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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOJA AREA DE LA EDUCACIÓN, EL ARTE Y LA COMUNICACIÓN CARRERA EN CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL VII MÓDULO OPINIÓN PÚBLICA TRABAJO GRUPAL DOCENTE: Pedro Monteros. INTEGRANTES: María Granda Stéfany Ortega Linda Luzuriaga Jack Salinas AÑO LECTIVO 2014-2015 EL VIRUS “ÉBOLA” QUE TIPO DE INFORMACIÓN TENEMOS QUE LLEVAR EN CASO DE UNA CRISIS ANTECEDENTES DEL VIRUS ÉBOLA El VIRUS DEL ÉBOLA El Ébola es una enfermedad infecciosa viral aguda que produce fiebre hemorrágica en humanos y primates (monos, gorilas y chimpancé), causada por el virus del Ébola, que se describió por primera vez en el año 1976 por el Dr. David Finkes, cuando se presentaron varios casos de fiebre hemorrágica en Zaire y Sudán. El nombre del virus se debe al río Ébola, geográficamente ubicado en Zaire. Existen cinco serotipos del virus del Ébola: Ébola-Zaire, Ébola-Sudán, Ébola-Costa de Marfil y Ébola-Bundibugyo. El quinto serotipo, el Ébola-Reston, ha causado enfermedad en los primates, pero no en humanos. Es una infección que se caracteriza por una alta tasa de mortalidad, que oscila entre el 50% y el 95% de los afectados. Debido a su naturaleza letal, este virus es considerado como un arma biológica. Actualmente, se considera que las personas en riesgo de contraer fiebre hemorrágica por virus del Ébola son aquellas con antecedentes de viajes a África subsahariana, las personas que cuidan a los pacientes infectados, así como los trabajadores que se encuentran en contacto con primates infectados de origen africano. - CRONOLOGÍA DEL ÉBOLA Y BROTE ACTUAL EN ÁFRICA Países como Sudán y Zaire han registrado brotes en 1976, con 284 casos y 151 fallecidos, y 318 casos 280 defunciones respectivamente, Inglaterra para ese mismo año registro un solo caso sin fallecidos; en el año 1979 se produce un nuevo otro brote en Sudan con 34 casos y 22 fallecidos. Hacia la década de los 90 se presentan casos en Filipinas (3), Virginia y Texas (4), así mismo durante los años 1994 al 2000 Gabón registró el mayor número de casos, con más de 350 personas infectadas y alrededor de 280 fallecidos. En el año 2007 Uganda registra un nuevo brote de fiebre hemorrágica por virus del Ébola con 149 infectados y 37 muertos. Este mismo país decretó a principios de octubre de 2012 el fin del brote de fiebre hemorrágica del Ébola que se ha cobrado la vida de 17 personas, según datos de la OMS. En marzo de 2014 se ha registrado el último brote, en Guinea Conakry, donde el número de afectados supera ya los mil y se ha extendido por Liberia, Sierra Leona y Mali, y en menor medida Nigeria. A día de hoy (agosto 2014), la OMS ha reconocido que el virus está fuera de control, debido sobre todo a la facilidad y rapidez que tiene para propagarse, por lo que están haciendo todo lo posible a nivel regional e internacional para intentar prevenir su expansión a otras fronteras. Asimismo, se está desaconsejando viajar -salvo casos de extrema necesidad- a las zonas de África Occidental más azotadas por este brote. Los afectados superan ya los 7.500 y los muertos alcanzan los 3.500, la gran mayoría en Liberia. En los últimos días de septiembre, se detectó en primer paciente infectado por ébola en EE.UU., que viajó a Dallas (Texas) tras haberse contagiado en Liberia y pasar los controles aeropuertuarios. El 6 de octubre, una enfermera que había tratado en Madrid a los dos misioneros españoles fallecidos por ébola, se ha convertido en la primera persona diagnosticada por ébola fuera de África. TRATAMIENTO DEL ÉBOLA En la actualidad no existe ningún medicamento dirigido a combatir el virus del Ébola, por lo tanto solo se puede realizar tratamiento sintomático o medidas de apoyo. Entre ellas, para la fiebre, administrar Acetaminofén, nunca tomar Aspirina (ácido acetilsalicílico) por el riesgo que existe de manifestaciones hemorrágicas; también se debe ingerir abundantes líquidos para evitar la