Download 5.- La oratoria
Document related concepts
Transcript
LA ORATORIA Los griegos concedían un gran valor al arte de la palabra, que podía ser mágica, hechizadora, persuasiva y convincente. Se dice que el arte de hablar bien comenzó en Siracusa –Sicilia- y uno de los más famosos maestros de oratoria fue el sofista Gorgias. Sin embargo, fue la democracia ateniense la que provocó el desarrollo de la oratoria y sus técnicas, ya que los ciudadanos debían hablar bien en sus discursos ante la Asamblea y los Tribunales. En la Atenas clásica había una cierta afición a los litigios pero no había abogados ni fiscales, por tanto, los ciudadanos debía aprender a rebatir argumentaciones y a ganarse al auditorio. No todo el mundo era capaz de hacer eso, pero se podía recurrir a los logógrafos, escritores de discursos; algunos de éstos fueron también grandes oradores. LISIAS (445 – 380 a c) Orador ático del siglo V a C que, a pesar de haber nacido en Atenas, nunca gozó del derecho de ciudadanía porque su padre era extranjero (de Siracusa). Pasó algún tiempo en Turios (colonia panhelénica del sur de Italia) donde se formó en retórica. Volvió a Atenas donde se ganó la vida como logógrafo. Su codición de meteco le impedía pronunciar discursos en la Asamblea, no obstante tuvo intereses políticos y colaboró en la caída de los Treinta Tiranos – gobierno proespartano que los lacedemonios impusieron a Atenas tras la derrota de ésta en la Guerra del Peloponeso. Este gobierno privó a la familia de Lisias de sus posesiones y mató a su hermano.De su estilo resalta la pureza, claridad y sencillez. Su talento lo demuestra en la habilidad para adaptarse a la personalidad de sus clientes y crear tipos realistas y simpáticos para contar con la benevolencia del jurado. De sus discursos destacan En defensa del inválido y Contra Eratóstenes ISÓCRATES (436 – 338 a C) Orador, logógrafo, político y educador ateniense. De famila pudiente, gozó de una buena formación. Fue seguidor en los aspectos ideológicos de Sócrates y Platón. Éste último, además, lo alabó en el Fedro. Trabajó como logógrafo; no hizo carrera política porque era tímido y con poca voz, en cambio fundó una importante escuela de oratoria cuyo fin era propiciar una regeneración política , pues Isócrates perseguía la unificación de Grecia como única forma de evitar la invasión de los persas. Hablemos de esta escuela: se hizo muy famosa no sólo por la eficacia de su formación sino porque contaba en sus planes de estudios con una educación ética del ciudadano, cosa que lo distinguía de sus competidores los sofistas. El ciclo de estudios de esta escuela duraba entre 3 o 4 años y la relación que sostenía con sus estudiantes era íntima y afectuosa, en lo que ayudaba su nº reducido ( máximo 9). Su propósito era recuperar el esplendor de la cultura griega por medio de la educación (paideia) de los futuros líderes políticos. Éstos influirían en el resto de la ciudadanía. Es la semilla del posterior humanismo occidental. Su idea era la unión de los griegos frente al persa (es la idea central de su famoso Panegírico) y puso primero las esperanzas de este proyecto de regeneración en Filipo de Macedonia. Su estilo es fluido, de frase compleja y abundante en antítesis. Educó a destacados oradores de su tiempo pero sobre todo influyó en Demostenes y Cicerón. Falleció víctima de un ayuno voluntario en protesta por la pérdida de la independencia de Grecia en el 338 a C . Se conservan de él 21 discursos y 9 cartas. DEMÓSTENES (384 – 322 a C) Comenzó su carrera de orador en los juicios contra sus tutores, ya que había quedado huérfano a los 7 años y éstos dilapidadorn su herencia. Sin embargo sólo consiguió recuperar una parte de ella. Compuso discursos judiciales, muchos de ellos por encargo, pero sobre todo políticos: Demòstenes fue un hombre de acción. Fue un gran defensor de la independencia y de la democracia ateniense en un momento en el que ésta estaba a punto de sucumbir ante el dominio macedonio. Conservamos unos 70 discursos suyos. De ellos destacamos sobre todo Las Filípicas. Fueron tres. En ellas animaba a los atenienses a que se enfrentaran a Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro Magno, al que veía como el aniquilador de la libertad griega. En el mismo sentido pronunció otros tres discursos conocidos como Las Olínticas, en los que convenció a los atenienses a que ayudaran a su aliada Olinto cuando Filipo marchó contra ella. A pesar de la ayuda ateniense Olinto fue tomada y destruída. Demóstenes estaba entre los enviados para negociar la paz. En Sobre la falsa embajada ataca a Esquines, orador rival del partido promacedonio. Mientras Atenas se alió con Tebas, su tradicional enemiga, contra Filipo y éste las derrotó en Queronea. Filipo fue implacable con Tebas a la que impuso un gobernante macedonio, pero fue indulgente con Atenas, obligándola sólo a que disolviera su liga naval y abandonara sus posesiones en Tracia, garantizándole la independencia. Sin embargo Demóstnes continuó hablando en contra de Macedonia. En Atenas contaba con la oposición de un importante partido promacedonio y así cuando en el 336 a C Ctesifonte propuso que Atenas honrara a Demóstenes por sus servicios a la ciudad presentándole, según la costumbre , con una corona dorada, Esquines, mediante un artilugio legal consiguió procesar a Ctesifonte por ese ofrecimiento. En su brillante discurso Sobre la corona, Demóstenes defendió brillantemente a su amigo y atacó al partido promacedonio. Ctesifonte fue absuelto y Esquines se vio obligado a abandonar la ciudad. Sin embargo, 8 años más tarde fue declarado culpable de aceptar un soborno de Harpalo, noble macedonio a quien Alejandro Magno había nombrado gobernador de Babilonia, y confiado grandes tesoros y que se había fugado refugiándose en Atenas. Como consecuencia tuvo que exiliarse. Tras la muerte de Alejandro toda Grecia se rebeló contra Antípatro, general macedonio que se había quedado con el control de Grecia tras la muerte de éste. Demóstenes entró triunfal en Atenas. Tras la derrota ateniense, el partido promacedonio consiguió que se condenara a Demóstnes a muerte. Huyó y terminó suicidándose en el templo de Poseidón en Calauria antes de caer en manos de los promacedonios. La fuerza de sus discursos, la precisión de sus argumentos con poca figuras retóricas, su voluntad para vencer sus dificultades para hablar en público le otorgan una originalidda excepcional. Para la posteridad será “El Orador” por antonomasia. Cicerón le admirará.