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El presente documento se elaboró para presentar en el encuentro de Paraguay en el marco del Proyecto “Género, raza, etnia y cultura en el Contexto del Mercosur. Encarnación, Paraguay, 6 al 8 de junio de 2000”. Apoyado por CCFD (Francia), Vastenakie (Holanda), FIDENE/ UNIJUÍ (Brasil), CECTEC (Paraguay) MERCOSUR, GÉNERO Y SINDICALISMO ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA DE ARTICULACIÓN Alma Espino Ana Aguilera Serie SEMINARIOS Y TALLERES Nº 113 CIEDUR - Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo, Uruguay Américo Ricaldoni 2529 ap. 602. 11.600 Montevideo, URUGUAY. Tel/fax (005982) 480 86 85 E.mail: ciedur@chasque.apc.org Web: www.chasque.apc.org/ciedur PROPUESTA DE ARTICULACIÓN EN EL MARCO DEL PROYECTO “DESARROLLO, GENERO, ETNIA Y CULTURA EN EL CONTEXTO DEL MERCOSUR” APOYADO POR CCFD Alma Espino1 Nos vamos a referir a la propuesta que aparece en el Programa de este encuentro, acerca de las “Posibilidades de articulación en el espacio del Mercosur para operacionalizar nuestras acciones y constituirnos en una fuerza política a partir de la visión de cada país”. Una primera distinción que nos gustaría realizar en torno a este tema, es acerca de la existencia de lo que podríamos llamar dos espacios Mercosur: el primero, en el que actúan los gobiernos y que se genera a partir de la firma del Tratado de Asunción en en1991, que abre paso a una serie de acuerdos económicos y comerciales para instalar primero una zona de libre comercio entre los cuatro países y posteriormente, una Unión Aduanera imperfecta, con la fijación del arancel externo común (AEC) para la mayor parte del universo arancelario. Hay otra manera de entender este espacio Mercosur, que tiene que ver con la historia y las experiencias comunes de los pueblos que integran la región, de sus organizaciones sociales, y en particular del movimiento de mujeres y feminista. Ambos espacios y su articulación guardan relación con las propuestas que queremos discutir, aunque plantean algunos objetivos y estrategias diferentes. Nuestro planteo por lo tanto, elige empezar por el proceso de conformación del mercado común y los desafíos que este plantea, y que en primer lugar se expresan en la esfera económica y en sus impactos en el mercado de trabajo, pero que sabemos que van más allá. La puesta en marcha del Mercosur, significó cambios importantes en nuestras economías, en las corrientes comerciales en nuestros países. Paralelamente, se implementaron reformas y un paquete de políticas, con distinto ritmo e intensidad según los países –privatizaciones, disminución de la presencia del estado, planes de estabilización de precios y control del gasto público, desregulaciones en el mercado de trabajo-, todo lo cual contribuyó a cambios profundos en nuestras economías, en el mercado laboral y en la sociedad. Una primera constatación es la debilidad del tratamiento de la dimensión social en este proceso. Para compensar por lo menos en parte este déficit, desde los inicios del proceso de integración, las centrales sindicales agrupadas en la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS), formaron la Comisión Sindical del Mercosur para participar en forma centralizada en las diferentes instancias del proceso. De este modo, las organizaciones sindicales participaron en el Subgrupo de Trabajo Nº11 de "Relaciones laborales, empleo y seguridad social" de integración tripartita, hasta fines de 1994, en la determinación de las asimetrías más importantes en los mercados laborales de la región, promoviendo estudios sobre diferentes aspectos del mercado laboral para mejorar el conocimiento de la realidad regional y la capacidad de formulación de propuestas2. Alma Espino es economista y coordina el Proyecto “Género y desarrollo en los países del Mercosur” en CIEDUR. 2 La evaluación realizada en torno a las actividades en este Subgrupo por parte de los trabajadores destaca como aspectos positivos: "...la conquista por parte del movimiento sindical de la región de un espacio institucional y credibilidad política por parte de sus interlocutores, la acumulación de aprendizaje y capacidad técnica, el alcance de niveles inéditos de coordinación y articulación en la acción.” 