Download 1 - IES Joanot Martorell
Document related concepts
Transcript
CONDUCTA SOCIAL INTERPERSONAL La unidad básica de interacción interpersonal es la díada, un grupo de dos personas cuya conducta tiene efecto significativo sobre cada una de ellas, la cual está al tanto de la presencia de la otra y sus acciones generan reacciones en la otra. Una de las cualidades más importantes de la conducta interpersonal diádica es el ser continuamente emergente: las acciones de una persona estimulan una conducta de reacción en la otra, y estas acciones, a su vez, estimulan reacciones ulteriores en la primera. La secuencia acción social-reacción es permanente y es continuamente cambiante. En cierto modo, la unidad diádica es el elemento fundamental para la edificación de niveles más elevados de conducta social y de organización- social; por tanto el análisis de las formas más simples de relación entre dos personas es un punto de partida hacia el de formas más complejas de organización social y de conducta colectiva. Sin embargo, existen diferencias importantes entre la simple interacción social entre persona y persona y las generalizaciones más amplias que actúan en la relación del individuo con culturas y sistemas sociales complejos. El término percepción social tiene amplias implicaciones. La psicología social ha aprendido que son varios los factores sociales (como la influencia interpersonal, los valores y creencias culturales y las expectativas socialmente aprendidas) que influyen sobre la percepción de uno de los objetos y eventos, tanto sociales como no sociales. Las teorías modernas de la percepción recalcan la reciprocidad de la "transacción" entre el perceptor y el objeto percibido. Al explorar la percepción se ha hecho posible integrar muchas observaciones de la psicología socia! aplicada en lo referente al prejuicio y la percepción estereotipada con principios básicos de percepción. Los procedimientos socio-métricos, que permiten medir las relaciones entre individuos, facilitan investigar las formas en que los individuos experimentan la presencia de los demás y adoptan actitudes y sentimientos hacia ellos. Los estudios en la conducta de individuos en grupos organizados establecen evidencias acerca de la importancia de los roles (patrones estabilizados de conducta manifiesta que están relacionados con las expectativas de otros acerca de la conducta de un individuo en un grupo) corno determinantes de la conducta. Una de las áreas más activas en las recientes investigaciones científicas en psicología social ha sido la del estudio de la percepción y atracción interpersonales. Al analizar la percepción de los objetos sociales, deben distinguirse dos enfoques. Uno consiste en el estudio del contenido de la percepción interpersonal (las dimensiones que caracterizan a la gente como objetos percibidos, y las propiedades particulares de objetos sociales) y el otro a los procesos de organización perceptual que intervienen en la percepción de otras personas y grupos. Estos dos enfoques están entrelazados y son mutuamente dependientes. Los principios básicos o las leyes que rigen la percepción son los mismos, independiente-mente de la naturaleza del objeto percibido; pero los objetos sociales (personas, grupos y culturas) tienen varias propiedades que difieren de las de los objetos no sociales. La percepción de una persona supone una doble interacción porque el perceptor, mediante su propia presencia y su conducta en la situación perceptual del otro, puede modificar las características de la persona que está percibiendo. LA FORMACION DE IMPRESIONES EN LA GENTE Los estudios psicológicos de los procesos básicos implicados en la percepción de la gente y en ser atraído a ella a menudo no logra distinguir claramente entre las primeras impresiones y una familiaridad más profunda. Aunque parezca razonable que en cierta manera los mismos procesos básicos generales estén actuando en ambos casos, la importancia relativa de diversos factores particulares difiere de un caso al otro. Varias investigaciones han estudiado las formas en que la gente forma sus impresiones iniciales; las generalizaciones a partir de experiencias anteriores son a menudo un punto de partida. Cuando uno encuentra por primera vez a un extraño, nuestras reacciones iniciales tienden a ser gobernadas en buena parte por intentos de extender las experiencias previas con individuos similares: gente del mismo color de piel, o de la misma región del país, o con los mismos roles sociales o vocacionales, e incluso alguien que se parezca físicamente a la nueva persona. Hasta cierto grado, incluso las asociaciones latentes basadas en semejanzas entre el extraño y personas conocidas en el pasado (hecho del cual el perceptor no puede tener consciencia plena) pueden participar en las impresiones iniciales de la personalidad de un extraño. Teoría de la atribución Un aspecto significativo de la percepción social es la tendencia a atribuir capacidad causal a la gente. Cuando una persona está asociada muy de cerca con un suceso, existe la tendencia de atribuir la causa de ese evento a esa persona; a menudo las bases para tal atribución son muy sutiles y forzadas. Heider (1944) ilustra este punto haciendo referencia a un experimento realizado por Zillig (1928). Dos grupos de niños, uno de ellos muy estimado y el otro despreciado, realizaron ejercicios calisténicos frente a sus compañeros. Aunque los niños estimados cometieron errores -a propósito y los despreciados dieron una exhibición perfecta, el público recordó más tarde que el grupo estimado había actuado bien mientras que el despreciado había tenido una pésima actuación. Señala Heider entonces, que los actos "malos" son atribuidos a gente "mala". Otros investigadores han demostrado que esta tendencia a atribuir causalidad tiene lugar también cuando la gente antropomorfiza objetos inanimados. Es decir, que es posible interpretar a los objetos no sociales inanimados como si fuesen humanos y atribuirles en cierta forma causalidad. Heider y Simmel (1944) diseñaron unas caricaturas animadas en donde formas geométricas se desplazaban dentro de un marco de líneas, pareciendo chocar y empujarse entre sí. Cuando se pidió a los sujetos que describiesen los dibujos animados, tendían a usar términos antropomórficos para describir las formas geométricas; atribuían "agresividad" a un triángulo grande que "intimidaba" a uno más pequeño y describieron sus interacciones como una "rivalidad" en torno a un círculo más pequeño que fue descrito como una "mujer recatada y tímida". Michotte (1954) profundizó más en este tipo de investigación al tratar de definir los tipos peculiares de condiciones estimulares que pueden relacionarse con la percepción de la causalidad. En dibujos animados estilizados, la velocidad y dirección del movimiento de formas geométricas gobernaba la percepción de causalidad y consecuencias por parte del sujeto. Los pequeños rectángulos que se acercaban o alejaban unos de otros fueron visualizados en condiciones diferentes de velocidad, dirección y distancia. Los juicios de los observadores indicaban