Históricos y Humanos Licenciatura en Historia LA ASTRONOMÍA AZTECA Alumna: Imelda Gutiérrez Márquez Grado: séptimo semestre Guadalajara Jalisco, febrero de 2005 Correo electrónico: mely_badtz@hotmail.com. RESUMEN La astronomía, una de las ciencias que mejor desarrollaron no solamente los aztecas sino todas las culturas que surgieron en Mesoamérica, llegó a tener gran importancia debido a que toda la región tenía como elemento principal en la economía la agricultura, de ahí la necesidad de observar los cambios que hay en la naturaleza, ligados con los movimientos de los astros y estrellas. Su conocimiento astronómico es representado en dos calendarios, uno civil y otro religioso, así como en la arquitectura. Elegí este tema porque siempre me han interesado cuestiones prehispánicas, lamentablemente muchas de las fuentes que encontré estaban escritas en otros idiomas. El objetivo de este trabajo es ver la relación que hay entre la astrología y los diversos campos de la cultura azteca, tanto social, económica, religiosa y arquitectónicamente. INTRODUCCIÓN La astronomía, una de las ciencias que mejor desarrollaron no solamente los aztecas sino todas las culturas que surgieron en Mesoamérica, llegó a tener gran importancia debido a que toda la región tenía como elemento principal en la economía la agricultura, de ahí la necesidad de observar los cambios que hay en la naturaleza, ligados con los movimientos de los astros y estrellas. Su conocimiento astronómico es representado en dos calendarios, uno civil y otro religioso, así como en la arquitectura. Elegí este tema porque siempre me han interesado cuestiones prehispánicas, lamentablemente muchas de las fuentes que encontré estaban escritas en otros idiomas. El objetivo de este trabajo es ver la relación que hay entre la astrología y los diversos campos de la cultura azteca, tanto social, económica, religiosa y arquitectónicamente. El ensayo lo realicé utilizando bibliografía especializada tanto en el tema de la astrología mexica como en libros dedicados a la civilización azteca. He hecho una comparación de autores entre los que destacan Jacques Soustelle, George C. Vaillant, Johanna Broda, entre otros. He dividido el ensayo en tres capítulos, el primer capítulo esta divido en tres temas. En el primero, Los aztecas, explico de manera general la civilización azteca o mexica. Tomo como punto de partida su periodo de mayor florecimiento, el lugar donde se establecieron y hasta donde llegaron sus límites, finalmente hago mención de algunos de los métodos que utilizaron para desarrollarse como 1 civilización en el lago de Texcoco. El segundo apartado se refiere a la Cosmovisión de los aztecas. La importancia que tiene la astronomía en la cosmovisión, ya que de la observación de algunos astros y estrellas realizan una serie de historias que relacionan a los astros con sus dioses más importantes, así como sus teorías de la conformación y los elementos del mundo. El último apartado (el más interesante para mí) se refiere a la Relación de la astronomía en la vida social basada en el calendario, en ella describo la importancia del calendario en la vida social. Era una especie de código civil en la cual los pertenecientes a dicha civilización deberían acatar las normas mencionadas por los que interpretaban o por los portavoces del calendario, los sacerdotesgobernantes. La importancia de observar el día del nacimiento de los mazehuales (es decir, cualquier persona) es designar su ocupación. El segundo capítulo está dividido en El calendario y Astros predilectos. Los aztecas utilizaban dos calendarios, el solar y el sagrado; el solar era de 365 días y el sagrado de 260. La inseparabilidad de los calendarios se debe a que tienen que ir ligados para completar un ciclo de 52 años, es decir, para celebrar la fiesta del “Fuego Nuevo”, dedicada a Huehuetéotl. Los astros que fueron de mayor importancia fueron el Sol, la Luna y Venus (por cierto, el mito de cómo se formaron la Luna y el Sol1 es muy interesante); se dedicaron a observar también eclipses (que eran considerados malignos), constelaciones y cometas. Vid¸ Jacques Soustelle, El Universo de los Aztecas, trad. de Juan José Utrilla, México: FCE, 1979, p. 106113. 