deshidratación y guardar reposo en cama. Si el paciente tiene manifestaciones hemorrágicas requerirá la administración por vía endovenosa de líquidos, así como concentrado de plaquetas, factores de coagulación o de transfusiones de sangre si existen pérdidas importantes. Igualmente, dentro del tratamiento del ébola, es necesario llevar un control estricto de los signos vitales como la frecuencia cardiaca, el pulso y la presión arterial con el fin de poder determinar cualquier signo indicativo de shock. Actualmente, debido al virulento brote de Ébola-Zaire que está teniendo lugar en África Occidental, se está procediendo a tratar a algunos pacientes con un suero experimental conocido como ZMapp. Otras compañías farmacéuticas trabajan a contrarreloj para dar con una vacuna efectiva para luchar frente este virus. Mientras, a algunos enfermos se les está administrando, con resultados positivos en algunos casos, suero hiperinmune (plasma sanguíneo) obtenido de pacientes que han conseguido superar la enfermedad, por lo que su sangre ha generado anticuerpos para combatir la infección. ZMAPP El Zmapp se produce a partir de las plantas de la especie ‘Nicotiana benthamiana’, similar al tabaco. Ya que a través de la ingeniería genética se consigue que las plantas generen los tres anticuerpos deseados. Para lograr este objetivo, han creado unos genes y los han introducido en las plantas para que los utilicen como si fueran suyos. Luego, extraen los anticuerpos y los purifican para fabricar el suero. El suero funciona porque hay anticuerpos que reconocen el virus y se acoplan a él, con lo que bloquean su actividad e impiden el daño a las células humanas. Otros reconocen las células humanas ya infectadas, y se unen a éstas para enviar la orden al sistema inmunológico de que las ataque y así impedir que sigan produciendo virus. Mapp Biopharmaceutical fue la empresa creadora de este medicamento. SUERO DE CONVALECIENTE Este tratamiento se basa en la sangre de las personas que han podido superar la enfermedad. AVIGAN (FAVIPIRAVIR O «T-705») Esta es una tableta antiinfluenza que inhibe la reproducción del virus en las células y fue probada con éxito en roedores infectados con ébola TKM-EBOLA Esta droga experimental es una combinación de pequeñas cadenas de ARN de interferencia dirigidas a tres de las siete proteínas presentes en el virus del ébola del Zaire. Formas de Contagio El virus del Ebola se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados. En África se han documentado casos de infección asociados a la manipulación de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva. Posteriormente, el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos. Las ceremonias de inhumación en las cuales los integrantes del cortejo fúnebre tienen contacto directo con el cadáver también pueden ser causa de transmisión. Los hombres pueden seguir transmitiendo el virus por el semen hasta siete semanas después de la recuperación clínica. La infección del personal sanitario al tratar a pacientes con EVE ha sido frecuente cuando ha habido contacto estrecho y no se han observado estrictamente las precauciones para el control de la infección. Entre los trabajadores que han tenido contacto con monos o cerdos infectados por el RESTV se han registrado varios casos de infección asintomática. Por tanto, parece que esta especie tiene menor capacidad que otras de provocar enfermedad en el ser humano. Sin embargo, los datos recopilados al respecto solo se refieren a varones adultos sanos, y sería prematuro extrapolarlos a todos los grupos de población, como los pacientes inmunodeprimidos o con trastornos médicos subyacentes, las embarazadas o los niños. Son necesarios más estudios sobre el RESTV antes de que se puedan sacar conclusiones definitivas sobre su patogenicidad y virulencia en el ser humano PERIODO DE INCUBACIÓN El período de incubación del virus del Ébola varía de 2 a 21 días, pero por lo general es de 4 a 9 días. Conocer el período de incubación de