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RESUMEN DE PONENCIA “Límite fronterizo entre Sócrates-Platón y los Sofistas, en el Diálogo Protágoras, en torno al problema de la virtud” Lic. Héctor Gómez González UABCS Atenas se encontraba en el clímax de su vida artística: Ictinus y Calícrates diseñaban y construían el Partenón; Fidias esculpía sus Frisos; Píndaro escribía sus últimas odas; Sócrates presentaba Antígona y Edipo Rey. Además la vida democrática tocaba su más álgido punto: se gobernaba en una asamblea de todos los ciudadanos varones adultos quienes se podían elegir para cualquier cargo; Pericles promulgaba el pago de los jurados para que los pobres también ocuparan puestos; existían cargos públicos a los cuales no se llegaba por elección sino por sorteo... Otras ciudades de Grecia imitaban la democracia ateniense. Una pugna como la de Platón (y Sócrates) y los sofistas sólo podía darse en una atmósfera así. Atenas los empapó de ésta, y ellos decidieron engrandecerla a cambio. Dos puntos de vista tan radicalmente opuestos no podrían confrontarse tan magistralmente en una sociedad sin esta democracia. Y si el filósofo de “las espaldas anchas” creía que las leyes eran copias imperfectas de algún modelo ideal; los sofistas, por su parte, las señalaban como meros convencionalismos humanos. De igual forma, y en cuanto a la virtud: para el primero, ésta, significaba una disposición del alma a la excelencia (areté); para los segundos suponía un alto grado de racionalización y su forma de practicarla en la vida cotidiana (techné). El propósito de este trabajo es mostrar las tesis referentes a la virtud entre, por un lado, el posicionamiento de Sócrates y Platón (cómo un solo cuerpo); y, por el otro, el de los sofistas. De antemano habremos de señalar que el concepto de virtud es plurivalente. Es decir, que son distintos los tipos que aquí abordaremos. Para el caso de cada una de ellas, haremos su referencia y su aclaración pertinente. El menón, el Gorgias y el Protágoras (en mayor medida), son a nuestro juicio, los tres diálogos centrales referentes al problema aquí suscitado. Es por ello, que son la base para nuestra investigación. Debemos referir también que el orden de dichos diálogos no es por mera casualidad, sino, por la evolución filosófica (orden ascendente) del pensador aristócrata. Platón y Sócrates por una parte, creen que la virtud, como casi todas las cosas, son entes que en la reminiscencia se pueden comprender. La virtud es algo innato y no enseñable. Hay que recordar que la memoria ontológica juega un papel muy importante en la filosofía platónica. La experiencia sensible es, por ende, la oportunidad para que el alma recuerde lo olvidado. Pues aún siendo este mundo material sólo sombras efímeras de la realidad, existe una semejanza entre ambos, lo que ayudará a que se despierten las ideas adormecidas en la memoria. Por ejemplo, cuando un infante aprende la ciencia matemática, lo que en realidad sucede es que está recordando las ideas ya contempladas en su vida prenatal, olvidadas luego por el nacimiento. Por eso Platón sostiene que a p r e n d e r es rec o r d a r. La crítica filosófica encamina a contraponer y contrastar a diferentes autores entre sí, para arribar a una conclusión lo más valedera y universalmente posible. El método de investigación para la realización de este trabajo, es meramente crítico: poner en crisis a unos con otros, y presentar nuestra propia y nueva conclusión. Conclusión e inicio para trabajos posteriores.