1 1 A partir la nueva institucionalidad del MERCOSUR aprobada en el Protocolo de Ouro Preto, se constituyó el Foro Consultivo Económico y Social (FCES) como órgano de representación de los sectores económicos y sociales, integrado por igual número de representantes de cada Estado Parte, con funciones consultivas que se manifiestan mediante Recomendaciones al Grupo Mercado Común3 y se reinstaló el Subgrupo técnico de Relaciones laborales, ahora Nº10. Las actividades de la CCSCS y los trabajos en el Subgrupo Nº 11 y Nº10, dieron lugar a la propuesta de “Dimensión Social del Mercosur” (Protocolo Social), consistente en un sistema de reglas laborales y sociales que garantizan iguales derechos y condiciones de trabajo para todos lo trabajadores que libremente circulen por los cuatro países. Esta propuesta fue recogida por le Grupo Mercado Común (GMC) y elevada al Consejo Mercado Común, donde se aprobó la declaración Sociolaboral del Mercosur4. Por su parte, el GMC creó por resolución del 9 de marzo de 1998 la Comisión Sociolaboral del Mercosur5. Entre los identificados como avances en la consideración de la dimensión social de la integración se ubica el Observatorio del Mercado del Trabajo del Mercosur, creado por el Grupo Mercado Común, un órgano técnico permanente, de información y consulta sobre los temas relacionados con el mercado de trabajo, de carácter público, de gestión tripartita y subordinado al SGT Nº 10. El Observatorio se propone facilitar la toma de decisiones referentes al mercado de trabajo, fomentando la producción, recolección, análisis y difusión de información sobre el mercado de trabajo en la región, para lo cual, se plantea varios objetivos: consolidar la información producida sobre el mercado laboral en el ámbito del Mercosur; crear, mantener y divulgar una base de datos comparables; relacionarse con instituciones que realizan investigaciones; facilitar el conocimiento de estudios e informaciones sobre los resultados de las políticas, proyectos y programas de acción. Las actividades encaradas para el logro de estos objetivos pueden contribuir a reforzar una acción sindical más propositiva donde se conjuguen los aspectos comerciales, productivos y laborales. El género en las instituciones del Mercosur La perspectiva de género en el tratamiento de las tareas en el ámbito institucional del Mercosur, la perspectiva de género ha sido prácticamente inexistente hasta el presente, lo que probablemente se debe en parte, al propio carácter (esencialmente comercial) del proceso de integración. La experiencia internacional en relación a la cuestión de género en los procesos de integración regional registra sus principales antecedentes en las instituciones de la Comunidad Europea desde su fundación: compromiso de los Estados miembros a aplicar el principio de igualdad de retribución entre hombres y mujeres para un mismo trabajo (Art.119 del Tratado de Roma, 1957); declaraciones de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, respecto a remuneraciones, educación, protección social y conciliación de responsabilidades en el trabajo y la familia (Carta Social, 1989); cláusula de antidiscriminación basada en el sexo (Tratado de Amsterdam, 1997). A diferencia del Subgrupo Nº11, el FCES tiene mayor peso institucional al ser una de las seis instituciones del Mercosur; por su parte, integra a otros sectores sociales además de empresarios y trabajadores. 4 Documento sin efecto jurídico vinculante. 5 Organo tripartito, auxiliar del GMC, de carácter promocional y no sancionatorio con el objetivo de fomentar y acompañar la aplicación de la declaración Sociolaboral del Mercosur. 3 2 En el caso del NAFTA o TLC, en el Acuerdo Suplementario sobre Asuntos Laborales esta temática se halla tratada en relación a la observación de dos principios básicos: eliminación de la discriminación en el empleo (discriminación sobre la base de la raza, la religión, la edad, el sexo y otras razones) e igualdad salarial para hombres y mujeres. Su falta de cumplimiento no implica una sanción comercial (Frohmann, 1996) En el ámbito institucional del Mercosur como resultado del conjunto de acciones emprendidas desde los ámbitos oficiales que se ocupan de la situación de las mujeres en cada uno de los países y desde la sociedad civil a través de las Organizaciones No Gubernamentales, el Grupo Mercado Común (22 de julio de 1998), resolvió “establecer un ámbito de análisis de la situación de la mujer respecto a la legislación vigente en los Estados Partes del Mercosur, en lo que se refiere al concepto de igualdad