que incluso cuando se percibían estímulos no sociales, tenía lugar una atribución de causalidad: un rectángulo que se movía a alta velocidad en dirección al otro se percibía "golpeando" al otro, mientras que si iba a baja velocidad, simplemente "lo tocaba"; si después del contacto había una breve pausa, el movimiento se tomaba como una "reunión" amistosa, mientras que cuando no hubo pausa alguna después de que el primer rectángulo se acercó al segundo a una velocidad creciente, se observó que este último era percibido como conducido "a la fuerza" por el otro. Jiones y Davis (1966) han delineado una elaborada teoría de la atribución en la percepción interpersonal, la cual ha sido amplificada por Kelley (1972a, 1972b). La gente tiende a indagar las causas y las fuentes de 1 responsabilidad de los eventos cotidianos que ocurren a su alrededor. La teoría de la atribución distingue dos tipos de causalidad percibida. La causalidad ambiental implica la atribución de la responsabilidad por los eventos a circunstancias y fuerzas de la naturaleza exteriores a la gente que participa en estos sucesos; este tipo de causalidad percibida va asociado a filosofías del determinismo conductista. La causación personal implica atribución de la responsabilidad por los sucesos a una o más personas implicadas; este tipo de causalidad implica filosofías de la libertad de elección y de la elección volitiva del individuo; parece ser más habitual en la conducta humana cotidiana y la teoría de la atribución trata de manera más directa del análisis de este tipo de causalidad percibida. De acuerdo con iones y Davis (1966) la percepción de la causación personal propia dirige las intenciones y acciones predisposicionales de uno hacia los demás. Tres factores influyen sobre tales disposiciones: la deseabilidad social, el contexto vecino de las convenciones y expectativas sostenidas por otros; la EL INSOMNIO Y EL PROCESO DE ATRIBUCION Se dio a sujetos con insomnio píldoras placebo que debían ingerir unos minutos antes de acostarse. Después de que se les aseguró que la droga era inocua, se informó a algunos de los sujetos que el medicamento los animaría (elevaría la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, etcétera) Mientras a otros se les dijo que los calmaría (reduciría la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, etcétera). Al contrario de lo que se esperaba, los individuos a quienes se dijo que el medicamento los calmaría tuvieron más dificultades para quedarse dormidos que habitualmente, mientras que los sujetos a quienes se dijo que la droga los animaría se quedaron dormidos más pronto que las noches en que no habían tomado píldora alguna. Los resultados fueron explicados en base a la teoría de la atribución. Cuando la persona insomne comienza a moverse de un lado a otro después de tomar su píldora "animadora" atribuye su falta de sueño a causas externas (la píldora) lo que reduce bastante su ansiedad y le hace más fácil quedarse dormido eventualmente. POT otra parte, si se siente incómodo e insomne a pesar de haber tomado una píldora calmante, atribuye su incomodidad a causas internas (a sí mismo) lo que acentúa su ansiedad y su insomnio. Estos hallazgos sugieren la viabilidad de una terapia basada en una reatribución de los síntomas y exige una modificación de los métodos de sugestión tradicionales que hacen uso de placebos. STORMS Y NISBETT (1970) relevancia hedónica, el equilibrio de costos (esfuerzos) y beneficios (placeres) implicados en la actividad y su importancia para la persona; y el personalismo, los detalles específicos de la relación entre el perceptor y la otra persona en tanto que interesan por su influencia y responsabilidad por la acción del otro. Kelley (1972a, 1972b) ha extendido la teoría de la atribución a los aspectos de formación de impresiones perceptuales de la gente y del análisis de la atribución de causalidad en la propia conducta del individuo frente a fuentes in-ternas o externas. Kelley señala tres variables principales que influyen sobre estos procesos: distintividad, exclusividad o circunscripción percibidas del objeto, suceso o persona juzgados; consistencia, durabilidad de las cualidades percibidas a través del tiempo o mediante diferentes dimensiones del objeto, persona, o evento juzgados; y consenso — la validación de las percepciones y juicios de uno contra los de otras personas. Por ejemplo, supongamos que A percibe a B como un "amigo de los perros"; la atribución de esta percepción a B es mayor si el cariño de B está limitado a los perros y no es extensivo a otras mascotas (distintividad), si los sentimientos de B se extienden a todas las razas y a todos los tipos de perros a lo largo de un buen tiempo (consistencia), y si otras personas que muestran cariño hacia los perros son vistos generalmente como amigos de ellos (consenso). En estas condiciones, A tiende a interpretar un episodio particular en el que B se incline a acariciar un perro extraviado poniéndole la etiqueta de "amigo de los perros" a B. En condiciones inversas (B es cariñoso con todos los animales, no solamente con los perros, pero su cariño depende de su humor y situación, y no parece estar más interesado en perros que cualquier otra persona), A tiende a interpretar el mismo episodio atribuyendo la causalidad al perro ("Este perro está hambriento y quiere que se le dé algo"). Estas formulaciones teóricas han generado importantes investigaciones en psicología social incluyendo diversas áreas como la persuasión, la formación de impresiones y el desarrollo moral (Collins, 1969; Kelley, 1971; Himmelfarb, 1972). La percepción de la gente supone algo más que las simples dimensiones físicas. A un nivel básico, nuestras impresiones de otros están influidas por las cualidades físicas (si son altos o bajos, gordos o delgados, blancos o negros, etcétera; pero nuestra percepción se enriquece con información acerca de sus características conductuales (si son tacaños o generosos, hostiles o cordiales, alegres o severos, etc). Además las impresiones son influidas por nuestras interacciones específicas con otros (si dependen de nosotros, si influyen sobre nosotros, si nos estiman, nos admiran, etcétera). Así pues, la percepción de la persona compren-de tres clases de dimensiones: física (color, talla, forma); conductual (rasgos de la acción); e interaccional (relaciones interpersonales). Estereotipo y prejuicio Un sub-producto extremadamente importante de la tendencia de los seres humanos a tratar de clasificar sus experiencias integrándolas en sistemas conceptuales organizados es el hecho de que objetos y eventos deben a menudo ser juzgados e interpretados en base a una información limitada. Rara vez sabe uno todo lo que se puede saber acerca de un objeto o evento cuando lo experimenta. Sin embargo, uno no suele preocuparse mucho por esta falta de información si el objeto o el suceso que se está experimentando muestra aunque sea unas cuantas características familiares. Según los teóricos cognoscitivos, las nuevas experiencias se clasifican en categorías conceptuales de acuerdo con su semejanza con