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La religión verdadera en el reino
La sección anterior del sermón del monte fue una descripción de la santidad de Dios. Que su
estándar y sus normas de justicia son, por cierto, altas.
El Señor enseñó que la verdadera justicia de los cristianos proviene de observar la ley moral de Dios
de manera tal que se deleite en ello y no sólo en guardar ciertos aspectos a su conveniencia. Jesús
sigue hablando aquí de la justicia de los ciudadanos del reino, pero ya no con relación a la ley, sino
con relación a la religión; a lo que hacen para su Dios. La justica de los hijos del reino debe ser
mayor a la de los escribas y los fariseos, en su aspecto moral y también en el aspecto práctico.
Jesus termina esa parte del discurso diciendo; sed pues perfectos como vuestro padre que está en los
cielos y antes de empezar a hablar de la verdadera religión, advierte que la motivación para ser
perfectos no es más que hacerlo para Gloria de Dios y no para alcanzar nuestra propia gloria por
medio de la alabanza que podamos recibir de los hombres.
El catecismo Bautista, editado por Charles Spurgeon en 1885 comienza con una pregunta, de la cual
se desprende toda la enseñanza contenida en él:
Cuál es la finalidad principal del hombre? R. La finalidad principal del hombre es glorificar
a Dios (1 Corintios 10:31) y disfrutar de él para siempre (Salmo 73:25-26).
Esta declaración es enfática. El hombre ha sido creado para dar Gloria a Dos, pero desde la caída en
el huerto, la lucha del hombre a causa del pecado surge de la tensión entre la gloria de Dios y su
propia gloria.
El versículo que estudiaremos hoy nos provee la base para lo que analizaremos durante las próximas
exposiciones. Es una advertencia dada por Dios y un llamado enérgico a vivir una religión verdadera
y no un show teatral basado en la hipocresía sólo para ser vistos y alabados de los hombres.
CUÍDENSE DE NO HACER SUS OBRAS DE JUSTICIA DELANTE DE LA GENTE PARA
LLAMAR LA ATENCIÓN. SI ACTÚAN ASÍ, SU PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO NO LES
DARÁ NINGUNA RECOMPENSA. MT 6:1 (NVI)
La advertencia
Cuídense…
Una persona que guarda las demandas de la ley, aun corre el peligro de tener una falsa religión
-
Guardar la ley puede causar autosuficiencia, no porque la ley sea mala en sí, sino por la
naturaleza de nuestro propio corazón.
Toda esta maldad del hombre proviene de su corazón, no de afuera,. La advertencia es
contra un enemigo que tenemos en nosotros y con elq eu batallaremos hasta el fin de
nuestros días.
-
Una mala motivación
… De no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención.
Este pasaje pareciera sugerir una contradicción con lo mencionado por el Señor Jesucristo al
comienzo del sermón.
Mat. 5:16, "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" sin embargo, como de, esto es solo una
contradicción aparente. Nosotros debemos procurar alumbrar para que los demás den Gloria a Dios,
no para que los hombres nos alaben. Como verán, es un asunto de la motivación del corazón.
MOTIVACIÓN. Esa es la Palabra clave
-Jon Stott lo pone en las siguientes palabras:
La contradicción es solamente verbal, no esencial. La clave se halla en el hecho de que
Jesús habla contra pecados diferentes. Es nuestra cobardía humana la que lo hace decir "Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres", y nuestra vanidad humana la que lo hace decir
que nos guardemos de practicar nuestra piedad delante de los hombres. A. B. Bruce resume
bien esto cuando escribe que debemos "mostrar cuando somos tentados a esconder" y
esconder cuando somos tentados a mostrar"? Nuestras buenas obras tienen que ser públicas
para que nuestra luz alumbre; nuestras devociones religiosas tienen que ser secretas, no sea
que nos jactemos de ellas.
Esta es la descripción misma de la hipocresía. Me temo que muchos de los que vemos hoy en
nuestras iglesias no son más que un costal de falsedad al hallas en sus corazones que sus
motivaciones para acercarse al Señor no son agradarle y servirle sino ser vistos por los hombres y ser
alabados por ellos.
Cuando escucho a la gente decir: —ser cristiano es un estilo de vida — lo que detecto es a alguien
que solo quiere exhibir su vida como un estilo y no buscar la Gloria del salvador.
Este pecado es peligroso porque es un pecado dulce y agradable; como la manzana en el huertoJuan Calvino dijo lo siguiente al respecto:
"Puesto que el hombre tiene tal inclinación al orgullo, no hay nada para el tan agradable
como cuando se alienta su soberbia mediante vamos cumplidos...la doctrina que anima al
hombre a felicitarse, no hace más que confundirlo hasta el punto de que, si la cree, corre
hacia su propia ruina"
Las “obras de justicia” a las que Cristo se refiere aquí las estudiaremos en detalle cada una de ellas.
Pudo haberse referido a muchas per sólo escogió 3: Las limosnas (hacer misericordia), la oración y
el ayuno. De la misma manera en que para ilustrar su punto con relación a la manera correcta de
observar la ley Jesus usó sólo algunos ejemplos, en este caso, para probar su punto sobre la forma
correcta de practicar la religión, el Señor escoge estratégicamente estos ejemplos porque están
orientados a lo que somos en general. Las limosnas determinan nuestra relación con el prójimo, la
oración nuestra relación con Dios y el ayuno nuestra relación con nosotros mismos, en términos del
sometimiento de nuestros propios deseos.
¿Cuál es la motivación para hacer lo que hacemos? ¿Por qué venimos a dorar el domingo? ¿Por qué
oramos? ¿Por qué nos abstenemos de ciertas cosas que pudieran ser placeres inofensivos? No
olvidemos que al igual que a Caín y a Abel (Gen 4) Dios no sólo ve nuestra ofrenda sino a nosotros,
lo que somos, las INTENCIONES DE NUESTRO CORAZÓN.
Jeremías lo recoge en estas palabras:
Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según
sus caminos, según el fruto de sus obras.
Por tanto ofrezcamos a Dios lo mejor de nuestro servicio y devoción, pero en armonía con un
corazón abnegado, que le reconoce y se deleita en él y que sólo busca su Gloria.
Una mala recompensa
De otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
El tema de la recompensa es central en el desarrollo de las tres ilustraciones. La idea del Señor es
simple: Todo el que haga las cosas para ser visto de los hombres, recibirá su recompensa, ¿Cuál? Ser
visto de los hombres y eso es todo.
La característica de la falsa religión es que aunque dice servir a Dios, vive esperando la gloria de los
hombres y por eso les es muy difícil mantener una devoción privada. Toda nuestra religión está
dividida entre estas dos cosas: O lo hacemos para Dios y él nos recompensará, o lo hacemos para ser
vistos de los hombres y ese será el final de todo.
La recompensa de Dios está determinada de manera específica: es celestial. Es en armonía con lo
que Cristo mencionó en las bienaventuranzas, aunque ciertamente puede que haya recompensas en
esta tierra, como la respuesta a nuestras oraciones, la mortificación deseos en nuestros ayunos;
nuestra mayor recompensa es celestial, es Dios mismo en los cielos.
Conclusión:
Quiera el Señor ayudarnos a considerar la naturaleza de nuestro corazón y a ser cuidados en relación
a nuestras motivaciones; que siempre Dios sea nuestra meta y que todo lo que hagamos sea para la
gloria de su nombre y no para satisfacer nuestro orgullo y alimentar nuestro pecado, sabiendo que
nuestra recompensa es él por siempre.