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EL EMPLEO EN LA ARGENTINA: PRESENTE Y PERSPECTIVAS La situación del mercado de trabajo Luego de una larga recesión, la economía argentina muestra signos de recuperación, los cuales han ido haciéndose más robustos a lo largo del año 2003 y comienzos del actual. En este contexto, el empleo presenta un alentador crecimiento. De acuerdo al resultado de la Encuesta Permanente de Hogares (metodología continua) el empleo se incrementó más del 6,5% entre el III trimestre de 2003 y el mismo período del año anterior, lo que representa unos 770.000 nuevos empleos. La tasa de actividad (esto es, el porcentaje de personas que están trabajando o buscan activamente empleo, sobre el total de la población), se mantuvo casi constante durante los tres primeros trimestres del año 2003 (45,7%); por su parte, la tasa de empleo creció cerca de dos puntos porcentuales1. Composición de la población económicamente activa y tasas de empleo y desempleo Subocupados demandantes 1.737 Ocupados plenos 10.131 Tasa de empleo 38,2% Tasa de desempleo 16,3% Desocupados 2.367 Subocupados no demandantes 749 La comparación correcta debe hacerse respecto de igual período del año anterior. Sin embargo, el INDEC ha reformulado íntegramente la EPH, reelaborando la metodología de medición y las formas e operación. Este nueva metodología asume un carácter continuo, presentándose los resultados de manera trimestral y no ya en los meses de mayo y octubre. Ello impide, hasta tanto el organismo defina una metodología de enganche o bien avance con la nueva serie, hacer comparaciones anuales. 1 1 Esta dinámica permitió reducir 4,1 puntos la tasa de desempleo durante los tres primeros trimestres del año 2003, tras haber alcanzado su máximo histórico en mayo de 2002 (21,5%). Así, el 16,3% de la población económicamente activa se encontraba desocupada en el III trimestre de 20032. Si bien no han sido publicados los tabulados que tradicionalmente presenta el Ministerio de Economía al dar a conocer las cifras de empleo (lo que podría deberse al hecho de que el INDEC ha modificado la metodología de la EPH), podemos hacer algunas inferencias respecto de la calidad del empleo que se está generando en el país, tomando como base la Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo. ¿Dónde se crea empleo? Los sectores que han liderado el crecimiento del empleo en el ámbito privado a lo largo del año 2003, son la construcción (con un crecimiento cercano al 25%), la industria (+9%) y el comercio y las actividades vinculadas al turismo (+7%). En el III trimestre de 2003, la incidencia de los Planes Jefas y Jefes de Hogar en cuanto al crecimiento del empleo ha sido prácticamente nula, debiéndose atribuir entonces los nuevos empleos al dinamismo del sector privado. ¿Quiénes lo crean? Sobre todo empresas pequeñas (entre 10 y 49 trabajadores) (+10%) y medianas (entre 50 y 199 trabajadores) (+7%). Las empresas grandes (200 y más trabajadores) han tenido variaciones marginales, pero también positivas, en sus dotaciones (+2%). ¿Qué características tienen los nuevos empleos? Se trata en su mayor parte de empleos bajo contratos en relación de dependencia a tiempo indeterminado, en tareas de calificación operativa. También se destaca el crecimiento constante de los trabajadores incorporados a través de Agencias de Personal Eventual (12,9% de las altas del mes de diciembre se realizó a través de éstas). Otro dato positivo es que está cayendo la subocupación. Mientras que a fines de 2002 el 18,9% de la población económicamente activa se encontraba sub-ocupada (esto es, trabajando menos de 35 horas semanales y manifestando su deseo de trabajar más horas), ya en el III trimestre de 2003 ese porcentaje había bajado al 16,6%. Ello significa (tomando nota del antedicho crecimiento del empleo total), que el crecimiento está focalizado en empleos a tiempo completo. El recálculo de la tasa de desempleo, sin considerar los Planes Jefas y Jefes de Hogar, la ubicaría en el 21,4% de la población económicamente activa. Esta tasa, sin embargo, es un 7% inferior a la tasa de desempleo de mayo de 2003 sin Planes (23%). 