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Tema 13: Kant TEMA 13 INMANUEL KANT 1. El proyecto ilustrado de Kant. 2. Crítica de la Razón Pura: la justificación del conocimiento científico. 2.1. Los juicios de la ciencia. 2.2. La estética trascendental. 2.3. La analítica trascendental. 2.4. La dialéctica trascendental. 3. Crítica de la Razón Práctica: la ética del deber kantiana. 3.1. Ética formal frente a ética material. 3.2. El imperativo categórico. 3.3. Los postulados de la razón práctica. 1. El proyecto ilustrado de Kant. Hasta ahora hemos visto a Kant como hijo cultural de su tiempo, la Ilustración. Esta Ilustración tenía como fin fundamental extender el ámbito de la razón a todos los ámbitos del conocimiento del ser humano, así como a sus costumbres morales y políticas, actuando de crítica a toda autoridad establecida y promoviendo como fin último la autonomía y libertad del hombre así como una idea de la historia humana en progreso continuo. Sin embargo, es preciso ahora examinar cuál va a ser el proyecto de la Razón (o “Razón Pura” como lo va a llamar Kant) aplicada a todos esos campos del conocimiento humano, que tantas controversias ha causado en los siglos anteriores. Kant va a proponer una revisión crítica del empleo de esa Razón que permita liberarnos de errores y de usos tergiversados de la misma, y lo va a orientar hacia tres campos fundamentales, que corresponden a las preguntas últimas de toda filosofía: - ¿Qué puedo saber? (Epistemología, metafísica), - ¿Qué debo hacer? (Ética, derecho) - ¿Qué me cabe esperar? (Religión e historia). Estas preguntas, para Kant, no se pueden contestar por separado y se conectan con una más general: ¿qué es el hombre? La crítica de la razón por tanto acaba planteándose qué es lo que somos nosotros y cuales son nuestros fines últimos. Nosotros nos centraremos en las dos primeras preguntas. a) La crítica de la razón en el campo del conocimiento humano: los límites del conocimiento legítimo. Si existe un ámbito en el que la actividad de la razón parece estar en un momento de completo estancamiento, ese es el de la teoría del conocimiento. Llegados a finales del siglo XVIII, el panorama filosófico aparece radicalizado por las posturas de racionalistas y empiristas. Recordemos que bajo el mismo paraguas del idealismo, estas dos corrientes se disputaban la preponderancia en la filosofía. 1 Tema 13: Kant Por un lado, los racionalistas defendían la pura razón, autónoma, prescindiendo de toda información a través de los sentidos (Descartes, Leibniz), mientras que el empirismo limitaba el conocimiento auténtico a la simple sensación (Locke, Hume), desembocando en el escepticismo. El ejemplo de la biblioteca. Llegados a este punto, podríamos comparar nuestro conocimiento con una biblioteca. Los libros vienen desde fuera, pero su orden se debe a los empleados que los clasifican y los colocan en estanterías que ya tenemos. No sirve de nada que entren muchos libros, si van quedando amontonados por falta de estanterías (como sostiene el empirismo). Tampoco vale de nada tener unas maravillosas estanterías si no llega información desde fuera (como sostiene el racionalismo). Los sentidos serían aquí los libros. La razón y los conceptos internos los encargados de dar orden a esos libros. Sin la experiencia sensible, ningún objeto nos sería dado. Sin el entendimiento, ninguno sería pensado. Los pensamientos (la lógica) sin contenidos son vacíos, las intuiciones empíricas sin conceptos son ciegas. Y era esta la aporía o punto muerto al que habíamos llegado a finales de este siglo. Una fuente importantísima para alcanzar la solución a la lucha entre empiristas y racionalistas va a ser la irrupción definitiva de la ciencia positiva físico matemática, representada fundamentalmente por Newton. La naturaleza está escrita en lenguaje matemático y sus misterios solo podrán ser desentrañados por aquellos que conozcan también el código matemático. Así que racionalismo, empirismo y ciencia físico-matemática serán los tres puntos de partida para su planteamiento filosófico. El fin último: encontrar una justificación epistemológica radical para esa nueva ciencia, que ya está dando unos resultados alentadores por sí misma. b) La razón en el campo de la ética. La razón humana no solo se encarga de establecer qué son las cosas, también nos habla de cómo debemos comportarnos. Esto es lo que denominaba