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La Economía Ecológica: Una descripción breve La Relación entre la Tierra y la economía: Desde el punto de vista de la economía tradicional, el medioambiente se percibe como un subconjunto de la economía. Por lo contrario, desde la perspectiva de la economía ecológica, la economía es un subconjunto del medioambiente y depende del mismo. La economía ecológica reconoce que los servicios del ecosistema son el cimiento crítico de la economía. Temas Centrales: La economía tradicional se centra sobre el tema de la escasez, particularmente la escasez de alimentos producidos por los humanos. En contraste, la economía ecológica tiene 4 temas centrales: 1) El primer tema es la sostenibilidad. La Tierra funciona como una fuente de los recursos que alimentan la actividad económica además de ser un sumidero para los deshechos de la actividad económica. También proporciona una variedad de servicios naturales que hacen posible la actividad económica, conjuntamente con todas las demás actividades humanas. A medida que se expande al subsistema económico en contraste con los ecosistemas que lo sostienen, los servicios naturales se destruyen y las funciones de la Tierra, como fuente y como sumidero, sufren. De golpe nos damos cuenta que estamos elevando la temperatura de la Tierra y que esto conlleva muchos impactos. En este tipo de situación, el capital creado por los humanos va perdiendo su verdadero valor mientras que los servicios de los ecosistemas se tornan más escasos y más valiosos. La economía ecológica busca explícitamente garantizar que la actividad económica se mantenga dentro del rango que pueda soportar el ecosistema del cual se nutre. 2) El segundo tema central de la economía ecológica es la equidad. La equidad toma en cuenta quién obtiene los beneficios y quién soporta los costos de una decisión económica. Por ejemplo, cuando un ecosistema de un manglar se reemplaza por camaroneras o langostineras artificiales en las Filipinas, ¿cómo se distribuyen los costos y los beneficios? Cuando se reemplazan los manglares con piscigranjas de camarones, los beneficios, en la forma de los retornos financieros, fluyen al propietario de dicha piscigranja, mientras que los costos de los daños causados por la destrucción del ecosistema recaen sobre todas las comunidades locales. Estos costos incluyen la intrusión de agua salada, daño mayor por tormentas, el colapso de las especies nativas locales. Hasta un 85% de las especies de peces nativos depende de los manglares como su hábitat. En comparación, los beneficios de retener sistemas de manglares nativos, como proteína de las poblaciones de peces nativos, protección en contra de daños causados por tormentas, y la disponibilidad de agua potable, se distribuyen ampliamente a todos los miembros de las comunidades costeras, y no sólo a un propietario. En varios estudios de la equidad, la economía ecológica compara no solo cómo se distribuyen los costos y los beneficios en los pueblos que habitan una determinada región, sino entre los pueblos de diferentes países y entre personas de diferentes generaciones. 3) El tercer tema central de la economía ecológica es la eficiencia. La economía ecológica considera que es importante obtener el mayor beneficio por el menor insumo, de modo tal que extrae el concepto de la eficiencia de la economía convencional. La definición de eficiencia vista desde la perspectiva de la economía ecológica toma en cuenta no solo el bienestar creado por una decisión económica en particular, sino cualquier bienestar que se haya perdido a causa de la destrucción de los servicios ecológicos. Muchas decisiones tomadas por instituciones de desarrollo tales como el BID ni siquiera observan el criterio de la eficiencia, a pesar de ser una medida económica tradicional. 4) La democracia y la toma de decisiones es el último tema central clave de la economía ecológica. La Economía Ecológica cree que quienes son impactados por ciertas decisiones debieran estar involucrados en la toma de dichas decisiones. Por ejemplo, la economía ecológica cree que cada comunidad debería diseñar su propio patrón de desarrollo y que el trabajo de las instituciones de desarrollo debería ser proporcionar el capital para sostener esto. Visión de la economía ecológica: La Ecología Económica tiene una visión de ecosistemas y economías sanos que proporcionan una alta calidad de vida para toda la población. No tenemos que devastar el medioambiente para conseguir el desarrollo y si lo hacemos, devastamos al final la misma economía. Cualquier país en el que los ecosistemas están fallando está avanzando hacia el empobrecimiento. Servicios Ecológicos: Los ecosistemas producen muchos servicios de gran valor para los seres humanos. Estos incluyen purificación del agua y el aire, migración a causa de inundaciones y sequías, desintoxicación y descomposición de desechos, generación y renovación de la tierra y de la fertilidad de la tierra, polinización de las cosechas y de la vegetación natural, control de la gran mayoría de las pestes agrícolas, dispersión de semillas y transcolocación de nutrientes, mantenimiento de la biodiversidad, protección de los dañinos rayos