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“ UNIVERSIDAD CULTURAL”
GONZALEZ ROYVAL PABLO M.
015797
PSICOLOGIA - IV “B”
LIC. MARIO ALBERTO
AQUINO ZUBIA
REPORTE DE LECTURA – CAPITULO VII
Los sonidos varían en la altura tonal, volumen y timbre. La
altura tonal percibida de un estímulo auditivo se determina por la
frecuencia de la vibración, medida en Hertz o ciclos por segundo.
El volumen es una función de intensidad, el grado en el cual las
contracciones y rarificaciones del aire difieren entre sí.
El timbre proporciona información sobre la naturaleza de un sonido
específico. La mezcla específica determina el timbre del sonido.
El sonido atraviesa la membrana timpánica, que vibra con el
sonido. La membrana del tímpano hace vibrar los osículos, huesos del
oído medio. La cóclea es la estructura del oído interno donde se
encuentran los receptores. La base del estribo presiona la membrana
localizada atrás de la ventana oval, una abertura en la protuberancia
ósea que rodea la cóclea. La cóclea forma parte del oído interno.
El nombre cóclea proviene de la palabra griega kokhlos que
significa caracol de tierra. El órgano receptivo conocido como órgano
de Corti, consta de membrana basilar, células pilosas y la membrana
tectorial.
Existe una abertura cubierta por una membrana, la ventana
redonda, que permite que el líquido en el interior de la cóclea avance y
retroceda. Los cambios de presión del líquido debajo de la membrana
basilar afectan la membrana de la ventana redonda, provocando que
se mueva hacia adentro y hacia afuera contrariamente a los
movimientos de la venta oval. La cóclea humana contiene 3,400 células
pilosas internas y 12,000 externas.
La cóclea envía información auditiva al cerebro por medio del
nervio coclear, una ramificación del nervio auditivo. Los axones de este
nervio forman sinapsis con las neuronas en la medula oblongada.
La anatomía del sistema auditivo es más complicada que la del
sistema visual. Los axones entran a los núcleos cocleares de la medula
oblongada y se sinaptan allí, la mayoría de las neuronas en los núcleos
cocleares envían axones al complejo olivar superior, también situado
en la medula oblongada.
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Las neuronas locales envían axones al colículo inferior,
localizado en el cerebro medio dorsal. La información auditiva es
enviada al cerebelo y a la formación reticular. Las neuronas de la
corteza auditiva primaria envían axones a la corteza de asociación
auditiva.
La cóclea detecta la frecuencia por dos medios: las frecuencias,
de moderadas a elevadas, por codificación del lugar, por codificación
de frecuencia.
La frecuencia de un sonido puede ser detectada por codificación
del lugar; sin embargo, al parecer las frecuencias más bajas no son
registradas de esta manera. Las frecuencias bajas son detectadas por
codificación de frecuencia, es decir, por la tasa de disparo.
La cóclea es un órgano extremadamente sensible. Wilska utilizo
un ingenioso procedimiento para calcular la vibración más pequeña
necesaria para producir un sonido perceptible. Se descubrió que los
sujetos podían detectar un sonido incluso cuando la vibración del
timpano ocurria a una distancia inferior al diámetro de un atomo de
hidrogeno.
Al parecer, los axones del nervio coclear informan al cerebro el
volumen de un estímulo alterado su tasa de disparo. Por lo tanto, la
mayoría de los investigadores creen que el volumen de los sonidos de
baja frecuencia es señalado por el número de axones activos en un
momento específico. La forma de la onda se repite con regularidad en
la frecuencia fundamental, que corresponde a la altura tonal percibida
de la nota.
Las neuronas responden en forma selectiva a distintos tiempos de
llegada de las ondas sonoras en los oídos derecho e izquierdo. La onda
de presión de sonido llegará a un oído más pronto e iniciara allí
primero los potenciales de acción dependiendo de si la fuente que
produjo el clic se halla a la derecha o a la izquierda de la línea media.
El termino diferencias de fase se refiere a la llegada simultánea,
en cada oído, de diferentes partes de la onda sonora oscilatoria. Debido
a que algunas neuronas auditivas responden solo cuando los tímpanos
están al menos algún fuera de fase, las neuronas en el complejo olivar
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superior del cerebro pueden utilizar la información que proporcionan
para detectar la fuente de un sonido continuo.
El sistema auditivo es incapaz de detectar de inmediato las
diferencias de fase biauriculares de los sonidos de alta frecuencia. Las
vibraciones son demasiado rapidas para poder detectar diferencias de
tiempo tan pequeñas.
