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LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y EL IMPERIO NAPOLEÓNICO 1.- LA REVOLUCIÓN FRANCESA (1789-1804) 1.1.- EL ORIGEN DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA. CAUSAS Las causas de la Revolución Francesa se pueden resumir en: La pervivencia de una sociedad estamental no era asumible por la Burguesía debido a que no existía una correspondencia entre el creciente peso económico de ésta y su papel político reducido por la existencia de privilegios. El impacto intelectual que supuso la Revolución Americana y la creación de los EE.UU., que mostraron un modelo alternativo de gobierno muy alejado del Absolutismo, y que daba forma de las ideas ilustradas que se habían originado y desarrollado en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX. La extensión entre los franceses de las ideas liberales surgidas de la corriente ilustradas y apoyadas por el pueblo dirigidos por la Burguesía. Esta difusión se manifestó en un documento realizado por el Abate Sieyès: ¿Qué es el Tercer Estado?, que exponía la importancia numérica que tenía el pueblo frente a los estamentos privilegiados y proponía que la votación que se realizase durante los Estados Generales fuera individual. Una crisis productiva especialmente dura en el campo con malas cosechas que generan hambrunas en los centros urbanos. El Estado francés había sufrido periódicas crisis económicas motivadas por las largas guerras emprendidas durante el reinado de Luis XIV (Guerra de los 30 años – 1618-1648, Guerra de Sucesión Española – 17011713; etc..), a lo que hay que sumar los gastos de la Corte, las cuantiosas pérdidas que acarreó la Guerra de los Siete Años en que Francia luchó por el dominio mundial contra Gran Bretaña entre tres continentes (17561763) y el aumento de la deuda generado por los préstamos a las colonias británicas de Norteamérica durante la Guerra de la Independencia estadounidense (1774-1783). La política “liberal” de Turgot y Necker, que buscaban una reforma fiscal que solventara los problemas de la Hacienda, provocará la reacción de Nobleza y Clero que viendo peligrar sus fuentes de ingresos y sus privilegios económicos llevarán a cabo una oposición que se conoce como Revuelta de los Privilegiados (1788). Estas condiciones no dejan otra salida a Luis XVI que convocar los Estados Generales en el palacio de Versalles para el verano de 1789 ante la situación de descontento y crisis que existe en Francia. A pesar de que los cada uno de los estamentos (Nobleza, Clero y Tercer Estado) estaban de acuerdo con que la estabilidad de la nación requería una transformación fundamental de la situación, los antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados Generales. Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiados de la sociedad francesa se enfrentaron inmediatamente al Tercer Estado por su propuesta sobre nuevos métodos de votación (de acuerdo con los principios defendidos por Sieyès). Las discusiones relativas al procedimiento colmaron la paciencia de muchos de los representantes del Tercer Estado, que se constituyeron en Asamblea Nacional el 17 de junio. Este abierto desafío al gobierno monárquico, fue respondido privando a la Asamblea de su sala de reuniones como represalia; pero provocó que el 20 de junio la incipiente Asamblea Nacional se consolidara como lo demuestra el Juramento del Juego de la Pelota, por el que se comprometía a no disolverse hasta que se hubiera redactado una Constitución para Francia. En ese momento, las profundas disensiones existentes en los dos estamentos superiores provocaron una ruptura en sus filas, y numerosos representantes del bajo clero y algunos nobles liberales abandonaron sus respectivos estamentos para integrarse en la Asamblea Nacional. 1.2.- FASES DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA. EL INICIO DE LA REVOLUCIÓN. LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Y ASAMBLEA LEGISLATIVA (1789-1792) La posición inicial de Luis XVl le obligó a ponerse al frente de las transformaciones políticas que se sucedían en el país para evitar quedar marginado; aunque se preparó para evitar una situación incontrolable y dio instrucciones para que varios regimientos leales se concentraran en París y Versalles, para disolver por la fuerza a la Asamblea. Esta circunstancia fue “conocida” por el pueblo de París, que se lanzó a la calle como respuesta ante estas medidas de control real. El momento culmen de dichos altercados se produjeron con “La Toma de La Bastilla” el 14 de julio de 1 1789. La toma de este símbolo real dejó claro el apoyo popular con el que contaba la Asamblea Nacional Constituyente, pero generó temor entre la burguesía parisina ante la posibilidad de que la muchedumbre se volviera incontrolable y exigió medidas para apoyar a la Asamblea: 1.