Kant como “razón práctica”, es decir, la razón orientada hacia el ámbito de la ética. Un punto importante como hemos visto en el planteamiento de “¿Qué es la Ilustración?” es la importancia de la autonomía y la libertad humana. Kant va construir una ética que respete esa libertad humana y la convierta en imperativo último de todo comportamiento ético. Para ello va a construir una ética basada en el deber, completamente novedoso frente a toda la tradición anterior, dominada por las éticas teleológicas aristotélicas o tomistas. Kant: his life as a philosopher. Kant nación en Konisberg en 1724 (Prusia oriental, actualmente, terreno ruso). Aunque de salud delicada, llegó a vivir ochenta años, gracias a una vida enormemente disciplinada (y aburrida para nosotros). Durante todos esos años no abandonó prácticamente su ciudad, limitación geográfica que no supuso una cerrazón mental o intelectual sino todo lo contrario. Acabó siendo después de largo tiempo como preceptor privado, profesor de la universidad de Koningsberg. Su vida, gris y patatera en muchos aspectos, alcanzó con brillantez la esfera pública cuando en 1781 publica su obra más importante y una de las más importantes obras de la filosofía de todos los tiempos: la Crítica de la Razón Pura. A continuación siguieron otras dos: La Crítica de la Razón Práctica (1787) y la Crítica del Juicio. La obra que nos toca comentar, ¿Qué es la Ilustración? (1784) estaría ya escrita en su periodo de madurez intelectual. 2 Tema 13: Kant Otras obras suyas son La Fundamentación de las Costumbres (sobre derecho), La Religión dentro de los límites de la mera Razón ( religión) o Una idea de la historia en clave cosmopolita (sobre el devenir histórico). Todas ellas tienen una misma función: evaluar la importancia y los límites de la razón en todos los campos del conocimiento humano, ya sea ciencia, moral, estética, derecho, religión o historia. 2. La Crítica de la Razón Pura: la justificación de la ciencia. Como decíamos, la epistemología, el conocimiento legítimo que puede alcanzar el ser humano con el uso de la razón, se había dividido en dos posiciones enfrentadas: empiristas y racionalistas. Ambas conducían a un cierto absurdo que nadie defendía ya a finales del XVIII. Por un lado, el empirismo entendido en su forma más consecuente por Hume, conducía al escepticismo: no existe nada más allá de los fenómenos y las experiencias de la sensación. Por otro, los racionalistas negaban la importancia de la experiencia empírica. Ambas tendencias ignoraban o no eran capaces de fundamentar algo que sin embargo por la fuerza de los hechos todo el mundo sabía ya: la física de Newton se cumplía en todos los campos en los que se aplicaba y era universal. Es decir, las leyes de la física y la matemática se cumplen en la naturaleza siempre. Sin embargo esto escondía contradicciones para las dos escuelas de pensamiento tradicionales. Por un lado, la física de Newton parecía legitimarse siguiendo un principio de inducción, es decir, se una suma de experiencias particulares se llegaba a una ley general. Pero siguiendo los principios de esa inducción, nunca se podía establecer una ley universal (se cumple siempre) sino tan solo una ley de alta probabilidad (existe tendencia a que se cumpla). Y sin embargo, lo cierto era que la ley de Newton, siguiendo ese criterio empirista, había conseguido llegar a ser ley universal y no contingente, algo que solo los principios de la lógica y la matemática (independientes de la experiencia) habían conseguido ser. Resumiendo, Newton, había unido experiencia empírica con verdades universales y esto tenía que justificarse con un nuevo tipo de juicios que rebasase la tradicional distinción de Hume o Leibniz entre verdades de razón (analíticas y universales) y verdades de hecho (sintéticas, empíricas y contingentes). 