experiencias previas. Basándose en tal similitud, cabe esperar que las nuevas experiencias continúen mostrando otras propiedades en común con experiencias familiares pasadas, Un estudiante puede entrar a un aula de ciases tres veces a la semana durante un semestre sentándose en un asiento diferente cada vez que asiste, pero como todos los asientos se ven iguales él espera que la silla le de un apoyo firme cuando se siente; pero un día puede llegar, sentarse en una silla estropeada que cede a su peso y lo tira al piso. Había prejuzgado a esa silla basándose en su experiencia pasada con sillas similares; parecía pues razonable esperar que esa silla resistiese su peso; sin embargo no es tal siempre el caso, porque muchas reglas tienen excepciones. Esta tendencia a actuar basándose en información parcial es parte integral de los procesos básicos de formación de conceptos; es el principio de lo que los psicólogos sociales llaman prejuicios a un nivel más complejo. Un concepto excesivamente generalizado basado en información muy incompleta o ambigua es llamado un estereotipo. Es muy raro, en la experiencia humana, que estén a la mano todos los datos pertinentes, de modo que nuestras expectativas acerca de las cosas que percibimos raramente alcanzan un nivel de 100% de precisión. En algunos casos nuestras generalizaciones conceptuales están tan bien fundadas en información sólida que nuestras expectativas se cumplen en forma fiel; pero en otros casos, la gente tiene en mente conceptos demasiado generalizados o inexactos, y las expectativas basadas en ellos carecen de eficacia y están llenas de errores. Tales conceptos, inexactos y sobre-generalizados, generan falsedades supersticiosas llamadas prejuicios estereotipados. Los procesos cognoscitivos básicos que los causan son normales y razonables; en consecuencia, su exactitud es en cierto modo cosa de interpretación subjetiva. Algunos psicólogos hacen uso del término estereotipo para referirse a generalizaciones que son consideradas injustificadas por la persona que les pone nombre (Brigham, 1971). Lo que a una persona le parece una creencia exacta y realizable a otra puede parecerle un estereotipo injustificado y sobre-generalizado. En todo caso, el psicólogo social no suele preocuparse por la modificación o la eliminación de estos procesos cognoscitivos básicos; en lugar de eso, sería más preciso decir que su objetivo es afinar estos procesos educando a la gente y alentándola a que base sus generalizaciones conceptuales en la información más completa y exacta de que se disponga. Es evidente que la gente está muy inclinada formar prejuicios y estereotipos al percibir individuos y grupos; las primeras investigaciones mostraron que los maestros, hombres de negocios y estudiantes universitarios eran bastante consistentes al expresar el grado de intimidad social que estaban dispuestos a conceder a determinados grupos étnicos nacionales, raciales o religiosos (Bogardus, 1925. Thurstone, 1928; Guilford, 1931). Clasificaciones como "canadiense" o "inglés" fueron, en forma bastante uniforme, consideradas como admisibles en relaciones tan estrechas como e emparentar mediante matrimonio o el trabajo amistad personal; mientras que clasificaciones como "hindú" o "turco" eran considerados en forma uniforme como admisibles, solamente, ; tipos lejanos de relación, como la admisión a país solamente en calidad de visitantes. L; consistencia de tales juicios hizo suponer a otro investigadores que la gente en verdad tiene conceptos bastante estereotipados o generalizados de los miembros de tales grupos. Katz y Bra ley (1933) solicitaron de estudiante de Princeton que utilizasen objetivos de un. lista para describir a un cierto número de grupo nacionales diferentes y se encontraron con u! grado sorprendente de consistencia entre lo estudiantes en las caracterizaciones que hacían El estereotipo ampliamente aceptado de que e negro norteamericano, por ejemplo, es "supersticioso, perezoso, irresponsable, ignorante ostentoso y dotado de sentido "musical" resulta, claramente en estas descripciones. Sin embargo, el mismo tipo de investigación fue repetido los 20 y a los 40 años con grupos comparables d estudiantes (Gilbert, 1951; Karling, Coffman Walters, 1969) y aunque los estudiantes estaba menos dispuestos a expresar generalizaciones consistentes acerca de miembros de varios grupos étnicos o nacionales (durante los años intermedios se habían formado normas que hacían socialmente inaceptable expresar tales estereotipos) existe incluso evidencia de que el hecho de estereotipar es un factor importante en la percepción de la gente. Por otra parte, otros estudios revelaron que la gente se ve inclinada a formar estereotipos al juzgar a miembros de otros tipos de grupos acerca de los cuales existe poco sentido de "consciencia social". Por ejemplo, Wells, Goi y Seader (1958) constataron que la gente estaba marcadamente inclinada a estereotipar a los conductores de las diferentes marcas de automóviles. Así pues, a pesar de la evidencia de que los valores y convenciones sociales acerca de la expresión pública de estereotipos y prejuicios puede cambiar con el tiempo, parece persistir la evidencia de que el estereotipo es parte básica e integral del proceso de percibir los objetos sociales. Los negros deficientemente educados y carentes de ambición que el ciudadano blanco provincial encuentra en una pequeña población de Mississippi todavía son la base para que el blanco haga su percepción sobre-generalizada de todos los negros y para que vea al negro que ha destacado como figura pública como la excepción más que la regla. Desgraciadamente, TRES GENERACIONES DE ESTEROTIPOS En 1933 se dio a un grupo de estudiantes de la Universidad de Princeton una lista de adjetivos para aplicarlos en la descripción de diferentes grupos nacionales, raciales o étnicos. Hubo un considerable grado de consistencia en la forma en que los estudiantes caracterizaron a los miembros de cada grupo. Generalmente se veía a los negros como "perezosos", a los judíos como "astutos", a los italianos como "impulsivos", y a los norteamericanos como "progresistas". El estudio fue repetido en 1951 y mostró un marcado descenso en la firmeza de ciertos estereotipos, especialmente en aquellos rasgos asociados habitualmente con el prejuicio (tal vez porque se volvió menos "deseable socialmente" en 1951 que en 1933 el apegarse a tales conceptos estereotipados). El estudio fue realizado de nuevo en 1969 y se notó la misma reducción en las características asociadas al prejuicio; sin embargo, la aparente desaparición de los estereotipos de 1951 no se mantuvo en 1969. De hecho, los estereotipos parecieron reestablecerse de plano, excepto que esta vez se desplazó paralelamente a las normas más "liberales" de la comunidad universitaria. La nueva visión de los negros incluía rasgos tales como el ser "musicales" o "amantes del placer" en vez de ser "supersticiosos" o 'perezosos" y el estereotipo antes atribuido al judío ("ambicioso" y "materialista") era ahora atribuido al estereotipo norteamericano. KATZ Y BRALY (1933) GILBERT (1951) KARLING, COFFMAN Y WALTERS (1969) en muchos casos son los líderes vocales y prejuiciados de la supremacía blanca quienes establecen la base para que se estereotipe a los líderes comunales y a las figuras políticas de los gobiernos y Estados del Sur norteamericano, mientras que los individuos moderados y más razonables pero menos vocales son ignorados como excepciones a la regla de estereotipar. Sin embargo, conviene reconocer que el desarrollo de estereotipos y prejuicios representa un proceso básico de organización perceptual: generalización de las expectativas basadas en la experiencia en nuevas situaciones, similares a las antiguas. Si no utiliza tales procesos, el individuo quedaría inmovilizado porque el mundo en que actúa es una serie de nuevas experiencias constantemente cambiable. Incluso en relación a la percepción de la gente, existe cierta evidencia de que ciertos estereotipos comunes de grupos étnicos tienen por lo menos una verificación parcial. Por ejemplo, el estereotipo popular de que el judío norteamericano es ambicioso y está altamente motivado hacia el logro y el ascenso en la escala social ha sido corroborado por investigaciones empíricas que revelan que los estudiantes judíos tienden a ser frecuentemente sobre-estudiosos en el sentido de que en la escuela obtienen más altas calificaciones de lo que cabría esperar a partir de los resultados de las pruebas de inteligencia y que hay una mayor proporción de gente joven de origen judío que va a la Universidad que jóvenes procedentes de familias no judías (Clark, 1949; Jospe, 1964). El hecho de que grupos culturales y subculturales particulares muestren ciertos rasgos consistentes en la conducta de sus miembros individuales constituye la base del concepto del carácter nacional o la personalidad modal (estudiada en el capítulo 6). Del hecho de que el medio social que rodea a cada miembro de un grupo cultural dado mnodela el curso de su socialización y su aprendizaje social, siendo que este medio puede ser bastante homogéneo para ese grupo, cabe esperar cierto grado de consistencia en las características conductuales entre los miembros adultos de tales grupos. En este sentido, de que el contexto cultural contribuye en efecto a la estructura de la personalidad y a la conducta típica de un individuo, el concepto de la personalidad modal es la semilla de verdad que existe en cada estereotipo. Además, como ha sugerido Petti-grew (1964) hay cierto grado de profecía que se cumple por sí misma en los estereotipos que se sostienen en forma rígida y popular. Los efectos de las prácticas discriminatorias que han tenido lugar en los Estados Unidos como función de estereotipos ampliamente aceptados acerca de la inferioridad de los negros pueden haber producido una subcultura inferior en donde los negros continúan siendo socializados y asimilados. Es obvio que desde el punto de vista de las consecuencias sociales, es muy nocivo que las generalizaciones estereotipadas se sobre-extiendan. La mayor parte de lo que catalogamos tradicionalmente como diferencias sexuales tienen un origen social, más que biológico. Hay pocas diferencias biológicas directas, no mediadas entre el varón y la mujer, y éstas tienen que ver, en su mayor parte, con atributos fisiológicos; pero las diferencias sexuales indirectas y mediadas que se deben a roles sociales diferentes otorgados al hombre y a la mujer y las expectativas que acompañan a cada rol son mayores en número y alcance en lo referente a la conducta social. Estas expectativas del rol, a su vez, son, en gran parte, el producto de estereotipos que se han consolidado y arraigado con los años. Es de estos estereotipos y rígidas expectativas de roles de los que grupos como la Organización Nacional para la Mujer quieren liberar a la mujer norteamericana. Los estereotipos generalizados se presentan más frecuentemente en ausencia del conocimiento o información adecuados; muchos estereotipos en la percepción de la gente operan al nivel de dimensiones de la percepción interpersonal relativamente insignificantes: como son el color de la piel, los rasgos faciales, el sonido del nombre personal, etc. (Razran, 1950; ¿QUE HAY EN UN NOMBRE? Como los apellidos, los nombres de pila van a menudo asociados a estereotipos particulares: conceptos sobre-generalizados tal vez leídos en novelas, cuentos y tiras cómicas en donde los héroes se llaman siempre "Esteban y Beatriz" mientras que los villanos son siempre "Robustiano y Petronila”. Estos estereotipos implícitos hacen que uno espere ciertas cosas de los individuos que portan ciertos nombres especiales. Una de las formas en que tales expectativas pueden llevar a un prejuicio en ninguna forma deliberado al juzgar a los demás fue demostrado en el estudio de la calificación a ciegas de los ensayos de los alumnos de quinto año. Se pidió a maestros experimentados que evaluasen un conjunto de ensayos breves, los que estaban ligados a supuestos autores del quinto grado identificados solamente por nombre de pila. Los mismos ensayos fueron asociados al azar con cuatro nombres que maestros consideran estereotipos de atractivos y favorables (David, Miguel, Catalina y Beatriz) y cuatro que eran considerados desairados y desfavorables (Blas, Camilo, Berta y Adela). Los ensayos de los alumnos iban asociados a nombres diferentes para distintos maestros; los trabajos que supuestamente habían sido la labor de alumnos con nombres "favorables" recibieron calificaciones más altas que los trabajos supuestamente obra de gente dueña de nombres "desfavorables". El efecto fue más notable en el caso de nombres masculinos que femeninos. En un estudio paralelo realizado con universitarios estudiando para maestros se notó que estos estereotipos diferenciales eran menos marcados que en el caso de maestros con experiencia. HARARI Y McDAVID (1973) UNA ROSA LLAMADA POR CUALQUIER OTRO NOMBRE y Clark. La adición de apellidos judíos e italianos hizo descender el grado de simpatía y, en menor proporción, el grado de belleza y carácter. Con los apellidos judíos hubo también un incremento en la ambición que se atribuía a la muchacha. Se pidió a estudiantes universitarios que calificasen a treinta muchachas por su belleza, inteligencia, carácter, ambición y simpatía general. Dos meses más tarde se repitió el procedimiento pero esta vez las fotos mostraban apellidos ficticios: judíos como Rabinowitz o Finkelstein, italianos como Searano o Grisolia y anglosajones como Adams PIGMALION: NEGRO Y BLANCO En un estudio que comprendía a sesenta y seis maestras en período de entrenamiento, se demostró la forma en que se perpetúan los estereotipos acerca de la inferioridad de los negros aun en presencia de pruebas que indican lo contrario. Antes de interactuar con sus estudiantes (264 principiantes de escuela en una ciudad del Medio Oeste norteamericano), se dió a cada sujeto una descripción de ellos, calificándolos como "dotados" (seleccionados del programa de la escuela para alumnos dotados) o "no-dotados" (seleccionados de la lista regular de la escuela). En realidad todas las descripciones fueron inventadas