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Institución Educativa Privada “El Carmelo” 3er año Historia Universal El apogeo del absolutismo en Francia (siglo XVII) Durantes el siglo XVII, el absolutismo se consolido en varios países como forma de gobierno. Francia fue el caso más representativo de este sistema. Y mientras Francia ampliaba su influencia, se desató la guerra de los treinta años (1618 –1648). Inicialmente, este fue un conflicto entre católicos y protestantes dentro del imperio germánico, pero luego alcanzó a todo el continente. La paz de Westfalia puso fin al conflicto, consolidó la hegemonía francesa y permitió el surgimiento de nuevas potencias en el este europeo. La crisis del siglo XVII. A fines del siglo XV y durante todo el siglo XV, hubo en Europa una marcada expansión política debido al descubrimiento y colonización de nuevas tierras; asimismo el comercio se desarrolló y la producción industrial creció. A esta etapa de auge siguió un periodo de estancamiento. La crisis surgida en el siglo XVII se manifestó en dos aspectos: Aspecto Demográfico. En el siglo XVII el crecimiento demográfico de detuvo, e incluso retrocedió en algunas regiones debido. Principalmente, al hambre, a la peste y las guerras que sacudieron a Europa durante este siglo. Todo esto influyó en el retroceso demográfico. Tanto por sus consecuencias directas (destrucción de cosechas, aumento de cargas fiscales para financiar al ejército, etc). Aspecto Económico. Se produjo un retroceso general del comercio, sobre todo en la zona del mediterráneo. Durante el siglo XVI, los precios de alimentos aumentaron constantemente a causa de una mayor demanda, favorecida por la abundancia de metales preciosos. En cambio durante el siglo XVII los precios variaron constantemente, perjudicando a los estratos más bajos de la sociedad, pero favoreciendo a otros, como el de los burgueses. La Agricultura, que siguió la principal actividad económica europea, no desarrolló nuevas técnicas para aumentar la producción y abasteció escasamente a la población. Una serie de malas cosechas ocasionó el hambre generalizada. Los precios oscilaron permanentemente, lo que perjudicó a amplios sectores de la población. La hegemonía francesa Luego de la guerra civil que se produjo en Francia en el siglo XVI, provocada por los enfrentamientos entre católicos y calvinistas, el ascenso de Enrique IV trajo la paz interna al país. Como resultado de la estabilidad económica y política experimentada, Francia se convirtió en la monarquía predominante del siglo XVII. Luis XIII(1601- 1643) Tras el asesinato de Enrique IV en 1610, le sucedió que su hijo Luis XVII, quien fue temporalmente representado por su madre, María de Médicis, debido su minoría de edad. Esta situación fue aprovechada por la nobleza, que se rebeló contra la autoridad real reclamando sus antiguos derechos, y que en 1614 exigió la convocación de los estados generales (los últimos que tendría Francia hasta 1789). Luis XIII, cansado de reinar bajo tutela, exilio a María de Médicis. Sin embargo, el rey tuvo que recurrir a la asesoria de Armando Jean du Plesis, duque de Richelieu- a quien reconocía como un hábil mediador entre él y los nobles- y, los hizo nombrar, cargo que desempeño hasta su muerte. La meta de Richelieu era afirmar el poder real sobre todas las cosas y convertir a Luis XVII en el monarca más poderoso de Europa. Por ello, buscó el sometimiento de la nobleza, la neutralización de los protestantes y el afianzamiento internacional de Francia. El sucesor de Richelieu fue el cardenal Mazarino, quien, tras la muerte de Luis XVII(1643), asumió – bajo la regencia de la reina madre, Ana de Austria- la dirección del gobierno del nuevo monarca, Luis XIV. Durante el gobierno de mazarino, la guerra de los treinta años llegó a su fin. Sin embargo, la situación financiera obligó a aplicar pesados tributos que afectaron a comerciantes, campesinos y artesanos. A ello se unió el descontento de la nobleza y de la burguesía. Todo esto devino en una guerra civil que concluyó con el triunfo del poder real. Institución Educativa Privada “El Carmelo” 3er año Historia Universal Luis XIV Luis xiv ejerció el gobierno más largo de Francia. Tras la muerte de mazarino decidió no elegir primer ministro, por lo que trabajó personalmente a la cabeza del gobierno. De ahí viene la famosa frase ”el estado soy yo”. Su política interna Luis XIV se rodeó de ministros eficaces que no tuvieron demasiado poder. El más importante fue Jean Baptiste Colbert, que se encargó de los asuntos económicos. Colebert, de origen burgués y partidario del mercantilismo, desarrolló una política económica orientada a la obtención de metales preciosos. Para ello estimuló la exportación de artículos franceses, redujo las importaciones y fomentó la industria nacional. Creó y apoyó las llamadas manufacturas reales, como la de tapices de la familia de tintoreros de gobelin. También propuso medidas que favorecieron al comercio interno y tributario, haciéndolo más eficaz. Paralelamente a la centralización política y administrativa, Luis XIV decidió someter a la nobleza privándola de sus posesiones para evitar que compitiera con la autoridad del rey. Con la creación de la corte de Versalles, transformó a la nobleza, que aún mantenía rasgos feudales, en una nobleza cortesana totalmente dependiente del monarca. A cambio de su sumisión otorgó pensiones y atribuciones. En el plano religioso, revocó el edicto de Nantes, lo que obligó a muchos protestantes a huir de Francia para evitar ser perseguidos. Su política internacional En lo que se refiere a su política internacional, el rey se basó en el principio de fronteras naturales de Francia. Para Luis XIV, estas debían ser los pirineos en el sur y en el este. Esta posición lo llevó a emprender guerras que, aunque no siempre fueron exitosas, le permitieron obtener Estrasburgo, parte de Luxemburgo y Flandes. La última gran guerra se desencadenó en 1700 por la muerte del último Habsburgo en España: Carlos II. El monarca francés intentó colocar a su nieto Felipe de Anjou en el trono español. La oposición de Inglaterra y Austria. Inició la guerra de sucesión española, que culminó con la firma del tratado de Utrecht (1713), mediante el cual los bornones renunciaron a la unificación de las coronas de Francia y España, y así Felipe V fue reconocido como el nuevo rey español. A la muerte de Luis XIV, en 1715, Francia estaba territorialmente fortalecida y había logrado imponer su hegemonía en Europa. El rey, autoridad suprema Era importante que el público advirtiera, por el rango de aquello de quienes me servía, que yo estaba dispuesto a compartir mi autoridad y que ellos mismos (mis colaboradores) sabedores de lo que en realidad eran, no concibiesen más altas esperanzas que aquellas que yo quisiese otorgarles ( ...). Siempre se me vio a seguir la misma ruta, querer estar informado de todo, escuchar los ruego y súplicas de todos, incluso de los más humildes, conocer el nombre de mis soldados (...) conservar en mis sola persona toda la autoridad... Luis XIV. Memorias para la instrucción del delfín.