ultravioleta del sol, estabilización parcial del clima, moderación de las temperaturas extremas, y de la fuerza de los vientos y las olas, sostén para diversas culturas humanas y provisión de belleza estética. Formas del capital: Desde la perspectiva de la economía ecológica, el capital producido por los humanos, y el capital social son críticamente importantes. El capital producido por los humanos incluye las estructuras e infraestructuras creadas por los humanos, tales como caminos y puentes. El capital natural es la infraestructura para la vida sobre la tierra. El capital natural proporciona un amplio rango de servicios eco sistémicos cuya pérdida no podría suplirse en la escala debida y a costo efectivo. El capital social es el soporte y el tejido básico de las comunidades sociales. El capital social, como el capital natural, genera una gama de beneficios para los seres humanos, incluyendo un sentido de seguridad, amistad y comunidad, identidad y otros beneficios. La economía ecológica cree que un sistema que reconoce solamente el capital producido por los humanos y erosiona el capital natural y social tiende a reducir el bienestar. Desde el punto de vista de la economía social, el verdadero desarrollo reconoce y protege el capital natural y social. Visión del proceso económico: La economía tradicional visualiza el proceso económico como si tomara “desechos” de la economía natural y los convirtiera en valor. Los minerales de la tierra son considerados desecho hasta que son extraídos y convertidos en autos. Lo mismo es verdad para los árboles en el bosque y los peces en el agua. El proceso de la economía convencional tiene como objetivo obtener estos “desechos” y convertirlos en bienes y productos con un precio de mercado en dólares que podamos contar. La economía ecológica mira el proceso económico en forma diferente. En su visión los árboles en el bosque, los peces del océano y otras partes de los ecosistemas producen, así como están, un enorme valor para los seres humanos. Los seres humanos pueden tomar esos árboles y peces y convertirlos en otra forma que también genere valor. Sin embargo, los humanos también obtienen mayores beneficios del aire limpio, la estabilización de los suelos, el mantenimiento de la biodiversidad y de muchas otras funciones de los bosques y océanos. Mientras la economía tradicional percibe el proceso económico como la transformación de recursos de desecho en valor, la economía ecológica reconoce no sólo el valor de los recursos en su estado natural sino también que el proceso económico genera verdaderos desechos, como la polución. Cuando se construyen mesas y autos se produce desechos. Si los recursos se convierten en productos lo más rápido posible, se producen un montón de desechos. Entonces, en vez de intentar maximizar la cantidad de materia que pasa a través del sistema económico, el punto de vista de la economía ecológica argumenta a favor de maximizar el valor contenido en los ecosistemas naturales no transformados, además del valor obtenido cuando los recursos naturales se convierten en productos. También busca minimizar los desechos que el proceso produce. Esencialmente, busca lograr el mayor valor posible fuera de la combinación entre capital ecológico y capital producido por los humanos. Conceptos de valor: El análisis económico convencional considera el valor medido en términos de dinero. Lo que no posee un valor monetario no cuenta. Como resultado de esto, el valor del capital social y ecológico has sido subestimado. En el acercamiento económico convencional, el valor se establece en un mercado y los costos para los individuos suelen ser contados mientras que las pérdidas de la destrucción de bienes públicos no se suelen tomar en cuenta. Adicionalmente, el pensamiento económico convencional tiende a ver el valor como interconvertible – el valor en dólares de un bien o servicio es visto como intercambiable por el valor en dólares de otro. En la perspectiva de la economía ecológica, todo lo que contribuye a la vida o al gozo de la vida tiene valor. No todos los valores pueden medirse monetariamente. Nuestras familias y nuestra comunidad son extremadamente valiosas para nosotros pero no le damos un valor monetario a estos sentimientos. Además, la economía ecológica considera que no todos los valores son interconvertibles. Por ejemplo, la capa de ozono que protege a la especie humana y a otras formas de vida no puede ser reducida a dólares o trocada por una pieza publicitaria o una medida de maíz. La economía ecológica cree que los mercados tienen grandes limitaciones para adscribir valor. Desde la perspectiva de la economía ecológica, hay mucho valor en los sistemas ecológicos y entonces también los seres humanos derivan algún valor de la economía construida por ellos. Para un ejemplo sencillo del valor de los servicios ecológicos, veamos el aire respirable. El oxigeno es producido por plantas. ¿Cuál es el valor de poseer aire respirable? Probablemente, si fuera el caso, pagaríamos por aire antes que por cualquier otra cosa. El aire solo es probablemente más valioso que toda la economía humana junta. En 1997, Robert Costanza y sus colegas valorizaron un subconjunto de servicios