2.1. Los juicios de la ciencia. Kant establece, siguiendo la división tradicional de empiristas y racionalistas, los juicios sintéticos a posteriori y los analíticos a priori. Vamos a ver el significado de estos palabroncios. a) Juicios analíticos a priori. Son aquellos juicios en los que el predicado no aporta ningún dato nuevo del sujeto que no conozcamos ya previamente (de aquí proviene la palabra analitico). Son a priori porque no dependen en absoluto de la experiencia, y son por tanto universales; pero al mismo tiempo, no dicen nada sobre el mundo. Estos son los jucios de la lógica (principio de no contradicción, por ejemplo). b) Juicios sintéticos a posteriori. En estos juicios el predicado sí da información sobre el sujeto (y aquí se explica la palabreja “sintética”). Son a posteriori porque sí dependen de la experiencia empírica para que se puedan dar. En cuanto dependen de la experiencia, son contingentes (es decir, podrína ser, pero también no ser). Como ejemplo: “Saúl es un fan de Manolo Escobar”, pero podría ser de Elvis Presley. Estos juicios eran los favoritos por los empiristas, y defendían que el conocimiento humano se reducía a ellos. 3 Tema 13: Kant Así las cosas, Kant va a establecer un nuevo tipo de juicios, que según él, serán los juicios de la ciencia físico-matemática: los juicios sintéticos a priori. Estos juicios por una parte, dan información relevante sobre el sujeto que antes desconocíamos (son sintéticos) pero por otro lado, son previos a la experiencia (a priori) y por tanto universales. Como ejemplo, sostiene Kant el siguiente: “La recta es la distancia más corta existente entre dos puntos separados”. Según Kant, este juicio es: a) sintético: el predicado “la distancia más corta de dos puntos” no se sigue de la recta, puesto que estamos hablando de la aplicación de un término geométrico sobre un espacio físico (distancia). b) A priori: sabemos que el juicio es cierto antes de corroborarlo en la experiencia empírica. Si demostramos la posibilidad de estos juicios habremos conseguido aquello que ni empiristas ni racionalistas habían logrado para ellos mismos: justificar la física y las matemáticas más allá de todo reduccionismo como un conocimiento completamente válido. Todo esta revisión de la teoría del conocimiento de la Edad Moderna se pone por escrito en la Crítica de la Razón Pura (K.r.V., para los entendidos), dividida en las secciones de Estética y Lógica trascendental (subdividida esta a su vez en Analítica y Dialéctica trascendental). El conjunto de la investigación de Kant sobre el conocimiento recibe el nombre de IDEALISMO TRASCENDENTAL. Esto quiere decir eminentemente una cosa: Kant va a estudiar aquellas condiciones previas de todo conocimiento posible (es decir, que “trascienden” a todo conocimiento) y las va a estudiar a través de un estudio pormenorizado de las facultades del sujeto que conoce (de aquí viene la palabra “idealismo” como sinónimo de sujeto que conoce la realidad de una forma particular. 2.2. La estética trascendental: la sensibilidad. El punto de partida del conocimiento para Kant es sin duda, la experiencia empírica, y esto lo acerca sin duda a los empiristas. Sin embargo, esa misma experiencia empírica es percibida por el sujeto bajo unas condiciones determinadas. Así se preguntará Mr.Kant cuáles son las condiciones de posibilidad de la sensibilidad y responderá que son dos: espacio y tiempo. Espacio y tiempo son considerados por él como formas a priori de la sensibilidad. Nuevamente, veamos qué significa estas palabrotas. - Son formas porque son una estructura vacías de contenido, que se rellena después con la experiencia. - Son a priori porque no son impresiones particulares como puedan serlo un color o un sonido, sino que son previas a todas ellas. Las impresiones sensibles particulares (la calvicie del profe de filosofía f.i.) son percibidas en un tiempo y espacio a priori de toda experiencia sensible: sin espacio ni tiempo no habría ni voz ni color. Si espacio y tiempo son previos a toda experiencia y therefore, no dependen de ella, Kant los va a llamar intuiciones puras: son intuiciones porque no son conceptos extraídos a partir de experiencias concretas generalizables. El término “puro” lo utiliza Kant aquí para referirse a que espacio y tiempo son intuiciones vacías de contenido empírico: son absolutos. 