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AMIGOS Y SERVIDORES DE LA PALABRA 13 febrero 2015, viernes. V semana Tiempo ordinario DE LA PALABRA DEL DIA Le presentan un sordomudo y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gene, a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y dijo: Effetà (Ábrete). Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Mc 7, 32-35 ¿Cómo vivir esta Palabra? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oído y no oís? nos dirá Jesús en el siguiente capítulo (8,18). Él toma al sordomudo y lo lleva aparte. El que debe oír y ver es “separado” de la gente y llevado a oír y ver lo que en ningún lugar humano es dado de oír y ver: el misterio de la persona de Cristo Jesús, que ni la carne ni la sangre están en grado de comprender. El don de la revelación parte de la escucha (antes abre los oídos), solo después abre la palabra (le suelta la traba de la lengua). Este es un nuevo nacimiento: del aislamiento relacional a la plenitud de comunión, gracias a Jesús. El encuentro verdadero con los otros comienza al ponernos de rodillas. ¡El anuncio empieza con la escucha de la Palabra de Dios! Jesús nos indica que partamos de una relación profunda, personal, íntima con Él, para no llevarlo nosotros mismos, sino para que seamos profetas de Él Ayúdanos Señor, a doblar las rodillas ante Ti. Toma y guía mi mente y hazla pronta a tu servicio. La palabra del Papa Francisco “Él nos hace conocer al Padre, nos hace conocer la vida interior que Él tiene. y ¿a quíén revela esto el Padre’ ¿A quien le da esta gracia? “Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los doctos y se las has revelado a los pequeños y sencillos”. Solamente los que tienen el corazón como los pequeños son capaces de recibir esta revelación. El corazón humilde, manso, que siente la necesidad de orar, de abrirse a Dios, se siente pobre, solamente quien va adelante con la primera Bienaventuranza: los pobres de espíritu. Muchos pueden conocer la ciencia; la teología ¡también muchos! Pero si no hacen esta teología de rodillas, es decir, humildemente, como pequeños, no comprenderán nada. Nos dirán muchas cosas, pero no comprenderán nada. Solamente esta pobreza es capaz de recibir la Revelación que el Padre da mediante Jesús, a través de Jesús. Y Jesús es humilde, es manso, vino para los humildes para los mansos, para traer la salvación a los enfermos, a los pobres, a los oprimidos”. Homilía Casa Santa Marta, 12 febrero 2014) Comentario de Sor Monica Gianna, FMA mogianna@libero.it Casa di Preghiera San Biagio www.sanbiagio.org info@sanbiagio.org