Las neuronas que detectan las diferencias biauriculares en
volumen se encuentran en el complejo olivar superior, cerca de las
neuronas que detectan las diferencias biauriculares de fase o de tiempo
de llegada. La información de ambos conjuntos de neuronas es enviada
a otros niveles del sistema auditivo, en donde se determina la
percepción de la fuente del sonido.
Existen los laberintos óseos: la cóclea, los canales semicirculares y
los dos sacos vestibulares: el utrículo y el sáculo. Los canales
semicirculares se encuentran en los tres planos principales de la
cabeza: sagital, transversal y horizontal.
Una amplificación del canal semicircular llamada ámpula
contiene la cresta, órgano en que se localizan los receptores sensoriales,
células pilosas similares a las que se encuentran en la cóclea, las cuales
se hallan incrustadas en una masa gelatinosa llamada cúpula, que
bloquea parte del ámpula.
Las células pilosas de los canales semicirculares y los sacos
vestibulares son similares a simple vista. Toda célula contiene varios
cilios, cuya longitud va de corta a larga.
Los nervios vestibular y coclear constituyen las dos ramas del
octavo nervio craneal. Los cuerpos celulares bipolares que dan origen
a los axones aferentes del nervio vestibular se ubican en el ganglio
vestibular, el cual aparece como un nódulo en el nervio vestibular.
El proceso llamado reflejo vestíbulo-ocular mantiene una imagen
retiniana bastante estable. Las personas que han sufrido daño
vestibular, y que carecen del reflejo vestíbulo-ocular, tienen dificultad
para ver cualquier cosa mientras caminan o corren.
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Los somato sentidos proporcionan información sobre lo que
ocurre en la superficie del cuerpo y en el interior del mismo. Los
sentidos cutáneos involucran diversas modalidades conocidas en
términos comunes conocidos como tacto.
La kinestesia proporciona información sobre la posición y el
movimiento del cuerpo, y proviene de los receptores en las
articulaciones.
Los sentidos orgánicos surgen de receptores localizados dentro y
alrededor de los órganos internos, que proporcionan estímulos
desagradables, como dolores de estómago o ataques vesiculares.
Las fibras musculares intrafusales, no proporcionan sensaciones
conscientes; la información se utiliza para controlar el movimiento.
La piel consta de tejido subcutáneo, dermis y epidermis y
contiene varios receptores dispersos en estas etapas. La piel con vello
contiene terminaciones nerviosas no encapsuladas y corpúsculos de
Ruffini.
Los corpúsculos de Pacini son los receptores sensoriales más
grandes del cuerpo. Su tamaño, 0.5 x 1.0 mm, los hace visibles a simple
vista.
Los discos de Merkel también son sensibles al tacto, se
encuentran en la base de la epidermis, en los mismos lugares que los
corpúsculos de Meissner, junto a los ductos sudoríparos.
La sensibilidad a la presión y a la vibración es provocada por el
movimiento de la piel. El receptor mejor estudiado es el corpúsculo de
Pacini, que detecta en particular la vibración.
Las sensaciones de calor y frio son relativas, no absolutas. Existe
un nivel de temperatura que producirá una sensación de neutralidad
térmica para una región especifica de la piel: ni frio ni calor.
La mayoría de los investigadores identifican el dolor con las redes
de terminaciones nerviosas libres en la piel. Al parecer, el dolor es
producido por diversos procedimientos.
Los axones somatosensoriales de la piel, de los músculos o de los
órganos internos entran al sistema nervioso central por medio de los
nervios espinales. Los que se encuentran en la cabeza y en la cara
entran, en principio, por medio del nervio trigémino.
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El dolor es un fenómeno curioso. Es mas que una mera
sensación; puede definirse solo a partir de la reacción de retiro o, en los
seres humanos, por informes verbales.
Para que una sustancia pueda ser degustada, sus moléculas deben
disolverse en la saliva y estimular los receptores del gusto en la lengua.
La mayoría de los vertebrados poseen sistemas gustativos sensibles a
las cuatro cualidades del gusto.
La lengua, el paladar, la faringe y la laringe contienen
aproximadamente 10 mil botones gustativos. La mayoría de estos
órganos receptores se hallan dispuestos alrededor de las papilas. Los
receptores del gusto poseen protuberancias capilares que se proyectan
por los poros del botón gustativo hacia el surco adyacente a la papila.
El olfato es el segundo sentido químico, ayuda a identificar los
alimentos y evitar los que están podridos y que son poco
recomendables de comer.
Las moléculas aromáticas producen potenciales de membrana al
interactuar con una familia de moléculas receptoras recién
descubierta, cuyo número quizá alcance los cientos.
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