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P2010-0275 Roma, 15 dicembre 2010 Mensaje de Navidad 2010 La Palabra se hizo carne Queridos hermanos y amigos de la Familia Dehoniana: Sentimos el deseo de ponernos en contacto con todos vosotros, en ocasión de la Navidad y a la vez recordar juntos los hechos y los momentos que nos han ayudado a vivir la experiencia de la Palabra que se ha hecho carne en nuestro vivir de cada día. Palabras verdaderas En la carta que os enviamos, en ocasión de la fiesta del Sagrado Corazón, nos referimos al don más grande que nos dejó el P. Dehon: “Os dejo el más maravilloso de los regalos, el Corazón de Jesús” (Cfr. Testamento Espiritual). Esta indicación no es una pía o simple recomendación, sino el núcleo de su experiencia espiritual, que lo ha llevado a la fundación de la Congregación. Hablar del corazón no significa designar un sector o una parte de la persona, sino la globalidad de su ser, su interioridad en oposición a lo que es superficial. El corazón de de cada uno es el secreto profundo que se conoce sólo en la medida en la que la persona misma se revela y entra en comunicación con las demás. La herencia que el P. Dehon ha querido compartir con nosotros es su experiencia del amor de Dios testimoniada en Jesús, Jesús mismo es el don. La misma carta que os fue enviada a todos vosotros, con ocasión del 14 de marzo, día de su nacimiento, con un estilo más narrativo y existencial, nos ha dado la posibilidad de acercar, una vez más, la figura del Fundador y recoger lo que le ha motivado y sostenido a lo largo de toda su vida, su experiencia de fe. Encarnadas en Cristo Jesús Hablando del Sagrado Corazón de Jesús, el P. Dehon quiere invitarnos a dirigir la mirada sobre la humanidad de Jesús como Verbo hecho carne y que ha venido a habitar entre nosotros (Jn 1,14). En sus gestos, se puede contemplar la solicitud de Dios para con la humanidad. Muestra su cercanía a cada persona, independientemente de la raza, cultura o condición social. Es a partir de ésta su humanidad, como Emmanuel (Dios con nosotros), que Jesús llega a ser al mismo tiempo, revelación del amor de Dios y modelo imitable, un camino posible para todo hombre y mujer en este mundo. Reflejadas en nuestro programa La carta programática, preparada al comienzo de este sexenio que quiere ser un instrumento para coordinar nuestras acciones, tiene como principio inspirante la centralidad de Cristo y la experiencia que de él hacemos y testimoniamos en nuestra vida comunitaria y apostólica. Las muchas iniciativas que en ella se proponen tienen tres elementos trasversales que retenemos como prioritarios y deben ser desarrollados por el crecimiento de la Congregación, la espiritualidad, la formación y la internacionalidad. No se trata de tres actividades ni de campos de compromiso apostólico, sino de atenciones que se han de tener y cultivar en cada programación e iniciativa. Manifestadas en la vida de cada día La Palabras que se ha hecho carne ilumina nuestro camino hecho a pequeños pasos y de respuestas adecuadas que estamos llamados a dar a los tantos desafíos, situaciones y problemas que se cruzan en nuestro camino, aun institucional. En el encuentro de superiores mayores, que hemos tenido en el mes de octubre, hemos puesto como objetivo, algunos de ellos, como el envejecimiento en algunas entidades, el apoyo económico para la formación en las realidades más jóvenes, el rol de los superiores en la animación y guía de las comunidades y la cuestión espinosa de los abusos sexuales. Son temas abiertos, que requieren ser estudiados, afrontados y acompañados para que nuestro testimonio sea eficaz. Llegad a ser “buena noticia” para quien tenga necesidad Lo que se nos ofrece para contemplar en la Navidad es, que Jesús es no sólo le mejor de género humano, sino el hombre nuevo en la plenitud del espíritu, el Hijo de Dios. No es el simple resultado de un perfeccionamiento del ser humano, sino una intervención radicalmente nueva de Dios, que da comienzo a una humanidad nueva infundiendo su Espíritu. Buena noticia para las mujeres y para los hombres en camino por la historia, tocantes a los interrogantes más profundos con respecto a nuestro