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VICARIA ZONA SUR Pastoral de Espiritualidad LECTURA ORANTE DE LA PALABRA EVANGELIO DE JUAN 10, 11-18 Domingo 26 de Abril de 2015 4° de Pascua PREPARACIÓN. Regálate un tiempo de oración a los pies de Jesús, a la escucha del Maestro. Busca el lugar adecuado, haz silencio en tu interior, aléjate en lo posible de ruidos externos que puedan distraerte. Pon un crucifijo y un cirio encendido, que te recuerden especialmente este hermoso Tiempo Pascual. ORACION.- “Espíritu de vida, de la vida sin fronteras, ven y condúcenos hasta los pastos abundantes donde Tu Palabra quiera conducirnos; hasta las fuentes que has preparado para nosotros, para que nos saciemos de Tu presencia y gocemos con la sobreabundancia de Tus dones. Sorpréndenos, Espíritu de vida, y que Tu Palabra nos guíe donde jamás hubiéramos soñado. Tú que eres Don, derrámate sobre nosotros y desbórdanos con Tu hermosa y rica presencia. Amén. LECTURA.- ¿Qué dice el texto de Juan 10, 11-18? a) Contexto de la escritura. El Evangelio de Juan fue escrito a fines del primer siglo para cristianos de Roma, de origen judío, romano y otros, en tiempos en que los cristianos de la 2ª y 3ª generación después de los apóstoles deben depurar su fe. Necesitan buenos líderes, ‘pastores’ fuertes y fieles ante las persecuciones y amenazas. Contexto actual. Claramente eran tiempos parecidos al momento actual, en que algunos ‘pastores’ han defraudado a las ovejas, el rebaño se ha dispersado, y todos necesitamos fortalecernos en la fe para contribuir efectivamente a la unidad de la Iglesia. Gracias a Dios el Papa Francisco está siendo nuestro modelo de ‘pastor’, como tantos otros –consagrados y laicos– que entregan su vida en el servicio abnegado, diario y anónimo, a los hermanos. b) Lectura del texto de Juan 10,11-18. Lee el texto de manera lenta y pausada, tratando de comprender lo que el texto dice y de visualizar las imágenes con que Jesús se expresa. Para releerlo, puedes separarlo en cuatro partes: vs. 11-13; vs. 14-15; v. 16; vs. 17-18. Presta atención a cada una de las frases y atesora estas palabras en tu corazón. c) Claves del texto. Cuando Jesús dice que Él es el Buen Pastor, se presenta como aquél que viene a realizar las promesas de los Profetas y las esperanzas del pueblo escogido. Podemos leer, por ejemplo, la bellísima profecía de Ezequiel (Ez 34,11-16). Jesús dice: “¡Yo soy el Buen Pastor!”. En Él, la promesa de Dios se convierte en realidad, superando todas las expectativas. Jesús hace lo que ningún pastor haría, lo que ningún pastor por muy bueno que sea se atrevería a hacer: “Yo doy Mi vida por las ovejas”. Repasemos dos puntos interesantes en los que Jesús insiste: La defensa de la vida de las ovejas: El buen pastor da la vida por las ovejas. El mutuo conocimiento y reconocimiento entre pastor y ovejas: El pastor conoce a sus ovejas y ellas conocen al pastor. Mutuo conocimiento: Con esto Jesús dice que la gente se da cuenta de quién es un buen pastor. Esto era lo que los fariseos no captaban. Ellos despreciaban a las ‘ovejas’ de su pueblo; les llamaban ‘malditos, ignorantes, pecadores’ (Jn 7,49; 9,34). Sólo ellos se creían aptos para discernir las cosas de Dios, pero en realidad estaban ciegos. El discurso sobre el Buen Pastor enseña dos reglas para curar este tipo de ceguera: Prestar mucha atención a la reacción de las ovejas, pues ellas reconocen la voz del pastor. Prestar mucha atención a las actitudes de quien se dice ‘pastor’, para ver si en verdad le interesa la vida de sus ovejas; si se relaciona con ellas hasta tener ‘olor a oveja’; y si es capaz de dar la vida por sus ovejas. O, al contrario, es un asalariado, un funcionario incapaz de jugársela por su rebaño. MEDITACIÓN.- ¿Qué me dice el texto de Juan para mi vida actual? Aplica el texto a tu vida. Puedes ayudarte con estas preguntas, no necesitas responderlas todas… sólo las que toquen más fuertemente tu corazón. ¿Qué experiencia tengo de ser “pastor” para otros? (familia, amigos) ¿Por quiénes estoy dando mi vida en el Nombre del Señor? En la acción pastoral que ejerzo dentro de la comunidad, ¿cuáles son mis actitudes? ¿Qué cualidades de Jesús Buen Pastor necesito desarrollar para servir mejor a mis hermanos(as)? ¿Qué buenos pastores, con “olor a oveja”, he tenido la gracia de conocer? ¿Qué encontré en ellos? Los nombro y los recuerdo con gratitud. ¿He tenido alguna experiencia de ser engañado(a) por un falso pastor? ¿De qué manera pude superarlo? ¿De qué manera puedo contribuir a la unidad de la Iglesia, de nuestra comunidad parroquial, del género humano en la sociedad? ORACIÓN.- ¿Qué le digo al Señor luego del regalo de Su Palabra? Deja que tu oración brote a partir del fuego de la Palabra en el corazón. Con tus propias palabras, agradece y alaba a Jesús Buen Pastor… Intercede por quienes van por el mundo “como ovejas sin pastor”, en especial por los migrantes, por los que a diario intentan cruzar el Mar Mediterráneo… Ora por los miles de hermanos cristianos de Oriente: Siria, Irak, Pakistán… jóvenes y adultos que son perseguidos, secuestrados y asesinados: los nuevos mártires de la fe… Ora por el Papa Francisco, por su salud y sus esfuerzos por la paz… Por la Iglesia, obispos y presbíteros, por las familias y por todos los que en el mundo tienen alguna misión de pastor. CONTEMPLACIÓN. Dejo que el Señor me hable y me ame Elige alguna frase del texto y repítela mentalmente. Deja que la presencia de Jesús y de Su Espíritu habite en tu interior, dándote Su esperanza y alegría, llenándote de Su fuerza. En silencio, gusta a Dios interiormente. Permite que el Espíritu Santo mueva tu mirada y tu corazón hacia tantos hermanos de tu entorno que están “como ovejas sin pastor”… Presenta sus rostros al Señor y ponlos al amparo de Su Amor y Su Misericordia. ACCIÓN. Y ahora ¿Cómo hago vida esta Palabra? ¿Qué haré en esta semana para profundizar mi encuentro con Jesús Buen Pastor? ¿Qué gestos y actitudes me comprometo a mejorar en mi relación con otros? ORACIÓN DE ENVÍO ¡El Señor es mi Pastor, nada me habrá de faltar! El Señor es mi Pastor, ¿qué me puede faltar? En las verdes praderas, Él me lleva a reposar. Condúceme a las aguas del solaz y mi alma reconforta. Él me guía por sendas de justicia, por amor de Su Nombre. En oscura quebrada yo no temo porque estás junto a mí. Tu cayado, la vara de Tu diestra, son ellos mi confianza. Para mí Tú dispones una mesa frente a mis adversarios. Has ungido con óleo mi cabeza y mi cáliz rebosa. De bienes y de gracias gozaré en Tu casa mientras viva.