y asignadas a los estudiantes al azar. RAZRAN (1950) Las expectativas de los maestros en relación tanto con el color y el talento de los alumnos influyó su conducta hacia ellos; los de raza negra recibieron menor atención, fueron ignorados con más constancia, menos elogiados y más criticados que los alumnos blancos. Los estudiantes blancos "dotados" recibieron el trato más favorable de todos. Lo más sorprendente y molesto fue el hecho de que los estudiantes negros "dotados" recibieron trato menos preferencial que los estudiantes negros "no-dotados", a pesar de que (o tal vez por eso mismo) la descripción de ellos no encajaba dentro de los estereotipos negativos convencionales del estudiante negro. RUBOVITS Y MAEHR (1973) Lamben, Hodgson, Gardner, y Fillenbaum, 1960; McDavid y Harari, 1966; Harari y McDavid, 1973); pero cuando la atención a estos detalles estorba una evaluación más estrecha y exacta de la conducta real, las relaciones interpersonales quedan estropeadas. Si la percepción que uno tiene de los demás se basa en la conducta de ellos, o más aún, en la interacción con ellos, los estereotipos sobre-generalizados pasan por lo general a segundo plano y se hace posible una percepción interpersonal más efectiva. A veces los estereotipos muy rígidos son lo bastante fuertes como para prohibir cualquier oportunidad de encuentros más estrechos con los objetos del estereotipo; en esas condiciones, las percepciones y expectativas revisadas se vuelven imposibles. Es por ello que el contacto físico directo entre miembros de grupos que sustentan fuertes prejuicios uno contra el otro no logran siempre reducir los estereotipos prejuiciados. El estudio de la propaganda, la persuasión y el cambio de actitud ha hecho uso de muchos de los factores que operan para reducir prejuicios interpersonales y estereotipos. El prejuicio es un proceso perceptuai en donde objetos o personas se distorsionan en base a la información deficiente y limitada. Cuando los individuos son miembros de sociedades o grupos muy organizados, tienden a ser restringidos en sus interacciones con miembros de otras sociedades o subgrupos sociales, de modo que sus relaciones interpersonales tienden a basarse en prejuicios más que en la información exacta y fidedigna, y en la USTED PARECE JUDIO Se presentó a universitarios gentiles y judíos una serie de fotos no marcadas de hombres adultos y se les pidió que calificasen a estas personas como "judíos" o "no judíos". Los ESTEREOTIPOS PARA EL LOGRO FEMENINO Las implicaciones para las mujeres de las prácticas contemporáneas de estereotipar se han descrito en una serie de estudios. Aunque algunos deportes competitivos como la natación o el tenis son "aceptables" como competencias entre mujeres, las que compiten contra hombres en tales deportes deben recordar que "una muchacha puede ganar el juego, pero perder al muchacho". Se ha hecho mención también del dilema de la mujer atleta: incluso en la época en que estaba de moda que el pelo de la mujer se usase corto, las atletas se negaban a cortarse el suyo por temor a que ello reforzase la imagen estereotipada de ella como poseedora de excesiva masculinidad. Las mujeres tienden a aliviar la ansiedad asociada al estereotipo, motivándose para evitar el triunfo. Se proporcionó a hombres y mujeres una prueba estándard de medición del logro en donde un estudiante llamado John en un caso, y Anne en el otro, resulta ser el más destacado de su clase en la escuela de medicina. Cuando fueron interrogadas acerca de la situación de Anne, la mayoría de las mujeres (65%) opinó que Anne estaría preocupada por la pérdida de estudiantes antisemitas tendían a calificar la mayor parte de las fotos como de "judíos" en forma indiscriminada, lo que pone en duda su precisión para juzgar quién es judío. SCODEL Y AUSTRIN (1957) su feminidad y que sufriría rechazo social. Algunas de las mujeres negaron que una muchacha pudiese, para empezar, triunfar de verdad en tal forma (sólo el 10% de los hombres expresaron dudas similares acerca de John). No es motivo de asombro, pues, que las mujeres desarrollen un prejuicio contra su propio sexo. Incluso las descripciones clínicas (realizadas por hombres y mujeres) de un adulto mentalmente sano correspondían mucho más a un hombre que a una mujer mentalmente sana. Los cuadros para presentarse en una exposición de arte eran considerados por las mismas mujeres como de mayor calidad cuando el supuesto artista era un hombre. En otro estudio, a un grupo de mujeres se les mostró una serie de artículos, supuestamente escritos por hombres y publicados en revistas, sobre temas como lingüística, leyes, arte, historia, dietética, educación y planeación urbana; a otro grupo de mujeres se les presentaron los mismos artículos, pero los supuestos autores eran del sexo femenino. Los artículos supuestamente escritos por hombres fueron considerados de calidad superior a los aparentemente escritos por mujeres. GOLDBERG (1968) HORNER (1969) BROVERMAN, BROVERMAN, VOGEL (1970) PHETERSON, KIESLER Y GOLDBERG (1971) CLARKSON, ROSENKRANTZ Y 1971 experiencia directa. Los productos incidentales de la organización colectiva, como el conflicto competitivo con otros grupos, la redirección de la hostilidad hacia elementos extraños que actúan como chivos expiatorios, y la evitación de interacción con extraños, tienden a estimular sentimientos y actitudes desagradables hacia los miembros de grupos extraños. Encontrar víctimas propiciatorias tiende a crear tendencias para proyectar atributos personales inaceptables hacia miembros de otros grupos, generan-do sentimientos negativos y de disgusto hacia ellos. Además, las normas dentro de un grupo social organizado favorecen por definición a los seguidores de ellas; los extraños son considera-dos corno desviantes e inaceptables. Es triste el hecho de que la organización social estimula a menudo el prejuicio y relaciones intergrupales mezquinas. Las sociedades superordenadas son posibles solamente cuando los muchos grupos entrelazados que hay en ellas se funden de cuando en cuando y comparten ciertas normas, valores y metas dominantes. Que los seres humanos se juzgan unos a los otros en términos de estereotipos y prejuicios es algo que ha quedado ampliamente demostrado tanto en la historia escrita como en los eventos contemporáneos, así como en investigaciones experimentales. Los ciudadanos norteamericanos tienden a retener nociones estereotipadas de los ciudadanos de otros países a pesar de saber que es socialmente indeseable expresar en forma abierta tales prejuicios. Muchos europeos expresan prejuicios estereotipados hacia el turista norteamericano; y la misma tendencia aparece a menudo entre subgrupos dentro de la sociedad. La expresión de prejuicios interpersonales entre miembros de varios subgrupos ha sido investigada en varias formas. Bogardus (1925) inventó una forma de medir la "distancia social" que separa a individuos que pertenecen a diferentes subgrupos sociales. G. W. Allport (1958) exploró el prejuicio en muchas formas y concluyó que había dos fuentes importantes de prejuicio. Un individuo puede estar