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IX CONGRESO DE HISTORIA DE AVELLANEDA DE LA PROVINCIA Y CIUDAD DE BUENOS AIRES 18 y 19 de Agosto de 2016 MUNICIPALIDAD DE AVELLANEDA Secretaría de Cultura y Promoción de las Artes. Junta de Estudios Históricos de Avellaneda Valoración y refuncionalización del Viejo Mercado de Abasto de Avellaneda María Isabel Descole, Paula Tassone, Pablo Devita, Luciana Rizzi Universidad Nacional de Avellaneda. Departamento de Humanidades y Artes/ Departamento de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Palabras clave: Patrimonio arquitectónico. Reciclaje. Educación Superior y Cultura. El objetivo del presente trabajo es la valoración de un edificio del patrimonio industrial avellanedense y la evaluación de su reciclaje para usos culturales y educativos. Como marco teórico se apela a los principales tópicos de la Teoría Internacional para la salvaguarda del patrimonio cultural material a escala arquitectónica. Fig.1.Después de 2010. Calle Colon hacia su unión con Monseñor D´ Andrea. Foto Pablo Devita Esta Teoría tiene sus inicios en el concepto de “monumento” considerando las grandes expresiones arquitectónicas y urbanas de las culturas de la antigüedad. En 1964 la Carta de Venecia amplió el concepto de monumento: “La noción de monumento histórico comprende tanto la creación arquitectónica aislada, como el ambiente urbano o paisajístico que constituya el testimonio de una civilización particular, de una evolución significativa o de un acontecimiento histórico. Esta noción se aplica no sólo a las grandes obras, sino también a las obras modestas que con el tiempo hayan adquirido un significado cultural.” Con esta extensión del concepto quedó legitimada la inclusión de gran cantidad de pequeñas expresiones materiales de la historia de pueblos y localidades como el caso del viejo Mercado. A fin de gestionar la salvaguarda del Patrimonio, la UNESCO clasifica el Patrimonio Cultural e identifica dentro del mismo el patrimonio arquitectónico, una de cuyas manifestaciones hoy reconocidas es el patrimonio industrial. El Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (originado en 1978) afirma que el patrimonio relacionado con la ciudad de la industria está compuesto por “los restos de la cultura industrial que poseen valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico o científico. Estos restos consisten en edificios y maquinarias, talleres, molinos y fábricas, minas, sitios para procesar y refinar almacenes y depósitos lugares donde se genera, se trasmite y se usa emergía, medios de trasporte y toda su infraestructura, así como los sitios donde se desarrollan las actividades sociales relacionadas con la industria, tales como la vivienda, el culto o la educación.” Valoración. Valorar “Resulta de reconocer una calidad en el objeto, ya sea originaria (intrínseca del objeto unida a su origen) o adquirida (obtenida por su uso o resultante de un elemento extrínseco). Dentro de la valoración tradicional reconocemos que el edificio tiene valor histórico, tipológico, urbano referencial y utilitario. Valor Histórico porque responde a una etapa de la ciudad industrial que creció de 1890 a 1930. En este período aamentó la población y crecieron las demandas. El Municipio respondió con la creación del Hospital, la ampliación del Cementerio, obras públicas de saneamiento, aguas, pavimentos, alumbrado, escuelas y en 1930 un mercado de frutas, verduras y frigorífico. Valor Tipológico. Nos interesó particularmente el tema del “tipo” Mercado. Sonia Berjman (1984) define como mercado al lugar público en donde se comercializan productos y en los cuales se genera una multiplicidad de actividades y relaciones sociales en donde se intercambian no solo mercaderías sino también hábitos y pautas culturales. Como primeros ejemplos menciona al mercado de “Covent Garden” de Londres, actualmente refuncionalizado y a “Les Halles” de París (1853) Según el Arq. Nicolini (2014) “desde el origen de nuestras ciudades el sitio para el mercadeo habría sido la plaza, luego se sumaron las recovas o aun los atrios de las iglesias”, característica heredada tanto de España como de los pueblos originarios. Ya entrado el S.XIX, fueron “los huecos”, los lugares periféricos de intercambio en donde llegaban y estacionaban las carretas con mercaderías1. El período de desarrollo de los Estados Nación (1880-1914) coincidió con el crecimiento poblacional de las ciudades capitales, sumado a razones de higiene, ornato público y las posibilidades del uso masivo del hierro. Estas serian para el Arq. Ramón Gutiérrez las causas principales para la adopción de la nueva tipología del mercado cerrado europeo que se expandió con numerosos ejemplos y diversas soluciones en nuestros países. En Buenos Aires la mayor obra de arquitectura de este tipo fue el Mercado Central de Abasto al por mayor. Las obras comenzaron en 1890 y se inauguraron tres años después. Con el criterio del modelo francés en el interior se dispuso una serie de calles cubiertas con estructura de hierro y cerramientos de vidrios. La estructura se resolvió con materiales de hierro de producción nacional que se encargó a los Talleres Vasena. Y la cubierta se realizó con techos a dos aguas de niveles y luces diferentes. Estas características del tipo son las que reconocemos en el edificio de Avellaneda. Lo que nos llama la atención - y queda abierto como pregunta de investigación - es que en 1930 tomara el lenguaje formal neoclásico del Siglo XIX. Encontramos un Valor Urbano referencial. La particularidad de la manzana triangular dentro de la trama irregular del casco histórico que nació espontáneamente - dio como resultado un edificio exento, protagonista de esta manzana y que da visuales urbanas alternativas a las de la recta al infinito de la cuadricula. Con la particularidad de que varias generaciones lo perciben como una referencia urbana. Fig. 2. Fragmento del Plano N° 3 del Catastro Randrup de Avellaneda Lanús. 