- Establecer un gobierno provisional local. 2.- Organizar una milicia popular, denominada oficialmente Guardia Nacional. 3.- Cambiar el estandarte de los Borbones por la escarapela tricolor (azul, blanca y roja) como la bandera nacional. En este ambiente la Asamblea Constituyente comenzó su actividad, dictando una legislación previa a la propia Constitución, entre los cuales destacamos la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, , sintetizados más tarde en tres principios, "Liberté, Égalité, Fraternité" ("Libertad, Igualdad, Fraternidad"). La primera Constitución fue aprobada el 14 de julio de 1790. A pesar de la gran modernidad del texto constitucional, no satisfacía las peticiones de un gran conjunto de la población, lo que provocaría la radicalización de la sociedad francesa. La radicalización se extendió rápidamente por toda Francia gracias a los clubes de los jacobinos (liberales más radicales) y adquirió gran impulso cuando la familia real fue detenida mientras intentaba huir de Francia en un carruaje con destino a Varennes el 21 de junio de 1791. Esto provocó la desvinculación de la Monarquía del propio proceso político, aunque por el momento Luis XVI seguía siendo rey, pero estaba bajo arresto domiciliario. La Asamblea Legislativa (que había sustituido a la Asamblea Constituyente tras la aprobación de la Constitución), que comenzó sus sesiones el 1 de octubre de 1791, estaba formada por 750 miembros que no tenían experiencia alguna en la vida política, dado que los propios integrantes de la Asamblea Constituyente habían votado en contra de su elegibilidad como diputados de la nueva cámara. Existía una división importante entre los diputados franceses, que podemos agrupar en: a).- Monárquicos. Tratan de establecer una Monarquía constitucional (este es el grupo más amplio) b).- Republicanos moderados (Girondinos): Buscan crear una República federal, que se debe lograr tras un proceso legislativo y administrativo lento. c).- Republicanos radicales (Jacobinos): Persiguen establecer una República centralizada, liberal e igualitaria conseguida mediante la fuerza si es necesario. Esta situación junto con el cautiverio del Rey, provoca una reacción entre los países absolutistas de su entorno, que amenazan con una intervención armada en Francia y una vuelta a las formas de gobierno del Antiguo Régimen. La guerra (Guerra de la Convención 1792-1795) se inició en abril de 1792, y la agresión de Austria y Prusia provocó que los miembros más radicales de la asamblea (republicanos) dieran un golpe de Estado para hacerse con el control de la Asamblea Legislativa, que pasará a llamarse Convención Nacional (1792-1795) en septiembre de 1792 1.3.-. LA I REPÚBLICA: LA CONVENCIÓN NACIONAL (1792-1795) En un primer momento serían los republicanos moderados (girondinos) son los que se hicieron con el poder, dando lugar a la primera etapa de la Convención: Convención Girondina (1792-1793) El desarrollo de la Guerra fue favorable, sobre todo tras victoria de Valmy (1792) y permitió que se consolidara la Convención Nacional recién formada. La primera decisión oficial adoptada por esta cámara fue la abolición de la monarquía y la proclamación de la I República. Las noticias que llegaban del frente semanalmente eran alentadoras: las tropas francesas habían pasado al ataque después de la batalla de Valmy y habían conquistado Maguncia, Frankfurt del Main, Niza, Saboya y los Países Bajos austriacos. La primera gran prueba de fuerza se decidió cuando la Convención solicitó que se juzgara al Rey por el cargo de traición y consiguieron que su propuesta fuera aprobada por mayoría. El monarca fue declarado culpable de la acusación imputada con el voto casi unánime de la Cámara en enero de 1793, pero no se produjo el mismo acuerdo cuando había de decidirse por la pena del acusado. Finalmente el rey fue condenado a muerte por un escaso margen de votos. Luis XVI fue guillotinado el 21 de enero. La influencia de los girondinos en la Convención Nacional disminuyó enormemente tras la ejecución del rey debido a: La falta de unidad del grupo girondino durante el juicio había dañado irreparablemente su prestigio nacional. Las derrotas sufridas por los ejércitos franceses tras declarar la guerra a Gran Bretaña, las Provincias Unidas (actuales Países Bajos) y a España, que se habían unido a la Primera Coalición contra Francia. El inicio de un levantamiento campesino en La Vendée de carácter reaccionario. 