Download ENFERMEDAD POR ARAÑAZO DE GATO
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La enfermedad por arañazo de gato (EAG) es un proceso infeccioso benigno que se produce en el humano a causa del arañazo o lamido de un gato, y exhibe diferentes formas clínicas según el compromiso inmunológico del paciente.1 Generalmente se presenta como una linfadenitis regional de carácter autolimitado que afecta los ganglios linfáticos en dependencia del sitio de inoculación, aunque en algunos casos puede causar fiebre prolongada y comprometer otros órganos y sistemas.1,2 La primera descripción de la enfermedad se realizó en 1950 por los científicos franceses Robert Debre y Pierre Mollaret.3 Inicialmente se pensaba que la enfermedad era producida por hongos, virus, clamydias o micobacterias. En 1993 sobre la base de estudios serológicos, epidemológicos y moleculares, fue considerada Rochalimaea henselae, bacilo gramnegativo perteneciente a la familia Rickettsiaceae, el agente etiológico de la EAG. Actualmente por variaciones en la nomenclatura este microorganismo se ha denominado Bartonella hensela.4 Caso clínico Paciente YLMR, sexo masculino, de 13 años de edad, con antecedentes personales de asma bronquial, se consulta en nuestro centro por presentar aumento de volumen en región axilar izquierda de tres3 semanas de evolución acompañado de temperatura de 37,5 ºC – 38,5 ºC que persistió durante 72 horas. Al examen físico se constató adenopatía axilar izquierda de 6 cm de diámetro, dolorosa, bien delimitada, de consistencia fibroelástica, adherida a planos profundos y con discreto eritema de la piel que la recubría. Se valoró por el Servicio de Cirugía donde por las características de la lesión se decidió realizar biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) con el objetivo de descartar proceso linfoproliferativo; la muestra no fue concluyente para el diagnóstico y se decidió su ingreso para completar estudio, el cual se evaluó en esta oportunidad por el Servicio de Infectología Clínica. Durante el interrogatorio al paciente se obtuvo como dato de interés que este tenía como mascotas 2 gatos, uno de los cuales lo había arañado aproximadamente 4 semanas atrás en el antebrazo izquierdo, y se le presentó una lesión pustulosa que se interpretó como una infección sobreañadida. Al examen físico además de la lesión descrita inicialmente se constató aumento de volumen doloroso, poco movible, de aproximadamente 8 cm de diámetro, localizado en región interescapular, sin poder precisarse nuevo arañazo. Con todos estos elementos se indicó un grupo de exámenes complementarios, así como practicar exéresis de la lesión inicial para estudio histológico. Exámenes complementarios: Hemograma: Hemoglobina: 122 g/L, leucocitos: 9 x 109/L, eritrosedimentación: 30 mm/h. Inmunofluorescencia indirecta (IFI) para diagnóstico de toxoplasmosis: sueros pares negativos. Prueba de Mantoux: 2 mm. Prueba de Brucelas, Paull Bunnel y de Davidson: negativos. Radiografía de tórax: negativa. Ultrasonido de abdomen: no presencia de alteraciones de hemiabdomen superior ni inferior. Biopsia 2000 B 737: linfadenitis crónica con focos pionecrotizantes diseminados. Bajo el diagnóstico de enfermedad por arañazo de gato se indicó tratamiento con eritromicina (50 mg/kg/d, v.o) durante un período de 10 días, y se comprobó resolución total del cuadro clínico. Discusión La enfermedad por arañazo de gato constituye una causa frecuente de linfadenopatía regional en niños y adolescentes, aunque en no pocas ocasiones pasa inadvertida para nuestros médicos. Es considerada una enfermedad no contagiosa y se produce a causa del arañazo, lamido o mordedura de un gato, ocasionalmente de un perro o mono, si bien en el 1 % de los pacientes no se obtiene antecedentes de contacto con animales.1,2 La enfermedad tiene tendencia estacional (otoño e invierno) y en su forma clásica inicia como una linfadenitis regional precedida en días o semanas por una lesión cutánea que se corresponde con el sitio de inoculación. Con relativa frecuencia las adenopatías se ubican en extremidades superiores, cabeza y cuello, y es en el 80 % de los casos la única manifestación de la enfermedad.5-6 Los ganglios axilares, como sucedió en nuestro enfermo, son los más comprometidos. Generalmente son dolorosos, de 1 a 10 cm de diámetro, con piel hiperémica, y supuración espontánea en el 10 % de los casos. La fiebre y otros síntomas generales se describen con menor frecuencia, aunque en pacientes inmunocomprometidos se presentan de forma importante.7 Aproximadamente del 5 al 20 % de los casos presentan formas atípicas de la enfermedad; el síndrome óculo-ganglionar de Perinaud (conjuntivitis y adenopatía preauricular ipsilateral) es la más común de estas formas. La encefalitis, neumonía con derrame, hepatitis granulomatosa, anemia hemolítica y adenitis mesentérica son otras manifestaciones atípicas de esta entidad.8-9-11 Clásicamente el diagnóstico de la enfermedad se establecía en presencia de 3 de los siguientes criterios: 1. Antecedentes de contacto previo con gatos y presencia de una lesión dérmica u ocular. 2. Prueba cutánea para EAG positiva. 3. Exclusión de otras causas frecuentes de adenopatías (toxoplasmosis, tuberculosis, brucelosis, mononucleosis y enfermedades malignas) y 4. Biopsia de ganglio con histología característica.5,12,13 Actualmente en pacientes cuyo cuadro clinicoepidemiológico nos sugiera este proceso es posible realizar un diagnóstico más rápido mediante la utilización de pruebas sexológicas, como son las técnicas de inmunofluorescencia indirecta y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para la detección del DNA de la Bartonella,14,15 técnicas que por su alto costo no están disponibles en todos los centros hospitalarios. Un tema controvertido entre los galenos continúa siendo el tratamiento de la enfermedad. Muchos científicos sustentan la teoría del tratamiento sintomático al tener en cuenta la evolución autolimitado de la mismestaa. Para este grupo, el uso de antibióticos está justificado exclusivamente en pacientes gravemente enfermos y huéspedes inmunocomprometidos.16 Los pacientes inmunocompetentes con enfermedad leve probablemente no requieran tratamiento, sin embargo, algunos estudios han demostrado la desaparición más rápida de las adenopatías con el uso de antibióticos, al igual que sucedió en el caso reportado en este artículo. Los macrólidos, rifampicina, gentamicina, ciprofloxacino y las sulfas son los antibióticos utilizados con mayor frecuencia.17,18 Hasta hace algunos años se planteaba que la enfermedad por arañazo de gato confería inmunidad de por vida, no obstante su recurrencia ha sido comunicada en Estados Unidos de Norteamérica (1995) y Argentina (1999).19 Es de suponer entonces que las actividades preventivas continúan siendo de vital importancia en el control de la enfermedad. Recordar que los gatos, fundamentalmente cachorros, son la principal fuente de infección de Bartonella henselae, por lo que evitar el contacto, arañazos y/o mordeduras de estos animales es el pilar más importante para disminuir considerablemente las estadísticas de la enfermedad.