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Llegar a la cima A veces en la vida cuando estás en tu mayor logro llega algo inesperado que te hace bajar de la cima, pero ella ha demostrado que esa no es razón para rendirse, sino seguir adelante para volver llegar a ella. Su nombre es Esmeralda Carmona ella creció en un pueblo llamado ‘’La Estrella’’ ubicado en Linares creció con su hermana y su prima a ellas les dio una buena educación su abuela, ella era una niña; muy noble y bondadosa. A pesar de que el estado económico de su abuela era bajo le pudo brindar estudios y Esmeralda para no decepcionar a su abuela, siempre o la mayor parte del día se la pasaba estudiando. Ella tenía muy buenas notas en sus estudios porque siempre quiso ser una gran contadora y poder ayudar a su familia, en especial a su abuela. Termino sus estudios a los 18 años de edad en Linares. Cuando estaba en la preparatoria una de sus maestras le ofreció trabajo en Monterrey con una amiga suya la cual trabajaba vendiendo casas y necesitaba una asistente, a ella le parecía muy sencillo el trabajo por lo que solo duro 8 meses trabajando para ella. Así que después consiguió trabajo en una fábrica de muebles en la que trabajaba como auxiliar en el departamento de contabilidad en el que duro casi un año. A sus 20 años de edad entro a un hotel llamado “Antaris” en Monterrey, trabajaba como contadora y le gustaba mucho ese empleo. A los 25 años de edad tuvo a una hermosa niña a la que llamo Naomi Sofía, la cual, aunque no tenía padre nunca le falto el cariño ya que tenía muchas personas que la rodeaban las cuales la querían mucho. Esmeralda trabajaba con mucho esfuerzo para darle las mejores posibilidades de vida a su hija, así que mientras ella trabajaba a Sofía la cuidaba su madrina. Después de 8 años aproximadamente se cambiaron de casa, una casa muy linda en la que podría tener un espacio más agradable y con mejores comodidades para las dos. Con el paso del tiempo Sofía llego a la etapa de la adolescencia, una etapa muy difícil para las personas, en esa etapa tuvieron muchos problemas entre ellas, ya que la niña estaba creciendo, pero claro tenía muchos cambios emocionales, pero Esmeralda solo trataba de ser paciente y entenderla, ya que ella como todos, había pasado por esa etapa de la vida. Esmeralda siempre fue una buena madre para Sofía, pero no solo era su madre sino también su padre. Ella la cuidaba, la protegía de todo peligro y lo más importante es que la amaba. Se amaban. Esmeralda le quería dedicar más tiempo a su hija, ya que estaba creciendo y quería estar más al pendiente de ella, como toda madre. A los 39 años de edad, Esmeralda estaba considerando dejar de trabajar para dedicarle más tiempo a Sofía. Esto quería decir que después de 19 años de trabajar en el hotel “Antaris” dejaría de trabajar ahí por pasar más tiempo con su hija, y nada era mejor que pasar tiempo con Sofía. Así lo decidió, dejo de trabajar y estar más tiempo con ella. Ahora la mayor parte del día la pasaría con la persona a la que más amaba esos momentos de madre a hija que a las dos les gustaban. Antes de que Esmeralda dejara el trabajo, ya tenía tiempo con dolor de cabeza muy fuertes, y otros malestares. Dos meses después de que dejara el trabajo fue a una cita médica, cita de las que las mujeres se tienen que estar haciendo constantemente para verificar que no tengan enfermedades. El doctor le realizo unos estudios los que se los entregarían después de una semana. El día que fue por los resultados de los estudios que le realizaron, el médico le dijo que tenía no estaba bien, tenía una enfermedad, que tenía cáncer en la matriz que le tenían que extraer la matriz para quitar el cáncer y después ver si el cáncer sigue ahí y en caso de que siguiera el cáncer tendría que estar yendo a quimioterapias. Esmeralda estaba muy angustiada, no sabía cómo iba a salir la cirugía, tenía una hija de 14 años que la necesitaba que no la podía dejar sola, que no la quería ver sufrir porque su mama tenía cáncer. Ella jamás se esperaba una enfermedad así, nadie se espera cosas así, toda su vida trabajo muy duro, se esforzaba en sus estudios, en su trabajo, en todo lo que hizo y jamás pensó que todo lo que logro en su vida ya no importaba, no importaba ya, tenía cáncer en la matriz y lo único que le preocupaba era su vida, era que su hija no se quedara sin su madre, porque a pesar de que tenía mucha familia que le apoyaba, el amor de una madre hacia su hija no se compara con nada. Sofía lo tomo mal, se imaginaba lo peor, pero aun que por dentro estaba destrozada, delante de su madre lo tomo bien para que no se preocupara más. Esmeralda después de la cirugía hubiera estado tranquila pero no terminaba ahí, el cáncer se había expandido más, le habían extraído la matriz, pero aún tenía el cáncer. Tenía las quimioterapias constantes. Unas por semanas, las cuales no le afectaban mucho, pero tenía otras por meses, las cuales eran más pesadas y algunas veces la dejaban internada en el hospital. Había días buenos y días malos, a veces se sentía bien, a veces mal. Toda la familia trataba de apoyarla y entenderla que no era fácil, que estaba pasando por mucho, que le afectaba física y emocional mente. Sofía estuvo siempre con ella, apoyándola para que saliera adelante y a Esmeralda eso le ayudaba mucho, porque veía el apoyo de su hija. Han pasado 4 meses desde que le detectaron el cáncer a Esmeralda, aún sigue yendo a quimioterapias, ya que aún tiene el cáncer en su cuerpo, pero ella no se deja caer, pero ella sigue adelante, ella tiene fe en Dios, porque Dios es grande, Dios es muy grande, y no, ella sabe que no la dejara sola, porque tiene mucha vida por delante al lado de su hija, y ella cree, ella no se dejara caer, una vez más se va a levantar, porque eso hacen los diamantes, las esmeraldas brillan entre cualquier otra joya, Esmeralda brilla entre los demás y no es el fin, sino el inicio de otra historia, no se rendirá aquí, seguirá luchando, para volver llegar a la cima.