de oportunidades”. Para ello creó mediante esa resolución, la Reunión Especializada de la Mujer (REM) con el objetivo de contribuir al desarrollo social, económico y cultural de las comunidades de los países miembros. Las representaciones son gubernamentales y pueden contar con “el asesoramiento del Foro de Mujeres del Mercosur, así como con otras asociaciones regionales sin fines de lucro”. Por su parte, la Declaración Sociolaboral del Mercosur en el capítulo de Derechos Individuales, Promoción de la igualdad, artículo tercero, se incluye la igualdad trato y oportunidades entre mujeres y hombres y el compromiso de garantizarla a través de la normativa y las prácticas laborales6. El movimiento sindical ha sido el protagonista principal en la discusión de los aspectos sociales. En éste, la presencia de las mujeres es todavía débil, a pesar del aumento de la participación relativa de la fuerza de trabajo femenina, y del desarrollo de actividades orientadas a colocar la problemática de género en la agenda sindical. Dicha debilidad se expresa en la ausencia de la temática de género en las plataformas sindicales; en la relativa o total falta de reconocimiento de intereses específicos por parte del sindicalismo; en la escasa participación y representación en las direcciones y por lo tanto, en las negociaciones. Los dirigentes sindicales, los negociadores, y por lo tanto, quienes tienen la posibilidad directa de incidir y participar son los trabajadores, pero no las trabajadoras. Esto significa que los intereses y demandas de género no aparecen como premisas de las negociaciones. En muchos casos, esto no significa que no se desea incidir al respecto, sino que se ignora en qué medida las políticas económicas y comerciales afectan las relaciones de género. Un conjunto de factores contribuyen a explicar la escasa incidencia de las mujeres en el ámbito sindical, de sus demandas y reivindicaciones: el sindicalismo representa principalmente al sector más tradicional de la fuerza de trabajo dentro de los asalariados típicos mientras que la inserción laboral femenina es mayoritaria en unidades de producción unipersonales, entre quienes trabajan por cuenta propia y en el servicio doméstico; el espacio sindical es esencialmente masculino, en términos de dinámicas de participación, discurso, lenguaje e intereses y predomina una concepción que considera idénticos intereses y demandas entre los trabajadores (Espino, 1998) En la propuesta de la CCSCS la cláusula al respecto era la siguiente: “Los Estados partes garantizan a través de la normativa y prácticas laborales, la vigencia y puesta en práctica de la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres, en particular en lo referente al acceso al empleo, remuneración, condiciones de trabajo, protección social, educación formación profesional y promoción de la carrera profesional”. 6 3 Sin embargo, la perspectiva de género no está completamente ausente en el movimiento sindical, y podemos decir que se registran algunos tímidos avances: formación de las comisiones tripartitas de igualdad de oportunidades en el empleo, existencia de cláusulas en los convenios colectivos. Uno de los pasos más significativos en este sentido fue la formación de las Comisión de Mujeres de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Mercosur en 1997. Entre otros, como resultado del accionar de la Comisión de Mujeres de la CCSCS, se está intentado instalar la cuestión de género en el Observatorio de Trabajo del Mercosur. La propuesta de incluir la perspectiva de género entre los objetivos de las actividades del Observatorio se ubica por un lado, entre los esfuerzos por mejorar el conocimiento del desempeño de las principales variables en los mercados de trabajo de la región y los efectos de las políticas en aplicación; por otro, responde al afán de garantizar la igualdad de oportunidades para ambos sexos, como una condición de la equidad social y de la eficiencia en la asignación de los recursos. El movimiento de mujeres Las posibilidades de articulación del movimiento de mujeres y feminista, de las ONGs que hacemos parte del mismo se pueden dar en el marco de la sociedad civil de los países de la región. Por ejemplo, la articulación previa a la Conferencia de Beijing permitió realizar una experiencia de coordinación y articulación de esfuerzos muy importante y posteriormente, contribuír al seguimiento de los