4 Tema 13: Kant Estos absolutos, previos a toda experiencia, son para Kant el fundamento de un tipo de conocimiento que quiere ser válido en todos los casos, al margen de la contrastación con la experiencia: la matemática. Por tanto diremos que espacio y tiempo son los apriori en los que Kant va a fundamentar el conocimiento matemático, que él divide en dos dimensiones fundamentalmente: geometría y aritmética. La relación de la geometría con el espacio es evidente: no podemos explicar nada en geometría sin apelar a la espacialidad. Respecto a la aritmética, existe una conexión temporal: los números son una sucesión. El número 3 está antes del 4 y después del 2, y así sucesivamente. Eso es un orden temporal. Podemos asegurar entonces que las matemáticas formulan juicios acerca del espacio y del tiempo que son condiciones previas, independientes de toda experiencia particular, es decir: los juicios que emiten las matemáticas son a priori. Ahora bien, todos los objetos o casos de nuestra experiencia se dan en el espacio y tiempo, y por tanto en todos los objetos de nuestra experiencia se cumplirán los juicios sintéticos a priori (universales y necesarios) de las matemáticas. No hay que olvidar que la física es una aplicación de las matemáticas a la naturaleza, y de aquí que se hable de ciencia físico-matemática de la naturaleza. 2.3. La Analítica trascendental. El conocer humano no se detiene con la facultad de la sensibilidad. Las percepciones o “intuiciones” de la experiencia también son pensadas, conceptualizadas, estructuradas. Aquí entra un segundo momento del conocer humano, a cargo de la facultad del entendimiento. Kant abre con esto un nuevo apartado en la K.r.V: la “lógica trascendental”, que divide en analítica y dialéctica trascendental. Nos centraremos en el primero, por ser el más constructivo. Aparte del estudio de las leyes internas del pensamiento, que corresponde a la lógica formal clásica (la buena formulación de nuestros razonamientos, estudiada por Aristóteles y que Kant considera ya cerrada y perfecta), a Kant le va a interesar aquellos conceptos que el hombre debe utilizar para estructurar los datos provenientes de la experiencia. Así, también el conocimiento intelectual tiene sus condiciones previas, (como el espacio y el tiempo en la sensibilidad). La función del entendimiento será comprender lo percibido, y lo percibido se comprende mediante conceptos. Gracias a los conceptos podemos responder ante una percepción la pregunta “¿qué es?”. Si vemos a Nuria subida en el escenario de un concierto con un micrófono (percepción) podemos decir “es una buena cantante” (concepto). De ahí que podemos designar al entendimiento como la facultad de los conceptos o juicios. Al decir “Nuria es una buena cantante” estamos emitiendo un juicio. Kant sin embargo distingue dos tipos de conceptos. - Empíricos: que se obtendrían a posteriori de los rasgos comunes de los individuos o experiencias individuales (recordemos la abstracción aristotélica: vemos a Pablo, Fito y Pepe y decimos “magníficos muchachos de 2ºA”. Extraemos un rasgo común de distintos elementos y lo encuadramos en un término que los incluye a todos ellos). 5 Tema 13: Kant - Puros: Serían a priori y no procederían del exterior a través de los sentidos que captan solo lo particular sin comprender. Estos conceptos puros son lo que él llama categorías. Las CATEGORIAS son por lo tanto conceptos no derivados de la experiencia (y en consecuencia no sujetos a ella: de ahí que Kant hable de “espontaneidad” del entendimiento). Estas categorías son doce, y son condiciones trascendentales de nuestro conocimiento de los fenómenos. El entendimiento no puede pensar en los fenómenos si no es con las categorías; sin ellas no podríamos conseguir más que impresiones múltiples, inconexas y desarticuladas. Recordemos que ese había sido el problema que paralizó el planteamiento empirista de David Hume y su fenomenismo1. Estas categorías sin embargo no son en sí mismas conocimiento, ya que están vacías, y deben aplicarse a la experiencia para obtener ese conocimiento: hay que llenarlas de espacio y tiempo y de impresiones sensibles. Dicho de otra forma, las categorías son fuente de conocimiento solo si las aplicamos a los fenómenos, es decir, las impresiones de la experiencia empírica que tanto defendían Locke y Hume. La lista de categorías es amplia y larga (y no tiene que aprenderse) a) Desde el punto de vista de la cantidad: unidad, pluralidad y totalidad, que nos permiten hacer juicios universales, particulares y singulares. b) Desde el punto de vista de la cualidad: realidad, negación y limitación, que nos permite emitir juicios afirmativos, negativos e indefinidos. c) Desde el punto de vista de la relación: sustancia y accidente, causa y efecto y comunidad (agente y paciente) nos permiten realizar juicios categóricos, hipotéticos y disyuntivos. d) Desde el punto de vista de la modalidad: posibilidad, existencia y necesidad, para hacer juicios problemáticos, asertóricos y