ecológicos. El estimado conservador del valor anual de estos servicios ecológicos era mayor que el PBI mundial anual. Valorización de los servicios ecológicos: Debido a que el capital social y ecológico proporciona un gran valor usualmente no reconocido y por lo tanto tiende a erosionarse, los economistas ecológicos vienen desarrollando métodos más sofisticados para documentar algunos de los valores proporcionados por estas formas de capital. Por ejemplo, muchos de los 20 o más servicios proporcionados por los manglares no se pueden expresar en valores monetarios. Estos valores proporcionan una subestimación del valor pleno generado por los manglares, pero proveen una marca del valor mínimo que puede ayudar a elegir entre alternativas distintas. En esencia, indican que el valor producido por los manglares es actualmente mucho mayor que cero. Ejemplo de valorización de servicios ecológicos en Filipinas: En enero del 2003, el Instituto Gund para Economía Ecológica condujo una valorización para comparar el valor generado por hectárea de manglares con el generado por un acre de granja de camarones. Alrededor del mundo, cientos de miles de hectáreas de manglares se han convertido en granjas acuíferas de camarones. ¿Qué es lo que se ha perdido? A pesar de que una hectárea de manglares no vale mucho en el mercado, es de hecho crucial, debido a que la mayoría de los peces comerciales dependen de los manglares y dado que los manglares proporcionan también protección contra las tormentas y regulación del agua. La economía tradicional proporciona un número de métodos para valorizar algunos servicios ecológicos. Utilizando la literatura académica y totalizando los valores asociados con diversos servicios ecológicos, encontramos que una hectárea de crecimiento de manglares producirá valor de entre US$ 5,000 y $41,000 año tras año por toda la eternidad. En comparación, una hectárea de granja de camarones, en la misma área produce $13,000 anuales, pero solamente por 3 años antes que el sistema se agote y deje un terreno baldío tras de si. Debido a que asignar un mero valor económico no era lo suficientemente bueno, hicimos también un análisis de los valores ecológicos y sociales. Los manglares tienen un gran valor biológico debido a su tremenda biodiversidad así como un valor social para la comunidad como fuente de alimentos. En contraste con este amplio rango de beneficios, los beneficios de las granjas camaroneras solamente llegan a pocas personas incluso luego de que el empleo es tomado en cuenta. Las granjas camaroneras producen también externalidades negativas en forma de desperdicios por un monto de US$ 64,000 anuales. Luego que los resultados de la valorización fueron presentados a la prensa y al alcalde local, éste decidió cerrar las granjas camaroneras y emprender un programa de recuperación de manglares. Reconocimiento de la irreversibilidad: La economía ecológica reconoce la irreversibilidad como una posibilidad real e importante. Una vez que una especie es llevada a la extinción, o una cuenca devastada, puede no ser posible su recuperación. En contraste, muchas herramientas de la economía tradicional y del manejo de recursos naturales, asumen la reversibilidad. Si pescamos en exceso, simplemente cerramos la pesca por un rato y luego la reiniciamos. En macroeconomía, si pones un poco más de dinero de la cuenta en circulación y la inflación crece, restringes el suministro de dinero y la inflación baja. En los sistemas ecológicos, sin embargo, puede haber umbrales que una vez cruzados representan un punto de no retorno. También en contraste con el pensamiento económico tradicional, los economistas ecológicos creen que hay áreas donde efectivamente no existen sustitutos. Por ejemplo, la protección contra los huracanes proporcionada por los manglares en la costa de India no puede ser sustituida eficazmente. Luego de la remoción de manglares en la región de Erissa, en India, un huracán mató decenas de miles de personas y demolió la industria y la agricultura locales. En teoría, se podría reemplazar la protección proporcionada por el manglar construyendo una enorme pared, pero en realidad esta es una alternativa imposible por sus altos costos. Debido a las posibilidades de irreversibilidad y los costos masivos, la economía ecológica cree que un mejor camino es alejarnos de los retornos máximos y, en vez de eso, iniciar una aproximación precavida que genere un constante conjunto de retornos y evite pérdidas catastróficas. Necesidad de mejorar las medidas económicas: Antes de 1930 no existía la macroeconomía. No había medición del desempleo, ni una forma verdadera de medir la inflación ni el PBI. Entonces muchas economías nacionales profundizaron en el problema y los economistas reconocieron que no comprendían lo que estaba ocurriendo. ¿Cuánta gente estaba desempleada? ¿Qué tan rápido estaban cambiando los precios? ¿De qué tamaño era la producción total de bienes? Al hacerse estas preguntas se logró desarrollar mediciones como la tasa de desempleo, el índice de precios al consumidor y el PBI. En esencia, la macroeconomía nació como una respuesta a las condiciones de esos tiempos. Hoy la humanidad está en un período diferente – una crisis