compromisos. El Mercosur es así pues, una plataforma de acción. Existe otra propuesta que pasa por buscar formas de incidencia a distintos niveles en la institucionalidad Mercosur. Desde nuestra red, la experiencia ha sido por ejemplo en nuestro caso, una apuesta en el asesoramiento y el apoyo por medio de la capacitación y el aporte técnico a la Comisión de Mujeres de la Central de trabajadores de Uruguay (PIT/CNT) y a la Comisión de Mujeres de la CCSC. Las mujeres sindicalistas han elegido esta vía para insertar los temas de género en la agenda del Mercosur. Desde los distintos temas que preocupan al movimiento de mujeres y feminista y que se irán desarrollando en este encuentro podemos intentar ejercer la sensibilización y la presión política sobre diferentes interlocutores comprometidos con el proceso Mercosur desde la fuerza que nos puede dar una articulación regional. Ella nos permite que los avances que puedan darse a nivel de las legislaciones u otras medidas de política en un país, puedan servir de base de negociación en los otros. Pero, existen una serie de temas que si bien han sido poco abordados por el movimiento feminista, como los temas económicos, sin duda hoy por hoy todas pensamos que sobre los mismos debemos tomar posición. En esto se está empezando a trabajar desde diversos grupos de América Latina, nos referimos a lo que tiene que ver con género y economía, temas como los del ajuste estructural y más recientemente, la preocupación en torno a los temas de comercio y género. En este aspecto hay temas que nos serán tomados por todas las organizaciones pero que son de interés para las mujeres sindicalistas y para otras organizaciones que trabajan asuntos socioeconómicos. Desde los distintos espacios deberíamos ir construyendo la agenda de las mujeres del Mercosur, la que debería conocer y hacer suya la Reunión Especializada de la Mujer, así como los ámbitos de negociación de trabajadores y empleadores y en los que participan distintas organizaciones de la sociedad civil. Pero también, aunque todavía suene un poco ambicioso, debemos construir una estrategia para lograr que se transversalice la perspectiva de género en el conjunto de políticas comerciales y acuerdos económicos. En particular, nos interesa especialmente comenzar a trabajar estos aspectos, que son algo más que los impactos sobre el mercado laboral y que tienen que ver con la situación de 4 las mujeres en un ámbito más amplio y en general, con las relaciones de género al interior de cada sociedad. La red que formamos parte, junto a otras en las que también participamos debería contribuir a la construcción de esta agenda desde los diferentes ámbitos temáticos y de acción. 5 COORDINADORA DE CENTRALES SINDICALES DEL CONO SUR. UNA RESPUESTA DESDE LOS TRABAJADORES AL PROCESO DE INTEGRACIÓN REGIONAL. SÍNTESIS DE LAS PRINCIPALES ACCIONES Y PROPUESTAS Ana Aguilera7 I. Las organizaciones sindicales ante los desafíos regionales. La Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur8 comenzó sus trabajos en 1985 como un espacio de intercambio y de toma de posiciones sobre distintos acontecimientos del foro regional. En 1990 declaró su voluntad de acompañar e intervenir en el proceso de integración económica del Mercosur. En los años siguientes se continuaron los trabajos hasta que los gobiernos firmaron el Tratado de Asunción. En 1992, se creó el Subgrupo de trabajo Nº119 de “Relaciones laborales, empleo y seguridad social”10. El mismo tenía una integración tripartita y un carácter consultivo Una instancia orgánica de importancia para el movimiento sindical de la región fue la creación en el marco de la CCSCS de la Comisión Sindical del Mercosur11. Entre sus objetivos se encuentran : 1- “Realizar el seguimiento y acompañar todo lo que se discuta a nivel nacional y regional, así como de cualquier otro espacio de discusión. 2-Crear posibilidades para que el movimiento sindical de la región tenga condiciones para que las Centrales tomen posiciones comunes respecto a los temas planteados; 3-Organizar y procurar financiación para seminarios y tareas técnicas en el ámbito del Mercosur.” La Coordinadora se consolidó como una respuesta organizada desde una articulación de las organizaciones sindicales en el proceso de integración. Entre sus principios de acción se encuentran: 1- Solidaridad: que implica la defensa irrestricta de los derechos humanos sindicales en la región. 