apodícticos (de aporía, contradicción). Subrayemos la presencia de categorías como la sustancia o la causalidad, aquellas ideas que tanto habían sido atacadas por los empiristas. Por un lado son previas a la experiencia empírica y a priori (en contra de Locke y Hume) pero por otra parte, no son ideas innatas con un contenido determinado (como sostenían los racionalistas) y solo se entienden cuando son rellenas de experiencia empírica. De esta forma, los juicios sintéticos a priori, fundamentados en las categorías, son el pilar de la física: la causalidad es quizás una de las más importantes. La relación causa y efecto ya no depende de la experiencia empírica, sino que la precede. Los fenómenos (los hechos de la experiencia) solo son conocidos por el entendimiento si este aplica las categorías y estas se aplican a todos los fenómenos luego son universales y necesarias. 1 Recordemos que según Hume, al someter la causalidad por la crítica escéptica, poníamos en duda cualquier conocimiento más allá del fenómeno. Con Kant, gracias a estos conceptos a priori que son las categorías, el problema estaría solucionado. 6 Tema 13: Kant 2.3.1. Conclusión: el “yo pienso” o la “apercepción trascendental”. En definitiva, hemos visto tanto en las formas puras de la sensibilidad como en las categorías, el papel importantísimo que da Kant a la actividad del sujeto a la hora de conocer el mundo. Kant hace referencia así a lo que él llama espontaneidad del conocimiento, es decir, aquello que el sujeto que conoce pone en aquello que es objeto de su conocimiento en el momento o acto de conocer. Recordemos, en definitiva: el sujeto no impone ideas innatas con contenidos determinados, sino estructuras (la “forma”) que se rellenan después de experiencia empírica (la “materia”) y que están previas a la misma. Es la actividad de ese “yo pienso” la que logra unificar y conceptualizar los datos “en bruto” provenientes de la experiencia. 2.4. La Dialéctica trascendental. En este apartado, Kant va a aplicar la crítica hacia la razón en su sentido más puramente especulativo, sin ataduras hacia los fenómenos de la experiencia. En metafísica, la razón humana encadena juicios y argumentos que no dependen de la experiencia empírica aunque respetan los principios de la lógica y utiliza los conceptos puros o categorías. Es la razón de los autores racionalistas, completamente autónoma y libre para deducir conclusiones siguiendo solo los principios del buen razonamiento. Detrás de esta afirmación, lo que se recoge para Kant es la pretensión de saber si la metafísica (ese conocimiento que no depende de la experiencia, predilecto por los racionalistas) puede llegar a tener el status de ciencia como sí tiene la física o la matemática (es decir, si podemos llegar a extraer juicios sintéticos a priori de ese conocimiento metafísico). La respuesta de Kant aquí va a ser negativa: las categorías fundantes de la física solo pueden aplicarse al ámbito de los fenómenos (las experiencias físicas) y no al ámbito de la pura especulación (lo que Kant llama noúmenos: es decir cosas más allá del fenómeno). Kant nos dirá que por un lado, de ideas como Dios, el alma o la libertad, las ciencias basada en el idealismo trascendental no pueden afirmar ningún conocimiento legítimo, pero por otro lado, Kant afirmará que es inevitable que el ser humano se plantee esas preguntas límites para dar sentido a su existencia y porque la razón humana, por su dinámica propia, desea obtener respuestas de esas preguntas. Estas ideas de las que la ciencia se abstiene de dar un veredicto favorable o negativo se van a convertir en los “postulados de la razón práctica”, aquellas ideas metafísicas necesarias para que se mantenga el orden moral humano. 7 Tema 13: Kant 3. LA ÉTICA KANTIANA. Como decíamos al principio, las ideas ilustradas de Kant no se contentan con una mera crítica del conocimiento; eso habría bastado a un Descartes o un Leibniz, pero Kant tiene en mente también una razón práctica (es decir, una ética) capaz de transformar a los individuos, sus acciones y su comportamiento con sus semejantes. Y en este campo, va a ser igual de revolucionario que en el anterior. Kant va a suponer la irrupción de una forma de plantear la ética de una manera completamente nueva a como se había efectuado hasta el momento. Pensemos cómo el bueno de Hume había dejado la situación: las éticas creadas hasta el