personalmente prejuiciado hacia otros individuos que representan una amenaza para su seguridad o comodidad. Por esta misma razón, muchos norteamericanos blancos, de clase baja, tienen fuertes prejuicios contra los negros porque temen perder sus empleos en caso de que la desegregación permita a los negros competir libremente en el mercado de RAZA Y CREENCIAS Jóvenes estudiantes de los primeros años de facultad y de raza blanca respondieron a un cuestionario acerca de las actitudes de los adolescentes hacia grupos minoritarios. Dos meses más tarde se presentaron a cada estudiante las respuestas ficticias de otros cuatro estudiantes de "diversas partes del país". Una de ellas era idéntica a la que había dado el sujeto, mientras que las otras tres eran variadas para evitar cualquier sospecha de su parte. Se agregaba también "información" acerca de los logros académicos, el programa escolar y la raza de los demás. Con la manipulación de estas tres variables se demostró que los principales factores diferenciadores en el juicio del otro eran la creencia en la semejanza (es decir, había una actitud más positiva hacia el otro si se le describía con cualidades académicas similares o con intereses parecidos) más bien que la raza. Sólo cuando faltaba información acerca de las creencias, la raza era el principal factor diferenciador, probablemente porque el sujeto se veía obligado a depender entonces de la información parcial que proporcionaba el estereotipo racial. STEIN, HARDYCK Y SMITH (1965) empleos disponibles. Otro tipo de prejuicio puede tener lugar en virtud de la observancia a las normas de su grupo y no porque personalmente esté movido hacia el prejuicio y a los conceptos negativos (Pettigrew, 1958). Hay bastantes evidencias en el sentido de que buena parte del prejuicio antinegro en los Estados Unidos se desarrolla en esta forma. En comunidades en donde respetados líderes blancos (la "estructura comunitaria del poder") se han expresado abiertamente para convertir en valores sociales aceptables a la desegregación y a la eliminación de discriminación, el proceso de desegregación legal se ha llevado a cabo prácticamente sin incidentes. Puesto que la discriminación en la percepción de individuos y de patrones de atracción interpersonal directa parecen más o menos cualidades inevitables en la conducta humana, conviene reconocer la diferencia entre la desegregación legal y la integración social cotidiana. Suprimir barreras legales formales a oportunidades para blancos y negros para familiarizarse directamente uno con otro y en algunos casos para participar de manera conjunta en algunas empresas, puede a la larga acarrear el reajuste de muchos tipos de fronteras sociales. Sin embargo, otras fronteras, basadas en los frentes de grupos con intereses, valores y características comunes probablemente continúen existiendo. La segregación legal de varios grupos raciales y étnicos es una práctica injusta que restringe su libertad de movimiento y su participación social; más aún, se trata de una práctica innecesaria que origina el desperdicio de recursos y poder humanos. Pero al mismo tiempo, la segregación cotidiana de-facto de grupos homogéneos de personas en sus actividades sociales informales puede proseguir indefinidamente. Cuando la última está basada en la experiencia, sin relación con las limitaciones legales (más que en prejuicios artificiales PREJUICIO Y CLASE SOCIAL La observación realizada en una iglesia bautista de Chicago a la que asistía gente blanca y negra, demostró una frecuencia igual de conversaciones iniciadas por miembros de una u otra raza (alrededor del 50%). Aunque se notó cierta tendencia de los negros y los blancos a sentarse aparte unos de otros durante los servicios religiosos, no era esto lo que sucedía durante las cenas realizadas con fines de función social los miércoles por la noche. El autor consideró esto como un "hallazgo alentador" acerca de la eficacia de la integración, pero señaló que intentos similares en Chicago en iglesias con miembros de la clase social baja no tuvieron éxito. PARKER (1968) auxiliados por el aislamiento formal entre miembros de los diversos grupos) no constituye forzosamente un mal social. Hay ciertas personas especialmente inclinadas a centrar sus actitudes dentro de su propio grupo social y a mostrar prejuicios exagerados contra grupos extraños; se dice de esta gente que es etnocéntrica, es decir, centrada en su NO HAY HABITACION Se hizo un estudio de la discriminación en el alquiler de apartamentos en Nueva York y en el sur de California haciendo que grupos de estudiantes blancos, negros y mexicanonorteamericanos se hiciesen pasar como matrimonios que respondían a los anuncios de apartamentos en alquiler. En Nueva York, los casatenientes no hicieron discriminación al enseñar los apartamentos ni al mencionar el importe de la renta, pero cuando se trataba de rentar el apartamento, se vió que la pareja blanca obtenía con más facilidad su apartamento que la pareja negra. En California se discriminaba más contra los negros que contra los mexicano-norteamericanos, quienes a su vez eran más perjudicados por la discriminación que los blancos. En general, no solamente hubo un menor número de apartamentos disponibles para los negros, sino que a éstos se les pedían rentas más altas y mayores gastos diversos. Más del 75% de los administradores de los edificios de apartamentos mostraron cierta indicación franca de discriminación racial. McG R EW (1967) JOHNSON, PORTER Y MATELJAN (1971) propio etnos (tribu). La imagen estereotipada del norteamericano protestante de origen anglosajón (WASP, de sus iniciales en inglés: White Anglo-Saxon Protestant) es típicamente etnocéntrica en el sentido de que se espera que sea antinegro, antisemita, anticatólico, xenófobo y antitodo excepto anti-otros-WASPS. El vasto conjunto de estudios sobre el autoritarismo que se han acumulado desde 1950 demuestra el significado social de este aspecto de la personalidad. La personalidad autoritaria muestra exageradas tendencias hacia la orientación etnocéntrica y el rechazo sospechoso de los extraños (Adorno y cols, 1950). Integración cognoscitiva Hay varios estudios que han logrado aislar otros factores que influyen en las primeras impresiones de la gente. Asch (1946) leyó una lista de características de un personaje desconocido a un grupo de estudiantes universitarios y les pidió que escribieran un esbozo de la PREJUICIO SIN AUTORITARISMO Se efectuó un estudio de seiscientos estudiantes universitarios blancos de Sudáfrica para conocer sus actitudes hacia los nativos del país; varias pruebas de la personalidad mostraron marcados sentimientos de prejuicio, más notables entre los afrikaners blancos que entre los anglosajones blancos, y sin embargo el autoritarismo entre los afrikaners no era más acentuado que entre los anglosajones y el total de la muestra sudafricana no acusó más autoritarismo que una muestra similar integrada por estudiantes universitarios blancos de los Estados Unidos. Así pues, el prejuicio en un país (en virtud de sú estructura política y las normas