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Lic en Servicio Social Verónica Cúneo. Docente e investigadora de la Universidad Nacional de Mar del Plata en las cátedras de metodología de Trabajo Social de Comunidad y Metodología de Trabajo Social con Grupos. Secretaria de Desarrollo Social del Municipio de Mar Chiquita, desde el inicio de la secretaría desde hace tres años. Tutora de campo de 24 becarios del Posgrado en Salud Social y Comunitaria, Medicos Comunitarios, del Ministerio de salud y Ambiente de la nación y la facultad de medicina de la UBA. Autora de un capítulo en el libro "Resignificando el trabajo Social con Grupos. verocuneo@yahoo.com.ar PRESENTACIÓN UNIVERSIDAD DE BIO BIO/ NOVIEMBRE 2006 AUTORA: Lic. En Servicio Social Verónica Cúneo y Equipo de la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio de Mar Chiquita TÍTULO: ¿QUÉ PASA CON LOS CHICOS? CONSTRUYENDO LA CIUDADANÍA, DECIDIENDO EN COMUNIDAD Reflexiones a propósito de un proceso de decisión comunitaria, en Mar Chiquita, Pcia de Buenos Aires, Argentina Presentación del tema: Este breve trabajo que presentamos y cuyo esfuerzo en la intervención concreta en el territorio se ha hecho en conjunto con todo el equipo del Área Social del Municipio de Mar Chiquita, se centra básicamente en la preocupación sobre las condiciones de la niñez, la complejidad del campo social y las respuestas organizadas del Estado. Claramente, sin pretender agotar este complicado tema de las manifestaciones de la cuestión social, cito a una autora, que se ha presentado en esta Universidad hace algunos años, la autora brasileña, Dra. Josefa Batista Lopes: “Tenemos el desafío de comprender bien la cuestión social en la síntesis histórica que configura la sociedad contemporánea de modo que 1 podamos proyectar las prospectivas y posibilidades de estas políticas hacia el nuevo siglo, como un futuro para ser construido, ya sea desde la perspectiva del Estado, ya sea desde la perspectiva de la sociedad civil”(ARAVENA, 2002,pág 24) En este sentido, nuestro hacer cotidiano como Trabajadoras Sociales y como responsable del Área de Desarrollo Social de un Municipio, se orienta a introducir cambios en las condiciones concretas de la vida cotidiana de las familias, encontrando los puntos de ruptura que pudieran promover un proceso de decisión conjunta, cuyo resultado sea un aporte a una trama social más equitativa. Convengamos que la oportunidad de una acción puede promover condiciones de protección que reduzcan la vulnerabilidad de los chicos. La concertación sobre las prioridades en su crianza y las acciones que favorezcan su inclusión, iniciará seguramente, una discusión más amplia y democrática, tendiente a fijar criterios vinculados a los territorios y sus particularidades, a los chicos y sus derechos, a las familias y sus necesidades. Las limitaciones en la intervención Ubicándonos en la ocasión que nos da el Trabajo Social para estar al lado de las poblaciones más vulnerables, encontramos que los usuales esquemas de interpretación de la realidad, no alcanzan para diseñar estrategias que verdaderamente sean eficaces y conduzcan a modificaciones duraderas en las condiciones de vida de las familias. Sin lugar a dudas, esta unidad: La familia, ofrece en nuestra sociedad un lugar organizacional privilegiado y en nuestra cultura latinoamericana y criolla, el núcleo de la satisfacción de necesidades cotidianas (vinculadas a la subsistencia, junto con contención, afecto, compañía). Pero las condiciones históricas de la desigualdad, que hoy se manifiestan con tanta dureza en nuestras comunidades, obligan a replantearse las políticas de Estado, los métodos de trabajo, las diferentes formas de agrupamiento de nuestras poblaciones, sus nuevas organizaciones. Los conocidos esquemas no resultan eficientes ni suficientes. 2 Día a día nos encontramos con nuevas manifestaciones de la cuestión social y con actores diferentes, posicionados con claridad en sus reclamos y en los alcances que deberían tener las acciones oficiales. Superando una visión tradicional que encuadra a la familia como “proveedora” y como una esfera restringida de la vida privada, se puede pensar en otras formas de participación en acciones colectivas, que las reconozcan como organizaciones, como sujetos decisores de las políticas que los afectan y como un lugar privilegiado para aprender y enseñar el ejercicio de los derechos básicos de ciudadanía. Es decir, que la intervención desde las áreas sociales podría fortalecer la consolidación de las diferentes formas familiares, como sujetos constructores de un orden político y social más igualitario. Cuando