1 2 En el capítulo tercero hago mención de las Propiedades Astronómicas de la Arquitectura, la importancia que se le dio a la ubicación de los astros para así reflejarlo en las construcciones, principalmente es la ubicación del Sol. CAPÍTULO I LOS AZTECAS En este apartado me ocuparé de describir a grandes rasgos las características generales de una civilización de gran importancia para América desde los siglos XIV al XVI, por haber tenido un extenso imperio organizado hasta la llegada de los españoles. Los aztecas o mexicas de quien he estado haciendo referencia tuvieron su máximo florecimiento entre los siglos XIV y XVI. Fundaron Tenochtitlán en 1325. Desarrollaron su civilización sobre el lago de Texcoco utilizando chinampas, que eran jardines muy fértiles construidos con un armazón de troncos que sostenían arena, grava y tierra de siembra, atados con cuerdas de ixtle, para lograr islas artificiales donde se cultivaban verduras y flores, y se criaban aves domésticas. Nos damos cuenta de que hubo muy buenos ingenieros debido a las construcciones de calzadas y puentes para conectar la ciudad con tierra firme; se levantaron acueductos y se excavaron canales por toda la ciudad para el transporte de mercancías y personas. 3 COSMOVISIÓN La astronomía azteca está ligada a su cosmología. Creían que habían existido cuatro mundos antes del universo actual.2 Esos mundos o soles habían sido destruidos por catástrofes. La humanidad había sido completamente destruida al acabar cada uno de esos soles. El mundo actual en el que vivían correspondía al Quinto Sol. Cada uno de estos soles o ciclos fueron destruidos por diferentes animales. En el Primer Sol la humanidad fue destruida por jaguares; al terminar el Segundo Sol un huracán transformó a todos las personas en monos provocada por Quetzalcóatl (la Serpiente Emplumada) que era una de las deidades más importantes no sólo de los aztecas, sino también de otras regiones de Mesoamérica; al Tercer Sol puso fin una lluvia de fuego; por último, el Cuarto Sol terminó con una inundación que duró 52 años y sólo sobrevivieron un hombre y una mujer, refugiados en un ciprés. Pero fueron transformados por Tezcatlipoca, cuyas órdenes habían desobedecido. Aquí podemos observar la semejanza que hay entre las culturas del viejo mundo y América. Por un lado el diluvio que hubo en la tierra y que el único que sobrevivió fue Noé con su familia. Con los aztecas varía sólo el número de sobrevivientes pero es semejante a esta idea. Es interesante ver que civilizaciones independientes una de otra, que no se conozcan entre sí, desarrolladas cada una en su medio y que estas no tengan un contacto, tengan en común características religiosas. 2 Ibidem, p. 51. 4 Jaques Soustelle3 hace una breve y sencilla explicación acerca de la cosmología azteca. Menciona que el universo tiene la forma general de una cruz con cada uno de los cuatro puntos cardinales, se relacionan cinco de los 20 signos de los días, entre ellos un portador de año, por ejemplo, Este, ácatl, caña; Oeste, calli, casa; Norte, técpatl, cuchillo de pedernal; Sur, tochtli, conejo. Un color se le asigna también a cada uno de los puntos cardinales, Este, rojo o verde; Oeste, blanco; Norte, negro; Sur, azul. Ciertos dioses se les asignan a cada uno de los puntos. El quinto punto cardinal es el centro donde estaba la joya de jade, donde moraba el dios del fuego, Huehuetéotl, por que el hogar se encuentra dentro de la casa. Así como los griegos tenían su concepción de cómo estaba formado el mundo y sus componentes, los aztecas tenían su propia cosmología. Creían que encima de la tierra que está rodeada de agua celeste (ilhuicátl) del océano se encuentran 13 cielos, el más elevado de ellos, donde el aire es delicado y frío se encuentra la morada de la Pareja Suprema. Debajo de la tierra divina (teotlalli) están los nueve infiernos de Mictlan, con otros ríos que las almas de los muertos deben atravesar. Tienen una idea de que el número trece era considerado como una cifra favorable, y el nueve como muy nefasta. Es ahora cuando llegamos a lo que a mí realmente me interesa. Los cuerpos celestes y las constelaciones, fueron también divinizadas, por ejemplo, la Osa Mayor (Tezcatlipoca), Venus (Quetzalcóatl), las estrellas del Norte (Centzon Mimixco, las “Cuatrocientas Serpientes de Nubes”) y las estrellas del Sur (Centzon Huitznahua), los Cuatrocientos Meridionales. Se suponía que el disco solar, 3 Ibidem, p. 53. 