1927. Archivo Histórico Municipal Sin duda tuvo y tiene valor Utilitario. Es un edificio de planta libre y espacios articulados percibidos como el gran espacio interior del mercado, su buen estado de mantenimiento y ubicación en el área central lo hicieron propicio utilitariamente como un contenedor del programa de necesidades planteado. Hay un aspecto en la valoración - no ya del edificio en sí - sino del resultado de la refuncionalización que es importante remarcar. Es el vínculo de las nuevas actividades relacionadas con el patrimonio inmaterial de Avellaneda. Desde los primeros años del Siglo XX las agrupaciones gremiales obreras sembraron instituciones y grupos culturales en toda la ciudad que se sumaron grupos tradicionalistas ligados a las faenas de los frigoríficos, la payada, las comparsas de carnaval y el tango. Durante los años del primer peronismo se creó la Dirección de Cultural Municipal, dando origen a infinidad de talleres que dieron como resultado los Institutos actuales, de educación formal y no formal, con gran vínculo con el territorio. En torno a cada sociedad de fomento nacieron grupos de formación artística, coros, grupos de teatro y danzas. Así como revistas y medios de expresión literaria. Data de entonces la fotografía tanto la artística como la del reporte gráfico. Los clubes de fútbol le dieron una fuerte impronta identitaria a la ciudad por los deportes, y desde sus comisiones de cultura. En medicina desde 1913 se gestó una cultura médica en torno al Hospital Fiorito y luego el Policlínico donde voto Eva Perón y se formo a la Escuela de Enfermería Por eso, pensamos que la idea de un edificio que contuviera los institutos de Música, Fotografía y Danza y una Universidad basada en las carreras de Artes, Educación Física, Enfermería y Medio ambiente se relaciona con la línea del patrimonio inmaterial del Partido de Avellaneda En el edificio del viejo Mercado una serie permanente de actividades educativas y culturales comparten los tres puntos de encuentro y reunión (Acceso, Plaza Seca y Salón del Bicentenario), caracterizando a la nueva universidad como de raíz comunitaria y obrera... Evaluación del reciclaje. Dentro de las estrategias de manejo e intervención del patrimonio arquitectónico, la refuncionalización significa “Volver a poner en funcionamiento un edificio, especialmente en lo que refiere a sus funciones vitales o esenciales la refuncionalización implica un cambio de uso”. Fig.3. Después de 2010. En la propuesta se respetan las antiguas circulaciones y accesos. Elaboración propia sobre plano base de la Dirección Municipal de Arquitectura De acuerdo a esta definición el presente se rastrean las decisiones de proyecto que se evidencian en el resultado de la obra. El valor urbano del edificio se potenció con la mejora del entorno a través de la obra pública y de la mejora de los edificios circundantes. Los principales componentes fueron respetados. En primer lugar la envolvente de mampostería almohadillada y los volúmenes quebrados de la cubierta de chapa que construyen la imagen institucional del conjunto. Luego el espacio interior cuya lectura quedó intacta a través de los espacios de articulación: el hall de acceso, la plaza seca y el auditorio del Bicentenario. Se mantuvieron los vanos originales con ligeras variaciones por razones de uso. Mayor aprovechamiento de superficie de muros para las aulas o las oficinas reconvirtieron los viejos portones en ventanas y cegaron la parte inferior. Incluyeron malla de acero como dispositivos de seguridad. Toda la obra se realizó con tecnología y materiales de muy bajo costo. Fig.4. Después de 2010. En la propuesta de fachada se respetan las lineas clásicas originales de basamento, desarrollo y remate. Elaboración propia sobre imagen de la Dirección Muncipal de Arquitectura Fig.5. Desde el espacio del Centro Cultural hacia el Auditorio del Bicentenario. Foto: Pablo Devita Declaratorias. El viejo Mercado está patrimonializado con una protección no vinculante de simple declaratoria de “Interés Patrimonial Municipal”, por la Ord. 8998/92. También está propuesto como “Monumento Histórico y Bien incorporado al Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires”, según los términos de las Leyes 10.419 y 12.739. Bibliografía Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de Monumentos y Conjuntos Históricos Artísticos” – II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos – Venecia, 1964- Aprobada por ICOMOS en 1965. En: http://www.icomos.org/docs/venice_es.html Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural. UNESCO. París. 1972. En: http://whc.unesco.org/archive/convention-es.pdf Carta Internacional para la conservación de Ciudades Históricas y Áreas urbanas Históricas. Adoptada en la Asamblea General del ICOMOS en Washington D.C, en octubre de 1987 http://www.icomos.org/charters/towns_sp.pdf Carta de Nizhny Tagil sobre el Patrimonio Industrial. ICOMOS. http://www.icomos.org/18thapril/2006/nizhny-tagil-charter-sp.pdf Julio 2003. Fernández Larrain, Federico. 1986. “Historia del Partido de Avellaneda, Reseña y análisis 1580-1980”.Editorial La Ciudad. Avellaneda, Buenos Aires González, Antonio, 2005. “Los hacedores lúcidos. Historia Cultural desde Barracas al Sud (1850-1989)”, Editorial Suburbio. Avellaneda, Buenos Aires Rodríguez, Florencia. 2004. Revista Summa + No 67 agosto, Ediciones Summa, Buenos Aires, 2004. Agradecimientos Claudia Fernández Larraín. Archivo Histórico Federico Fernández Larrain. Municipalidad de Avellaneda Arq. María Alejandra Solari. Dirección de Arquitectura de la Municipalidad de Avellaneda Arq. Oscar Chade