2-Pluralismo: entendiendo por ello el respeto y la libre expresión de las ideas y acciones de sus miembros. 3-Autonomía: que supone la autodeterminación y libre organización de la coordinadora. 4-Unidad: como objetivo que fortalezca la acción propia de la coordinadora. 5- proyección latinoamericana: como compromiso y aporte de la región hacia el resto del continente. Ana Aguilera es Socióloga y participa en el Proyecto “Desarrollo y género en los países del Mercosur en CIEDUR. 8 La Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS), está integrada por la CGT de Argentina, CGT, CUT y Forza Sindical de Brasil, CUT de Paraguay y PIT-CNT de Uruguay. Participan otras centrales de la región, la COB de Bolivia y CUT chilena. 9 Esta funcionó hasta 1994, en la actual estructura pasó a ser el subgrupo Nº 10. 10 Este subgrupo, que es de tripartito, participan gobiernos a través de los Ministerios de Trabajo, empresarios y trabajadores, se formó con 8 comisiones temáticas: Relaciones individuales de Trabajo, Relaciones Colectivas, Empleo y migraciones laborales, Formación profesional, Salud y seguridad en el trabajo, sectores específicos, y principios. 11 Esta fue creada en mayo de 1992. 7 6 Las propuestas y acciones de la Coordinadora se orientaron fundamentalmente a pronunciarse en la elaboración de alternativas a un proceso que impacta sobre las condiciones de vida de la/os trabajadores en particular y la población de toda la región. Los representantes de las organizaciones sindicales “defendieron la creación de un Mercosur que se debería fortalecer en términos del comercio entre los cuatro países y desde estos con terceros mercados; aumentar su capacidad de escala y al mismo tiempo transformarse en un nuevo polo de atracción de inversiones externas. Es una región rica en naturaleza y potencial humano por lo tanto, nuestros gobiernos deberían profundizar esa asociación y aumentar nuestra capacidad productiva y comercial, priorizando la eliminación del tremendo déficit social que aumenta cada día más en nuestra región”12. El aporte sindical al proceso de integración ha sido definido como: “los trabajadores mediante la Coordinadora, han sido los encargados de forcejear por la complementación de estos dos elementos, la dimensión socio-laboral, que ha todas luces, no pueden ni deben separarse. Las organizaciones sindicales de los países involucrados, representados en esta instancia, han abierto espacios y su contribución al proceso es inobjetable como uno de los actores más influyentes”13. Diversas propuestas fueron elevadas a través de cartas a los presidentes, que no fueron recibidas directamente. En oportunidad de la entrega de la cuarta carta, representantes de la Coordinadora se reúnen con los presidentes, hacen entrega de la misma, y allí se plantea: ”Es imprescindible asumir que profundizar la integración implica otros temas además de los comerciales. Los problemas sociales y laborales exigen atención”. “Todas estas decisiones afectan nuestra sociedad y por lo tanto, los gobiernos del Mercosur no pueden desconocer que las mismas exigen legitimidad para que se tornen eficaces, lo que no es posible sin la presencia de los actores involucrados. La participación del conjunto de la sociedad en este proceso es también una forma de profundizar y fortalecer la democracia”. Ha sido preocupación de las centrales sindicales el tratamiento de todos los temas desde una perspectiva de los trabajadores en distintos niveles, entre ellos se encuentran espacios de intercambio como lo fue el Encuentro entre sindicalistas de la CCSCS y sindicalistas de países de la Unión Europea14. Allí se definieron puntos de interés común y elementos que denominaron “condiciones fundamentales para la construcción de los espacios regionales integrados”. Entre ellos se encuentran: 1- Reconocer el papel fundamental del diálogo social, de la negociación colectiva y de la concertación como instrumentos para ordenar y controlar los efectos de la globalización/mundialización y de la integración y permitir la compatibilización de las dimensiones económicas y sociales de los cambios, en particular en lo que se refiere al desarrollo del empleo y a una reforma agraria integral para dar respuesta ala problemática campesina y a la producción de alimentos. 