vivir, amar, relacionarnos, comprometernos. Una “Buena noticia” que constantemente pone en relación materialidad y espiritualidad, historia y trascendencia. Enriquecidas por la alegría de los acontecimientos Nos sentimos caminando, aún todavía, a la búsqueda del Dios “escondido”, de Jesús de Nazaret encontrado y siempre, de nuevo a descubrir. Es un camino que tantos en la Congregación están haciendo y por esto decimos gracias. Estamos contentos por quienes este año han hecho la primera profesión y por quienes han sido ordenados presbíteros. Por todos vosotros y por todos cuantos ha celebrado el jubileo de la primera profesión y ordenación sacerdotal, nos sentimos agradecidos al Señor. Gracias por el servicio desarrollado durante tantos años a favor de quienes tienen necesidad de nuestra presencia. Junto a estas recurrencias felices y numerosas, recordamos el nombramiento de un nuevo obispo dehoniano, nuestro cohermano brasileño Vilson Basso. Su disponibilidad para ser pastor de una iglesia local, es un modo concreto de realizar la voluntad de Dios. Lo acompañamos con la oración, y con él a todos aquellos cohermanos que están llamados a servir más directamente una parte de la Iglesia mediante el ministerio episcopal. Miramos con esperanza a las aperturas que están moviendo los primeros pasos: Paraguay y Chad. Acompañamos con confianza los desarrollos de la presencia en Vietnam. Todo esto requiere atención a la formación, capacidad de investir en la preparación de personas atentas y capaces de hacer caminar a la Congregación en los nuevos contextos. Signo de esperanza es la mucha reflexión y la profundización que se está llevando a cabo en los diversos continentes: el convenio sobre la “Missio Cordis", en América Latina, la preparación de las conferencias continentales, y el curso para formadores que se está teniendo en Roma. Hechas realidad por quienes las han consumado El recuerdo de familia se dirige a todos aquellos que ya han alcanzado la casa del Padre, ancianos y jóvenes. Muchas entidades han vivido este acontecimiento. Nos ha dejado familiares, amigos y cohermanos. Cada uno de nosotros tiene alguien en quien pensar. Queremos recordar al P. Agustín Ihwa Litindi, joven sacerdote de la provincia del Congo, fallecido en esta comunidad de Roma. Es el primer africano sepultado en la tumba que en esta ciudad recoge los restos mortales de algunos superiores generales, expresión de una internacionalidad y misionariedad que se manifiesta también en este signo. Enriquecidas por la solidaridad Finalmente queremos hacer nuestra la atención de Dios que escucha los gritos, los gemidos y los silencios de las personas y pueblos empobrecidos, maltratados, oprimidos y explotados. Él hace suya su condición, de presenta como el Dios de la liberación y de la vida. Constantemente infunde valor, sostiene y acompaña las exigencias de dignidad, justicia e igualdad. Esta actitud de Dios se ha hecho visible y palpable en Jesús, nos invita fuertemente a hacer lo mismo. En este año ha sido verdadera y hermosa la respuesta que hemos intentado dar con gestos de solidaridad a las poblaciones probadas por calamidades naturales: Haití, Chile, Madeira, Indonesia. Atenciones más pequeñas, no por ello han sido menos importantes. Marcadas por la invocación Una vez más hacemos memoria de un Dios que haciéndose niño ha nacido para todos. ¡Ven todavía, Señor Jesús! Ven allí donde florece una humanidad silenciosa y desolada, donde se muere y se marginan a los más débiles, y donde es grande la injusticia social. Ven entre nosotros, en nuestras comunidades, en nuestra Familia Dehoniana. Ven a buscarnos y consolarnos para que nuestro camino sea todavía lleno y rico de esperanza. Ilumina las entidades y los acontecimientos que se celebrarán en el año próximo, para que nuestra respuesta sea siempre más cercana a lo que tu quieres y, en el encuentro con nosotros, tantos hermanos y hermanas puedan hacer experiencia de ti, que eres el Dios entre nosotros. A cada uno de vosotros, el augurio de una Santa y Feliz Navidad y de un 2011 rico de bendiciones. ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo! P. José Ornelas Carvalho, scj Superiore Generale SCJ e suo Consiglio