ecológica. La humanidad no está midiendo su impacto en el ecosistema global, la relación entre los sistemas naturales y la economía, ni la erosión del capital social y ecológico. Se necesitan nuevas medidas para enfrentar los retos actuales. Un ejemplo de una unidad de medida que requiere ajustes es el PBI. Las instituciones de desarrollo han estado muy obsesionadas con el crecimiento – con la idea de que el camino para aliviar la pobreza es convertir los recursos en bienes y servicios lo antes posible. El PBI refleja este punto de vista: mientras más bienes y servicios se producen, más crece el PBI, más allá de si el bienestar se ha incrementado. Si la gente bebe agua embotellada porque el agua natural está polucionada, el PBI crece a pesar que la gente es más pobre porque el agua no es más lo barata que solía ser. Si se extrae gas de la tierra a costo de la salud de las personas impactadas el PBI sube pero los costos de pérdida de la salud en las vidas no se toman en cuenta. Uno de los problemas es que las mediciones de la economía tradicional suelen ignorar los costos o asumen los costos como si fueran beneficios. Se necesita distinguir entre los recursos renovables y no renovables: La economía convencional también falla en distinguir entre los recursos renovables y los no renovables. Los recursos no renovables, como el gas o el petróleo son un “inventario”. Son una determinada cantidad de recurso que, una vez utilizado, no estará más. En contraste, los recursos renovables, tales como los servicios ecológicos proporcionados por bosques u océanos, son “fondos” que continúan produciendo flujos de servicios ecológicos indefinidamente en el tiempo, siempre y cuando los ecosistemas que generan los servicios se mantengan intactos. La gran mayoría de los beneficios que producen se mantienen en el futuro. El análisis económico convencional no distingue entre inventarios como el petróleo y fondos como los ecosistemas. Por ejemplo, la herramienta económica de descuento sub-valoriza ampliamente los servicios ecológicos ya que valoriza como cero los futuros servicios ecológicos que en realidad tienen un gran valor. Como resultado, el descuento tiende a afectar a las futuras generaciones y es una herramienta defectuosa para la toma de decisiones sociales. El proyecto Camisea desde un punto de vista de economía ecológica: Sostenibilidad - El proyecto de Camisea obvia el criterio de economía ecológica de sostenibilidad dado que el inventario de gas natural se está extrayendo a costa de servicios ecológicos. Equidad – Como se ha mencionado más arriba, la economía ecológica analiza la equidad mediante la observación de los costos y beneficios de un proyecto. En el caso del proyecto de Camisea, mientras las personas afectadas soportan la mayoría de los costos, la mayor parte de los beneficios irá a parar a empresas extranjeras. El proyecto de Camisea promueve una mayor inequidad entre los países dado que la mayor parte del valor del gas se realiza en el lugar en que éste es quemado. Por lo tanto, el mayor valor agregado se quedará en los países del norte donde la mayoría del gas se quemará. Mucho del dinero generado por este proyecto volverá a sus inversionistas extranjeros, sin garantía de que el capital se quede en el Perú. El Perú obtendrá algunos royalties pero también deberá el servicio de repago de la deuda. Una reciente revisión de las industrias extractivas realizada por el Banco Mundial indica que los países que reciben préstamos para industrias extractivas sufren declives económicos en comparación con países que no lo hacen. Este resultado ocurre, en buena medida, debido a que gran parte del valor de los recursos extraídos se queda fuera de los países de la extracción. El proyecto Camisea también incrementa la inequidad a través de las generaciones. El Perú solía ser auto suficiente en petróleo pero ahora debe importarlo, creando mayor presión para generar intercambio con el extranjero. Por cada pie cúbico de gas que se exporte ahora, habrá un pie cúbico menos para los futuros peruanos. Eficiencia – Dado que los precios globales del gas son menores de lo que debieran, el proyecto no está generando el mayor valor posible por el gas extraído. Dependiendo del número de proyectos similares de gas natural actualmente desarrollándose en otros países, los precios del gas natural se pueden hundir más y por eso el Perú podría estar tomando préstamos para reducir sus ingresos futuros. Otra ineficiencia potencial del proyecto es el tráfico invalorizado de los servicios ecológicos destruidos por el proyecto. Pasando el tiempo, el valor generado por estos servicios, si no se destruyen, podría ser mayor que el generado por el inventario de gas. Adicionalmente, una verdadera eficiencia implica considerar qué inversión de los fondos prestados podrían rendir el máximo resultado. ¿Qué beneficio resultaría si el dinero fuera a las comunidades peruanas y a las pequeñas empresas? Democracia- El proyecto Camisea también representa una falla para la democracia. Las comunidades no han diseñado su propio camino económico. En vez de eso, se ha impuesto una particular visión del desarrollo por parte del BID, el gobierno del Perú y los inversionistas privados.