2- Crear instrumentos y medios que aseguren la coherencia económica y social de esta integración, tanto en lo que se refiere a las políticas estructurales, de infraestructuras y Por un Mercosur con empleo, democracia y derechos sociales. Declaración de la Coordinadora de Centrales Sindicales. Río de Janeiro, 10 de diciembre de 1998. 13 Gerardo Castillo. Director de Actividades de OIT. 14 Este se realizó del 11 al 14 de mayo de 1998, en Montevideo. 12 7 de servicios públicos como a la calidad de la protección social y de la seguridad social para los ciudadanos”. Un avance de importancia para la estrategia sindical la constituyó la firma por parte de los presidentes del Protocolo Socio- Laboral, que se constituye en un instrumento para el avance de las trabajadoras y los trabajadores. El mismo cuenta con capítulos sobre: derechos individuales, derechos colectivos y en este el reconocimiento a la libertad sindical, a la negociación colectiva en particular a la no discriminación. La dimensión de los desafíos es un hecho de permanente preocupación y búsqueda de alternativas, pero la inflexibilidad de las políticas económicas nacionales, la falta de apertura democrática de los órganos del Mercosur y un mercado de trabajo cada vez más desrregulado y flexible acentúan la necesidad de trabajo en común de las organizaciones sindicales y el aporte critico para alcanzar los objetivos propuestos. II. Participación sindical en el marco institucional. La Coordinadora participa en la primera instancia institucional que fue creada, el Foro Económico- Social, junto a otras organizaciones sociales, el mismo se define como ”un órgano de representación de los sectores económicos y sociales de los estados partes del Mercosur e integra su estructura institucional conforme del Protocolo de Ouro Preto”15. El Foro económico -social es valorado como uno de los logros más importantes que surge a través de los planteos de la Coordinadora. Se define su diferencia con los demás grupos técnicos por “su peso institucional. El Foro económico y Social pasa a ser una de las seis instituciones del Mercosur16, mientras los subgrupos no pasan de sus cometidos técnicos”17. La consolidación del FCES puede resultar una alternativa interesante para un proceso que presenta déficits democráticos importantes, una apertura que posibilite una participación real en el mismo, con posibilidades de incidencia puede ser el comienzo de avances en este sentido. En opinión del citado sindicalista aún deben hacerse esfuerzos para que esta participación se concrete, para esto se deben reconocer las especificadas de las organizaciones en cada país, sus distintos niveles de organización e incidencia: “ que pueden aportar distintos enfoques de asuntos que interesan a la sociedad civil de: género, generacionales, de medio ambiente, consumo, etc., atendiendo problemas que en gran medida no son clásicos en nuestras sociedades”. Reglamento del Foro Económico Social, mayo de 1996. La estructura institucional del Mercosur de acuerdo el Protocolo de Ouro Preto, la forman: el Consejo del Mercado Común, el grupo Mercado Común, la Comisión de Comercio, la Comisión Parlamentaria Conjunta, la Secretaría Administrativa y el Foro Económico- Social. 17 Mercosur: los desafíos de la integración. Entrevista a Alvaro Padrón: Representante del PIT-CNT en el FCES. 15 16 8 III. Participación y aporte de las sindicalistas en el marco de la Coordinadora de Centrales Sindicales. Dificultades en la participación sindical, inclusión en sectores de menor organización, limitaciones en la comprensión de la especificidad de la problemática laboral de las mujeres pueden considerarse entre los factores que retrasaron en la conformación de la Comisión de Mujeres de la Coordinadora y sus aportes.La misma comenzó a funcionar en mayo de 1997 y en su Plataforma de acción destacaba la importancia de que la Coordinadora asuma la problemática del trabajo femenino “para enfrentar tanto los efectos de los procesos de cambio tecnológico como las desigualdades de género, le cabe a las organizaciones de trabajadores un importante rol en la defensa de los derechos de las trabajadoras, para mejorar su posición en el mercado de trabajo y mitigar las desigualdades que hoy están sufriendo”. Para se resolvieron las siguientes propuestas de acción: 1- 2- 3- Incentivar la participación activa de las mujeres en el proceso de Mercosur e informar a todos los sindicatos, Departamentos y Secretarías de la Mujer sobre el mismo. Debatir temas referentes a salud, educación, capacitación