prevalecientes) fue más marcado en un país que en otro, aunque no había diferencias en el grado de autoritarismo existente en los dos. Otro estudio, efectuado en cuatro comunidades del Sur y del Norte de los Estados Unidos, condujo a resultados similares. Las respuestas prejuiciadas y desfavorables eran más notables entre los sureños, sin embargo, no había diferencia en el grado de autoritarismo existente en las dos muestras. En la muestra del Sur la conformidad a las normas prevalecientes (expresadas por las respuestas altamente prejuiciadas) fue más conspicua entre las mujeres que entre los varones, más entre los devotos de la iglesia que entre los que no existían a ella, más entre los que no fueron a la guerra que entre los veteranos del ejército, más entre los menos educados que entre los más educados. En la gente del Norte, la asistencia a la iglesia y el prejuicio estuvieron relacionados en forma negativa. PETTIGREW (1958) personalidad del personaje. Se limitó la descripción de las características a lo más simple y discreto posible, por ejemplo, "enérgico", "frío", o "indagador". Las descripciones resultantes de este personaje desconocido indicaron que esos adjetivos fueron organizados, por parte del perceptor en estructuras conceptuales significativas. Algunos estudiantes incluso introdujeron toda una gama de nuevos atributos que ni tan siquiera habían sido mencionados en la descripción original, simplemente para completar un patrón de organización cognoscitiva. A partir de estas observaciones, Asch describió varios procesos que contribuían a estos patrones organizadores. El hecho de que los eventos perceptuales tienden a integrarse en estructuras conceptuales organizadas implica que cuando se juzga a otra persona se tratará de encajar experiencias aisladas dentro de un marco más amplio y completo. Por ejemplo, cuando Asch introdujo el adjetivo "cordial" en el contexto de "inteligente-hábil — dedicado — determinado — práctico — cauto " logró impresiones globales completamente diferentes que cuando introdujo el término "frío" en el mismo contexto. Este cambio de solamente una palabra descriptiva entre siete palabras, fue suficiente para generar diferentes interpretaciones de las otras seis. Cuando la lista incluía a la palabra "cordial", la persona era caracterizada como bondadosa y dedicada a su trabajo; pero cuando era substituida por la palabra "fría" se la describía como afectado, duro y egoísta. En la percepción de la gente, como en la de objetos no sociales, los elementos discretos de la recepción sensorial se asimilan a patrones cognoscitivos organizados. El marco de referencia constituye un modelo teórico para explicar la integración cognoscitiva. Modelos más recientes (por ejemplo, de Fishbein, 1963; Anderson, 1968; S. Feldman, 1968; Wyer, 1970) han enfocado su atención hacia los procesos cognoscitivos complejos en la formación de impresiones. Al percibir a otros, la gente suele hacer uso de PROCESOS COGNOSCITIVOS FORMACION DE IMPRESIONES EN LA En una investigación típica de tipo experimental en torno a la formación de impresiones, se presentó a los sujetos un conjunto descriptivo de adjetivos u otros fragmentos de información y se les pidió que hiciesen la valoración de una persona hipotética. En este estudio se ofreció a los estudiantes universitarios conjuntos de adjetivos redundantes (relacionados con la misma dimensión) y no redundantes (no relacionados a la misma dimensión). Por ejemplo, cuando se percibe a una persona como "sociable" puede también ser juzgada "cordial" o "amigable" aunque estas descripciones transmitan impresiones un tanto diferentes. Si la persona es descrita como "insociable", u "hostil", o "frío" es un conjunto diferente de impresiones el que se transmite; sin embargo, todas estas descripciones son redundantes en cierta forma puesto que pertenecen a la misma dimensión básica de la "sociabilidad". Por otra parte, si la persona "sociable" es descrita también como "responsable" o "irresponsable", se considera a estas últimas impresiones como no redundantes o relativamente independientes de la dimensión de sociabilidad. Los resultado de la valoración de los sujetos, hacen suponer que los procesos cognoscitivos en la formación de impresiones son en gran parte gobernados por el carácter de la información entrante inicial. Cuando el juicio inicial es aceptable o considerado verosímil, la gente tiende a apoyarse en información no redundante para formar sus impresiones, tal vez por su deseo de saber más acerca de los aspectos nuevos y diferentes de la personaobjeto (por ejemplo: "Es sociable, ¿es también de confiar?"). Sin embargo, cuando el juicio inicial se considera dudoso o improbable, la gente va en busca de información redundante para confirmar su juicio inicial (por ej.: "Parece ser insociable. ¿Es también hostil y frío?"). BRYSON (1973) sus propias "teorías implícitas (en miniatura) de la personalidad"; es decir, que sin darse forzosamente cuenta de ello, se hacen suposiciones acerca de ciertos tipos de asociaciones y relaciones ordenadas preconcebidas en la naturaleza humana (Thornton, 1944). Por ejemplo, pueden suponer que todas las personas gordas que tienen caras redondas y tez rubicunda deben ser también alegres, bondadosas y generosas; o que la gente honrada es también siempre bondadosa, o que la agresiva debe ser siempre digna de confianza; pueden dar por un hecho que los hombres son más prácticos que las mujeres o que éstas son malas conductoras de vehículos. Hay ciertos tipos de asociaciones sistemáticas que pueden ser en verdad correctas (de otro modo no existiría mérito alguno en las teorías psicológicas y científicas de la personalidad) pero el individuo promedio no está lo bastante sofisticado como para apreciar las asociaciones legítimas que tienen lugar en la personalidad y en la conducta; SUS teorías implícitas de la personalidad pueden estar basadas en estereotipos, supersticiones y chismes; o bien son suposiciones bastante equivocadas. El estudio de Asch sugería que la gente hacía uso de ellas sin preguntarse nada acerca de su exactitud o validez y que confiaban en tales suposiciones cuando se les pedía que elaborasen la descripción de una persona acerca de la cual sabían muy poco. Efectos de halo Hay un tipo particular de generalización acerca de los atributos asociados de la personalidad que pueden ser llamados efecto de halo y que consiste en la tendencia de esfumar una característica en el seno de otra, especialmente en los tipos especulativos de asociaciones entre varios atributos de la personalidad. Por ejemplo, si se manifiestan unas cuantas características socialmente deseables o apreciadas el perceptor probablemente supondrá que una persona exhibe por lo general atributos favorables o apreciados. Quien ha sido descrito como bondadoso y generoso, puede ser adornado con características tales como el ser digno de confianza, de buen humor e intelectualmente notable. La impresión favorable en términos generales de otra persona se difunde en el juicio que se tiene de todos los atributos de la persona y por otra parte una impresión muy