en nuestra tierra gaucha de Mar Chiquita nos planteamos esta cuestión, no dudamos. No dudamos de dudar: debíamos proponer lugares distintos de encuentro con nuestra gente, donde pudiéramos repensar estas demandas y situaciones de alta conflictividad, transversalizadas absolutamente por la desigualdad y la pobreza, por la falta de ingresos y las prácticas estatales clientelistas. Debíamos replantearnos seriamente, las relaciones entre las familias y el Estado. Este tema que nos afecta en la actualidad y nos condiciona absolutamente el futuro: ¿qué pasa con nuestros chicos? ¿Las condiciones actuales de vida, posibilitarán que cuiden de nosotros cuando nos falten las fuerzas? ¿La calidad del tiempo libre y los resultados del tiempo ocupado les dan una idea de futuro que les atraiga? ¿Las instituciones educativas y sus procesos, les dan las herramientas para consolidarse como sujetos de derecho en nuestra sociedad? ¿Qué estamos haciendo?, nos animamos a discutir con las familias ¿judicializamos a todas las familias de riesgo, en realidad a tantas que ponen de manifiesto las condiciones de la cuestión social? ¿Justificamos la limitación de nuestra mirada penalizando las estrategias con que la gente enfrenta este presente-no futuro? -“Consumen droga, pegan a los chicos, no hacen nada por ser distintos, se vuelven a embarazar” Directamente a Tribunales. De esta manera, cerramos día a día nuestros esfuerzos limitados, no acostumbrados a procesos que incorporen la noción de incertidumbre, agotándonos en esfuerzos heroicos para sostener lo insostenible. 3 Y las familias continúan igual: demandando una presencia más criteriosa de los gobiernos. Luchando solitariamente contra el empobrecimiento provocado por la desocupación, la precariedad laboral y los bajos ingresos. Por eso decidimos, desandar este camino de la división Estado-Sociedad Civil y utilizar un espacio periódico de encuentro: la entrega de mercadería, para discutir abiertamente. Poner a consideración las distintas responsabilidades y definitivamente incluirnos en un proceso conjunto de búsqueda de estrategias, que incorporen las distintas perspectivas. Construir así, en medio de la gente y con nuestras familias, instrumentos, visiones, enfoques, que articulen los actores políticos, institucionales y sociales. Decidimos invitar a las familias a legitimar estos espacios de encuentro, debate e intercambio como la fuente principal de la agenda de la Secretaria de Desarrollo Social. Acompañar, desde la construcción de políticas públicas compartidas en su diseño, su caminar en la impostergable función de criar a las nuevas generaciones. En la deseable función de que no crezcan en las mismas condiciones. …“prevén un variedad de alternativas que ofrecen una gran oportunidad para innovar. Representan un importante desafío para la creatividad de profesionales, técnicos y promotores de base para apostar a acciones que no sólo apunten a reparar daños en la vida de los niños sino que intervengan activamente en la creación de condiciones que faciliten su crecimiento y desarrollo en su familia y su comunidad” (Nueva Ley del Niño de la Provincia de Buenos Aires, Pág. 30) La articulación necesaria, la constitución del espacio de decisión, las prácticas sociales históricas Nos inquietaba el ¿cómo? ¿Cómo problematizar a las familias acerca de sus prácticas sociales históricas, respetando sus valores, sus estrategias, sus caminos de organización? ¿Qué otros caminos se podían pensar en la problematización colectiva, que justamente, superaran las limitadas intervenciones desde el Trabajo Social? 4 Nuestro equipo se propuso un lento y sostenido desafío: devolver a la comunidad para su discusión, en las reuniones-asambleas periódicas, aquellos complicaciones que surgen cotidianamente y que se mantienen, con un alto nivel de conflicto y de riesgo, a pesar de las intervenciones profesionales. Buscar otros espacios donde establecer debates e intercambios. Poner a consideración las cuestiones que se repetían como particularidades, pero se erigían como una constante. Transversalmente, analizar y discutir multidisciplinariamente los inconvenientes, las condiciones y las estrategias posibles. Nuevamente ¿cómo hacer realidad este camino? Propusimos diferentes espacios y esperamos para ver de cuáles de ellos la gente se apropiaba. Los Concejos Locales Porque en el de nuestra querida Vivoratá, la gente nos dijo por primera vez “esto que le pasa a este chico, es un problema de todos. Y lo vamos a resolver entre todos. Y nos vamos a reunir cuantas veces sea necesario hasta lograrlo”. Y así lo hicieron y así nos lo