y recalificación profesional, empleo y seguridad social para las mujeres trabajadoras en el Mercosur. Promover la implementación de la Plataforma de Acción de Beijing, estimulándola adopción de políticas de Acciones Positivas para las mujeres trabajadoras de los países del Mercosur, incentivando la implementación de la Carta Social “18 Su estrategia se ha desarrollado en torno a tres ideas centrales y en base a ellas se ha articulado su trabajo: 123- Actuar en conjunto. Exigir espacios de participación Colocar en la Agenda del Mercosur los temas socio- laborales. la forma de trabajo de la Coordinadora ha sido tomada por la Comisión de Mujeres, incursionando en todos los temas de manera de incorporar la óptica de las trabajadoras en los temas generales. Hasta la fecha se han realizados diversos seminarios, en los que se discutieron temas de interés para las trabajadoras: situación en el mercado de trabajo e igualdad de oportunidades en el empleo, participación sindical y en puestos de dirección, formación profesional y recientemente el tratamiento en la próxima Conferencia de OIT del Convenio 103, de maternidad con la aspiración de manejar propuestas comunes. El trabajo desarrollado se concreta de diversas formas, una de ellas es que se tomen demandas específicas en los documentos, propuestas de la Coordinadora y en el Protocolo Socio-laboral. En este último se incluyó en el primer capítulo de cláusulas de no- discriminación : “Los estados partes garantizan a través de la normativa y prácticas laborales, la vigencia y puesta en práctica de la igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres, en particular en lo referente al acceso el empleo, remuneración, condiciones de trabajo, 18 Infosur. Setiembre de 1997. 9 protección social, educación, formación profesional y promoción de la carrera profesional”. Entre su aporte a los organismos técnicos, recientemente se resolvió en la reunión del Observatorio de Trabajo del Mercosur19 la consideración de indicadores de género, con la aspiración de realizar un mejor diagnóstico de la situación de las mujeres en el mercado de trabajo y a partir de allí elaborar propuestas desde el marco de la Coordinadora. Aún cuando han sido importantes los avances de la Comisión de la Coordinadora de Centrales Sindicales persisten dificultades para las mujeres, en el plano laboral y en el sindical. El hecho de construir espacios de trabajo y reflexión puede contribuir a la consolidación de un trabajo difícil, pero también, es imprescindible la participación de las mujeres en espacios de poder para impulsar el debate que posibilite la comprensión en el plano interno de la necesidad de asumir por parte de todos, los reclamos de las trabajadoras. En este sentido, como fue expresado en la reciente Cumbre Sindical20 la propuesta de las mujeres consiste en que se adopten medidas positivas que garanticen la presencia de las mismas. “Somos plenamente conscientes que esto significa discutir espacios, compartir poder, poder para transformar las sociedades y economías actuales en realidades mas balanceadas y beneficiosas para todas las personas.” El Observatorio del Mercado de Trabajo, es un organismo técnico permanente, de información y consulta de los temas relacionados con el mercado de trabajo, es de carácter tripartito. 20 Esta se realizó los días 6 y 7 de diciembre de 1999 en Montevideo. En el transcurso de la misma se realizó simultáneamente una Cumbre de Mujeres Sindicalistas. 19 10 Bibliografía. Alonso, José María, Espino Alma, Kaplum Mario, Mazzuchi, Graciela: Se nos vino el Mercosur. Los trabajadores en el proceso de integración. Montevideo. Segunda edición. 1996. CIEDUR-DATES. Fundación Friedrich Ebert. Declaración Socio-Laboral. Un camino recorrido a la participación sindical. CCSCS Y OIT. Montevideo 1999. Informe de la cumbre de Mujeres sindicalistas a la Plenaria de la Cumbre sindical del Mercosur. Infosur. Nº2. Montevideo. 1997. Fundación Friederich Ebert: Las dimensiones del Mercosur y las trabajadoras. SeminarioTaller. Montevideo, 5 de agosto al 7 de octubre de 1999. Mercosur: los desafíos de la integración. Alma Espino, compiladora. Red de apoyo a Organizaciones Sociales. Montevideo. Junio 1998. Retamoso Graciela: La integración desde la perspectiva de las trabajadoras. Encuentro regional Mujer y Mercosur. Montevideo. 19, 20 y 21 de mayo de 1999. Archivo: 01/00 Dep.Legal: 318.126 / 00 11