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LA NACIÓN » Edición Miércoles 13 de octubre de 1999 Los ruidos nos atacan Según un estudio, los chicos padecen problemas de audición cada vez más precozmente. El peligro es mayor entre quienes sufrieron otitis media a repetición en la infancia Los chicos, hipnotizados frente a la pantalla chica, escuchan la televisión a todo volumen. La música del minicomponente aturde a todo el edificio. Por los auriculares del walkman escucha no sólo su dueño, sino también el vecino. Pero los decibeles de más no entran por un oído y salen por el otro, sino que pueden producir daños irreversibles en el aparato auditivo. Cada vez, los consultorios médicos reciben pacientes más jóvenes con signos de hipoacusia inducida por el ruido , tal como se la denomina. "Este tipo de daño se está encontrando en chicos a edades más precoces. Hoy se atienden casos a partir de los 8 años con este problema", indica el doctor Enrique Mansilla, jefe de la sección Otorrinolaringología Infantil del Hospital de Clínicas y profesor adjunto de la cátedra de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. "Cuando se emplea el walkman a niveles tolerables no hay ningún inconveniente. Pero se debe dar la señal de alerta cuando los que rodean al que tiene los auriculares puestos también perciben los sonidos", advierte el especialista, que además es jefe de consultorios externos de la división Otorrinolaringología del Hospital de Clínicas. Ruidos y ruiditos Los ruidos ensordecedores, a corto o largo plazo, pueden ocasionar serias dificultades. Los decibeles de más no se pierden, sino que dejan marcas en el organismo. "Existen dos tipos de hipoacusia inducida por el ruido. Una es la traumática , producida, por ejemplo, por el estallido de una caldera. El sonido de la explosión daña las células cillíadas del aparato auditivo y las destruye, provocando sordera -explica-. En otros casos, esta patología se presenta por ruidos que no son tan potentes como una bomba, pero que también ocasionan daños permanentes." Aquí, el afectado no descubre de un momento a otro que perdió la audición, sino que el avance del trastorno es silencioso, y cuando llega al consultorio es demasiado tarde. Sin embargo, el organismo a veces brinda signos de alarma, según remarca el especialista. "Se debe prestar atención si luego de asistir a un recital de rock o una fiesta, el chico tiene la sensación de oído ocupado , o percibe el ruido menguado como si atravesara un filtro, o escucha un zumbido. Esta es la señal más importante. Es el grito de alarma de las células del aparato auditivo que indican que están siendo agredidas", advierte. Como la calvicie Por cierto, si se continúa sometiendo los oídos a sonidos estridentes, el deterioro avanza lentamente. "No se mueren todas las células cillíadas de una vez. Esto es como la calvicie, empieza por partes -compara-. Las primeras que se dañan son las que corresponden a la frecuencia de los sonidos agudos." De esta manera, se dejará de percibir la alarma del reloj de pulsera, el timbre del teléfono o de la casa. "Se debe prestar atención a las primeras señales de alarma, porque una vez que se murieron las células del aparato auditivo no hay recuperación de ninguna especie, ni siquiera existe la posibilidad de mejorarlo con un audífono", expresa. El cuadro parece complicarse si se registró otitis media recurrente durante la infancia, según una investigación financiada por el Comité de Exposición al Ruido del gobierno francés. El estudio realizado entre 1208 hombres de 18 a 24 años, que se incorporaban en las fuerzas armadas, reveló otro aspecto de esta situación. Más allá de que las audiometrías corroboraran la pérdida auditiva en aquellos que concurrían a conciertos de rock o habían trabajado en ambientes de alto nivel de ruido, la investigación mostró un panorama más sórdido para un grupo en especial: aquellos que empleaban auriculares al menos una hora por día y habían padecido otitis media recurrente en la niñez. "Los jóvenes que sufrieron infecciones óticas frecuentes en la infancia deben evitar el uso de auriculares ante el riesgo de perder la audición", coinciden Agnés Job, Marc Raynal y Phillippe Rondet, en la revista The Lancet. Además de hurgar en el pasado personal para saber si se es candidato a la sordera, lo cierto es que mucho se puede hacer para evitar estar en la zona de riesgo. Sólo es cuestión de mover la perilla del volumen a niveles tolerables. Actividades: a) Luego de la lectura del artículo periodístico, desarrollar las características específicas de los siguientes estudios en Sordera: 1) Descriptivo Poblacional Ecológico 2) Analítico Observacional De Cohorte 3) Descriptivo Individual Corte Transversal b) "Los jóvenes que sufrieron infecciones óticas frecuentes en la infancia deben evitar el uso de auriculares ante el riesgo de perder la audición", ¿Qué método y tipo de estudio usarías para demostrarlo? ¿Cómo organizarías el estudio? c) ¿Qué significa que el estudio es retrospectivo? ¿Qué tipo de estudio no puede tener esa característica? ¿Por qué?