enseñaron. Las reuniones periódicas con los desocupados: porque son uno de los grupos poblacionales mas afectados y “prejuiciados”.Porque reciben un aporte indispensable desde el programa Jefas y Jefes de Hogar a propósito de su exclusión y se pretende que realicen las tareas que nadie realiza, cobrando. Porque su interlocución fue uno de los fundamentos del proyecto de esta Secretaría. En estas reuniones soñamos, decidimos y nos animamos a gestionar el centro integrador comunitario, CIC, que pronto inauguraremos en la zona costera. Porque hoy, con su acompañamiento, y el esfuerzo de parte del equipo, hemos concretado un cambio: en vez de “los planes” hablamos de la Oficina y los Servicios de Empleo. Las reuniones periódicas, barrio por barrio, localidad por localidad con las familias que reciben ayuda alimentaria 5 Porque la gente dijo que nunca los habían dejado decidir y opinar sobre sus propios problemas. Y porque también querían hablar. Y porque estaban todos. Y nos volvemos a ver. Porque en cada barrio y en cada localidad la gente opina lo que quiere, decide, escucha, intercambia. Se lleva los logros y las preocupaciones de los vecinos. Se siente que sus ideas e iniciativas desde ese momento están en la agenda de gobierno y forman parte de las acciones a planificar. Porque los chicos aportan, proponen, dibujan, discuten y nos autorizan a tomar sus ideas y transformarlas en plazas para jugar. Las Jornadas de debate comunitario sobre ¿Qué pasa con los chicos? Chicos difíciles ¿todos a tribunales? Porque son la oportunidad de hacer una interrupción en nuestro trabajo, despojarnos de funciones y atribuciones y pensar sencillamente juntos, en nuestros problemas, en nuestros hijos, en los hijos de todos. En el futuro de los mas pequeños, en el presente de los que han crecido. Porque la Jueza y el Comisario, la Directora y la Señora, la Trabajadora Social y el papá, los chicos y sus amigos, pudimos hacer un alto y preguntarnos: ¿tenemos que vivir así o podemos construir otras condiciones? El Postgrado en Salud Social y Comunitaria Porque es un espacio de discusión, estudio, formación y decisión profesional, donde se intenta construir estrategias de salud con la comunidad. Porque tenemos un pequeño equipo en cada una de las localidades. Y casi semanalmente revisamos estas situaciones que ameritan un trabajo conjunto y dan cuenta de nuestras limitadas prácticas profesionales. Espacio que permite pensar y hacer con otros. Proceso que obliga a revisar las prácticas con humildad desde cada profesión, con reconocimiento al aporte de los otros, con valoración hacia las potencialidades societarias. Con un periódico encuentro regional, con un coordinador docente de la Facultad de Medicina de Buenos Aires y equipos profesionales de toda la región. “Un Trabajo Social comunitario comprometido en la construcción de sujetos, cuya dimensión ciudadana no es un dato a priori sino un proceso de construcción. Un trabajo Social comunitario que interacciona con los sujetos como ciudadanos actuales 6 y potenciales, y no como víctimas de una catástrofe natural, lo cual exige en primer lugar, el reconocimiento al espacio público común, propiciando a la vez derechos y responsabilidades frente a tal espacio, en la perspectiva de que los sujetos se emancipen de las limitaciones básicas que su condición impone a su disposición” (Nora Aquín, año 2003, Pag123). La Oficina de Empleo Porque ha logrado posicionar en su intercambio y con sus talleres, localidad por localidad, grupo por grupo, el tema del empleo como cuestión en la agenda de todos. El tema del desempleo como una punto que no se revierte sin el compromiso de todos los actores y la decisión política de hacerlo. Hacia otros caminos de trabajo con las familias: el reconocimiento de la calidad de ciudadanos Y la gente, nuestras familias, se apropiaron de todos ellos. Y aun resultan insuficientes. Insuficientes y limitados, porque nuestras familias han sufrido transformaciones. Para sobrevivir a este nuevo país latinoamericano donde hay desnutrición, analfabetismo, delincuencia, tráfico y consumo de drogas. Nada es nuevo. Pero sí es nuevo que sean estrategias de sobrevivencia de muchas familias que no encuentran en la inserción laboral una cierta posibilidad. Y sí son nuevas las modificaciones estructurales de la familia, vinculadas seguramente a la pobreza y la distribución de los ingresos con esta diferente estructura ocupacional. Observamos que aparecen cada vez con más fuerza familias monoparentales, con un solo cónyuge que luego de separaciones y/o divorcios no cuentan con ingresos suficientes para enfrentar los gastos de la vida cotidiana (Gattino- Aquín 2002, Pág. 32) Intentan organizarse con la familia ampliada o reentablando nuevas relaciones de pareja, para solucionar lo más elemental: la vivienda. Se comparten gastos, se extiende la familia, se rearman y entrecruzan los vínculos primarios y se intenta aliviar la pesada carga que en general, recae sobre las mujeres. 