2 Esta situación permitió que los jacobinos dieran un golpe de estado, ocupando la Convención, e iniciándose el período que se conoce como Convención Jacobina (1793-1794). La primera decisión de la Convención Jacobina fue crear el Comité de Salvación Pública, que habría de ser el órgano ejecutivo de la República, y reestructuró el Comité de Seguridad General y el Tribunal Revolucionario. Se enviaron representantes a los departamentos para supervisar el cumplimiento de las leyes, el reclutamiento y la requisa de municiones. A partir de ese momento, los jacobinos iniciaron una depuración política con la finalidad de eliminar a sus rivales políticos y “garantizar” la Revolución La Convención Jacobina promulgó una Constitución “non nata” (24 de junio de 1793) en la que se ampliaba el carácter democrático de la República. Sin embargo, este marco jurídico nunca llegó a entrar en vigor. El 10 de julio, la presidencia del Comité de Salvación Pública fue ocupada por el dirigente jacobino Maximilien de Robespierre. Robespierre, apoyado por Carnot, Georges Couthon y otros significados jacobinos, implantó medidas policiales extremas para impedir cualquier acción contrarrevolucionaria. Los poderes del Comité fueron renovados mensualmente por la Convención Nacional desde abril de 1793 hasta julio de 1794, un periodo que pasó a denominarse Reinado del Terror debido a las formas despiadadas de persecución del Comité de Salvación Pública: El número total de víctimas durante el Reinado del Terror llegó a 40.000. Entre los condenados por los tribunales revolucionarios, aproximadamente el 8% eran nobles, el 6% eran miembros del clero, el 14% pertenecía a la clase media y el 70% eran trabajadores o campesinos acusados de eludir el reclutamiento, de deserción, acaparamiento, rebelión u otros delitos. Fue el clero católico el que sufrió proporcionalmente las mayores pérdidas entre todos estos grupos sociales. Durante este tiempo, el signo de la guerra se había vuelto favorable para Francia, derrotando a España y Austria, logrando una paz con Prusia y Gran Bretaña. Tras contener la situación bélica se inició una disputa por el poder dentro del Comité de Salvación Pública, ya que la persecución de Robespierre alcanzó a los miembros jacobinos y comenzó a extenderse el rechazo a las medidas de seguridad impuestas. El descontento general con el líder del Comité de Salvación Pública no tardó en transformarse en una auténtica conspiración. Así Robespierre, Saint-Just, Couthon y 98 de sus seguidores fueron apresados el 27 de julio de 1794 (Golpe de Termidor) y decapitados al día siguiente. La Convención Nacional estuvo controlada a partir de ese momento hasta de 1795 por el “grupo termidoriano” que derrocó a Robespierre y puso fin al Reinado del Terror (Convención Termidoriana – 1794-1795). Entre sus medidas más importantes se encuentran: Se clausuraron los clubes jacobinos de toda Francia. Fueron abolidos los tribunales revolucionarios. La Convención Nacional finalizó la redacción de una Tercera Constitución, que se aprobó oficialmente el 22 de agosto de 1795. La nueva legislación confería el poder ejecutivo a un Directorio, formado por cinco miembros iniciándose una nueva etapa de la Revolución Francesa: El Directorio. 1.4.- LA I REPÚBLICA: EL DIRECTORIO (1795-1798) La nueva Constitución incluía disposiciones que demostraban el distanciamiento de las formas políticas defendidas por los jacobinos. Este régimen no consiguió establecer un medio para impedir que el órgano legislativo entorpeciera el gobierno del ejecutivo y viceversa, lo que provocó constantes luchas por el poder entre los miembros del gobierno, sucesivos golpes de Estado y fue la causa de la ineficacia en la dirección de los asuntos del país. Desde sus primeros momentos el Directorio tropezó con diversas dificultades, a pesar de la gran labor de políticos como Talleyrand y Joseph Fouché: Crisis económica. Pervivencia de los ideales “democráticos” jacobinos en gran parte de la población urbana. Intentos de recuperación de la Monarquía. La falta de apoyos para el desarrollo de la labor del Directorio, se tradujo en diversos intentos de golpes de Estados de diversas facciones políticas, que rápidamente fueron sofocados. Esto llevó al Directorio a pensar que se necesitaba un liderazgo carismático que tuviera el apoyo indiscutible del ejército para evitar levantamientos. Por ello, se planteó un “autogolpe” de Estado para preservar lo obtenido por la Revolución, y el líder de ese movimiento sería el general de mayor prestigio de Francia: Napoleón Bonaparte. 