Download clase de hoy 26-11-2008
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La conducta de la garrapata (explicada en clase), la impronta, el canto de los pájaros e insectos (como los grillos o las cigarras), la construcción de nidos por parte de las aves y algunos mamíferos (como las ratas) son ejemplos de instintos. En los seres humanos parece que, por ejemplo, la expresión de las emociones obedece a patrones de acción fijos; a favor de esa afirmación estaría el hecho constatado de que los niños nacidos ciegos y sordos expresan emociones de manera similar a nosotros, dado que no han podido aprenderlas se admite que estarían programadas genéticamente. En general, conforme más compleja es una criatura mayor es la aportación relativa del aprendizaje hasta que los individuos se convierten en adultos capaces de desenvolverse en su medio. Habitualmente el aprendizaje ha sido observado a través de la medición de cambios en la conducta: el individuo ahora hace cosas que antes obviamente antes no era capaz de hacer. Esta medición presenta a veces problemas puesto que cuando se quiere medir la ocurrencia de un aprendizaje se ha de diseñar una situación de prueba, de examen, que no interfiera con la manifestación de los aprendizajes que se quieren probar. Por ejemplo el caso de un estudiante que se ponga tan nervioso ante la situación de un examen oral que no sea capaz de ordenar adecuadamente el material para exponerlo. En la investigación sobre el aprendizaje se ha hecho un uso extensivo de animales, principalmente ratas, aunque también perros, gatos, palomas y monos. Actualmente se siguen haciendo investigaciones con animales pero desde la década de los 80 del siglo pasado se ha producido un decidido énfasis en el estudio del aprendizaje con sujetos humanos. Mientras que los mecanismos más simples de cambio de conducta –aprendizajese dan de manera similar en animales y humanos, ocurre que hay componentes cognitivos que son específicamente humanos y no se pueden estudiar en animales. RESPUESTAS REFLEJAS, HABITUACIÓN Y SENSIBILIZACIÓN. Los organismos “reaccionan” a los acontecimientos de su ambiente. Los ruidos extraños provocan respuestas de orientación y defensa. Si algo se mueve en la periferia de nuestro campo visual es probable que giremos la cabeza hacia ese lado. Un trozo de comida en la boca provoca salivación, una luz brillante provoca la contracción de la pupila, si tocamos algo muy caliente retiramos la mano inmediatamente, si algún cuerpo pasa a las vías respiratorias produce tos. Todos estos son ejemplos de conductas “elicitadas”, que ocurren como reacción al medio. La conducta refleja es la forma más simple de conducta elicitada. En el arco reflejo interviene el receptor, que envía la información a la neurona sensitiva, ésta al nervio espinal y de ahí a la interneurona de la sustancia gris de la médula. Se envía la respuesta a través del nervio espinal y de ahí va a la neurona motora, que lleva la señal al efector. La médula es el centro encargado de numerosas respuestas involuntarias, reflejas. Las interneuronas están dispuestas de tal forma que un conjunto de neuronas sensoriales se conecta sólo con un conjunto de neuronas motoras. Debido a esta conectividad restringida entre unas neuronas sensoriales y motoras concretas, la respuesta refleja sólo es desencadenada por un conjunto limitado de estímulos. Las neuronas aferentes, las interneuronas y las neuronas eferentes constituyen lo que se conoce como arco reflejo (véase Ilustración 1). En los vertebrados, el arco reflejo representa el mínimo de conexiones neuronales necesario para la acción (refleja). 1 Ilustración 1.- Corte de la médula espinal y órganos y células implicados en un arco reflejo En la felicitación de reflejos suelen intervenir estructuras neurales adicionales. Los mensajes sensoriales son transmitidos con frecuencia al cerebro, que puede influir de diversas maneras en el desarrollo del reflejo. Por ejemplo, los mecanismos de activación del cerebro pueden afectar a la excitabilidad de las neuronas (imagina que estás viendo una película de terror, y en el momento de más tensión, sin que lo esperes, alguien te da un golpecito en el hombro por detrás). Los reflejos innatos constituyen una parte importante del repertorio de conductas de los niños recién nacidos (succión, prensión…) Comportamientos innatos, instintos y conductas reflejas son términos que no van asociados aunque pueden ir. Los reflejos son simples mientras que los instintos son complejos y tanto unos como otros son innatos, no son aprendidos. Las conductas elicitadas presentan al menos tres elementos: el estimulo desencadenante, la acción o respuesta y los estímulos consecuentes de la acción (estimulación propioceptiva y de distintos tipos). Aunque la conducta elicitada es invariable, puede mostrar cierta plasticidad que se manifiesta en distintos valores para ciertos parámetros más que en cambios cualitativos en esas respuestas. Este es el caso de la habituación y la sensibilización. La repetición del estímulo desencadenante puede dar lugar a HABITUACIÓN o SENSIBILIZACIÓN. La habituación es una disposición decreciente para responder como resultado de una estimulación repetida. La disposición creciente para responder es lo que ocurre en la 2 sensibilización. Habituación y sensibilización han sido estudiadas con distintas respuestas. Por ejemplo han sido estudiadas con el reflejo de sobresalto que se produce en ratas. En la Ilustración 2 se puede observar el aparato usado para el estudio del sobresalto en ratas. Ilustración 2.- Aparato usado para el estudio del reflejo de sobresalto en ratas. En la caja que se observa en la Ilustración 2 los movimientos bruscos de la rata se transforman en movimientos del imán sobre la espiral de alambre, que crea pequeñas corrientes eléctricas que son registradas. Así, la corriente eléctrica registrada en voltios será mayor cuanto más bruscamente se mueva la rata, y tendremos una operativización del sobresalto de la rata cuantitativizado en voltios. En un experimento en el que se utilizó este dispositivo se presenta a las ratas un tono de manera súbita para producir el sobresalto o tono de prueba. Había dos grupos de ratas; a las de un grupo se les mantenía un ruido de fondo flojo, de 60 dB (decibelios) y a otro fuerte, de 80 dB (como el que hace el agua saliendo de un grifo con fuerza). En la Ilustración 3 se muestran los resultados del experimento. Las presentaciones sucesivas del tono de prueba (eje de abcisas) no siempre producen la misma respuesta de sobresalto. Cuando el tono de fondo es suave (60 dB), las repeticiones del tono producían reacciones de sobresalto cada vez más pequeñas (los puntos están más abajo en el eje de ordenadas, el de la variable dependiente que en este caso es la “magnitud del sobresalto”). Por el contrario, cuando el ruido de fondo era fuerte (80 dB), las repeticiones del tono suscitaban reacciones de sobresalto progresivamente más duraderas e intensas. 3 Ilustración 3.- Magnitud de la respuesta de sobresalto de ratas ante las sucesivas presentaciones de un tono con un ruido de fondo de 60 u 80 dB (según Davis, 1974). La habitación y la sensibilización representan los cambios fundamentales de la conducta que surgen a partir de la experiencia. La habituación es distinta de la adaptación sensorial y de la fatiga. En general, para que cualquier respuesta se dé se precisa la contribución tres elementos: los órganos de los sentidos, los circuitos neurales y los músculos efectores. 4