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Campaña de Estudi o para Exámen es Nivel Miembro Gen eral -A Septiemb re 2016 Frase del Gosho: “ La única frase esen cial ” Anteced entes Nichiren Daishonin envió est a cart a desde Minobu, en el séptimo mes de 1278, a la monj a lai ca M yoho, qui en viví a en la aldea de Okami ya, provincia de Suruga. S e sabe mu y poco acerca de esta mujer. Aquí, el Daishonin responde a una carta que ell a le habí a envi ado preguntándole si uno podí a lo grar la iluminació n tan sólo recitando Nam Mioj o Rengue Kio . Otro t exto post erior, tambi én escrito por el Daishonin a M yoho, nos dice que el esposo de esta monj a l aica falleció poco después de recibir la señora est a prim era carta. Es probable que ella ha ya formul ado la pregunta a inst anci as de s u esposo enfermo. Fue una sincera cre yent e, que, luego de enviudar, sobrevivió también a un herm ano ma yor; recibió varias cart as del Daishonin, qui en al parecer depositó una gran confi anza en ella. Disertación del presidente Ikeda: "La única frase esencial" 1 Las personas que entonan daimoku superan cualquier encrucijada Todas las personas comparten el deseo de ser felices. Todos esperan enfrentar la muerte con la sensación de haber vivido del modo más satisfactorio y pleno. Pero, para ser francos, esto no sucede a menudo. ¿Qué debe hacer el hombre para morir sin tener nada que reprocharse? Una de los discípulos de Nichiren Daishonin planteó esta pregunta: "¿Puede uno lograr la Budeidad con sólo entonar Nam Miojo Rengue kio?". La Budeidad es un estado de vida tan inmen so, que la vida se disfruta al máximo, y lo mismo sucede con la muerte. Entonces, la pregunta podría expresarse con otras palabras: ¿es posible de verdad alcanzar un estado de vida tan espléndido con solo entonar Daimoku? La dama Myoho -ama le había planteado al Daishonin esta pregunta sincera y directa, sobre la más importante de las cuestiones. Hubo varias creyentes de esa época que respondie ron al nombre Myoho -ama, pero se cree que la señora que reci bió este gosho vivió en lo que hoy es Okanomi ya, Numazu, prefectura de Shizuoka. Myoho-ama Gozen Gohenji ( Gosho Zenshu, págs. 1402-03), escrito en julio de 1278, cuando el Daishonin tenía cincuenta y siete años. Nota del editor: Para no afectar la ilación del texto, en algunos casos, la traducción puede diferir un poco de otras versiones traducidas. 1 En la época del Daishonin, el sufijo "ama" se utilizaba para designar a las mujeres laicas de fe profunda que, como señal de consagración al Budismo, se cortaban el cabello antes largo hast a la cintura a la altura de los hombros. M yoho-ama, en cierto sentido, formuló su pregunta en representación de todas las personas del Día Posterior de la Ley. El gosho que comenzaremos a estudiar contiene la respuesta del Daishonin, para todos los creyen tes de esta época. Leámoslo, entonces, con esta clara conciencia. La Ley Mística es la sabiduría esencial para que seamos feli ces –––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– Nam Miojo Rengue Kio es sólo una oración o verso, p ero no se trata de una frase común, ya que es la esen cia de todo el sutra. Usted me p reguntaba si uno podía manifestar la Budeid ad con sólo recitar Nam Miojo Rengue Kio , y esta es la cu estión más importante de todas. Es el co razón del sutra entero y la su stancia de sus ocho volú menes. Nuestro rostro tien e sólo un shaku i de largo, p ero en él puede reflejarse el espíritu de todo nuestro cuerpo, que mide cinco o seis shakus. Y el espíritu del rostro se manifiesta en los ojos, q ue apenas mid en un su n de largo. ii En los d os ideogramas con que se escribe el nomb re d el Japón, queda con tenido todo lo que hay en sus sesenta y sei s provin cias: sus habitantes y su fau na; los arrozal es y los campos de labranza; la alcurnia y la pleb e; los de alta clase social y l os de baja estirp e; l as siete cl ases de tesoros y todas las demás pi edras preciosas. De la misma manera, en el título o dai moku —es deci r, en Nam Miojo Rengu e Kio — se encuen tra incluido todo el sutra, que consta de ocho volúmenes , veintiocho capí tulos y 69 384 caracteres, sin que falte un solo ideograma. ––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– Los ojos son la ventana del alma. Los ojos expresan la vida de un ser humano, en su totalidad. Del mismo modo, la inmensa energía de una explosión nuclear cabe, íntegra, en una fórmula muy concisa: E=mc 2 . 2 Si bien el ejemplo no pasa de una analogía, la sola frase Nam Miojo Rengue Kio encierra la clave para abrir una ilimitada energía vital oculta. El Gojonzon de Nam Miojo Rengue Kio contiene toda la sabiduría del Budismo y del Sutra del Loto. El segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, observó una vez: "El Gojonzon es realmente grandioso. Pero, como es tan simple, las personas no logran comprenderlo". Porque la Ley es profunda, su práctica es simple. 