3 1.5.- LA I REPÚBLICA: EL CONSULADO (1798-1802/1804) El golpe de Estado que tuvo lugar el 9 y 10 de noviembre (Golpe del 18 de Brumario) derrocó al Directorio. Este golpe no se convertiría en una tiranía militar, sino que transformaría la forma de gobierno en un Consulado (con tres cónsules, uno de ellos Napoleón) que gobernarían de forma casi directa Francia, dejando como garante de la Revolución al Ejército. Esta forma de gobierno no colmó las ambiciones políticas de Napoleón, que gracias a su carisma y al apoyo del ejército terminó promoviendo un plebiscito en 1802 que lo convirtiera en Cónsul Vitalicio, cargo que ostentará hasta 1804, momento en que se coronará como Emperador de los Franceses. Se inicia así el período del Imperio Napoleónico, que se divide en diversas fases en función de las etapas militares del propio Napoleón. 2.- EL IMPERIO NAPOLEÓNICO (1804-1815) Napoleón gobernó de forma autoritaria con el objetivo de consolidar las principales conquistas de la Revolución, y para lo cual llevó a cabo las siguientes medidas: a.- Consiguió pacificar a la sociedad francesa, poniendo fin a las luchas internas reprimiendo duramente a sus oponentes. b.- Firmó un Concordato en 1801 con el Papado por el que se normalizaban las relaciones con la Iglesia. c.- Reorganizó la administración para hacerla más eficaz. Creó para ello la figura de los prefectos, representantes del Estado en los diferentes departamentos (provincias). d.- Creó un sistema educativo estatal y centralizado desde la escuela primaria hasta la Universidad. e.- Reformó la Hacienda Pública. f.- Creó un Código Civil con el objetivo de simplificar y modernizar las leyes, protegiendo y garantizando la propiedad privada, la institución familiar y los principios liberales defendidos por la Revolución y la Burguesía. Napoléon construyó un gran imperio luchando contra las potencias europeas. Estos conflictos que se denominan Guerras Napoleónicas se desarrollaron entre 1804 y 1815 y determinaron en gran medida el desarrollo del gobierno de Napoleón. Las Guerras Napoleónicas se pueden organizar en tres fases: Victoria y expansión (1804-1808): los ejércitos franceses no parecían tener rival dentro de la Europa Continental, como lo demuestra su victoria en Austerlitz (1805) o Jena (1806). También ocupará España en 1808, donde se pondrá fin a esta fase tras la primera gran derrota de los franceses en la batalla de Bailén (1808), primera gran derrota de la “nación en armas” desde Valmy (1792). Dominio y Bloqueo Continental (1808-1812): la derrota de Bailén no tuvo un efecto inmediato sobre la capacidad el ejército napoleónico, pero si facilitó la intervención directa en la Europa Continental de Gran Bretaña, que hasta el momento se había limitado a una guerra marítima. Napoleón consciente que no sería capaz de conquistar Gran Bretaña, trató de ahogarla económicamente a través de un Bloqueo Continental a sus productos, impidiendo que llegara una importante fuente de ingresos; y de esta manera obligar a los británicos a pedir la paz. Pero la imposibilidad de controlar el contrabando y la necesidad europea de los productos ingleses, provocó el fracaso de esta maniobra. Campaña de Rusia y el final de Napoleón (1812-1815): Napoleón emprendió una campaña contra Rusia en 1812 que terminó con la trágica retirada de Moscú. Al tiempo, en España la derrota de Torres Vedrás, inició la expulsión de los franceses de la Península. Esto, sumado a la reorganización de sus antiguos enemigos (Prusia y Austria), provocaron que Napoleón fuese derrotado en la Batalla de Leipzig en 1813, dejando a los ejércitos aliados vía libre hacia París. Ante esta situación no le quedó más remedio que abdicar, siendo confinado a la Isla de Elba. Escapó de Elba en marzo de 1815, llegó a Francia y marchó sobre París tras vencer a las tropas enviadas para capturarle, iniciándose el periodo denominado de los Cien Días. La reacción de los aliados fue la campaña de Bélgica, que concluyó con la derrota final en la batalla de Waterloo, a manos de Wellington, el 18 de junio de 1815. Fue recluido entonces en Santa Elena, una isla en el sur del océano Atlántico. Permaneció allí hasta que falleció el 5 de mayo de 1821. 4