2 2 Sin embargo, estos datos alentadores no ocultan que hoy más de la mitad de la población vive en la pobreza (54,7% en mayo de 2003), más de una cuarta parte vive por debajo de la línea de indigencia sin poder cubrir sus necesidades básicas de alimentación (26,3%), más de un tercio tiene serios problemas de empleo (4 millones de personas, tomando en cuenta sólo a los desocupados y a los subocupados demandantes) y alrededor del 50% de los empleos generados en este periodo pertenecen al sector informal, carecen de cobertura social y sus ingresos son 30% inferiores a los empleos creados en el sector formal de la economía. Condicionantes del empleo La dinámica de la demanda doméstica, la sustitución de importaciones y el incremento de las exportaciones han impulsado un fuerte crecimiento del Producto Bruto Interno (la variación anual del producto en el III trimestre de 2003 fue del 9,8%, luego de caer 10,9% en el III trimestre de 2002, respecto de igual período del año anterior), que está traduciéndose en un crecimiento del número de puestos de trabajo , tal cual ha sido expuesto en los puntos anteriores. De hecho los sectores con una fuerte incidencia sobre el crecimiento del producto han sido los de mayor aumento en el empleo: construcción (+40,3%) e industria (+16,9%), la cual está alcanzando la plena ocupación en varias ramas. Una primera lectura de estos datos indica que la mayor demanda interna y externa alienta la creación de empleos. Sin embargo, un análisis más fino nos obliga a prestar atención a la fuerza con la que la economía está creando empleos. En efecto, la elasticidad empleo-producto (esto es, la evolución del empleo ante la variación de la producción), muestra que el patrón de crecimiento de la Argentina está haciéndose más empleo-intensivo, a diferencia de lo ocurrido a comienzos de la década del ´90, cuando el crecimiento, alentado por la inversión, tenía un sesgo capital intensivo. En efecto, durante el primer lustro de la década del ’90, la elasticidad empleo-producto era de 0,26 (se necesitaban cuatro puntos de crecimiento del producto para que el empleo creciera un punto). Tras la salida de la crisis del Tequila, de la mano de una legislación laboral que alentaba la generación de empleo, la elasticidad creció a 0,54 (se necesitaba la mitad del crecimiento del período anterior, para que el empleo crear la misma cantidad de empleo). Ahora, esta relación alcanza el 0,70, es decir, un 30% más alta que en el período de la historia argentina en el que se crearon más empleos (1996-1998). 3 Así las cosas y suponiendo un piso de crecimiento del 6% del PBI para el año 2004, el empleo debería crecer alrededor del 4% en el año, esto es: 500.000 nuevos empleos y una reducción probable del desempleo a una tasa cercana al 14%. ¿A qué responde este comportamiento del mercado de trabajo frente al crecimiento de la producción? Nuestra hipótesis es que la principal razón para entender este patrón de comportamiento se encuentra en la formidable caída de los costos laborales unitarios (CLU). El núcleo de la noción del costo laboral está constituido por el salario que percibe el trabajador, y suma otros elementos denominados salarios indirectos (como por ejemplo los costos vinculados con jubilaciones, salud, aguinaldos, o despidos). Si bien, en términos absolutos, los costos laborales manifiestan una tendencia creciente (doble indemnización, incremento de las alícuotas de aportes y contribuciones, adicionales salariales decretados de manera central), en términos relativos lo han hecho en menor proporción que otros costos de producción. Así, el precio relativo del trabajo, respecto del costo de los bienes de capital necesarios para producir, ha caído. Se estima que el costo laboral por ocupado, de la mano de la caída del salario nominal (en valores constantes de 1999), es un 41% inferior al existente en 2001 y un 48% inferior al de 1993. Dentro del sector industrial, el salario real por ocupado respecto de la capacidad de consumo del trabajador cayó un 18,5% respecto del año 2001. Asimismo, frente a la evolución de los precios del sector, el salario cayó un 42,7% respecto del 2001. $1.038 $1.044 $1.049 $1.043 $1.061 $1.093 $1.025 600 $ de 1999 $662 $611 105,1 99,4 100,2 98,4 