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EL SÍ DE MARÍA, ALEGRÍA PARA EL MUNDO EL SÍ DE MARÍA, ALEGRÍA PARA EL MUNDO (A la entrada se entregará a cada joven un recorte en cartulina de color que dice “Sí”) Saludo del sacerdote Nuestro mundo está lleno de prisa y ruidos. Falta silencio, capacidad de escucha, cercanía. Con María podemos aprender el silencio y la cercanía de Dios. Podemos además descubrir las búsquedas del corazón del hombre. Nuestro corazón late, late y late… al ritmo de Dios… deja que Dios te gane, deja que María te enseñe la alegría de perder. Canto: (Durante el canto se expone el Santísimo): Busca el silencio Proclamación del evangelio: Lc 1, 35-38 El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo (...). El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el hijo que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios» (...). Dijo María: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra». Y el ángel, dejándola, se fue. Breve reflexión: Eran tiempos convulsos, el pueblo de Israel esperaba la luz definitiva. Es en medio de la convulsión de un pueblo donde María escucha: “alégrate, el Señor está contigo”. Dios irrumpe en la historia, y en medio de nuestro mundo y nuestra vida adormecida sigue resonando el anuncio del ángel: “alégrate, el Señor está contigo”. María está a la espera. Su corazón pobre y sus manos vacías, abiertas y libres, acogen los planes de Dios, que traen la dicha y la paz para la humanidad. En María este anuncio encuentra resonancias nuevas e insospechadas, resonancias que tomaron la fuerza necesaria como para poner en marcha una nueva creación. María concibe en su corazón antes que en su vientre, dice sí a lo que se gesta en su interior. Canto: Alégrate el Señor está contigo, no temas, te doy mi Espíritu; y yo quiero sentir lo mismo y no temer, conmigo está tu Espíritu, tu Espíritu. Silencio (con las preguntas siguientes) ¿Qué se gesta ahora en tu vida? ¿Qué tiempo nuevo te ofrece el Señor en este momento? ¿Qué plan te está esperando…? María dice SÍ A dos coros: Señor de la historia y de la vida, queremos estar atentos a tu palabra, ser jóvenes llenos de alegría y pasión por un mundo nuevo. Haznos comprender cuál es tu voluntad sobre nosotros y sobre el mundo en el que vivimos. Llénanos de fe y de esperanza en tu proyecto, llénanos de fuego y de luz que llevemos a los demás. A veces, nos parece que tu plan es demasiado sencillo, demasiado austero, demasiado exigente… y nos seducen las voces del éxito, la fama, el poder.. o la comodidad. ¡Haznos hombres y mujeres libres que encuentren el sentido de su vida en el dar y el entregarse! Otras veces experimentamos que somos poca cosa, pequeños para llevar a cabo el proyecto de tu reino. Nos desanima ver tanta injusticia en el mundo. ¡Haznos comprender que tú eres el que harás lo imposible si nosotros te decimos sí! Toma Señor nuestras vidas y susurra en ellas tu plan de salvación para todos los hombres, nadie ha de quedar fuera. ¡Haznos instrumentos de este plan, para que todos tengan una vida nueva y buena! Canto: Dejarme hacer/Hay una fuerza/Donde tú quieras quiero vivir/ Lector 1: Ningún ser humano puede vivir sin alegría. ¿Qué es una vida sin alegría de vivir? Dios quiere colmar todos los deseos del hombre. Allí donde hay alegría hay creación, donde está Dios, nace la alegría. Silencio Salmo a dos coros Felices quienes siguen confiando, a pesar de las muchas circunstancias adversas de la vida. Felices quienes tratan de allanar todos los altibajos de la existencia: odios, marginaciones, discordias, enfrentamientos, injusticias. Felices quienes descienden de sus cielos particulares para ofrecer esperanza y anticipar el futuro, con una sonrisa en los labios y con mucha ternura en el corazón. Felices quienes aguardan, contemplan, escuchan, están pendientes de recibir una señal y cuando llega el momento decisivo, dicen: sí, quiero, adelante, sea, en marcha. Felices quienes denuncian y anuncian con su propia vida y no solo con palabras. Felices quienes rellenan los baches, abren sendas, abajan las cimas, para que la existencia sea para todos más humana. Felices quienes cantan al levantarse, quienes proclaman que siempre hay un camino abierto a la esperanza, diciendo: “no tengáis miedo, estad alegres, Dios es como una madre, como un padre bueno que no castiga nunca sino que nos alienta y acompaña… siempre. Signo: Un mundo triste Lector 1: Hay situaciones que quitan la alegría. En el mundo que habitamos encontramos las huellas del no amor, del individualismo de quienes se encierran en su poder. Con nuestra vida decimos a menudo “no” al plan de Dios, a la bondad, a la misericordia, al perdón… miremos nuestra vida y miremos el mundo. (Dos personas leen las frases, mientras se van pegando