momento, inspiradas por Aristóteles, Santo Tomás, hedonistas o estoicos, planteaban una definición de la naturaleza humana (juicios descriptivos, qué es el hombre y qué felicidad busca), y de ahí se pasaba a una formulación de juicios éticos (juicios prescriptivos). La conducta buena o moral era considerada aquella que seguía esos principios formulados previamente sobre la naturaleza humana. Hume negó que ese paso fuera legítimo (lo que se llamó falacia naturalista: el paso del “ser” al “deber ser”) y consideró que la razón ya no podía legitimar esa ética, dejándolo todo en manos de los sentimientos y del individuo (es lo que se conocía como emotivismo). Como con el conocimiento, Kant pretende superar ese punto muerto en que había quedado la ética después de Hume. Kant sin embargo sabe que no puede volver a una solución previa. Por tanto, Kant se encuentra en la obligación de encontrar: a) b) Una ética que esté basada en juicios prescriptivos (el ámbito del deber ser). Ua ética basada en un principio de racionalidad práctica, y no sentimientos. 3.1. Ética formal frente a ética material. Para esta empresa, Kant hace también una crítica radical a todos los sistemas éticos previos a su pensamiento. Él las llama éticas materiales. Son éticas materiales aquellas que parten de una definición reducida de la naturaleza humana (felicidad, placer etc...) y extraen de ella normas éticas consideradas universales. Kant criticará a estas teorías que en realidad no pueden ser universalizables y válidas para todos los individuos, en cuanto que parten de una experiencia empírica determinada. Por tanto, según Kant, una ética bien fundamentada debe ser una ética formal. Kant quiere conseguir unas coordenadas trascendentales que atraviesen toda acción ética posible, y observa que esa fundamentación no puede ser desde un juicio empírico (como es por ejemplo una definición de la naturaleza humana). Esa ética formal será una ética “vacía” de contenidos, sin ninguna definición dada de lo que es bueno. Una ética formal no nos dice lo que debemos hacer, sino cómo debemos obrar. Aquí Kant pretende fundamentar por tanto una ética que no esté sometida a la crítica de la falacia naturalista de Hume. 3.2. Ética del deber frente a ética de consecuencias. ¿Qué es lo que queda para la moral después de negar cualquier noción empírica de la bondad (felicidad, virtud, placer etc...)? Tan solo dos elementos: el sujeto moral y su racionalidad. Analicémolos por partes: 8 Tema 13: Kant a) la necesidad de una voluntad autónoma. Ese sujeto moral consta de una voluntad que actúa de forma autónoma (es decir, libre). Pero para Kant, esa voluntad moral no actúa de forma libre cuando está sometida a la obtención de un resultado. En esto, la voluntad moral se convierte en un medio y no en un fin en sí mismo. De aquí viene la división entre “imperativos hipotéticos” e “imperativos categóricos”. Un imperativo hipotético sostendría el siguiente ejemplo. Pensemos en una máxima hedonista: “Si quieres obtener placer, debes beber; si quieres beber, debes tomar este vaso de vino”: Esta máxima implica el uso de la ética en términos de medios y fines. La razón y el sujeto moral están sometidos en este caso a esa ética material de carácter empírico, lo cual para Kant no es válido: la ética material siempre tiene en cuenta las consecuencias de la acción moral, mientras que la ética formal evalúa la acción moral previa a toda consecuencia. Actúa por el mandato de la ley y nada más. Es el deber por la necesidad del deber. b) La necesidad de una norma universalizable: el imperativo categórico. ¿Cómo obtener una norma que sea universal, válida para el resto de los sujetos morales? A través del uso de la razón humana. Esa racionalidad permite poner al sujeto moral en cualquiera otra condición humana y evaluar entonces si esa acción es válida o no. Esto es lo que permite el imperativo categórico. Pensemos en el siguiente ejemplo: “Me gustaría fumar un cigarro, sé que me va a gustirrinín, pero le prometí a Fulanito no hacerlo”. El hecho de hacer una promesa implica un deber manifiesto. No persigue ningún fin ni felicidad para el sujeto moral; sencillamente ese sujeto moral se ha comprometido con ese deber. La promesa implica la necesidad de no romperlas, porque cuando se rompen dejan de ser válidas. Nosotros guardamos una promesa porque pensamos que si alguien nos hace una promesa