una enfermedad infecciosa es importante para establecer si es seguro poner a un paciente sospechoso a cuarentena, sobre todo teniendo en cuenta que la enfermedad del Ébola comienza a ser contagiosa solo cuando está desarrollada (aparecen los primeros síntomas) y no en su etapa inicial. El período de incubación de una infección se refiere al intervalo de tiempo entre infectarse y enfermarse. Una semana después de la aparición de los síntomas, los viriones invaden la sangre y las células de la persona infectada. Las células más afectadas son los monocitos, macrófagos y células dendríticas. La progresión de la enfermedad por lo general afecta al funcionamiento de los órganos vitales, especialmente los riñones y el hígado. Esto provoca una hemorragia interna grave. La muerte se produce poco después por insuficiencia polivisceral y shock cardio-respiratorio. El virus del Ébola satura todos los órganos y tejidos, excepto los huesos y los músculos motores. Forma pequeños coágulos de sangre que viajan a través del sistema vascular y producen coagulación intravascular diseminada, con un mecanismo que aún no está claro. Los coágulos se adhieren a las paredes de los vasos sanguíneos para formar un "mosaico". Conforme la infección progresa, los coágulos aumentan, bloqueando los capilares. Con el tiempo, se vuelven tan numerosos que bloquean la llegada de la sangre a los diversos órganos del cuerpo. Algunas partes del cerebro, hígado, riñón, pulmón, testículos, piel e intestino se vuelven necróticos porque sufren de una falta de sangre oxigenada. Una de las peculiaridades del virus del Ébola es la brutalidad con la que ataca a los tejidos conectivos. También causa manchas rojas llamadas petequias, resultantes de la hemorragia subcutánea. Afecta al colágeno de la estructura de la piel. Las capas internas de la piel mueren y se licuan, provocando burbujas blancas y rojas llamadas erupciones maculopapulares. El virus causa inflamación grave, pero algunas proteínas virales parecen inhibir el interféron. Incluso si una persona presenta signos o síntomas de Ebola, todavía puede transmitir el virus durante el período de incubación. Una vez que los síntomas comienzan, la persona puede seguir siendo contagiosa durante más de tres semanas. Las personas que se recuperan tienden a mejorar de 6 a 11 días tras la enfermedad. En el brote actual, esto sucede alrededor del 45% de las veces, un porcentaje superior a brotes anteriores. Para el otro 55% de los casos, sin embargo, la coagulación de la sangre y un fallo irreversible de los órganos vitales acaba provocando la muerte. El virus ébola está considerado como sumamente infectivo, debido a su alta tasa de mortalidad, la rapidez con la que provoca la muerte y las zonas remotas donde se producen las infecciones. En la mayoría de los centros de salud de África los pacientes son atendidos sin mascarilla, batas o guantes. Además, cuando las agujas o jeringas que se utilizan pueden no ser el tipo desechable, si se contaminan con el virus y luego se vuelven a utilizar muchas de las personas pueden ser infectadas. De hecho, si se produce la muerte del afectado por el virus, el protocolo indica que no se le puede realizar la autopsia por el alto riesgo de contagio con los fluidos de la víctima, por lo que deberá ser incinerado. SINTOMAS DEL VIRUS - Fiebre alta y repentina. - Dolor de cabeza. - Molestias en las articulaciones y fuertes dolores musculares. - Dolor de garganta y debilidad generalizada. - Diarrea, vómitos y dolor de estómago. - Aparición de una erupción rojiza en la piel. - Congestión conjuntival (ojos rojos). - Alteración de la función renal y hepática. - Algunos afectados presentan hemorragias internas o externas. Algunas de las personas son capaces de recuperarse del ébola y otras no; lo mismo que sigue siendo un misterio para los científicos. Sin embargo, se sabe que los pacientes que fallecen por lo general no han desarrollado una respuesta inmunológica significativa para el virus de la muerte.