en un mural blanco. Debajo estará una imagen de María). Respondemos: María, que estemos atentos a nuestros hermanos. La vida está amenazada, herida por el desamor, el odio y la violencia. En los pueblos resuena el conflicto, el desacuerdo, los vientos de la guerra. La tierra está amenazada por la destrucción ecológica. Las gentes están angustiadas a causa de injusticias generadoras de pobreza y miseria. Las promesas de solidaridad se ven cada vez más defraudadas y la globalización con rostro humano sólo es una palabra vacía. En nuestra sociedad no hay sitio para los pequeños, los pobres, los emigrantes, los ancianos… Canto: Ruidos Pueden proyectarse imágenes de situaciones del mundo de hoy: Siria, Irak, desahucios, soledad…) Silencio Lector 2: Dios no deja al ser humano aislado y en el temor. Irrumpe en la historia dando vida. Le busca, le llama, le bendice y promete salvación. En esa encrucijada de caminos, en esos orígenes de debilidad y de gracia, de pecado y salvación, surge velada la presencia de María, como Buena nueva de Dios para la Humanidad. Dios le propone formar parte de una historia de salvación y María con su vida dice “Sí”. Alentada por la promesa de victoria, está comprometida en la lucha con el mal, en la búsqueda de caminos de paz y de esperanza. (Dos personas leen las frases mientras otros van retirando los trozos de papel que tapaban la imagen de María). Respondemos: María, haznos portadores de alegría. Samaritanos anónimos se acercan a los excluidos y marginados de la sociedad con ternura, gratuidad y acogida. Testigos en los que sigue viva la llama de la esperanza y la confianza, a pesar de todo. Orantes que desafían a lo imposible y abren caminos de diálogo y escucha. Hombres y mujeres que creen que el amor es esencial para vivir y crecer como personas. Personas que dedican su vida a los que tienen más cerca, en lo cotidiano y sencillo dando la vida. Canto: Muéveme, Sigue habiendo,… Pueden proyectarse de nuevo imágenes de situaciones de Síes al plan de Dios. Silencio Testimonio de alguna carmelita o alguna persona cercana al mundo teresiano. Signo: Que mi sí, alegre el mundo En un lado de la iglesia estará la palabra ALEGRÍA hecho con poliespam, corcho o algo sobre los que se pueda pinchar. Ahora nos toca a nosotros, te toca a ti. ¿Con qué “sies” vas a alegrar el mundo? ¿a qué vas a decir sí? Qué compromiso puedes asumir, qué riquezas puedes dejar… tomate un tiempo, cuando el canto empiece ponte en pie y pincha tu sí en la palabra alegría, escribe en él si quieres a qué estás diciendo sí… Canto: Aleluya, Aleluya el Señor ama a su pueblo en verdad. Aleluya, Aleluya gloria al Señor, mi Dios. Que vuestra alegría la conozca la tierra, mano con mano cantad al Señor. En nuestra pobreza construimos el Reino, bienaventurados el nos llamó… Que vuestra alegría se transmita en el mundo, llama que corre, dad fuego a la tierra. Codo con codo, en medio del dolor, sembremos concordia, signos de amor… Se puede cantar también: Si el grano de trigo (o los dos). Magníficat: lo rezaremos intercalando en cada estrofa una antífona cantada o directamente un canto del Magníficat Canto: Yendo contigo, nada me inquieta marcho con paz y fuerza, yendo contigo todo se espera cada mañana es nueva. Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. yendo contigo… Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos. Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. yendo contigo… Despedida: Sí, hágase, es la palabra bendita que no nos cansamos de agradecer. Con ella termina el largo adviento del mundo y de la historia. María abre las puertas de su libertad, y esa entrega abre las puertas de la vida a todos los hombres. Su sí es la alegría de todos los que se acercarán a su Hijo. Canto: (mientras se guarda el santísimo). Todos Juntos: María, tú abriste el corazón a Dios y dejaste que su amor modelara tu vida… Enséñanos a confiar y abandonarnos a sus planes. De tu interior brotaba siempre un sí fiel y constante… Enséñanos a ser servidores generosos del Reino. Velaste con delicadeza y ternura cada hora de tu hijo Jesús… Enséñanos a acoger con respeto y gratuidad a todos los que sufren y quedan a la orilla de la vida. Canto: Nada nuevo tras de ti o vale la pena/ Dios te salve María Al e g r í a La vida está amenazada, herida por el desamor, el odio y la violencia. En los pueblos resuena el conflicto, el desacuerdo, los vientos de la guerra. La tierra está amenazada por la destrucción ecológica. Las gentes están angustiadas a causa de injusticias generadoras de pobreza y miseria. Las promesas de solidaridad se ven cada vez más defraudadas y la globalización con rostro humano sólo es una palabra vacía. En nuestra sociedad no hay sitio para los pequeños, los pobres, los emigrantes, los ancianos…