desfavorable puede envenenar nuestros juicios o suposiciones acerca de las características desconocidas de la persona. Parece que el efecto en halo en la formación de impresiones es más acentuado cuando quien percibe tiene un mínimo de información acerca de la persona percibida, cuando el perceptor hace un juicio moral o cuando quien percibe no conoce los rasgos o atributos que está juzgando en otro (Symonds, 1925). Gollin (1954) fue un paso más adelante que las investigaciones de Asch sobre las impresiones de la personalidad, haciendo intencionalmente difícil que quien percibe se forme una impresión coherente y organizada del extraño. Preparó una película en que se presentaba a una joven en varias escenas diferentes. Dos de estas mostraban una conducta gentil y considerada de su parte, mientras que otras dos implicaban que era una mujer sexualmente promiscua; la quinta escena tenía un carácter neutro. Cuando se pidió después a los estudiantes que elaborasen breves descripciones de la personalidad de la joven, la mitad de los sujetos mencionó solamente una de las dos principales clases de conducta que aparecían en la película sin tratar de integrarlas en una sola impresión coherente. Una cuarta parte de los estudiantes mencionaron ambos tipos de conducta pero fueron incapaces de integrarlas y sólo una cuarta parte de los sujetos logró conciliar de manera integrada las dos exposiciones parcialmente contradictorias de la joven del filme. Así pues, el experimento de Gollin pone en tela de juicio la suposición de Asch en el sentido de que las características discretamente percibidas de otra persona serán integradas en una impresión ordenada y global; al proporcionar muestras incompatibles de la conducta de otra persona, Gollin dificulta la labor de quien percibe para integrar su impresión global de la personalidad. Efectos del orden: primacía y recencia Luchins (1957a) identificó por lo menos un factor que explica el énfasis selectivo sobre los atributos particulares discretos e incompatibles cuando quien percibe trata de formarse una impresión global de la otra persona. Se encontró con que el orden en que el perceptor es expuesto a las características peculiares de otra persona es lo que determina su impresión general. Se utilizaron cuatro grupos de sujetos, cada uno de los cuales recibió la descripción de un extraño llamado Jim. La descripción presentada al primer grupo retrataba a Jim como un individuo extrovertido; la que se ofreció al segundo grupo lo presentaba como un hombre introvertido, tímido y retraído; a los otros dos grupos se ofrecieron descripciones que combinaban la introversión con la extroversión, pero en órdenes inversos: al tercer grupo se le indicó primero el carácter extrovertido de Jim, siguiendo una descripción de sus características introvertidas; con el cuarto ,grupo se invirtió la presentación de las descripciones. Se compararon después los retratos del carácter de Jim hechos por cada uno de los cuatro grupos. Como se esperaba, los dos primeros grupos produjeron descripciones diferentes de Jim; sin embargo, los dos siguientes grupos también se formaron impresiones un tanto diferentes de él, dependiendo del orden en que hubiesen sido expuestos a las contradictorias descripciones: en ambos grupos la primera descripción dominaba sobre la segunda. Parece pues que es verdad que las impresiones duraderas son las primeras. Se llama a esta dominación y durabilidad de la impresión inicial efecto de primacía, y parecía tener lugar en el desarrollo de muchos tipos de actitudes. Sin embargo, cuando alguien está básicamente familiarizado con otra persona pero encuentra después toda una gama de informaciones acerca de ella, ocurre a menudo el efecto de recencia: la información hallada más recientemente tiende a ocupar una posición dominante en la organización cognoscitiva. Aunque el efecto de primacía en la formación de impresiones de la personalidad fue bastante obvio en los experimentos de Luchins, este autor halló, en otros estudios, que tal efecto podía ser reducido en varias formas. Si se advertía al perceptor de las falsedades inheren-tes en las primeras impresiones y en la posibilidad de que éstas se dirijan en una dirección incorrecta, el grado de primacía puede ser reducido en forma considerable. Por otra parte el autor se encontró con que cuando se separaban las descripciones contradictorias de la persona con actividades no relacionadas (en vez de colocarlas una inmediatamente después de otra en secuencia cronológica), el efecto de primacía fue también reducido y de hecho tuvo lugar un efecto de recencia. PERCEPCION INTERPERSONAL En los tipos de estudios experimentales antes descritos, las investigaciones no estuvieron enfocadas sobre la cuestión de si las impresiones de la gente fueron exactas; sin embargo, los psicólogos han investigado este aspecto en otros estudios. Tal parece, por lo menos superficial-mente, que las relaciones interpersonales afectivas pueden depender en parte de la capacidad de la persona para comprender exactamente la conducta y experiencia de la otra. Aunque los atributos físicos de los demás suelen ser percibidos de manera razonablemente exacta, en circunstancias extremas incluso los juicios acerca de los atributos de la gente pueden ser distorsionados (Wittreich, 1952). Existe suficiente evidencia en la experiencia cotidiana de que la interferencia procedente de los rasgos físicos de una persona que señalan su origen en racial a menudo es inexacta. Sin embargo, los estudios de estos temas por lo general los psicólogos han estado más interesados en la precisión de otros tipos de juicios acerca de los demás; por ejemplo, de rasgos emotivos, de actitudes, de valores, de rasgos conductuales u otras características psicológicas. En los inicios de la psicología social, se incluía a la capacidad de efectuar juicios exactos de este tipo acerca de otras personas dentro del concepto de empatía, pero este término tiene un uso menos común en la psicología contemporánea. Las variedades de atributos conductuales apropiados para el estudio de la precisión en la percepción interpersonal están, desde luego, limitadas a aquellas para las que es posible cierta medición fidedigna de la "realidad" o de lo verídico. Suele ser difícil medir en forma exacta "como es, de veras" una persona; en consecuencia, los estudios de la precisión del juicio de otros van enfocados a veces solamente sobre las comparaciones de la descripción hecha por una persona de otra y la descripción de esta última de sí misma, o con un juicio consensual de un grupo acerca de las características de la otra persona. Debe tenerse presente, desde luego, que ambos tipos de mediciones proporcionan sólo una aproximación de la realidad contra la cual puede estimarse la precisión del juicio. Hay cuatro fuentes esenciales que pueden contribuir a la percepción total de quien percibe y al juicio de otro: las variables asociadas con el perceptor mismo, las asociadas con la relación psicológica entre el juez y la persona juzgada, y el contexto situacional dentro del cual se efectúa el juicio perceptual.