5 Tonatihu, era llevado en litera del Este al cenit rodeado por las almas de los guerreros muertos, y del Cenit al Oeste en medio de un cortejo de mujeres divinizadas, las Cihuateteo. Cuando la noche se extendía sobre la tierra, el día se levantaba en Mictlan, la morada de los muertos.4 RELACIÓN DE LA ASTRONOMÍA EN LA VIDA SOCIAL BASADA EN EL CALENDARIO Los ciclos, como los mencionaré en el capítulo II en el apartado del calendario, tenían que ver con la influencia de los planetas, de la luna, de las estrellas sobre el hombre. Por ejemplo, cuando una persona nacía en el 5 Caña, sería mercader; si nacían en el 7 Águila, sufriría de trastornos cardiacos.5 Todos los días habían sido estudiados por los sacerdotes y astrónomos con el objetivo de determinar si eran afortunados o desdichados. Es por eso que observan las estrellas y ponían tanta atención a que un recién nacido le impusieran el nombre en un día afortunado. Los objetivos de realizar observaciones hechas por los sacerdotes estaban íntimamente vinculadas con la economía, ya que cumplían con éxito los ciclos agrícolas. Al mismo tiempo, el calendario regulaba la vida social y su dominio fue importante en la legitimación del poder de los sacerdotes-gobernantes. De su vinculación con las actividades económicas se derivaba el importante papel que tenía el calendario en la vida diaria, mientras que su sacralización era la base de su enorme poder religioso. La íntima relación que existía entre economía, religión y observación de la naturaleza hizo posible que los sacerdotes- 4 5 Idem. Victor W. Von Hagen, “El libro del destino”, Los aztecas, México: Joaquín Mortiz, S. F. p 100. 6 gobernantes actuaran aparentemente sobre los fenómenos que regulaban el calendario. Así, calendario y astronomía proporcionaban elementos esenciales de la cosmovisión e ideología de esta sociedad. Se basaban en la observación de ciclos naturales y fenómenos recurrentes, daba a quien los manejaba la apariencia de controlar estos fenómenos y de poder provocarlos deliberadamente.6 En las fechas significativas, el calendario imponía la celebración de ciertas ceremonias. Éstas sólo podían realizarlas los sacerdotes-gobernantes, ya que ellos tenían el monopolio del culto estatal. Aunque íntimamente relacionado con la agricultura, este culto tenía lugar en las grandes pirámides que formaban el centro del asentamiento urbano y eran al mismo tiempo símbolo territorial de poder político. De esta manera la clase dominante aparecía como indispensable para dirigir el culto, del cual dependía la recurrencia de los fenómenos astronómicos y climatológicos, que a su vez eran una condición necesaria y real para que crecieran las plantas y se cumplieran exitosamente los ciclos agrícolas. El culto como acción social producía una transferencia de asociaciones que invertía las relaciones de causa y efecto, haciendo parecer los fenómenos naturales como consecuencia de la ejecución correcta del ritual. Aunque los conocimientos astronómicos daban a los sacerdotes-gobernantes una firme base para predecir los fenómenos naturales, estos últimos conservaban siempre un aspecto inconocible y misterioso. Johanna Broda, “Arqueoastronomía y desarrollo de las ciencias en el México prehispánico”, en Historia de la Astronomía en México, Marco Arturo Moreno (comp.), México: FCE, 1986, p. 96. 