nosotros querríamos que esa persona también cumpliera su palabra. Y por lo tanto, a quien se la hemos hecho, espera que también nosotros la cumplamos. El “mantener una promesa” implica la universalización de un comportamiento moral: el deber de mantenerla está por encima de la posible satisfacción que supone fumar un cigarro y a ti te gustaría que si te hicieran una promesa, Menganito la cumpliese. Este imperativo puede ser definido de las siguientes maneras: “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal”. Este enunciado no establece ninguna norma particular, sino la forma que ha de poseer cualquier acción concreta en nuestras decisiones morales. Precisamente para evitar una formulación tan general, Kant propuso otra definición algo más precisa: “Obra de tal modo que uses a la Humanidad tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca meramente como un medio”. 9 Tema 13: Kant Es decir, tenemos que tratar al prójimo como un ser con una dignidad tal que no nos permite utilizarlo como medio para nuestros fines privados. Para entender el imperativo categórico de una forma más burda y menos correcta, pero más comprensible que tantos palabroncios es: “Si eres una persona racional, no debes hacer a los demás aquello que no quieras para ti mismo”. Todas aquellas faltas que podemos achacar a ese concepto (si el tipo que lo formula es un masoquista por ejemplo o una visión etnocentrista) se reparten también para el resto de la ética kantiana. Pero claro, con Kant nos encontramos ante un individuo ilustrado, un individuo que gracias a la educación se considera libre y autónomo. Y no solo eso, Kant juega también con un individuo religioso, respetuoso de ese deber. Es precisamente esa creencia en Dios el que permite a Kant superar los últimos escollos de la ética. Un última objeción que podemos recoger es la siguiente: ¿qué pasa con aquellas personas que cumplen con el deber pero solo por miedo a un castigo? Kant es tajante: esas personas cumplen lo debido, pero su acción no es calificable moralmente. Solo se actúa de acuerdo con el imperativo categórico cuando somos nosotros mismos, como individuos autónomos, los que nos imponemos las normas morales sin necesidad de coerción externa. 3.3. Los postulados de la razón práctica. Una ética del deber tan rigurosa por Kant es dificil de mantener por la racionalidad que opera a través del revés. La felicidad es importante para mover nuestro comportamiento. Si algo no nos hace feliz, lo dejamos de hacer, por muy racional o ético que sea. Para esto Kant necesita recurrir a una serie de conceptos que la crítica de la metafísica había dejado de lado. DIOS, ALMA y LIBERTAD son los postulados que necesita Kant para legitimar en la vida cotidiana su ética del deber. Dios supone el temor del hombre al castigo, la necesidad de salvación. Ese temor o ese respeto a Dios es el que hace que los hombres sean movidos para guiarse por esta ley moral. Dios, que fue rechazado de la metafísica se recupera como sustentador del mundo moral: y esto Kant no lo justifica empíricamente, sencillamente lo da por supuesto como algo necesario para el hombre. Este apartado no será críticado en la época de Kant, sometido al pietismo y la práctica religiosa, pero estallará con toda virulencia un siglo más tarde, cuando un terremoto sacuda la filosofía hasta sus cimientos. El pensamiento de Kant conduce a una ética de reprimidos, basados en el miedo y la destrucción de la vida frente a esa razón fría y ese Dios castigador. Nietzsche y Freud, con su crítica a la razón como directora de las acciones del hombre, están al final de ese camino. GLOSARIO DE PALABRONCIOS A priori: previo a la experiencia, universal. A posteriori: Después de una experiencia empírica. Analítico: juicios en los que no reportamos ninguna información nueva del sujeto. Categorías: concepto puro, no dependiente de la experiencia, propio del entendimiento humano. Contingente: Algo que puede ser o no ser, algo no necesario. Ética deontológica: Ética del deber. Ética formal: Ética vacía de contenidos (bien): no nos dice qué hacer sino cómo. Ética material: Ética de la felicidad, teleológica, consecuencialista. 