7 También es dolorosamente nuevo para nuestra tierra, que las familias vinculadas a la pobreza o a la imposibilidad de cubrir sus necesidades básicas, provengan principalmente de las migraciones rurales, “se localizan en cordones suburbanos, engrosando actualmente el mercado informal de mano de obra, es decir, individuos que no encontrando trabajo estable, pasan a formar un sector subocupado en el servicio doméstico, changas y otras actividades no calificadas. Ellos han integrado la principal clientela de precarios y erráticos servicios estatales, de los cuales dependen en gran parte para su subsistencia, pero también de las variaciones de la coyuntura económica, con lo cual sus vidas cotidianas tienen como horizonte permanente la incertidumbre” ( González en Aquín, 2003, Pág. 79). Y en la franja costera, bastante lejana a esta realidad rural-urbana que se ha hecho urbana sin cultura del trabajo, la migración constante del conurbano bonaerense. Población caracterizada por el no ejercicio histórico de sus derechos: no tienen DNI, nunca lo tuvieron. Ni acceso a servicios de ninguna clase. Grupos familiares y “sueltos”: personas que se agregan a las poblaciones a propósito de ir de un lugar a otro mientras encuentran alguna manera de satisfacer sus necesidades más elementales. Con prácticas sociales vinculadas a movimientos que luchan colectivamente en la reivindicación de derechos ciudadanos elementales. Con prácticas familiares que reproducen esta situación de exclusión y pobreza extrema. “La desorientación, confusión e incertidumbre golpea la vida cotidiana de las familias empobrecidas. Reestructura organizaciones sociales y pauta nuevos modos de ser y de estar en la sociedad, ante necesidades y urgencias que nunca antes las familias habían experimentado”(Gattino-Aquín, 2002, Pág. 146-147). Entendemos que esta realidad nos interpela con firmeza. Obliga a reestructurar las tradicionales intervenciones y a modificar nuestra usual forma de actuar desde el Estado: incorporando la planificación de políticas integrales que consideren cada emergente (violencia, abandono, desmembramiento familiar, soledad, cuidados insuficientes, inestabilidad) como la resultante de lo que acontece y como posibilidad de establecer nuevos debates, acuerdos con los grupos y comunidades y una agenda de gobierno que tome en cuenta los derechos ciudadanos y la cierta construcción de un futuro ya presente. Integrando acciones sociales que propicien la inclusión de las familias: con estas nuevas estructuras, con posibilidades para sus distintos integrantes. Movilizando 8 recursos en cada territorio para que el reconocimiento y el ejercicio de los derechos permitan sobreponerse a los obstáculos que hoy conducen a la judicialización y que se vinculan fundamentalmente a las condiciones de la pobreza. Y fundamentalmente tomando el serio compromiso de redefinir las relaciones familia-Estado, promoviendo espacios y situaciones donde la gente pueda precisar sus modelos, sus estrategias y la manera crítica de consolidar la estructura que produce y reproduce la sociedad. “Habrá que echar mano a procedimientos que posibiliten esta construcción conjunta de decisiones, con una participación responsable y activa: dispuesta a negociar sin perder los principios; a ceder para poder encontrarse; a incorporar otras perspectivas que modifiquen las existentes; a desburocratizar estructuras para encontrar fórmulas organizativas que potencien la inclusión”(V. Cúneo en Dell Anno-Teubal, 2005 Pág122-123) BIBLIOGRAFÍA AQUIN Nora, Compiladora “Ensayos sobre ciudadanía”, Espacio editorial, Buenos Aires, 2002 ARAVENA Javier León,Compilador “Políticas sociales para un nuevo siglo ¿La nueva cuestión social?”Ediciones Universidad del Bio-Bio, Chile 2002 DELL ANNO, Amelia, TEUBAL, Ruth, Compiladoras “Resignificando lo grupal en el Trabajo Social”, Espacio editorial, Buenos Aires 2005 GATTINO Silvia, AQUÍN Nora, “Las familias de la nueva pobreza” Espacio Editorial, Argentina 2002 MINISTERIO DE SALUD Y AMBIENTE DE LA NACION, Universidad Nacional de Córdoba, Posgrado en salud Social y Comunitaria. Módulo 7 Salud y participación comunitaria, Buenos Aires 2006 UNICEF-MINISTERIO DE DESARROLLO HUMANO; Nueva ley del Niño de la Provincia de Buenos Aires. Argentina, 2005 9