6 7 Los ciclos nunca fueron simétricos, el ciclo más regular era el solar, que variaba sólo un día cada cuatro años. Los ciclos de la Luna y de los planetas eran menos regulares y más difíciles de predecir y de hecho sólo algunos planetas fueron conocidos en el mundo azteca.7 Si bien es cierto que la legitimación del poder de los sacerdotesgobernantes se vinculaban con el dominio del calendario, al mismo tiempo ellos fueron víctimas del sistema cosmogónico que habían creado, pues estaban obsesionados por predecir los fenómenos recurrentes, por enajenarlos dentro de la armonía perfecta de los ciclos calendáricos y por plasmar estas relaciones en la arquitectura de sus centros sagrados. CAPÍTULO II EL CALENDARIO ¿Por qué observaban los aztecas las estrellas con tanta atención? Los aztecas tuvieron la necesidad de observar las estrellas con detenimiento porque eras agricultores. Se dieron cuenta que la luna tenía efectos sobre la marea del mar; si vivía lejos del mar comprobó los efectos de la luna nueva. Por la noche, observando las estrellas, se dio cuenta de que la posición donde se encuentran las estrellas en una estación; no se encuentran en el mismo lugar a la siguiente. Se dio cuenta de que la naturaleza obedece a un ritmo. Supo que estos cambios lo afectaban a él. Todo lo transportaron al Calendario. Intentaron descubrir cuál 7 Ibidem, p. 97. 8 era ese ritmo. Creían que si podían controlarlo serían capaces de controlar la lluvia, así como otros efectos de la naturaleza. De lo contrario, la naturaleza y los dioses los controlarían a ellos. Estos son los puntos que se toman para la formación del calendario. Dicho sistema de calendario se utilizó en toda Mesoamérica desde el preclásico. Tenía 365 días con base en la observación de las estrellas o de los ciclos anuales del desplazamiento del Sol. El año de 365 días tenía 18 meses de 20 días cada uno, más un periodo de cinco días considerados nefastos, los nemontemi. Cada mes tenía una pictografía del signo del día. Este era el calendario solar.8 Agregado a él estaba el calendario sagrado, se llamaba tonalpohualli y cubría un periodo de 260 días. Empleaba los signos del día, la pictografía de la casa, la del conejo, la de la serpiente, la del águila. Pero el mes sagrado tenía solamente 13 días.9 Los que colaboraron en la elaboración del calendario fueron grandes artistas, excelentes escultores junto con pintores que hicieron un minucioso trabajo. Además trataban de simplificar el contenido. Los dos calendarios iban de la mano: se unieron los dos calendarios, el de los 365 días que formaban el año solar, los dieciocho meses de veinte días, junto con el otro que tenía los signos diarios de los 260 días del año que tenía veinte meses de sólo trece días. Se unieron los dos calendarios como una rueda dentada. Cuando daba vueltas giraba la otra de modo que se podía observar la relación entre el calendario sagrado de 260 días con el Ivan Sprajc, “La astronomía”, Historia Antigua de México, Linda Manzanilla, Leonardo López Luján (coords.), México: INA, UNAM, Miuel Ángel Porrúa, 1995-2000, p. 279. 9 Cfr, George Vaillant, “El ritual”, La civilización azteca, trad. Samuel Vasconcelos y Margarita Montero, México: FCE, 1999, p. 166. Lucrecia Maupé, “Reseña de las evidencias de la actividad astronómica en la vida en la América Antigua”, Historia de la Astronomía en México, Marco Arturo Moreno (comp.), México: FCE, 1986, p. 36 8 9 solar de 365. Al unirse indicaban dos fechas, por ejemplo, 7 Conejo, 2 Cocodrilo, que eran imposibles de confundir. Esas dos fechas no volverían a repetirse hasta haber transcurrido cincuenta y dos años. Este era el gran ciclo. ASTROS PREDILECTOS EL SOL El Sol es el astro más luminoso del firmamento, por lo que no es de extrañar que sea el más importante y que tuvieran considerado como uno de sus deidades. Es fundamental señalar que la forma circular tenía gran importancia, ya que se consideraba como un elemento sagrado, precisamente por la relación que hay en la forma del círculo con el Sol. Los aztecas observaron el movimiento aparente del Sol y su desplazamiento anual a lo largo de los horizontes oriente y poniente, entre los puntos extremos, donde salía y se ponía el Astro Rey en los solsticios de invierno y de verano. Otro fenómeno solar que llamó la atención a esta cultura es el que se da en latitudes tropicales ocurren dos veces al año los llamados tránsitos del Sol por el cenit: a mediodía local, el Sol pasa exactamente por el punto ubicado a 90º de altura sobre el plano horizontal10. LA LUNA La Luna es el segundo cuerpo más luminosos del cielo. Ivan Sprajc hace referencia diciendo “Los meses empleados en varios calendarios del mundo 10 Ivan Sprajc, op. cit., p. 281. 