2 La energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado. Si se quiere tomar un ejemplo moderno, hoy en día, cuanto más avanza la tecnología, más fáciles de operar son las máquinas. El señor Toda, a veces, decía con criterio didáctico que el Gojonzon era como una "máquina generadora de felicidad". Y el botón que ponía en marcha el Gojonzon era la práctica de entonar Daimoku por la felicidad de uno y la de los demás. Podría decirse que Nichiren Daishonin refinó y destiló el Budismo hasta tal grado de purificación, que llegó a un a esencia de simplicidad irreductible, en bien de las personas. Parece demasiado simple. Cuando se inventó la televisión, las personas vivían sorprendiéndose de lo extremadamente simple y conveniente que era. Pero ahora, todos dan por senta da la televisión; nadie se asombra de su funcionamiento casi "mágico". Lo mismo ocurrirá con la Ley Mística cuando se logre el Kosen-rufu. El presidente Toda predecía que dentro de doscientos años, todos comprenderían el significado de nuestro esfuerzo ac tual. También expresaba: "Cuanto más progrese la ciencia, más se demostrará la validez y la rectitud del pensamiento budista". El espacio que nos rodea está colmado de ondas de radio, de las más diversas frecuencias. Estas ondas son invisibles, pero un te levisor consigue captarlas y convertirlas en imáge nes visuales. La práctica de entonar Daimoku al Gojonzon sincroniza el ritmo de nuestra vida con el estado de Buda que impregna el universo. "Calibra" nuestra vida, por así decirlo, para que ella pueda desplegar la fuerza de la Budeidad que lleva dentro. El Daishonin indica, en este gosho, que Nam Miojo Rengue Kio es el corazón de todo el Sutra del Loto. En realidad, es los "ojos", la médula esencial del Budismo. Esta filosofía es una compilación universal de sabiduría, para ayudar a las personas a que sean felices. Su esencia es el daimoku del Sutra del Loto, es decir, Nam Miojo Rengue Kio . Por lo tanto, todo pasa a ser motivo de crecimiento, todo se convierte en un elemento de valor, todo cobra vida, cuan do nos basamos en el Daimoku. El Daishonin enseña que la palabra Mio [en Nam Miojo Rengue Kio] significa 'revivir', 'recobrar la vida'. Nam Miojo Rengue Kio rejuvenece cualquier conocimiento, revitaliza nuestra vida diaria y nuestro ser. Hoy en día, las pe rsonas disponen de grandes conocimien tos. Pero la confusión y los conflictos siguen imperando, aun cuando el conocimiento abunda en terrenos como la tecnología, la psicología, la sociología, la economía, la política y cuanto uno quiera figurarse. Un filós ofo de la antigua Grecia dijo "Hay hombres que carecen de sabiduría aunque rebosen de conocimientos"; creo que tenía toda la razón. Estas personas son como vagabundos que merodean de aquí para allá, a través de un enorme desierto en busca de agua, sin dars e cuenta de que tienen una vertiente bajo los pies. Poseemos la sabiduría esencial para revolucionar nuestra vida y desplegar un enorme estado de vida; poseemos la joya más valiosa de la humanidad. Por lo tanto, somos personas de la mayor sabiduría y rique za. El presidente Toda decía: "La gente hoy es codiciosa en extremo, pero, sin embargo, no desea el enorme beneficio de lograr la Budeidad. En este aspecto podría decirse que la gente es apática, pobre en pretensiones o, directamente, tonta". Con "tremend as ganas" de obtener el beneficio de la Budeidad, sigamos trabajando para cultivar un estado de vida de felicidad absoluta, tan grande, que el solo hecho de vivir ya sea una alegría incontenible. Y, además de conseguir este beneficio nosotros, permitamos que nuestros amigos también sientan la misma dicha. La oración es el sol que diluye la oscuridad del sufrimiento El segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, enseñaba que debíamos estudiar los escritos de Nichiren Daishonin con postura de total co nvicción en su veracidad. En cierto sentido, el Budismo es una ciencia. Los físicos toman el mundo físico como objeto de estudio. La sociología examina los fenómenos sociales. La psicología investiga el psiquismo humano. Del mismo modo, el Budismo es una ciencia que toma, como objeto, la vida en su totalidad; la felicidad y el sufrimiento son el foco de su investigación. ¿Cómo se puede liberar al mundo del sufrimiento? ¿Cómo puede establecer, cada persona, una vida totalmente feliz? ¿Cómo puede hacerse para que esa dicha y esa buena fortuna sean indestructibles y perduren eternamente? Estas son las preguntas que se plantea el Budismo. Las ochenta mil enseñanzas de Sakyamuni, como suele llamarse al enorme conjunto de todos los sutras, y los incon tables tratados e interpretaciones posteriores representan el avance de dicha investigación y de sus hallazgos. Y el Gosho representa la "conclusión" de todos esos estudios. Imaginen a alguien novato en el área de la Física, que cuestionara los resultados de Einstein, la máxima autoridad de dicha ciencia. Si, desde el comienzo, el neófito dudara de cada palabra de su maestro, no podría avanzar mucho en el estudio de la ciencia. Por eso, el presidente Toda explicaba que, cuando uno leyese el Gosho, debía absorber cada palabra con toda su vida, con la postura de apreciar su valor y aprender, sintiendo "Sí, es tal como dice aquí". Este es el camino más corto para llegar a la felicidad. Antigua medida de longitud del Japón medieval. Aproximadamente, treinta centímetros. Antigua medida de longitud del Japón medieval. Aproximadamente, una pulgada o dos centímetros y medio de longitud. i ii