10 Tema 13: Kant Falacia naturalista: (Falacia: mentira) (Naturalista: éticas materiales). Paso indebido del ser al deber ser. Fenómeno: todo aquel conocimiento o realidad vinculada con la experiencia sensible. Formal: Vacío de contenidos, estructura la materia (la experiencia empírica o el concepto del bien en ética). Ideas: En la Edad Moderna y actualmente, representaciones mentales de la realidad. En Platón, realidades eternas, perfectas, inmateriales, modelo de lo existente. Idealismo: Teoría epistemológica que defiende la existencia de unas facultades particulares del sujeto que hacen que conozcamos las cosas de una forma y no de otra. El conocimiento se hace a través de ideas. Idealismo trascendental: Estudio de las condiciones de posibilidad del entendimiento humano aplicados al conocimiento de la realidad: espacio y tiempo, categorías. Imperativo hipotético: En ética, aquella acción que viene marcada por la consecución de un fin particular, contingente. Ejemplo: si tengo sed, debo beber agua. La voluntad actúa movido por algo ajeno a ella. Imperativo categórico: Aquella acción marcada por el cumplimiento del deber por el mero deber: “No debes hacer a los demás aquello que no quieras para ti mismo”. La voluntad actúa de forma autónoma. Juicios: Oraciones con sujeto y predicado que afirman, niegan o valoran algo. Noúmeno: Realidades más allá de las percepciones empíricas, pero que pueden ser razonadas. Ejemplo: Dios o la libertad humana. Puro: Previo a la experiencia, que debe ser rellenado por ella. Realismo: Posición epistemológica opuesta al idealismo. El hombre conoce la realidad tal y como es, y el entendimiento del hombre no actúa de “filtro” en el conocimiento de la realidad. Defendido por Aristóteles y Santo Tomás. Sintético: Juicio que reporta información adicional del sujeto. Teleología: Fin hacia lo que tiende algo (la naturaleza, el ser humano etc...). Una de las cuatro causas del cambio en Aristóteles. Trascendental: Condición de posibilidad de algo. ESQUEMA DE LA ÉTICA KANTIANA ÉTICAS TRADICIONALES CRÍTICAS DE HUME MATERIALES (proponen una Descripción de “lo bueno” o la felicidad). Son en este sentido “empíricas”. CONSECUENCIALISTAS (la bondad o maldad de una acción se calcula de acuerdo con sus consecuencias) IMPERATIVOS HIPOTÉTICOS (las acciones morales se centran en poner unos medios para obtener un fin determinado) FALACIA NATURALISTA (incapacidad de pasar del “ser” al “deber ser”) Los juicios éticos deben basarse obligatoriamente desde el deber. ÉTICA KANTIANA FORMAL (es vacía, pura: no propone una descripción del bien, sino que son algo previo). Son “a priori”. DEONTOLÓGICA (basadas en el cumplimiento del deber, independientemente del cálculo de consecuencias) IMPERATIVOS CATEGÓRICOS (Basados en la voluntad autónoma y el uso de la razón). Proyectamos racionalmente nuestra conducta moral sobre nuestros semejantes. Trata a tu semejante como fin en sí mismo y nunca como medio. 11 Tema 13: Kant OTRAS IDEAS DE KANT: - DERECHO: Aplica al derecho las directrices de la ética formal y del imperativo categórico y su aplicación práctica acaba suponiendo el acercamiento de Kant al liberalismo político (autonomía de la persona: libertad y tolerancia), aunque rechazando las justificaciones desde el derecho natural tradicional o desde el contrato social (él las considera argumentaciones desde éticas materiales y empíricas). - RELIGIÓN: Establece una puesta en duda de toda religión positiva revelada – aquellas que se reduce a un conjunto de ritos y dogmas aceptados por la autoridad de una tradición o una iglesia institucionalizada- y la aceptación de una religión natural o moral, dentro de los límites de la razón práctica, en un sentido similar al de los ilustrados (aquellos que defienden cierto deísmo). Esto no quiere decir que Kant rechace las religiones en su conjunto, sino que están más allá del uso de la razón. Los integrantes de una comunidad religiosa (el clero) deben reconocer los límites de su propia religión revelada y ser críticos con ella misma. - HISTORIA: Es el marco natural en el que se desarrolla la propia comunidad humana, y comparte con los ilustrados cierto optimismo y su internacionalismo. Entiende que en una sociedad cosmopolita –internacionalson necesarias unas reglas básicas de convivencia entre unos países y otros, y esto nos obliga forzosamente a buscar un proyecto de paz universal perdurable en el tiempo (la “paz perpetua”). Kant incluso explica la necesidad de crear una liga internacional de países –algo así como la Sociedad de Naciones o la ONUque sea capaz de resolver los conflictos entre unos estados y otros. 12