10 normalmente derivan de los ciclos sinódicos de la Luna (periodos entre sus dos mismas fases consecutivas)”.11 Aunque el calendario no parece tener ninguna relación con el movimiento de la Luna, es probable que los meses de 20 días fueran instituidos en sustitución de los meses lunares usados anteriormente. Soustelle, por su parte, hace referencias acerca de las relaciones que tenía a la Luna con aspectos terrenales. Decía que los aztecas veían en las fases de la Luna su desaparición y su reaparición como un prototipo de que todo muere y renace periódicamente. Por ejemplo, la vegetación que se adormece y cobra una vida nueva según las estaciones; el hombre ebrio duerme pesadamente y se despierta después de haberlo olvidado todo; la sangre menstrual de las mujeres. La Luna representa el lado femenino de la naturaleza, la fecundidad, la vegetación y, también, la embriaguez. Su símbolo es el caracol marino, tecciztli, que es al mismo tiempo el símbolo del órgano genital femenino. Cuando se producía un eclipse, creían que la Luna moría; si una mujer embarazada salía de su casa durante un eclipse de Luna, debía llevar a la cintura una hoja de obsidiana, sin la cual su hijo nacería con labio leporino, su rostro se parecería al del conejo lunar. LOS ECLIPSES Aunque no se menciona que en el calendario se haya introducido algún elemento que se relacione con los eclipses, hay varios códices que nos muestran la importancia que se les dio, así como sus tempranas predicciones. Los eclipses 11 Ibidem, p. 284. 11 fueron considerados como malignos. Cuando se presentaba un eclipse era mal presagio. Seguramente porque son fenómenos relativamente raros y Los eclipses, tanto solares como lunares, ocurren cuando el Sol y la Luna se encuentran de manera simultánea cerca de uno o de ambos nodos de la órbita de la Luna (i.e. puntos en los que la órbita lunar cruza el plano de la eclíptica). Para pasar de un nodo a otro, el Sol necesita 173.31 días intervalo llamado medio año de eclipses.12 VENUS Los planetas más observados por los aztecas fueron Venus, Marte y Júpiter, que les llamaron la atención por su brillantez. El que cumple mejor con esta característica es Venus, su brillo sólo es superado por el Sol y la Luna. El planeta ocupaba un lugar importante en las creencias de la lluvia y del maíz, así como en el simbolismo y el ritual de guerra y sacrificio.13 La observación de los movimientos de Venus cobró gran importancia en la astronomía y cronología de los aztecas. Sesenta y cinco años venusinos equivalen a 104 años solares, el gran periodo llamado huehuetiliztli, “vejez”;14 al cabo de ese tiempo, los ciclos solar y venusino volvían a comenzar desde la misma fecha del calendario adivinatorio. COMETAS Y ESTRELLAS 12 Ivan Sprajc, op. cit., p. 287 Ibidem, p. 290. 14 Jacques, Soustelle, op. cit., p. 116. 13 12 Según Soustelle,15 los aztecas conocían y distinguían numerosas constelaciones, como por ejemplo las Pléyades, la Osa Mayor, etcétera. Observaban especialmente el movimiento de las Pléyades cada fin de siglo, es decir, cada 52 años; si ese movimiento a media noche continuaba, el mundo podía estar seguro de no perecer aún durante otro periodo de 52 años.16 En cuanto a la Osa Mayor, representada por Tezcatlipoca, a quien siempre se le muestra con una pierna a la que le falta el pie. Se decía que ese pie había sido devorado por el monstruo terrestre: es la última estrella de la cola de la Osa Mayor, que en latitud de México desaparece bajo el horizonte devorada por la Tierra durante una parte del año. Los cometas se consideran como los más grandiosos de los espectáculos celestes. Mientras que la mayoría de los eventos celestes inspiran la idea del perfecto orden y estabilidad, hay otros que ocurren con menor regularidad o completamente imprevisible, considerados como presagios funestos. CAPÍTULO III PROPIEDADES ASTRONÓMICAS DE LA ARQUITECTURA Los templos que hubo en toda Mesoamérica estaban fuertemente ligados a las orientaciones astronómicas. Se ha llegado a considerar que la orientación de edificios, tanto civiles como religiosos, se vincula con diferentes fenómenos celestes. 