64,4 105,6 94,1 100,0 100 101,8 97,4 99,0 98,7 91,9 110,4 128,9 124,8 83,4 $864 128,2 144 78,2 73,3 800 400 55,2 40 64,5 80 60 1.200 1.000 84,2 100 $708 120 119,8 140 55,7 Indice base 1999=100 160 138,7 180 1.400 $1.133 $1.067 200 $1.177 Evolución del costo laboral total y la productividad - CLU 20 200 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003* Productividad por ocupado Costo Laboral por unidad de producto Costo laboral por ocupado 4 En paralelo a la caída del costo laboral, el crecimiento de la producción ha impulsado hacia arriba la productividad por ocupado, siendo hoy un 4,9% superior a la de 2001 y un 89% superior a la de 1990. Así, el costo laboral unitario se encuentra hoy en niveles bajísimos: con base en 1999=100, el CLU en el I semestre de 2003 fue de 55,2, mientras que en 2001 era de 98,4 y en 1990 era de 119,8. Esto significa que el factor trabajo hoy ha perdido peso en la discusión sobre los costos de la producción. Informalidad Un dato preocupante es que durante el año 2003 continuó creciendo el empleo no registrado. En mayo de 2003 la tasa de empleo no registrado, entre los trabajadores contratados en relación de dependencia, había alcanzado un récord histórico para la serie: 44,8% (un 18% más alta que a fines de 2001). La característica de este fenómeno es que se focaliza en las empresas de menor tamaño: el 87% de los trabajadores no registrados se encuentran ocupados en empresas con menos de 25 trabajadores. También se observa una mayor propensión al empleo no registrado en algunas actividades como la construcción (con una tasa de informalidad del 76,9%), las actividades primarias (53,8%), el comercio, restaurantes y hoteles (51,7%). Evolución de la tasa de informalidad 46 26 32,2 30,1 30,5 28,2 30,8 30,2 29,0 38,0 38,5 38,0 37,6 37,4 36,6 36,8 36,6 36,0 36,1 35,9 24,6 28 27,2 30 30,2 32 28,4 34 30,3 36 32,8 38 34,4 40 36,5 42 38,1 44 46,0 43,8 48 44,8 50 24 May-03 May-02 May-01 May-00 Ago-99 Oct-98 May-98 May-97 May-96 May-95 May-94 May-93 May-92 May-91 May-90 22 5 La particular focalización de este problema nos ofrece algunas pistas para entender sus raíces y encontrar sus soluciones. Podemos señalar algunos elementos que atentan contra la formalidad: la complejidad de los trámites burocráticos y las cargas administrativas de registración; el incremento en las cargas sociales; la centralización de las decisiones de incremento salarial, a espaldas de la consideración sobre las condiciones particulares de las empresas y los mercados; el incremento del costo del despido; los costos fiscales para las empresas de menor tamaño. La evolución de estos componentes del costo laboral ayuda a entender el comportamiento creciente de la no registración. ¿Qué nos puede deparar el futuro? Existen algunos hechos concretos y muchos indicios que permiten señalar que la Argentina se encuentra ante una nueva oportunidad para transitar el camino de crecimiento y la mejora del nivel de bienestar. Para aprovecharla, se requiere la concurrencia virtuosa de muchos factores, entre los que no cabe desdeñar un debate profundo y desideologizado acerca de las reglas que ordenan el funcionamiento del mercado de trabajo. Un debate que ayude a los responsables políticos y a los actores sociales a encontrar el mejor camino para consolidar lo hecho y cambiar lo que se revela como un freno al crecimiento con equidad. Es el momento para construir un marco institucional (político y económico) que aliente la inversión y el consumo, el regreso del capital de trabajo (crédito productivo) otorgando seguridad jurídica y reconstruyendo el sistema financiero. Es el momento para recomponer nuestra relación con los inversores y ahorristas del exterior y de nuestro propio país y para recomponer la capacidad de consumo de los argentinos. En este debate no debería desestimarse el margen existente para mejorar la eficiencia del mercado de trabajo para traducir el crecimiento de la economía en nuevos empleos de verdadera calidad. Las reformas pendientes en el mercado de trabajo son múltiples y su consecución permitiría apoyar el incremento de la competitividad empresarial y, con ello, alentar la mayor demanda de empleo y el crecimiento del salario. 6