15 Ibidem, p. 117. Cfr., Anthony F. Aveni, “Constelaciones aztecas”, Observadores del cielo en el México Antiguo, México: FCE, 1991, p. 16 13 La coordinación que existía entre el tiempo y el espacio en la cosmovisión azteca encontró su expresión en la arquitectura mediante la orientación de pirámides. Estas orientaciones pueden ser relacionadas, en la mayoría de los casos, con las fechas de las salidas o puestas del Sol en días específicos del ciclo solar, mientras que algunas de ellas se conectan también con fenómenos estelares. Las estructuras cívico-ceremoniales fueron, en general, orientadas con base en consideraciones astronómicas. Las orientaciones, por lo regular, se refieren a fenómenos astronómicos observados en el horizonte, es decir, en los puntos de salida y de puesta de los grupos celestes. Considerando que los edificios normalmente tienen plantas casi rectangulares, sus orientaciones pueden describirse desde las líneas norte-sur o este-oeste que corresponden a uno u otro par de los lados paralelos del rectángulo. Por lo tanto, la orientación de un edificio de planta rectangular tiene cuatro direcciones con el potencial significado astronómico.17 La mayoría de las orientaciones están desviadas predominantemente al sur del oriente o al norte del poniente; asumiendo que mayormente son solares, estas orientaciones pueden relacionarse con las salidas del Sol en otoño e invierno y las puestas del Sol en primavera y verano; ambas clases de fenómenos pudieron ser importantes. Las fechas más importantes del ciclo solar, cuya observación quedó plasmada en la arquitectura, son los días de los solsticios, los equinoccios y los pasos del 17 Ivan Sprajc, op. cit., p. 296 14 Sol por el cenit.18 Johanna Broda señala que hay otros casos en los cuales la combinación de fenómenos solares y estelares influía en la orientación de los edificios. Menciona también que hay una particular importancia que tenían las salidas heliacas de constelaciones o de estrellas cuando anunciaban el primer paso del Sol por el cenit.19 Algunos o casi la mayoría de los edificios se construyeron para estar coordinados con el paisaje que tenían a su alrededor, como con cerros y algunos otros elementos naturales. CONCLUSIÓN A manera de conclusión me permito decir que la vinculación entre calendarios y astronomía no es idéntica. El calendario es creación humana, constituye tanto un logro científico como un sistema social. El calendario es vida social, y el esfuerzo de su elaboración consiste en buscar denominadores comunes para ser aplicados tanto a la observación de la naturaleza como a la sociedad. Los diferentes autores que consulté son de mi agrado. Me di cuenta de que la mayoría de los autores que hablan de astronomía mexica se basan el Jacques Soustelle, esto me indica que es uno de los especialistas en el tema, además su forma de escribir es muy sencilla, utiliza un vocabulario entendible. En cuanto a George C. Vaillant, noté que tiene una forma peyorativa al hablar de las culturas mesoamericanas, ya que hace mención de la importancia de la religión y de cómo se realizaban los ritos en Tenochtitlán. Basado en escritos de Johanna Broda, “Arqueoastronomía y desarrollo de las ciencias en el México prehispánico” , Historia de la Astronomía en México, Marco Arturo Moreno (comp.), México: FCE, 1986, p. 94 19 Ibidem, p. 95 18 15 Sahún, menciona que dichas actividades son horripilantes al describir los sacrificios en honor a Huehuetéotl; menciona también que gracias a los españoles los indígenas dejaron de hacer tales atrocidades. BIBLIOGRAFÍA Álvarez, Manuel... [et..al], Historia de la Astronomía en México, México: F.C.E., S.E.P., CONACYT, 1998, 260 pp. (Colección: LA CIENCIA 4). Aveni, Anthony F., “Constelaciones aztecas”, en Observadores del cielo en el México Antiguo, México: FCE, 1991, pp. 43-53. Broda, Johanna, “Arqueoastronomía y desarrollo de las ciencias en el México prehispánico”, Historia de la Astronomía en México, Marco Arturo Moreno (comp.), México: FCE, 1986, pp. 65-102. 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